Trece computadoras y cajas para analizar
El procedimiento fue consentido por la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, que al presentarse como querellante en la causa advirtió que los Schoklender o allegados a ellos se habían llevado documentación de ese lugar.
Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
La Policía Federal estuvo cinco horas y media buscando evidencias después de que Hebe de Bonafini le entregara la llave al juzgado.Imagen: Leandro Teysseire
Un piso lleno de oficinas que alquila Madres de Plaza de Mayo en Hipólito Yrigoyen 1534, al lado de su Fundación, y que –según el juez– utilizaban Sergio y Pablo Schoklender, fue allanado ayer por orden del magistrado que instruye la causa, Norberto Oyarbide. La titular de Madres, Hebe de Bonafini, había entregado la llave al juzgado y doce efectivos de la Policía Federal pasaron cinco horas y media en el lugar buscando evidencias que pudieran dar pistas sobre el uso de fondos del Plan Federal de Viviendas que recibió la Misión Sueños compartidos, de las Madres, para la construcción de viviendas sociales. Se llevaron trece computadoras y veinte cajas con documentación, que ahora deberán analizar los investigadores.
Hasta ahora, Oyarbide había allanado distintos inmuebles ligados a Schoklender, como su casa y una oficina donde tienen domicilio empresas que están bajo sospecha, entre ellas Meldorek y Antártica Argentina. La misma noche de aquellos procedimientos, la policía dejó en la sede de Madres de Plaza de Mayo una “orden de presentación” de toda la documentación en su poder que estuviera vinculada con la construcción de viviendas. El juez les dio diez días de plazo para entregar todo, pero pidieron una prórroga, que reemplazó por un allanamiento liso y llano, aunque “fue un procedimiento consentido” por las Madres, según le dijo a Página/12 el abogado que las representa, Eduardo Barcesat. Explicó que aún no habían hecho entrega de los papeles porque están realizando una auditoría interna que todavía está inconclusa.
Hubo dos cuestiones que, evidentemente, pusieron en alerta al juzgado. Por un lado, las Madres denunciaron al presentarse con un pedido para ser querellantes que en la noche del 3 de junio los hermanos Schoklender, ex apoderados de la institución, o allegados suyos, se llevaron documentación que habría estado en las mismas oficinas requisadas ayer. Lo habrían hecho, dijeron, en un camión blindado que utilizaba la fundación para pagar sueldos cuando no todos los empleados en las obras de Sueños compartidos habían sido bancarizados. Los movimientos llamativos de ese vehículo (entradas y salidas en la noche) habrían quedado en los registros del garage. Fue justo cuando el conflicto que había con ellos se empezaba a conocer públicamente y se abría la causa judicial por posible defraudación, asociación ilícita y lavado de dinero.
A esto se sumó un episodio, el viernes siguiente (10 de junio), cuando dos personas –de apellido Camet y Segovia, según informaron allegados al caso– que aparentemente trabajaban con Pablo Schoklender intentaron entrar al tercer piso donde tenía su oficina. Tras una pulseada con la gente que estaba en el lugar, intervino la Policía Federal y, por indicación del Ministerio de Seguridad de la Nación quedó una custodia en el edificio, con fines disuasivos.
El procedimiento de ayer estuvo a cargo de la División Investigación Federal de Organizaciones Criminales, a cargo del comisario Néstor Roncaglia, que también suele intervenir en causas de alto impacto, como la de los medicamentos. Y según confirmaron a este diario testigos del allanamiento, la policía se llevó las CPU de trece computadoras y documentos contables de todo tipo.
Ayer mismo por la mañana los abogados de Pablo Schoklender –Gonzalo Romero Victorica y Ramiro Rubinska– presentaron un escrito en el que reclamaban el allanamiento de la sede de Madres, con el argumento de que “de ser cierto que la documentación de interés para las presentes actuaciones permanece aún en la sede de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, sin ningún tipo de custodia judicial que garantice que aquella documentación no va a ser sustraída o manipulada, estaríamos frente a una gravísima irregularidad que podría proyectarse de manera irreparable sobre el curso de esta investigación, acarreando nulidades insalvables”. En la misma presentación se despegó de su hermano Sergio y negó “cualquier tipo de participación” en el robo de documentación en un camión blindado denunciado por Bonafini.
