viernes 2 de marzo de 2012
Damnificados por terremoto en Chile, otra deuda social
Por Tania Peña (PL)
Al cumplirse los dos años del megasismo que estremeció a Chile en 2010, las opiniones del gobierno y de los actores sociales en relación con el plan de atención a damnificados resultan diametralmente opuestas.
Aunque el presidente Sebastián Piñera afirmó que el proceso de reconstrucción post terremoto ha avanzado en dos tercios de lo previsto durante su mandato y antes de concluir este será completado, organizaciones sociales consideran que se ha reconstruido menos del 10 por ciento de las viviendas destruidas.
El gobierno miente y gasta recursos de todos los chilenos en festivales y publicidad para alimentar una ficción muy alejada de la realidad, subrayó un comunicado público, rubricado por más de un centenar de organizaciones sociales.
Este comunicado aludió claramente al pomposo Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar 2012, acontecido del 22 al 27 de febrero.
Los demandantes denunciaron paralelamente casos de expropiaciones en zonas costeras y "la destrucción de los cascos históricos de nuestros pueblos y ciudades, situaciones que facilitan el negocio de inmobiliarias".
El documento de marras rechazó además el programa presentado esta semana por La Moneda, el cual sugiere que los damnificados vayan a vivir con sus familiares temporalmente.
Ese tipo de anuncios es una falta de respeto al sufrimiento de un millón de chilenos que han tenido que vivir la tragedia del último terremoto y son víctimas de una reconstrucción mal planteada, remarcó el texto.
Durante un balance sobre el tema, en reunión efectuada en la localidad sureña de Talcahuano, el mandatario explicó pormenorizadamente cada uno de los frentes en que su administración ha trabajado para enfrentar los destrozos causados por el megasismo.
Hizo mención a 354 establecimientos de salud reconstruidos, equivalente al 96 por ciento de lo dañado, y a unos dos mil locales educacionales reparados, equivalente al 73 por ciento de lo requerido.
Aseguró que su gobierno cumplirá con cada una de las 220 mil familias que perdieron sus viviendas, incluyendo unas tres mil que viven en campamentos emergentes, llamados en Chile aldeas.
Sin embargo, líderes de la oposición política y social, además de discrepar con el balance positivo del jefe de Estado, opinaron que Chile cuenta con los recursos para una reconstrucción justa, pero esa posibilidad choca con la tendencia a privatizarlo todo.
De hecho, la última semana estuvo signada por una jornada de protesta en todo el país en solidaridad con los damnificados del terremoto de 8,8 grados Richter del 27 de febrero del 2010, convocada por el frente "Democracia para Chile".
Entre las iniciativas expuestas sobresalió la convocatoria a una Consulta Nacional sobre la reconstrucción, que tiene lugar a través del sitio www.votociudadano.cl, y de mesas de votaciones instaladas en las zonas más afectadas por el terremoto y que concluirá el 4 de marzo.
"Creemos que la reconstrucción ha pasado a segundo plano y por eso es necesario reponerla en el centro del debate público", dijo Nicolás Valenzuela, vocero de la Red y director de la organización Reconstruye.
Por su parte Patricia Beltrán, una de las principales voceras de la Red de Organizaciones Pro Reconstrucción, destacó el carácter nacional del referendo porque la reconstrucción es un tema que involucra a todo el país y por ello el plebiscito es una oportunidad para la participación de la sociedad en su conjunto.
A juicio del diputado y presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier, el gobierno generó falsas expectativas de reconstrucción: "Las cifras y comentarios oficiales sobre la reconstrucción tras el terremoto y tsunami de hace dos años, diría que son bastante controversiales, entre lo que dice el gobierno y lo que opinan los damnificados".
Todas las encuestas, acotó el parlamentario, dicen que los damnificados rechazan los planteamientos del gobierno en cuanto al cumplimiento, también hay organismos calificados como la Universidad de Chile y la Asociación de Municipalidades, cuyos sondeos resultan totalmente opuestos a las cifras del gobierno.
Por su parte el exvocero de la Confederación de Estudiantes de Chile, Camilo Ballesteros, aludió a la experiencia vivida en visita a la centrosureña ciudad de Constitución, uno de los puntos de la geografía nacional más castigados por el sismo.
"Un ejemplo concreto es que el gobierno el año pasado se comprometió a que en diciembre del 2011 tendría mil 500 nuevas viviendas para los habitantes que fueron afectados en Constitución, sin embargo, en febrero, hace pocos días, cuando estuve presente en el lugar, tan sólo se había construido alrededor del 10 por ciento de estas viviendas".
Realmente lo que más molesta a la gente es el engaño, que le estén cambiando las reglas del juego, manifestó en rueda de prensa en Santiago.
