1 de septiembre de 2011

PARANÁ: JUICIO HOSPITAL MILITAR: SABRINA y SEBASTIÁN.

30/08/2011
Juicio Hospital Militar de Paraná
Sabrina y Sebastián
Sabrina Gullino en los tribunales de Paraná. A su lado Sebastián Álvarez.
Los hijos de Raquel Negro –que estaba embarazada de mellizos cuando fue desaparecida por integrantes del Batallón 121–,Sabrina Gullino y Sebastián Álvarez, ofrecerán este miércoles sus testimonios en el juicio por robo de bebés en el Hospital Militar de Paraná. Además declarará el represor Eduardo Tucu Costanzo.


Con esos testimonios continuará este miércoles el proceso en los tribunales federales de la capital entrerriana, en el marco del juicio que investiga el funcionamiento de una maternidad clandestina en el hospital militar de esta ciudad.

La audiencia del juicio, en el que son juzgados cinco militares y un ex médico militar, está convocada para las 10. A esa hora se hará presente junto a su hermano Sebastián, la nieta recuperada en 2008, Sabrina Gullino, una de los mellizos que esperaba parir Raquel Negro al momento de su desaparición.

Los acusados son los ex integrantes del Destacamento de Inteligencia 121 coronel (re) Pascual Guerrieri, el militar y abogado Juan Amelong, el ex personal civil de Inteligencia Walter Pagano, los ex militares (re) Jorge Fariña y Marino Héctor González, y el ex jefe de terapia intensiva del hospital militar local, Juan Antonio Zaccaría.

En la causa se investiga el robo de bebés y la sustitución de identidad de los mellizos de Raquel Negro, nacidos en el Hospital Militar de Paraná en marzo de 1978. Uno de esos bebés es Sabrina Gullino quien en la actualidad milita en la agrupación HIJOS y con su medio hermano, Sebastián Alvarez, se constituyeron en querellantes en la causa.

Raquel Negro fue trasladada desde la Quinta de Funes, en Rosario, para dar a luz mellizos, uno de los cuales, Sabrina, recuperó su identidad en diciembre de 2008. Del hermano mellizo de la chica, se desconoce su destino.

Junto con Gullino declarará Eduardo Costanzo, un ex integrante de un grupo de tareas de Rosario, que fue quien brindó detalles del operativo de traslado de la mujer hasta el hospital militar local y de la suerte que corrieron los niños.

La internación de Raquel Negro en el hospital militar local fue reconocida por el médico militar Juan Antonio Zaccaría, imputado en la causa que investiga el funcionamiento de la maternidad clandestina.

Zaccaría admitió que en ese hospital "había personas que no se registraban, porque estaban internados en forma ilegal o no correcta".
Estas declaraciones fueron completadas en la tercera jornada del juicio por el ex jefe del batallón de inteligencia 121 de Rosario, coronel Pascual Guerrieri, quien afirmó que la detenida-desaparecida Raquel Negro "fue ejecutada" en 1978 por el mayor Pascual Navone, quien también se apropió del hijo recién nacido de la mujer, que hasta ahora no ha sido encontrado.

En su declaración, Guerrieri afirmó que la orden de trasladar a Negro para que diera a luz mellizos en el hospital militar de Paraná fue dada por el entonces comandante del 2do. Cuerpo de Ejército, general Leopoldo Fortunato Galtieri Amelong, también imputado en la causa, coincidió con Guerrieri en que son inocentes de los hechos que se les imputan y que los responsables fueron Navone y Costanzo.

Según delcaró una de las abogadas querellantes, Ana Oberlin, la versión de Guerrieri y Amelong, de apuntar contra Navone y Costanzo, es una "estratégia jurídica" para deslindar sus resposabilidades en los hechos investigados.
Foto: Télam
Fuente:RedaccionRosario


31/08/2011
Juicio “Hospital Militar”
“¿Qué pasó con mi hermano?”
Sala de audiencias de los tribunales federales de Paraná (Entre Ríos).
Sabrina Gullino, hija de los desaparecidos Raquel Negro y Edgar Valenzuela, pidió este miércoles a los imputados en la causa “Hospital Militar” de Paraná ‒que investiga el funcionamiento de una maternidad clandestina durante la dictadura‒, que "rompan el pacto de silencio y digan que pasó con mi hermano mellizo".

