12 de noviembre de 2011

NECOCHEA: Testimonio vuelve a complicar al coronel retirado Toccalino.

Testimonio vuelve a complicar al coronel retirado Toccalino
El coronel retirado Toccalino (derecha) junto a su abogado Sergio Fernández
Un testigo señaló ayer al ex oficial del Ejército como la persona que lo secuestró en diciembre de 1975. Incluso recordó volver a verlo cuando secundaba a Mohamed Seineldín en el levantamiento carapintada de Villa Martelli.

Un ex militante del Peronismo de Base (PB) señaló ayer en una nueva audiencia del juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en lo que se denomina el circuito represivo Mar del Plata - Necochea durante la última dictadura cívico militar, al coronel retirado del Ejército Jorge Luis Toccalino como la persona que lo secuestró en 1975 durante un operativo en Miramar.Camilo José Alves supo enseguida que la persona que lo secuestró el 17 de diciembre 1975 fue el entonces mayor del Ejército Toccalino. Haberlo reconocido 13 años después en Villa Martelli al lado del excoronel Mohamed Alí Seineldin durante la cobertura periodística del levantamiento carapintada de 1988, no le ahorró el shock. Hoy Toccalino ocupa un lugar en el banquillo de los acusados. Es uno de los 16 imputados -entre policías y militares- que son juzgados en el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1).Frente a los jueces, Alfredo Ruiz Paz (presidente), Lidia Soto, Elvio Osores Soler y Daniel Cisneros, Alves contó que fue interceptado por dos vehículos cuando se dirigía a la Usina de Miramar para reunirse con unos compañeros de militancia. Peugeot 504 blanco secundado por un Ford falcon marrón lo interceptaron en la calle y a plena luz del día. Del primer auto bajó un oficial de policía de apellido Castelli que lo identificó y lo metió en el asiento trasero. El chofer y el acompañante llevaban sus armas sobre las piernas. Esperaban que Alves se animara a escapar por la puerta del auto que habían dejado abierta a propósito con la intención de matarlo en plena fuga.El testigo recordó que primero lo llevaron a la comisaría de Miramar y a las pocas horas lo trasladaron a la seccional cuarta de Mar del Plata. Allí se encontró con un compañero de militancia, Rubén Alimonta, quien le confirmó que el secuestro de ellos estuvo a cargo del mayor Toccalino. Lo conocía porque había sido su superior en el Gada 601 cuando le tocó hacer la colimba.
Alves volvió a reconocer a Toccalino en 1988 cuando apareció junto a Seineldín en una conferencia de prensa durante el levantamiento carapintada en Villa Martelli.
En la comisaría cuarta estuvo hasta la primera semana de enero de 1976 y luego fue alojado en el destacamento 9 de Julio. Allí pasó siete días más hasta su libertad.“Mientras haya impunidad hay tortura”Horas previas al golpe de Estado, el 23 de marzo de 1976 a la noche una patota de la Marina se llevó a Alves de su cas en Miramar. Así comenzó su segundo secuestro que se extendió por poco más de dos semanas.Siempre encapuchado y con las manos atadas recuerda que primero estuvo tirado en una playa por un rato largo lo que le provocó un resfrío severo y que sus captores alivianaron con una inyección. Alves pasó unos días en el Gada 601 junto a su compañero Alimonta y al presidente del Concejo Deliberante de Miramar de apellido Molina. De allí fueron trasladados y según el testigo estuvieron en una dependencia de la Armada. Lo supo porque los cubiertos que usaba para comer tenían grabados un ancla y la inscripción ARA.En ese lugar que podría ser la Base Naval o la Escuela de Suboficiales de Infantes de Marina (ESIM) escuchó como interrogaban a Molina. Sobre las torturas sufridas prefirió ahorrarse los detalles. Pero sentenció: “Sigo siendo víctima de esas torturas”. Recordó que los tormentos comenzaron con el primer secuestro cuando sus captores le dejaron la puerta abierta del auto para que se escapara y así matarlo en plena fuga. Siguieron con los golpes en los interrogatorios y continúan con la desaparición de Julio López y con la gente que no se arrepiente y que se ufana de que pueden seguir actuando como antes. “Mientras haya impunidad hay tortura”, finalizó.La primera testigo de la jornada de ayer fue Mabel Mosquera, ex militante del Partido Justicialista a e hija del secretario general del sindicato de la Madera en Miramar. El 24 de marzo a la madrugada un grupo de soldados ingresó a su casa en busca de su padre que estaba en Mar del Plata en una reunión sindical. Así la patota rompió todo lo que encontró a su paso y se fue.Al día siguiente, Mabel ayudó a que su padre pudiera esconderse en un campo y envió a su madre y hermana menor a Buenos Aires. Antes que ella pudiera salir de Miramar, fue secuestrada. Mabel atravesó un infierno de torturas que incluyó golpes, simulacros de fusilamientos, heridas con cigarrillos encendidos y sofocamiento bajo el agua hasta el punto del ahogo.Mabel pasó los primeros dos días de su cautiverio en la Torre de Agua de Miramar. Allí estaba siempre atada de pies y manos encapuchada y desnuda. Cuando la sacaban para interrogarla y torturarla la envolvían en una alfombra. Después fue llevada al subsuelo de la Municipalidad donde funcionaba el Concejo Deliberante. Allí, sufrió más suplicio: le arrancaron las uñas de las manos.En la comisaría de Miramar había otros detenidos con quienes compartía la celda. Estaban bajo la custodia del Ejército. Los carceleros eran conscriptos de otras provincias. Luego de pasar dos días en un barco en el que también estaba detenido el secretario general del Soip Abdul Saravia, fue traída a la comisaría cuarta de Mar del Plata.El primer tiempo lo pasó en una celda individual, pero el castigo no amainó. Varias veces fue sacada en la noche y llevada a otro lugar para ser torturada e interrogada acerca de su padre. Mabel contó que un día el cuerpo le dijo basta y tuvieron que llevarla al Hospital Interzonal donde pasó un día internada. Una semana antes de su cumpleaños número 24, fue alojada en el pabellón común de mujeres. Ese día dejaron de torturarla. En octubre recuperó la libertad.El caso NarioEl militante de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) Daniel Nario y su mujer Liliana Pachano fueron secuestrados el 21 de abril de 1976. Sus cuerpos acribillados aparecieron el 30 de junio en una playa de Punta Mogotes.Luis María Rafaldi, ex militante montonero y amigo de Nario y Pachano, declaró ayer ante el tribunal. El testigo confirmó que el ex integrante de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) y acusado en este juicio, Nicolás Caffarello fue quien participó del secuestro de la pareja.Rafaldi contó que en 1976 ya no estaba en la ciudad, pero que estuvo con sus amigos 20 días antes del secuestro. Luego, tiempo después y por comentarios de otros militantes con los que se contactó en Buenos Aires, supo que quien había ingresado al local donde estaba Nario para marcarlo fue un ex CNU apodado “Nico” que lo conocía porque habían hecho la secundaria juntos.“Nico” entró y salludó a todos los que estaban con Nario, pero sólo a él le dio un beso. A los pocos minutos ingr4esó otro hombre con un fusil en la mano y se llevó a Daniel.“Nico” es el apodo que usaba Caffarello en esa época cuando formaba parte del aparato represivo del Ejército junto con otros ex militantes de la CNU.
FuentedeOrigen:RedaccionElAtlantico
Fuente:Agndh                                                      

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