Durante la tarde de ayer hubo versiones contrapuestas sobre las oficinas allanadas. Para el juzgado se trata de una sede de Sueños compartidos en la que trabajaban Sergio y Pablo Schoklender. En Madres de Plaza de Mayo afirmaron que Sueños compartidos no funcionaba allí y que las oficinas eran utilizadas por los hermanos para sus propias actividades. Los abogados de Pablo Schoklender le dijeron anoche a este diario que en el lugar trabajaban empleados de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, aunque el alquiler del local era pagado por la empresa Antártica. Según los requerimientos de los fiscales Jorge Di Lello y Raúl Plee, Antártica fue denunciada dos veces. Por un lado, el Banco Supervielle sostuvo que se hicieron operaciones sospechosas. Se depositaron en una cuenta de Antártica cheques de la Fundación Madres y luego se retiró el dinero en efectivo. Entre 2009 y este año se habrían movido unos ocho millones de pesos con esa operatoria. El banco hizo la denuncia ante la Unidad de Investigaciones Financieras, que conduce José Sbatella. La otra denuncia contra Antártica fue realizada por dos legisladoras, Elsa Quiroz y Maricel Echecoin Moro, de la Coalición Cívica. En su escrito, las diputadas señalaron que Sergio Schoklender compró terrenos y una casona en José C. Paz y en la escritura consta que la compra se hizo para Antártica y con dinero de Antártica. De todas maneras, se hicieron dos adelantos de 5000 dólares y el resto de las cuotas no se pagaron. Antártica tiene como titular a Alejandro Gotkin, un hombre cercano a Schoklender y empleado de la Fundación Madres, y su domicilio fiscal está en la avenida Alvarez Thomas 198, el mismo domicilio de Meldorek, la sociedad que pertenece en un 90 por ciento a Sergio Schoklender.
Oyarbide presume que los Schoklender se apoderaron de fondos de la Fundación Madres, pero necesita encontrar las evidencias. El magistrado mandará a periciar toda la documentación secuestrada ayer para determinar si en ella puede determinar algunas claves para resolver el misterio.
Fuente:Pagina12
LAS SOSPECHAS DE LA AUDITORIA
Maniobras impositivas
Por I. H. y R. K.
La conducción de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo sospecha que Sergio y Pablo Schoklender, apoderados de la operatoria de la construcción de casas, desviaron los fondos con los que se debían pagar los impuestos y las cargas sociales de los trabajadores empleados en Sueños compartidos. El abogado de Madres, Eduardo Barcesat, sugirió ante este diario que las cifras serían abultadas y que ese mecanismo de defraudación explicaría lo sostenido en el escrito entregado al juez: “Entre las deudas que prima facie hemos podido determinar que registra la Fundación y los cuantiosos bienes personales y de las empresas que controlan los querellados, media una clara correspondencia”. En otras palabras, que –siempre según las sospechas preliminares de Madres– los Schoklender habrían dejado una importante deuda con el fisco, al tiempo que derivaban fondos a sus empresas y a su patrimonio personal. Tal vez a esto se refería Hebe de Bonafini cuando le dijo a Página/12 “venderemos todo lo que haya que vender para pagar las deudas”.
En principio, la auditoría que conduce un contador externo tratará de determinar si hubo una maniobra de los Schoklender y cómo se realizó. Hasta el momento, en el expediente son todas suposiciones, aunque hay algunos elementos concretos. Dos bancos, el de Santiago del Estero y el Supervielle, denunciaron operaciones sospechosas realizadas por Schoklender, quien depositó cheques de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo y del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires y el posterior retiro de los fondos en dinero en efectivo. Schoklender ha dicho que la plata fue para pagar sueldos, pero todo deberá probarse. En el Supervielle la cuenta ni siquiera estaba a nombre de la Asociación, sino de la empresa Antártica, cuya titularidad ejerce un hombre cercano a Schoklender, Alejandro Gotkin. También hay versiones de que otros cheques de la Asociación fueron cambiados en mesas de dinero. La práctica es habitual en muchas empresas que necesitan un adelanto de fondos, pero tanto los fiscales como Madres creen que una parte no se usó para realizar pagos de la Fundación sino para derivarlos a las empresas creadas por Schoklender. En el escrito que Bonafini presentó a Oyarbide se expresa la sorpresa de que, por ejemplo, las camionetas utilizadas para trasladar a las Madres, con el logo de la Fundación, en verdad no pertenecen a la Asociación, sino a la empresa Meldorek, propiedad de Schoklender.
