2 de enero de 2012

MALVINAS: Inglaterra difundió archivos secretos de Malvinas.

A 30 años de la guerra
Inglaterra difundió archivos secretos de Malvinas
Publicado el 31 de Diciembre de 2011
Muestran la decisión de Thatcher de reducir la presencia naval británica en el Atlántico Sur y el rechazo de los almirantes a la medida.

El gobierno inglés desclasificó archivos secretos anteriores a la Guerra de Malvinas que revelan una hipótesis de conflicto armado por las islas. Un año antes del enfrentamiento bélico impulsado por el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, la primera ministra británica Margaret Thatcher fue informada acerca del peligro de reducir la Armada Real británica.
Desde que asumió en 1979, Thatcher fijó como meta terminar con el déficit fiscal y para ello implementó numerosos recortes que marcaron el fin del Estado de Bienestar imperante en Europa por aquellos días. Pero hubo una medida que no logró llevar a cabo: reducir la flota británica en la Antártida.
Fue el ministro de Relaciones Exteriores, lord Peter Carrington, quien advirtió a su colega de la cartera de Defensa, John Nott, sobre el peligro que podía entrañar para la seguridad de los dominios coloniales enviar señales equivocadas sobre la determinación británica de defender las Malvinas.
Entre los documentos dados a conocer se trasluce el enojo del jefe de la Armada, el primer lord del Almirantazgo Henry Leach, por el proyecto de la “Dama de Hierro”. Leach fue uno de los encargados de lanzar la operación naval que logró reinstalar la ocupación inglesa en las islas, pero en el año 1981 se opuso terminantemente al “desequilibrado desmantelamiento” de las Fuerzas Armadas.
“Constato con pesar pero comprensión que la rigurosidad de su programa excluye la entrevista que le pedí”, le escribió lord Henry Leach a la jefa del gobierno británico. “Sin embargo, espero que encuentre al menos dos minutos para leer esta nota del jefe profesional de la Marina antes de que usted y sus colegas del Gabinete consideren una propuesta para desmantelar considerablemente esa marina”, agregó Leach en la misiva. Y lanzó una advertencia: “Estamos al borde de una decisión histórica. La guerra raras veces toma la forma esperada, y una fuerte capacidad marítima suministra flexibilidad frente a los imprevistos. Si usted la socava en la magnitud prevista, creo que limitará sus opciones futuras y perjudicará a nuestra seguridad nacional.”
Entre los documentos se destaca también un intercambio entre el ministro de Relaciones Exteriores y su par de Defensa, donde le solicita que se oponga al desmantelamiento del barco patrulla HMS Endurance, que cumplía funciones en la Antártida, ya que eso podría enviar una señal equivocada a la Argentina.
“A menos que se resuelva la disputa, y hasta entonces, será importante mantener nuestra presencia normal en la zona al nivel actual. Toda reducción sería interpretada tanto por los isleños como por los argentinos como una disminución de nuestro compromiso con las islas y nuestra disposición a defenderlas”, le escribió Carrington a Nott.
Los documentos desclasificados toman otra dimensión luego de que el bloque de países que integra el Mercosur negara la entrada a sus puertos de barcos con la bandera malvinense. “Nunca negociaremos la soberanía de las Falklands (Malvinas)”, le dijo a los isleños el primer ministro británico David Cameron hace una semana.
Las Malvinas tienen una población de 3000 habitantes y desde principios del año pasado el gobierno isleño permitió que cuatro compañías petroleras comenzaran a explorar el territorio, sin resultados relevantes hasta el momento.
Fuente:TiempoArgentino


