miércoles 15 de junio de 2011
En pleno siglo veintiuno, Guatemala posee una gran cantidad de “pequeños esclavos”
CERIGUA
Los niños y niñas trabajadoras en Guatemala constituyen el 21 por ciento de la población en general, pero más grave aún es que de éstos un 12 por ciento lo hace en situaciones peligrosas, que ya deberían ser abolidas de manera inmediata y firme, indicó el columnista Carlos Aldana.
A decir de Aldana, en el país puede hablarse de “pequeños esclavos”, pues se ha demostrado que los empleadores se aprovechan de sus condiciones corporales para colocarlos en trabajos de extremo peligro.
De acuerdo con la información, los riesgos, tanto para la salud como para su integridad física, aparecen en actividades como las agrícolas, la pesca, los servicios domésticos y en las prácticas de minería, principalmente la artesanal, sectores donde hay diversos menores de edad poniendo en riesgo su bienestar.
Aldana dijo que el 60 por ciento de la niñez trabajadora se encuentra en el área rural guatemalteca, según los datos del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según los últimos reportes mundiales, es posible que próximamente casi un millón de personas no tengan que comer a causa de la crisis alimentaria que ya está afectando al país, a esto se le suma que miles de menores de edad se encuentran arriesgando su vida como esclavos, no sólo de los dueños de las estructuras productivas que los explotan, sino también de una sociedad que no les ofrece educación, subrayó el pedagogo.
Para el columnista, Guatemala debe crear condiciones de productividad, de educación y capacitación, además de creación de una nueva visión de la vida que incluya lucha, el no conformismo y la superación de la pereza, entre otros factores, para lo cual son necesarias respuestas institucionales enfocadas en la garantía de los distintos derechos humanos en las áreas con más riesgo.
Aldana destacó que para superar el tema de los “pequeños esclavos” se debe destruir completamente toda aquella estructura productiva que se base en la esclavitud de menores de edad e indicó que la erradicación del trabajo infantil será un esfuerzo paulatino que debe pasar incluso por las visiones culturales, pero cuando se habla de actividades peligrosas, eso debe ser abolido de urgencia.
Finalmente, el especialista subrayó que la desigual distribución de la riqueza sigue creando condiciones de absoluta negación de la dignidad humana y sigue siendo la causa principal por la cual niños y niñas son víctimas de esclavitud en pleno siglo veintiuno.
Fuente:Argenpress
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