De acuerdo con la versión que Barcesat le adelantó a Página/12, lo que se debía hacer con una parte del dinero era pagar los impuestos correspondientes y las cargas sociales. Y esto no se habría hecho. Sin embargo, todo debe ser tomado con pinzas, porque la pesquisa recién está en los inicios. Los Schoklender argumentan que la mayoría de los bienes que se les adjudican no son de ellos, sino del financista Fernando Caparrós Gómez. También los movimientos de dinero requerirán un punteo de cuánto se sacó y cuánto se pagó de sueldos en efectivo. Y, obviamente, deberá verificarse cuánta es la deuda –si es que existe– de la Fundación con la AFIP.
Fuente:Pagina12
Alquiladas por la empresa antártica
Allanaron oficinas vinculadas a los Schoklender
Publicado el 15 de Junio de 2011
Por Néstor Espósito
Los abogados de Madres denunciaron que en el lugar podía haber documentos útiles para la causa. Se secuestraron varias computadoras.
El juez federal Norberto Oyarbide secuestró ayer una veintena de cajas con computadoras, otros elementos de soporte informático y documentación, de oficinas ubicadas en el tercer piso de Hipólito Yrigoyen 1542, de esta Capital. La Fundación Madres de Plaza de Mayo, a través de los abogados Eduardo Barcesat y Antonio Rojas Salinas, hizo trascender una presentación que habría formulado ante el juzgado indicando que esas oficinas habían sido alquiladas por la entidad pero “utilizadas exclusivamente por el coimputado Pablo Schoklender y personas de su absoluta confianza”, y que allí podría “existir documentación vinculada a los hechos de investigación”. Incluso hasta le habrían aportado las llaves del lugar para facilitar el allanamiento, que realizaron efectivos de la Policía Federal en horas del mediodía.
Sin embargo, uno de los abogados de Pablo Schoklender, Gonzalo Romero Victorica, desmintió hoy que su cliente tuviera su despacho en ese lugar, y que trabajara habitualmente allí. “Es falso que esas fueran las oficinas de Pablo. Mi cliente trabajaba diariamente en la sede central de las Madres, en Hipólito Yrigoyen 1520.”
¿Entonces , qué allanó Oyarbide? Fuentes de la investigación dijeron que esas oficinas fueron alquiladas para la Fundación a través de la empresa Antártica Argentina, cuyo presidente sería Alejandro Gotkin, socio de Sergio Schoklender y quien también figuraría como titular del Meldorek SA. Antártica pagaba por esas oficinas porque los dueños rehusaron firmar contrato de locación con una fundación, acaso por temor a no poder cobrar los alquileres. En el tercer piso tenía sus oficinas un arquitecto vinculado con las obras que la misión Sueños Compartidos realizaba en la provincia del Chaco.
El menor de los hermanos Schoklender, Pablo, comenzó ayer a tomar participación activa en la investigación que lo tiene entre los principales imputados junto con su hermano Sergio por los presuntos manejos irregulares de dinero de la misión Sueños Compartidos. Mediante un escrito presentado ayer por la mañana ante Oyarbide, manifestó su preocupación por las informaciones que indicaban que las propias Madres habían ordenado una auditoría interna, es decir, que estaba revisando toda la documentación que potencialmente podría ser utilizada como prueba en la causa, sin control judicial. Se trata de elementos distintos: lo que secuestró ayer Oyarbide no es la documentación a la que se refiere Pablo Schoklender. Esos papeles están físicamente, según su versión, en la sede de las Madres. Y allí podría estar la clave de la pelea entre los hermanos que destapó el caso. “Pablo tenía todo registrado y la pelea surgió cuando los números no le cerraron”, dijeron allegados a la investigación, que planean aprovechar las diferencias entre los hermanos para obtener la mayor cantidad de detalles de la operatoria.
Mientras Sergio Schoklender mantiene como principal espada a su abogado, Adrián Tenca, (quien ayer desmintió que su cliente se hubiera llevado en un camión blindado documentación sobre sus actividades en la Fundación), Pablo contrató como abogados a Ramiro Rubinska, un joven letrado hijo de Jorge Rubinska, ex presidente del club Atlanta y muy vinculado con la comunidad judía, a la que pertenece, al igual que los Schoklender. Para este caso y en razón de su complejidad, Rubinska convocó a Gonzalo Romero Victorica, sobrino del fiscal de Casación Martín Romero Victorica, con quien sólo comparte el apellido. Desde las posturas filosóficas, de derecho y hasta ideológicas, nada tienen que ver el uno con el otro. Gonzalo Romero Victorica es, a su vez, socio de Pablo Slonimsqui, un penalista especializado en temas de discriminación que supo ser defensor de María Julia Alsogaray antes que la polifuncionaria menemista eligiera la asistencia técnica de una defensora oficial.