A 30 años de Malvinas, la Cámara de Casación demora una megacausa que imputa a 80 militares por cometer vejámenes contra soldados argentinos
Para algunos jueces, torturar no es delito
Publicado el 31 de Diciembre de 2011
Por Daniel Enzetti
La acusación contra casi un centenar de oficiales y suboficiales que actuaron en el conflicto es impulsada por el Centro de Ex Combatientes de La Plata, y aporta testimonios referidos a 120 casos de homicidios, torturas, estaqueamiento, reducción a la servidumbre y privación ilegítima de la libertad. La Sala I de Casación Penal acaba de fallar que los hechos prescribieron. Ahora tiene que resolver la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Miren quién entra, Darío Gleriano! ¡Pensar que yo a este negro lo estaqueé en Malvinas, pero cómo lo quiero!”, alardeó Pedro Valentín Pierre, durante una de las Olimpíadas Anuales para Veteranos de Guerra realizada en la ciudad de Tandil. Pierre, que forma parte del staff del Departamento de ex Combatientes de la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires, es uno de los 80 oficiales y suboficiales acusados por haber cometido delitos de lesa humanidad contra soldados argentinos durante el conflicto bélico, cargos entre los que se incluyen vejámenes, estaqueos, torturas, simulacros de fusilamiento, castigo físico y presión psicológica.
La megacausa, impulsada por el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata, ya cuenta con varios fallos condenatorios de tribunales del interior del país, pero está siendo frenada por la Sala I de la Cámara de Casación Penal, encabezada por Raúl Madueño, Juan Edgardo Fégoli y Luis María Cabral.
El viernes de la semana pasada, los querellantes presentaron un recurso extraordinario para que la Corte Suprema de Justicia de la Nación acelere la investigación, que incluye aproximadamente 120 casos de violaciones a los Derechos Humanos registrados durante la guerra con Gran Bretaña en 1982. “Esa sala es el reducto donde están los jueces más retrógrados de la Justicia Federal. Fégoli, Cabral y Madueño son militantes de la impunidad, y lo siguen ratificando en cada resolución”, explicó Ernesto Alonso, secretario de Relaciones Institucionales del CECIM, en referencia a una decisión tomada por el trío de magistrados el pasado 22 de noviembre, que desconoció el reclamo.
Además de Pierre, entre otros están imputados Jorge Taranto, en esa época integrante del Regimiento de Infantería Nº 5 con asiento en Paso de los Libres, y actualmente gerente en C5N; Delfor Polano, miembro del grupo de tareas del centro clandestino de detención de Campo de Mayo; Julio César Binotti, personal de la Escuela de Mecánica de la Armada y parte del Comando de Infantería de Marina que actuó en las islas; y Rodolfo Oscar Cionchi, alias “Gordo Tomás”, también represor de la ESMA y efectivo del Batallón de Infantería de Marina Nº. 5 en Puerto Argentino.
La acusación que motoriza el CECIM comenzó a gestarse en 2005, cuando el entonces subsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Pablo Vassell, se dedicó a reunir horas de filmación, documentos y testimonios de víctimas. En ese momento, los delitos tipificados fueron homicidio, abandono de persona, reducción a la servidumbre, torturas, extorsión, amenazas y privación ilegítima de la libertad.
“LO LLAMÁBAMOS EL POZO DE LOS LAMENTOS.” “Habitualmente (nuestro superior) nos obligaba a ir a un pozo, que nosotros llamábamos “El Pozo de los Lamentos”. Ese pozo estaba lleno de agua congelada. Ahí nos ordenaba meter las manos y los pies por más de media hora. A mí siempre me hacía salir último. Yo era perseguido con más saña por mi condición de judío”, cuenta Silvio Eduardo Katz, clase 1962, llamado a Malvinas mientras hacía la conscripción en el Regimiento III de Infantería Mecanizada General Belgrano, en La Tablada.
Después de hacer escala en Comodoro Rivadavia, Katz desembarcó en las islas el 11 de abril, y fue destinado a Bahía Elefante. Su alimento diario era “agua con dos o tres arvejitas”, lo que motivó que un día, después de recaudar algo de plata con otros soldados, se acercara a un almacén para comprar comida junto con un compañero llamado Carlos Mihalfi. “Al regresar me descubrieron –agrega–, me quitaron la ropa y me estaquearon… Hicieron lo mismo con Carlos, le pusieron una granada en la boca sin seguro. Mi superior obligó a todos los soldados a comer mierda del pozo donde hacíamos nuestras necesidades. Al que no comía le disparaba de cerca con su fusil.”
Otro de los casos denunciados es el de Pablo Perazzo, enviado a Monte Williams. “El jefe de la Compañía recibía encomiendas del continente para distribuir entre todos los soldados –recuerda–, pero al comenzar los combates empezó a esconder las cosas… Mi superior se puso a gritar. Sacó un arma, una 9 milímetros y comenzó a dispararme a los pies”.
A Eduardo José Ortuondo también lo sumergieron en pozos con agua helada, y fue atado en el suelo varias veces, con las piernas y brazos extendidos. “Antes de que finalizara el castigo otro suboficial se paró sobre el arco interno de mis pies –afirma–, se puso a saltar sobre ellos y me preguntaba: “¿Le duele Ortuondo?” Yo le respondí: “¿Quién es el enemigo, el que está allá o el que está aca?”