En la causa se investiga el robo de bebés y la sustitución de identidad de los mellizos de Raquel Negro, nacidos en el Hospital Militar de Paraná en marzo de 1978.

Uno de esos bebés fue Sabrina Gullino quien en la actualidad con su medio hermano, Sebastián Álvarez, se constituyeron en querellantes en la causa.

"Estos reos son responsables del secuestro y asesinatos de mi mamá y de mi papá y de la desaparición de mis hermanito mellizo y, aunque quisieron destruir a mi familia, no pudieron", agregó Gullino.

En su declaración ante el tribunal federal local, Gullino le reclamó a los imputados que "rompan el pacto de silencio, como hizo el médico militar Juan Antonio Zaccaría, que reconoció que había habido otros partos (clandestinos) en el hospital militar".

Sabrina relató que su madre biológica, Raquel Negro, fue trasladada desde el centro clandestino de detención Quinta de Funes, en las afueras de Rosario, para dar a luz en el hospital militar local en marzo de 1978.

La mujer fue internada como sobrina del entonces jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, Leopoldo Fortunato Galtieri, y tuvo mellizos, un varón y una nena.

Poco después de nacer, los mellizos fueron derivados al Instituto Privado de Pediatría de Paraná, por complicaciones en su salud.

Tras ser dados de alta, la niña fue dejada en el Hogar del Huérfano de Rosario, luego entregada a la Justicia de Menores y finalmente dada en adopción legal.

Recalcó que ella, anotada como Sabrina Gullino, recuperó su identidad en diciembre de 2008, pero desconoce el destino que sufrió su hermanito.

Raquel Negro y su pareja, Edgar Tulio Valenzuela, fueron secuestrados el 2 de enero de 1978 en el centro de Mar del Plata.

Junto con la pareja estaba Sebastián Alvarez, hijo de la mujer, que tenía un año y medio de edad en ese momento y ahora se constituyó en el querellante de la causa junto con Gullino.

"Mi papá, en un supuesto acuerdo con los militares, tenía que marcar a la cúpula de Montoneros en México, mientras que mi madre, con un embarazo avanzado, quedó como rehén y Seba fue entregado a nuestros abuelos maternos", agregó la joven.

Gullino agradeció "a las enfermeras que se jugaron y aportaron datos a la justicia para iniciar la causa" y que permitieron determinar que ella y su hermanito fueron derivados al Instituto Privado de Pediatría de Paraná, donde ingresaron como Soledad López y NN López.

"Los dos tenemos el alta de ese centro privado, lo que me hace suponer que mi hermano mellizo está vivo", agregó.

La joven se dirigió luego a los represores Juan Amelog y Walter Pagano, “que son los que me llevaron en el auto y me dejaron abandonada en un orfanato. Seguramente deben estar arrepentidos de no haberme tirado al río, porque miren todo lo que está pasando: 33 años después se constituyó este tribunal que los está juzgando”, recalcó.

Seguidamente declaró su hermano, Sebastián Álvarez, quien reclamó la colaboración de los dueños del Instituto Privado de Pediatría, donde fueron derivados tras nacer, para obtener datos sobre el destino del mellizo desaparecido pocos días después.

"Que digan qué pasó, porque hay claras diferencias entre las enfermeras que recuerdan el caso y los doctores que no se acuerdan de nada", dijo antes de recalcar que de lo contrario "vamos a creer que era una práctica normal el ingreso clandestino de chicos a institutos privados".

Luego declaró el médico Juan Ferrarotti, quien reconoció haber trabajado en terapia intensiva del Hospital Militar en 1978, pero dijo no recordar sobre el nacimiento de los mellizos en el nosocomio.

Este miércoles también debía declarar el agente de inteligencia, Eduardo "Tucu" Constanzo, que fue quien reveló los detalles del traslado de Raquel Negro al hospital militar de Paraná y de la apropiación de sus hijos mellizos. El represor, que se encuentra cumpliendo condena con prisión domiciliaria en Rosario, iba a ser traído por la fuerza pública hasta la sede de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná, pero una diverticulitis aguda se lo impidió.
Fuentes: Télam / Diario del Juicio / El Diario
Fuente:RedaccionRosario



"Ojalá se atrevan a romper el pacto de silencio"
Por Juan Cruz Varela
Sabrina Gullino, la hija de Raquel Negro -quien fue trasladada de la Quinta de Funes a la maternidad militar de Paraná, durante la dictadura-, declaró ayer en el juicio donde se investiga su secuestro y sustitución de identidad.

