7 de octubre de 2011

MENDOZA: CADENA PERPETUA PARA LOS ASESINOS DE PACO URONDO.

CADENA PERPETUA PARA LOS ASESINOS DE PACO URONDO:
JUSTICIA POETICA
Por Diego Martínez

En el primer juicio por los crímenes de la dictadura en Mendoza, fueron condenados cuatro policías y un militar por delitos de lesa humanidad contra 24 víctimas. Entre ellas, el reconocido poeta y periodista.

CINCO CONDENAS Y UNA ABSOLUCION EN EL PRIMER JUICIO POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS EN LA CIUDAD DE MENDOZA
Cárcel común para los asesinos de Paco Urondo
Cuatro ex policías del D2 fueron condenados a cadena perpetua, un militar recibió doce años y otro fue absuelto. Se juzgaron delitos de lesa humanidad contra 24 víctimas, entre ellas el poeta y periodista Francisco Urondo.
Por Diego Martínez
Después del fallo de ayer, el número de represores condenados por crímenes durante la dictadura asciende a 240.Imagen: Télam.
Frente a un centenar de personas de pie, en silencio, unos con puños apretados, otros con fotos de sus seres queridos en alto, amuchados detrás del blindex que los separaba de los victimarios, el juez Juan Antonio González Macías leyó ayer el veredicto del primer juicio por crímenes de lesa humanidad en la ciudad de Mendoza: prisión perpetua en cárcel común para cuatro ex miembros del D2 de la policía provincial, doce años de prisión para un militar (imputado en un solo caso) y absolución para un ex oficial de Inteligencia. “Son asesinos, torturadores, violadores y ladrones”, resumió Silvia Ontiveros, sobreviviente que supo conmover a la sala cuando relató su cautiverio. “Pero tuvieron un juicio justo”, completó ante un periodista local. Con las sentencias de ayer, más la del coronel Alejandro Duret, expulsado de Chile luego de tres días de vacaciones, el número de represores condenados por crímenes durante la dictadura asciende a 240, precisó la Unidad Fiscal de coordinación de causas de lesa humanidad de la Procuración General de la Nación.

El proceso que condujo durante once meses el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Mendoza, en el que declararon más de doscientos testigos, fue el segundo de la provincia y el tercero en Cuyo. Arrancó el 17 de noviembre de 2010 con diez acusados, aunque sólo seis llegaron al final. La pena máxima recayó sobre el ex comisario inspector Juan Agustín Oyarzábal, el ex oficial inspector Eduardo Smahá Borzuk, el ex subcomisario Alberto Rodríguez Vázquez y el ex sargento Celustiano Lucero. El ex teniente Dardo Migno recibió doce años de cárcel, en tanto fue absuelto el entonces teniente coronel Paulino Furió. Durante el juicio quedaron fuera de juego, aunque no de la historia, el fallecido general Juan Pablo Saá, el general Mario Lépori, el coronel Tamer Yapur y el ex oficial del D2 Armando Osvaldo Fernández. Los últimos tres fueron sobreseídos gracias a sus problemas de salud.

Las condenas fueron por delitos de lesa humanidad contra 24 víctimas. El caso más conocido es el del poeta, periodista y militante montonero Francisco Urondo, asesinado el 17 de junio de 1976 en una cita envenenada que terminó con el secuestro de su esposa Alicia Raboy y de su hija Angela, operativo del que René Ahuali logró huir pese a las heridas. También se condenó por las desapariciones de Salvador Moyano, Jorge del Carmen Fonseca, Ricardo Sánchez, Nora Jurado, Rafael Olivera y Aníbal Torres, y por el cautiverio del escritor y dirigente Angel Bustelo.

Un día histórico
Más de 250 personas se concentraron a primera hora frente al tribunal mendocino. Un centenar pudo seguir la sentencia en directo, el resto mediante una pantalla. Alrededor de las 11, la sala se puso de pie para recibir a los magistrados. Detrás de González Macías ingresaron Alejandro Piña y Raúl Rodríguez, que sustituyó a Héctor Cortez, en reposo con tendinitis. “Antes de dar lectura al fallo, quiero reconocer a las partes el alto profesionalismo, el respeto entre ustedes y para con el tribunal. Además reconocer al público el respeto durante las audiencias”, arrancó el presidente. En la sala había sólo tres imputados: Furió, Smahá y Lucero.

El silencio contenido durante la lectura estalló luego en llantos y abrazos. “¡30 mil compañeros desaparecidos!”, “¡Presentes!”, se recordó a las víctimas. “Justicia es esto: condenar con pruebas como se condenó”, celebró Pablo Salinas, abogado del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos. “Es muy importante que Mendoza haya dejado de ser la provincia más atrasada para ser la única que tiene un proceso contra jueces”, reflexionó ante El Sol online. “Este acto nos permite seguir adelante pero con la paz de saber que no estamos conviviendo con los genocidas en la calle”, reflexionó Angela Urondo, hija de Paco. “Hoy están viejos, lloran y se enferman, pero la gente debe saber que son asesinos y que haber creado la desaparición forzosa, sin saber dónde estaban nuestros seres queridos, fue aberrante”, explicó María de Domínguez, de Madres de Plaza de Mayo.