Tanto Tenca como el tándem Rubinska-Romero Victorica coinciden en que es inverosímil la denuncia formulada por las Madres respecto del supuesto “robo de documentación” que habría acometido Sergio Schoklender, en un vehículo blindado de la Fundación. “El día en que se denuncia que habrían ocurrido los hechos Sergio estuvo conmigo hasta las cinco de la madrugada. Ese día allanaron su casa y yo estuve con él”, aseguró Tenca en declaraciones radiales.
Fuente:TiempoArgentino
Incautaron documentos de una oficina de los Schoklender
Por orden del juez Norberto Oyarbide, la policía realizó un allanamiento en una empresa denominada Antártica, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1534, una oficina cercana a la sede de Madres. La presencia de ese sitio fue alertada al juez, mediante un escrito presentado por Madres.
15.06.2011
Incautaron documentos de una oficina de los Schoklender.
Las oficinas de la empresa Antártica Argentina, hacia la cual los hermanos Schoklender presuntamente derivaban fondos de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, fue allanada hoy por orden del juez Norberto Oyarbide, que investiga el supuesto lavado de dinero y malversación de fondos de esa organización.
El allanamiento, concretado poco después del mediodía, fue realizado a pedido de las propias Madres que en una presentación realizada por la mañana en Tribunales, donde habían indicado que allí podrían guardarse "información de relevancia" para la investigación, y depositaron las llaves del inmueble en el juzgado.
Al término del allanamiento, a las 17, dos camionetas retiraron del lugar los materiales secuestrados: 20 cajas que contenían CPU de computadoras; discos compactos, carpetas y materiales de archivo.
Las oficinas allanadas están ubicadas en Hipólito Yrigoyen 1534, a escasos metros de la sede central de Madres (Yrigoyen 1584) y de la Fundación Sueños Compartidos, dedicada a la construcción de vivienda social en villas miseria (Yrigoyen 1522), pero a diferencia de éstas, eran habitualmente usadas por Pablo Schoklender y personas de su entorno.
El escrito presentado ante Oyarbide por los abogados Eduardo Barcesat y Antonio Rojas Salinas afirma que: "dicha unidad fue locada por la fundación que represento y fue utilizado exclusivamente por el coimputado Pablo Schoklender y personas de su absoluta confianza".
"Desde que el mencionado fuera desvinculado de esta Fundación, hemos recibido reiterados llamados de personas allegadas al mismo, requiriendo las llaves de la unidad para acceder a la misma, con la supuesta necesidad y urgencia del retiro de elementos personales", peticionó Hebe de Bonafini, titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
En su requerimiento al juez, los abogados depositaron las llaves del lugar y solicitaron "se disponga su allanamiento y secuestro de toda documentación vinculados a los hechos investigados".
Ayer, en su presentación ante el juzgado de Oyarbide reclamando ser tenidas como querellantes, Bonafini había denunciado el posible robo de documentación por parte de Schoklender, usando una camioneta blindada utilizada antiguamente para el pago de sueldos.
La medida pedida por los abogados de Madres se concretó pocas horas después con el arribo al lugar de Unidad de Investigación Federales Delitos de Organizaciones Criminales (DiFOC), a cargo del comisario Néstor Roncaglia.
Un vocero de las Madres confirmó que el allanamiento se produjo en el inmueble donde funcionaba la empresa Antártica Argentina, pero aclaró que "este departamento no tiene nada que ver ni tiene relación" con la fundación que dirige Hebe de Bonafini.
La empresa Antártica Argentina S.A. fue mencionada por el fiscal antilavado Raúl Pleé -quien investigó el tema- como una de las empresas creada por el ex apoderado de las Madres, Sergio Schoklender, para derivar fondos.
En su presentación, Pleé sostuvo que a través del desvío de fondos públicos administrados por la Fundación Madres de Plaza de Mayo para la construcción de viviendas, Schoklender "direccionaba fondos hacia la empresa Antártica Argentina S.A, lo que habilitaba la libre disposición de los mismos de parte de Alejandro Abraham Gotkin", socio del primero.
Según Pleé, Schoklender y Gotkin ejercerían cargos gerenciales o
directivos en un "entramado de empresas", entre las que cita a Setek S.A, Eagle Security Investigacion S.A.,Gorlak y Meldorek.
La causa se encuentra en la actualidad bajo secreto de sumario y todavía resta definir si las Madres de Plaza de Mayo pueden ser aceptadas como querellantes.
Fuente:ElArgentino
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