Por Sonia Tessa
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue la única oradora en el acto del Día de la Bandera. No hizo ninguna mención específica pero habló como candidata al pié de un Monumento con numerosas agrupaciones K y un público cercano y afectuoso. Binner eligió no hacer su discurso y a Lifschitz el protocolo le pidió que suspenda el suyo.
CRISTINA HIZO UN FUERTE LLAMADO A LA UNIDAD DE TODO EL PAIS AL PIE DEL MONUMENTO.
"Aquí está la Argentina orgullosa y erguida"
Cristina habla y Rossi mirá de cerca. También estuvieron María Eugenia Bielsa y Omar Perotti.Imagen: Sebastián Granata
La presidenta fue la única oradora en un acto cargado de significado político. No hizo ninguna mención a su candidatura a la reelección pero habló como candidata y recibió muestras de afecto de los rosarinos. Destacó los logros de su gestión.
Por Sonia Tessa
Cristina Fernández de Kirchner habló como candidata, aunque no haya lanzado aún su reelección. Fue la única oradora del acto por el Día de la Bandera, en un marco de pancartas de distintas agrupaciones kirchneristas que pugnaron por ponerse en el lugar más visible. Escoltada por el gobernador Hermes Binner y su esposa Silvana Codina, a la derecha y el intendente Miguel Lifschitz a la izquierda, la presidenta reivindicó a Manuel Belgrano, a quien calificó como su "favorito", afirmó que se sentía "muy orgullosa" de estar ayer en el Monumento y se atajó de las acusaciones de soberbia antes de decir: "Siento que tengo derecho a estar acá, recordando a Belgrano porque hemos hecho cosas para honrar esa memoria y esa historia". Binner y Lifschitz no hablaron, según se informó, "porque no era el marco adecuado" (ver aparte), y para complacer el pedido de la presidenta de acortar el acto oficial. El único discurso de la jornada tuvo un fuerte contenido histórico y político. "Belgrano quería una argentina industrial, con trabajo, con educación, con progreso", arengó. La mandataria ponderó que "la patria se ha construido con hombres y mujeres que arriesgaron su vida, que dieron todo lo que tenían por la libertad. Y yo siempre digo, si hace 200 años ellos fueron por la libertad, hoy nosotros tenemos que ir por la igualdad de todos los argentinos. Este es el compromiso". En contacto directo con las miles de personas que fueron a vivarla y pedir su reelección del otro lado de las vallas, así como las que participaron del desfile de Alta en el Cielo al lado del palco presidencial y de tantos otros militantes que aprovecharon la bandera más larga del mundo para acercarse más, Cristina recibió regalos y cartas, saludó y observó las muestras de afecto que se multiplicaron. Mientras tanto, las caras largas entre los socialistas que estaban en el palco eran elocuentes.
La presidenta volvió una y otra vez al recuerdo de 2001, y lo hizo en referencia a la crisis de Europa. "¿Se acuerdan de la Argentina de 2001, cuando venían de afuera a ver si nos podían rescatar? Nunca nos vienen a rescatar de afuera, vienen a ver qué pueden llevarse", afirmó la mandataria, quien habló de las acciones "memorables" del gobierno iniciado el 25 de mayo de 2003, con la asunción de Néstor Kirchner. "Aquí está la República Argentina, orgullosamente erguida en el conjunto de las naciones, con una economía que no para de crecer, con argentinos que han recuperado su trabajo y junto a él la esperanza, con niños que ya no van al colegio a recibir comida sino educación y computadora para que puedan estar a la altura de las más modernas economías del mundo", dijo la presidenta, quien recordó a su esposo. "También fue gracias a Néstor, le pese a quien le pese, él fue un visionario, él pudo ver lo que otros no veían, él se animó a hacer lo que otros jamás se hubieran animado. El tuvo la valentía y el coraje de con apenas el 22 por ciento de los votos, contarles a los argentinos que otro país era posible", dijo en un tramo de su discurso, para resaltar dos acciones que consideró trascendentes en el rumbo que tomó el país: la reestructuración de la deuda externa y la estatización del sistema jubilatorio. "Hemos hecho avances inimaginables, hemos reestructurado la deuda, hemos terminado con el tutelaje intelectual y económico", enumeró. "Pero hemos ido más allá. Hemos construido instrumentos de inclusión social, como la asignación universal por hijo, una herramienta alejada de todo clientelismo, ya no va a importar quién es el puntero. Porque esa mujer sabe que no depende de nadie, que no la pueden obligar a ir a un acto, porque le hemos dado dignidad", expresó la presidenta para reivindicar la estatización de las jubilaciones, una medida que fue votada en el Congreso nacional por los legisladores del Partido Socialista. "Recuperar para el Estado los recursos de todos los trabajadores permitió tomar medidas que figuraban en todas las carpetas y programas, pero la Asignación Universal por Hijo no se paga con discursos ni proyectos de ley, se paga con recursos que hemos sabido atesorar y administrar", afirmó la mandataria.
