Cristina y Chávez defendieron la integración para combatir la pobreza
Publicado el 2 de Diciembre de 2011
Por Esteban Talpone Desde Caracas
La presidenta y su par venezolano se reunieron en el Palacio de Miraflores. “Este es un proyecto de inclusión social”, afirmó la jefa de Estado. Firmaron 41 acuerdos por 1600 millones de dólares. Emotivo homenaje a Néstor Kirchner.
La presidenta Cristina Fernández arribó ayer al Palacio de Miraflores, ubicado sobre la Avenida Urdaneta, en el centro de Caracas, a las 12:28 de un muy agobiante mediodía caribeño, acompañada por su hija, Florencia. Un distendido Hugo Chávez, para no restarle marco familiar al encuentro, la recibió junto a sus pequeños nietos, Gabriela, Jorge y Manuel. El gesto mutuo no pasó desapercibido. La reunión marcó un punto culminante en la relación entre ambos países y se firmaron 41 acuerdos bilaterales por 1600 millones de dólares. Ambos presidentes resaltaron la integración como la clave para combatir la pobreza en la región. Pero el momento más emotivo de la cumbre estuvo constituido por el homenaje que se le rindió a Néstor Kirchner, con cuyo nombre fue bautizada la sala de reuniones de ministros de la sede presidencial venezolana. Además, Chávez le obsequió a Cristina un cuadro pintado por él mismo, lo que fue recibido por ella con notable emoción (ver aparte). En ese momento, en las afueras del Palacio, se desataba una lluvia aliviadora. “Una lluvia bolivariana”, decía un miembro de la guardia de honor presidencial, que minutos antes había entonado el Himno argentino como si fuera el propio.
El encuentro entre Cristina y Chávez se realizó en el prólogo de la reunión de 33 presidentes que formalizarán la creación de la Comunidad de los Estados de América Latina y el Caribe (CELAC). La puesta en marcha de este organismo, que excluirá a Estados Unidos y a Canadá, tiene como principal precedente histórico la Cumbre de Mar del Plata, en el año 2005, durante la cual quedó desvirtuado el intento de George W. Bush para implementar el ALCA.
Durante la reunión privada que mantuvieron a solas, Cristina y Chávez analizaron la profundización del comercio bilateral y la situación de la región frente a la crisis que atraviesa la Unión Europea. “Se habló de integración en todos los aspectos”, dijo el canciller Héctor Timerman, quien puso especial énfasis al destacar los acuerdos en material social.
Más tarde, los presidentes encabezaron una reunión abierta junto a ministros y otros colaboradores, durante la cual se concretó la firma de los convenios bilaterales. Se trata de nueve acuerdos entre gobiernos y 32 sectoriales. Entre otros, se destaca el consenso alcanzado para la ampliación del cupo de exportación de autos argentinos, que llegará a 13 mil unidades durante el año próximo y totalizará un monto de 215 millones de dólares.
Además, se acordó que Venezuela concederá prioridad a la compra de maquinarias, equipos e insumos argentinos, lo que pondrá a las pymes de nuestro país ante la posibilidad de concretar exportaciones por 200 millones de dólares. Se trata de un programa de desarrollo de “fábricas socialistas”, por el cual se exportarán bienes y se transferirá tecnología.
Asimismo, se firmó un convenio entre el programa argentino “Mi PC” y el venezolano “Infocentro”, para avanzar en la informatización de los sectores más vulnerables. Del misno modo, se intercambiará experiencia en la construcción de viviendas populares, y se acordó profundizar el suministro de alimentos, con el objetivo de alcanzar la “soberanía alimentaria”.
El intercambio comercial entre Argentina y Venezuela era prácticamente nulo en 2003 y con estos convenios podría llegar a superar los 6000 millones de dólares anuales. La cifra justifica la importancia estratégica que oficialmente se le adjudicó a la reunión de ayer en Caracas.
