10/05/2011Tercer juicio contra represores
Causa Goya: declara un exmilitar acusado de delitos de lesa humanidad
Leopoldo Cao es el único de los seis imputados que pidió hablar ante el tribunal federal. La acusación espera que responda varios interrogantes. En 1977, tenía el grado de teniente primero y prestaba servicio en la Compañía de Ingenieros 7.
El exmilitar Leopoldo Cao declarará hoy a la mañana ante el Tribunal Oral Federal de Corrientes, que juzga sus acciones y la de sus compañeros de armas en la jurisdicción de Goya, durante la última dictadura militar.Cao fue el único de los 6 acusados de cometer delitos de lesa humanidad, que accedió a declarar antes de empezar la etapa de testimonios. Para la acusación es muy importante, porque podría responder algunas preguntas referidas a su participación durante la represión ilegal.
El imputado es considerado un elemento importante del grupo de tareas que operó en la zona de Goya.
En esa época tenía el grado de teniente primero y prestaba servicio en la Compañía de Ingenieros 7, pero aún debe probarse su vinculación con los elementos de inteligencia de la región.
¿Conspirador?
Otro dato interesante de su pasado es que en 1985 fue procesado por un supuesto intento de conspiración contra el expresidente Raúl Alfonsín, quien en octubre de ese año decretó el estado de sitio en todo el país.
Durante ese año se registraron amenazas con bombas y el ministro del Interior, Antonio Tróccoli, sufrió un atentado. Ante el cúmulo de hechos Alfonsín decretó la medida de excepción y arrestó a un grupo de militares, entre los que estaba Cao.
La inspección
Por otra parte, mañana y el jueves el tribunal se trasladará a Goya para realizar la inspección ocular a los centros clandestinos de detención que funcionaron en la zona: el Hípico, la Pajarera y la Casa de los Murciélagos.
Durante este trámite distintos testigos indicarán dónde estuvieron presos y dónde vieron con vida a los hoy desaparecidos Élida Goyeneche de Sobko y al exsoldado Abel Arce, ambos detenidos por supuesta vinculación con el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
El año pasado ya se realizó una inspección similar pero por la causa Caballero Residual, que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Brigada de Investigaciones de Resistencia entre 1975 y 1983.
En ese acto uno de los testigos pudo, pese al estado del edificio, identificar con exactitud dónde estuvieron ubicados los presos, por lo que se descarta lograr la misma precisión durante la jornada de mañana.
Más testigos
Por otra parte, luego de la declaración de Cao lo harán los testigos que fueron convocados por las partes. Como mañana y el jueves será la inspección, la semana que viene continuarán las declaraciones.
Parte de ellos fueron clave para condenar en Resistencia al exmilitar José Tadeo Luis Bettolli, el elemento de inteligencia que cazó a los militantes de las Ligas Agrarias y del PRT.
El cuñado de Goyeneche, el médico Rodolfo Sobko estuvo preso en la Brigada de Investigaciones de Resistencia durante 1977; allí vio a Bettolli y a Arce, quien estaba alojado en esa dependencia luego de pasar por el Hípico.
El tercer juicio
La causa Goya es la tercera por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura en la provincia y uno de los primeros del país en juzgar hechos que se cometieron en el interior de una provincia.
Este año podría comenzar el cuarto juicio por la represión ilegal en la zona de Paso de los Libres, una frontera muy caliente. Este paso internacional tuvo mucha actividad durante el denominado “Operativo Retorno”.
Fuente:LaRepublica
Causa Goya
Reconocimiento visual a lugares donde habrían sido secuestrados
El Tribunal Oral Federal que lleva adelante el juicio por delitos de lesa humanidad en Goya se trasladó hoy a esa ciudad junto con testigos, querellantes e imputados para realizar un reconocimiento visual de los lugares donde habrían sido secuestrados los desaparecidos en esa zona de la provincia, lo que implica un paso medular en la investigación.
“Es importante que el tribunal se traslade al lugar de los hechos porque podrán asimilar mejor el relato de los testigos y familiares de las víctimas”, sostuvo Diego Cazorla Artieda, miembro de la Comisión Provincial de Derechos Humanos.
Los magistrados podrán cotejar las pruebas testimoniales que desde la semana pasada comenzaron a producirse en el juicio con los escenarios donde habrían operado los grupos de tareas encargados de perseguir a militantes de izquierda que desarrollaban actividades en el marco de las Ligas Agrarias.
El tribunal compuesto por los jueces Víctor Alonso, Lucrecia Rojas de Badaró y Fermín Ceroleni pondrá especial atención el camino vecinal que comunica al casco urbano goyano con los ex cuarteles del Ejército donde habría funcionado un centro de detención clandestino.
En esa zona, frente al club Doña Goya, fue secuestrada junto a sus hijos dedos y cuatro años la docente Elida Goyeneche de Sobko, obligada a abandonar a sus pequeños para marchar detenida a dependencias militares que fueron su último destino conocido, ya que sus restos nunca aparecieron.
De la misma forma desaparecieron en la periferia goyana, donde funcionaban centros clandestinos como la Casa de los Murciélagos, Abel Arce, Antonio Olivo, Pantaleón Romero, José Oviedo y Pedro Morel, así como 21 privaciones de la libertad y tormentos.
En el marco de esta denominada “Causa Panetta”, dado el nombre del denunciante que inició las actuaciones años atrás están imputados los ex policías Juan Antonio Obregón y Romualdo Baigorria; los ex militares Juan Ramón Alcoberro, Alberto Silveira Escamendi, Edmundo Bertorllo y Leopoldo Cao y el ex efectivo de la Prefectura Naval, Luis Leónidas Lemos. También estuvo imputado hasta su fallecimiento el ex policía Dermidio Romero.
