8 de mayo de 2012

Planes para poner en marcha a la nueva YPF.

HOJA DE RUTA
Galuccio empezó su gestión al frente de YPF en una reunión con los trabajadores en Comodoro Rivadavia. Anunció un plan para los primeros cien días, destinado a obtener resultados inmediatos de “alto impacto” y la fijación de objetivos de largo plazo, que se plasmarán en una propuesta quinquenal.

GALUCCIO ASUMIO COMO CEO Y FIJO LOS PRIMEROS LINEAMIENTOS EN UN DISCURSO ANTE EMPLEADOS DE LA FIRMA
Planes para poner en marcha a la nueva YPF
Su objetivo es que la recuperación de YPF se base en tres pilares: el rejuvenecimiento de los yacimientos marginales, el desarrollo del petróleo no convencional y la exportación de servicios. Prometió medidas que impacten en los primeros cien días.
“Pensé que iba a volver retirado, pero cuando la Presidenta me ofreció este desafío no me quedaron dudas”, dijo Galuccio.

Miguel Galuccio asumió ayer como gerente general de YPF y prometió que en los próximos cien días tomará medidas de alto impacto productivo, al mismo tiempo que irá avanzando en el diseño de un plan estratégico con metas de exploración y producción para los próximos cinco años. Su objetivo es que la recuperación de la compañía se base en tres pilares: el rejuvenecimiento de los yacimientos marginales, el desarrollo del petróleo no convencional y la exportación de servicios. “Vamos a generar una nueva cultura de valores como la meritocracia, resultados por objetivos, comunicación abierta, integridad, trabajo en equipo, actitud y, lo más importante, salud, seguridad y medio ambiente”, aseguró el flamante ejecutivo ante unos doscientos trabajadores en el histórico edificio que YPF tiene en Comodoro Rivadavia.

La elección del lugar de su asunción no fue casual. En esa localidad de Chubut fue donde se fundó YPF, hace ya casi 90 años, y donde el propio Galuccio comenzó su carrera profesional hace veinte años. “Pensé que iba a volver retirado, pero cuando la Presidenta me ofreció este desafío no me quedaron dudas. Pueden imaginar lo que significa para mí este momento”, sostuvo durante un discurso que tuvo momentos emotivos, pero donde también remarcó el perfil profesional que quiere imprimirle a la compañía y el compromiso que busca por parte de cada uno de los trabajadores. De hecho, adelantó que ya está trabajando en el plan estratégico que presentará dentro de cien días.

“Todos van a estar involucrados en ese plan. Necesito de todos ustedes. Tenemos un futuro brillante. Tenemos que buscar nuestra propia identidad, tenemos un plan concreto para ser el primer experto mundial en el rejuvenecimiento de yacimientos marginales, líder en el desarrollo de recursos no convencionales, exportadores de servicios profesionales para desarrollo de proyectos downstream (refinación, venta y distribución) en toda América latina”, les aseguró a los trabajadores presentes y al resto de los empleados que siguieron su discurso en vivo a través de la red interna de la empresa.

Durante los últimos años, las reservas y la producción de gas y petróleo de YPF cayó de manera sistemática. El plan de Galuccio es mejorar el rendimiento de los yacimientos convencionales para incrementar la producción en el corto plazo, apostar al shale para garantizar la consolidación y el despegue y hacerse fuerte en la venta de servicios, área en la que se especializa la firma francesa Schlumberger, donde Galuccio trabajó en los últimos doce años. Además, se apostará por fortalecer una red de proveedores de insumos nacionales para que YPF comience a derramar más en el país, a diferencia de Repsol que, como recordó Cristina Fernández de Kirchner el viernes, importaba hasta arena.

En el caso de los yacimientos tradicionales, el gobierno nacional y las provincias petroleras coincidieron en señalar que YPF estaba invirtiendo lo mínimo indispensable porque privilegiaba el reparto de dividendos entre sus socios. Ahora esas ganancias se invertirán para tratar de incrementar la producción y reducir de ese modo las exportaciones. Las medidas de alto impacto productivo que prometió Galuccio para el corto plazo, seguramente estarán vinculadas con este objetivo.