“Las cosas van quedando en su lugar y quienes cometieron los peores crímenes están donde tienen que estar”, reflexionó Alfredo Guevara, querellante e hijo del abogado homónimo que impulsó las causas en los ’80. “Es un día contradictorio: por un lado estoy contenta, pero sentir que Rafael y Nora no están es un dolor inmenso. Yo los extraño como todo el país extraña a los que hoy no están con nosotros”, lamentó Monserrat Olivera, hermana de Rafael.

Quién es quién
- Juan Agustín Oyarzábal, ex segundo jefe del D2, organizó el operativo que terminó con el asesinato de Urondo. Oyarzábal, que ya en 1975 ofreció su Ford Falcon para hacer procedimientos clandestinos, fue distinguido según su legajo por “desbaratar bandas de delincuentes subversivos”.

- Eduardo Smahá Borzuk, alias “Ruso”, encabezaba el sector de operaciones del D2 junto con Oyarzábal y Lucero. Fue reconocido por la testigo René Ahualli entre quienes mataron a Urondo. Oyarzábal y Smahá eran quienes conducían los interrogatorios junto con Armando Fernández, alias “Piqui”.

- Luis Alberto Rodríguez Vázquez, alias “Pájaro Loco”, era el responsable de Inteligencia del D2, que se ocupaba de estudiar a los futuros blancos del grupo de tareas. Rodríguez Vázquez admitió en 1987 que se encargaba de “la sección investigación de la información”, donde se procesaban los datos que obtenían quienes se infiltraban en distintas organizaciones. Su tarea no fue sólo de escritorio. La sobreviviente Ahualli lo reconoció como quien manejaba el auto que persiguió y alcanzó a Urondo.

- Celustiano Lucero, alias “Mono”, cabo primero a mediados de los ’70, fue quien mató a Urondo al golpearlo detrás de la cabeza con su arma reglamentaria, dato que él mismo confesó mientras intentaba defenderse. Un sobreviviente del D2 lo reconoció entre sus torturadores.

- El teniente Dardo Migno, condenado a doce años de prisión, era jefe de la Compañía de Comunicaciones de Montaña 8 y estaba imputado por un solo caso de secuestro seguido de torturas.

- El entonces teniente coronel Paulino Furió, jefe de la División Inteligencia del Comando de la Brigada de Infantería de Montaña VIII, estaba imputado por la desaparición de Jorge del Carmen Fonseca. Su absolución sería por la falta de certezas sobre dónde ocurrió el secuestro. De todas formas, Furió seguirá con prisión preventiva por otros delitos.
Fuente:Pagina12


EL POETA QUE NO SEPARO SUS POESIAS DE LA VIDA
La palabra justa
Por Luis Bruschtein
“Del otro lado de la reja está la realidad, de/ este lado de la reja también está/ la realidad; la única irreal es la reja...” Así dice uno de los últimos poemas de Francisco Urondo, o Paco para sus amigos, cuyos asesinos fueron condenados ayer en Mendoza. En Wikipedia hay una biografía sucinta, una foto de Paco de medio perfil en la que, por algún misterio sus ojos han perdido la picardía de esas salidas picantes que siempre tenía. Dice: “Santa Fe, 10 de enero de 1930-Mendoza, 17 de junio de 1976, escritor, periodista, guerrillero y militante político nacido en Argentina”. Un texto, que también por algún misterio ha perdido esa inquietud vital, la geometría de sus movimientos y hasta la calidez que siempre tenía cuando se relacionaba con otras personas o cuando hacía su vida y decidía cosas y las comentaba generosamente con gran capacidad para hacerse querer.

Habla de sus parejas, Graciela “Chela” Murúa, con la que tuvo dos hijos, Claudia y Javier; de Zulema Katz; de Lilí Mazaferro, y, ya en la dictadura, de Alicia Raboy, con quien tuvo a su hija Angela. No dice que con Lilí Mazaferro eran compañeros de militancia en las FAR, una organización guerrillera que luego se fusionó con Montoneros, y que Alicia Raboy estaba junto a él en Mendoza cuando interceptaron el auto donde se trasladaban y le pegaron dos tiros en la cabeza. Da cuenta de sus numerosos libros, de su trabajo como guionista de cine y televisión. Pero, quizá porque no es tan importante, no hay un relato por ejemplo de cuando recitaba sus poesías y Juan Gelman las suyas, los dos poetas codo a codo, en aquella época no tan conocidos, en algún bar de Buenos Aires, presumiblemente de la calle Corrientes. Algún bar lleno de humo de cigarrillos y de jóvenes que escuchaban a los poetas deletrear palabras entre sus amores y las revoluciones, historias de personas comunes y no tanto, en esos bares de bohemia y poesía.

Primero fue titiritero con Fernando Birri y su primera mujer en el grupo El Retablo de Bartolo. Pero más que nada era poeta y se dedicó a la poesía: en los ’50 estuvo en el Movimiento Poesía Buenos Aires y en los ’60 en Zona de Poesía Americana. Aparte de cinco obras de teatro, una novela, dos libros de cuentos, escribe poesía prolíficamente (dejó ocho libros) y lo dice: “Empuñé un arma porque busco la palabra justa”, o como lo dice en otro poema: “Mi confianza se apoya en el profundo desprecio/ por este mundo desgraciado/ Le daré la vida/ para que nada siga como está”.

