El Mercosur no modifica su posición
El canciller Hague aseguró en el Parlamento inglés que Uruguay, Chile y Brasil habían modificado su postura respecto de los barcos con bandera de Malvinas. Pero Timerman se comunicó con sus cancilleres y le aseguraron que todo seguía igual.
El canciller brasileño Antonio Patriota fue uno de los ministros que Héctor Timerman contactó ayer.Imagen: DyN
La decisión del bloque del Mercosur de no aceptar en sus puertos a barcos con “la bandera ilegal de las Malvinas” sigue trayendo cola. La Cancillería argentina emitió un comunicado ayer en el que señalaba que el ministro de Relaciones Exteriores inglés, William Hague, “reconoció en el Parlamento de su país que ningún barco podrá ingresar a los puertos del Mercosur enarbolando la bandera ilegal de las Malvinas”. Hague entregó un informe a los parlamentarios en el que plantea que “Uruguay, Chile y Brasil no tienen intención de participar de un bloqueo económico a la isla”, además de dejarles una advertencia: “No deben ser cómplices de Argentina”. Luego el gobierno argentino constató que esas afirmaciones no eran verdaderas.
El canciller Héctor Timerman se comunicó ayer personalmente con sus pares de Brasil, Antonio Patriota; de Paraguay, Alfredo Moreno, y de Uruguay, Luis Almagro, para chequear los dichos de Hague en su presentación en el Parlamento inglés. La respuesta fue unánime ya que le comunicaron que “los respectivos gobiernos no habían modificado su posición desde que se adoptara la declaración de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre buques que enarbolan la bandera ilegal de las islas Malvinas”, firmado el 20 de diciembre en Montevideo. Hague había señalado ante la Cámara de Representantes que tras “discusiones productivas y honestas con Uruguay, Chile y Brasil”, los funcionarios le habían comunicado que “no tienen intención de participar de un bloqueo económico”, en referencia a la declaración firmada.
El reclamo por la soberanía sobre las islas Malvinas que sostiene el gobierno argentino y que logró la adhesión de sus pares del bloque del Mercosur irritó a los ingleses al punto que el primer ministro David Cameron garantizó a los isleños en un mensaje navideño que “nunca negociaremos la soberanía”, a la vez que criticaba en tono amenazante la medida del Mercosur: “Las amenazas de cortar la comunicación entre las islas y sus vecinos de Sudamérica solo perjudican a quienes las impulsan”. El fin de semana volvió a arremeter contra las medidas adoptadas por el gobierno argentino para que Inglaterra se siente a una mesa de diálogo para tratar el tema. “Nunca las pondremos en riesgo. Debemos asegurarnos de que nuestras defensas son fuertes, y eso es lo que estamos haciendo”, señaló Cameron en una entrevista televisiva.
“William Hague reconoció en el Parlamento de su país que ningún barco podrá ingresar a los puertos del Mercosur y países asociados enarbolando la bandera ilegal de Malvinas”, resaltó la Cancillería argentina en un comunicado, buscando poner en su lugar la tergiversación que estaba encarando el funcionario inglés con su informe. “Los ingleses están preocupados por la buena campaña internacional argentina que está consiguiendo cada más adhesiones, pero principalmente por la firma de tres países del Commonwealth cuando se creó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños”, aseguró a Página/12 el senador del Frente para la Victoria Daniel Filmus, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta.
El canciller inglés destacó en su informe que “no aceptamos la decisión de negarles la entrada a los buques con banderas de las islas, que consideramos no tiene basamento en ley internacional alguna”, y aclaró que la prioridad de sus gestiones eran asegurarse de “que los vínculos de comercio y negocios con Sudamérica no se vean comprometidos por esta declaración política”. Timerman contestó a los dichos de Hague remarcando que el funcionario había calificado las gestiones argentinas como “un bloqueo comercial. Sin embargo dichas acciones se encuadran en la defensa de los recursos naturales renovables y no renovables que pertenecen al pueblo argentino tal como lo reconocen todas las naciones de la región”.
Con el telón de fondo del 30º aniversario de la guerra entre ambos países por la soberanía de las Malvinas, Hague insistió en que “el gobierno británico garantizará siempre el derecho de los habitantes de las islas”, mientras que la cartera que encabeza Timerman no menciona “que el Reino Unido ha incumplido con diez resoluciones” de las Naciones Unidas “que instan a ambos países a reiniciar negociaciones”.
“No cambió un ápice”
El gobierno de Uruguay confirmó anoche oficialmente que “de ninguna manera podemos aceptar buques con la bandera de Malvinas en nuestro puerto”, ratificando así su apoyo a las reivindicaciones argentinas respecto de las islas Malvinas “manifestado a nivel regional a fines de 2010 en la Unasur y ratificado en diciembre pasado en la Cumbre del Mercosur”. En un comunicado oficial emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, que además se publica en el sitio web de la presidencia uruguaya, se recalcó que la postura de este país “no ha cambiado en un ápice”, pese a los dichos del canciller británico, William Hague, en Londres. Lo que habría aceptado Uruguay, según informaciones del fin de semana, es permitir el ingreso de barcos que antes cambien su bandera, manteniendo la prohibición para el pabellón kelper.