“Debemos dar una lucha sin descanso contra la pobreza y la miseria”, dijo Chávez. “Ustedes tienen unos programas impresionantes”, agregó el presidente venezolano. Por su parte, Cristina dijo que “este es un proyecto político de inclusión social”. Al respecto puntualizó que “la manera de sacar a los latinoamericanos de la pobreza tiene que ver con la integración de los países de la región”. Entre bromas y felicitaciones por el 54% de votos alcanzado por Cristina en las últimas elecciones (“54,11%”, se encargó de aclarar la presidenta), Chávez anunció que llegará a Buenos Aires para asistir a la asunción del nuevo mandato.
Fuente:TiempoArgentino
Anécdotas y recuerdos compartidos
Publicado el 2 de Diciembre de 2011
“Es el mejor cuadro que he pintado en mi vida”, dijo Hugo Chávez al obsequiarle a Cristina Fernández una pintura de Néstor Kirchner junto a él mismo. El retrato está inspirado en una foto que ambos se tomaron en el año 2007, en la localidad venezolana de Santo Domingo, antes de que el ex presidente argentino cruzara hacia Colombia para colaborar en la gestión por la liberación de cuatro rehenes de la FARC. “Honor a quien merece honor”, afirmó Chávez. No aclaró cuántos cuadros había pintado, pero en verdad este le salió notablemente bien.
La presidenta argentina se mostró visiblemente emocionada y recordó que Kirchner lucía en aquella foto, y ahora también en el cuadro, una camisa color celeste pastel, que ella misma le había regalado.
“Este es un gesto de amor y cariño a quien fuera mi compañero de vida. Es un honor para nosotros y para la Argentina”, expresó Cristina al agradecer el obsequio.
La sala de ministros del Palacio de Miraflores, que desde ayer lleva el nombre de Kirchner, fue decorada con fotos del fallecido mandatario. “Esa es la misma que tengo en Olivos”, apuntó Cristina. Se refería a una que la muestra junto a Kirchner, Chávez y Fidel Castro, el día de su asunción. Otra de las imágenes expuestas corresponde al Kirchner “Nestornauta”.
El encuentro realizado ayer en Caracas fue el primero entre Chávez y Cristina, desde que el líder bolivariano anunciara su enfermedad y se sometiera a un tratamiento contra el cáncer. La presidenta recordó que el día que escucharon ese anuncio, hecho por Chávez desde Cuba, estaba mirando televisión junto a su hija, y ambas se pusieron a llorar. Por su parte, Chávez se mostró fuerte físicamente y bromeó. “Ya hablamos con Lula para hacer una cumbre de los que vencieron al cáncer”, dijo. El ex presidente brasileño se encuentra en tratamiento por un tumor en la garganta.
Fuente:TiempoArgentino
FuenteFoto:Web
Con la participación de 32 naciones
Un nuevo foro para la región
Publicado el 2 de Diciembre de 2011
Por E. T.
La Cumbre de Estados de América Latina y el Caribe deliberará a partir de hoy en Caracas. Avance clave para constituir formalmente un organismo que excluye a Estados Unidos.
A nadie escapa el enorme significado político que tiene el hecho de que Hugo Chávez haya logrado reunir en Caracas a 32 presidentes para dar constitución definitiva a un organismo que excluirá casi expresamente a Estados Unidos. La Cumbre de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) se iniciará hoy en Caracas y finalizará mañana con la conformación formal de este foro, que tendrá como objetivo la profundización de la integración económica y social entre los países de la región. ¿Remplazará a la OEA? El canciller Héctor Timerman descartó esa posibilidad. Pero las especulaciones en ese sentido están a la orden del día.
La capital venezolana se encuentra movilizada por la presencia de los jefes de Estado que participarán de la cumbre inaugural. A cada instante y por todos lados, se pueden ver delegaciones yendo de un lado para otro, en una ciudad que tiene graves problemas de tránsito y en la cual recorrer trayectos cortos puede demandar paciencia por más de una hora.
