Respuesta al gobernador de Salta por los "Desnutridos culturales"
Por Tomas Torres Aliaga / Alicia Torres Secchi
En el día de la fecha, un noticiero de Bs As. adjudica al Gobernador de Salta Dr J.C. Urtubey, haber dicho que las “muertes de niños en el norte de esa pcia, son un problema cultural, no sanitario ni social, porque los aborígenes no concurren al hospital”.
Somos profesionales que nos hemos desempeñado durante 30 años en esa pcia, y con fecha 3/9/2010 hemos elevado a su Ministerio de Salud, copia de la tesis para optar por título de magister en políticas sociales de la Universidad de Salta sobre “Poder, accesibilidad y diferencias culturales en salud- Iruya 1978-2008”. En dicha tesis, sistematización y estudio de caso de 30 años del programa de atención primaria de la salud en comunidades originarias salteñas, se fundamentan entre otras cosas, lo contrario a las afirmaciones que adjudican al Sr gobernador, a saber:
-Que los pueblos originarios cuando son tratados con respeto y dignidad por los equipos de salud, concurren y aceptan sin dificultad las prácticas de la medicina oficial. De igual manera rápidamente las abandonan o se resisten a concurrir, cuando son objeto de discriminaciones abiertas o encubiertas. Resisten callando, porque no se sienten ni son considerados parte de instituciones públicas.
-Que los equipos de salud que trabajan comprometidos con la población local, no tienen de parte de las autoridades sanitarias ni apoyo, reconocimiento ni recursos necesarios, para sostener las prestaciones mínimas que en salud exige la Convención de los Derechos de los Niños con rango constitucional en nuestro país.
-Que es factible económicamente sostener esas prestaciones, con un aporte mínimo anual de 150 dolares por persona, mucho menos de lo que en promedio invierte el sistema pública de salud en nuestro país, y que los gobiernos no quieren o no saben asignar a las poblaciones originarias.
-Que la desnutrición de esas comunidades, problema esencialmente socio-económico no ha sido revertido por ningún gobierno en los últimos 200 años, porque los pueblos originarios han sido y siguen siendo objeto de “practicas sociales genocidas” inclusive por aquellas instituciones o políticas que refieren ayudarlos. Su eterna condición de pobres estructurales así lo demuestra.
-Que sanitariamente la desnutrición puede ser tratada, controlada y revertida en gran medida, por políticas y decisiones que Salta ha conocido, pero no ha sostenido. Además es posible eliminar la desnutrición que afecta irreversiblemente el desarrollo infantil inicial, si los hospitales públicos contaran con las vitaminas que cualquier pediatra de nuestro país indica a sus pacientes.
Todo ocurre como si la nominación de “desnutridos culturales” o “enanos raciales” (que otra funcionaria salteña supo acuñar), no fuera más que una excusa para la encubierta decisión o incapacidad, de quienes tienen la responsabilidad y recursos para resolver tal violencia social.
Anisacate, Córdoba, 9 de febrero de 2011.
Tomas Torres Aliaga DNI 8.598.334. Alicia Torres Secchi. LC 6.396.503
Camino a las Minas S/n 5189. Anisacate. Córdoba. Te: 0387-154183647
Desnutrición y muerte de niños indígenas en Salta
Por Copenoa10/02/2011 Las condiciones paupérrimas en que deben vivir miles de salteños, con necesidades básicas insatisfechas, inmersos en la indigencia, acentúan las muertes de niños por desnutrición en esta provincia. Muertes, que deberían ser evitables constituyendo como responsables de estos fallecimientos al estado provincial y nacional, como a los actores sociales que intervienen en el sistema público y gratuito de Salud.
Por Marco Díaz Muñoz.
Director Agencia de Noticias Copenoa
El fin primordial de la conformación del Estado, es la distribución equitativa de las riquezas de este, en nuestra provincia, como nación es una mera insinuación, dada como tal, ante los crecientes números de muertes por enfermedades evitables, enfermedades de la pobreza, como la desnutrición.
Los gobiernos entrantes y salientes, explican ante la opinión pública con distintas maniobras, inmorales por cierto, sobre las muertes por desnutrición en poblaciones desprotegidas, como las originarias, liberándose de la responsabilidad de esos fallecimientos evitables.
Durante las gobernaciones del peronista Juan Carlos Romero, fueron innumerables las muertes denunciadas por desnutrición, con certificados de defunción, que no detallaban la muerte por desnutrición de los menores, por falta de comida, abreviando sobre los fallecimientos, como deshidratación, o fallas cardiacas. Ante esta inmoralidad, el Servicio publico de Salud, y sus actores sociales, inmersos en la problemática, se llamaron al silencio, resguardando sus fuentes de trabajo, estableciendo como prioridad estas y no esclarecer la verdad, justificando la decisión de estos, de callar ante la persecución estatal, quedando convalidado el fraude de los certificados de defunción, que tenían como objetivo disminuir las cifras reales de las muertes por desnutrición en la provincia de Salta.