EL ENEMIGO DE ACÁ. Jorge Taranto participó en Malvinas con el grado de subteniente en el Regimiento de Infantería Nº. 5, con asiento en Paso de los Libres. El actual gerente de C5N figura imputado en cinco casos por denuncias de varios soldados que sufrieron estaqueamientos y distintos vejámenes. Según el testimonio de Juan de la Cruz Martins, “Taranto me agarraba y me metía en el depósito de agua y tenía hielo y me metía la cabeza ahí, y me tenían un ratito y me decían ¿vas a hacer guardia o no vas a hacer guardia? Sí, les decía, y me apretaban así la cabeza otra vez. No podía respirar. Eso me hacía el subteniente Taranto. Encima, me sacó la pistola, yo no sé si él me habló en inglés, cuando él me habla me sale espuma por la boca, cuando él me habla me dice “tiene que hacer guardia hijo de una gran puta”, le digo ‘sí mi subteniente’”.
Delfor Polano está imputado en una causa de lesa humanidad por haber integrado el grupo de tareas del centro clandestino de detención de Campo de Mayo conocido como “El Campito”, o “Los Tordos”. Su legajo en la CONADEP es el 0877/2346. De acuerdo a la palabra del soldado correntino Juan Carlos Gómez, “Polano era el jefe de Compañía. Estaba malo (sic) y llamó a la formación por algo. A todos los llamó, incluso a los oficiales. Me preguntó por qué me reía. ‘No mi capitán, yo no me reí’, y me volvió a preguntar… Entonces me dijo ‘Usted es loco… entonces vamos a tener que dar el ejemplo, estaquéenlo’.” El militar está sospechado de haber participado en atentados en la Facultad de Ingeniería y en la filial La Plata de la AMIA. Fue indultado por el ex presidente Carlos Menem después de haber participado en los alzamientos carapintadas.
Con respecto a Julio César Binotti, los listados de la Marina lo confirman como responsable en Malvinas del Comando de Infantería. Después del conflicto, que le valió una condecoración argentina, recaló en la ESMA. Fue jefe de los sectores logísticos del GOEA (Grupo de Operaciones Especiales de la Armada), nombre reciclado de los grupos de tareas entre 1982 y 1983. Algunas informaciones lo vinculan con la muerte de Ricardo René Haidar, sobreviviente de los fusilamientos de Trelew y secuestrado en la Escuela de Mecánica. Logró el beneficio de la Ley de Punto Final, pero actualmente está con prisión preventiva.
El Centro de Ex Combatientes de Corrientes también acusó a Binotti por haber maniatado en la intemperie a combatientes argentinos en las islas. Orlando Pascua sostuvo ante el Tribunal Federal de Río Grande, a cargo de la jueza Lilián Herráez, que en Malvinas presenció el estaqueamiento de un soldado chaqueño de apellido Ferreyra. “Lo castigaron por orden de un oficial de la Infantería de Marina, Binotti, por un supuesto acto de indisciplina. Lo ataron al suelo por los pies y las manos y le tiraron encima una lona, que no lo dejaba ver qué podían hacerle. Lo tuvieron así desde la mañana hasta la media tarde, durante siete horas.” Según Pascua, Binotti “después de la guerra siguió cumpliendo funciones en la ESMA, donde se ganó fama de torturador inclemente”.
Rodolfo Oscar Cionchi, alias “Gordo Tomás”, fue uno de los doce ex jefes navales que integraron una camada de represores de la ESMA detenidos por orden del juez federal Sergio Torres. En aquel momento teniente de Navío, Cionchi revistó en el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 con sede en Puerto Argentino. Su nombre es otro de los que aparece mencionado en la causa impulsada en Río Grande, a partir de las declaraciones del ex conscripto David Zambrino.
El testimonio del ex soldado Rubén Darío Gleriano, frente al que se hizo el canchero el imputado Pedro Valentín Pierre en aquella reunión de Tandil, fue uno de los primeros antecedentes que luego derivaron en esta investigación por torturas ocurridas durante los enfrentamientos en el sur. Entre otros aportes, la causa arrancó gracias a un escrito elevado por Gleriano ante la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense –luego remitido a la Fiscalía de Política Criminal de la Procuración General de la Nación–, donde se reúnen distintos episodios vividos por el denunciante mientras se desempeñaba en el Grupo de Artillería de la Fuerza Aérea GADA 601, Batería “A”, Tercera Sección.
Gleriano relató que en una oportunidad, desesperado después de dos días sin comer, se alejó para buscar alimento, y al regresar fue descubierto por un subteniente apellidado Alemansor, quien le ordenó a Pierre que lo estaqueara. Lo tendieron en el suelo boca arriba a la intemperie, maniatado de pies y manos, y le colocaron una especie de paño cubriendo todo el cuerpo. Estuvo en esa posición entre las 4 de la tarde y las 12 de la noche, lapso en el que escuchaba el impacto de proyectiles en zonas cercanas, con tanques de 250 litros de nafta que podrían haber explotado en cualquier momento.
“Al ser liberado –figura en los expedientes– se encontraba desmayado por la hipotermia padecida, y habría muerto de no haber sido por la intervención de los soldados Julio Oscar Acuña y Eduardo Basualdo.”
Otros ex conscriptos que denunciaron torturas y diferentes tipos de castigos fueron Edgardo Oscar Arnoldo, Daniel Martínez González, Gustavo Andrés Nadal y Rosendo Prado.