Los cancilleres de las naciones integrantes comenzaron a analizar ayer la forma de tomar decisiones y determinaron que este proceso tendrá que ser, en la medida de lo posible, por consenso absoluto. La primera decisión que tomaron por unanimidad, en un hecho que tampoco fue pasado por alto, fue que Cuba será la sede del segundo encuentro, que tendrá lugar en 2013.
Esta cumbre finalizará mañana con un recital popular del que participará la banda puertorriqueña Calle 13, ya convertida en ícono de los nuevos vientos políticos que soplan en la región.
Fuente:TiempoArgentino
La visita de cristina a venezuela
Tres miradas sobre la CELAC
Publicado el 2 de Diciembre de 2011
Las opiniones de Horacio López, Juan Recce y el escritor Modesto Emilio Guerrero.
Horacio López
Subdirector del Centro Cultural de la cooperación Floreal Gorini.
Un nuevo mecanismo de afirmación soberana
La constitución de la CELAC pasa a ser, vista desde el largo proceso de búsqueda de integración de los pueblos y estados latinoamericanos y caribeños, un acontecimiento histórico de primera magnitud. El organismo que incluirá a los Estados del continente, salvo los Estados Unidos y Canadá, será una superación de la OEA, ese vetusto instrumento que ofició de Ministerio de Colonias al servicio de los intereses norteamericanos desde que remplazó al Panamericanismo (también funcional a la potencia del norte) en 1948. Recordemos que la OEA dio el visto bueno en la Conferencia de Caracas de 1954, para que la CIA promoviera desde Honduras el golpe de Estado que derrocara a Jacobo Arbenz como presidente de Guatemala; que fue la que expulsó de su seno a la Cuba de Fidel y el Che en la Conferencia de Punta del Este de 1962.
Estados Unidos intentó desde los inicios de nuestro proceso de independencia erigirse en el país hegemónico de la región: intentó frenar la realización del Congreso de Panamá de 1826 convocado por Bolívar y Monteagudo; durante gran parte del resto del siglo XIX accionó diplomáticamente, con éxito, en contra de todo intento de confederación continental. No hubo década en que no se intentó, por parte de nuestros países, reunirse para aspirar la anhelada unidad: convocatorias desde Perú en la década del ’40, de Venezuela, Chile y Guatemala –cada uno por sí– en los años ’50; Perú nuevamente en los ’60 y ’70 y Panamá y Venezuela en los ’80. Pero lamentablemente pesaron más los “intereses de localidad” que denunciara Monteagudo, refiriéndose a los de las oligarquías nacientes en cada nuevo país, y el accionar en contra de los Estados Unidos, para que ninguna de esas iniciativas llegara a buen puerto. Finalmente, vaciando de contenido al principio de la integración, Estados Unidos inventó el Panamericanismo en 1890 para construir una “unidad” de países que respondiera a sus propios intereses, haciendo realidad la doctrina del presidente James Monroe de 1823, de concebir a “América para los ‘norte’ americanos”. Así fue que no se le pudo dar solución a la realidad que plantara Alberdi al afirmar: “América está mal hecha”, haciendo alusión al rompecabezas en que había quedado conformada Hispanoamérica.
En estos años del siglo XXI, de conmemoración bicentenaria, la realidad es otra, más esperanzadora y entusiasta. Durante 2008 asistimos a la decisiva participación de los gobiernos latinoamericanos y caribeños en evitar pasar a mayores en el conflicto entre Ecuador y Colombia a raíz del ataque de fuerzas de este país al campamento de las FARC en territorio ecuatoriano; esto se dio a través de la intervención en la 20ª Cumbre del Grupo de Río en República Dominicana por parte de los Cancilleres. Ese mismo año nació la Unasur, organismo que dio un ejemplo internacional al cerrar filas sin concesiones ante el golpe de Estado en Honduras. Mostró una agilidad diplomática inusual, reuniéndose en Buenos Aires en 2010 ante el intento de golpe de Estado en Ecuador, intervino en las crisis entre Venezuela y Colombia y ante los intentos desestabilizadores en Bolivia. En el marco de la 21ª Cumbre del Grupo Río en Cancún, en febrero de 2010, nace la disposición a conformar el CELAC, el que se iba a constituir con los presidentes de los países adherentes en julio de 2011 en Caracas, pero que debido a la enfermedad del presidente Chávez recién se puede concretar en estos días.