En esa línea, mencionó dos veces a la empresa General Motors, radicada en General Alvear. En un momento recordó el reciente anuncio de una inversión de 600 millones de pesos, que generará 600 fuentes de trabajo. Después, se refirió al crédito que recibió la automotriz en plena crisis internacional. Cristina afirmó que la gestión de los recursos le permitió a la Nación "ayudar en Rosario para que ese año en que creíamos que todo se caía, el 2009, General Motors pudiera conservar las fuentes de trabajo, porque sino hubieran despedido a 800 obreros con alta calificación".
La presidenta no mencionó su postulación a otro período pero el discurso fue claro. "Tengo un gran compromiso como militante política de toda una vida de un campo al que defino como nacional y popular, y no estoy hablando únicamente del partido en el que he militado, no, no puedo ser tan sectaria, hablo de todos los hombres y mujeres de los grandes partidos nacionales, populares y democráticos, que están comprometidos en la lucha por la igualdad", dijo la presidenta, en lo que pareció un tibio guiño al gobernador, sentado a su lado, y candidato a presidente por el Frente Amplio Progresista. La frialdad primó en el trato entre los tres gobernantes, aunque en alguna ocasión la presidenta intercambió frases con Lifschitz.
El discurso abundó y la locutora la repitió en varias ocasiones en apelaciones a "todos los argentinos". "Creo que este primer año del tercer centenario de la patria nos debe ubicar a todos en un lugar diferente, no desde las ideas, a las que abrazamos con fuerza y convicción, sino desde las actitudes, de las actitudes frente al que piensa diferente, aunque sepamos que muchas veces representa intereses que ni siquiera son los propios, pero los que tenemos la obligación de hacer un cambio de actitud somos precisamente los que estamos abanderados en esta transformación que viene operando el país desde el 25 de mayo del año 2003, somos nosotros los máximos responsables de orientar, de ayudar, para cambiar actitudes", dijo la presidenta mientras los militantes del Movimiento Evita y La Cámpora que pugnaron por poner las banderas más visibles frente al palco pedían la reelección y gritaban consignas contra el gobernador. "Binner, gorila, no toques a Cristina", fue una de las frases que se escuchó en el desapacible mediodía.
A ellos pareció hablarles Cristina cuando dijo: "Estamos convencidos de que debemos sobreponernos a las descalificaciones, las injurias, los agravios. Que nada nos distraiga, que nada nos provoque, seamos lo suficientemente inteligentes para saber que el camino de la construcción de la patria está lleno de piedras que van a tirar, pero tenemos que tener la paciencia de recoger una por una las piedras que nos tiran, no para devolverlas, sino para apartarlas del camino y seguir adelante compañeros". En otro tramo, la presidenta recordó su promesa de convertir el 20 de junio en feriado inamovible. "Este 20 de junio, tal como lo prometí el 20 de junio anterior, les dije que iba a lograr que no se corriera. Y aquí estoy, dando examen de haber cumplido", resaltó la mandataria.
En otra ocasión Cristina prefirió dar un mensaje conciliador a sus anfitriones. Cuando hizo su línea histórica apuntó: "Nada mejor que mirar a un Belgrano, que mirar a un Moreno, a un Castelli, a un Monteagudo, un San Martín, un Yrigoyen, Perón y Evita, para encontrar precisamente en esos hombres y mujeres las claves de las cosas que se hicieron. Y para que nadie tampoco se sienta mal, a una Alicia Moreau de Justo, a la que tengo colocada ahí en el salón de las mujeres argentinas. La patria la construimos todos argentinos, con humildad, pero también con dignidad". Se refirió así a una de las máximas figuras históricas del socialismo argentino.
