miércoles 18 de enero de 2012
Chile con estrategia de fondo en la Antártida
Por Tania Peña (PL)
El periplo del presidente Sebastián Piñera, junto a su homólogo uruguayo, José Mujica, por la Antártida trascendió sobre todo por la transparencia con que Chile expuso sus pretensiones territoriales en el continente blanco.
"Confirmamos el interés de fortalecer nuestra presencia aquí, para que Chile, como fundador del Tratado Antártico y el país con el territorio más cercano a este continente, desarrolle con plenitud sus deberes y sus oportunidades en este continente del futuro", dijo Piñera el pasado fin de semana.
El mandatario reiteró el interés de su país en materia de soberanía en relación con la Antártida y anunció, sin cortapisas, que su gobierno estudia cómo inaugurar una nueva base en ese gélido punto del planeta.
Las declaraciones del jefe de Estado tuvieron lugar al visitar la base naval Capitán Arturo Prat, situada en la isla Greenwich y donde especialistas chilenos cumplen funciones de observación sinóptica de la superficie de día y noche.
Piñera precisó que encargó a su ministro de Defensa, Andrés Allamand, hacer los estudios para encontrar la ubicación óptima de la base.
Adicionalmente a ese propósito, explicó que un segundo eje de su administración es potenciar las australes ciudades de Punta Arenas y Puerto Williams como puertas de entrada hacia el continente antártico con una óptica de fortalecimiento de la actividad turística.
Añadió que La Moneda trabaja además en la revisión de la legislación antártica con el fin de favorecer sus objetivos de penetración en esa área geográfica.
La nueva base en el Círculo Polo Antártico se sumaría a las que ya dispone Chile, identificadas como Arturo Prat, O'Higgins, Pedro Aguirre Cerda, González Videla y Eduardo Frei, ésta última la más importante y emplazada en la Isla Rey Jorge.
Precisamente la base aérea Presidente Frei, fue la primera escala de Piñera y Mujica en su viaje al gélido territorio, área desprovista de hielo situada en la península Fildes.
De ahí partieron los dignatarios a la Gobernación Marítima de la Antártida donde se encuentra la Capitanía de Puerto "Bahía Fildes" de la Armada de Chile, en funcionamiento desde el 26 de octubre de 1987 como capitanía de puerto estival y como base permanente desde octubre de 2005.
Concluyeron su jornada sabatina en la Base Escudero del Instituto Antártico, ubicada a un kilómetro de la base Presidente Frei y utilizada fundamentalmente para la investigación.
Sin embargo, lo más relevante del inusual fin de semana para la agenda mediática no fueron los lugares visitados por los dos jefes de Estado, ni tampoco la fatal coincidencia del viaje con dos fuertes temblores en la Antártida, sino el desembozado modo con que La Moneda señaló que Chile "debe ejercer un liderazgo" en relación con el helado continente.
"Vamos a aprovechar este viaje para profundizar el compromiso, la misión y la tarea que Chile tiene con la Antártida", reiteró Piñera.
En el contexto de la Cuadragésima Novena Reunión del Consejo de Política Antártida que encabezó Piñera en esta capital a comienzos de este mes, el canciller chileno, Alfredo Moreno, adelantó que su país tiene bases en la referida área, pero todas ellas fuera del Círculo Polar Antártico.
Al respecto, había manifestado que se estaba viendo cómo usar alternativas para lograr una "penetración más adentro" del gélido continente.
La explícita pretensión engarza con el histórico reclamo de Chile de un millón 250 mil 257 kilómetros cuadrados de la Antártida a partir de consideraciones históricas, jurídicas y geográficas.
El territorio reclamado abarca las islas Shetland del Sur, la península Antártida e islas adyacentes, la isla Alejandro I, la isla Charcot y parte de la Tierra de Ellsworth, entre otras.
Chile ya posee siete bases en la Antártida y es uno de los 28 estados consultivos del Tratado Antártico, firmado en 1959 y en vigor desde 1961 y que regula aspectos sobre la libertad de investigación, defensa medioambiental, no proliferación nuclear y preservación pacífica de la Antártida.
Tal convenio prohíbe nuevas reclamaciones mientras dure el tratado, que tiene una vigencia indefinida.
Subraya, además, que ninguna actividad que se realice durante su vigencia puede servir para fundamentar una reclamación de soberanía territorial.
De hecho, el tratado establece que la Antártida es Patrimonio de la Humanidad y que los países firmantes tienen derecho a establecer bases con fines científicos (biología marina, sismología, vulcanología, etc.)
En cuanto a los litigios sobre reclamaciones de países, el Tratado Antártico los deja congelados, asegurando a cada nación firmante un statu quo por el tiempo que sea rector el documento.
En el continente antártico, remarca el texto, prevalecerán los estudios con fines pacíficos y no se pueden hacer ensayos nucleares, ni de guerra, ni dejar desechos tóxicos.
Piñera, que definió la estrategia de su gobierno como una "política de Estado", realzó que la Antártida es "el más importante vivero de la biodiversidad" y una de las más grandes reservas de agua dulce del mundo.
El tema por añadidura no resulta indiferente en medio de la geopolítica mundial y del convulso escenario en que vivimos.
Fuente:Argenpress
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