12 de junio de 2011

INVESTIGACIÓN SOBRE LOS BIENES Y MANEJOS DE SCHOKLENDER .

INVESTIGACION SOBRE LOS BIENES Y MANEJOS DE SCHOKLENDER
Sospechas y evidencias
Por Raúl Kollmann e Irina Hauser
Los fiscales hablan de asociación ilícita, lavado de dinero, estafa y varios otros delitos. Eso ha hecho correr el rumor de que Sergio Schoklender será detenido –tal vez por el juez federal Norberto Oyarbide, en la semana que empieza–.Sin embargo, las propias fuentes judiciales admiten que todavía no pudieron reunir evidencia contundente. Suponen que Schoklender cambiaba cheques en la financiera del financista Fernando Caparrós Gómez, pero no lo tienen acreditado. Saben que retiró fondos en efectivo del Banco Supervielle y no los usó para pagar sueldos, pero tampoco existe la evidencia. Se preguntan si son verdaderamente de Schoklender los bienes que aparecieron y resulta que no está del todo claro. La polvareda alrededor del caso es infinitamente mayor que los elementos que existen en los expedientes que se tramitan ante Oyarbide y Marcelo Martínez del Giorgi, lo que lleva a plantearse una larga serie de preguntas.

- ¿Se han detectado hasta ahora delitos concretos cometidos por Sergio Schoklender?

Los fiscales sostienen que hay operaciones sospechosas, que hacen pensar que se habría quedado con fondos públicos destinados a la construcción de viviendas sociales. Hay cuentas en las que se depositaron cheques de Madres de Plaza de Mayo por montos elevados y de las que después Schoklender retiró el dinero en efectivo.

El ex apoderado de las Madres dice que hizo esa operación para pagar sueldos, esencialmente en Chaco, a gente que trabajaba en las obras y que no está bancarizada. Los fiscales creen que eso es posible en el caso del dinero retirado de una cuenta del Banco de Santiago del Estero –aunque sostienen que aún hay que verificarlo–, pero que hay por lo menos 4,8 millones que pasaron por el Banco Supervielle que no tienen explicación. Estuvieron en una cuenta a nombre de la empresa Antártica y el dinero después fue retirado por caja, lo que a su vez dificulta seguir el rastro. Los fiscales creen que Schoklender se apropió de esa plata. Pero todavía están buscando evidencias para probar esa maniobra.

- En los últimos días se habló de mesas de dinero y cambio de cheques, ¿es verdad?

En la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo que hizo la denuncia que dio lugar a la causa judicial, suponen que es muy probable que Schoklender haya depositado el dinero que fue pagando el Estado en cuentas de las Madres, después él mismo libraba cheques y los cambiaba en las mesas de dinero, llevándose la plata en efectivo. Para probar esa maniobra, tratan de trazar la ruta de los fondos, ver exactamente en qué cuentas de financistas se depositaron los cheques firmados por el ex apoderado de la fundación. La reconstrucción está en plena elaboración. Por lo pronto, por chequeras secuestradas en un departamento donde tiene domicilio fiscal Meldorek SA, los investigadores cuentan con indicios de que Schoklender –que es director de esa firma– habría cambiado cheques en cuevas financieras o cooperativas por cuantiosas sumas. Fuentes judiciales aseguraron a Página/12 que, aunque hay muchos indicios, aún es poco lo que saben sobre la ruta del dinero.

- ¿Qué pasa con los terrenos en José C. Paz y la vivienda de 19 habitaciones?

Schoklender dice que nunca habitó esa propiedad y que se la cedió a la provincia de Buenos Aires. Desde el Ejecutivo bonaerense afirman que la donación no se terminó de concretar por supuestas razones burocráticas, pero lo cierto es que no resultó verdadera aquella versión que sugería que Schoklender vivía en una especie de palacio con piletas, gimnasios y otras comodidades. En esa quinta –deteriorada y antigua– no vive nadie. El asunto de los terrenos, en uno de los cuales se encuentra ese inmueble, fue introducido en junio del año pasado en una denuncia ante la UIF por las diputadas Elsa Quiroz y Maricel Etchecoin Moro. Dijeron que un denunciante anónimo les había informado y entregado copia de una escritura que daba cuenta de que Schoklender había comprado lotes en José C. Paz, por los que pactó pagar 65 mil dólares: abonó, decían, cinco mil de entrada y acordaron tres cuotas de 20 mil. Las legisladoras se preguntaban sobre el origen de los fondos para esa adquisición dado que la empresa Antártica, usada por Schoklender para hacer la operación, no tenía solvencia para eso. Por ahora, este aspecto de la investigación parece no conducir a ningún lado, porque las cuotas nunca se pagaron y no hubo movimientos importantes de fondos. Aun así, los fiscales seguirán investigando la compra de José C. Paz.

