05 de Noviembre
Colombia
La muerte del máximo jefe de las FARC provocó un estruendoso impacto en toda Latinoamérica
La muerte del máximo jefe de las FARC, Guillermo Sáenz, alias ´Alfonso Cano´, a manos de militares colombianos que bombardearon esta madrugada su campamento, provocó un estruendoso impacto en toda Latinoamérica y gran parte del mundo, en tanto la organización guerrillera parecía aprestarse, por segunda vez en menos de tres años, a recomponer sus tropas y encontrar un sucesor.
Fuentes militares revelaron que Cano cayó abatido en un bombardeo lanzado a su campamento en una zona rural del municipio Suárez, en el departamento (provincia) Cauca, en el sur del país.
Un soldado partícipe del operativo que pidió anonimato dijo que Cano resistió hasta el final el embate militar.
Su deceso fue confirmado primero por el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y poco después por el presidente Juan Manuel Santos, quien desde Cartagena describió el hecho como "el golpe más contundente" asestado a las FARC "en toda su historia".
"Es un golpe histórico", sentenció Santos, quien de todos modos consideró que "no debemos ser triunfalistas" y sí perseverar "hasta traerle a los colombianos un país en paz".
Santos llamó a la guerrilla a retirarse completamente, al grito de "desmovilícense, porque, como lo hemos dicho tantas veces y como lo hemos comprobado, terminarán en una cárcel o en una tumba".
En un mensaje a los colombianos, propuso "seguir trabajando todos juntos, porque este un país maravilloso y vamos a conseguir esa paz que ha sido esquiva durante tanto tiempo, tantas décadas".
Por segunda vez en menos de tres años, el diezmado secretariado de las FARC deberá reunirse para elegir a un líder que recomponga las tropas.
En tal sentido, analistas locales mencionaron que los dos máximos candidatos a suceder a Cano son Iván Márquez, de orientación política, y Joaquín Gómez, de línea militar.
Al igual que sucedió luego de la muerte de Manuel Marulanda Vélez, alias `Tirofijo`, en marzo del 2008, el punto de partida será establecer si optan por un líder de la línea militar radical o de la política. En cualquier caso, ya no queda ningún legendario jefe guerrillero en la sucesión.
Luciano Marín Arango, alias `Iván Márquez`, es el primero en la lista, no sólo por la cercanía que tenía con `Cano` sino por el poder acumulado a lo largo de 34 años en esa guerrilla.
Durante el gobierno de Pastrana, `Márquez` participó en los fracasados diálogos de Tlaxcala y del Caguán.
Además, durante la administración de Álvaro Uribe Vélez promovió con fuerza el despeje de los municipios de Florida y Pradera (Valle), en busca de un acuerdo humanitario que logró tener eco en algunos sectores.
También estuvo detrás de la liberación de secuestrados en manos de las FARC promovida por la ex senadora Piedad Córdoba y respaldada por el gobierno de Hugo Chávez.
Su punto débil es que ha pasado varios años fuera de Colombia - más allá de la frontera con Venezuela-, perdiendo ascendencia entre la tropa.
Además, Estados Unidos lo tiene en la mira por ser el encargado de establecer los lineamientos internos para la producción y distribución de la coca que canjean en el mercado negro por armas.
Milton de Jesús Toncel Rendón, alias `Joaquín Gómez`, es otro candidato importante.
Fue comandante del poderoso bloque Sur antes de llegar al secretariado, en reemplazo de `Raúl Reyes`, y en sus inicios estuvo siempre al lado de `Fabián Ramírez`.
`Gómez` fue formado en la vieja Unión Soviética, se inició en las llamadas Juventudes Comunistas y es considerado integrante de la línea dura militarista de las FARC.
Aunque no tuvo golpes contundentes en los últimos años, ha comandado ataques históricos contra el Ejército, como la toma de Puerres (Nariño) y de la base de comunicaciones del cerro Patascoy, en 1997. En esta última, en un ataque de menos de media hora, murieron 22 soldados y 18 fueron secuestrados por la guerrilla.
