A medio año de haber iniciado su gobierno
Dilma da marcha atrás y no abrirá los archivos de la represión militar
Publicado el 15 de Junio de 2011
Tras verse obligada a cambiar dos ministros, unos de ellos el hombre fuerte de su gobierno, la presidenta hizo una concesión a la derecha al revisar una decisión que implicaba revelar los asesinatos cometidos por la dictadura.
Apenas en la mitad de su primer año de gobierno, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se enfrenta a días agitados. A los cambios en el Gabinete de la semana pasada, unos por sospechas de corrupción y otros por la supuesta incapacidad del oficialismo para dialogar con el Congreso, se le suma ahora una marcha atrás en su intención de abrir los archivos de la represión y tortura de la dictadura y un acercamiento a los referentes de la derecha, algo que seguramente no será bien visto por el ala izquierda de su gobierno, representada por el Partido de los Trabajadores (PT).
La flamante ministra de Relaciones Institucionales, Ideli Salvati, que fue puesta en funciones ayer, anunció que Rousseff decidió que los documentos ultrasecretos no serán abiertos. La mandataria había respaldado un proyecto de ley que proponía liberar papeles secretos, pero aceptó revisar su posición tras los cuestionamientos del ex mandatario José Sarney, líder del conservador Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y aliado del gobierno. El proyecto fue enviado al Congreso por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en mayo de 2009 y pretendía desclasificar los archivos secretos de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. Y en abril pasado, cuando se discutía la creación de una Comisión de Verdad, Rousseff reconoció que los familiares tienen el derecho a enterrar a sus muertos.
Pero ahora Sarney, que es presidente del Senado, declaró que “los documentos son parte de nuestra historia diplomática, no podemos abrir esos documentos, si no, vamos a abrir heridas”. Según algunos analistas, Sarney quiere mantener ocultos documentos que pueden comprometer su pasado, especulación que él rechazó al afirmar “no tengo nada que ocultar”.
Por otra parte, el ex presidente, Fernando Henrique Cardoso, líder del centrista Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y acérrimo enemigo de la mandataria en la campaña electoral, telefoneó a Rousseff, con la que tuvo una comunicación “amigable” y “cordial” según los medios. La semana pasada, Rousseff envió una carta a Cardoso, que cumplió 80 años, y lo elogió por haber derrotado a la inflación durante su gestión, entre 1995 y 2002. “No escondo que en los últimos años tuvimos y mantenemos opiniones diferentes, por eso más grande es mi admiración por su apertura a la confrontación”, dijo Rousseff en su carta.
El gesto de Rousseff fue elogiado por el senador Cristovam Buarque, del centroizquiedista Partido Democrático Trabalhista (PDT), quien además dijo que la mandataria está tomando distancia de Lula, su mentor político. “Lula es un compañero de Dilma, pero ya no es el presidente de Brasil, la presidenta elegida es Dilma y ella al acercarse a Fernando Henrique, parece que comienza a actuar con más autonomía, con alguna distancia de Lula”, declaró Buarque. “Ya llegó el momento de que el PT y el PSDB dialoguen, eso debería ser natural, son partidos con concepciones similares, son casi hermanos”, afirmó el congresista.<
200 asesinatos y ningún condenado
Publicado el 15 de Junio de 2011
En Brasil existen unos 200 casos de asesinatos y desapariciones provocados por miembros de la dictadura, pero no hay ningún condenado por estos delitos gracias a la Ley de Amnistía dictada por el gobierno militar en 1979.
“Las personas ofendidas (por las informaciones publicadas) deben defenderse en la justicia, ya sean militares o civiles, de izquierda o de derecha. El paso que estamos dando hoy es excepcional en la vida de este país. Espero que el Congreso lo apruebe pronto, para que nosotros podamos tener el orgullo de decir que la verdad en este país es para todos, y no sólo para algunos”, dijo el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cuando en mayo de 2009 envió un proyecto de ley para desclasificar los archivos secretos de la dictadura militar que gobernó entre 1964 y 1985.
La hoy presidenta Dilma Rousseff, en aquel entonces ministra coordinadora del gobierno y ya candidata a suceder a Lula, dijo que “esto termina con la cultura del secreto de Estado”. Rousseff, quien participaba de grupos de resistencia al régimen, fue torturada durante 20 días seguidos por la dictadura y estuvo presa tres años.
FuentedeOrigen:TiempoArgentino
Fuente:Agndh
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