FUE ENCONTRADO MUERTO EN MONTEVIDEO EL SUBSECRETARIO DE COMERCIO EXTERIOR
Conmoción por la muerte de Iván Heyn
Tenía 34 años y era dirigente de La Cámpora. Empezó a militar en la Facultad de Ciencias Económicas. Investigan si se trató de un suicidio o si fue un accidente. Fuerte impacto en las delegaciones de la Cumbre del Mercosur.
Por Julián Bruschtein
Desde Montevideo
Acababa de comenzar la reunión en la que los cancilleres del Mercosur firmarían un tratado de libre comercio con Palestina, cuando llegó la noticia al recinto. Habían encontrado muerto en su habitación del Hotel Radisson al subsecretario de Comercio Exterior, Iván Heyn, un joven economista que también era presidente de la Corporación Puerto Madero. El hecho generó un fuerte impacto en todas las delegaciones que participaban de la Cumbre. El encuentro que estaba en marcha fue suspendido entre versiones de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner abandonaría la Cumbre, pero poco después el encuentro continuó como estaba previsto. La investigación por el fallecimiento de Heyn, dirigente de la agrupación La Cámpora, está en manos del juez uruguayo Homero De Costa quien, según explicó, intenta “determinar si se trató de un suicidio o una muerte accidental”.
“La presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) no sufrió ninguna descompensación. Está consternada por la noticia y se retiró unos minutos con sus allegados, pero en ningún momento fue atendida por personal médico”, señaló un integrante de la delegación argentina consultado por Página/12. Algunos funcionarios uruguayos que se encontraban en la sala de prensa, contigua al salón donde se reunieron los presidentes y cancilleres, habían comentado que “Cristina pidió retirarse del salón para ser atendida por un médico”. La Presidenta, dijeron en la comitiva argentina, salió para reunirse con sus funcionarios en la oficina que estaba a su disposición. “Se decidió hacer un parate para que pudiéramos tomar aire e interiorizarnos acerca de qué fue lo que había pasado”, confió un funcionario más tarde.
La ausencia del subsecretario en los compromisos de la delegación llamó la atención de sus compañeros, que comenzaron a llamarlo por teléfono. Ante la falta de novedades partieron hacia allí a buscarlo, y al no responder el llamado a la puerta se convocó a personal del hotel para que abrieran la habitación. Al ingresar, según fuentes de la policía uruguaya, se encontraron con el cuerpo con un cinturón alrededor del cuello cerca del placard de su habitación.
Heyn fue designado subsecretario en la flamante Secretaría de Comercio Exterior que creó la Presidenta al asumir su segundo mandato. El dirigente de 34 años era presidente de la Corporación Puerto Madero y era representante del Estado en Aluar. Su militancia política se había profundizado en su paso por la universidad. En la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, desde la agrupación TNT, enfrentó a la Franja Morada y logró la presidencia de la Federación de Estudiantes de Buenos Aires apenas iniciada la década del 2000. Luego se incorporó al kirchnerismo y fue un dirigente importante de la agrupación La Cámpora, que conduce el hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner.
En la comitiva aseguraron que la última vez que vieron a Heyn fue en la noche del lunes, y no se notó ninguna actitud fuera de lo común. “Estamos muy dolidos y sorprendidos por lo que pasó”, señalaban. El funcionario había llegado el viernes con el equipo de la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, para iniciar las negociaciones que derivarían finalmente en la firma del aumento del arancel a los productos extrazona.
El caso quedó en manos de la Justicia uruguaya, que secuestró los teléfonos y computadoras de Heyn, además de los videos de seguridad del hotel. El juez aseguró que la autopsia arrojó “resultados normales” y que “no hay signos de violencia” pero que debían realizarse exámenes sobre el cuerpo.
LLANO Y DIRECTO, MENOS EN SU MUERTE
La víctima equivocada
Por Raúl Dellatorre
Por su trayectoria y su edad, era muy fácil augurarle un futuro promisorio. Por su compromiso político y sus convicciones, era muy difícil objetar en algo el rápido escalonamiento de su carrera. Por su sencillez y su capacidad para explicar fenómenos complejos de la economía, seducía y atrapaba. Todo en Iván Heyn parecía ser llano, directo, sin dobleces ni intenciones ocultas. Todo menos su muerte.
Frente a él, uno trataba de imaginar cómo es que este pibe morocho de rulitos, de corta edad pero con una cara aniñada que aparentaba menos, había podido en tan pocos años crecer profesional y políticamente tan rápido y firme. Desde asesor de la ministra de economía Felisa Miceli a los 26 años, pasando luego por la Secretaría de industria con Miguel Peirano, hasta arribar, hace apenas diez días, como subsecretario al área de Comercio Exterior. Un área caliente, que la propia presidenta de la Nación colocó en su discurso de reasunción en un rol estratégico.
