8 de mayo de 2012

EMPEZO EL JUICIO POR LA MASACRE DE TRELEW DEL 22 DE AGOSTO DE 1972: Con los acusados libres.

EMPEZO EL JUICIO POR LA MASACRE DE TRELEW DEL 22 DE AGOSTO DE 1972
Con los acusados libres
El tribunal desestimó la detención de los cuatro imputados por el fusilamiento de diecinueve presos políticos. Hoy tendrán oportunidad de hablar.
Por Ailín Bullentini
Familiares y amigos asistieron a la primera audiencia del juicio.Imagen: Télam

El silencio que reinó en la audiencia inaugural del juicio por la Masacre de Trelew mutó en ovación cuando la Fiscalía pidió la detención inmediata en cárcel común de cuatro de los cinco imputados. La desestimación del pedido de parte del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia no cayó bien entre los familiares de las 16 víctimas fatales y los tres sobrevivientes del fusilamiento que las fuerzas de seguridad y militares cometieron en la base aeronaval Almirante Zar, en Trelew, el 22 de agosto de 1972. Sin embargo, “un día más o un día menos en el camino de estas bestias humanas a la cárcel no es lo más importante de la jornada. Lo fundamental es que comenzó a consolidarse un hecho de justicia”, remarcó Julio Ulla, quien espera que el asesinato de su hermano Jorge se salde con los responsables condenados. Ayer, además, se leyó la elevación a juicio de la causa, que señala a Luis Sosa, Emilio Del Real, Rubén Paccagnini y Carlos Morandino como responsables de los 16 homicidios y de tres tentativas, y a Jorge Bautista, acusado de encubrimiento. Para hoy se espera el inicio del debate con la invitación a los imputados a declarar. El tribunal integrado por Enrique Guanziroli, Pedro De Diego y Nora Cabrera de Monella rechazó el pedido que presentó la Fiscalía, y al que adhirieron las querellas de los familiares de las víctimas y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación porque “no acompañó elementos nuevos de convicción para variar el criterio” en relación a la situación de los acusados, explicó tras finalizar la audiencia Guanziroli. Es decir que la Fiscalía no aportó elementos que permitieran pensar que hay peligro de fuga.

El pedido de cárcel común e inmediata para los marinos Paccagnini, Sosa y Del Real y para el cabo Morandino apuntaba a “evitar que sucedan hechos que entorpezcan la investigación o los imputados se fuguen”. Para sostenerlo, la Fiscalía había citado antecedentes de otros tribunales que hicieron lugar a pedidos similares. La excepción realizada al marino Batista tiene que ver con la gravedad del delito que se le imputa, de encubrimiento. Existen aún dos militares más relacionados con los asesinatos que no ocupan bancos de acusados: Guillermo Bravo es uno de los fusiladores que sigue en libertad en Estados Unidos, donde la Justicia desestimó la extradición pedida por Argentina; Horacio Mayorga fue salvado por un cuadro de ACV.

La primera audiencia del juicio que intenta resolver los fusilamientos de Rubén Bonet, Jorge Ulla, Humberto Suárez, José Mena, Humberto Toschi, Miguel Polti, Mario Delfino, Alberto Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Astudillo, Alfredo Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart cometidos en Trelew hace casi 40 años se llevó a cabo a sala llena y con una multitud copando la puerta del teatro José Hernández, de Rawson. Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Hijos y Familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas viajaron hacia esa ciudad patagónica para estar presentes. “Un silencio sepulcral reinó en la sala durante la audiencia, mientras se leyeron las acusaciones y las probables penas. Pero la tensión estalló cuando los fiscales pidieron la detención inmediata en una cárcel común. El silencio se quebró en una ovación, aplausos cerrados y griterío”, narró Julio Ulla, un santafesino un año menor que su hermano Jorge, fusilado aquella noche de agosto del ’72 en las celdas de la base Zar.

Para Ulla, “hace muchos años que estas bestias humanas (los acusados) deberían haber caído presos. Pero un día más o menos no interesa tanto, porque lo que llega en breve es la justicia”. Su padre, contó a Página/12, denunció al entonces presidente de facto Alejandro Lanusse por el asesinato de su hijo en una solicitada que publicó un día después de ocurrida la matanza. Volvió a hacerlo no bien el país recuperó la democracia, en diciembre de 1983, cuando exigió que el Estado investigara las muertes. “Mi familia veía muy difícil todo, pero con este gobierno recuperamos la sensación de que la justicia sería posible”, mencionó.

