24 de enero de 2012

DEBATE SOBRE LOS DIFERENTES POSICIONAMIENTOS DE INVESTIGADORES Y ARTISTAS LA CUESTIÓN DE LOS INTELECTUALES.

DEBATE SOBRE LOS DIFERENTES POSICIONAMIENTOS DE INVESTIGADORES Y ARTISTAS  LA CUESTION DE LOS INTELECTUALES
¿Qué está en discusión?
Por Elio Noé Salcedo *
Imagen: Marisela Mengochea
La discusión planteada entre grupos de intelectuales podría llevarnos a una discusión “intelectual” más si no enfocamos el quid de la cuestión: ¿qué está en discusión?

Lo que está y sigue en discusión, en definitiva, en el fondo y en última instancia, es el proyecto de país. Y digo “sigue” porque ese debate forma parte de una bicentenaria discusión por distintos medios, no exclusiva ni excluyente de los intelectuales, que en nuestro país comenzó con una revolución en 1810, prosiguió con la guerra por la independencia y la unidad de los pueblos de la América mestiza, se convirtió en una guerra civil durante todo el siglo XIX (que tuvo políticos, militares e intelectuales –a veces una misma persona– de gran predicamento), se expresó a través de la lucha política de y contra los dos grandes movimientos nacionales en el siglo XX y continúa hoy con la adhesión o resistencia al kirchnerismo.

Esta discusión ha acompañado toda nuestra historia: “Convengo con usted en que el incremento que han tomado las discordias en Buenos Aires tiene su base en la revolución y la contrarrevolución”, le decía en diálogo epistolar el general San Martín a Vicente Fidel López. La misiva que el escritor y poeta le había escrito a San Martín decía: “Muchas veces me he puesto a meditar en las causas del incremento que han tomado nuestras discordias, y voy a poner a usted mi juicio francamente... Yo no veo en todo este fenómeno más que revolución y contrarrevolución... La revolución consagró el principio del patriotismo, sobre todo; la contrarrevolución, sin atreverse a excluir este principio, de hecho lo miró con mal ojo y dijo solamente: habilidad y riqueza”.

No hubo una lucha intelectual y otra política o militar: siempre hubo una sola lucha o discusión a distintos niveles y por distintos medios, en la que la crítica de las armas y las armas de la crítica estuvieron presentes en forma alternada o simultánea.

Siempre hubo dos grandes campos que disputaron esa discusión, eso sí, cada cual con su derecha, su centro y su izquierda. En ese sentido, la discusión no es si sos más o menos crítico, sino si estás del lado de los intereses nacionales y colectivos o si por el contrario estás del lado de los intereses particulares, corporativos y antinacionales.

La pregunta sigue siendo: ¿de qué lado estás, chabón? Y la respuesta a esa pregunta, no en términos teóricos, sino prácticos, es lo que define nuestra posición de un lado u otro lado. Porque lo que está en juego no es teórico ni abstracto, aunque se juega también en el campo de las ideas. Lo que está en juego, y ésta es la bicentenaria discusión que como en tiempos de San Martín no admite neutrales, es nada más ni nada menos que el programa y proyecto de país. Y ese proyecto –sin entrar en detalle– consiste en hacer realidad la Nación Grande que las derrotas del pasado nos negaron.
* Docente e investigador de la Universidad Nacional de San Juan.
Fuente:Pagina12

DEBATE SOBRE LOS DIFERENTES POSICIONAMIENTOS DE INVESTIGADORES Y ARTISTAS LA CUESTION DE LOS INTELECTUALES
Sobre Plataforma y Carta Abierta
Por Christian Castillo *
El surgimiento de Plataforma 2012 en los primeros días del año fue presentado por diversos medios de comunicación como la aparición de “la” oposición a Carta Abierta. La posición de Plataforma busca hacerse fuerte en los puntos de la política gubernamental que Carta Abierta trata como meras “asignaturas pendientes” y no como un producto inevitable de los componentes políticos de la coalición kirchnerista (como el peronismo conservador de los gobernadores e intendentes o la burocracia sindical) y de los intereses sociales capitalistas que representa. Con el incremento de los asesinados en luchas sociales, de Mariano Ferreyra en adelante; con la votación de la nefasta “ley antiterrorista”; con el discurso crecientemente antiobrero y antisindical de Cristina; con el aval cada vez más generalizado de los componentes del oficialismo a la megaminería; con la sojización que no deja de crecer; con los ajustes y tarifazos, tanto en las provincias como en el terreno nacional, es evidente que la tarea de los “cartaabiertistas” es cada vez más compleja. Entre el “relato” de la izquierda kirchnerista y la realidad de la política gubernamental hay una fosa cada vez más profunda que vuelve la intervención de los intelectuales alineados con el Gobierno algo cada vez menos creíble.

