19 de junio de 2011

DÍA DEL PADRE: OPINIÓN. - EL REENCUENTRO FAMILIAR DE DOS HIJOS DE UN MILITANTE DESAPARECIDO.

OPINION
En el Día del Padre
Por H.I.J.O.S.
Los hijos de desaparecidos tuvimos durante mucho tiempo que ocultar o tergiversar nuestras historias personales y pronunciar los nombres de nuestros padres en voz baja. Hoy queremos decirles que estamos orgullosos de ellos y de su militancia, que nos enaltece que hayan luchado hasta el final contra una dictadura cívico-militar genocida.

Ni nuestros padres ni nosotros elegimos no compartir este domingo. Pero estamos seguros de que en todas las mesas donde se noten esas ausencias se levantará la copa por ellos, para recordarlos, para no olvidarlos y para reivindicar su lucha. También brindaremos porque el Juicio y Castigo a los genocidas, por el que luchamos desde hace 16 años, es una realidad.

Queridos viejos: son tiempos de cambio en nuestro país, seguro estarán festejando como nosotros que por primera vez un futuro de inclusión, dignidad y justicia social es posible. Queremos decirles que descansen tranquilos, porque hoy el pueblo está de pie y nos acompaña en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia. Sepan que seguimos peleando por todo lo que falta y por esa hermosa patria libre, justa y soberana con la que ustedes también soñaron.

* Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio.
Fuente:Pagina12


Encuentro generacional signado por la ausencia
De padre a padre: “les pasamos a nuestros hijos la posta de la lucha”
Publicado el 19 de Junio de 2011
Por Florencia Halfon-Laksman
Teobaldo Altamiranda estuvo en la primera ronda de las Madres en la Plaza de Mayo, reclamando por su hijo. Camilo Juárez tiene una nena y un varón. Tenía siete años cuando su papá fue secuestrado y formó parte de H.I.J.O.S.
Los padres les enseñamos a los chicos a jugar a la pelota, los llevamos al colegio, nos ocupamos de la parte más divertida”, dice el hombre de mayor edad. El más joven no está de acuerdo: “Depende de cada caso. Yo me ocupo de todas las tareas del hogar”, asegura. Pero coinciden en algo contundente: “Los padres les pasamos a los hijos la posta de la lucha.”
Camilo Juárez tiene ahora 43 años, pero tenía siete cuando su papá, el cineasta y dirigente de la Juventud Trabajadora Peronista Enrique “Quique” Juárez, pasó a integrar la lista de desaparecidos de la última dictadura militar. Lo mismo ocurrió el 13 de enero de 1977 con el hijo de Teobaldo Altamiranda, Rubén Omar, y eso lo convirtió en un “Padre de Plaza de Mayo”, que estuvo presente desde que se hizo la primera ronda alrededor de la pirámide.
Son padres. Son hijos. Y la lucha a la que hacen referencia es aquella de la militancia peronista de los años ’70, cuando a los dos les cambió la vida para siempre.
En diálogo con Tiempo Argentino, que los reunió por primera vez, cuentan qué significa para ellos el Día del Padre y por qué creen que “en diez años se va a dimensionar cuánto avanzó el país en materia de Derechos Humanos”.