Fuente:Rosario12
La bandera enarbolada
Dos anuncios presidenciales fueron leídos al comienzo del acto del Día de la Bandera. El primero fue la habilitación de la ampliación y mejora del acceso a Rosario por la ruta nacional 34, que quedó completamente abierto al tránsito al mediodía, después del mensaje oficial. El otro fue el decreto presidencial para que la bandera esté enarbolada permanentemente en los edificios públicos.
En el acceso por la ruta 34, el Estado nacional invirtió 30 millones de pesos para que se construya la avenida urbana con dos carriles por mano, con iluminación, semaforización con cruces peatonales, saneamiento hidráulico y veredas laterales. El contrato, licitado y controlado por la Dirección nacional de vialidad (DNV), estableció una sustancial mejora al ingreso a Rosario por el sector noroeste.
Sobre la obligatoriedad de mantener la bandera enarbolada, Cristina Fernández de Kirchner dijo en su discurso que no era una medida original. "No hago más que retomar un viejo decreto firmado por Sarmiento, que más allá de las diferencias, fue un hombre que luchó por el progreso de la Nación".
Fuente:Rosario12
20/06/2011
¿Acto político?
La dialéctica de las masas
Por Horacio Çaró.
Para quienes remarcan las diferencias entre actos “políticos” e “institucionales”, seguramente el de este lunes será catalogado entre los primeros, y se dirá que Cristina Fernández como única oradora refuerza esa idea. Todo acto es político. Pero luego de éste no se hablará durante una semana de los contrapuntos entre Hermes Binner y la Presidenta.
Luego de una semana en la que Binner estrenó ropajes de candidato presidencial recomendando mejores formas de gobernar para conseguir más inversiones y puestos de trabajo minutos antes de que General Motors le anunciara a Cristina que desembolsaría 600 millones de pesos y crearía 600 nuevos puestos de trabajo en la provincia de Santa Fe, no se le puede pedir al gobernador socialista que le agradezca a la mandataria nacional haber quedado mudo, pero lo cierto es que su silencio lo favoreció.
Algunos destacan que el acto fue político por “la fuerte presencia del gobierno nacional”, un argumento pueril si se tiene en cuenta las diatribas que profirieron los mismos medios cada 20 de junio ante alguna ausencia presidencial o ante la escasez de ministros nacionales.
Que haya habido una presencia significativa de militantes peronistas kirchneristas en el acto no puede ser motivo de crítica para los medios locales, acostumbrados a observar a los centenares de cuadros socialistas que acompañan a Antonio Bonfatti o a Mónica Fein en cada inauguración de campaña.
“Binner gorila, cuidado con Cristina”, uno de los cánticos que se escuchó en boca de las columnas kirchneristas, sólo puede sorprender a quienes escucharon el lanzamiento mediático de Binner en Canal 3 sin formularle crítica alguna. “Falta gobernabilidad”, había pontificado el gobernador para contextualizar los episodios de Schoklender y el Inadi. Y agregó, con la mira puesta en Cristina: “Falta conducción”. Es más, si fuera un conductor firme, tal vez hubiera impuesto que se escuchara su discurso. Pero no.
Y cuando la jefa del Estado mandó a su militancia a que “enrollara las banderas”, los jóvenes le obedecieron, y Cristina los mimó: “Enrollamos las banderas, muchachos. Enrollarlas, nunca bajarlas”, lo que ocasionó un coro bien político: “Borombonbón, borombonbón, para Cristina, la reelección”.
La dialéctica de las masas no conspira contra la institucionalidad. Una Presidenta que mide el 52 por ciento de imagen positiva en el mismo lugar en el que la Mesa de Enlace hace dos años dijo que “los Kirchner entorpecen”, un periodismo que se la pasó especulando si en este lunes Cristina anunciaba su candidatura presidencial –por cierto una actitud muy “institucional”– se asusta con los bombos y las banderas. Son los mismos que le hacían notas de color al Tula cuando acompañaba a Carlos Menem. Y nadie hablaba de crispación ni de falta de conducción.
Fotos: Javier García Alfaro
A muchos la presencia de banderas políticas les produce sarpullido.
“Enrollamos las banderas. Enrollarlas, nunca bajarlas”, pidió Cristina.
La dialéctica de las masas no conspira contra la institucionalidad.
Fuente:RedaccionRosario





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