`Joaquín Gómez` también pasó por el Caguán, en donde hizo alarde de su poder negociador, mermado por un defecto que tiene al hablar.
Los otros dos nombres que suenan con fuerza en la sucesión son los de Rodrigo Londoño, alias `Timochenko`, y Jorge Torres Victoria, alias `Pablo Catatumbo`, aunque anoche corrieron versiones de que este último habría muerto al lado de `Cano`.
De los dos, sin duda, el más fuerte es `Timochenko`. Para las autoridades se trata del cerebro de la inteligencia y de la contrainteligencia de las FARC, responsable de ajusticiamientos internos por delaciones, fugas y robos de caletas con dinero.
Lleva 28 años en las FARC, es miembro del secretariado y comanda el llamado bloque del Magdalena Medio.
El último en la fila es `Pablo Catatumbo`, comandante del bloque Occidental de las FARC.
Con un extenso entrenamiento militar, expedientes judiciales lo señalan como el responsable de la producción y distribución de coca en el Valle.
Algunos analistas también creen que Jaime Alberto Parra, alias el `Médico´, otro de los miembros del mermado secretariado, tiene chance para subir a la cúpula de la organización. Se trata del médico personal de `Marulanda`, formado en Cuba y hoy al mando de cerca de mil hombres del llamado bloque José María Córdoba.
A pesar de ser un desconocido en algunos escenarios, tiene ascendencia en la tropa por su nexo con `Marulanda`.
En cualquier caso, las dificultades de comunicación y el fraccionamiento en las FARC harán de la elección del sucesor de `Cano` un largo e intrincado proceso.
Fuente:Telam
05 de Noviembre
Colombia
Ya se habla del sucesor de Cano al frente de las FARC
Por segunda vez en menos de tres años, el diezmado secretariado de las FARC deberá reunirse para elegir a un líder que recomponga las tropas tras el impactante golpe recibido por la muerte de Alfonso Cano.
Analistas locales mencionaron que los dos máximos candidatos a suceder a Cano son Iván Márquez, de orientación política, y Joaquín Gómez, de línea militar.
Al igual que sucedió luego de la muerte de Manuel Marulanda Vélez, alias `Tirofijo`, en marzo del 2008, el punto de partida será establecer si optan por un líder de la línea militar radical o de la política. En cualquier caso, ya no hay ningún legendario jefe guerrillero en la sucesión.
Luciano Marín Arango, alias `Iván Márquez`, es el primero en la baraja, no sólo por la cercanía que tenía con `Cano` sino por el poder acumulado a lo largo de 34 años en esa guerrilla.
Durante el gobierno de Pastrana, `Márquez` participó en los fracasados diálogos de Tlaxcala y del Caguán.
Además, durante la administración de Álvaro Uribe Vélez, promovió con fuerza el despeje de los municipios de Florida y Pradera (Valle), en busca de un acuerdo humanitario que logró tener eco en algunos sectores.
También estuvo detrás de la liberación de secuestrados en manos de las FARC promovida por la ex senadora Piedad Córdoba y respaldada por el gobierno de Hugo Chávez.
Su punto débil es que ha pasado varios años fuera de Colombia - más allá de la frontera con Venezuela-, perdiendo ascendencia y respeto entre la tropa.
Además, Estados Unidos lo tiene en la mira por ser el encargado de establecer los lineamientos internos para la producción y distribución de la coca que canjean en el mercado negro por armas.
Milton de Jesús Toncel Rendón, alias `Joaquín Gómez`, es otro candidato importante.
Fue comandante del poderoso bloque Sur antes de llegar al secretariado, en reemplazo de `Raúl Reyes`, y en sus inicios estuvo siempre al lado de `Fabián Ramírez`.
`Gómez` fue formado en la vieja Unión Soviética, se inició en las llamadas Juventudes Comunistas y es considerado integrante de la línea dura militarista de las FARC.
Aunque no tuvo golpes contundentes en los últimos años, ha comandado ataques históricos contra el Ejército, como la toma de Puerres (Nariño) y de la base de comunicaciones del cerro Patascoy, en 1997. En esta última, en un ataque de menos de media hora, murieron 22 soldados y 18 fueron secuestrados por la guerrilla.