Raquel Camps es hija de Alberto Camps, quien junto con Antonia Berger y René Haidar sobrevivió a los tiros de gracia, pero fue asesinado el 16 de agosto de 1975 (una fecha “nada casual”, dirá). Para ella, que los acusados estén en libertad “no es ninguna gracia” y “es difícil asimilarlo”. Sin embargo, confía en los próximos tres meses, durante los que más de 70 testigos expondrán sus verdades ante el tribunal de Comodoro Rivadavia. “Nuestro mayor anhelo es llegar a un nuevo 22 de agosto con esos culpables presos”, reveló.

El planteo de la querella de familiares que representa la abogada del Centro de Estudios Legales y Sociales Carolina Varsky es que los fusilamientos y las tentativas cometidos en la Masacre de Trelew “son crímenes de lesa humanidad, imprescriptibles, que el Estado debe investigar, dar con los responsables y, en caso, sancionarlos”, además de “la génesis de lo que después se conoció como terrorismo de Estado”, en referencia al plan sistemático genocida desarrollado durante la última dictadura militar. En su elevación a juicio en 2009, la fiscalía calificó los delitos de la causa como de lesa humanidad, en coincidencia con lo definido por el juez que estuvo a cargo de la instrucción, Hugo Sastre. Entonces, las defensas de los acusados presentaron un recurso a Casación para que se aplicara la ley de Amnistía. La Cámara rechazó el recurso y “manifestó que la prueba se debía definir en el juicio”, remarcó Varsky. En eso anda la Justicia.
Fuente:Pagina12



Rawson Chubut: comenzó el histórico juicio por la Masacre de Trelew 
07/05/2012 
Cerca de 300 personas siguen la primera audiencia que se desarrolla en el Centro Cultural José Hernández con la presencia de todos los imputados. 
A primera hora de la mañana hubo una recorrida por la Unidad Penal 6 y un acto que se desarrolló en el gimnasio de la misma.

Pasadas las 10 estaba todo listo en el Centro Cultural José Hernández de Rawson, para dar inicio a la primera audiencia del histórico juicio que desde este lunes (07/05) intentará dilucidar las responsabilidades por la conocida Masacre de Trelew ocurrida en agosto de 1972.

Desde las 8 se realizó una recorrida por la Unidad Penal 6, de máxima seguridad, con la posterior realización de un acto en el gimnasio del mismo del que participaron Madres de Plaza de Mayo, el gobernador de Chubut Martín Buzzi, Edgardo Bagli en representación de la secretaría de Derechos Humanos de Río Negro, familiares y allegados a las víctimas, sobrevivientes, además de organizaciones de Derechos Humanos y organizaciones políticas principalmente juveniles.

Los imputados en la causa son Jorge Enrique Bautista, Emilio Jorge Del Real, Carlos Marandino, Horacio Alberto Mayorga, Rubén Paccagnini y Luis Emilio Sosa. Están acusados de los 16 presos políticos que se encontraban en el Penal de la capital chubutense y que fueron ejecutados, tras el frustrado intento de fuga en avión hacia Chile, en agosto de 1972.

Ricardo René Haidar, Alberto Miguel Camps, María Antonia Berger, Carlos Astudillo, Alfredo Kohon, Susana Lesgard, Mariano Pujadas, María Angélica Sabelli, Humberto Toschi, Miguel Angel Polpi, Mario Delfino, Jorge Ulla, José Mena, Carlos del Rey, Eduardo Capello Clarisa Rosa Lea Place, Rubén Pedro Bonet y la ya mencionada Villarreal de Santucho, fueron las víctimas de aquel hecho, aunque los tres primeros sobrevivieron pero cayeron años después por la represión ilegal de la última dictadura.