Los procesos democráticos, sobre todo en América del Sur, han puesto en la agenda los objetivos de la integración. Se podría decir que las viejas banderas de la unidad, de la confederación de repúblicas, que levantaran nuestros pueblos y líderes de la independencia, se han transformado en iniciativas como el ALBA, Banco del Sur, Petrocaribe, Unasur y, por supuesto, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que nace ante el mundo.
Juan Recce
Director ejecutivo del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI).
Una conexión con vocación de transformación
El horizonte estratégico se delinea con más nitidez que nunca y el camino es la integración. La reciente visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Venezuela reafirma el camino regional emprendido por nuestro país poco después de iniciado el siglo XXI y consagra la alianza de los pueblos por la construcción de un orden mundial inclusivo y socialmente comprometido.
La amistad con Venezuela, al igual que lo es con Brasil, es una amistad con vocación de poder y mandato histórico de transformación. Suramérica lo entendió a tiempo, el mundo se encuentra en una transición profunda, anclada en tres hechos sin precedentes en la historia: el surgimiento de nuevos polos de poder fuera de América del Norte y Europa, entre ellos Suramérica; un despertar global nunca visto de los pueblos que buscan involucrarse e interrelacionarse para incidir en la política y la economía; y una incomparable vocación transcultural por la integración en la diversidad.
En este momento de la historia, el rumbo está más confirmado que nunca; según la CEPAL, entre 2000 y 2010 la tasa de pobreza en América Latina se redujo en un 15%, justo el momento en que se redefinieron las estructuras de reparto de beneficios de las industrias extractivas y la matriz identitaria de la gestión del mercado, poniendo fin al gerenciamiento etnocentrista. El triunfo del mercado por sobre la política había generado un terreno fértil para el brote de violencia, pero el retorno de la política transformó la violencia en participación, y la participación transformó la exclusión en inclusión.
Cuando se inició el camino, muchos miraban con escepticismo. Es cierto, en la transición no se puede discernir con claridad. El peso del pasado y las viejas certezas condicionan nuestra capacidad de identificar qué y por qué está sucediendo y cómo podemos posicionarnos frente a ello. El fin de la historia no fue tal y la ideología ha vuelto para devolverle al hombre el plástico poder de moldear su mundo y sus oportunidades. La ideología ha vuelto para quedarse como nexo de comunicación, aunando expectativas y reduciendo el umbral de preferencias que disipan nuestra capacidad de transformación. Así se construye hoy la integración, como un juego a doble nivel. Arriba, defendiendo los grandes trazos, con subjetividades garantes que otorgan previsibilidad y fuerza política, allí Rousseff, allí Chávez, allí Cristina. Abajo, apropiándose del historia y capitalizando las oportunidades, los pueblos, redefiniendo las fronteras y redefiniéndose juntos para moldear el mundo. Esto ha permitido el reencumbramiento de la política por sobre el mercado.