De igual modo Claudia Pascual, concejala de una comuna en la región Metropolitana, apuntó que es una realidad en Chile que no ha habido respuesta en relación con la magnitud de la catástrofe vivida en el 2010.
Se han mezclado peras con manzanas y se ha metido en el mismo saco subsidios, reparaciones y construcciones nuevas de viviendas, afirmó.
Ilustró que la comuna de Santiago, la cual ni siquiera fue de las más afectadas y con una arquitectura típica de tipo patrimonial, tuvo más de 10 mil damnificados, pero el Ministerio de Viviendas sólo reconoce mil 800.
Hay que avanzar en la solución, en la rapidez y en la magnitud de los damnificados y todo gobierno necesita mostrar eficiencia en su gestión, insistió la autoridad local, para quien resulta muy extraño la disparidad entre la realidad y las estadísticas oficiales.
A dos años del terremoto y tsunami que devastó el centro sur de Chile, el diputado del PPD Patricio Hales manifestó también que el Gobierno no quiere dar la cara en terreno por la reconstrucción. El legislador acusó una manipulación de cifras desde el Ejecutivo.
Según sondeos locales citados por Radio Universidad de Chile, el 77 por ciento de los damnificados de la región del Bío Bío, epicentro del cataclismo, ven con pesimismo su futuro y creen que deberán soportar otro crudo invierno sin recuperar sus viviendas.
El terremoto del 2010 cobró la vida de más de 500 chilenos, una parte de ellos desaparecidos por el tsunami que sobrevino posterior a la sacudida telúrica y dejó más de un millón de damnificados en un país con 17 millones de habitantes.
Fuente:Argenpress
viernes 2 de marzo de 2012
Proponen bloqueo legislativo en Chile en solidaridad con Patagonia
PL
Congresistas de partidos opositores de Chile instaron a interrumpir las labores del Poder Legislativo, en rechazo a la postura inflexible del gobierno frente al Movimiento Social de la región de Aysén.
El diputado y presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, dijo que La Moneda solo ha estado poniendo trabas y dilatando el conflicto en la zona de la Patagonia.
A juicio del parlamentario, la postura intransigente del Ejecutivo demuestra que el interés no está en solucionar los problemas, sino en quedar bien con la derecha más dura del país.
"Nosotros somos claros: si no hay una pronta solución, como parlamentarios comunistas, hacemos un llamado directo a los diputados y senadores de oposición para frenar toda actividad legislativa en el Congreso como un apoyo directo a Aysén", afirmó Teillier.
Asimismo el senador y fundador del Movimiento Amplio Social, Alejandro Navarro, consideró que la oposición debiera bloquear todos los proyectos de ley que el gobierno envíe al Parlamento.
La única opción para que el Gobierno dialogue y resuelva el conflicto es el bloqueo legislativo, aseveró.
En opinión de Navarro, el Gobierno, al endurecer su postura, dejó de manifiesto, nuevamente, su nula capacidad para escuchar a la ciudadanía y su cero disposición a solucionar los conflictos. Y, ante este nuevo escenario, la oposición debe respaldar decididamente a Aysén, con más acción y menos discurso.
La decisión del Ejecutivo de condicionar la respuesta a las demandas de los ayseninos al fin de la movilización popular, derivó en críticas de todos los sectores políticos, incluidas voces influyentes de la propia coalición gobernante.
El vicepresidente de la oficialista Renovación Nacional, Manuel José Ossandón, declaró que fue una torpeza política ponerle el pie encima al Movimiento Social de Aysén. La lección debió estar aprendida después de un año de movilizaciones, subrayó el también edil chileno.
Si no hay una política clara de descentralización habrá 100 estallidos más, vaticinó.
Fuente:Argenpress
viernes 2 de marzo de 2012
Chile, el año en que florecieron las quilas
Por Andrea Dufournel
Se dice en los campos que cuando florecen las quilas se viene un año lleno de desgracias, desgracias que se ven representadas con el aumento de la población de ratones y todo lo que ello implica. Al parecer la sabiduría campesina no deja de tener razón.
El comienzo de año 2012, de la mano del caluroso verano y vacaciones, no ha sido como cualquier verano. Nos ha sorprendido con un Chile movilizado, activo, dando muestras, una vez más, que ya no nos hacen comulgar con ruedas de carreta.
Desde el gobierno suspiraron aliviados cuando la temporada de clases terminó, ello, supuestamente, traería un remanso de tranquilidad y podrían imponer, como es la tradición en la temporada estival, medidas que afectan a la mayoría sin que nadie alzara la voz. Nada más lejos de la realidad.
