12 de abril de 2012

COMPLICIDAD DE LA JUSTICIA CON LA DICTADURA: Acusan al juez Hooft de cajonear habeas corpus.

12.04.2012 
otro caso de complicidad de la justicia con la dictadura
Acusan al juez Hooft de cajonear habeas corpus
Para los hermanos Fresneda, el magistrado, todavía en actividad, retuvo los recursos que podrían haber salvado la vida de sus padres.
Por: Lisandro Contreras
Si no se hubiera cajoneado el habeas corpus, tal vez mis padres estarían vivos, no lo sé”, consideró Ramiro Fresneda, que al igual que su hermano Juan Martín declaró en el juicio que se sigue en Mar del Plata por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención que funcionó en dependencias de la Fuerza Aérea, conocido como La Cueva. Los dos hermanos responsabilizaron al juez Pedro Federico Hooft por no viabilizar el expediente tras la desaparición de sus padres Tomás Fresneda y Mercedes Argañaraz, que estaba embarazada de cinco meses cuando se la llevaron. Destacaron la “gravedad institucional de relevancia” que significa que el magistrado aún siga en actividad. Hasta el lunes Martín Fresneda era mencionado como posible sucesor de Eduardo Luis Duhalde en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Ramiro y Martín, de dos años y medio y cuatro respectivamente, jugaban en el piso mientras su madre estaba en la cocina, cuando un grupo de civiles armados ingresaron a la casa el 8 de julio de 1977 y se los llevaron al estudio jurídico de su padre, que al no estar en el lugar lo esperaron a su llegada. Cuando Tomás llegó fue golpeado y posteriormente secuestrado junto con su mujer y su socio Carlos Bozzi en el marco de lo que se denominó la Noche de las Corbatas, durante la cual varios abogados laboristas fueron desaparecidos en Mar del Plata.
A los dos niños los dejaron en el lugar y quedaron a cargo de la abuela paterna que sufría de demencia senil. “Nos quedamos en un estado de conmoción, en la cama con mi abuela, con las luces del operativo que se reflejaban en el techo de la habitación”, describió Ramiro.
Fueron criados por su abuela materna Otilia Argañaraz, una luchadora incansable que buscó a su nieto hasta los últimos días de su vida. Con el tiempo se encontraron con Marta García, que había compartido cautiverio con sus padres en La Cueva y les contó que había un guardia que los dejó verse y tomarse de la mano, y que a Mercedes la vio hasta casi los siete meses de embarazo. “A mi madre le dieron un trato de protección para garantizar el nacimiento. Al día de hoy no tenemos información sobre el paradero de esa persona que engrosa el número de los 400 chicos de los que al día de hoy se busca su identidad”, aseguró Martín Fresneda. “A mi padre lo torturaron mucho para tratar de sacar información. Supe que lo habían ultimado en el mismo centro clandestino”, comentó sobre las averiguaciones hechas en todos estos años.
Al reencontrarse con sus nietos, que los represores habían dejado con la abuela paterna, Otilia comenzó con las gestiones ante organismos internacionales, dependencias militares y presentó un habeas corpus en nombre de su hija y su yerno en el juzgado de Pedro Federico Hooft que no tuvo ningún avance. “Si no se hubiera cajoneado el habeas corpus, tal vez mis padres estarían vivos, no lo sé”, sentenció Ramiro, y destacó “la gravedad institucional de relevancia, que el juez Hooft, que tuvo participación en esa época, siga en actividad”. Al tiempo que reclamó: “Hay que investigar la complicidad civil”.
Al magistrado se le inició una causa en marzo de 2006 y, a diferencia de lo sucedido con los camaristas mendocinos Luis Miret y Otilio Romano, que fueron suspendidos a menos de un año de comenzados sus respectivos procesos, el marplatense todavía consigue que se siga dilatando el avance del jury. Se lo investiga por la participación en privaciones ilegales de la libertad, tormentos y homicidios contra una veintena de víctimas, incluidos los abogados laboralistas secuestrados durante la denominada Noche de las Corbatas cuando Hooft se desempeñaba como juez en lo criminal y correccional en esa localidad del sudeste bonaerense.
En este sentido, Martín Fresneda reclamó también que se investigue la complicidad civil en la desaparición de sus padres y exigió a los represores que digan lo que saben respecto del paradero de los 400 nietos que aún falta restituir su identidad, entre los que está su hermano. Con la certeza de que “a mi madre le dieron un trato de protección para garantizar el nacimiento”.
Hasta el lunes pasado, Martín Fresneda, quien en la actualidad se desempeña al frente de la oficina de la ANSES en Córdoba, estaba entre uno de los posibles sucesores del recientemente fallecido Eduardo Luis Duhalde como secretario de Derechos Humanos de la Nación.
Fuente:TiempoArgentino

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