Un sistema de salud invasor
La desigualdad prosigue, como las muertes por desnutrición. Hoy, el gobernador también peronista Juan Manuel Urtubey difunde a la población que los fallecimientos obedecen a la no incorporación por parte de las comunidades originarias a las pautas culturales occidentales de control de salud, argumento, surgido y convalidado desde los actores sociales de base del sistema de salud. Mientras los originarios se revelan denunciando, abusos, malos tratos y discriminación, en los hospitales y centros de salud del norte de la provincia, y que dan a conocer a la opinión publica, mediante actas firmadas por sus representantes, que no son difundidas por los medios convencionales.
Las internas de poder, sobre nombramientos en el servicio de salud, directores de hospitales, jefes de centros de salud, han contribuido al decaimiento de las prestaciones del servicio de salud, también denunciado por los pueblos originarios.
Los gremios que agrupan a los profesionales que prestan servicio en el sistema público de salud estatal, denuncian la falta de medicamentos, de infraestructura edilicia, de ambulancias, de malos sueldos, de las condiciones de pobreza de la gente, pero estos como el gobierno, no plantean el cambio de concepto sobre las pautas culturales de salud en respeto a los pueblos originarios, sometiendo a esta población a un sistema invasor, que los aborígenes rechazan.
En los planteos realizados por distintas comunidades aborígenes, sobre la problemática en cuestión, estos insisten en la dificultad sobre la comunicación entre medico, agente sanitario y paciente, ante el desconocimiento de los facultativos de las lenguas ancestrales, como del idioma español por parte de los originarios.
La falta de medicamentos, de agentes sanitarios, de ambulancias, de agua potable, de contaminación, de controles efectivos sobre la población con dificultades de salud, es un reclamo constante por parte de las comunidades aborígenes y que la Agencia de Noticias Copenoa difunde cotidianamente. Como el aumento de casos de pobladores intoxicados por la utilización en los campos de sojas de plaguicidas en muchos casos de uso prohibido.
Para el Cacique Wichi Lucio Juan, el nombramiento en el servicio de Salud de agentes sanitarios bilingües es un paso primordial, como también el reconocimiento de pautas ancestrales, por parte del estado en el servicio de Salud. “Durante el año 2009, sufrí la perdida de mi hijo menor, que falleció por estar desnutrido, el agente sanitario no controló a mi hijo, y en el hospital de Mosconi, nos sentimos discriminados por los criollos, el agente sanitario adultero el certificado de vacunación para no hacerse responsable ” Dijo Lucio Juan consultado por la Agencia de Noticias Copenoa.
A fines del 2009, comunidades aborígenes que viven en el Departamento San Martin, realizaron una protesta en el hospital de la ciudad de Gral. Mosconi, solicitando al Director del hospital, Dardo Albarracin la inclusión de 10 agentes sanitarios bilingües. Albarracin nombro a dos aborígenes, comprometiéndose a proseguir con los llamamientos, los que quedaron frustrados por una interna en el hospital que dejo fuera del cargo a Dardo Albarracin y a los sucesivos nombramientos bilingües.
Para el dirigente originario y líder de la Union de Trabajadores Desocupados de Campamento Vespucio, Eduardo Paliza, las muertes por desnutrición están en aumento en la zona y la responsabilidad es del estado provincial. “Las internas entre médicos por espacio de poder, contribuye a un mal servicio de salud” Afirma Paliza, agregando “Los hermanos indígenas no entienden sobre los problemas de salud, y los médicos no se toman el tiempo para explicarles sobre lo que les sucede con su salud, por desconocimiento del idioma, esto aleja a los hermanos, son pautas culturales distintas. A esto debe sumarse, el desplazamiento de las hermanos aborígenes a vivir hacinados en la periferia de las ciudades de la zona, sin comida. Ahora fumigan a los que están en cercanías de las plantaciones de soja, con las graves consecuencias y enfermedades que originan la utilización de productos tóxicos prohibidos, lanzados desde aviones fumigadores. En el aeropuerto de Mosconi hay cinco aviones que realizan esta tarea, sin control alguno”.
El discurso oficial del gobierno de la provincia de Salta, que responsabiliza a los originarios de no ir a los servicios de salud, por pautas culturales, encuentra aliados en medios de comunicación que propagan este mensaje en la zona. “En Mosconi Sergio Torres, dueño de una radio, responsabiliza a los indígenas por las muertes por desnutrición, en clara defensa del discurso oficial, realizando propaganda a cambio de pautas publicitarias del gobierno de Urtubey y del Intendente Ruarte, ambos aliados políticos, en desmedros de la comunidad y sus problemas. También Torres realizo este trabajo sucio e inmoral durante los gobiernos de Romero, acusando a los compañeros desocupados como delincuentes por bloquear la ruta 34 para solicitar fuentes genuinas de trabajo, como la reestatización de lo que fuera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F), inculcando a la comunidad sobre su mensaje único, donde los desocupados eran los malos y el gobierno los buenos, como sucede ahora con las muertes por desnutrición de los niños indígenas, donde sus padres son los malos y responsables de la muerte de sus hijos indígenas, desligando de la responsabilidad de estas muertes al gobierno de Urtubey, y al servicio de salud publica”. Afirmo, entre bronca y tristeza Eduardo Paliza a Copenoa.
Fuente:IndymediaPueblosOriginarios
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