En esa confluencia de la palabra con la vida, Paco Urondo se incorporó a las FAR, siguiendo de alguna manera los pasos de su hija Claudia. En el final tumultuoso de la dictadura de Lanusse cayó preso y le tocó compartir la misma celda, la noche previa a la liberación del 24 de marzo de 1973, con los tres sobrevivientes de los fusilamientos de Trelew: Alberto Camps, Ricardo Haydar y María Antonia Berger. El militante, el periodista y el poeta que era se unieron esa noche y de allí salió el libro La patria fusilada.

Paco participó en los proyectos de prensa de Montoneros, pero en 1976 fue enviado a Mendoza. Su amigo Rodolfo Walsh comentó luego su muerte: “El traslado de Paco a Mendoza fue un error. Cuyo era una sangría permanente desde 1975, nunca se la pudo mantener en pie. El Paco duró pocas semanas... Fue temiendo lo que sucedió. Hubo un encuentro con un vehículo enemigo, una persecución de los dos coches a la par...” Tras esa larga persecución y tiroteo, una de sus acompañantes pudo escapar, su esposa Alicia fue secuestrada y desaparecida y a él le dieron dos tiros en la cabeza.
Fuente:Pagina12


Condena del tribunal oral federal nº 1
Prisión perpetua a cuatro represores de Mendoza
Publicado el 7 de Octubre de 2011
Están acusados de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura, entre ellos el del escritor Francisco “Paco” Urondo y su esposa Alicia.
El Tribunal Oral Federal Nº 1 de Mendoza condenó ayer a la pena de prisión perpetua a cuatro ex policías y aplicó la pena de 12 años de prisión a un ex teniente, todos acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos en esa provincia durante la última dictadura militar, entre ellos, el del escritor Francisco “Paco” Urondo y su esposa Alicia Raboy.
La sentencia máxima recayó sobre el ex comisario Eduardo Smaha, los ex policías Celustiano Lucero, y Alberto Rodríguez Vázquez; y el ex comisario general Juan Agustín Oyarzábal. Además, el tribunal condenó al ex teniente Dardo Migno a 12 años de prisión por privación abusiva de libertad agravada y absolvió al ex jefe de Inteligencia, Paulino Furió.
Pablo Salinas, querellante del grupo Ecuménico por los Derechos Humanos, se mostró conforme con el fallo “porque se aplicaron condenas a delitos contra la humanidad y genocidio”. “Nuestros compañeros fueron víctimas de una matanza de personas que se constituyó en la destrucción de un grupo humano.” Por otra parte, admitió estar conforme con la decisión de que se haya dispuesto que los condenados cumplan las penas en cárcel común.
Minutos antes del mediodía, aunque con poco más de media hora de retraso, el presidente del tribunal anunció las condenas a prisión perpetua e inhabilitación absoluta a los cuatro procesados por considerarlos culpables de los delitos de privación abusiva de la libertad agravada, violencia y amenazas, aplicación de tormentos, homicidio calificado por alevosía y asociación ilícita.
Los condenados fueron juzgados en ocho causas por crímenes de lesa humanidad en perjuicio de 24 víctimas, entre ellas las de Urondo y Raboy; y el cautiverio del escritor y político mendocino Ángel Bustelo.
Además de estos dos casos, el Tribunal Nº 1 los condenó por las desapariciones de Salvador Moyano, Jorge del Carmen Fonseca, Ricardo Sánchez, Nora Jurado, Rafael Olivera y Aníbal Torres.
Se trata del segundo juicio por delitos de lesa humanidad que se realiza en Mendoza, luego del sucedido en San Rafael el año pasado que también finalizó con varias cadenas perpetuas contra ex policías y militares.
Cientos de representantes de organismos de Derechos Humanos y familiares de desaparecidos esperaron conocer la sentencia afuera del edifico del Tribunal Federal.
Cuando se inició el proceso, el 17 de noviembre, había un total de diez acusados, pero en el transcurso falleció el general Juan Pablo Saá y fueron separados por razones de salud el general Mario Lépori, el coronel Tamer Yapur y el suboficial de la Policía Agustín Fernández.
Fuente:TiempoArgentino


Lesa humanidad
Mirá las mejores fotos de un juicio histórico en Mendoza
La Justicia Federal condenó hoy a la pena de prisión perpetua a cuatro ex policías , acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos en la provincia durante la última dictadura militar. No te pierdas la fotogalería de Martín Pravata y Marcelo Alvarez.
06 de Octubre de 2011
Foto: Marcelo Alvarez
El Tribunal Oral Federal número 1 de Mendoza condenó hoy a la pena de prisión perpetua a cuatro ex policías y aplicó la pena de doce años de prisión a un ex teniente, acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos en la provincia durante la última dictadura militar.

Mirá las mejores fotos de una día histórico en Mendoza.



















Fuente:ElSol.online

Perpetua y cárcel común para los represores que actuaron en Mendoza
Cuatro imputados recibieron pena de reclusión perpetua. Otro, fue condenado a 12 años de prisión. El restante fue absuelto, pero continuará detenido por estar involucrado en la causa conocida como "Las Lajas".
06 de Octubre de 2011
Dardo Migno desde Rosario escucha su sentencia a 12 años. Foto: Captura de pantalla
Mucho menos para aquellos familiares de desaparecidos que marchan cada 24 de marzo y que desde hace 35 años aguardaban un poco de Justicia.

