Condenados a vivir hacinados para escapar a las fumigaciones
Por Fuente: Tiempo Argentino
Saturday, Jan. 14, 2012
Por Clarisa Ercolano La familia Fontanellaz, de Firmat, ya perdió un bebé, tal como había adelantado Tiempo Argentino. Por prescripción médica les recomendaron mudarse. Ahora, viven en una pieza de prestado y esperan que la justicia responda.
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Los Fontanellaz, la familia de Firmat que esperaba gemelos pero que finalmente sólo recibió a uno de su dos hijos, ya que uno murió a causa de las fumigaciones a las que estaban expuestos, sienten que el calvario que comenzó cuando empezaron a ser rociados con agrotóxicos, pese a vivir y pagar impuestos en una zona “urbana”, lejos está de terminarse. Es que, como lo había indicado el médico que los atendió, debieron mudarse para poder estar lejos del veneno que los invadía. Y actualmente, viven en un cuarto prestado, donde duermen en una sola habitación María Luisa y Edgard, los esposos, su primogénita y el recién nacido que dio a luz antes de fin de año.
En una de las etapas del increíble pesar, debieron volver a la casa de la cual se mudaron a buscar ropa y, pese a encontrarse con sus hijos, fueron atacados por sus vecinos del campo. Por lo que se presentó una denuncia penal. Edgard terminó en el cardiólogo y la nena mayor, Wanda, en estado de shock.
“La policía apretó al suegro para las fiestas y le sacaron un cordero sin motivos, pero como es un pobre viejo de 80 años y estaba solo, lo apretaron, es un escándalo judicial”, agregó la abogada Graciela Gómez.
Por si algo faltara, la juez “corrigió” el expediente, escribiéndoles directamente encima a las fojas. “No se puede creer lo que hacen en ese juzgado”, exclamó la letrada.
“Amontonados, no pudiendo usar nuestra propia casa, ya que las fumigaciones continúan como si nada hubiese pasado. Estamos muy mal, mi nena de siete años le escribió a Papá Noel y a los Reyes Magos poder volver a su casa…”, le dijo indignada María Luisa Fontanellaz a Tiempo Argentino. En el mismo sentido, Graciela Gómez, quien los patrocina, subrayó que las irregularidades en torno a la causa van in crescendo: “Una abogada socia del letrado de la Municipalidad de Firmat retiró el expediente sin estar autorizada”, señaló. “Si se mudaron es porque por prescripción médica se ordenó, no fue por su propia decisión, el peligro en la demora está en que ellos tienen su casa y quieren regresar y si no se prohíben las fumigaciones no pueden hacerlo ya que van a seguir como hasta ahora, porque no cumplen la legislación vigente ni la hacen cumplir”, subrayó la letrada.
La Constitución argentina reafirma el derecho de propiedad como una garantía constitucional en dos artículos claves, reconociendo el derecho “de usar y disponer de la propiedad”, y exponiendo en el artículo 17 que “la propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley”. Sin embargo, para ellos, la realidad es bien distinta, y el miedo a que el bebé que nació sano, pese a que debe realizarse controles periódicos en Buenos Aires cada 15 días y la hija de siete años sean nuevas víctimas es el fantasma que los separa de poder volver a ser la familia que eran. “No poder volver nos está matando”, larga sin medias tintas María Luisa y agrega que la psicóloga que los contiene les pidió que, aunque sea por unos días, manden a su hija mayor a Rosario, a la casa de unos tíos para que cambie de aire.
Mientras los Fontanellaz siguen orbitando, este medio pudo saber que al solo efecto de dilatar la sentencia, la jueza a cargo del Juzgado de Distrito Nº 16 en lo Civil, Comercial y Laboral de Firmat Sylvia Pozzi, quien fuera instada a expedirse sobre la cautelar y el amparo, no hizo lugar al pedido. “Los condenó a que vivan de la manera en la que viven ahora”, sentenció Gómez. Por si algo faltara, Pozzi exigió a la familia los datos de los propietarios del campo fumigado, teniendo los datos en el mismo expediente, lo que deja a las claras que ni siquiera leyó las pruebas que acompañan el amparo.
“La Municipalidad de Firmat en el escrito interpone excepciones al solo efecto de dilatar”, amplían y recuerdan que desde 1997 no se actualizan las delimitaciones de las áreas urbanas en esa localidad. “Desde ese año a la fecha la ciudad creció muchísimo y la delimitación trazada en el año 1997 quedó en franco desuso y contraria a derecho”, explica Gómez. Además, pese a que la circulación de todo tipo de maquinarias está prohibida dentro del pueblo, el mismo Edgar Fontanellaz se cruzó con una de las máquinas. “El nombre del conductor del ‘mosquito’ es Juan Ignacio Irigoyen, al ver que lo fotografié se bajó con un fierro en la mano amenazándome. Circuló desde el inicio hasta el final de la calle Italia, zona urbana de Firmat (unas 20 cuadras). La policía lo vio muy bien, ya que se los hice saber, agacharon la cabeza y me ignoraron al decirles que lo detengan”, recordó.
Fuente:IndymediaRosario
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