Uno podía imaginar a Iván cumpliendo el rol de armador de los mecanismos de regulación del Estado sobre el comercio, uno de los costados de la economía que estudió con fanatismo más que dedicación. Volcando su experiencia de cinco años en funciones políticas clave dentro de la estructura de la administración para lograr la convivencia más fructífera con Beatriz Paglieri y Guillermo Moreno, secretarios de Comercio Exterior e Interior.
Pero a poco de conversar con él, la sensación se transformaba en otra. Porque este “joven brillante”, como ahora muchos lo reconocen, se convertía de golpe en el pibe más ingenuo, más inocente e informal. Capaz de proponerse para hacer una entrevista televisiva en estudio con la misma remera de La Cámpora con la que acababa de marchar. “¿Vos estás loco, querés darles pasto a las fieras?”, lo ubicó el compañero, el dirigente, el amigo que circunstancialmente estaba junto a Iván. El inminente entrevistado levantó los hombros y abrió su boca en una sonrisa pícara como diciendo “¿y qué tiene de malo?”, pero aceptó el saco y la chomba “más propia de su investidura” que otros trabajadores en el set se sacaron y le ofrecieron para que se exhibiera al aire.
Al hablar de economía, desplegaba solvencia, pero la ocultaba en parte con una generosa distribución de créditos hacia otros por una idea, una propuesta, un discurso esclarecedor. Como si no tuviera títulos suficientes para exponerlos con su propia interpretación.
Dicen que en la gestión como funcionario público era muy peleador, un defensor de las ideas y el modelo de desarrollo industrial con inclusión a ultranza. Dicen que no se privó de cuestionar ni al ministro de economía Martín Lousteau en su momento, siendo miembro de su equipo, por su “incomprensión” del modelo de crecimiento. Y, sin embargo, esas “insolencias” no le impidieron ir ganándose el respeto de los demás. Incluso desde puestos de “combate”, como el de director por el Estado en una empresa privada monopólica, en su caso en Aluar.
Desacartonado hasta el extremo, el día que Cristina les revoleó, por videoconferencia, la humorada de calificarlos “los conchetos de Puerto Madero” a él (presidente de la Corporación P. M.) y al todavía ministro Amado Boudou (vecino de P. M.), a Iván no le preocupó si iba a pasar vergüenza frente a quienes lo estuvieran viendo, o si el hecho iba en desmedro de su prestigio político. Por su cabeza debe haber pasado la preocupación por las cargadas que iba a recibir de sus amigos y compañeros, por haber sido “calificado de concheto por la Jefa”.
Así de simple en su trato. Con una enorme ambición política, de concreción de proyecto, más que personal. Aunque le gustaba sentirse protagonista, “hacedor” en el proceso. Recibía elogios hasta la saturación, como el título de “economista estrella”, pero a su vez los misiles de una oposición que demonizó lo que denomina “la acumulación de cargos por los jóvenes de La Cámpora”.
Pero Heyn no se la creía. Jamás cambió sus modos sencillos y humildes, tanto en la argumentación como en el combate de ideas. Siempre se mostró como un buen producto de un nuevo modo de hacer política: llegó adonde llegó siendo parte de una construcción colectiva, respaldado por sus compañeros pero a la vez incitando a sus compañeros a comprender, nutrirse de elementos para poder discutir, no dejarse avasallar por tecnicismos carentes de sustento cuando el tema en debate es la economía. Sólido en sus convicciones políticas, en su formación técnica y habiendo ganado, en los últimos tiempos, una riquísima experiencia de gestión. Así se ganó el afecto de la Presidenta, no como amigo de Máximo, como con mala intención algunos dijeron y repiten.
Ayer Cristina Kirchner lo debe haber llorado casi como a un hijo. Muchos otros lo lloran, confundidos, incrédulos. Sintiéndose víctimas de la peor de las injusticias. El principal legado que deja Iván ayer estaba a la vista frente a cualquiera que lo hubiera tratado: dejó una tristeza inconmensurable.
OPINION
El economista callejero
Por La Cámpora *
“Estos asuntos de economía y finanzas son tan simples que están al alcance de cualquier niño. Solo requieren saber sumar y restar. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarlo. Cuando usted entienda eso, ya habrá aprendido a defender la patria en el orden inmaterial de los conceptos económicos y financieros.”