El Tribunal Oral Federal 1, decidió, en una jornada histórica, condenar a prisión perpetua a cuatro de los seis acusados y le dio 12 años de prisión a otro represor, dictando la absolución para uno sólo.

El fallo fue dado a conocer por el presidente del Tribunal Oral Federal 1, Juan Antonio González Macías.

Eduardo Smaha Borzuk, quien tiene 68 años y se desempeñó como policía en el D-2, fue uno de los condenados a prisión perpetua, ya que se lo encontró culpable de privación abusiva de la libertad en los casos de Rosario Aníbal Torres, Alicia Raboy y Salvador Moyano. Por imposición de tormentos agravada por la condición de perseguido político de la víctima, en perjuicio de Torres y Raboy y por homicidio calificado por alevosía en los mismos casos.

Además, Smaha, fue hallado culpable por el homicidio de Francisco Urondo y en caso de Salvador Moyano.

Juan Agustín Oyarzábal fue condenado a prisión perpetua por las privaciones abusivas de la libertad de Ricardo Sánchez Coronel, Rafael Olivera, Nora Rodríguez Jurado, Rosario Aníbal Torres y Alicia Raboy. También se lo encontró culpable por el homicidio contra estas personas y por el de Francisco Urondo.

En tanto, los ex oficiales de la policía Celustiano Lucero y Luis Rodríguez fueron hallados culpables por el homicidio de Francisco Urondo.

Asimismo, Dardo Migno fue sentenciado a doce años de prisión por privación abusiva de la libertad e imposición de tormentos contra Ángel Bustelo.

En todos los casos, el tribunal calificó los delitos como de lesa humanidad, cometidos en el contexto de delito internacional de genocidio.

Asimismo, se lo absolvió al ex Jefe de Inteligencia militar Paulino Enrique Furió, quien sin embargo continuará detenido ya que se encuentra procesado en el caso del centro de detención conocido como Las Lajas.

No obstante, el tribunal no sólo condenó a cinco de los acusados, sino que también ordenó que fueran derivados a cárcel común, revocando el beneficio de prisión domiciliaria.
Fuente:ElSol.online


Opinión
6 de Octubre de 2011
El Juicio: desahogo y no venganza tras décadas de dolor contenido en el aliento
Ulises Naranjo / MDZ.
Se conoció la sentencia de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en Mendoza. pero más que la sentencia, conocimos mucho de lo que pasó. No todo, pero gran parte. Un gran paso la una democracia que arrancó sosteniendo a las viejas estructuras del terror en su vientre, pero que terminó pariendo justicia. La reflexión del director de MDZ.
por Gabriel Conte, director de MDZ
No sabemos toda la verdad sobre lo que pasó en la dictadura militar, pero ya conocemos un poco más sobre quiénes fueron los que usaron sus cargos en el Estado para perseguir, torturar y matar. Un puñado de esos miserables acaban de ser juzgados en Mendoza en un hecho histórico y la Justicia ha ventilado, en el proceso de acusación y defensa, detalles escabrosos, a pesar de los gambeteos con los que la memoria le esquiva en estos casos a la verdad.

Muchos de los acusados olvidaron el pasado. Algunos, intencionadamente. Otros, probablemente de manera involuntaria. Ese olvido no es endilgable exclusivamente a ellos, debido a que muchos dirigentes políticos y sociales también sufrieron un golpe de desmemoria. ¿Solo ellos? Bueno, es científica la opinión en torno a que los seres humanos tratamos de bloquear las evocaciones negativas de nuestra memoria. Imaginemos, entonces, cuánta tarea de “borrón y cuenta nueva” ha tenido nuestro cerebro luego de tanto terror.

Es que además de víctimas y victimarios, hubo testigos directos e indirectos, casuales, presenciales y de aquellos que conocieron que algo pasaba y de los que pensaban que algo habían hecho, que olvidaron, sin más.

De hecho, quienes se detienen a repasar cómo fue que se comenzó el recuento de los casos de desapariciones y asesinatos se dan cuenta de las condiciones en aquello sucedió. Más allá de la ciclópea tarea de las organizaciones que agruparon a los familiares de las víctimas, de los partidos políticos que no permanecieron distraídos y de las entidades que consiguieron respaldo internacional para investigar, el Estado lo hizo con lo que tenía. Por ejemplo, los empleados de la Legislatura (que había permanecido cerrada, obviamente) fueron los encargados de recibir las denuncias y de agruparlas, clasificarlas y guardarlas. Mucha gente –por esa misma razón- no fue a denunciar nada: ¡no confiaban en los empleados nombrados por un gobierno asesino e ilegal que llevaba más de un lustro en el poder!

En el año 2009, en ocasión de conmemorar el 24 de marzo, propusimos desde MDZ que los lectores nos contaran su “Nunca más”. Es decir, que hicieran memoria y recordaran hechos que podrían haber sido “raros” transpolados a esta época.

Muchos lo hicieron. El mismo autor de estas líneas lo hizo (lo hice, claro) en una columna sincera y brutal, construida por recuerdos a flor de piel más que con “conocimiento”. La titulamos “Silencio tras la dictadura: Mendoza y sus historias jamás contadas”.

Algunos de los párrafos recibieron la urgente respuesta de un grupo de personas que, en silencio, investigó, por ejempolo, desde la Fundación Ecuménica de Cuyo. Sabían de quién hablaba en anécdotas traspasadas de un miembro a otro en la mesa familiar.