–¿Creen que hay algo distinto en el modo de lucha de los padres y de las madres?
Altamiranda: –En la Plaza, por ejemplo, siempre hubo padres. Fuimos a acompañar a las madres, pensando que las íbamos a proteger cuando las golpearan, pero las golpearon igual. La policía en esa época pegaba muchísimo. Ellas respondían, nosotros no. Peleaban como leonas. Tenían el dolor de una madre, que representa todo. Ella tuvo al chico en sus entrañas. Es la que tiene que pelear y buscarlo. Y buscaban como locas y peleaban como locas. Abandonaron todo: trabajo, estudio, profesiones. Se dedicaron nada más que a eso. Y alguien tenía que trabajar. Pero ellas no quedaron solas: en las rondas estábamos todos ahí.
Juárez: –También hubo casos como el de mi abuela, por ejemplo, que se reunió con las Madres, hizo habeas corpus con ellas, pero al tener tres chicos que criar, y siendo una mujer tan grande, sabiendo que estaba tan complicado el tema de reclamar por los desaparecidos, decidió criarnos y no participar del grupo.
–¿La paternidad modifica la militancia?
J: –Yo estuve en la fundación de H.I.J.O.S., pero dejé de militar activamente un tiempo después de que nació mi hija, en el ’98. Igual iba a todos los escraches, las marchas. Pero me separé y me quedé criándola. Era chiquita y mi trabajo ya me consumía mucho. Hoy sigue viviendo conmigo. Está en la preadolescencia, empezó el secundario. Está divina: rebelde, cuestiona la autoridad. No sé a quién habrá salido. También tiene mucho sentido del humor. Y hace menos de dos meses nació el varón.
–¿Cómo intervenía la política en la cotidianeidad de sus familias?
A: –Mi hijo, Rubén Omar, se crió con mi militancia peronista. Él tenía tres años y su hermana Isabel Mónica un año cuando, en 1956, me quisieron fusilar y después quedé preso durante 13 meses en Magdalena, así que de chiquito empezó a ver esas cosas y le venía inculcando eso, aunque en la escuela bilingüe a la que él iba, en Florida, le contaban todo lo contrario a lo que yo le explicaba. Cuando estábamos juntos, le enseñaba, y él a veces discutía con sus profesores sobre el tema.
J: –En medio del terror, cuando desapareció Estela, la segunda mujer de mi viejo, y mi mamá estaba detenida, él nos juntó a los tres hermanos en Montevideo, y escribió una carta en la que decía que, a pesar de todo, esos tiempos con nosotros fueron los momentos más felices de su vida. Como padre era amoroso, pese a estar inmerso en toda esta locura que fue la represión. Tenía un humor muy particular y trataba de que el tiempo que compartía con nosotros fuera grato. Hoy escuchaba una propaganda del Día del Padre que decía que cuando sos chico pensás que tu papá es el mejor y que cuando sos grande te desengañás. En mi caso no pudo ser así. Fue un excelente padre y sigo pensando eso. Trataba de explicarnos cualquier cosa: le gustaban los western y nos explicaba que estaban escritos desde la visión del cowboy y no del indio. Estaba preocupado porque tuviéramos ideas desde lo social. Era una época de mucho compromiso. Todos los que me presentaba eran tíos. Yo le preguntaba cuánto tíos tenía y me decía “son muchos”.
A: –Un día, en 1971, mi hijo Rubén me citó en la plaza de Florida y yo creí que me iba a decir que tenía una noviecita. Nunca me había presentado una y ya tenía 20 años. Pero me dijo: “me afilié a la Juventud Peronista”. Le dije que tratara de no involucrarse mucho como lo hice yo, porque se pierde mucho en esta vida así. Y militó con esa juventud maravillosa. Cuando empezó con Montoneros, lo vi convencido y le dije “entonces, te acompaño”.
–¿Cómo es ser padre después de una pérdida tan importante?
A: –Yo seguí criando a mis otros tres hijos y educándolos en el mismo sentido. Tuve reproches de sus madres –son de dos matrimonios distintos– por el modo en que comprometí a todos cuando eran muy chicos. Yo dejaba que Rubén se quedara en mi casa cuando estaba clandestino. Pero también los iba a buscar, los llevaba a la escuela, al médico. Y en las horas que tenían libres, los llevaba a la plaza. Nunca tuve miedo. A lo mejor tengo una tara pero no me daba cuenta del peligro.
J: –En H.I.J.O.S. peleamos por justicia para nuestros viejos, que viene bastante lenta, pero mientras tanto queremos un país mejor para nuestros hijos. Como padre, quiero dejarles un mundo mejor. Mi compromiso es por mi viejo pero también por mis chicos. No es una cuestión sólo del pasado. La mayoría de los H.I.J.O.S. empezamos a ser papás y tenemos que contarles a los chicos esta historia. Escribirla para ellos y con ellos.
A: –Los H.I.J.O.S. tienen una participación impresionante en todos los juicios de todas las provincias. Para nosotros, los más grandes, son una bocanada de aire fresco enorme. A los organismos nos vino muy bien, porque son los continuadores y tal vez le den un fin algún día a esta historia.
–¿Qué les pasa cuando llega el Día del Padre?
A: –Después de que desapareció Rubén, es difícil para mí celebrarlo. A veces me encuentro con mis otros hijos, no quiero ser egoísta en eso.
J: –Son fechas en las que siempre pensás, a pesar de que sean cuestiones comerciales que impone el sistema. Te pesan por la ausencia. Pero cuando tuve a mi hija, cobraron otro sentido. Como cuando se dispuso que el 24 de marzo fuese feriado: no me pareció lógico, porque se iba a rajar todo el mundo. Pero después vi que eso no pasaba, las marchas del 24 son masivas. El año pasado, en el acto de la ESMA estuve charlando un rato con Néstor Kirchner. Con su muerte, los hijos quedamos huérfanos por segunda vez. Reivindicar la lucha de nuestros viejos es muy lindo pero nos hacen falta. Y a partir de este momento de memoria, verdad y justicia, ellos pueden estar orgullosos de los cambios que estamos haciendo porque esta es una nueva etapa.
Fuente:TiempoArgentino