Así arrancaba casi siempre, con esa frase de Scalabrini Ortiz, sus charlas sobre temas económicos. Casi un lugar común entre los economistas del palo, pero en su caso, además de citarla la ejercía con consecuencia apasionada. Su compromiso era con todo. Como militante universitario fue presidente de la FUBA. De vendedor callejero de artesanías llegó a ser un joven economista brillante. Como bailarín de tango terminó poniendo una milonga. Como amigo y compañero fue un gran amigo y un gran compañero.
Hoy se nos fue Iván Heyn, un cuadro integral, un militante completo, un economista callejero. A pesar de su solvencia, de sus enormes conocimientos y de una inteligencia muy por encima de la media, su pasión siempre fue poder explicar las complejidades de la economía de manera tal que las entiendan los que las sufren. O sea el pueblo.
Te vamos a extrañar, Gordo, por polémico, por las noches en las que aprendimos a discutir de política y de economía como una forma de afianzar y sellar un compromiso y una amistad, hasta la última hora y hasta el último culito de Fernet. Por tu docencia constante, porque no había un tema en el mundo del que no pudieses dar una visión más o menos novedosa, combinando el monto justo de técnica y estaño. Por tu ritmo arrollador e imparable. Por tu cabeza galopante.
Con vos se va un pedazo de nosotros. Te vamos a extrañar mucho.
Tus compañeros de La Cámpora.
* Agrupación a la cual pertenecía Iván Heyn.
En Twitter
Daniel Filmus, senador del FpV: “Iván era un muy buen tipo, gran compañero y militante. Tenía gran capacidad de análisis y fino sentido del humor. Lo extrañaremos enormemente”.
Facundo Moyano, diputado del FpV: “Mi más sentido pésame a la familia, amigos y compañeros de Iván Heyn”.
Bloque de diputados del FpV: “Nos unimos al dolor de sus familiares y compañeros, por su irreparable pérdida, y los acompañamos en el recuerdo de su capacidad y compromiso”.
Eric Calcagno, diputado del FpV: “Iván ya te extrañamos. Con la familia, todo el afecto”.
Julio Piumato, titular del gremio de Judiciales: “Sorprendido aún por lo de Iván. Les mando mi más sentido pásame a su familia y amigos”.
Ricardo Alfonsín, diputado radical: “Mis condolencias a los familiares y compañeros de militancia de Iván Heyn. Un abrazo a estas horas”.
Carlos Más Vélez, secretario general de la UBA: “Estoy perplejo. Me cuesta aceptar la noticia. Mi recuerdo a Iván Heyn, un amigo por quien tuve un gran respeto personal e intelectual”.
Alex Freyre, activista por los derechos de las personas con VIH-Sida: “Conmovido por el fallecimiento de Iván Heyn”.
Diego Santilli, ministro porteño de Espacio Público: “Mis condolencias para toda la familia, amigos y compañeros de Iván Heyn”.
Paula Bertol, diputada del PRO: “Impactada por la muerte de Iván Heyn. Acompaño a sus familiares y amigos en este difícil momento”.
Fuente:Pagina12
Era el subsecretario de comercio exterior
Conmoción por la muerte de Iván Heyn
Publicado el 21 de Diciembre de 2011
Por Ana Vaiman Desde Montevideo y especial para Tiempo Argentino.
El funcionario y militante de La Cámpora fue hallado en su habitación de un hotel de Montevideo donde participaba de la Cumbre del Mercosur. Hubo consternación en el ambiente político y económico argentino.
La muerte del flamante secretario de Comercio exterior y Relaciones Internacionales, Iván Heyn alteró el desarrollo de la 42º Cumbre del Mercosur y conmocionó al mundo político y económico de la Argentina.
La noticia comenzó como un rumor que circuló en la primera hora de la tarde. Alrededor de las 15 (hora argentina) trascendió que un funcionario argentino había aparecido muerto en su habitación del décimo piso del Hotel Radisson, ubicado en la Plaza Independencia de la ciudad de Montevideo. Con el correr de los minutos, se confirmó la noticia de que el fallecido era el secretario de la Asociación de Economistas para el Desarrollo de la Argentina e integrante de La Cámpora.
Quien lo informó a la prensa argentina fue un vocero de la presidencia uruguaya, que también indicó que una integrante de la comitiva argentina había ingresado a la reunión en la que se encontraba la presidenta Cristina Fernánde z para darle la noticia. Fernández estaba en un encuentro privado con sus pares de los países miembro del Mercosur y Hugo Chávez.
Tras enterarse de la muerte de Heyn, Fernández abandonó 15 minutos el encuentro con sus pares y luego regresó al recinto. Según informó el vocero uruguayo uno de los dos médicos personales que acompañan en todos los viajes a la primera mandataria la atendió en ese lapso ante el shock que le había causado la novedad.