MASACRE DE TRELEW 
Emoción y dolor en la previa al inicio del juicio 
07/05/2012 
Familiares de las víctimas estuvieron en la base Zar. Crudo relato de un testigo directo tras las ejecuciones.
TRELEW (Enviado especial, Pedro Caram).
El funebrero Miguel Marileo recordó el estado en que se encontraban las víctimas y las amenazas de los militares para que no hablara
Con actos cargados de emoción, recuerdos y reclamos por "Memoria, Verdad y Justicia", transcurrió ayer la jornada previa al juicio que desde las 10 de hoy tendrá lugar en el Centro Cultural José Hernández, de Rawson, donde se intentará dilucidar la responsabilidad penal que les cabe a los acusados de los homicidios de 16 presos políticos que se encontraban en el Penal de la capital chubutense y que fueron ejecutados, tras el frustrado intento de fuga en avión hacia Chile, en agosto de 1972.

En la base Aeronaval Almirante Zar, donde se produjo el hecho histórico que se conoce como la Masacre de Trelew, se concentraron ayer autoridades provinciales, funcionarios nacionales, representantes y militantes de organizaciones de Derechos Humanos y familiares de víctimas de la represión ilegal, que fueron testigos de la profunda congoja y del pedido de Justicia de viudas, hijos, madres y padres, de los jóvenes asesinados en aquel 22 de agosto de hace casi 40 años.

Cuando el funebrero Miguel Marileo recordó las heridas que tenían los cuerpos de los 16 jóvenes, cuando describió el miedo que pasó tras haber sido amenazado por los militares para que no contara lo que había visto y al admitir que durante 30 años mantuvo silencio sobre esa terrible experiencia, nadie pudo contener las lágrimas. Mandíbulas rígidas y ojos húmedos ante el relato descarnado y el grito incontenible del insulto frente a la descripción de los disparos que ultimaron a –entre otros– Ana María Villarreal de Santucho, que aún embarazada, los recibió en vientre y tórax.

Ricardo René Haidar, Alberto Miguel Camps, María Antonia Berger, Carlos Astudillo, Alfredo Kohon, Susana Lesgard, Mariano Pujadas, María Angélica Sabelli, Humberto Toschi, Miguel Angel Polpi, Mario Delfino, Jorge Ulla, José Mena, Carlos del Rey, Eduardo Capello Clarisa Rosa Lea Place, Rubén Pedro Bonet y la ya mencionada Villarreal de Santucho, fueron las víctimas de aquel hecho, aunque los tres primeros sobrevivieron pero cayeron años después por la represión ilegal de la última dictadura.

En representación de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora estuvo Taty Almeida y del gobierno nacional, el subsecretario de Derechos Humanos, Luis Alen, quienes hoy participarán de la apertura de las audiencias en Rawson. Decenas de militantes de los organismos, llegados desde distintos puntos del país, pusieron color y energía a la ventosa jornada patagónica. 

Hoy, desde las 8, en la Unidad Penal de Rawson en la que estuvieron detenidos los presos políticos, habrá más actividades sociales, y dos horas después, en el Centro Cultural, comenzará el juicio con la presentación de las partes y la posterior lectura de la elevación a juicio.

Se espera la presencia de los imputados en la causa Jorge Enrique Bautista, Emilio Jorge Del Real, Carlos Marandino, Horacio Alberto Mayorga, Rubén Paccagnini y Luis Emilio Sosa.
Fuente:RioNegro.online



07/05/2012 
Rawson: comenzó el histórico juicio por la Masacre de Trelew en 1972 
Los imputados en la causa son Luis Emilio Sosa, Emilio Jorge Del Real, Carlos Marandino, Jorge Enrique Bautista, Horacio Alberto Mayorga y Rubén Paccagnini. Además, está imputado el ex capitan Roberto Bravo, hoy ciudadano de EE.UU., cuyo gobierno negó la extradición para que sea juzgado en la Argentina.
El ex capitan Luis Emilio Sosa, uno de los principales acusados por los crímenes en la Base Almirante Zar. (Imagen: Canal 7 de Rawson) 
En el Centro Cultural José Hernández de Rawson comenzó formalmente este lunes el juicio por la masacre de Trelew, ocurrida en agosto de 1972. Los imputados en la causa sonLuis Emilio Sosa,Emilio Jorge Del Real, Carlos Marandino,Jorge Enrique Bautista,Horacio Alberto Mayorga y Rubén Paccagnini.

Además, está imputado el ex capitan Roberto Bravo, hoy ciudadano de EE.UU., cuyo gobierno negó la extradición para que sea juzgado en la Argentina.