Es que fue eso lo que pasó con mucha gente: cuando no le contaste a nadie lo que viste desde la ventana de tu casa, y cuando mucho menos lo confiaste a la Justicia, probablemente ese olvido, ese bloque mental o esa deliberadamente borrado recuerdo (por miedo, por bronca, por complicidad o por lo que haya sido) impidió que se descubra la verdad.

Fue un gran silencio. Una especie de llanto contenido que todavía podríamos decir que está latente, aun con el paso de los años y el derribamiento de los mitos y muros de prejuicios que construyó –con gran solidez- la dictadura.

Muchos funcionarios de la primera época de la democracia recuerdan hoy lo difícil que les resultaba llegar todos los días al trabajo. Ese recuerdo más reciente también sirve para entender que todavía en “democracia” resultaba difícil y riesgoso, cuando no imposible avanzar en la búsqueda de verdad y justicia. Hace unos días lo atestiguó Rodolfo Montero, ex ministro de Felipe Llaver y secretario de Estado de Raúl Alfonsín.

En un diálogo por MDZ Radio Montero habló de gestión, pero recordó cuan dramático era convivir con personas que venían haciendo funcionar los engranajes del poder político desde la dictadura. Todos los días, contó, se corría el riesgo de volver atrás.

El miedo, entonces, demostraba su triunfo a destiempo.

De hecho, las estructuras policiales fueron respetadas por el poder político por miedo o por falta de equipos en algunos casos, por falta de conciencia en torno a lo que representaban y hasta por complicidad, (una vez más esta palabra, necesariamente).

Los hijos, las nueras, esposas, amantes y concubinas de decenas de policías y militares pasaron a engrosar las estructuras del estado y alimentaron la maquinaria –aun vigente, por cierto, aunque atenuada y tímida por las circunstancias- de justificación y control social hacia adentro de las instituciones que fueron violadas por sus parientes poderosos.

Por todas estas cosas de las que hoy resulta tan sencillo hablar y analizar es importante que la Argentina haya avanzado y siga haciéndolo, en adelante, en la identificación de los responsables y su sometimiento a juicio, con el auténtico derecho que les asiste (aunque ellos lo hayan negado en su momento) a la defensa.

Y es necesario puntualizar la santa paciencia de familiares que, aun en medio del más grande dolor que pueda sufrir un ser humano, optaron por el camino de la justicia y no por el de la venganza.

Algún día le daremos la dimensión que tiene a esta página de la historia. Nos reiremos de los prejuicios y de las peleas absurdas que se han desencadenado alrededor del más oscuro trayecto de la línea del tiempo en la Argentina. Y probablemente, podamos disfrutar de un país en donde nadie, nunca más, intente justificar, explicar o negar la violación sistemática de los derechos fundamentales de toda persona.
Fuente:Mdzol.com

6 de Octubre de 2011 
Las víctimas sin revanchismo: "Tuvieron un juicio justo como corresponde"
Nacho Gaffuri / MDZ
Ángela, la hija de Paco Urondo, presente.
Las víctimas que sobrevivieron a los tormentos del D2 y los familiares de los que ya no están siguieron la lectura de la sentencia dentro y fuera del Tribunal. En ningún momento hubo expersiones revanchistas y no se escuchó ningún insulto contra los represores.
por Santiago Montiveros
Estarán alojados en un sector preparado exclusivamente para ellos. Gozarán de los servicios básicos y de un sistema de salud que los cuidará en todo momento. Así pasarán sus días en prisión Celustiano Lucero, Eduardo Smaha, Agustín Oyarzábal, Luis Rodríguez y Dardo Migno, hoy con prisión domiciliaria en Santa Fe.

Lo lamentable no es esto; por más que hayan aplicado los castigos más duros que haya conocido nuestra historia reciente, deben ser castigados de acuerdo con la ley. Lo que sí genera un profundo dolor, es que sus víctimas hayan recibido un tratamiento tan nefasto por parte del Estado que hoy sí hace justicia.
Furió, Smaha y Lucero, los únicos imputados que estuvieron en la sala de debates.
Violaciones, golpes, picana y diversos métodos de torturas estuvieron a la orden del día en el centro clandestino de detención que funcionó en el D2 y esto se comprobó en un juicio oral y público, con más de 200 testigos, que también brindaron información para avanzar contra algunos jueces y fiscales que integraron el aparato represivo del Estado.

Más allá de esta visión personal, es más que destacable la actitud de las víctimas que salieron con vida del D2 y de los familiares que perdieron a sus seres queridos. Tanto afuera como adentro del Tribunal Federal Nº1 siguieron la lectura de la sentencia sin un solo insulto hacia los represores.
Pablo Salinas, abogado querellante, emocionado tras la sentencia.
"Son asesinos, torturadores, violadores y ladrones", dijo hoy enfáticamente Silvia Ontiveros, testigo que conmovió a la sala de debate cuando relató las torturas y violaciones a las que fue sometida. E inmediatamente completó la frase que a esta altura es símbolo de una envidiable entereza: "Pero tuvieron un juicio justo como corresponde".

