Los operativos ilegales
Las detenciones "se hacían sin orden del juez, se tabicaba a los detenidos y se los trasladaba" a un centro clandestino.
Salman, ex jefe de informaciones en Las Rosas.
Adolfo Rubén Salman, ex comisario que se desempeñó como jefe del Servicio de Informaciones de Las Rosas durante la última dictadura, reconoció ayer ante la justicia federal en el marco de la causa Díaz Bessone la mecánica en la que se desarrollaban los hechos de represión ilegal, a los que llamó "operativos por izquierda". También mencionó cómo los funcionarios policiales recibían instrucciones directas del Comando del II Cuerpo, Areas 211 y 212 y, a su vez, dentro del ámbito policial cómo el accionar represivo dependía del Servicio de Informaciones de Rosario, donde al decir del testigo "se aglutinaban los detenidos políticos".
En otro tramo de su testimonial el ex policia dijo que "quienes llevaban adelante los operativos elevaban informes periódicos al Destacamento de Inteligencia 121, que estaba cerca del tribunal", en Bv. Oroño casi 3 de Febrero. "A veces pedían informes sobre determinadas personas, no asiduamente. Me acuerdo que a cargo del destacamento estaban Saa y Sotera. Los conocí a los dos", dijo.
Ante la pregunta del fiscal de la causa Gonzalo Stara sobre la relación existente entre la Policía, el Destacamento de Inteligencia y la máxima jerarquía del comando, respondió: "Había un coordinador entre las fuerzas. Saichuck me acuerdo que estaba encargado de hacer esa tarea. Y todo dependía del Ejército. En ese tiempo estaba al mando de la fuerza policial el Comandante Feced... yo detuve a tres personas que gracias a Dios están vivas".
Salman señaló ante los jueces que en una oportunidad Feced le mostró un álbum de fotografías donde constaban las fotos de las personas desaparecidas, y ante la pregunta de la abogada querellante Gabriela Durruty sobre quien fuera secretario de Feced, de apellido Corrales, el testigo señaló que no recordaba "si cumplía funciones operativas".
Por otra parte, la querella de Hijos le preguntó si recordaba algún otro miembro de la patota que operaba en el Servicio de Informaciones más allá de los dos nombrados (ya fallecidos), y Salman dijo no recordar a nadie más.
En el momento de ser interrogado sobre las detenciones que reconoció haber hecho manifestó que "la orden había sido verbal y emitidas desde Rosario". "Todo era verbal, todo lo que se escribía era en original sin duplicado para no dejar antecedentes. La orden me la transmitió personalmente alguien del comando. Por eso todo detenido se pasaba al SI donde se aglutinaba la gente y nada más. El informe tenía que ser escueto, así nomás, una especie de formulario", apuntó.
Salman dijo que se negó a cumplir órdenes aberrantes en su tarea al frente del Servicio de Informaciones de Las Rosas en el mes de marzo de 1977. "Yo tenía que acatar órdenes y no revisarlas, fuimos peones del circo. Nos usaron como cualquier cosa y nos tiraron como sucedió conmigo", sentenció el ex policia ante el tribunal.
Este ex agente había prestado declaración en el marco de la causa Guerrieri Amelong en octubre de 2009, donde entregó un documento interno del Destacamento de Inteligencia 121, en el que podía leerse claramente cuáles eran los objetivos marcados por la inteligencia militar: la estructura de Montoneros, la Unión de Estudiantes Secundarios, la Juventud Peronista, entre otras organizaciones en la que muchos de sus miembros están tachados con una cruz, y varios de los marcados en su costado con una letra A. "Esto quieren decir que fueron ajusticiados", explicó Salman.
También detalló de qué se trataban "los operativos por izquierda: eran aquellas detenciones que se hacían sin orden del juez, en las que se tabicaba a los detenidos y se los trasladaba a un centro clandestino de detención", concluyó.
Fuente:Rosario12
15/06/2011
Juicio Díaz Bessone
“El Batallón 121 daba las órdenes”
Por Juane Basso.
Dorrego casi San Lorenzo. La ventana del sótano del SI.
En una nueva audiencia del juicio contra una parte de la patota de la dictadura que dirigió el comandante de Gendarmería Agustín Feced, este martes declaró Adolfo Salman, un ex policía que mandó en cana a sus ex camaradas.
En este juicio, que lleva adelante el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 2 de Rosario, están sentados en el banquillo de los acusados el ex comandante del Segundo Cuerpo del Ejército, Ramón Genaro Díaz Bessone; los ex policías rosarinos José Rubén Lo Fiego, Ramón Rito Vergara, Mario Alfredo Marcote y José Carlos Scortechini; y al civil Ricardo Miguel Chomicky.