DECLARARON LOS HIJOS DE RAQUEL NEGRO EN EL JUICIO A REPRESORES EN PARANA
"No pudieron destruir a la familia"
Sabrina ofreció un testimonio contundente y emotivo, y pidió a la sociedad paranaense colaboración para localizar a su hermano mellizo. Otro hermano, Sebastián, hizo hincapié en la desmemoria de los médicos que atendieron el parto de su madre.
Por Juan Cruz Varela
Desde Paraná

El médico Ferrarotti trabajaba en el hospital Militar.Imagen: Sergio Ruiz

Fueron cuarenta minutos intensos, llenos de nerviosismo y con una profunda carga emotiva. Hasta una jueza y la esposa de uno de los imputados dejaron escapar alguna lágrima. Sabrina Gullino contó detalladamente cómo ha ido armando su historia y reconstruyendo su identidad desde que en diciembre de 2008 se enteró que es hija de Raquel Negro y Tulio Valenzuela y que nació en el Hospital Militar de Paraná.

Se la notaba nerviosa, a pesar de que se mostraba sonriente, pero eligió cada palabra. Por momentos el silencio se adueñó de la sala, pero su testimonio fue seguro y contundente. Y no dudó en hablarle directamente a los imputados: "Los reos, me dijeron que les puedo decir así y que eso no es un insulto, son los responsables del secuestro de mi mamá, mi papá y mi hermano Sebastián; intentaron destruir a mi familia. Pero quiero que quede claro que no pudieron. Yo estoy acá y hablo también en nombre de mi hermano mellizo, que está desaparecido", les dijo mirándolos a la cara. "Ojalá se atrevan a romper el pacto de silencio y decir dónde está mi hermano. A la condena la tendrán igual, pero quizá quieran participar de otra manera en la Historia", agregó. También declaró su hermano,

Sebastián Alvarez, hijo de Raquel.
Las palabras de Sabrina sorprendieron y descolocaron a los imputados. Pascual Oscar Guerrieri, Jorge Alberto Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Salvador Dionisio Pagano, Marino Héctor González y Juan Antonio Zaccaría quedaron en silencio.

-¿Conoció usted a su madre biológica? -le preguntó el fiscal Candioti.
Sabrina lo miró a los ojos y le respondió con un silencio cargado de tensión que pareció interminable. Le sostuvo la mirada durante unos cuantos segundos hasta que el fiscal retomó la palabra.


-Yo le voy a hacer algunas preguntas que tal vez sean dolorosas pero es necesario para llegar a la verdad de lo que estamos investigando -insistió el fiscal.
-Debo haberla conocido, pero no me acuerdo. Era muy chiquita -respondió entonces Sabrina, ya con una sonrisa.

En otro tramo, la hija de Raquel Negro y Tucho Valenzuela reconoció también el aporte de las enfermeras que brindaron datos para la restitución de su identidad porque "se pusieron al hombro la verdad y expusieron lo que sabían ante la justicia", pero pidió que los médicos y a la sociedad paranaense colaboren para localizar a su hermano mellizo.

"Yo fui criada en una familia a la cual adoro; pero la verdad es que soy el resultado de dos imposibilidades: la primera es que yo debí haber crecido con mi mamá Raquel, mi papá Tucho y mis hermanos y quizás ni me llamaría Sabrina; y la segunda es que tendría que haberme criado con Sebastián, mis abuelos biológicos y mis tíos. Cómo cambia la vida", reflexionó sobre el final de su declaración.

Luego declaró Sebastián Alvarez, el hijo de Raquel Negro y hermano de Sabrina, que estuvo unos días en la Quinta de Funes cuando tenía un año y ocho meses. Su testimonio hizo hincapié en la desmemoria de los médicos que atendieron el parto de su madre. "Hay una clara diferencia entre las enfermeras que recuerdan el caso y los doctores que no recuerdan nada. A esto nos referimos cuando hablamos de las complicidades civiles con la dictadura. Hay un silencio sobre lo que pasó con los chicos", afirmó. Y en ese marco, aprovechó para reclamar a la sociedad paranaense que aporte todo cuanto sepa para tratar de localizar al mellizo varón. "Apelamos a la buena voluntad de la gente y a la memoria de los médicos y enfermeras porque necesitamos encontrar a nuestro hermano", sentenció.

