Socialismo no es paternalismo
Por Edwin Sambrano Vidal
La discusión y la reflexión sobre el Socialismo son tareas teórico-prácticas de primer orden para realizar el cambio efectivo del sistema social de explotación. Es un error confundir el Socialismo, como período de transición de la sociedad de clases en la evolución de la humanidad hacia una sociedad sin clases, con el paternalismo que es una mutación de la sociedad capitalista para frenar el desarrollo de la conciencia revolucionaria y asegurar así la supervivencia del sistema capitalista.
Teóricamente esta confusión conduce a la desfiguración del proceso de liberar a la sociedad de la explotación, porque se mantienen las bases materiales de la explotación sin una sustitución efectiva de las relaciones sociales de producción y se somete a la población en general (el pueblo soberano) a un proceso de desarticulación de la conciencia al no poder determinar ni controlar los procesos productivos que hacen posible la producción de la riqueza social y de la vida social misma.
El Socialismo tiene que ser más eficaz y productivo que el capitalismo.
La vida social, esto es la existencia real y concreta de las personas que integran una sociedad, se produce y se reproduce esencialmente mediante la organización productiva de sus miembros, agrupados en clases sociales cumpliendo cada una un rol de utilidad para los fines sociales. El fin principal de la organización productiva es la creación de los bienes necesarios para la satisfacción de las necesidades humanas de un tiempo y un espacio determinado. La vigencia de un sistema social, no está determinada por la simple voluntad de la clase o las clases dominantes, sino porque sea capaz de lograr altos niveles de eficacia productiva y de volúmenes excedentarios de productos cada vez de mejor calidad, con lo cual se expande la satisfacción de las necesidades y se crea la expectativa de que esa expansión alcanzará a todos los integrantes de la sociedad.
De la Tercera vía al Socialismo
En Venezuela, diversas tendencias políticas, protagonistas de las luchas populares y revolucionarias durante décadas, impulsaron y liderizaron una amplia alianza social para alcanzar el triunfo electoral de 1998 logrando un gobierno de cambio social. La principal figura de este movimiento, el Presidente Chávez se definió inicialmente por la tercera vía (una especie de capitalismo popular en la fase imperialista) promulgada como una gran originalidad (!!!) por el laborista inglés Tony Blair, de estruendoso fracaso como primer Ministro de Inglaterra. Posteriormente, el Presidente Chávez desecha la tercera vía (capitalismo maquillado) y se pronuncia a favor del Socialismo.
Palabras que no se acompañan con teoría y práctica correcta
He aquí como, mediante un salto terminológico (semántico) en medio de un vacío teórico, se confunden las cosas porque tal pronunciamiento se hace desde una perspectiva epistemológica voluntarista e idealista al proclamar al socialismo como un cristianismo originario y como una vuelta al primitivismo igualitario indígena, la exaltación de la pobreza como estado de pureza y la condena religiosa y maniquea de la riqueza. Con tal propuesta no se recurre al diagnóstico de las condiciones materiales concretas de la sociedad venezolana y a como se configura el socialismo en ella. A la determinación de la propiedad social estatal como el tipo de propiedad predominante sobre las principales fuentes de riqueza natural (los yacimientos petroleros, las minas, las tierras, las fuentes de agua y de energía), y los principales medios de producción (PDVSA, las empresas básicas de aluminio, acero, electricidad, la petroquímica, entre otras), la infraestructura de servicios (salud, educación, centros de investigación, transporte, recreación, justicia, seguridad, finanzas, etc.) y de las relaciones sociales de producción correspondientes a esa propiedad. A la precisión del grado de desarrollo de las fuerzas productivas en los diferentes sectores de la economía, la incorporación de la fuerza de trabajo al proceso de creación de medios para la vida y para la satisfacción de necesidades, las fuentes y niveles de ingreso y la escala de satisfacción de las necesidades. Tampoco se aprecia el estado de la conciencia colectiva acerca de imperiosa necesidad de desarrollar las actividades de producción de bienes mediante la transformación de la naturaleza (actividad industrial y agroindustrial). La actividad agropecuaria se concibe como una vuelta al campo mediante la distribución de tierras como botín de guerra, la producción campesina a ínfima escala, de supervivencia y bajo esquemas de atraso tecnológico y organización individualista o familiar, desatando un ataque a la producción tecnificada y a gran escala. Se profundiza la mentalidad rentística; esto es una visión del mundo a partir de detentar elevados ingresos en divisas producto de una actividad primaria (extracción del petróleo que es un combustible fósil) que emplea a una ínfima porción de la población, pero cotizada a muy altos precios. Es decir, con un mínimo esfuerzo de precario nivel técnico y con empleo de pocas personas se obtienen altos ingresos. No hay proporción entre el ingreso y el esfuerzo social, entendido éste como la cantidad y calidad de trabajo acompañado de aplicación de conocimiento científico-técnico necesario para acceder a la porción de la riqueza mundial a la cual se accede.
Sindrome de Robin Hood
Esta mentalidad o cultura rentística combinada con una visión mágico-religiosa deriva en el comportamiento Robin Hoodsiano, que consiste en robar al rico para dar a los pobres, sin que los pobres realicen el esfuerzo necesario que compense el valor de los bienes que se le entregan producto de la audacia, el arrojo y el buen corazón de un héroe o unos héroes. Tal conducta justifica también, en el caso de Venezuela, el saqueo de los fondos públicos ya que se tiene como principal rico al Estado (gobierno, administración pública a escala nacional, regional o local, las empresas estatales, principalmente las básicas de Guayana, los Institutos autónomos y cualquier entidad que maneje presupuesto).
Se refuerza el paternalismo y se ahoga el Socialismo.
Este es el marco teórico o conceptual con el cual se aborda la aplicación de planes que se supone (¿?) deben conducir al socialismo, con lo cual obviamente se genera una confusión tal que deriva en el reforzamiento del paternalismo estatal (actuación del Estado como figura superior dominante que otorga al pueblo o figura inferior subordinada muchos bienes o beneficios a cambio de nada o del simple reconocimiento del estatus dominación-subordinación). El paternalismo es lo contrario al Socialismo, incluso es la forma de impedir la aplicación de planes que conduzcan coherentemente a la transición socialista. Por una parte, se disocia completamente la noción de que el trabajo productivo es indispensable para la creación de riqueza y, por otra que de esta producción de riquezas a escala excedentaria, es de donde surge la posibilidad de la satisfacción de las necesidades, satisfacción ésta que será progresivamente más plena y completa en la misma proporción en que sea mayor y mejor el esfuerzo productivo empleado por los miembros de la sociedad quienes se integran como propietarios-productores a hacer y decidir sobre todo el proceso y sobre el destino de esa riqueza bajo los patrones de la equidad y la justicia social para que cada uno reciba según la cantidad y calidad de su trabajo y la satisfacción colectiva de las necesidades primarias.
Fuente:Argenpress
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