`Joaquín Gómez` también pasó por el Caguán, en donde hizo alarde de su poder negociador, mermado por un defecto que tiene al hablar.
Los otros dos nombres que suenan con fuerza en la sucesión son los de Rodrigo Londoño, alias `Timochenko`, y Jorge Torres Victoria, alias `Pablo Catatumbo`, aunque anoche corrieron versiones de que este último habría muerto al lado de `Cano`.
De los dos, sin duda, el más fuerte es `Timochenko`. Para las autoridades se trata del cerebro de la inteligencia y de la contrainteligencia de las FARC, responsable de ajusticiamientos internos por delaciones, fugas y robos de caletas con dinero.
Lleva 28 años en las FARC, es miembro del secretariado y comanda el llamado bloque del Magdalena Medio.
El último en la fila es `Pablo Catatumbo`, comandante del bloque Occidental de las FARC.
Con un extenso entrenamiento militar, expedientes judiciales lo señalan como el presunto responsable de la producción y distribución de coca en el Valle.
Algunos analistas también creen que Jaime Alberto Parra, alias el `Médico´, otro de los miembros del mermado secretariado, tiene chance para subir a la cúpula de la organización. Se trata del médico personal de `Marulanda`, formado en Cuba y hoy al mando de cerca de mil hombres del llamado bloque José María Córdoba.
A pesar de ser un desconocido en algunos escenarios, tiene ascendencia en la tropa por su nexo con `Marulanda`.
En cualquier caso, las dificultades de comunicación y el fraccionamiento en las FARC harán de la elección del sucesor de `Cano` un largo proceso.
Fuente:Telam
El gran negocio de continuar con la guerra
La muerte de Alfonso Cano
Por: Marcos Meléndez
Fecha de publicación: 05/11/11
Estar a mano
No es estar en paz…
(Alejandra Rendón)
Todos los grupos de izquierda y el mundo entero, han quedado consternados con la desaparición física de Guillermo León Sánchez, alias “Alfonso Cano”. Un Bogotano originario de una familia más o menos acomodada económicamente, quien además de ser Antropólogo y abogado, luchó desde sus tiempos de universitario desde el Partido Comunista de Colombia (PCC) donde varias veces fue arrestado por manifestar públicamente su ideología política dentro de la universidad lo que se consideraba (y se considera) delito para los líderes políticos de la oligarquía de nuestro hermano país.
Cano ingresa a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) porque su lucha estaba suscrita al programa que venía agrupando a núcleos campesinos de las zonas rurales colombianas dentro del partido comunista colombiano, los cuales planteaban reivindicaciones ante el latifundio y el asesinato sistemático de campesinos que trabajaban la tierra y se resistían a ser esclavizados por la oligarquía. Cano, entendiendo la lucha de los campesinos sin tierra de su país y ante el posterior asesinato del líder de izquierda Jorge Eliécer Gaitán, decide abandonar las comodidades que le generaba su posición económica y su profesión para incorporarse a la lucha por la defensa armada del campesinado oprimido que estaba siendo masacrado por la oligarquía. El programa de lucha al que se suscribe Cano, y del cual fue ideólogo, planteaba entre otras cosas la eliminación de los sistemas atrasados y esclavizantes de la explotación de la tierra a través de la entrega de terrenos a los campesinos que la trabajan proponiendo dejar extensiones de explotación agropecuarias solo para el crecimiento planificado de la nación y no para fincas de veraneo o latifundios de la oligarquía, la dignificación de los servicios de salud pública y educación para los campesinos junto con la promulgación de una ley de política agraria revolucionaria que protegiera al campesino de las masacres que grupos de mercenarios armados y pagados por la oligarquía, propinaban a los campesinos para “desocupar” los latifundios tomados por el in extremis pequeño grupo de oligarcas colombianos.