El juicio comenzó con la presentación formal de los abogados querellantes y defensores, y luego uno a uno los acusados tuvieron que dar públicamente su nombre, apellido y número de documento ante el Tribunal.

Desde poco después de las 10 de la mañana se está leyendo la descripción de los hechos y la acusación.

08/05/2012
Masacre de Trelew: los cinco marinos acusados seguirán en libertad 
La querella pidió que los acusados esperen la sentencia en una cárcel común. Pero el tribunal decidió que no hay motivos para detenerlos. El recinto estuvo repleto y la lectura de la acusación tomó casi cuatro horas. 
Lleno total. Una panorámica del Cine Teatro capitalino que muestra un recinto donde nadie quiso faltar a una audiencia histórica pero que es recién el inicio de un proceso muy esperado. 
Por Rolando Tobarez 
Por unanimidad, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia decidió que los 5 acusados por la Masacre de Trelew seguirán libres hasta la sentencia. Se trató de un pedido sobre el final de la primera audiencia de parte de Dante Vega, el abogado de la Procuración General de la Nación que es parte de las querellas. De este modo, Luis Emilio Sosa, Carlos Amadeo Marandino, Emilio Jorge Del Real, Rubén Norberto Paccagnini y Jorge Enrique Bautista no irán a la cárcel y seguirán el proceso excarcelados.

Se trató de la primera y única discusión seria entre las defensas y los acusadores durante el primer día del histórico juicio, seguido con mucha expectativa. Es que la jornada se consumió con la lectura de la acusación y la calificación penal detallada los delitos que le endilgan a los militares.

Vega le solicitó al juez Enrique Guanziroli –presidente del tribunal- que los marinos retirados sean detenidos mientras dure el juicio. “Es la única manera de garantizar la seguridad de acusados, testigos y familiares debido a la gravedad de la imputación”, argumentó frente al murmullo general. Fue la primera vez que la sala se llenó de aplausos de parte de los militantes. 

Antecedentes 
El querellante explicó que hay antecedentes de medidas similares en juicios de lesa humanidad en Córdoba, Neuquén y Santiago del Estero. “Por la trascendencia y la repercusión social de este caso, hay que resguardar y respetar la integridad física y espiritual no sólo de las familias y de los testigos, sino también de los imputados”, dijo Vega. “Por eso pedimos su detención inmediata, como un modo de garantizar la continuidad del juicio”. El querellante sólo dejó fuera del pedido a Bautista, que está acusado de encubrimiento, figura que no implica cadena perpetua.

Vega también aludió al “aspecto comunicacional” para la decisión ya que según su visión, “no podemos permitir que acusados por 16 homicidios estén libres por la calle. Por eso queremos que estén detenidos en una cárcel común”. Esta frase le valió el segundo estallido de aplausos. El resto de los querellantes adhirió al planteo del abogado porteño.


Se enojaron 
Las defensas se mostraron muy extrañadas por el planteo “realizado incluso antes de que se inicie el debate” y advirtieron que no había razón alguna para una “pena anticipada” ni para encarcelar a los acusados. Según Sergio Oribones, “no puedo menos que sorprenderme con este planteo” ya que los marinos “cumplieron siempre con las normas procesales que les pidieron y nunca se demostró que obstaculicen o desvirtúen alguna de las pruebas”.

El defensor de Sosa y Del Real recibió una rechifla cuando añadió que el pedido “me parece absolutamente espantoso y más viniendo de la Procuración”. Según deslizó, “puedo entender que muchas veces se hable para el público pero no hay un solo elemento que demuestre que haya que retrotraer la situación actual de los imputados”.

A su turno, el defensor Fabián Gabalachis dijo que la querella “puede pedir lo que quiera” pero le llamó la atención “la premura de la solicitud y sin un solo argumento, ya que la pena para esta acusación es de prisión perpetua y no hay manera de agravar la situación de los imputados”.

“Al querellante no se le escuchó decir un solo argumento que demuestre que hay peligro de fuga y los procesados están todos aquí en el juicio –añadió-. Esto es un pedido de una suerte de pena anticipada que es totalmente huérfana de argumentos”. Gabalachis también se ganó silbidos cuando advirtió que “no se puede perder de vista la edad de los imputados, de más de 80 años”.