- ¿Por qué se investiga lavado de dinero?

Es una de las hipótesis que plantearon el fiscal antilavado Raúl Pleé y el fiscal Jorge Di Lello, teniendo en cuenta la dudosa función de la empresa Antártica, titular de la cuenta adonde fueron a parar algunos cheques originados en las viviendas de Sueños Compartidos. Luego Schoklender se llevó el dinero en efectivo. El director de Antártica es Alejandro Gotkin, un empleado de Madres del área manejada por Schoklender. A esto se sumó el hallazgo de una serie de sociedades donde coinciden nombres y domicilios, en especial los de –precisamente– Gotkin y Schoklender. “Se trataría de sociedades pantalla a través de las cuales se hace posible el blanqueo de los fondos a los que se ha hecho referencia o podrían ser usadas al igual que Antártica para el desvío directo de aquellos fondos públicos”, sostuvo Pleé. Los fiscales pidieron investigar, además de la firma Meldorek, empresas como Setek SA, Eagle Security Investigation SA, Monetización SA, Gorlac SA, Regie Royale SA, Stylo Car SA, Monetización SA, Fun Pro SRL y Expedition SA, entre otras.

- ¿La Fundación Madres de Plaza de Mayo construyó todas las viviendas comprometidas? ¿Hubo sobreprecios?

Al menos por ahora no hay evidencias de irregularidades en este sentido, pero es una de las aristas que están en investigación, porque serían una forma de explicar si se desviaron fondos. Esto está en una causa aparte, en manos del juez Marcelo Martínez del Giorgi y el fiscal Miguel Osorio, que además intentan rastrear qué mecanismos de control se aplicaron, si es que los hubo, a la ejecución de los fondos y las obras. El subsecretario de Obras Públicas de la nación, Abel Fatala, y el de Desarrollo Urbano, Luis Bontempo, dicen que Madres siempre estuvo por debajo del precio máximo por metro cuadrado, que entregó todas las viviendas comprometidas, pero queda una revisión más fina que tendrán que hacer los municipios y las provincias, que deberán informarle al juez. En el Congreso informaron que hasta ahora se desembolsaron 765 millones a provincias y municipios para las viviendas de Sueños Compartidos. Martínez del Giorgi ya reclamó los contratos y el detalle de las condiciones en que se establecieron.

- ¿Es cierto que Sergio Schoklender tiene aviones, yates, propiedades, autos Ferrari?

Schoklender sostiene que casi todo es mentira. Pone el ejemplo de propiedades compradas por Meldorek en 2006, yates adquiridos por la misma empresa en 2008 o la famosa Ferrari. Su argumento es que todo eso se compró antes que él se hiciera cargo de Meldorek, en febrero de 2010, y que los yates, propiedades, un Porsche y la Ferrari son de los anteriores dueños, o sea el financista Fernando Caparrós Gómez, el presidente del Club Ferrari en la Argentina. Los fiscales admiten que parte de esto es cierto, pero afirman que algunos de los bienes –por ejemplo, un yate y un avión– sí son propiedad de la Meldorek de la que es dueño Schoklender.

Cerca del piloto Serventich, dueño del resto de la firma, dicen que a Schoklender lo único que le interesaba de Meldorek eran un avión Cessna Citation y un Pipper, ya que viajaba permanentemente, y con él lo hacían arquitectos, ingenieros, sanitaristas y otras personas involucradas en la construcción de las viviendas sociales. Por Meldorek, Schoklender y Serventich pagaron –según figura en la escritura– algo más de dos millones de pesos. El Pipper lo vendieron. Ellos dicen que cuando quisieron hacer el trámite ante la Inspección General de Justicia para dividir la empresa y dejar el resto de los bienes (una Ferrari, un Porsche y un yate) en manos de Caparrós Gómez, surgieron inconvenientes y por eso se firmó un poder irrevocable de venta ante escribano. Es decir que gran parte de los bienes de los que se habló, no son de Schoklender sino de Caparrós Gómez. Aun así, el ex apoderado de Madres tendrá en algún momento que explicar el movimiento de fondos que permitió comprar Meldorek en dos millones de pesos y con ello el avión.