Crónicas a flor de piel
Los papás de nuestra patria
Publicado el 19 de Junio de 2011
Pienso también en los que no han podido conocer a sus padres. En los que fueron arrancados de sus brazos para ser entregados a otros que ocupan un lugar de mentira en la vida de esos niños.
No me cabe concebir ninguna necesidad tan importante durante la infancia de una persona que la necesidad de sentirse protegido por un padre.
Sigmund Freud

Estoy en Mar del Plata. Aquí concluye mi gira. Después de dos meses de visitar ciudades nuestras y ajenas, este es nuestro destino final. Afuera hace frío, pero dan ganas de salir a encontrarse con el horizonte. Con el mar. Pisar la arena. Sentir el viento frío tiene su encanto. Siempre vivimos a través de nuestros sentidos, pero muchas veces los tenemos atrofiados, porque no hay tiempo. Eso tiene nuestra época. Urgencia. Mucha urgencia. No hay cuando parar la pelota y observar la belleza que nos rodea.
La semana pasada viajamos a Mendoza. Mientras tomábamos la ruta, vimos un cartel genial que decía: “Acá se duerme siesta.” Brillante. El chofer que nos trasladaba al hotel nos explicaba que de una a cinco de la tarde la gente descansa. ¡¡¡Bien ahí!!! Pensaba que eso sucede en todo el interior. Se vive más despacio. Con mucha más tranquilidad.
Mis padres se mudaron a Tanti hace algunos años. Durante mucho tiempo veranearon en las sierras de Córdoba y sentían que ya era tiempo de alejarse del ruido porteño, de tener una vida un poco más conectada con la naturaleza. Y cada vez que vamos a visitarlos con mi hermana y nuestros hijos, sentimos lo mismo: que todo se detiene, se vuelve más nítido, más real. El sol, la luna, las montañas, los ríos, la naturaleza se percibe de otra manera. Hay un nuevo entendimiento. Hay conexión. Entonces pienso en mi padre, que está feliz, pero lejos. Lejos para poder darle un abrazo en su día.
Siempre fui reacia a las fechas impuestas: siento que el capitalismo las necesita para el consumo extremo, y que no tienen mucho de verdad. Igual, mas allá de mi pensamiento, es un día en el que padres e hijos se juntan y celebran. Y cuando estas fechas se acercan, no podemos dejar de pensar en los que no están. En todos aquellos que han perdido sus afectos, y sienten el dolor profundo de no tenerlos cerca. Los recuerdos, las frases no dichas, las preguntas sin respuesta, las ganas de volver a encontrarse, de recuperar el tiempo perdido, de charlar. Mis padres perdieron a sus padres hace ya mucho: mis abuelos murieron cuando yo era muy chica. Y sé que más allá del tiempo transcurrido, el dolor por la pérdida sigue latente. Aunque los años transcurren, los recuerdos se vuelven imborrables.
Pero la vida continúa y el mundo no se caracteriza por ser un lugar justo. Hay mucho dolor, mucho sufrimiento. Pienso también en los que no han podido conocer a sus padres. En los que fueron arrancados de sus brazos para ser entregados a otros, que ocupan un lugar de mentira en la vida de esos niños. Eso pasó acá. En nuestro país. Muchos hombres y mujeres todavía viven bajo una identidad falsa y no lo saben, o prefieren no saberlo. Por eso, la lucha de Abuelas ha sido tan esperanzadora. Más de 142 nietos recuperados han podido reencontrarse con su historia. Han podido cerrar su cuenta pendiente con el pasado. Todavía queda mucho por hacer. Y tenemos confianza en que todos los que aún no saben su verdadera historia llegarán a conocerla. Por eso me repugna tanto que estén ensuciando la imagen de Hebe de esta manera: hace dos semana que los medios hegemónicos buscan sembrar sospechas sobre una luchadora a la que tanto le debemos. Pero la verdad siempre emerge.
A propósito, esta semana supimos, sorpresivamente, que Felipe y Marcela no apelarán el último fallo de la Cámara de Casación Penal: después de tantas idas y venidas, se harán las extracciones de sangre o saliva, y los datos se cruzarán con todo el Banco Nacional de Datos Genéticos. ¡¡¡Stop!!! No les creo nada, y me parece que ese sentimiento lo compartimos varios. Con toooodo lo que hicieron para no hacerse los ADN. Apelaron y apelaron y apelaron, y siguieron apelando. Contaminaron las pruebas de ADN anteriores, hicieron un video ante las cámaras hablando de persecución y se victimizaron. Y claro que son víctimas, pero no de este gobierno, sino de esa madre abominable que los engañó durante toda su vida. Y ahora dan vuelta la tortilla, y dicen que esto se podría haber terminado hace ocho años. ¡Ah, bueno! ¡Chantas totales! Tienen tanto poder que no me extrañaría que estén haciendo otras de sus jugarretas. Ojalá me esté equivocando, que de una vez por todas este tema deje de postergarse y finalmente la verdad salga a la luz.