Al mismo tiempo, Eugenio París, Fernando Rulé, Vilma Rúpulo, Mariú Carreras, entre otros, se sumaron al análisis de Ontiveros, y destacaron que "ha sido un ejercicio democrático muy importante y tuvieron la oportunidad de decir lo que quisieron", con la entereza de los grandes y sin la sed de venganza propia de nosotros, los hombres ordinarios.
Fuente:Mdzol.com


6 de Octubre de 2011
El Juicio: crónica de un día esperado que parecía que nunca iba a llegar



Nacho Gaffuri / MDZ
El Tribunal Federal 1 fue el escenario para que cientos de personas se apostaran en el lugar para escuchar la sentencia final a los represores de la dictadura militar en nuestro país en 1976. Cuatro de ellos condenados a prisión perpetua, otro a doce años y un absuelto. Mirá los videos.
por Denise Kemelmajer
Hoy 6 de octubre de 2011, en Mendoza se vivió un día que para muchos nunca iba a llegar: la sentencia a los represores acusados de cometer crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar vivida en Argentina en 1976. El ambiente no era de alegría pero si de mucha conmoción.

Pasadas las 11, los jueces Antonio González Macias, Héctor Cortés y Alejandro Piña se hicieron presentes para leer el esperado veredicto final a los seis imputados. Mientras que en la vereda de los Tribunales se vivía un ambiente protagonizado por más de 250 personas, en el interior solamente había butacas para 80 personas. Sin embargo, el lugar se copó e ingresaron más de 120 personas.

En el banco de los acusados se sentaron tres de los seis ex policías y militares: Celustiano Lucero Lorca, Eduardo Smaha Borzuk y Paulino Furió. Por pantalla, a través de tele conferencia se pudo observar a Dardo Migno desde Rosario y Juan Agustín Oyarzábal con prisión domiciliaria en Rivadavia.

A penas ingresaron los represores, los familiares con fotografías de sus desparecidos en las manos, las alzaron con un silencio conmovedor. Algunos llantos, y miradas hacia los genocidas impactaron sin mediar ninguna palabra hasta que comenzaron a escuchar el juicio final.

Después de un año del comienzo; el comisario general retirado Oyarzábal, el comisario retirado Smaha, el policía Lucero y Rodríguez Vázquez recibieron la pena máxima: prisión perpetua y el ex teniente Migno recibió 12 años de prisión. Tres de ellos tenían prisión domiciliaria pero serán trasladados a San Felipe para cumplir con sus respectivas condenas.

El único que fue absuelto es el ex jefe de Inteligencia del Ejército Furió que estaba imputado en una sola causa y se le otorgó el "beneficio de la duda" como bien lo había solicitado Andrea Durante, abogada defensora.
Fuente:Mdzol.com                                          


publicado por NU
Mariú Carreras y Pablo Seidel en las puertas de Tribunales Federales.
publicado por NU
Víctimas de la represión esperaron el fallo contra sus represores.
En la puerta de Tribunales Federal.
En la puerta de Tribunales Federal, gran expectación.
Envío:Agndh

El Juicio: repasá todo lo que dejó el histórico enjuiciamiento a represores mendocinos
Pachy Reynoso / MDZ
Lucero, Furió, Yapur, Smaha y Saá (fallecido), en el primer día.
Desde el 17 de noviembre de 2010, un centenar de testigos relataron lo acontecido en Mendoza durante la etapa más oscura del país. De sus testimonios surgieron nuevas evidencias para acusar a ex policías y actuales magistrados. Mirá lo más importante que dejó el juicio que finaliza hoy.

Hoy, 384 días después del inicio del histórico juicio, el Tribunal Federal leerá la sentencia contra seis ex policías y militares acusados por crímenes de lesa humanidad. La resolución se dará a conocer a las 11, momento en que se sabrá si los jueces dieron lugar al pedido de la Fiscalía: perpetua para cinco imputados y 12 años para un ex teniente.

Por su parte, el martes, la defensa hizo hincapié en los supuestos problemas de salud que afectarían a los imputados y pidió la pena mínima por participación secundaria y que purguen eventuales condenas en sus domicilios. A su vez, la abogada Andrea Duranti solicitó la absolución para el ex jefe de Inteligencia del Ejército en Mendoza Paulino Furió (78), por el "beneficio de la duda".

A lo largo del juicio, distintos acontecimientos y resoluciones modificaron sustancialmente el escenario que se observó durante las primeras jornadas. Un encausado muerto, menos acusados en el banquillo, un abogado defensor fallecido en extrañas circunstancias, represores inimputables, caída de varias causas y reveladores datos que surgieron de los más de 200 testigos.

Los acusados: sólo tres estarían en el banquillo
El 17 de noviembre de 2010, la mayoría de los diez ex militares y policías estuvieron sentados en el banquillo de los acusados. Hoy, después de un año de debate, sólo tres escucharán in situ la sentencia del Tribunal: el comisario retirado Eduardo Smaha (69), el policía Celustiano Lucero (70) y Furió, para quien la defensa pidió la absolución.

Smaha y el fallecido Saá, en el inicio del juicio.

Del resto, el ex general Juan Pablo Saá falleció durante el transcurso del juicio y tres acusados fueron separados del proceso judicial por cuestiones de salud: el comisario retirado Armando Fernández Miranda, el ex general Mario Lépori y el coronel retirado Tamer Yapur, que a los 88 fue declarado inimputable por "alteraciones morbosas de sus facultades mentales con síndrome demencial".