En tanto, el represor Eduardo Costanzo no se presentó y en cambio envió una serie de certificados médicos en los que se consigna que padece un cuadro de diverticulitis aguda, por lo que su declaración será reprogramada para cuando esté en condiciones de hacerlo.
Fuente:Rosario12



Sabrina Gullino: “Quiero que quede claro que no pudieron destruir a mi familia”
Wednesday, Aug. 31, 2011 
Se realizó la cuarta jornada del juicio a los represores por el robo de bebés en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura. Se escucharon los conmovedores relatos de Sabrina Gullino y Sebastián Álvarez, hijos de la militante desaparecida Raquel Negro. Luego, el médico Ferraroti no aportó datos a la investigación y recibió una advertencia del Tribunal.

En el inicio de la segunda semana del juicio a los represores por el robo de bebes en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura militar declaró Sabrina Gullino, hija de la militante desaparecida Raquel Negro.

Gullino apuntó a la falta de memoria de los médicos del Instituto Privado de Pediatría que no recuerdan la situación irregular en la que se encontraban los bebés derivados desde el Hospital Militar. “Me llama la atención que no recuerden que ingresaron los bebés sin mamá ni papá, que nadie los iba a ver. Me resulta dudoso que no recuerden nada de lo que pasó con esos bebes”, afirmó.

En otra parte de su conmovedor relato la joven aludió a los represores: “Los veo a los que están sentados ahí atrás –en referencia a Pascual Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Walter Salvador Dionisio Pagano, Jorge Alberto Fariña, Marino Hector González y Juan Antonio Zaccaría– que son los responsables del secuestro de mi mamá y de papá, y del secuestro de mi hermano Sebastián, y que quisieron destruir a nuestra familia, y quiero decirles que quede claro que no pudieron”.

Luego, dirigiéndose a Amelog y a Pagano, manifestó: “Son los que me llevaron en el auto y me dejaron abandonada en un convento, quiero decirles que seguramente no deben estar arrepentidos de haber secuestrado a mis viejos, pero sí deben estar arrepentidos de no haberme tirado al río, porque miren todo lo que está pasando: 33 años después se constituyó este tribunal que los está juzgando”.

Finalmente pidió a la sociedad paranense que si tienen algún dato de su hermano mellizo para aportar, que lo hagan. “Este tiempo es muy intenso y creemos que el melli está vivo y que los vamos a encontrar”, concluyó y se retiró aplaudida de la sala.

A su turno, Sebastián Álvarez apeló a la colaboración de los dueños del Instituto Privado de Pediatría (IPP) y a la gente que trabajaba en el Hospital Militar. "Que digan qué pasó, porque hay claras diferencias entre las enfermeras que todas recuerdan el caso y los doctores que no lo recuerdan. Con esto sacamos como conclusión que existió la complicidad civil de la dictadura, hay un silencio sobre lo que pasó con los chicos”.

“Hay esposas de médicos del IPP que iban a verlos, no sabemos si había un interés particular. Queremos que estos doctores que son tan conocidos en Paraná recuerden algo y puedan colaborar para que podamos encontrara a nuestro hermano”, apeló.

Tanto Sabrina como Sebastián recordaron especialmente al autor de la denuncia que dio origen a la investigación, el fallecido coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano.

Ferraroti dijo no recordar
En tercer turno declaró como testigo el médico Juan Ferratoti, quien se desempeñaba en Terapia Intensiva del Hospital Militar y, según relataron enfermeras, fue uno de los que intervino para trasladar a Sabrina y su hermano mellizo al IPP cuando los encontró en el servicio donde trabajaba, no acondicionado para recién nacidos. Este profesional dijo no recordar esos acontecimientos, aunque aclaró que los daba como ocurridos a partir de que se lo contó una de las enfermeras.

"No recuerdo específicamente la presencia de bebés en la sala de Terapia Intensiva. Cuando la doctora (Marina) Barbagelata (ex abogada querellante) me llamó, hablé con algunas enfermeras y me dijeron que una mañana que yo tomaba mi guardia, había dos bebes y pedí que los llevaran a otra clínica. Me dijo que a los chiquitos lo habían llevado a no sé dónde", sostuvo.