En ese momento, se especuló con que la cumbre se interrumpiría y que la presidenta se retiraría del Edificio Mercosur, sito en la Rambla de Montevideo, pero finalmente, la agenda se mantuvo, aunque con demoras.
Luego del almuerzo ofrecido por el presidente uruguayo, José Mujica y de la reunión privada, los primeros mandatarios tenían previsto presentarse ante los medios para tomarse la foto oficial, que finalmente fue suspendida.
El gobierno argentino emitió un comunicado firmado por el embajador argentino en Uruguay, Dante Dovena, en el que se informó formalmente “el fallecimiento” de Heyn e indicó que las autoridades locales “iniciaron todos los procedimiento legales necesarios ante esta lamentable circunstancia”.
Fuentes de la comitiva presidencial indicaron a Tiempo Argentino que Fernández envió a funcionarios al Radisson para presenciar la investigación que la policía científica y del juzgado de Homero Da Costa, que tiene a cargo la causa. En la puerta de la habitación 1062 del Radisson hubo mucho movimiento durante toda la tarde. El juez se presentó para realizar la inspección ocular y se retiró a las 16:50 (hora argentina). Tras la insistencia de los periodistas que aguardaban novedades en el lobby del hotel, Da Costa sólo se limitó a decir: “Aparentemente fue un suicidio.” Por la noche, el juez aseguró que concluida la autopsia el estudio arrojó “resultados normales”. “No hay signos de violencia”, indicó el magistrado uruguayo al diairo El Observador de ese país.
Heyn asumió su cargo el 10 de diciembre pasado y desde entonces cumplió su rol, especialmente en el marco de las reuniones preliminares de la cumbre del Mercosur. El 15 de diciembre inició su participación en los encuentros que se desarrollaron en Montevideo junto a la delegación argentina, compuesta por 13 miembros. Antes de ayer el canciller Héctor Timerman aprovechó el cónclave del bloque regional para presentarlo ante los funcionarios de los países del Mercosur junto con el equipo de nuevos hombres y mujeres designados por la presidenta en su nuevo mandato. El lunes también Heyn participó del encuentro de cancilleres que se desarrolló en el Edificio Mercosur y por la noche asistió a una cena que ofreció Dovena. Quienes compartieron la comida con él aseguraron que se encontraba “de buen humor” y que “estaba bien”.
La secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, se habría inquietado ante la ausencia del funcionario ayer por la mañana y habría mandado al personal del cinco estrellas a revisar su habitación. Allí lo habrían encontrado ya sin vida.
Heyn tenía una sólida formación económica al servicio del país
Un economista de raíz nacional y popular
Publicado el 21 de Diciembre de 2011
Por Ignacio Chausis
Para un país como la Argentina, que tiene la octava mayor superficie entre los países, con una cantidad de habitantes que lo ubica en el puesto 32, y un producto por habitante que la deja en el lugar número 23 en el concierto de naciones del mundo, la industrialización no es una opción sino una obligación para el desarrollo nacional”, escribió Iván Heyn en Tiempo Argentino hace algo más de un año. Lejos de ser antojadiza, la reflexión condensa buena parte de su pensamiento económico, que desde temprano volcó a la militancia y a la función pública. Reconocido por sus pares como un economista de sólida formación académica, Heyn conjugaba militancia política –algo que comenzó en sus años de estudiante en la universidad y prosiguió con La Cámpora– con responsabilidades en la función pública. Hacia el año 2003 se recibió con honores como licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires, período en el que también lideró la Federación Universitaria de Buenos Aires, tras 18 años de hegemonía de la Franja Morada. Completó su formación académica con un máster en Economía y Desarrollo Industrial en la Universidad Nacional de General Sarmiento. En el período 2006-2008 fue asesor del Ministerio de Economía y Secretario de Industria, en tanto que en agosto de 2010 fue designado como presidente de la Corporación Antiguo Puerto Madero, una sociedad anónima integrada en partes iguales por el Estado Nacional y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con el propósito de administrar el desarrollo urbano en ese barrio de la capital porteña. Fue representante del Estado argentino en el directorio de Aluar, y el 12 de diciembre pasado había sido confirmado por la presidenta Cristina Fernández al frente de la subsecretaría de Comercio Exterior. Al margen de las responsabilidades públicas, Heyn ejerció desde el primer momento una intensa actividad académica. Era secretario general de la Asociación para el Desarrollo de la Argentina, y fue gerente de estudios macroeconómicos del BICE.
Fuente:TiempoArgentino
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