- ¿Se sospecha que Sergio Schoklender se quedó con dinero de las Madres en el marco de la construcción de viviendas de Sueños Compartidos?

En primer lugar, hay compras de Meldorek, por ejemplo, que son anteriores a la primera construcción de viviendas de Madres, en la Villa 15 de la Capital Federal, a partir del 16 de octubre de 2006. Madres recién empezó a recibir fondos –muy pocos– desde esa fecha. De manera que la chacra de Chubut, adquirida por Meldorek en 2006, es un ejemplo de lo que no se puede adjudicar a una maniobra originada en la construcción de viviendas. En primer lugar porque Meldorek no era de Schoklender, sino del financista Caparrós Gómez, pero sobre todo porque no se había construido nada. Bajo la administración de Jorge Telerman, se edificaron viviendas en Villa 15, Piletones y Castañares, en el sur de la Capital Federal. Un año después de iniciadas esas construcciones, en 2007, asumió Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño. Es decir que no se amplió la reducida actividad de Madres en la construcción de viviendas. Recién a partir de 2009 se sumaron Chaco, Santiago del Estero, Río Negro, Tigre y Almirante Brown. Los fiscales dicen que sí hay coincidencia en que las operaciones sospechosas en los bancos de Santiago del Estero y Supervielle son de 2009 y 2010, cuando ya la construcción de viviendas por parte de Sueños Compartidos estaba en su etapa de mayor intensidad, pero tienen que probar la existencia de delito, es decir que se quedó con el dinero y que no es verdad que los fondos hayan ido en su totalidad a pagar sueldos.

- ¿Qué dicen en Madres de Plaza de Mayo?

El jueves próximo habrá un informe oficial de la organización. Sus allegados afirman que se está trabajando en una auditoría interna y las conclusiones se expondrán en ese momento. Como lo ha dicho públicamente Hebe de Bonafini, en Madres consideran sospechosa la conducta de Schoklender. Por ejemplo, la organización afirma que no sabía de la existencia de las sociedades ni de los cambios de cheques. Aun así, ni Madres ni los propios fiscales pudieron determinar todavía cómo fueron las maniobras y qué delitos cometió el ex apoderado. Una de las dificultades existentes es que todo el equipo de Sueños Compartidos o bien se fue con Schoklender o fue separado por Bonafini la semana que pasó.
Fuente:Pagina12


