28/08/2011
Videla: cómo vive y qué dice el ex dictador
El Juzgado Federal de Rawson le tomó declaración en su prisión. Tiene un brazo quebrado y negó los cargos.
La cara de la dictadura. Videla prestó declaración por tres causas.
Por Carlos Guajardo
Con el debido respeto al señor juez, deseo manifestar que este tribunal, a mi juicio no tiene jurisdicción y competencia para juzgarme por los hechos protagonizados por el Ejército mientras fui su comandante en el marco de la guerra interna librada contra el terrorismo”.
Tiene la mirada fría como durante todo el proceso de asesinatos, torturas, tormentos y desapariciones que lideró en la Argentina de la noche más larga. Este hombre que está frente a las autoridades del Juzgado Federal de Rawson también tiene el brazo derecho inmovilizado por una caída que tuvo mientras trotaba por la cancha de fútbol del Regimiento de Campo de Mayo. Con 86 años recién cumplidos, Jorge Rafael Videla sostiene aún su estado físico con largas caminatas y trotes, mientras cumple con la detención impuesta por varias decenas de delitos de lesa humanidad por los que ya fue juzgado y condenado.
La Unidad 34 del Servicio Penitenciario Federal es una cárcel común que se improvisó en Campo de Mayo para recluir a presos de esta naturaleza. Como es un regimiento no sorprende que algunos oficiales todavía le rindan alguna reverencia al ex dictador. Aunque la custodia de Videla está en manos de los penitenciarios: son 3 por turno, bajo estrictas medidas de seguridad, no porque haya temor que en uno de sus tantos trotes por la cancha se escape sino por temor a que sufra algún atentado.
No es fácil llegar hasta él. Hay que tener perfectamente acreditada la pertenencia a la Justicia y los motivos por los cuales se lo va a indagar, por los que se van a enfrentar a un anciano que tiene una gran lucidez y que responde a todas las indagatorias de la misma manera. La última vez que el juez federal de Rawson Hugo Sastre, el fiscal Fernando Gélvez y el secretario Gustavo Lleral lo vieron, estaba en pijamas y envuelto en una frazada porque en el lugar de la indagatoria no hay calefacción. Pidió disculpas de manera ceremonial por su atuendo, se cruzó de piernas y abrió un cuaderno con apuntes, los que ahora escribe con la mano izquierda debido a la lesión que le inmovilizó el otro brazo.
A Jorge Rafael Videla lo indagaron por tres causas: Steding (la emblemática causa 500 de torturas en la Unidad Seis de Rawson), la desaparición de Angel Bel y la causa Torné, sobre la detención ilegal de varios militantes políticos en la Base Almirante Zar de Trelew.
Videla se siente “un prisionero de guerra” y asegura que son los tribunales militares los que tienen que juzgarlo si “hubiera cometido algún delito”. En las causas que investiga el Juzgado Federal de Rawson se lo acusa de privación ilegal de la libertad cometida por funcionario público y mediando violencia y amenazas (86 hechos) y tormentos agravados por ser la víctima un perseguido político (86 hechos) en concurso real con la modalidad de delito continuado, configurando además delitos contra la humanidad.
“Sostengo que todos los hechos que se investigan en este caso constituyen cosa juzgada y les corresponde la aplicación del principio mediante el cual nadie puede ser juzgado dos veces por la misma causa”, dijo Videla en su declaración. Y agregó: “Me hago un deber reiterar que asumo en plenitud mis responsabilidades castrenses respecto a lo actuado por el Ejército en el marco del conflicto ya citado (para él, “la guerra interna librada contra el terrorismo”) descargando de toda responsabilidad a mis subalternos que se limitaron a cumplir mis órdenes. Así lo expresé por primera vez al prestar declaración indagatoria ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en el mes de agosto de 1984 y lo he reiterado cada vez que fui citado por distintos tribunales para prestar declaración”.
El ex dictador no cambia su declaración cuando se refiere a cualquiera de las causas por la que es indagado. Desde las investigaciones que se llevan adelante en Rawson se lo considera como el máximo responsable de los delitos de lesa humanidad cometidos en esta jurisdicción en su doble carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y presidente de facto de la Nación.
Videla considera su “juez natural” al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y se escuda en la “falta de jurisdicción” del Juzgado Federal de Rawson “por cuanto al momento de la ocurrencia de los hechos que se investigan, la sede de mi comando funcionaba, al igual que hoy, en el Edificio Libertador ubicado en la Capital Federal”.
La declaración de Videla se sumará a otras tantas que ya viene realizando el Juzgado de Rawson, en su incansable trabajo de llegar a la verdad en estos delitos que no prescriben. El ex dictador pasa sus días en una cárcel común, junto a otros represores, con algunos inconvenientes. Los regimientos ya no son un modelo como en la época de la dictadura y apenas se sostienen con un magro presupuesto. Por eso, la comida no abunda y es la misma para todos los presos, la calefacción no funciona y Videla y sus compañeros de prisión pasan varias horas en la oscuridad después de la caída del sol: la plata sólo alcanza para pagar dos horas de energía eléctrica por día.
Fuente:LaJornada
No hay comentarios:
Publicar un comentario