Los últimos testimonios confirmaron que había un plan militar para eliminarlo.
El juicio por Ragone va marcando tendencia
Temen que el coronel Mulhall sea apartado del juicio. Sospechan de una maniobra de los principales imputados.
Lunes 20 de junio de 2011Salta
JUICIO UNA DE LAS JORNADAS QUE SE LLEVA A CABO EN CIUDAD JUDICIAL
El juicio por el secuestro y desaparición del exgobernador Miguel Ragone va marcando una tendencia respecto a los móviles del crimen y a la situación de los siete imputados. Mientras tanto la expectativa, ahora, está centrada en lo que ocurrirá con el imputado Carlos Alberto Mulhall, quien está internado desde hace varios días en el hospital Militar, afectado por problemas de presión y un cáncer de próstata. Pese a los inconvenientes de la semana pasada, el Tribunal prevé que el juicio culminará a mediados de agosto, tal como estaba previsto. El debate continuará el 27 del corriente con la realización de una pericia sonora y la exhumación del cadáver de Santiago Catalino Arredes, el vecino que fue asesinado cuando presenciaba el secuestro del ex mandatario.
Desde el inicio del juicio, el 5 de abril pasado, la mayoría de los testigos confirmaron la hipótesis de que Ragone fue una víctima más del terrorismo de Estado que se instaló en el país a partir de 1975, primero con los atentados de la Triple “A”, y luego con el accionar de las Fuerzas Armadas, con lo que allanaron el camino para el asestar el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Al exgobernador lo secuestraron 13 días antes de la destitución de la presidenta María Estela Martínez de Perón y nunca más se supo de él.
De acuerdo con la resolución dictada por el juzgado federal de primera instancia, Ragone fue víctima de un crimen de lesa humanidad y por ese motivo procesó a los responsables de la cadena de mando de la Zona 3 que incluía a Salta en el marco del plan sistemático de represión ilegal, con excusa de “mantener el orden” y luego apoderarse del poder. El responsable de esta zona, que abarcaba, además, a las provincias de Córdoba, Tucumán y Jujuy, era el entonces jefe del III Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez. En el orden de prelación, en Salta, le seguían el ex jefe de la Guarnición Ejército local, coronel (r) Carlos Alberto Mulhall y el ex jefe de la Policía, teniente coronel (r) Miguel Gentil.
Un escalón más abajo se ubicó al comisario Joaquín Guil, quien tenía a su cargo el control operativo de la fuerza de seguridad local. Los últimos testimonios en el juicio oral que se está realizando en la Ciudad Judicial confirmaron que era un objetivo a eliminar por los militares. Jair Krischke, delegado del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos, confirmó mediante el servicio de videoconferencia que el organismo cuenta con documentación que da cuenta que el exgobernador de Salta figuraba en una lista “de 149 subversivos argentinos en el marco del Plan Cóndor”. En consonancia con el, todo indica que las Fuerzas Armadas crearon un ambiente de inseguridad y seleccionaron como "botín" a figuras de la talla de Miguel Ragone para justificar la “guerra sucia”.
FuentedeOrigen:ElTribunoSalta
Fuente:Agndh

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