Y sinceramente, no sólo por las consecuencias que pueda tener el esclarecimiento de este caso particular. Sin duda, al estar involucrado el principal grupo mediático del país, es una cuestión resonante y afectará varios aspectos de nuestra vida cotidiana. Pero más allá de eso, me parece muy importante que pueda servir para los muchos chicos que desconocen los verdaderos orígenes de su historia, o para que los que tienen dudas sobre su identidad puedan animarse a indagar. Porque si no, en algún lugar de la mente, esas dudas siguen ardiendo. Y ese tipo de cuestionamientos es una compañía inquietante. Y son para toda la vida. En estas cosas no hay punto final.
Lo mismo que con las Islas Malvinas. Esta semana recibimos la visita del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Además de elogiar las décadas de lucha de las Madres y Abuelas y las políticas de nuestro país en Derechos Humanos ratificó el respaldo de la ONU al reclamo argentino por la soberanía de Malvinas. El Reino Unido debe acatar la Resolución Nº 2065 (¡de 1965!) y sentarse a dialogar y negociar una salida política a la disputa por la soberanía de las islas.
El martes nuestra presidenta, en un acto ninguneado por los medios hegemónicos, le entregó el DNI a un malvinense que tramitó su partida de nacimiento en Ushuaia, James Peck. Una historia increíble. Descendiente de cuatro generaciones de kelpers, hijo de un combatiente británico en la guerra, es artista plástico, vive en Buenos Aires, reconoce que las Malvinas son argentinas, y decidió renunciar a la nacionalidad británica.
Cristina también se reunió con el presidente electo de Perú, Ollanta Humala, de visita en el país para conversar sobre la comunidad peruana en la Argentina y las posibilidades de lograr acuerdos con el Mercosur. Cabe recordar que durante la Guerra de Malvinas, los peruanos pusieron sus aviones y pilotos a nuestra disposición en un gesto de solidaridad inusual en un conflicto de esas características. Luego, en los mafiosos ’90, durante el gobierno de Menem, la venta ilegal de armas a Ecuador nos distanció de nuestros hermanos. Pero parece que los próximos años volverán a acercarnos: bajo el mandato de Humala, Perú se sumará a los esfuerzos para fortalecer la unión regional a través de la Unasur.
El miércoles, del otro lado del océano, por el continente viejo, en el Parlamento británico hicieron referencia a que la OEA (con socios históricos de los ingleses como Canadá y los EEUU, pidió que el Reino Unido se siente a negociar con la Argentina cuanto antes. Y el primer ministro, David Cameron declaró que “mientras las Falklands quieran ser territorio soberano británico deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto final de la historia.” ¿Así porque sí? ¿Porque lo digo yo?¿A quién se comió? ¿Se piensa como el Rey de España que puede mandar a callar a quien quiera...?
La respuesta de la Cancillería calificó los dichos de “deplorables” y “arrogantes”. Cristina, evidentemente molesta, fue un poco más dura: “un gesto de mediocridad y casi de estupidez”. Les recordó que son una potencia colonial en decadencia y que el imperialismo es, además de injusto, antiguo. Pero aclaró que vamos a seguir hasta recuperar las islas a través del derecho internacional y la paz. Pensar que en los ’90 la palabra soberanía se había borrado de nuestro diccionario.
Mañana es el Día de la Bandera. No voy a ponerme a hablar de historia. Es feriado, así que aprovechen a descansar. Y si a la noche les dan ganas, les recomiendo, ver el estreno en televisión de Belgrano, a la noche por la TV Pública.
Feliz día a todos los papás, especialmenta a mi papá Julio, que lo amo profundamente.
Y ¡viva la Patria!
Fuente:TiempoArgentino