Entre conmemoraciones del segundo año de ocurrido el terremoto y maremoto del 27 de febrero, recriminaciones de parte de la oposición al gobierno por la casi nula reconstrucción y ceremonias mediáticas de entrega de subsidios habitacionales a los afectados que consistían en una carpeta con un documento que no garantiza fecha de entrega de la vivienda, ni que no pasarán, las familias, un tercer invierno sumidos en el frío y el lodo. Con la presencia de “su excelencia” que, para variar, anuncia henchido de orgullo un nuevo plan para solucionar el retraso en la entrega de viviendas: “ Plan váyase a vivir con un familiar”, lo que indica la nula empatía con el dolor y las necesidades de quienes aún sufren con los embates de la naturaleza, como si el problema de vivir de allegados fuera tan simple. La familias no viven así como opción propia, son víctimas de un sistema perverso que no garantiza un buen vivir, al contrario se les hace víctima del hacinamiento. No es necesario que los iluminados del gobierno creen un plan para que la miseria y la inoperancia de las autoridades respectivas se conviertan en una norma amparada por el estado.
Hemos visto cómo nuestros compatriotas de Aysén se han movilizado, cansados del centralismo que opera desde Santiago y ¿qué han recibido? represión, de la más brutal, el gobierno, a través del ministerio del interior ha gastado millones en trasladar piquetes de la policía militarizada, incluyendo, claro no podían faltar, carros lanza agua, lanza gases, sin mencionar los miles de pesos gastados en bombas lacrimógenas y todos los implementos utilizados para acallar la voz del pueblo. La protesta de Aysén ha concitado el apoyo en las principales ciudades, apoyo que ha recibido, al igual que en el sur, la más brutal de las represiones con muertos y heridos.
Ha llegado marzo y regresa la pesadilla del gobierno, los estudiantes a clases y con ello a organizar las movilizaciones que, de seguro, esta vez contarán con el apoyo de todas las organizaciones de la sociedad civil.
La principal preocupación del gobierno no es dar solución a los conflictos y problemas sociales de educación, vivienda, salud, sueldos bajos, cesantía, trabajo precario, no, sus esfuerzos se han concentrado en resolver de mejor manera especializando y entregando los mejores instrumentos para reprimir, apalear y gasear a los “revoltosos” que tienen la insolencia de reclamar por lo que consideran justo.
Las movilizaciones nos involucran a todos y cada uno de quienes vemos lo injusto de un sistema avieso que no hace más que repartir la pobreza y que de no mediar marchas, organización y unidad, la flor de las quilas logrará que triunfen las ratas.
Fuente:Argenpress
viernes 2 de marzo de 2012
Desarrollo a la Chilena. El caso de la región de Atacama
Por Raúl H. Contreras Román
Las contradicciones económicas que hacen nata en la realidad chilena, parecieran confirmar las teorías que la euforia globalizante neoliberal y su ortodoxia, expulsaron de las universidades y borraron de los libros y del lenguaje político, académico y social. Es necesario volver a entender la riqueza en relación con la pobreza y viceversa. Pensar la desigualdad no como un detalle o una posible contraindicación de nuestro modelo, sino que como un fenómeno intrínsecamente relacionado con éste y su éxito macroeconómico.
Lejos de representar un modelo de desarrollo, el patrón de acumulación chileno, que ha posibilitado alcanzar elogiadas cifras en el ámbito macroeconómico, tiene como principal puntal a la desregulación laboral y la desprotección ambiental, junto a la baja carga impositiva al gran empresariado, en especial a la “inversión extranjera”. Este patrón ha permitido que varios chilenos se empinen en las selectas listas de los mayores multimillonarios a nivel mundial y que las más grandes compañías multinacionales proyecten en Chile grandes negocios en todos los rubros. La simbiosis de un sistema profundamente liberal en lo económico con uno extremadamente conservador en lo político, asegurará además la estabilidad política en el marco de todas las garantías brindadas al empresariado en dictadura, ratificadas y ampliadas en la eterna transición.
Basta echar una miradita al centro sur para ver que el mentado crecimiento y dinamismo económico, aportados por el sector agroindustrial, forestal y salmonero, ha convivido con la pobreza y la pauperización de gran parte de la población; en especial en la región de la Araucanía que, concentrando parte importante de la producción forestal en sus territorios, continúa siendo la más pobre del país. Ir un poco más al sur y mirar lo que quedó después del auge de la empresa del salmón que tanto transformó los paisajes, las normas de propiedad y las relaciones socioculturales de la gente de la X Región, pero que en nada aportó a transformar su carencia. Escuchar a la gente de Aysén, la región con mayor crecimiento económico regional del 2011, pero con una de las cifras más altas de desigualdad del país, donde los trabajadores tienen un ingreso promedio menor al nacional en un contexto de alto costo de la vida, que reduce de manera significativa la capacidad de compra de sus salarios.
