Bombardier y Héroe caído
Por Eduardo Ibarra Aguirre
Son varios e inquietantes los mensajes que envía el gobierno de Estados Unidos al concluir los operativos Bombardier y Héroe caído, realizados en San Diego, California; San Antonio, Texas; Chicago, Illinois; Detroit, Michigan; Atlanta, Georgia; Newark, Nueva Jersey; Miami, Florida; y Denver, Colorado; además de otras ciudades que no fueron reveladas pero que todo indica no incluyó a Los Ángeles ni Nueva York, centros vitales del trasiego de drogas.
Los resultados obtenidos del miércoles 23 al viernes 25 son de tomarse en cuenta: 676 personas detenidas, 18 toneladas de mariguana decomisadas, 460 kilos de cocaína, nueve kilos de heroína, 29 kilos de droga sintética, 282 armas de fuego, 94 vehículos y 12 millones de dólares en efectivo.
La acción contra presuntos criminales mexicanos, como si no existieran los gringos y de otras nacionalidades, involucró a miles de agentes de la DEA (la agencia antidrogas por sus siglas en inglés), la Oficina Federal de Investigación (FBI), y las agencias de control de Alcohol, Tabaco, Armas y Droga (ATF); y de Migración de Aduanas (ICE), a la que perteneció Jaime Zapata, agente asesinado presumiblemente por Zetas detenidos a velocidad meteórica por el Ejercito y en base a torturas –de acuerdo a testimonios periodísticos-- lograron que confesaran “su crimen” Julián Zapata Espinoza, Jesús Iván Quezada Peña y Rubén Darío Venegas. En tanto que la familia Reyes Salazar se extingue sin que autoridad alguna se ocupe de parar esta matanza.
Mas el logro principal, de acuerdo al vocero de la DEA Michael Sanders, fue “la inteligencia que podamos obtener”, además de que “queríamos enviar un mensaje de que si van a hacer negocios en nuestros país, vamos a investigarlos y aplicarles la ley”. Me resulta imposible no registrar que en septiembre de 1995 me encontraba en la casa de mi hermano Juan Alfonso –héroe de la guerra del Golfo Pérsico-- y unos distribuidores lanzaron al jardín un par de paquetes de lo que pudo ser cocaína. Llegaron dos agentes de la DEA, me hicieron un par de preguntas, tomaron la cotizada mercancía y se marcharon. Cuando llegó Juan, su esposa Lourdes y yo le informamos y no olvido su respuesta: “¡Se hacen pendejos! Saben muy bien que la cocaína la venden en la casa de enfrente”.
El éxito principal que presumen los subordinados a Janet Napolitano, no son los números que, en efecto, resultan simbólicos frente a la magnitud del negocio, inexplicable sin la intervención de los circuitos financieros, sino obtener información de inteligencia sobre los dos capos que persiguen, entre ellos El z 40, Miguel Ángel Treviño Morales.
Es evidente que el par de operativos se concentró en los familiares de Los zetas en Estados Unidos, con lo que se envió el perverso mensaje de que si los sicarios no cobran víctimas mortales como Jaime Zapata, convertido en héroe por Barack Hussein Obama, no serán tan hostigados en el territorio del más voraz consumidor de drogas en la aldea global. Amén de que ni la Casa Blanca ni Los Pinos se molestan aún en disipar las múltiples dudas por las extrañas circunstancias en que fue asesinado el joven de Brownsville, Texas.
La guerra que ahora es nada más lucha contra el narcotráfico busca, por otra parte, que las fuerzas armadas, el aparato de seguridad pública y de justicia hagan el trabajo sucio, violento, del gobierno estadunidense, mientras una porción de la sociedad permanece instalada en el viaje intergaláctico y, por ello, es más gobernable.
¿Cuántos jóvenes como Jaime tendrán que perder la vida para que Washington asuma su enorme responsabilidad en la tragedia mexicana? Al parecer no pocos. Y entre más se involucren los agentes estadunidenses en territorio nacional más riesgos correrán.
Fuente:Argenpress
El baile de las cifras
Por Laura M. López Murillo
En algún lugar maravilloso donde no existe la miseria, en uno de los reinos de la fantasía habitados por seres felices que son inmunes al flagelo de la ignorancia, se celebra el majestuoso baile oficial, y en esa festiva ocasión, todas las cifras adquieren la cualidad excepcional de disipar las penurias...
La incursión de la política en la comunicación masiva obedece a las estrategias de la propaganda, cuyo fin es modificar la percepción del electorado con mensajes incesantes, insistentes e inocuos. Por lo general, las estrategias mediáticas dirigidas por empresas especializadas en la imagen y en la opinión pública son exitosas; la excepción que confirma la regla son las campañas de difusión de las acciones de los gobiernos panistas. Así lo demuestran: el manejo inconsistente de la información, el mensaje que se transmite entre las líneas de discursos iracundos y dolosos de Felipe Calderón, más las desafortunadas declaraciones de altos funcionarios del régimen.
Recientemente, en una espectacular exhibición del cinismo oficial, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, embriagado de optimismo por el anuncio del crecimiento del 5.5% en el Producto Interno Bruto, declaró que la cifra mágica del sexenio son los 6,000 pesos porque “hay familias mexicanas que con esos ingresos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”.
Esta tendencia de equiparar la eficiencia con cifras y porcentajes maliciosamente ponderados caracteriza a los regímenes panistas, cuya prioridad es administrar porque no gobiernan. Las cifras que se divulgan son frías y esquivas, suben y bajan en un devaneo de la comunicación que distorsiona la realidad.
La aplicación más reciente y fulgurante de esta tendencia de los números estuvo a cargo del fiscal de la zona norte en Ciudad Juárez, Jorge González Nicolás, quien informó que en el caso de la desaparición y asesinato de Elías Reyes Salazar, Magdalena Reyes Salazar y Luisa Órnelas Soto se llevaron a cabo 14 operativos para su localización, que se utilizaron 8 perros olfateadores de la unidad canina (grupo K-9), que las investigaciones estuvieron a cargo de 60 elementos de la Policía Estatal Investigadora, que los rastreos se reforzaron con 6 Agentes del Ministerio Público de la Fiscalía General del Estado, que se entrevistaron a 38 personas, se declararon ministerialmente a 16, se visitaron más de 30 viviendas y ranchos, y se revisaron más de 60 vehículos. Pero una vez más, la sumatoria de estas cifras fantásticas fue un rotundo fracaso.
Porque aquí, en Calderolandia, la realidad tiene dos versiones fatales. Y desde la perspectiva del poder, México es un país de fantasía habitado por seres felices incapaces de razonar pero que son inmunes al flagelo de la violencia, la miseria y la ignorancia, y por eso, frecuentemente todas las cifras adquieren la cualidad excepcional de disipar las penurias…
Laura M. López Murillo es Licenciada en Contaduría en la UNAM. Con Maestría en Estudios Humanísticos, Especializada en Literatura en el Itesm.
Fuente:Argenpress
No hay comentarios:
Publicar un comentario