Fuente:Pagina12
Gran Bretaña presionó sin éxito a los países de la región
Malvinas: Uruguay, Brasil y Chile ratificaron su respaldo a Argentina
Publicado el 11 de Enero de 2012
Por Catriel Etcheverri
A pesar de las declaraciones del canciller británico, Almagro, Patriota y Moreno le confirmaron a su par Héctor Timerman que sus países mantienen la prohibición de atracar en sus puertos a barcos con bandera de las Islas Malvinas.
El respaldo político de los países de la región al reclamo argentino sobre las Islas Malvinas fue expresado de manera abierta en numerosos foros internacionales en los últimos años. Sin embargo, la decisión en diciembre pasado de los miembros plenos y Estados asociados del Mercosur de llevar este respaldo al plano de la acción, prohibiendo a los barcos con bandera de Malvinas atracar en sus puertos, profundizó la preocupación en Londres frente a su creciente aislamiento en la disputa. La reacción fue inmediata. El primer ministro británico David Cameron endureció su discurso en las últimas semanas al tiempo que el encargado de la diplomacia de Gran Bretaña mantuvo numerosas comunicaciones con sus pares del bloque sudamericano.
A pesar del rechazo regional a las presiones británicas, el canciller William Hague intentó convertir ayer en un triunfo sus fallidas negociaciones. Ante el pleno del Parlamento, Hague aseguró que Uruguay, Chile y Brasil no participarán del “bloqueo económico propuesto por la Argentina” a las Islas Malvinas. “Hemos tenido discusiones productivas y honestas con Uruguay, Chile y Brasil”, dijo Hague y explicó que los países vecinos se comprometieron a que el transporte marítimo comercial desde y hacia el archipiélago “continuará teniendo acceso a sus puertos” mientras los barcos tengan “bandera británica o cualquier otra bandera nacional”. En definitiva, aunque Hague intenta mostrar un triunfo de la diplomacia británica, está reconociendo que ningún barco con bandera de Malvinas podrá atracar en los puertos de esos países, demostrando que ninguno de ellos modificó un ápice el compromiso contraído en la última cumbre de presidentes del Mercosur.
A través de un comunicado, la Cancillería argentina aclaró que el canciller Héctor Timerman se comunicó ayer con Antonio Patriota, Alfredo Moreno y Luis Almagro sus pares de Brasil, Chile y Uruguay respectivamente, quienes le confirmaron que los gobiernos de sus países no han modificado su posición desde que se adoptara la “Declaración de los Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados sobre buques que enarbolan la bandera ilegal de las Islas Malvinas” del 20 de diciembre pasado.
Hague señaló además que instruyó a los embajadores británicos en la región para que llamaran a los gobiernos ante los cuales desempeñan sus funciones y les expresaran su “fuerte objeción a la declaración del Mercosur”. “Dejamos en claro que la decisión de cerrar puertos a barcos con la bandera de Malvinas no tiene base legal y que sería inaceptable e impropio para cualquier democracia latinoamericana colaborar en los intentos de la Argentina de bloquear económicamente” al archipiélago, señaló el canciller.
Al respecto, la Cancillería argentina aclaró en su comunicado que las acciones dispuestas por el Mercosur “se encuadran en la defensa de los recursos naturales renovables y no renovables que pertenecen al pueblo argentino tal como lo reconocen, entre otros países, todas las naciones de la región”. La Cancillería encabezada por Timerman fustigó además a Hague por reclamar ante el Parlamento de su país la necesidad de que se respeten los principios de la Carta de Naciones Unidas al tiempo que obvió que Gran Bretaña ha incumplido diez resoluciones de la Asamblea General de ese organismo multilateral y 29 resoluciones del Comité de Descolonización que instan a ambos países a reiniciar el diálogo para arribar a una resolución pacífica del conflicto.
El intento por Gran Bretaña de mostrar un triunfo que no es tal responde quizás al clima que se vive en ese país sobre la marcha de la disputa y el creciente respaldo a nivel global que está logrando la posición argentina. Clima que fue analizado la semana pasada por el semanario británico The Economist que destacó que la política argentina sobre Malvinas ha logrado una victoria diplomática sobre otra durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Además de la reciente decisión del Mercosur, The Economist destacó la nueva actitud tomada por los Estados Unidos frente al conflicto: “En 2010, Hillary Clinton, secretaria de Estado estadounidense, convocó al diálogo en torno a la disputa, un contraste con 1982, cuando los Estados Unidos apoyaron a Gran Bretaña.” Desde 2003, el reclamo argentino a Gran Bretaña para sentarse a negociar una salida al conflicto ha sido una constante en los discursos presidenciales ante la Asamblea General de la ONU. Sin que Londres acceda a dialogar, el próximo 2 de abril se cumplirán 30 años desde la guerra.
Fuente:TiempoArgentino
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