Otro de los desafíos es poner en valor el descubrimiento de petróleo y gas no convencional en la formación Vaca Muerta, uno de los reservorios más grandes y con mayor calidad del mundo. Tiene una extensión de 30.000 kilómetros cuadrados e YPF participa en 12.000. En noviembre del año pasado, la compañía anunció el descubrimiento de 927 millones de barriles equivalentes de petróleo no convencional en el yacimiento Loma La Lata de Neuquén, que integra la formación. En ese momento, Repsol sostuvo que la consultora internacional Wood Mackenzie había clasificado el crudo no convencional de Vaca Muerta entre los mejores del mundo, luego de analizar zonas exploratorias de los Estados Unidos, Australia, China y diferentes países europeos. El 8 de febrero, cuando ya se sentían amenazados por la posibilidad de una expropiación, los españoles presentaron un estudio de la consultora Ryder Scott que elevó la previsión de recursos y reservas del descubrimiento a 22.837 millones de barriles equivalente de petróleo. Sin embargo, la propia consultora calificó como reservas probadas sólo 33 millones, el 0,14 por ciento. El resto son reservas probables que deberán confirmarse con costosas tareas de exploración que recién arrojarían resultados en el mediano plazo. Para eso es que se están negociando proyectos de asociación con importantes petroleras multinacionales como las norteamericanas Exxon, Chevron, ConocoPhillips y Apache, la francesa Total y la china Sinopec. Esas exploraciones dependerán del precio que tenga el barril de crudo y la rentabilidad que se les ofrezca a los operadores.



La acción en el subibaja
Las acciones de YPF empezaron la semana con una caída. Después del repunte en la cotización de la petrolera registrado tras concretarse la expropiación de las acciones en manos de Repsol, los títulos de YPF cedieron ayer 2,7 por ciento en la Bolsa de Buenos Aires y 3,1 por ciento en Wall Street. A pesar de la merma registrada por la petrolera, el índice Merval mostró una mejora de 1,5 por ciento. El alza del indicador que reúne a 16 empresas estuvo impulsada por las acciones de Edenor que treparon 20 por ciento en una jornada signada por rumores de una posible nacionalización de la compañía. Por su parte, la cotización del dólar en el microcentro porteño se mantuvo sin cambios a 4,45 pesos. En lo que va del año el valor de la divisa subió 13 centavos, equivalente a una devaluación del 3 por ciento. El Banco Central adquirió 60 millones de dólares, pero las reservas del Banco Central bajaron 6 millones de dólares hasta 47.577 millones de dólares por la variación en la cotización de las monedas que componen esos activos.

CARTA DEL GERENTE GENERAL, MIGUEL GALUCCIO, A LOS EMPLEADOS DE YPF
“Empresa con sentido nacional”
En un mensaje dirigido por el nuevo número uno de la empresa petrolera al personal de YPF, al que tuvo acceso Página/12, Miguel Galuccio promete rentabilidad a los accionistas y competitividad en medio de un testimonio de sintonía con la Presidencia.
Por Martín Granovsky
En su primera carta al personal de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, el nuevo gerente general Miguel Galuccio dijo que quiere una YPF “competitiva a nivel mundial, profesional, rentable para sus accionistas, integrada a su comunidad y líder en la industria petrolera”. Página/12 tuvo acceso al mensaje de una página que Galuccio dirigió a lo que él mismo denominó “equipo de YPF”. La carta está encabezada por una foto suya en el ángulo superior derecho que lo muestra con el casco amarillo de trabajo, la ropa de un operario y detrás no una oficina sino el detalle de una tubería. La aclaración de firma está completa, con nombre y apellido, pero la firma dice, solamente, “Miguel”.

La dependencia directa de Galuccio aparece clara en el primer párrafo. “Acabo de ingresar a YPF”, dice el texto. Y añade: “He aceptado el desafío, al que me invita la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, de ser el gerente general de esta compañía”. Luego recuerda cuando, a los 24 años, se integró a la empresa que ya había sido privatizada por el entonces presidente Carlos Menem y tenía como director a José Estensoro. “Hace 20 años comencé aquí mi carrera profesional. Creo que pueden imaginar lo que este momento significa para mí.”

Continúa de este modo la carta: “Después de mucho tiempo, vuelvo a YPF y asumo con total compromiso la tarea de reconvertirla, junto a todos ustedes, en una empresa con verdadero sentido nacional, que sea protagonista en el desarrollo energético del país y respalde su crecimiento”.

