Por Eliana Ibarra
Monday, Apr. 16, 2012
Organizaciones del norte santafesino hablan sobre la unidad en la diversidad y la defensa de la vida campesina
La muerte de estos miembros del Movimiento Sin Tierras, sucedió en la localidad de Dorado Das Carajás, Brasil en 1996 - y si bien aquella situación en términos judiciales no se resolvió- hoy en todo el mundo se levanta la voz para recordar que los campesinos están vivos.
Y que permanecen y que decidieron no abandonar la tierra, organizarse y luchar en todos los niveles: contra el agronegocio en general, los negocios inmobiliarios y contra los que saquean la tierra y el agua para la actividad minera.
A propósito de este día, las organizaciones campesinas reunidas en la Unión de Organizaciones del Norte de Santa Fe (UONSAFE) y la Unión de Organizaciones de la Cuña Boscosa (UOCB) reflexionaron sobre su presencia y sobre las acciones que encarnan para defender los bienes naturales y principalmente de la tierra.
¿Qué es ser organización? ¿Qué es ser campesino? ¿Cómo se construye poder cuando todo apunta a fragmentar? ¿Qué avances hay en el mundo campesino?, son algunas de las preguntas que sirvieron para un diálogo con los y las dirigentes de estas organizaciones y analizar el significado de este día.
“Tenemos que decir como campesinos…qué somos y por qué somos una organización de campesinos, en este 17 de abril, que recordamos a nuestros compañeros campesinos que han luchado y que dejaron la vida por la tierra, por su lugar y el trabajo. En aquellos tiempos, hace 20 años atrás cuando estábamos solos y no teníamos grupo, veíamos que nuestras necesidades iban avanzando y que no podíamos lograr nada con muchas mentiras y con muchas cosas que estaban pasando. Hasta que llegó el tiempo en que nos pudimos agrupar y luchar juntos por nuestra tierra, por nuestro trabajo, por nuestra dignidad de ser como somos…campesinos y lograr lo que tenemos hoy, pero pasaron muchos años de mucha lucha y no es fácil, porque esa es nuestra tarea… defender nuestros derechos como campesinos”.
“Empezamos hace 20 años atrás sin darnos cuenta, a dónde llegaríamos, porque pensábamos en mejorar nuestra calidad de trabajo o vida y en este largo camino nos hemos encontrado con que, primero que nada teníamos que construir poder. Y ese construir poder, era diferente a un sindicato, a un poder económico o cualquier aparato que se arma con el aporte mínimo de los trabajadores. Lo nuestro era totalmente diferente, teníamos que construir poder de la nada, juntándonos con las familias de la zona, discutir nuestras necesidades y oportunidades, creo que en todo este camino y sin darnos cuenta, hemos armado esa construcción de poder y esa es la herramienta más grande que nos pone en los escenarios donde se discuten y se plantean los temas.”
“Mi organización también tiene 20 años de trabajo, pero cuando hablamos de la muerte de campesinos en Brasil, tenemos que decir que acá también pasó y pasa en nuestro país.
En nuestra organización, Vida en Libertad, hay muchas situaciones, falta trabajo y estamos viendo cómo encarar planes productivos para la gente que necesita ayuda como para empezar a hacer gallineros, huertas. No hay ayuda de ningún lado, no hay ayuda ni de la provincia, ni de la nación. Es más ahora quedamos afuera de la emergencia agropecuaria porque de todo lo que se necesita y lo que piden de requisitos, es difícil porque todo está pensado para los grandes productores, no para los campesinos”.
Hoy, el modelo de vida campesino, se encuentra amenazado por dos actividades extractivas: una es el agronegocio, que disputa territorios, con grandes inversores que acaparan tierras de indígenas y campesinos, en el norte argentino. Y la otra es la megaminería, que disputa agua, en cantidades exorbitantes que deja sin el recurso, no sólo a las producciones campesinas, sino a otro tipo de producciones.
Frente a esto, las organizaciones campesinas, continúan generando propuestas políticas para poder “llevar el alimento” no sólo a sus familias, sino a los pueblos y ciudades. Lo hacen, preparándose cada vez más para producciones de mercado, agregando etapas de pequeñas industrializaciones o comercialización.
“La pelea de nuestra organización no es quedarnos afuera, queremos que lleguen los proyectos, sabemos trabajar, sabemos producir. No queremos ser productores pobres, queremos tener todo lo básico que pueda tener un campesino: tener agua, vivienda digna, la tierra para poder seguir produciendo. No queremos emigrar, ni viviendo en villas miserias”, afirma Teodoro Suárez.
Como forma de recordar y conmemorar, las organizaciones de campesinos, indígenas y trabajadores rurales de todo el mundo, se movilizan, se expresan a favor de un desarrollo rural con campesinos, con comunidades indígenas, con Tierra, agua, montes y biodiversidad.
“Ese modelo extractivo, saca toda fertilidad a la tierra, y no devuelve nada. Como UONSAFE queremos la tierra y la lucha es con los campesinos adentro del campo. Si no fuera por las organizaciones sociales y la lucha, ya todos los campesinos hubieran desaparecido”, concluye José Luis Castillo.
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