Otros tres continúan imputados, pero a diferencia de Smaha, Lucero y Furió, no estarían en la sala de debates por problemas de salud. Se trata del ex teniente Dardo Migno (59), el único por el que la Fiscalía no pidió perpetua, el ex policía Luis Alberto Rodríguez Vázquez (71) y el comisario general retirado Juan Agustín Oyarzábal (75). Estos tres imputados siguen el juicio con prisión domiciliaria.

Las causas: ocho causas al final del juicio
De las 17 causas que comenzaron a investigarse el año pasado, sólo ocho "sobrevivieron" al desarrollo del proceso judicial, ya que nueve se "cayeron" cuando se declaró inimputable a Fernández Miranda, Lépori y Yapur. Este último, ex gobernador de facto de la provincia, estaba involucrado en la mayoría de las 17 causas iniciales.

Ahualli, durante la reconstrucción del asesinato.

Entre las ocho causas que fueron juzgadas y cuyas sentencias se conocerán hoy se encuentra el asesinato de Francisco Paco Urondo y la desaparición de su esposa, Alicia Raboy (el Tribunal reconstruyó el fusilamiento del poeta con la compañía de la testigo Renée La Turca Ahualli), y el cautiverio del escritor y político mendocino Ángel Bustelo.

Al comienzo del proceso, eran 32 las víctimas que iban a recibir justicia. Ahora, con la caída de la mayoría de las causas, solamente se sabrá qué ocurrió con nueve. Además de Urondo, Raboy y Bustelo, se encuentran Salvador Moyano, Jorge del Carmen Fonseca, Ricardo Sánchez, Nora Jurado, Rafael Olivera y Aníbal Torres.

Mientras tanto, quedarán pendiente las responsabilidades en 23 casos: Lidia De Marinis, Juan Gutiérrez, María Alvarado, los hermanos Hugo y Julio Talquenca, Héctor Brizuela, Antonio García, María Inés Correa Llano, Carlos Jackowezyc, Gerónimo Morgante, María Leonor Mercuri, Juan Domingo Britos, Antonio Molina, Raquel Moretti, Aldo Cassadidio, Arturo Rodríguez, José Alcaraz, Adriana Campos de Alcaraz, Martín Alcaraz, María Silvia Campos, Humberto Bravo, Marcelo Carrera y Adriana Bonoldi de Carrera.

Testimonios de alto impacto
El 2 de diciembre, Sara Gutiérrez, cuyo hermano Juan permanece desaparecido, relató una experiencia que sorprendió a los presentes en la sala de debate. "Las madres de los desaparecidos pudieron hablar con el arzobispo (monseñor Olimpo Santiago) Maresma. Sorpresivamente, éste les sugirió que no gastaran pólvora en chimangos", relató la testigo.
Sara Gutierrez habló de una dictadura "cívico-eclesiástico-militar".
Un mes después, el 11 de enero, Eugenio París recordó que durante su estadía en la facultad, allegados le dijeron que tuviera cuidado con los integrantes de La Guardia de Hierro y de la Concertación Nacional Universitaria (CNU), y relató que en aquellos años se mencionaba que José Luis Manzano y Guillermo Amstutz integraban estas organizaciones que "vendían" a estudiantes. Amstutz lo negó tajantemente.

Por su parte, el recordado David Blanco (falleció el 12 de febrero de un paro cardíaco en su casa de Las Heras) conmovió a todos con su declaración, el 16 de diciembre. El Negro juntó coraje para relatar los tormentos a los que fue sometido en el D2, entre ellos, las violaciones que, según se supo a lo largo del juicio, eran extensivas a varios compañeros de cautiverio.

La complicidad de la Justicia y la imputación de Carlos Rico
Entre los testimonios que complican la situación procesal de Otilio Romano, "refugiado" en Chile, se encuentra el de Luz Faingold, secuestrada en 1975. La testigo relató durante el juicio que, después de ser torturada y violada en el D2, el por entonces fiscal federal Romano la visitó en su cautiverio y no atendió su denuncia.
Rulé reconoció su celda en el D2 y recordó a Rico.

A su vez, Faingold, que por aquel entonces tenía 17 años, contó que posteriormente fue entrevistada por el juez Luis Miret, destituido recientemente por el Consejo de la Magistratura. De acuerdo con su relato, el ex magistrado le negó la libertad a pesar de ser menor de edad. "Me retó y gritoneó durante media hora antes de dejarme salir", agregó.

Otra revelación tiene que ver con el testimonio de Ramón Ábalo, quien sugirió que el actual integrante de la Segunda Cámara del Crimen Roberto Arlington Uliarte habría sido cómplice de la dictadura. Además, en un pasaje de uno de los libros que escribió se lee: "Otro caso es el de Roberto Uliarte, juez de la dictadura", a quien también acusó de ser "empleado" de los Vila.

Por otra parte, antes de que el Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos solicitara la imputación de Carlos Rico (la Cámara Federal lo imputó por asociación ilícita destinada a cometer crímenes contra la humanidad), testigos situaron al ex subsecretario de Seguridad de Celso Jaque dentro del D2; entre ellos, Fernando Rulé (quien además dijo que Rico era uno de los violadores) y Alicia Morales.

