El fiscal acusó a seis ex militares de homicidio calificado ocurrido durante la última dictadura en Mendoza
La etapa de alegatos en el juicio por delitos de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura militar en Mendoza, en el cual se juzga la participación de seis ex militares y policías, finalizó ayer en esta capital con acusaciones de asociación ilícita y homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas.
En una breve exposición, el fiscal adjunto Pablo Barreda, resumió las calificaciones jurídicas y las atribuciones de responsabilidades penales de los seis imputados en manera general por las nueve causas que se les imputan.
El fiscal acusó a los imputados de asociación ilícita, homicidio calificado por alevosía y homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas ya que, según explicó, “no caben dudas luego de más de treinta y cinco años que la desaparición de personas es un homicidio”.
Barreda recordó las palabras de la mamá de la desaparecida Lidia Demarinis, quien pidió a los ex militares y policías imputados “que rompan de una vez por todas el pacto de silencio para saber donde están los restos de su hija y la de los otros tantos desaparecidos, no en una búsqueda de venganza, sino de justicia”.
Antes, el fiscal Dante Vega recordó los numerosos testimonios que desfilaron durante este juicio oral y público que se inició a fines del año pasado en esta capital y acusó a los miembros de la Policía de Mendoza, de Fuerza Aérea y todo el Ejército y Policía Federal “por llevar a cabo el plan sistemático de secuestro, tortura y desaparición forzada de personas”.
Acusó a los imputados de poseer "un grado de cinismo, disparate e insensibilidad ya que todos conocían el alcance criminal de sus actos”, transformándose en “una banda de criminales”.
Asimismo, Vega recordó los dichos del escritor Ángel Bustelo cuando le dijo a uno de sus captores en medio de su detención que “este no puede ser el Ejército del General San Martín, ni puede ser el Ejército de mi Patria”.
Luego de nueve meses de debate, el segundo juicio por delitos de lesa humanidad que se realiza en esta provincia, luego del realizado en San Rafael el año pasado, está pronto a finalizar y los acusados podrían ser sentenciados a la pena máxima.
Se trata del ex jefe de Inteligencia del Ejército en Mendoza, Paulino Furió; el ex teniente Dardo Migno; el comisario general retirado Juan Agustín Oyarzábal; el comisario retirado Eduardo Smaha, junto a los policías Celustiano Lucero y Luis Alberto Rodríguez Vázquez.
Los seis están acusados en nueve causas en las que se incluye el asesinato de Francisco Urondo y la desaparición de su mujer, Alicia Raboy.
En tanto, el martes próximo, los alegatos continuarán con las exposiciones de la defensa de los imputados, para dar lugar luego a la etapa de alegatos en particular por cada una de las causas que se investigan.
FuentedeOrigen:Telam
Fuente:Agndh
Pedirán que las violaciones en la dictadura sean de lesa humanidad
Una entidad nacional y otra internacional dedicada a la defensa de los derechos de la mujer harán el planteo ante la Cámara Federal de Mendoza. Además presentarán un libro sobre la temática.
11-08-2011
Alejandro Gamero
Una de las sorpresas del juicio por crímenes de lesa humanidad que se realiza en los Tribunales Federales de Mendoza fue la revelación de las violaciones sexuales como una forma sistemática y diaria de tortura, poco antes y durante la última dictadura militar entre 1975 y 1983.
Por eso, el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) y el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar) presentarán el próximo 17 de agosto ante la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza un recurso judicial para que sean declarados crímenes autónomos de lesa humanidad los abusos sexuales, como práctica de tortura perpetrados a las detenidas y detenidos durante los años de plomo.
Para ello elevarán un recurso judicial denominado amicus curiae para obtener una fallo de la Justicia federal mendocina.
Además, CLADEM e Insgenar presentarán ese día, por la tarde, el libro Grietas en el silencio, una investigación sobre la violencia sexual en el marco del terrorismo de Estado.
La revelación
Dos testimonios dados en el juicio por crímenes de lesa humanidad, el de Silvia Ontivero y el de Rosa del Carmen Gómez, revelaron cómo en el D2 (centro de detención y torturas de la policía provincial) la mayoría de las mujeres presas eran tenidas como esclavas sexuales.
Varias veces al día la puerta de la celda se abría con uno, dos o más policías. Era el momento en que la detenida era ultrajada por ellos. A veces padecían esta situación hasta 10 veces por día.
Rosa del Carmen Gómez recordó en su testimonio durante el juicio que la confundieron con una jefa guerrillera. Que la noche que la detuvieron la llevaron directo a la picana, donde fue violada y luego otra vez en la celda. Cuando supieron que no era la subversiva que buscaban aclaró: “Picana no me dieron más pero las violaciones siguieron todos los días”.
Durante seis meses padeció esa situación hasta que fue trasladada a la cárcel como detenida legal.
Silvia Ontivero también reveló los abusos a los que fue sometida y rememoró: “Me violaron más de 10 veces por día”.
El recurso
Sara Gutiérrez, de la colectiva Las Juanas y las Otras, que organiza la presentación del libro y cuya historia personal incluye a su hermano y su cuñada desaparecidos, dijo que “las violaciones fueron una práctica sistemática en ambos sexos, la diferencia es que las mujeres las tomaron de esclavas sexuales”.
Agregó que “en muchos casos quedaron embarazadas y ante esto fueron obligadas a abortar”.
Explicó que “los abusos sexuales fueron una práctica sistemática de tortura que aplicaba el terrorismo de Estado, por esa razón debe ser declarado un delito autónomo de lesa humanidad y no estar dentro de la figura de los tormentos”.
Gutiérrez señaló que “estas acciones tenían un fin: humillar, denigrar e invadir el territorio del enemigo, bajo el precepto cultural de que las mujeres son hijas de, esposas de, por lo que violarlas era un modo de invadir el territorio de quienes eran considerados subversivos”.
Fuente:Agndh
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