Enfermos 
El defensor Gerardo Ibáñez dijo que los imputados “vinieron a Rawson aún poniendo en riesgo su salud y cuando había sobrados dictámenes médicos que lo desaconsejaban”. El abogado de Bautista hasta advirtió que muchos de los antecedentes que citó Vega “no se ajustan a la verdad sino exactamente lo contrario y lamento que le hayan pasado mal el dato”. Por último, Marcos González, defensor de Marandino, sospechó que se trató de “un pedido intempestivo que parece tener un fin más efectista que procesal”.

Tras un cuarto intermedio, por unanimidad el tribunal decidió que los 5 ex militares sigan en libertad. “No hay peligro ni de fuga ni de entorpecimiento: al contrario, cumplieron con todas las medidas preventivas que les pidieron y pese a su edad viajaron 2 mil kilómetros para el que el juicio comience. Así que no hay elementos objetivos para decidir otra cosa”. Esta respuesta provocó los únicos chiflidos e insultos de parte de los militantes que asistieron. Esto casi obligó al juez a desalojar la sala.

08/05/2012
Alicia Bonet: "En sus trajes veo la sangre, no a ellos" 
Llegó desde Francia y se quedará hasta que le toque testificar. 
Por primera vez en 40 años se sentó frente a los marinos y dice que todavía no lo puede creer. "Tenía ganas de gritarles hijos de puta, pero lo dije despacito."
La sonrisa del capitán. Sosa, sentado en el banquillo. 
Fue una sensación muy fuerte. Tenía ganas de gritarles hijos de puta, pero lo dije despacito". Así se conmovió Alicia Bonet, que llegó desde Francia y se quedará mucho tiempo en Trelew para asistir al juicio y hasta que le toque testificar. La viuda de Rubén Pedro, uno de los 19 fusilados, llegó unos minutos tarde y se sentó en el escenario, detrás de los querellantes y con otros familiares. Desde allí vio por primera vez cara a cara a los marinos acusados de asesinar a su esposo. Debió contener ese insulto. 

"Aparentemente son hombres normales y tienen hermosos trajes, pero están cubiertos de sangre", le dijo a Jornada. La mujer confesó que "yo veo la sangre, no los veo a ellos. Y es una sensación muy especial porque estar de este lado escuchando que se abrió el juicio, que se los imputa de los asesinatos y verlos a ellos es la realización de una lucha de 40 años". Pese a su esperanza, mientras el juicio estuvo en veremos, "pedir justicia era igual que lo que decíamos de hacer la revolución: una utopía, un eslogan que formaba parte de nuestras reivindicaciones".

Pero el día llegó y Alicia está. "Encontrarme acá, en los hechos que ya empezaron, es como que se mezcla el sueño con la realidad y no sé bien si es verdad lo que estoy viviendo". La viuda de Bonet no se cansa, saluda gente, familiares, habla con la prensa, se concentra en la audiencia, va, viene. De vez en cuando por la emoción se le humedecen los ojos claros en medio del griterío.

Ayer se sentó a metros de Sosa, Marandino y el resto de los nombres. "No tengo ningún problema en tenerlos frente a frente y nunca lo tuve porque ya tuve que enfrentar a muchos cara a cara y con una ametralladora en el medio". Pasó 40 años creyendo en la justicia y dice que todavía le cree. "Acá no hubo ni venganza ni odio; les enseñé a mis hijos que a la vida hay que respetarla". La única esperanza que se le esfuma es la de llevar a Roberto Bravo a un tribunal, el marino que falta capturar. "Dudo profundamente que se lo pueda traer porque hace 40 años que está protegido por los distintos gobiernos de EEUU. Le sigo los pasos y hoy trabaja en Guantánamo".

Historia
A su esposo lo visitaba muy seguido en la cárcel de Villa Devoto, para que sus hijos vieran al padre. Hasta que a mediados de 1972 se llevaron a todos los presos políticos rumbo a la Unidad Penitenciaria 6 de Rawson. "Fue una orden militar porque se la consideraba la cárcel de máxima seguridad del país y los alejaba de toda posibilidad de contacto con familiares y abogados porque era imposible venir".