19-06-2011
El reencuentro familiar de dos hijos de un militante desaparecido
Mario y Alicia, ambos adoptados, se conocieron en la adolescencia como hermanos de sangre. Su madre biológica, los halló y allí supieron que eran hijos de un dirigente sindical perseguido.

Para verificar su identidad, los hermanos debieron realizar sendos recorridos por Abuelas, Conadi y la Secretaría de Derechos Humanos. El análisis de ADN fue compatible en un 99,9%.
Delcia Karamoschon
Funes.— Mario Morello, de esta ciudad, y su hermana Alicia Di Rino, de Carcarañá, vivieron en los últimos años la historia que jamás pensaron que los haría noticia: descubrieron que son hijos de un militante chaqueño desaparecido, conocieron a su madre biológica y a otros cuatro hermanos directos, un medio hermano del primer matrimonio de su padre, cuatro más de una segunda pareja de su mamá, más una abuela octogenaria y muchos sobrinos.

El siempre supo que era hijo adoptivo. No así su hermana Alicia, quien se enteró de ello a los 18 años y por un dato que le dio un pariente dio con Mario. "Antes de saber que éramos hermanos nos cruzábamos en el colectivo porque ella vivía en San Jerónimo Sud y yo estudiaba en la escuela de esa localidad", comentó Mario.

En 2007 la madre de ambos, Elsa Sánchez, dio con ella y en el reencuentro la mujer relató que un día su marido, Secundino Vallejos, por el acecho de los servicios de inteligencia mientras vivían en Villa Berthet (Chaco), la embarcó en un tren "conmigo en brazos y a dos hermanos más de 4 y 5 años los escondió dentro de un baúl de ropa", recordó Alicia.