La región de Atacama, que durante los últimos dos años muestra un sostenido crecimiento que ha repercutido en un aumento de la actividad económica sobre el 10% y de la construcción en más del 30%, es también evidencia de la contradicción. Para cualquiera que desconfíe un poco de las cifras y que tenga ojos para mirar más allá del parque automotriz y la expansión del retail: Chañaral, Diego de Almagro, Huasco, Tierra Amarilla o el propio Copiapó; son comunas pobres o por lo menos de pobreza equipada, aquella maquillada por el acceso al consumo especialmente de mercancías tecnológicas para emular el american way of life, aunque sea mediante la compra de imitaciones chinas. En esta región cerca de 20 mil personas viven en situación de indigencia, mientras tanto que el porcentaje de los que viven en la calle es casi dos veces el promedio nacional.
El boom del alto precio del cobre, no sólo ha ayudado a aumentar el número de 4x4 que circulan por las polvorientas calles de la Región de Atacama, sino que ha cubierto con el velo del éxito económico a la región, volviéndola atractiva para la migración interna y transformándola en la niña bonita del modelo chilensis de desarrollo. Probablemente, la aplicación de la próxima CASEN revierta las cifras de pobreza e indigencia de la región, mas esto será transitorio tal y como lo es el crecimiento de los últimos dos años.
La pobreza de la región es y será proporcional a la desmesurada extracción de riqueza de las empresas mineras transnacionales y de sus asociados nacionales. Los salarios que reciben hoy los trabajadores y todos los asalariados de la minería (incluidos técnicos, profesionales, administrativos y gerentes), pese a ser elevados si se les compara con el sueldo mínimo, representan en Chile en general, menos del 7% de las ganancias del sector. La desigualdad entre lo que se llevan y lo que queda, se reproduce con más crudeza si tomamos el caso de los trabajadores de la región no directamente relacionados con la minería, los pescadores artesanales, los pequeños agricultores o los temporeros de la uva, que además de recibir ingresos muy por debajo del promedio regional ($613.392, el segundo más alto de Chile), tienen que asumir un alto costo de la vida, en especial en los alimentos y en el sector inmobiliario, inflados por los ingresos mineros.
El desarrollo de la región de Atacama, al igual que la de gran parte del norte minero de Chile, es definido como un desarrollo no durable. Esto no es dado únicamente por la vocación primaria exportadora de la economía, basada en la minería, sino que también y sobre todo por la importancia trascendental del capital extranjero en la economía regional. La nula diversificación de la producción y la ausencia de valor agregado a la exportación, repercuten en que la participación de los actores locales sea secundaria y pocas veces trascienda al trabajo o a la prestación de servicio. El velo de éxito económico que actualmente cubre a la región, es aquel que le muestra como un enclave minero moderno, en que gran parte del equipamiento responde a las necesidades específicas del sector y a su sobre explotación del recurso, ligado a la entrada desregulada de capital privado transnacional y al alto precio del cobre. Pero ¿qué parte del velo quedará cuando la minería deje de mostrar el dinamismo que hoy muestra? ¿Qué quedará en las ciudades de la región, si gran parte de los servicios están pensados en la minería transnacional y son de propiedad de actores no regionales?[i].
La contradicción se profundiza si pensamos que el desarrollo regional no sólo no es durable, sino que tampoco es sustentable. Será esta la primera región del país que no tendrá agua para el consumo humano, además de tener gran parte de su litoral contaminado con las termoeléctricas y con los relaves mineros que se acumulan, como en la costa de Chañaral, desde hace casi ya un siglo. Probablemente, en un tiempo más podrán decir que la región ha mejorado en sus niveles de pobreza e indigencia, pero después de eso no quedará más que el recuerdo del auge minero, la silicosis, las costas contaminadas y las cuencas secas de cordillera a mar.
Si Chile en general representa un caso perfecto de crecimiento empobrecedor, el caso de la región de Atacama, pareciera ser el mejor ejemplo para comprobar en tiempo real el auge y la caída de un modelo agotado, que no sólo se extingue así mismo sino que puede extinguir todo a su paso.
Nota:
1) Para más antecedentes sobre desarrollo durable y enclave minero moderno, ver Cademartori, J. (2007) El Impacto de la Inversión Extranjera 1990-2000 sobre el Desarrollo Durable de la Región Minera de Antofagasta (Chile)
Manuel F. Cortès Alfaro es Pdte. Chadenatur
Fuente:Argenpress
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