13.05.2012
maría sucarrat recordó al cura a 38 años de su muerte
“Mugica fue asesinado por sus ideas y por su lucha”
La secretaria general de Redacción de Tiempo Argentino repasó en Merlo la vida y obra del sacerdote, reflejada en su libro El Inocente.
Por:
Gustavo Cirelli
A Carlos Mugica lo mataron hace 38 años, minutos después de celebrar misa en la parroquia San Francisco Solano, en Mataderos. A casi cuatro décadas de aquel 11 de mayo de 1974 en que las balas de los sicarios de la Triple A silenciaran su voz, el legado del sacerdote sigue intacto.
Lo confirman las decenas de curas que continúan su prédica y la lucha por convertir el mundo en un lugar mucho más habitable para los que menos tienen, en su compromiso por los pobres. Y el legado de Mugica se expresa también en los homenajes a su figura, como el del pasado viernes en su Villa 31 colmado de militancia. O por estos días, en las homilías en su nombre. O ayer, en la tarde del sábado, en la escuela primaria 14 de Merlo Norte, donde la secretaria general de redacción de Tiempo Argentino, María Sucarrat, autora de El inocente. Vida, pasión y muerte de Carlos Mugica, expuso ante un auditorio atento la experiencia de haber escrito la biografía de quien es emblema para miles de feligreses y militantes de las causas justas: como quienes ocuparon la sala, escucharon, preguntaron y aportaron más a la memoria de Mugica, aquel que fuera la cara mas visible del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.
Carlos Revaneira, organizador y coordinador de la charla y dirigente en Merlo de la Agrupación Kolina, destacó la vigencia en el presente y dedicó el encuentro a Horacio Casco, “un viejo compañero de la Resistencia que se nos fue hace poco”.
Recordó la militancia de Casco, su paso por la CGT de los Argentinos, y por sobre todo, el entusiasmo de sus últimos años, un entusiasmo que también demostraron los presentes en la Escuela Primaria 14 cuando Sucarrat recordó “a Pichi Meisegeier, el curita que heredó el lugar de Mugica en la 31, que soportó no sólo el asesinato de su amigo sino también la más sangrienta dictadura y que tuvo la valentía de esconder a compañeros perseguidos como Rodolfo Walsh en el corazón mismo de la villa”.
Sucarrat planteó su charla sobre tres ejes: la vida del hombre, del sacerdote y del militante que “no murió por sus ideas sino que fue asesinado por sus ideas y por su lucha”.
Repasó sus orígenes de hijo de una familia acomodada de la burguesía porteña de los años ’30, su ingreso al seminario, y el descubrimiento del peronismo en las palabras y el sufrimiento de la clase trabajadora cuando su líder ya había sido derrocado. Y estaba proscripto. En ese momento, el destino de Mugica cambió.
Fueron casi tres horas de un ida y vuelta entre la autora y el auditorio, en el que estaba presente la histórica dirigente docente Mary Sánchez. Un diálogo en el que se destacaron aspectos fundamentales de la vida y la obra de Mugica, un debate abierto que invita a seguir ahondando en su historia, a traer su ejemplo al presente. Y que permitió no olvidar uno de los rasgos más extraordinarios del sacerdote: su coherencia.
Y hubo quien, también, no se privó de imaginarlo hoy a Mugica, sonrisa plena, junto a los suyos, los más necesitados, con la esperanza inclaudicable, caminando por las mismas barriadas, para construir una sociedad más justa. Y lo imaginaron, a aquel cura, villero y peronista, feliz.
Fuente:TiempoArgentino
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