LOS 114 NN DEL CEMENTERIO DE DARWIN. Paralelamente a las causas por torturas a soldados, la justicia lleva adelante una investigación que busca identificar a 114 cuerpos sepultados en el Cementerio de Darwin, como parte de las 237 tumbas existentes en el lugar. El reclamo, que comenzó siendo patrocinado por el actual juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla, fue iniciado por el CECIM de La Plata y un grupo de familiares de ex combatientes.
El escrito sostiene que no conocer la identidad de los muertos en Malvinas “no es un hecho menor que puede quedar sin tutela efectiva por parte del Estado. Esta trágica circunstancia que sigue generando dolor en los familiares, los compañeros y en la sociedad, tiene que ver con el pensamiento de quienes en 1982 tomaron la decisión de iniciar una acción militar que nos llevó al conflicto armado con Gran Bretaña dejando un saldo de 649 muertos.” Y agrega que esa postura “está vinculada con una guerra iniciada para poder continuar y mantener el régimen de facto que imperaba desde 1976, y que al regreso de los soldados combatientes, después del 14 de junio de 1982, impuso el silencio amenazando a todo aquel que en ese presente contara algo de lo sucedido. Amparándose en consignas tardías e inútiles de los intereses supremos de la defensa nacional, se prefirió mantener el silencio, y durante años no se hizo absolutamente nada para identificar a nuestros muertos.”
La presentación también alerta sobre vejámenes a los combatientes. “Para ese Estado genocida que gobernaba de facto la Argentina –afirma–, todas las muertes de los soldados fueron a causa de los combates. Esto constituye otra mentira que se viene sosteniendo desde 1982 que también genera dolor y sufrimiento. Los relatos de aquellos que estuvieron allí dan cuenta también de otras circunstancias. Así por ejemplo: Remigio Fernández y Secundino Riquelme murieron por desnutrición en Puerto Howard. Héctor Miguel Rolla murió congelado en Monte Longdon. Rito Portillo, asesinado por un suboficial de la Marina en proximidades de Puerto Argentino. Pedro Vojkovic, Alejandro Vargas, Manuel Zelarayan y Carlos Hornos murieron al pisar una mina antitanque (nadie les había indicado del campo minado donde encontraron la muerte buscando comida). De ellos sólo Alejandro Vargas está identificado en el cementerio de Darwin. El cuerpo de Pedro Vojkovic fue entregado en la morgue del hospital Argentino, actualmente su nombre no figura en el cementerio.”
“Asimismo –menciona la denuncia–, muchos cuerpos fueron enterrados en los campos de batalla por los mismos soldados argentinos en calidad de prisioneros. En Monte Longdon, en una fosa común se sepultó a Donato Gramisci, Darío Ríos, Marcelo Massad, Juan Baldini, Pedro Orozco y Ricardo Herrera, entre otros. Ninguno de estos nombres aparece en las tumbas identificadas de Darwin”.
Las cruces de los NN en Malvinas llevan la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”.
FuentedeOrigen:TiempoArgentino
Fuente:Agndh


“Esperamos un aniversario sin impunidad”
Publicado el 31 de Diciembre de 2011
Por Por Ernesto Alonso (*)
Malvinas es un tema que nos duele a todos los argentinos, y todavía las instituciones de la democracia no han asumido la responsabilidad de poner blanco sobre negro en la situación que vivieron los soldados que participaron de los 74 días que duró el conflicto bélico con Gran Bretaña en 1982.
Los ex combatientes trabajamos desde hace 30 años para que se sepa la verdad, para que haya memoria y justicia, y para que los responsables de los vejámenes cometidos sean juzgados.
Al comienzo de la democracia no se podía hablar de estas cuestiones. El tema Malvinas estaba vedado. Durante años los militares nos trataron de mentirosos, fuimos perseguidos y vigilados por los servicios, éramos peligrosos. Y habíamos sido testigos de la impericia y la cobardía de muchos efectivos que no estaban preparados para la defensa de la soberanía nacional, sino instruidos bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional.
Hoy nuestro país está avanzando en recomponer la historia con justicia, y eso se ve en el avance que hay referido a la cantidad de procesos que ponen las cosas en su lugar. La decisión del 2 de Abril de 1982 fue una acción de la dictadura, y estos hechos que se denuncian fueron cometidos por los mismos que actuaron en el terrorismo de Estado. No fueron otras Fuerzas Armadas.
Esperamos llegar a la conmemoración de los 30 años del conflicto sin impunidad, y avanzando en un proceso que nos permita recuperar la soberanía de los territorios usurpados de la mano de América Latina, con Paz y Justicia.
(*) Secretario de Relaciones Institucionales del CECIM de La Plata.
FuentedeOrigen:TiempoArgentino
Fuente:Agndh

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