Lo afirmó gustavo serventich
“Yo soy piloto de Schoklender, no soy su socio”
Publicado el 12 de Junio de 2011
Por M.P.
El piloto del ex apoderado de Madres admitió que quería armar una empresa aeronaútica.
La justicia no sólo investiga a los hermanos Schoklender. La lupa también está puesta sobre los misteriosos hombres –con olfato para los negocios– que se fueron acercando a medida que Sergio Schoklender decidió exportar a otras provincias, y también al resto de Sudamérica, el modelo de casas populares con poliestireno expandido. La tecnología tenía sus ventajas. Casas movibles, de rapidísima construcción, con mejor terminación que las viviendas sociales estándares. Uno de esos hombres es Gustavo Adrián Serventich. Hasta ahora los medios lo presentaron como el piloto de Sergio Schoklender: el aviador civil que volaba el Pipper PA-31T Cheyenne II matrícula LV-MNR y el Cessna Citation 501 matrícula LV-BXH. Pero Serventich también es abogado, especializado en el fuero comercial. Y es uno de los imputados en la causa por lavado de dinero y asociación ilícita que lleva adelante Norberto Oyarbide.
Ayer, tras una larga búsqueda que duró dos días, Tiempo Argentino logró ubicarlo. Se trata de un aviador muy conocido en el aeropuerto de San Fernando: los personajes del ambiente, que suelen circular por los hangares de la empresa Aviaser (representante de Cessna en la Argentina), lo conocen como el piloto de Schoklender. Serventich, se sabe, está vinculado al mayor de los Schoklender: posee el 10% de las acciones de Meldorek SA, mientras que el 90% restante está a nombre de Sergio. “Tengo el 10% (de Meldorek) porque el 6% es lo que habilita como mínimo la ley de honorarios de abogado por labor extrajudicial, y el 4% restante es menos del 50% de lo que cobra cualquier broker internacional por la venta de un avión”, dijo Serventich a este medio.
Serventich trabajó en el estudio jurídico Basílico, Santurio y Andrada, muy conocido en tribunales. Conexiones no le faltan. Acaba de designar como sus abogados defensores a los ex fiscales del caso AMIA, José Barbaccia y Eamon Mullen, de estrecha relación con el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro.
Serventich fue el hombre que hizo la presentación entre Schoklender y el financista José Fernando Caparrós Gómez, un millonario joven, apasionado por el tenis, titular del Club Ferrari de la Argentina, en los últimos años propietario o miembro del directorio de Valores Negociables SA y la cooperativa Monetización SA, entre otras sociedades.
Anoche, consultado por Tiempo, Serventich contó que conoce a Caparrós Gómez desde hace muchos años: lo comenzó a tratar en el ejercicio de su profesión de abogado, porque la mayoría de sus clientes tenían deudas con él. “Yo soy piloto de Schoklender, no soy su socio”, se apresuró en aclarar Serventich. “Decidí cobrar en acciones porque siempre estuve involucrado exclusivamente en los aspectos aeronáuticos de toda la operación de vuelos y mi expectativa era crecer como empresa de transporte aeronáutico dentro de la empresa”, confió.
En la charla también reconoció haber realizado vuelos al exterior con el Cessna Citation, como uno a Recife, con escala en Foz de Iguazú, tras un terremoto que había derribado muchas casas. Sin embargo, el Cessna Citation también voló 12 veces al aeropuerto de Maldonado, el destino típico para llegar a Punta del Este.
–¿Por qué tiene el 10% de las acciones de Meldorek?
–Eso fue porque, en su oportunidad, cuando se hizo el memorándum de entendimiento por medio del cual se hacía la venta, cesión y transferencia de las acciones de la sociedad que era la dueña de esos dos aviones (Meldorek, NdR), intervine desde mi doble carácter, como piloto, y como abogado, por la confección, redacción y elaboración del proyecto que dio origen a la venta, cesión y transferencia de las acciones. Es más, como eran dos aviones, yo debería haber cobrado el doble de esto. Pero le aclaro que ninguna operación que no tenga que ver con el avión o con la operación aeronáutica fue manejada, hecha o realizada por mí.
Fuente:TiempoArgentino


Caso Schoklender: La Fundación de Hebe se presentará como querellante
Año 4. Edición número 159. Domingo 12 de junio de 2011
Por Ricardo Ragendorfer y Jimena Rosli
Hijo pródigo. La semana que viene, Schoklender será indagado. (MARTIN QUINTANA)
El abogado de Madres lo confirmó a Miradas al Sur. El ex apoderado y sus presuntos cómplices serán indagados la semana que viene. Cómo funciona la criminología mediática.

Mañana a primera hora, los abogados de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Eduardo Barcesat y Antonio Rojas Salinas, presentarán un escrito en la mesa de entradas del Juzgado Federal Nº 5, a cargo de Norberto Oyarbide, para que la entidad presidida por Hebe de Bonafini sea considerada querellante en el expediente que investiga a Sergio Schoklender y su círculo íntimo, tal cómo anticipó a Miradas al Sur el propio Barcesat. El texto en cuestión señala que el ex apoderado de la Fundación –junto a su hermano, Pablo, y otros integrantes de la cúpula técnica del Plan Sueños Compartidos– habrían incurrido en los siguientes delitos: “Asociación ilícita, defraudación, administración fraudulenta y falsedad de documentos públicos y privados”.