Adolfo Salman es un policía de la provincia de Santa Fe que revistó en la fuerza desde el año 1969 hasta marzo de 1977, y que actualmente vive en la ciudad de Las Rosas. Este martes declaró como testigo y su testimonio permitió establecer la estrecha articulación que hubo durante el terrorismo de estado en la región, entre el ejército y la policía.
El ex policía ya había declarado en la causa Guerrieri Ámelong. “Yo desempeñaba tareas en Las Rosas ‒declaró Salman‒. El comisario Saichuk (fallecido) era el encargado de esa zona. Nosotros, dependíamos del ejército. El Mayor Morales era el que daba las órdenes, pedía información de la gente. Se investigaba lo que ellos pedían, se hacían tareas de inteligencia, se debía traer información de toda la familia de la gente, de cómo se movía. El Batallón 121 daba las órdenes. En el 73 empecé a trabajar en el servicio”.
Salman confesó que “se hacían reuniones en el Comando, de asesoramiento para los policías, donde Galtieri daba las órdenes, sobre como hacer tareas de inteligencia. Nos daban cátedra, nos lavaban el cerebro también”.
Con la intención de mostrar la conexión entre ejército y policía, el ex agente aportó en su anterior declaración, documentación que ya había presentado ante la Conadep en los primeros años de la vuelta de la democracia. Salman recordó que sus actitudes le valieron un concejo de guerra y varios años de detención.
El testigo confesó que “en una oportunidad Feced me mostró un álbum de fotografías donde constaban fotos de las personas desaparecidas”.
“Yo detuve a tres personas que gracias a dios están vivas”, dijo en un tramo de su declaracióny más adelante agregó: “Yo tenía que acatar órdenes y no revisarlas, fuimos peones del circo. Nos usaron como cualquier cosa y nos tiraron como sucedió conmigo”.
Chomicky habló otra vez
El dato sobresaliente de la semana se dio este lunes, con la ampliación de la indagatoria de Ricardo Chomicky, el acusado del juicio que encierra en su persona la doble condición de víctima y acusado. Chomicky fue secuestrado a fines de 1976 y llevado al centro clandestino de detención que funcionó en el Servicio de Informaciones de la policía (SI), pero en la actualidad se encuentra imputado por los delitos de asociación ilícita y aplicación de tormentos, acusado por varios de sus ex compañeros de cautiverio, quienes lo denuncian como colaborador de la patota de Feced.
Este lunes Chomicky pidió hablar de nuevo ‒ya lo había hecho al inicio del juicio‒, según manifestó para “puntualizar algunos hechos una vez que pasaron los testimonios de la audiencia”.
A lo largo de su declaración, Chomicky se defendió de señalamientos realizados por algunos testigos del juicio. “En todas las declaraciones de los testigos, no ha habido una sola persona que pueda asegurar, salvo (Juan Carlos) Ramos, sobre mi participación en alguna detención”, dijo el acusado.
Entre otros, Chomicky repasó el testimonio del ex canciller Rafael Bielsa ‒que declaró semanas atrás en este proceso‒. “Hemos escuchado el testimonio de Bielsa quien me alojó en su casa a fines del 76´. Llegué y me fui solo. Es ex canciller de un gobierno que propició estos juicios, no podemos pensar que tuvo animosidad. ¿Si yo conocía el domicilio de Bielsa, por que no di ese domicilio?”, se preguntó. Con el testimonio de Bielsa ‒propuesto por la abogada de Familiares, Gabriela Durruty‒, el Cady (apodo de Chomicky), se anotó un testigo a favor de su versión de los hechos (ver nota sobre la declaración de Bilesa).
Luego Chomicky continuó: “Sólo di el domicilio de Ramos, y fue bajo tortura. El mismo Ramos dijo que me vio en el día de su detención tirado en el asiento de atrás de un auto. Fue para parar la tortura y las violaciones de Folch”. Nilda Folch era la pareja de Chomicky, también estuvo en el SI, y al igual que el Cady es acusada como “colaboracionista” y se encuentra prófuga (ver nota sobre la declaración anterior) .
Chomicky también dijo al tribunal que otro de los testigos, “(Gustavo) Mechetti, ante una pregunta del tribunal, respondió «no, en mi caso no, no, no, no»”. Ocho veces dijo que no”. “Estoy sentado aquí por los tormentos de Mechetti”, agregó Chomicky.