La muerte del abogado defensor
Apenas unas semanas después de asumir la defensa de Rodríguez Vásquez, el abogado Alejandro Herrero falleció en una comisaría de Godoy Cruz y hasta hoy su muerte continúa siendo un misterio. Según las versiones policiales de aquel entonces, el hombre de 39 años fue detenido porque habría ingresado a un comercio de calle Belgrano "muy exaltado".

Por la trágica noticia, el Tribunal integrado por Juan Antonio González Macías, Héctor Cortez y Alejandro Piña suspendió la sesión que estaba prevista para el día posterior. A partir de ese momento, la fiscal Claudia Ríos tomó la investigación del caso y solicitó los videos de las cámaras de seguridad ubicadas en el lugar donde Herrero fue apresado. Pero, por el momento, su muerte en la comisaría no ha sido esclarecida.

Los números del juicio
Causas: 17 (se redujeron a 8)
Víctimas: 32 (se redujeron a 9)
Acusados: 6 (Eduardo Smaha, Celustiano Lucero, Paulino Furió, Dardo Migno, Luis Alberto Rodríguez Vázquez y Juan Agustín Oyarzábal).
Declarados innimputables: 3 (Armando Fernández Miranda, Mario Lépori y Tamer Yapur).
Fallecido durante el juicio: 1 (Juan Pablo Saá).


El Juicio: el fiscal apunta al rol de la Fuerza Aérea
Fiscal Dante Vega.
Dante Vega es el fiscal del histórico juicio contra seis ex policías y militares acusados por crímenes de lesa humanidad que hoy tendrán sus sentencias. En una entrevista para MDZ Radio, señaló que "sigue siendo oscuro el rol de la Fuerza Aérea".

A horas de conocer la sentencia final para seis ex policías y militares acusados por crímenes de lesa humanidad, Dante Vega, el fiscal de la causa charló con MDZ Radio y dijo que "hubo mucha veracidad en los testigos, conocimos detalles, el terror del D2, cómo comandaba el Ejército pero el capítulo más oscuro es el rol de la Fuerza Área, que lo vamos a esclarecer".

Desde el 17 de noviembre de 2010, Vega es el fiscal de la causa por los crímenes de lesa humanidad y señaló que lo más importante a nivel histórico sería conocer realmente donde están enterrados las víctimas. "Yo intuyo que Eduardo Smaha sabe donde están enterrados pero nunca habló".

También Vega hizo hincapié en el rol de la Iglesia durante la dictadura militar y dijo que fue "significativo" ya que hasta en el día de hoy "la Iglesia sigue sermoneando a los políticos".

Tras la sentencia, debate y reflexión sobre juicios por delitos de lesa humanidad en Mendoza
La Universidad Nacional de Cuyo junto a la secretaría de Derechos Humanos de la Nación y el Observatorio de Derechos Humanos de Mendoza organizaron en conjunto una jornada para reflexionar y discutir el proceso judicial vinculado a las causas de Lesa Humanidad que se desarrolló en nuestra Provincia. El encuentro se realizará el viernes 7 de octubre a las 9 en Biblioteca Pública General San Martin, ubicada en Remedios Escalada de San Martín 1843, Ciudad.

La jornada se organizó para pensar y reflexionar sobre los “Procesos de Memoria, Verdad y Justicia: Primer Juicio de Lesa Humanidad en Mendoza”, especialmente en ocasión de que el jueves 6 de octubre se concretará la lectura de la sentencia en la Sala de Debate del Tribunal Oral Federan N° 1. En el acto de apertura estarán presentes Arturo Somoza, rector de la UNCuyo, Marcelo Duhalde de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y Belén Álvarez, secretaria de Bienestar Universitario.

Las exposiciones de la mesa encargada de debatir la temática comenzarán alrededor de las 10.15. Entre los ponentes se encuentran Pablo Barbutto, coordinador del Área Jurídica Nacional - Equipo de abogados querellantes del país, de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación; Dante Vega, fiscal general, representante del Ministerio Público en el juicio; Viviana Beigel y Pablo Salinas, abogados querellantes del MEDH; Pablo Garciarena, abogado querellante de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación; Mariú Carreras, de los Organismos de Derechos Humanos; Marcelo Stern del Observatorio DDHH; Ángela Urondo, víctima y familiar y Gustavo Arenas, diputado Provincial.

Las temáticas de la jornadas incluirán exposiciones de aproximadamente 15 minutos sobre: Juicios de Lesa Humanidad como política de Estado en el marco del Proceso de Memoria, Verdad y Justicia; Relevancia de la sentencia y situación de las causas en trámite; Sentencia: complicidad civil: Justicia Federal; Estructura de inteligencia del aparato represivo en Mendoza; Ataques sexuales como tortura especifica por la condición de género; Centros clandestinos de detención en Mendoza; Paco Urondo: montoneros en Mendoza.
FuentedeOrigen:http://www.mdzol.com
Envío:Agndh                                                      

1 comentario:

Anónimo dijo...

AL PARCER LA GENTE OLVIDA Q LAS "VICTIMAS" DEL JUICIO POR DELITOS DE LESAHUMANIDAD TAMBIEN ATENATRON CONTRA CIVILES INCLUSO PERSONAL DE LA POLICIA QUE SE DESEMPEÑABA EN ESE MOMENTO!!!!PREGUNTA PARA CUANDO EL JUICIO POR ESAS PERSONAS!!!!!DONDE ESTA LA IGUALDAD????VICTIMAS O VICTIMARIOS??