El secreto de sus ojos. Barcesat y Rojas Salinas habían trabajado en los últimos días a destajo para completar el asunto. Antes de ello, Hebe había manifestado a la agencia Télam: “No soy la primera madre a la que un hijo le hace una cagada”. Luego terminaría diciendo: “Los Schoklender son estafadores y traidores”. Aun así, es posible que en el instante de aprobar la presentación de los abogados, ella se haya sentido atravesada por un ramalazo de dolor. Quizás, entonces, haya recordado sus propias palabras al prologar el libro Schoklender desde afuera, escrito por el hombre que ahora está en boca de todos: “Mucha gente me pregunta cómo es Sergio. Tiene dentro de él a cientos de Sergios. A veces es muy pequeñito, a veces es gigante, a veces es muy tierno. Pero encontrar al Sergio verdadero es muy difícil porque él siempre lo esconde”. Tal vez ese recuerdo la haya guiado hacia otra evocación: la de una mañana otoñal de 1993, cuando conoció a Schoklender durante una visita a la cárcel de Caseros. Es que aquel muchacho con aspecto de animalillo apaleado la había conmovido a primera vista. Dicho sentimiento se potenciaría al saber que él había creado el centro universitario, que ya era abogado, que estaba por recibirse de psicólogo y que luchaba por humanizar el trato de los presos. Al respecto, Schoklender consignó en su autobiografía: “Descubrimos en nuestras miradas la identidad de quienes están dispuestos a dar la vida por lo que para muchos no tiene importancia”. Lo cierto es que, desde ese momento, Hebe lo quiso como a un hijo, le abrió las puertas de su corazón y también la de su casa, tras salir del penal.
No es, por cierto, la primera vez que las mujeres del pañuelo blanco prohíjan a alguien que parecía tan vulnerable como ellas. Identificación con la víctima, diría un psicoanalista. No es tampoco la primera vez que ellas se equivocaban.
En este punto, resulta ineludible no exhumar del olvido lo ocurrido el 21 de noviembre de 1977. En esa calurosa tarde, el flamante secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, de visita oficial en Buenos Aires, depositó una ofrenda floral en la estatua del General San Marín. Un griterío alteraba la ceremonia. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo atravesaron las vallas. Corrían para entregar sus papeles al enviado de James Carter. Y lograron hacerlo, a pesar del intento de los policías por impedirlo. Los reclamos de Justicia eran ahora gritados al oído del funcionario norteamericano. Se oían voces de mando, ladridos y disparos efectuados al cielo. Un policía se tiró sobre la fundadora de Madres, Azucena Villaflor. Pero un muchacho rubio se abalanzó sobre el uniformado y lograría rescatarla. Azucena abandonó ese lugar del brazo de su salvador. El pibe dijo llamarse Gustavo Niño. Y aseguraba ser familiar de un desaparecido. Azucena creyó ver en él algo que le remitía a su hijo, Néstor, quien había sido secuestrado por una patota del Ejército. Desde entonces, ambos se hicieron inseparables. Hasta el 8 de diciembre de 1977.
Ese día, en la iglesia Santa Cruz hubo una reunión con más de 50 personas. Eran Madres y militantes. Estaban trabajando para publicar una solicitada en el diario La Nación. Entre ellos, se encontraba la monja francesa Alice Domon; también, Gustavo Niño. Éste preguntó por Azucena. Le contestaron que ella no vendría. La respuesta pareció contrariarlo. Fue el primero en retirarse. Después, todos salieron de la iglesia en pequeños grupos. En las inmediaciones había varios vehículos estacionados en doble fila. Y no tardó en desatarse la cacería. Niño había marcado a las víctimas. La jauría corrió hacia las Madres. Apresaron a varias; la monja no lograría escapar. Luego los autos partieron a toda velocidad. Los secuestrados habían sido siete. La escalada represiva se prolongó: en una calle de Almagro fue secuestrada otra monja francesa: Léonie Duquet. Y al día siguiente, en Sarandí, fue apresada Azucena. La solicitada en La Nación sería publicada el 10 de diciembre. Allí resaltaba el nombre de Gustavo Niño. Ese día, en la Esma, las monjas fueron torturadas. Y el tal Gustavo Niño observaba la escena desde un rincón. En realidad, se trataba del teniente de fragata Alfredo Astiz.
Desde luego, entre éste y Schoklender hay una diferencia: el marino fue un cuadro del terrorismo de Estado; el otro, en cambio, un agente de su ambición personal. En todo caso, el peso de semejante analogía está depositada en las figuras de Azucena y Hebe, quienes confiaron en sus respectivos victimarios. Sobre esta última, Barcesat diría: “Su pecado fue nada menos que una negligencia afectiva”.