"¿El hecho lo da por ocurrido en base a lo que le refrescó la testigo?", le preguntó Roberto López Arango, presidente del Tribunal. "Imagino que sí, no recuerdo qué pasó pero la enferma con la que hablé me dijo que fue así y no tengo por qué dudar de que fue así", respondió.

Uno de los momentos de mayor tensión se podujo luego de que Ferraroti dijera que nunca había visto mayor movimiento de militares a lo habitual, en contradicción con lo afirmado por testigos respecto de los días en los cuales estuvo internada Raquel Negro. A partir de eso la jueza Lilia Carnero le preguntó si tenía "algún problema de vista", ya que le llamaba la atención esa contradicción, y le recordó que si omitía información podía incurrir en el delito de falso testimonio.

—No tengo ningún problema de vista –dijo el médico, y se defendió diciendo que había que ver cuándo y dónde se había notado esa cantidad inusual de militares.


—Se nota que las enfermeras tienen mejor memoria que los profesionales –acotó la magistrada.

—Puede ser –se limitó a contestar el testigo.

En tanto, Eduardo “Tucu” Costanzo, ex agente civil de Inteligencia, que debía declarar hoy no se presentó debido a problemas de salud que lo aquejan. Costanzo se encuentra cumpliendo condena con prisión domiciliaria en Rosario e iba a ser traído por la fuerza pública hasta la sede de la Cámara Federal de Apelaciones de calle 25 de Mayo, donde se constituye el Tribunal Oral desde el 24 de agosto. Ahora los jueces Roberto López Arango, Lilia Carnero y Juan Carlos Vallejo deberán reprogramar este testimonio para una nueva fecha.

El Tribunal Oral en lo Correccional Federal de Paraná juzga a Pascual Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Walter Salvador Dionisio Pagano, Jorge Alberto Fariña, Marino Hector González y Juan Antonio Zaccaría.

Los cinco primeros integraban el Destacamento de Inteligencia 121, que organizó el operativo para el nacimiento y el robo de los bebés. Zaccaría era el jefe de Terapia Intensiva y se lo acusa de haber co-organizando el parto, conociendo la procedencia y la situación de Raquel Negro, y haber dispuesto medios materiales y humanos para garantizar el éxito del operativo.
FuentedeOrigen:NuevaFMLitoral
Fuente:IndymediaRosario


Gullino: “Quiero que quede claro que no pudieron destruir a mi familia”
En la cuarta jornada del juicio a los represores por el robo de bebés en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura se escucharon los conmovedores relatos de Sabrina Gullino y Sebastián Álvarez, hijos de la militante desaparecida Raquel Negro. Luego, el médico Ferraroti no aportó datos a la investigación y recibió una advertencia del Tribunal.
Fuente: UNO/Juan Ignacio Pereira
En el inicio de la segunda semana del juicio a los represores por el robo de bebes en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura militar declaró Sabrina Gullino, hija de la militante desaparecida Raquel Negro.

Gullino apuntó a la falta de memoria de los médicos del Instituto Privado de Pediatría que no recuerdan la situación irregular en la que se encontraban los bebés derivados desde el Hospital Militar. “Me llama la atención que no recuerden que ingresaron los bebés sin mamá ni papá, que nadie los iba a ver. Me resulta dudoso que no recuerden nada de lo que pasó con esos bebes”, afirmó.

En otra parte de su conmovedor relato la joven aludió a los represores: “Los veo a los que están sentados ahí atrás –en referencia a Pascual Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Walter Salvador Dionisio Pagano, Jorge Alberto Fariña, Marino Hector González y Juan Antonio Zaccaría– que son los responsables del secuestro de mi mamá y de papá, y del secuestro de mi hermano Sebastián, y que quisieron destruir a nuestra familia, y quiero decirles que quede claro que no pudieron”.

Luego, dirigiéndose a Amelog y a Pagano, manifestó: “Son los que me llevaron en el auto y me dejaron abandonada en un convento, quiero decirles que seguramente no deben estar arrepentidos de haber secuestrado a mis viejos, pero sí deben estar arrepentidos de no haberme tirado al río, porque miren todo lo que está pasando: 33 años después se constituyó este tribunal que los está juzgando”.