Bonet llegó a Chubut y pasó lo que pasó. El 7 de julio de 1977 Alicia dejó el país rumbo a Brasil "con documentos falsos que fabriqué yo misma". La Policía la persiguió y casi los secuestran, a ella y a Hernán y Mariana, sus hijos de 9 y 8 años respectivamente; también una nena de 2 años de su segundo esposo, en la clandestinidad. Por el Plan Cóndor no había rincón seguro para su apellido. "Éramos protagonistas y después, ya en Francia, supimos lo que pasaba". Había estado en la clandestinidad desde el 1º de agosto de 1974 e incluida en las listas de la Triple A. Pidieron asilo en las Naciones Unidas y 6 meses después lograron el refugio político en tierras galas. Desde el Viejo Mundo reclamó y reclamó por el juicio de Trelew. Hasta que el ex presidente Néstor Kirchner le dio una mano. Y ahora sucede, aunque ni ella lo crea.
Fuente:LaJornada


08/05/2012 
El juicio comenzó ayer 
El Tribunal Federal rechazó el pedido de disponer la detención de cuatro procesados por la Masacre de Trelew 
El juicio se lleva adelante en Rawson. 
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia rechazó el pedido efectuado por el Ministerio Público Fiscal y los abogados querellantes de disponer la inmediata detención en cárcel común para cuatro procesados por la Masacre de Trelew, en el primer día del juicio oral y público que comenzó ayer en Rawson. Los jueces Enrique Guanziroli, Pedro De Diego y Nora Cabrera de Monella aludieron a decisiones de la Cámara Nacional de Casación Penal que revocó resoluciones de tribunales inferiores que habían dispuesto cárcel efectiva para procesados en diversas causas por delitos de lesa humanidad. Fiscales y querellantes habían pedido el encarcelamiento efectivo de Luis Sosa, Emilio Del Real, Rubén Paccagnini y Carlos Marandino, acusados de homicidio doblemente agravado en 16 casos y en grado de tentativa en otros tres casos.

Para ello invocaron jurisprudencia acumulada en numerosos juicios por delitos de lesa humanidad. Inclusive, el planteo exceptuaba “por el momento” a Jorge Bautista, que está acusado de encubrimiento del fusilamiento de los prisioneros políticos.

Con ese debate se inició ayer el juicio oral y público contra cinco exintegrantes de la Armada imputados por la denominada Masacre de Trelew, perpetrada el 22 de agosto de 1972, cuando 16 presos políticos fueron asesinados y otros 3 resultaron heridos. En tanto, eludieron estar en el banquillo de los acusados el almirante Horacio Mayorga, ya que el Cuerpo Médico Forense consideró que por razones de salud mental no está condiciones de defenderse en juicio, y el capitán Roberto Bravo, cuya extradición fue negada por Estados Unidos, país donde reside.

El hecho 
El 15 de agosto de 1972, un grupo de prisioneros políticos de distintas organizaciones armadas se fugaron de la cárcel de Rawson. De los 25 que huyeron del penal de máxima seguridad, seis tomaron un avión de línea y lo hicieron desviar hacia Chile, pero otros 19 se entregaron en el aeropuerto de Trelew, luego de obtener la promesa de garantías. Los recapturados fueron trasladados a la Base Aeronaval Almirante Zar. A pesar de esos compromisos tomados por los oficiales de la Armada, en la madrugada del 22 de agosto, entre las 2.30 y 3.30, los acusados Sosa, Bravo, Del Real y un cuarto oficial ya fallecido de apellido Herrera se presentaron en el lugar de detención. 

“Encontrándose como guardia el cabo Marandino, se les ordenó a los detenidos que doblaran sus mantas y sacaran los colchones para que los dejaran en el extremo del pasillo por donde se ingresaba a dicho sector, luego de lo cual se los hizo formar en fila en el pasillo”, se consignó ayer en el tribunal. Les ordenaron a los prisioneros que se formaran, “algunos orientados hacia el ingreso del mismo y otros hacia las celdas de enfrente”, con la vista hacia el suelo, “tras lo cual (Sosa) junto con los otros oficiales y suboficiales abrieron fuego contra los detenidos”.