Sin embargo, Plataforma se ha caracterizado por evitar mencionar a gobiernos como el de Santa Fe, que nada tienen que envidiar en sojización, subordinación a los monopolios exportadores (¡hasta los puertos tienen las exportadoras agrarias en esta provincia!), represión social, desigualdad, pobreza o precarización del trabajo a los gobernadores del FpV o al gobierno nacional. Sin ir más lejos, en la Santa Fe del Frente Progresista fueron asesinados en la madrugada del 1º de enero tres jóvenes militantes del Frente Popular Darío Santillán, en una provincia donde la connivencia entre la policía “brava” y las patotas y mafias varias son moneda corriente. Una provincia donde sigue impune el crimen de Pocho Lepratti y otros siete compañeros que cayeron en Rosario frente a la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001, cuando Binner era intendente de esa ciudad y conformaba junto a Reutemann y las fuerzas represivas un “comité de crisis”. Al delimitarse sólo del kirchnerismo y no de toda variante patronal, y particularmente del binnerismo, Plataforma, más allá de las intenciones de algunos de sus firmantes, no ejerce consecuentemente el “pensamiento crítico” que dice profesar. Además, al no criticar al Gobierno desde un punto de vista de los intereses de clase que expresa, al no caracterizar al kirchnerismo como un proyecto de restauración de las condiciones de la dominación burguesa que habían entrado en crisis en diciembre de 2001, los integrantes de Plataforma han quedado presa en las discusiones con Carta Abierta del método de “suma y resta”, donde ambos sectores consideran que en este Gobierno hay cosas “buenas y malas”, sólo que para los defensores del oficialismo las primeras pesan más que las segundas y para sus críticos lo contrario.

Es que, en últimas, la crítica al kirchnerismo planteada por Plataforma no supera el esquema de discusión esgrimido por Carta Abierta de que en los marcos del capitalismo los trabajadores y el conjunto de los oprimidos podrían encontrar una salida favorable a sus intereses: el debate se reduce a cómo podría lograrse un capitalismo “más justo” en vez de plantearse cómo echar este sistema al “basurero de la historia” (Engels). En un sistema que se apoya sobre la esclavitud asalariada, que está provocando la miseria de millones día tras día y aumentando los niveles de desigualdad social en todo el mundo, decirse de izquierda pierde sentido si se acepta que sobre la base de la explotación del hombre por el hombre puede haber algún tipo de “justicia social”. Y esto sobre todo cuando estamos asistiendo a una crisis histórica del sistema capitalista a nivel internacional, que está produciendo resistencias varias a lo largo y ancho del globo, donde los gobiernos se caracterizan por salvar a los bancos y monopolios a expensas de los intereses de la clase trabajadora y el conjunto de los explotados, a la vez que por una utilización completamente irracional de los recursos naturales. Para nosotros de lo que se trata no es meramente de oponerse a un gobierno capitalista hasta los tuétanos como el actual, sino de hacerlo desde un punto de vista clasista y anticapitalista, socialista, como el que sostenemos desde el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, y la Asamblea de Intelectuales, Docentes y Artistas surgida en su apoyo, delimitándonos del conjunto de las variantes del sistema.

Desde ya compartimos muchas de las denuncias realizadas por Plataforma y posiblemente nos encontremos con los firmantes de la misma en denuncias e intervenciones políticas contra la política de los K y sus aliados, como podría ser hoy en apoyo a la pueblada de Famatina en La Rioja defendida por el gobernador oficialista Beder Herrera. Pero tenemos que ser claros en qué proponemos como alternativa al kirchnerismo, si no se termina jugando para proyectos tan antiobreros, prosojeros y promineros como los que encarna el gobierno nacional, que es el caso de Binner. El planteo del FIT y su Asamblea de Intelectuales es en esto inequívoco: no hay salida progresiva para la clase obrera y todos los explotados dentro de este sistema sin una ruptura revolucionaria que permita la conquista de un gobierno de los trabajadores. Para ello hace falta que pongamos todas nuestras fuerzas intelectuales y materiales para que la clase obrera, la gran mayoría nacional, avance en su independencia política no sólo respecto del Gobierno, sino del conjunto de las variantes de la oposición burguesa.
* Dirigente nacional del PTS, ex candidato a vicepresidente por el FIT.
Fuente:Pagina12

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