Las FARC no son un grupo irregular por deseo propio exclusivamente, el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán, con la posterior persecución y masacre de líderes revolucionarios colombianos, obligó a los sobrevivientes a armarse y a vivir en la clandestinidad para junto a los campesinos defenderse de los grupos de exterminio y promover su programa de luchas. Hay quienes critican o han criticado en forma descontextualizada las fuentes de financiamiento de las FARC, pero no recuerdan el intento de los guerrilleros liberales de negociar e incorporarse a la vida pública de forma regular que terminó en una nueva matanza sistemática de sus líderes lo que reforzó la idea de mantenerse como ejército del pueblo y no como ejército de un gobierno controlado por la oligarquía. Los medios de comunicación –controlados también por esa misma oligarquía que controla el gobierno- muestra y magnifica las fuentes de financiamiento irregulares, pero no muestra con ese mismo afán, las fosas comunes con grupos de hasta dos mil campesinos exterminados por una oligarquía también armada de forma irregular, no muestra videos de las persecuciones tipo cacería de conuqueros que son correteados como animales para ser acribillados por cometer el delito de sembrar donde un feudal gobierna, ni muestran tampoco los caseríos y pueblos enteros donde los observadores internacionales no llegan, y donde ponen a votar a los campesinos con un soldado irregular al lado vigilando –so pena de muerte- que vote por el candidato de la oligarquía.
A Alfonso Cano, le tocó ser vocero de las FARC en el proceso de búsqueda de una salida negociada al conflicto armado de Colombia durante el gobierno de Gaviria y le tocó en el año 2008, asumir la máxima vocería de las FARC luego de la muerte de “Tirofijo”. Desde allí había venido avanzando en la posibilidad de una salida negociada con el nuevo gobierno de Colombia en aras de la paz interna del país y que permitiera la incorporación de este grupo político beligerante en la vida pública nacional, que presentara su propuesta, su proyecto de país y pudiera participar en unas elecciones libres, en las que de seguro arrasarían.
Entrega voluntaria y unilateral de prisioneros de guerra, conversaciones con altos funcionarios del poder legislativo, manifiesto público de su intención de buscar una salida pacífica, eran algunos de los indicadores de la búsqueda de la paz por parte de las FARC lideradas por Cano, ya que era él, uno de los líderes de este grupo que estaba a favor de la salida negociada.
Pero si se estaba avanzando en un proceso de salida negociada ¿Por qué asesinar al máximo promotor de esas negociaciones? ¿Quiénes son los interesados en que jamás se llegue a una salida pacífica entre colombianos?
En principio la CIA y el aparato armamentista norteamericano. Si los colombianos como hermanos, llegaran a una salida negociada que permita el desarrollo armónico de la paz en Colombia, los norteamericanos tendrían que sacar sus bases militares de Colombia o confesar que la verdadera razón de esas bases es garantizar la producción y flujo de droga de Colombia hacia los Estados Unidos y mantener bases militares cercanas a nuestro país cumpliendo la famosa proclama de Dick Cheney: “Para controlar a Venezuela, es necesario dominar militarmente a Colombia”. Por estas razones que no pueden dejar al descubierto por los momentos, necesitan que el conflicto interno de Colombia se mantenga para avalar su presencia militar; es esta una buena razón para asesinar al máximo promotor dentro de las FARC de una salida pacífica.
Por otro lado está las Oligarquía Colombiana, la que está abiertamente relacionada con los intereses sionista- norteamericanos de las transnacionales, las cuales saben que si líderes como Alfonso Cano, que son personas cultas, estudiosas, con años de lucha, y con alta solvencia moral, participan en unas elecciones, arrasarían como hubiera arrasado Jorge Eliécer Gaitán hace años, como acaba de Arrasar Cristina en Argentina como arrasó Pepe Mujica en Uruguay, como arrasó correa en Ecuador y como va a arrasar Chávez en 2012, pues es ese el camino progresista que ha tomado América Latina y prueba de que ese es el camino correcto es la debacle Chilena que por las acciones timoratas de Bachelet, hoy un gobierno de extrema derecha golpea a los estudiantes en las calles y avenidas para privatizar descaradamente el sistema educativo. Por eso, una salida negociada en Colombia, era garantía de una decisión del pueblo a favor de la izquierda, por eso la alta oligarquía, la de Uribe, Santos y compañía, necesitaba detener los avances de la paz y al asesinar vilmente al promotor de esa paz, garantizarían al menos unos veinte años mas de guerra, pues, militarmente detrás de Cano, habrá otro y otro, pero ideológicamente, era él, uno de los mayores promotores de la negociación entre hermanos colombianos.