Como consecuencia de la lluvia de disparos o de los tiros de gracia que recibieron tras el fusilamiento, 16 militantes fallecieron: Rubén Pedro Bonet, Jorge Alejandro Ulla, Humberto Segundo Suárez, José Ricardo Mena, Humberto Adrián Toschi, Miguel Ángel Polti, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Rosa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Heriberto Astudillo, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas, Susana Lesgart y el entrerriano Alfredo Elías Kohon, nacido en Concordia el 22 de marzo de 1945 y entonces de 27 años. Kohón estudiaba ingeniería en la Universidad Nacional de Córdoba y trabajaba en una metalúrgica. Allí fue fundador de la regional de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), integró los comandos Santiago Pampillón y estaba detenido desde el 29 de diciembre de 1970.

Sin embargo, tres prisioneros lograron sobrevivir al fusilamiento. “En el caso de Antonia Berger, Alberto Miguel Camps y Ricardo René Haidar no lograron el resultado de muerte, ya que fueron heridos gravemente”. Los tres fueron secuestrados durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y permanecen desaparecidos.

Marandino 
Cuando ocurrió la masacre, Carlos Amadeo Marandino tenía 22 años y hacía una semana que cumplía funciones en la Base Almirante Zar. Era cabo primero de la Armada y, aunque había nacido en Paraná en septiembre de 1949, desarrolló buena parte de su vida fuera de la capital entrerriana. En su declaración ante la Justicia contó que la noche del 22 de agosto, cuatro oficiales alcoholizados le ordenaron abrir las puertas del calabozo y retirarse, poco antes de que se produjera el fusilamiento, en un fraguado intento de fuga; y admitió también que luego le ordenaron encubrir el crimen. Marandino fue detenido en febrero de 2008, después de llegar al país procedente de los Estados Unidos, donde vivió durante más de tres décadas. Fue procesado y entonces el juez Hugo Sastre le otorgó el arresto domiciliario por supuestos problemas de salud, por lo que volvió a residir en la capital entrerriana. Sin embargo, en 2009 la revista Análisis denunció que Marandino violaba sistemáticamente el beneficio, ya que salía diariamente y una vez a la semana ni siquiera dormía en su casa de calle Moisés Lebensohn 3.235. A pesar de esto, aún hoy permanece bajo arresto domiciliario.

Raquel Camps Pargas 
Raquel es hija de Alberto Camps y Rosa María Pargas. Su padre recibió un disparo en el estómago, pero es uno de los sobrevivientes de la Masacre de Trelew. Su madre, oriunda de Gualeguaychú, era estudiante de Sociología y estaba detenida en la cárcel de Rawson. Allí se conocieron. Hoy ambos están desaparecidos. “Hay algo que en lo personal me molesta mucho y es el hecho de que los imputados estén libres. Llegan al juicio sin esposas y se van a ir de la misma forma. Es bastante feo que suceda esto porque han pasado 40 años de lucha pidiendo justicia”, dijo Raquel ayer en diálogo con Radio de la Plaza. Y agregó que “ha sido muy difícil llegar a esta instancia porque hay mucha gente que ya no está, las documentales son de aquel tiempo y faltan algunas cuestiones, pero creemos que el tribunal llegará a imponer una condena”, publicó El Diario.
Fuente:AnalisisDigital

lunes, 7 de mayo de 2012
La fiscalía y la querella pidieron la detención inmediata de cuatro de los procesados 
Pidieron al tribunal la detención de los capitanes Luis Sosa, Emilio Del Real y Rubén Paccagnini y del cabo Carlos Marandino. Se juzga lo ocurrido en agosto de 1972, cuando 16 prisioneros fueron fusilados por oficiales de la Armada.

Masacre de Trelew: La fiscalía y las querellas del juicio oral por la Masacre de Trelew pidieron este mediodía la detención inmediata de cuatro de los cinco procesados y por tal motivo el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia pasó a cuarto intermedio para pronunciarse.

La fiscalía solicitó el encarcelamiento basándose en la jurisprudencia de otros juicios por delitos de lesa humanidad y solo exceptuó "por el momento" a Jorge Bautista, acusado de encubrimiento. De esta forma, la Fiscalía pidió la detención de los capitanes Luis Sosa, Emilio Del Real y Rubén Paccagnini y del cabo Carlos Marandino. El juicio oral contra cinco acusados por la Masacre de Trelew, concretada el 22 de agosto de 1972 por integrantes de la Armada, comenzó con numeroso público que colmó la amplia sala del Centro Cultural José Hernández de Rawson.