Finalmente pidió a la sociedad paranense que si tienen algún dato de su hermano mellizo para aportar, que lo hagan. “Este tiempo es muy intenso y creemos que el melli está vivo y que los vamos a encontrar”, concluyó y se retiró aplaudida de la sala.

A su turno, Sebastián Álvarez apeló a la colaboración de los dueños del Instituto Privado de Pediatría (IPP) y a la gente que trabajaba en el Hospital Militar. "Que digan qué pasó, porque hay claras diferencias entre las enfermeras que todas recuerdan el caso y los doctores que no lo recuerdan. Con esto sacamos como conclusión que existió la complicidad civil de la dictadura, hay un silencio sobre lo que pasó con los chicos”.

“Hay esposas de médicos del IPP que iban a verlos, no sabemos si había un interés particular. Queremos que estos doctores que son tan conocidos en Paraná recuerden algo y puedan colaborar para que podamos encontrara a nuestro hermano”, apeló.

Tanto Sabrina como Sebastián recordaron especialmente al autor de la denuncia que dio origen a la investigación, el fallecido coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano.

Ferraroti dijo no recordar
En tercer turno declaró como testigo el médico Juan Ferratoti, quien se desempeñaba en Terapia Intensiva del Hospital Militar y, según relataron enfermeras, fue uno de los que intervino para trasladar a Sabrina y su hermano mellizo al IPP cuando los encontró en el servicio donde trabajaba, no acondicionado para recién nacidos. Este profesional dijo no recordar esos acontecimientos, aunque aclaró que los daba como ocurridos a partir de que se lo contó una de las enfermeras.

"No recuerdo específicamente la presencia de bebés en la sala de Terapia Intensiva. Cuando la doctora (Marina) Barbagelata (ex abogada querellante) me llamó, hablé con algunas enfermeras y me dijeron que una mañana que yo tomaba mi guardia, había dos bebes y pedí que los llevaran a otra clínica. Me dijo que a los chiquitos lo habían llevado a no sé dónde", sostuvo.

"¿El hecho lo da por ocurrido en base a lo que le refrescó la testigo?", le preguntó Roberto López Arango, presidente del Tribunal. "Imagino que sí, no recuerdo qué pasó pero la enferma con la que hablé me dijo que fue así y no tengo por qué dudar de que fue así", respondió.

Uno de los momentos de mayor tensión se podujo luego de que Ferraroti dijera que nunca había visto mayor movimiento de militares a lo habitual, en contradicción con lo afirmado por testigos respecto de los días en los cuales estuvo internada Raquel Negro. A partir de eso la jueza Lilia Carnero le preguntó si tenía "algún problema de vista", ya que le llamaba la atención esa contradicción, y le recordó que si omitía información podía incurrir en el delito de falso testimonio.

—No tengo ningún problema de vista –dijo el médico, y se defendió diciendo que había que ver cuándo y dónde se había notado esa cantidad inusual de militares.

—Se nota que las enfermeras tienen mejor memoria que los profesionales –acotó la magistrada.

—Puede ser –se limitó a contestar el testigo.

En tanto, Eduardo “Tucu” Costanzo, ex agente civil de Inteligencia, que debía declarar hoy no se presentó debido a problemas de salud que lo aquejan. Costanzo se encuentra cumpliendo condena con prisión domiciliaria en Rosario e iba a ser traído por la fuerza pública hasta la sede de la Cámara Federal de Apelaciones de calle 25 de Mayo, donde se constituye el Tribunal Oral desde el 24 de agosto. Ahora los jueces Roberto López Arango, Lilia Carnero y Juan Carlos Vallejo deberán reprogramar este testimonio para una nueva fecha.

El Tribunal Oral en lo Correccional Federal de Paraná juzga a Pascual Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Walter Salvador Dionisio Pagano, Jorge Alberto Fariña, Marino Hector González y Juan Antonio Zaccaría.

Los cinco primeros integraban el Destacamento de Inteligencia 121, que organizó el operativo para el nacimiento y el robo de los bebés. Zaccaría era el jefe de Terapia Intensiva y se lo acusa de haber co-organizando el parto, conociendo la procedencia y la situación de Raquel Negro, y haber dispuesto medios materiales y humanos para garantizar el éxito del operativo.
Fuente:DiarioUno












Nos seguimos preguntando: ¿de qué se ríen?