Viajaron a Carcarañá donde vivía su cuñado que supuestamente les daría albergue. Elsa estaba embarazada de Mario y sin nada. "Pasamos hambre, casi muero por desnutrición, vivíamos en un galpón y me tenía envuelta en una pañoleta sin ropa, sólo tomaba agua con azúcar, por lo que decidió darme en adopción", dijo Alicia.

La mujer no pudo ubicar a los hermanos más grandes y luego nació Mario. Lo anotó con el apellido del cuñado para que cobrara la asignación por hijo y ayudarla, cosa que no hizo. Desesperada, lo entregó a los Morello, un matrimonio de Roldán.

Tras un año de miserias Elsa volvió al Chaco pensando que todo había pasado, pero los servicios de inteligencia continuaron persiguiéndola y apenas regresó a la casa de su madre la llevaron a un centro de detención clandestina de Roque Sáenz Peña.

La abuela con sus dos nietos alcanzó a escapar y se escondieron por dos meses en el monte, mientras los militares torturaron a Elsa en la silla eléctrica y estuvo internada en muy mal estado. No sabía nada sobre la militancia de su esposo, por lo que no pudo dar información.

La mujer contó a sus hijos que una noche abrieron un portón, le dijeron que corra y que no mire para atrás porque si lo hacía, le iba a pasar lo mismo que a su marido. Caminando, volvió a la casa de su madre.


En 2007, Alicia le contó a Elsa que conocía a su hermano, y lo llamaron por teléfono. "En ese momento estaba distanciado de mi esposa y le dijo que no vivía más ahí", recordó Mario. Pasaron tres años hasta que finalmente madre e hijo se reencontraron. "No me lo voy a olvidar nunca más, me abrazó y volví a experimentar la protección que no había sentido desde hace 15 años, cuando murió mi mamá adoptiva. Cuando se despidió, me dijo, ‘me puedo morir tranquila porque ya te vi’", recordó Mario.


Luego de conocer la historia, Mario y Alicia se dirigieron a la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, donde les dijeron que hacer expedientes y análisis llevaría dos años. Entonces fueron a Capital Federal.

El reencuentro.
Alicia es comerciante, vive en Carcarañá, está en pareja y tiene 4 hijos de entre 16 y 4 meses. Mario, desde hace años está radicado en Funes, casado y con una hija de 11 años. Es periodista y militante del Frente Progresista Solidaridad e Igualdad. "Ahora me explico, lo traía en los genes porque tanto mis padres adoptivos como mi hermano, nunca estuvieron en política", afirmó.

De acuerdo a datos oficiales, Secundino nació en Villa Berthet e ingresó a la escuela a los 18 años. Con el tiempo pasó a ser dirigente del sindicato rural Fatre en la seccional de su pueblo y militante de la JP. Llegó a relacionarse con otro desaparecido del mismo pueblo, Hugo Vocouber.

El "Taco" Secundino y Vocouber, se separaron al tener que pasar a la clandestinidad debido a la persecución militar. Ambos llevaban de provisión un pan que luego cortaron y repartieron, para seguir caminos separados. A partir de allí no volvieron a encontrarse. La familia mantuvo durante un tiempo comunicaciones esporádicas con "Taco" y se enteraron de su secuestro tiempo después de ocurrido.

Según los datos recavados, en Pampa del Cielo −ubicado entre Charata y Las Breñas− apareció un patrullero en el momento en que Secundino cazaba chanchos en compañía de su patrón, quien presenció lo que sucedía. No hay certeza de la fecha, pudo ser entre 1979 y 1980. Para la Conadep, Secundino está desaparecido desde 1976. La información coincide con el relato de un familiar que lo vio por última vez en la noche del 13 de junio de 1976.

En 2006, la Cámara de Diputados de la Nación presentó un proyecto para colocar una placa recordatoria en Villa Berthet en conmemoración de la desaparición de ambos dirigentes y la construcción del "Paseo de la Memoria" en la intersección de las Rutas 4 y 6 de dicha localidad, obra que aún está inconclusa.   
Fuente:LaCapital                                      

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