El juez Enrique Guanziroli, quien integra el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia junto a Pedro De Diego y Nora Cabrera de Monella, ordenó la lectura del requerimiento de elevación a juicio formulado por la fiscalía, que acusa a los imputados por homicidio agravado de 16 prisioneros y otros tres en grado de tentativa, todos en la base aeronaval Almirante Zar.

El requerimiento detalla los hechos desde la fuga de un grupo de prisioneros políticos del penal de Rawson, el 15 de agosto de 1972, hasta la rendición pactada de 19 de ellos en el viejo aeropuerto de Trelew, hoy Centro de la Memoria, y su posterior fusilamiento en el área de celdas de la base Zar, en la madrugada del 22 de agosto, hace casi 40 años. En ese marco, el jefe de Gabinete de la Nación, Juan Manuel Abal Medina, destacó el inicio del juicio y aseguró, a través de su cuenta de twitter: "Con Néstor y Cristina cada vez más Memoria, más Verdad y más Justicia". Por los hechos están acusados los capitanes Luis Sosa, Emilio Del Real, Rubén Paccagnini y Jorge Bautista, éste último por encubrimiento, y el cabo Carlos Marandino.

Eludieron el banquillo de los acusados el almirante Horacio Mayorga, ya que el Cuerpo de Medicina Forense consideró que por razones de salud mental no está en condiciones de defenderse en juicio, y el capitán Roberto Bravo, cuya extradición fue negada por Estados Unidos, país donde reside. Sobre los hechos de 1972, la acusación subraya que la negociación con oficiales navales tras la cual se entregaron 19 evadidos, luego de obtener la promesa de garantías, fue presenciada por el juez Alejandro Godoy, abogados y periodistas. No obstante esos compromisos tomados por los oficiales de la Armada, relata que, "en la madrugada del 22 de agosto (...) aproximadamente entre las 2.30 y 3.30”, los acusados Sosa, Bravo, Del Real y un cuarto oficial ya fallecido de apellido Herrera “se presentaron en el lugar de detención”. “Encontrándose como guardia el cabo Marandino, se les ordenó a los detenidos que doblaran sus mantas y sacaran los colchones para que los dejaran en el extremo del pasillo por donde se ingresaba a dicho sector, luego de lo cual se los hizo formar en fila en el pasillo”. Les ordenaron luego que se formaran "algunos orientados hacia el ingreso del mismo y otros hacia las celdas de enfrente", con la vista hacia el suelo, "tras lo cual junto con los otros oficiales y suboficiales abrieron fuego contra los detenidos”, consigna el mismo texto. Como consecuencia de la lluvia de disparos o de los llamados tiros de gracia fallecieron 16 de los 19 prisioneros fusilados.

Fueron asesinados 
Rubén Pedro Bonet, Jorge Alejandro Ulla, Humberto Segundo Suárez, José Ricardo Mena, Humberto Adrián Toschi, Miguel Angel Polti, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Rosa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Heriberto Astudillo, Alfredo Elías Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart. “En el caso de Antonia Berger, Alberto Miguel Camps y Ricardo René Haidar no lograron el resultado de muerte, ya que fueron heridos gravemente y actualmente están desaparecidos en hechos posteriores al relatado”, puntualiza la elevación a juicio.

Los tres sobrevivientes señalaron a Bravo como el oficial que recorrió los calabozos para rematar con un disparo de gracia en la nuca a los fusilados. Morandino, el suboficial que estaba de guardia en los calabozos, declaró que Sosa y otros tres oficiales le ordenaron abrir las puertas del calabozo y retirarse, y también dijo que le ordenaron mentirle al instructor de la Armada, Enrique Bautista, para encubrir después el fusilamiento.

La fiscalía señala la responsabilidad política directa en la masacre de la dictadura encabezada entonces por Alejandro Lanusse, además de la responsabilidad penal de los imputados en la causa como ejecutores materiales del fusilamiento ordenado por la superioridad y, en un caso, por encubrimiento. Con la lectura de la requisitoria fiscal y luego de la prueba acumulada contra los imputados, se puso en marcha esta mañana el juicio oral y público por la Masacre de Trelew.
FuentedeOrigen:CasaPueblos
Envío:Andrea Benites-Dumont

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