Estados Unidos se ha lanzado en los últimos años varias cruzadas invasoras de saqueo en distintos países, pero en esos saqueos ha tenido que repartir el botín con la OTAN. El botín que aspiran robarse solitos es el de “América para los Americanos”, así que debemos leer con ojo clínico el asesinato de Cano y las bases militares en Colombia la cual están “dominando militarmente”, se hace imprescindible cerrar filas y garantizar una victoria contundente de la revolución en Venezuela y en América latina, pues solo así, podemos contener al enemigo que nos acecha de cerca.
Fuente:Aporrea
Sin Alfonso Cano las FARC-EP… continúan combatiendo
¿Cuándo asesinaron al Che Guevara se acabó la rebeldía latinoamericana? ¿Asesinando a Alfonso Cano piensan suprimir la dignidad de Nuestra América?
la rosa blindada
5-11-2011
Marcelo Sepúlveda Araujo
¿Cuándo asesinaron al Che Guevara se acabó la rebeldía latinoamericana? ¿Asesinando a Alfonso Cano piensan suprimir la dignidad de Nuestra América? Esta es «la paz» del genocida Santos. ¿Qué dirán los hipócritas “estadistas” que lo abrazan sonriendo en nombre del «realismo diplomático»?
Que no se emborrache Santos….
Remember, dear president…
Después de caído Carlos Fonseca, principal líder y fundador de la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la insurgencia de Nicaragua derrocó el régimen oprobioso de Somoza y triunfó la revolución.
Lo mismo sucedió en Vietnam, muerto Ho Chi Minh. A los pocos años, los militares y asesores yanquis tuvieron que retirarse del sudeste asiático con la cola entre las patas, derrotados y humillados, cuando antes se sentían amos y señores del pueblo vietnamita.
En numerosos países y sociedades, el asesinato de los líderes populares no impidió el triunfo de la rebeldía organizada cuando ésta contó con una propuesta estratégica de poder.
Hay que aprender de la historia.
Constituye una ilusión efímera, superficial, ignorante y banal la creencia de la clase dominante colombiana (compartida por sus amos gringos del norte) de que la muerte de un líder guerrillero puede acabar definitivamente un proceso de lucha de masas que lleva décadas de confrontación. Se equivocan gravemente si piensan doblegar a la insurgencia por vía militar.
Pero los relatos autolegitimadores de la clase dominante colombiana (y sus grandes monopolios de información que funcionan como correas de transmisión en sus operaciones de guerra psicológica) nos tienen sin cuidado. Se hablan a sí mismos. Se miran al espejo y se autoconvencen para aplacar sus miedos.
Hace poquitos días una multitud enorme de miles y miles de estudiantes rebeldes colombianos tomó por asalto las principales ciudades del país en defensa de la educación pública y gratuita. Y lo hizo desafiando a la policía y otras fuerzas antimotines.
Lo mismo sucedió con el movimiento indígena y popular que ya comienza a levantarse, cada vez más organizado.
La oligarquía aburguesada de Colombia cree que asesinando a Alfonso Cano, principal líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) va a lograr acallar a todo ese movimiento popular de masas (del cual forma parte la insurgencia). ¡Qué ilusos! ¡Cuánta ingenuidad!
Sabemos bien quien es Santos. Conocemos su rostro cínico, lascivo, depravado y anormal, cuando se fotografió al lado de otros cadáveres insurgentes. Sólo un perverso y un depravado puede festejar la muerte de esa manera y con ese tipo de sonrisa. Incluso la muerte de enemigos. Hemos visto esas fotografías del pasado, cuando era ministro de defensa (aunque aquellas fotografías nunca se hicieron públicas y estén en manos de los mandos militares). Lo conocemos bien. Bien de cerca.