Final de cuentas. En el aspecto estrictamente judicial –según Barcesat– las grandes defraudadas por el affaire Schoklender “son las Madres, ya que el Estado no fue cómplice ni víctima”. El abogado de la Fundación fundamentó esa idea para Miradas al Sur con las siguientes palabras: “El Gobierno pagó lo que se hizo, y nadie discute la calidad de las casas ni los plazos de entrega. Desde ese punto de vista, la tarea de la Fundación fue irreprochable. Todo lo que se recibió del Gobierno en relación con los contratos de obra pública está respaldado por las obras ya entregadas y las que aún están en ejecución. O sea, no hay un desfasaje entre el dinero y las obras. Lo que pasó es que los fondos destinados a futuros emprendimientos fueron desviados a través de empresas pantallas”. Las palabras de Barcesat están respaldadas por los hechos. Tanto es así que, a modo de ejemplo, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, aseguró el viernes que su administración está “en condiciones de dar todas las documentaciones que certifican la correcta ejecución del Plan Sueños Compartidos”. Eso fue lo que declaró Capitanich ante una consulta telefónica de este semanario acerca del pedido del juez Marcelo Martínez De Giorgi a los gobiernos de Chaco, Misiones y Santiago del Estero –además de cinco municipios bonaeresnses– sobre los convenios firmados con las Madres de Plaza de Mayo para la construcción de viviendas sociales. Es que este magistrado, junto al fiscal Miguel Ángel Osorio, tienen a su cargo establecer la legitimidad de los contratos capitaneados por los Schoklender entre la Fundación y el Estado. Ello supone chequear si se construyó la cantidad de casas convenidas y si hubo sobreprecios o no. Se trata de una tarea compleja, puesto que la documentación está en cada una de las provincias y municipios en donde se llevaron adelante las construcciones. Por lo pronto, se sabe que desde 2006 a la fecha el Plan Sueños Compartidos entregó 5 mil viviendas, jardines de infantes, escuelas y centros de salud, para lo cual contaron con unos 6 mil trabajadores.
Mientras tanto, el fiscal federal Jorge Di Lello –con la asistencia del fiscal de Casación, Raúl Pleé, quien encabeza la Unidad de Lavado de Dinero, y el titular de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), José Sbatella– se encuentran abocados en la recolección de evidencias para que el juez Oyarbide esté en condiciones de indagar a Schoklender en el transcurso de esta semana.
En los últimos días los investigadores encontraron otra propiedad a nombre de Sergio Schoklender –un departamento de dos pisos en Núñez–, una casa adquirida por Pablo en un country bonaerense, a lo que hay que sumar otros seis inmuebles –cinco en Villa Urquiza y uno en Caballito– escriturados por la empresa Meldorek, la cual pertenece en un 90 por ciento a Sergio. Además, se reunió documentación complementaria sobre otros inmuebles, sociedades, aviones, barcos, automóviles –entre los cuales resaltan los dos ya célebres aviones, un crucero valuado en un millón y medio de dólares y una Ferrari 430–, que se le atribuyen Sergio.
A la vez, se intenta reconstruir la ruta de unos 50 millones de pesos en cheques de la empresa Meldorek, que él y los suyos depositaban en dos financieras para luego cobrarlos en billetes de baja denominación. Sin embargo –según una fuente del juzgado– todavía falta determinar con precisión el mecanismo con el cual, supuestamente, el mayor de los Schoklender derivó fondos de la Fundación a las sociedades en las que tiene la mayoría accionaria.
Sin embargo, el aspecto político del caso es discordante con su correlato judicial, ya que su lectura transita por los escarpados senderos de la criminología mediática. Mientras las diputadas de la Coalición Cívica Elsa Quiroz y Maricel Etchecoin Moro seguían fatigando estudios de televisión para ufanarse de su denuncia por lavado de dinero en una operación inmobiliaria cuyo epílogo fue una deuda; es decir, la ausencia de dinero, el diario Clarín, en su edición del 8 de junio, apuntó directamente sobre el Gobierno con una acusación contra el Banco Central por haber bajado de la lista de morosos unos 34 cheques impagos de Meldorek; en 2007 y 2006 –siempre según ese matutino– el Bcra hizo lo mismo con otros cheques de la Fundación. Lo cierto es que la acusación no tardó en desinflarse con el correr de las horas, luego de que la entidad bancaria encabezada por Mercedes Marcó del Pont demostró con documentos en la mano que todos esos cheques sin fondos fueron pagados dentro de los 15 días posteriores a su emisión, por lo que quienes los libraron fueron retirados en forma automática de la lista en cuestión. En paralelo, la señal TN, Clarín y La Nación deslizaron un cisma en las organizaciones de derechos humanos al emitir y publicar presuntas declaraciones de algunos referentes, entre los cuales estaba Taty Almeida, de Madres-Línea Fundadora. Su desmentida fue: “Hay multimedios que pretenden desunir a los organismos de derechos humanos. Y no tolero que me den vuelta las cosas. Exijo que TN deje de inventar declaraciones que yo jamás hice”. En términos similares se manifestó Nora Cortiñas –tambien de la Línea Fundadora–, al aclarar que ella nunca dijo que “a Bonafini hay que investigarla”.
Lo que se dice, una tragedia convertida en oportunidad.
Fuente:MiradasalSur

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