17/04/2012
Detuvieron al represor que escapó de Madryn
Es el “Gordo” Garachico, que huyó de la ciudad hace 6 años.
Bajo el título "El Gordo Garachico, entre rejas" el medio gráfico Miradas al Sur develó el paradero de uno de los represores más buscados por haber sido parte de la banda del ex comisario Miguel Etchecolatz. El hombre, con una fuerte inserción social en Puerto Madryn, se esfumó de Chubut una noche de octubre de 2006, luego de haber sido denunciado por el desaparecido Julio López en uno de los juicios por lesa humanidad.
El informe difundido el domingo, elaborado por Daniel Cecchini y Alberto Elizalde Leal, refiere a que "luego de haber sido instado por la Cámara Federal para que diera pronto despacho a medidas procesales solicitadas por la Fiscalía y las querellas en varias causas relacionadas con violaciones de los derechos humanos, el titular del Juzgado Federal N° 3 de La Plata, Arnaldo Corazza, detuvo finalmente esta semana a los ex policías Tomás Rotella alias El Negro y Julio César Garachico alias El Gordo, integrantes de un grupo de tareas de la Policía Bonaerense que estuvo activo antes y después del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976".
El ex vecino de la ciudad portuaria está sindicado como uno de "los policías encargados de liberar zonas para que, entre mediados de 1974 y fines de abril de 1976, la banda de la Concentración Nacional Universitaria, comandada por Carlos Ernesto Castillo alias El Indio, pudiera operar con total impunidad en La Plata y sus alrededores", señala el informe.
Julio César Garachico, "El Gordo", fue detenido la pasada semana en su casa de Mar del Plata, donde se lo localizó tras desaparecer de Madryn. Fue en la causa que investiga las muertes de los estudiantes y militantes de la izquierda peronista Marcelo Bettini y Luis Eduardo Bearzi, ocurridos en la localidad de Tolosa el 9 de noviembre de 1976. Tras ser indagado en el Juzgado, Garachico fue trasladado al penal de Marcos Paz.
Terrorismo de Estado
Las investigaciones lo ubican como un hombre que ofreció sus servicios al terrorismo de Estado que, según la investigación, se inició mucho antes del golpe del 24 de marzo de 1976 y conoció varios destinos, cada uno de ellos de mayor importancia dentro de la estructura de la represión ilegal.
Sin dudas que la declaración de López, en el juicio por el circuito Camps en 2006, precipitó la "huida" de Garachico de Puerto Madryn. El testigo lo señaló como integrante del grupo de tareas que lo secuestró por primera vez. Mucho se mencionó sobre su paradero pero nunca hubo certezas. Llamativamente decidió trasladarse a Mar del Plata, donde vivió en una casa de Nápoles 3626 hasta que fue detenido a principios de la pasada semana. Ahora en una celda de Marcos Paz, comparte pabellón con otros represores.
Su inserción social
Con la democracia, Garachico buscó reinsertarse en la sociedad. Llegó a Puerto Madryn de la mano de una compañía donde fue la cara visible durante años. Al huir residía con su esposa en la calle Pasos al 179; antes ocupó una vivienda en la calle Moreno y en principio, un departamento en Roca al 600. Las crónicas de 2006 refieren la sorpresa de los vecinos por convivir con una persona que participó de operativos de secuestros y tortura de personas.
La ausencia de Garachico en el barrio se hizo evidente luego que su nombre fuese aportado por Julio López, principal testigo en la causa Etchecolatz, como integrante de la patota de torturadores comandada por el ex comisario de la Policía bonaerense.
Garachico fue durante una década la imagen local del casino en su representación institucional y en su expandida faceta social. Estas tareas le permitieron tener una activa participación y una notoria inserción en la comunidad, donde su nombre se vinculó a las necesidades de las clases sociales más necesitadas y a las preocupaciones comunitarias. El nombre del ex gerente trascendió positivamente en muchos casos merced a las actividades benéficas que la empresa que representaba realizó a diferentes entidades de la ciudad, especialmente con la Escuela Municipal Nº 3 Celina Balán de Padilla, establecimiento del barrio San Miguel que es apadrinado por la empresa en cuestión, en el marco de su cuidadoso cumplimiento con la responsabilidad social empresaria que se requiere de toda firma que se precie vinculada con su comunidad.
Gran parte de los vecinos que trataron a Garachico reconocieron que se mostró como una persona "de fuerte carácter", "reservada" y de "difícil acceso", aunque muchos aseguran que esto último sucedía por los horarios y sitios diversos en que se solía manejar.
Fuente:DiarioJornada
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