Martes, 10 de mayo de 2011
Fuente:HoyCorrientes.com
Algunas reflexiones acerca del inicio del juico oral por la causa Goya.
El pasado miércoles 4 comenzó, en Corrientes capital, el juicio oral conocido como la “Causa Goya”, ya que investiga los crímenes cometidos en el centro clandestino que funcionó en el ex Club Hípico de la ciudad de Goya, durante la última dictadura militar argentina. Allí estuvieron detenidos desparecidos hombres y mujeres de la zona de Goya, Lavalle, Santa Lucía, Perugorría y Gobernador Martínez, entre los años 1976 y 1983.
En total, fueron siete los centros clandestinos de detención que funcionaron en la provincia de Corrientes: La Polaca (Paso de los libres); Destacamento militar de Santa Catalina (Corrientes capital); Matadero Municipal (Corrientes capital); Instituto Peletier (Corrientes capital); Regimiento N° 9 de Infantería (Corrientes capital); Destacamento de la Policía Provincial (Goya); Club Hípico (Goya).
De enero a agosto de 2008 se realizó, también en la ciudad capital, el primer juicio que abordó los crímenes cometidos por los represores en la provincia. Conocida como la Causa Regimiento de Infantería 9, culminó con la condena de la mayoría de los implicados: el ex coronel Rafael Barreiro–que en 2004 cuando fuera detenido aun cumplía funciones de mando militar- fue sentenciado a cadena perpetua. El ex-capitán Juan Carlos De Marchi –ex presidente de la Sociedad Rural Correntina, actual miembro honorario, cuando fue procesado contó con una carta de apoyo de Luciano Miguens como Presidente de la SRA- le correspondió 25 años. El ex-coronel, Horacio Losito –que fuera agregado militar en la Embajada Argentina hasta el año 2003- también 25 años. Para el ex-oficial de Gendarmería Raúl Reynoso 18 años. Un absuelto, Carlos Piriz, ex suboficial para el cual la querella había pedido también 18 años.
La causa Goya fue abierta en el año 2005, el mismo año se había conformado la Asociación ME.DE.H.S. (Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad) que se constituyó como una de las querellantes. Dicha Asociación integra a ex detenidos desaparecidos –ex militantes de las Ligas Agrarias, ex profesores y militantes del área de la educación, ex militantes de la JP, ex militantes de la CGT- que hoy continúan su militancia y lucha por los derechos humanos no solamente en la reconstitución de la memoria sino en los problemas actuales que afectan a las comunidades. También forman parte del ME.DE.H.S. personas que no sufrieron la represión en aquellos años pero que están comprometidos con la militancia social.
Seis años después de abierta la causa asistimos al juicio, producto de la lucha perseverante del ME.DE.H.S. que no bajó los brazos ante cada revés presentado. El último, hace un mes, cuando la Cámara Federal de Corrientes decidió arbitrariamente que el juicio se realizaría en Corrientes capital y no en la ciudad de Goya como estaba previsto. Esta decisión puede no ser ingenua si tenemos en cuenta que desincentiva la apropiación del juicio por parte de la comunidad urbana y rural de la zona, que fue víctima del terror en aquellos años. Los juicios constituyen espacios fundamentales en los procesos de reconstrucción de la memoria colectiva sobre las prácticas genocidas de las que fuimos víctimas como sociedad. Alejar su desarrollo de la zona geográfica donde se cometieron los crímenes puede interpretarse como una política para desactivar la construcción de esa memoria colectiva y habilitar que el proceso se desenvuelva como una cuestión entre particulares. Pero justamente no se trata de una cuestión entre particulares, se trata de juzgar acciones que fueron producto de una política de estado terrorista y por lo tanto pertenece al ámbito público que es el ámbito de lo común.
El departamento de Goya sufrió la desaparición de 25 personas en una población de aproximadamente 68.000 habitantes según el Censo Nacional de 1970. La represión apuntó principalmente a desarticular la organización de pequeños productores tabacaleros en las Ligas Agrarias Correntinas, a la militancia de la Juventud Peronista, al Movimiento de Sacerdotes para el tercer Mundo, a la sindicalización de base. Desde el retorno de la democracia a esta parte, poco hemos escuchado de estos movimientos y organizaciones: qué hacían, quiénes eran, por qué les hicieron todo lo que les hicieron… ese era el objetivo de la política represiva del estado dictatorial. Ese era el objetivo del “Proceso de Reorganización Nacional”: aniquilar las formas de las relaciones que encarnaban y la memoria colectiva de esas formas. Sembrar el miedo para cosechar la parálisis política y el individualismo: no nos metamos, algo habrán hecho.
Hoy tenemos la oportunidad de involucrarnos en este proceso de hacer memoria, de construirla, y tenemos la obligación moral de hacernos cargo de este desafío. No se trata de una cuestión entre particulares, ni de venganzas, ni de políticas de determinados gobiernos, se trata de justicia. Justicia para que nunca más vuelva a pasarnos este trauma como sociedad. Hacernos cargo de que la dictadura fue cívico militar, lo que implica elegir no ser cómplices del silencio hoy.
Ningún estado debe torturar, desaparecer, robar a sus ciudadanos. El estado argentino de 1976 a 1983 lo hizo sistemáticamente, fue un estado terrorista. Se trató de una política de ese estado llevada a cabo por hombres y mujeres, civiles y militares. Hoy, el estado argentino, democrático, enjuicia a aquellos hombres y mujeres que desarrollaron el terrorismo como política pública. Es nuestro deber involucrarnos, hacernos parte de esta búsqueda de justicia, para que nunca más nos permitamos tener un estado terrorista.
Fuente:Agndh
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