Argentina suma a la sustentabilidad material del ALBA, y el ALBA a la proyección estratégica de Suramérica en el mundo. Argentina y Venezuela tienen matrices de producción complementarias que pueden integrarse de manera muy beneficiosa para las partes. Nuestros alimentos y nuestra producción industrial calzan perfectamente en un modelo de complementariedad con el potencial energético y financiero de Venezuela. La clave de una Suramérica fuerte e integrada es el endoconsumo local y la división regional del trabajo. Los suramericanos consumiendo los bienes que produce Suramérica, integrando sus mercados y con ellos sus destinos. Qué nos depara el siglo XXI, ya lo sabemos, minerales y alimentos, fundamentalmente litio, gas y tierras fértiles. Juntos podemos consolidar nuestra vocación regional de poder para transformar y moldear el mundo en el que queremos vivir.
Modesto Emilio Guerrero
Periodista y escritor.
Del kirchnerismo al chavismo
Entre la presidenta Cristina Fernández y su amigo y homólogo Hugo Chávez hay tantas distancias ideológicas como acercamientos geopolíticos, sin que ambos planos de la relación tengan carácter absoluto. Chávez hará gala de su discursiva socialista y Cristina podrá mirar por segunda vez, desde su olimpo propio, peronista, la pletórica simbología de izquierda que decora las instituciones del Estado venezolano, aunque este no sea muy distinto del argentino, excepto por el acumulado histórico de recursos y capacidades reproductivas del capital.
Venezuela sigue siendo un Estado nación sobre un chorro de petróleo. Esa diferencia con la formación económica argentina desde finales del siglo XIX, no es superada por la muy reciente producción venezolana de celulares, laptops y rubros alimenticios. La historia no perdona los retrasos. Aunque la agenda dominante es diplomática y geopolítica, entre ambos mandatarios habrá otra, determinada por necesidades económicas mutuas. El intercambio de alimentos por combustibles, por ejemplo, responde a sendas urgencias en los espacios nacionales, así como la participación de capitalistas argentinos en el plan venezolano de construir 2 millones de viviendas en un lustro. La visita de Cristina se cimenta en ocho años de relaciones que modificaron el vínculo histórico entre ambos países. Buenos Aires pasó a ser el segundo destino geopolítico más visitado por Chávez. El comercio se multiplicó exponencialmente: pasó de 149 millones en 2002 a casi 1700 millones en julio de 2011, más de diez veces en menos de diez años; 120 Acuerdos, Protocolos, Convenios y Tratados rubrican esa avanzada comercial, algo sólo sobrepasado por Brasil, Cuba e Irán. Venezuela pasó a ser prestataria financiera y proveedora privilegiada de combustibles de Argentina. En esa marea de negocios no ha faltado la grosera cuota de provechos y canonjías que enriquecieron a empresarios, funcionarios y parásitos comerciales, de lado y lado. Los planos de la economía y la política tienden a aproximarse y borrar fronteras ideológicas que hasta 2007 mediaban entre Caracas y Buenos Aires. En ese movimiento, es el chavismo gubernamental el que más se desplaza desde la izquierda al centro. El gobierno bolivariano está más concentrado en Unasur que en el ALBA, en el comercio y las inversiones que en el proyecto revolucionario bolivariano, en preservar equilibrios con regímenes oprobiosos como los de Santos y Lobo, que en promover el anti imperialismo. Las relaciones de Estado terminaron imponiéndose al proyecto de socialismo del siglo XXI auspiciado por Chávez. Más abajo de la marquesina americanista que dominará la fundación de la CELAC, una realidad marcha inexorable en su seno. Se expresa como una situación tensional entre fuerzas sociales y proyectos geopolíticos opuestos.
La CELAC los contiene a todos como si fueran similares, como si las bases yanquis en Colombia tuvieran el mismo rango que el INTI o el MST de Brasil. Es suficiente para restarle valor a un organismo hemisférico que tiene el mérito de nacer sin imperios adentro. Allí nace su contradicción y la nueva dinámica de la diplomacia latinoamericana, girando más al centro político y al desarrollismo económico extractivo exportador, que a la independencia. El curso de ese contexto condicionará las relaciones de sus miembros: la del chavismo y el kirchnerismo, los regímenes que más se aproximaron.
Fuente:TiempoArgentino
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