Lo que aquí interesa, no es tanto la opinión de este perverso, sino el estado de ánimo de los pueblos y las masas populares, principalmente de la juventud. Del pueblo colombiano y de los pueblos de Nuestra América. Los pueblos saben perfectamente bien que muerto Simón Bolívar, la lucha, lejos de apagarse, continuó durante dos siglos. Lo mismo había sucedido antes con Túpac Amaru y Túpac Katari.
Asesinado José Martí, Cuba siguió luchando hasta derrotar definitivamente a los imperios que la sojuzgaron. ¿Se acabó la lucha con la muerte de Martí? Nadie, excepto un ignorante (por más dinero que tenga, sigue siendo un ignorante) podría creer que con el cadáver de Martí se acabó la lucha del pueblo cubano.
Podríamos recorrer cada uno de nuestros países, cada una de nuestras sociedades, cada una de nuestras historias, y los ejemplos se multiplican al infinito.
“Triunfar o servir a otros de bandera. Hasta después de muertos somos útiles” vaticinó Julio Antonio Mella, poco antes de caer asesinado en México. Y tuvo razón. Lo mismo sucederá con el compañero, camarada y comandante Alfonso Cano, líder de la insurgencia colombiana. Pueden hacer lo que quieran con el cadáver (al cadáver del Che Guevara incluso le cortaron las manos, lo enterraron en una tumba NN… ¿Y? ¿Así pensaban terminar con el ejemplo del Che?). Podrán manipular el cuerpo de Alfonso Cano. Con el ejemplo de Alfonso no podrán hacer lo que quieran.
¿Y los presidentes de América Latina? ¿Seguirán estrechando la mano asesina de este personaje siniestro, de este empresario millonario que como ministro de defensa de Uribe asesinó a miles de personas tirándolas como si fueran animales en tumbas sin identificación (la mayor tumba NN de todo el continente—superior a la de las dictaduras militares de Chile, Argentina, Perú o Guatemala en los años ‘70— se encontró hace poco tiempo en Colombia y correspondía, con sus 2.000 cadáveres, a asesinatos del período de Santos como ministro de defensa)?
¿Nos seguirán hablando de la “gobernabilidad” continental sin ruborizarse? ¿Continuarán entregando revolucionarios al carnicero Santos —violentando todo el derecho internacional— con cara de feliz cumpleaños?
¿Y los periodistas? Aunque trabajen por un salario para empresas que marcan la línea editorial, ¿podrán seguir escribiendo alegremente que en Colombia hay «democracia»?
¿No será la hora de rebelarse contra ese control militar de la información?
¿Y los académicos? ¿Por qué a la hora de escribir y analizar las luchas y “nuevas experiencias” de Nuestra América se menciona únicamente a Cuba, Venezuela y Bolivia (a lo sumo se agrega Ecuador)?
¿Por qué los académicos se hacen los desentendidos con las luchas populares de Colombia?
¿Será quizás porque en Colombia
la lucha armada continúa desarrollándose y esa temática no está permitida en el núcleo duro de los programas académicos? ¿Quizás analizar la lucha armada de Colombia obstaculice ganar becas y subsidios? ¿Comenzarán los académicos a incluir a Colombia entre los estados que practican políticas estatales genocidas o continuarán haciéndose los distraídos?
En una palabra: después del asesinato del líder insurgente Alfonso Cano ¿Quién podrá hacerse el ingenuo diciendo que Santos es distinto de Uribe?
Apelamos a los periodistas que creen sinceramente en la libertad de expresión, a los académicos dignos que no se dejan humillar, incluso a los políticos que sin compartir el proyecto de la guerrilla no están dispuestos a ensuciarse estrechando la mano sangrienta de Santos.
Que nadie se engañe. La lucha sigue. Acá no se terminó nada.
En algún momento se pagarán los crímenes.
Anastasio Somoza también se sentía poderoso, soberbio e inexpugnable … Así terminó.
Fuente:KaosenlaRed

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