El acusado luego se preguntó: “¿Pude haber apremiado a dos o tres personas de las cien que pasaron?”. Y se respondió: “Yo sé que el testimonio tiene preponderancia vital, no puede ser que sobre cien testimonios sólo tres lo refieran”.
En su declaración, Cady también se refirió a la acusación del delito de “Asociación Ilícita” que se le imputa. “Mi permanencia fue en calidad de secuestrado ‒dijo‒, no entiendo como uno puede ser miembro de una asociación ilícita que participa de su propio secuestro. Además no hay un solo testimonio que me sindique como participe de algún hecho posterior a mi libertad”.
Tras eso se dirigió a sus ex compañeros de militancia: “Entiendo a los compañeros que luego de ser torturados, humillados, estén desconformes con mi situación de privilegio, pero eso fue decidido por Feced. Si a eso le sumamos mi casamiento en cautiverio, el padrinazgo. Mi participación fue cebar mates, limpiar. La imputación de mis compañeros fue la alta traición y no haber declarado luego de mi libertad. Pero no han cuidado ni el más mínimo detalle de imputarme cuando aún no estaba detenido. Quisieron instalar la teoría del doble agente. Yo tenía 15 años”.
Para discutir algunas acusaciones que le realizaron una media docena de testigos, Chomicky repasó fechas y lugares con la intención de reafirmar su condición de víctima, y probar su tesis de que la decisión de sus ex compañeros de acusarlo, se tomó luego de que él se negara a declarar en los primeros juicios, en los comienzos de la democracia.
“Que pasa entre el 83 y 84?, se preguntó Cady, y se respondió: “pasa mi negativa a denunciar. Me fueron a hablar para que declare y me negué, por lo que ya expliqué, y me dijeron que de una u otra forma iba a declarar”.
Chomicky volvió una y otra vez sobre su condición de “víctima”, y “militante popular”. “En estas audiencias ‒aseguró el acusado‒, se ha podido probar que hubo un plan sistemático de persecución y exterminio de organizaciones, también se ha probado cual fue mi postura, que fue combatirlo, no desde una mesa de bar de facultad, ni de la comodidad del exilio. Me fui a militar a un barrio y dejé la comodidad de barrio Martin, no me entregué en ningún cuartel para asegurar garantías”.
Cady ofreció unos papeles al tribunal y dijo “pongo a disposición un documento de la división judiciales del SI, fechado en octubre del 76´, con firma de Seichuk,en la que dice que yo estaba prófugo y que era soldado del ejército montonero. No hay duda que a quien tienen sentado aquí fue un militante popular”.
También dijo Chomicky que “el funcionamiento del SI queda a la vista por los numerosos testigos. Dada la calidad de imputado no puedo hacerlo, es más, en instrucción se me está juzgando como víctima y no pude declarar por esta situación. Hace días se confirmó el procesamiento por los mismos hechos, no sé si existe este caso de ser víctima y víctimario en los mismo hechos”.
Y luego manifestó: “Creo que lo único que se ha probado en este juicio es que tienen sentado a un pibe de 19 años, que fue secuestrado junto a su novia de 18 y que fue torturado, y sometido al servilismo. Aquí se han mostrado muchas fotos, a veces se pierde la noción del tiempo, (muestra una foto) a este pide de 19 años es a quien se está juzgando y no a este viejito de 50 y pico de años”.
La causa
Los imputados están son acusados de integrar el aparto represivo que operó entre 1976 y 1979 en el entonces Servicio de Informaciones (SI) de la policía rosarina, el centro clandestino de detenciones más importante del sur de la provincia de Santa Fe.
El SI funcionó en la ochava de Dorrego y San Lorenzo, en pleno centro de esta ciudad, en un viejo edificio donde estuvo durante años la Jefatura de Policía de Rosario y que ahora alberga a la sede local de la Gobernación. Se estima que por ese lugar pasaron al menos 1.800 detenidos-desaparecidos.
Esta parte de la causa Díaz Bessone que fue elevada a juicio oral, tiene 91 víctimas del terrorismo de Estado y más de 160 testigos que han ido aportando sus relatos sobre lo ocurrido en el SI durante el primer año de la última dictadura.
El TOF 2 está integrado por los jueces Otmar Paulucci, Beatriz Caballero de Barabani y Jorge Venegas Echagüe, mientras que el equipo fiscal que lleva adelante la acusación está conformado por Gonzalo Stara y Mario Gambacorta.
Al cierre de la audiencia de este martes, desde el tribunal informaron que el juicio se retomaría recién el 28 de junio.
Fuente:RedaccionRosario
"El AGUANTE"
Fotos:Adriana Velazco
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