Comienza la segunda semana del juicio a los represores con los ojos puestos en el destino del mellizo
Por problemas de salud, el represor Costanzo no declarará este miércoles como testigo en el juicio por robo de bebés en el Hospital Militar de Paraná. Sí lo harán los hijos de la desaparecida Raquel Negro, que buscan a un hermano. Desde el jueves le tocará a médicos y enfermeras.
Se reanunda el juicio contra seis acusados por delitos de lesa humanidad. (Foto: UNO/Juan Ignacio Pereira)
Con los testimonios de Sabrina Gullino y Sebastián Álvarez –hijos de la militante desaparecida Raquel Negro– se inicia este miércoles la segunda semana del juicio por robo de bebés en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura. En los días posteriores comenzarán a comparecer como testigos médicos y enfermas que se desempeñaban en la institución de avenida Ejército en la época de los hechos. La esperanza de los querellantes está depositada en la posibilidad de que surjan nuevos datos que ayuden a dar con el hermano mellizo varón de Sabrina, separado de los brazos de su madre a las pocas horas de nacer.

Eduardo Tucu Costanzo, ex agente civil de Inteligencia, no se presentará como testigo este miércoles en el cuarto día del juicio, debido a problemas de salud que lo aquejan. Costanzo se encuentra cumpliendo condena con prisión domiciliaria en Rosario e iba a ser traído por la fuerza pública hasta la sede de la Cámara Federal de Apelaciones de calle 25 de Mayo, donde se constituye el Tribunal Oral desde el 24 de agosto. Ahora los jueces Roberto López Arango, Lilia Carnero y Juan Carlos Vallejo deberán reprogramar este testimonio para una nueva fecha.

La palabra de Costanzo se espera con relativa expectativa, dado que fue él quien aportó datos sobre la sustracción de los hijos mellizos de Negro y Tulio Valenzuela nacidos en 1978 en el Hospital Militar. Entre otros detalles, dijo que dos de los imputados, Juan Daniel Amelong y Walter Pagano, dejaron a la beba mujer en la puerta de un orfanato de Rosario. En diciembre de 2008 se comprobó que la niña había sido abandonada en el Hogar del Huérfano y entregada en adopción al matrimonio Gullino por la Justicia de Familia. Además de Amelong y Pagano, también se juzga a Pascual Guerrieri, Marino González, Jorge Fariña –todos ex miembros del Destacamento de Inteligencia 212– y el ex médico del Hospital Militar Juan Antonio Zaccaría.

Sabrina Gullino, aquella niña, ofrecerá ante el Tribunal el testimonio de la restitución de su identidad biológica, la cual le fue negada durante 30 años. También se presentará Sebastián, hijo de Negro y su primera pareja, Marcelino Álvarez, quien encontró a su hermana luego de buscarla intensamente junto a sus tíos y abuelos. Ambos ahora rastrean el destino que tuvo el mellizo varón.

Desde el jueves el Tribunal escuchará a médicos y enfermeras del Hospital Militar, quienes aportarían datos sobre la internación de Raquel y el nacimiento de los bebés. La semana que viene lo harán trabajadores y profesionales del Instituto Privado de Pediatría, hacia donde fueron trasladados los mellizos para ser atendidos en Neonatología.

“Lo que esperamos en esta etapa es que se aporten mayores elementos de lo que no se ha logrado en la instrucción, principalmente qué ocurrió con el hermano mellizo de Sabrina”, dijo a UNO la abogada Ana Oberlin, representante de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo.

“Lo que más nos importa en este momento no es sólo que se juzgue a los acusados, sino conocer más detalles respecto de lo ocurrido con el niño. Y en ese sentido esperamos que brinden mayor colaboración los médicos involucrados”, sostuvo.

Consultada sobre la versión que mencionó Guerrieri durante el juicio, según la cual el represor suicidado Paúl Navone se quedó con el bebé, manifestó: “No descartamos ninguna hipótesis, porque así es como se debe investigar estos casos; hasta el dato más insólito a veces te lleva a encontrar a los nietos. Y acá ésa es la prioridad, más allá de que nosotros creemos que es clara la estrategia de cargar la responsabilidad sobre Navone, que está muerto”, reflexionó la abogada de Abuelas.
Alfredo Hoffman
De la Redacción de UNO
Fuente:DiarioUno

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