El viernes pasado, al promulgar la ley de expropiación de acciones de Repsol sancionada por el Congreso, la Presidenta dijo que quería una YPF profesional pero respondiendo a una dirección política. El texto de Galuccio parece una combinación de esa idea y de otra que aparece en el texto del artículo primero de la ley de expropiación y que podría ser considerado en sí mismo una ley completa sobre hidrocarburos.

El artículo uno reza: “Declárase de interés público y como objetivo prioritario de la República Argentina el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la exploración, explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos, a fin de garantizar el desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el incremento de la competitividad de los diversos sectores económicos y el crecimiento equitativo y sustentable de las provincias y regiones”.

“Renuncié, algunas semanas atrás, al cargo de presidente de Schlumberger Production Managment en Londres”, dice otro párrafo de la carta de Galuccio. “Lo hice porque quiero a esta empresa y quiero a mi país.” E inmediatamente después de esa frase aparecen las características de la YPF deseable consignadas al comienzo de esta nota.

“Sabemos que esto es posible”, cierra el texto tras la fijación de objetivos. “Los invito a compartir el desafío de poner en marcha esta nueva etapa histórica en la vida de YPF.”

En su extrema síntesis, la carta no incluye detalles de cómo se propone el nuevo gerente general de YPF lograr la conjugación de una firma “con verdadero sentido nacional” con metas como la rentabilidad para sus accionistas. Pero como no hay promesas cuantificadas de rentabilidad y como, además, el accionista principal pasó a ser el Estado, a nivel nacional y de las provincias, el mensaje podría leerse no tanto como un plan de acción sino como una demostración pública de sintonía con la Presidenta.
En su sección Mercados de ayer, el diario británico The Financial Times informa sobre las amenazas comerciales de la Unión Europea contra la Argentina en defensa de Repsol y destaca que el modelo de Galuccio es la noruega Statoil. “Galuccio tiene buenos antecedentes y buena reputación”, señala uno de los diarios más influyentes del mundo. “Tendrá que cumplir rápido ante un gobierno hambriento de resultados y una población que apoya ampliamente la vuelta de YPF a manos estatales”, puede leerse en el párrafo final.

Tal como lo viene informando este diario, fuera del país la diversidad de enfoques sobre la expropiación de acciones de Repsol es mayor de lo que aparece en la Argentina. Un ejemplo es la edición on line del Asia Times, otro sitio influyente en el área global de negocios. Incluye una columna del académico norteamericano Cyrus Bina, experto en economía petrolera que enseña en la Universidad de Minnesota. Luego de subrayar el crecimiento de la economía argentina y su desconexión del Fondo Monetario Internacional, Bina desmitifica los pronósticos tremendistas al opinar que “hoy, ejemplos de coexistencia amigable entre compañías nacionales de petróleo y capital transnacional se dan en Abu Dhabi, China, Brasil, Emiratos Arabes Unidos, India, Irán, Irak, Italia, Kuwait, Malasia, Nigeria, Noruega, Omán, Paraguay, Rusia, Arabia Saudita y Venezuela”.


LA UNION EUROPEA PROMETE UNA RESPUESTA, PERO NO TIENE CON QUE
Aflojó el bloque de contención
La respuesta europea por la expropiación de YPF pretende demostrar dureza, pero carece de argumentos. Advertencias del comisario europeo de Comercio, que buscó involucrar a Brasil.
Mariano Rajoy, presidente español. Débil apoyo regional.Imagen: EFE

La Unión Europea reiteró ayer que avanzará, en el corto plazo, con una “respuesta” a la decisión argentina de expropiar el 51 por ciento de las acciones de YPF en manos de Repsol. El responsable de la nueva advertencia fue el comisario de Comercio de la UE, Karel De Gucht. Sin embargo, el bloque europeo carece de mecanismos concretos para reclamar a Argentina por la expropiación. El funcionario europeo enmarca el reclamo sobre la petrolera en su cuestionamiento a las políticas de administración comercial desplegadas por el gobierno argentino desde 2009.

Las autoridades europeas ya participaron en tres presentaciones ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) donde cuestionan las distintas herramientas formales e informales aplicadas por Argentina para asegurar el superávit comercial. Según señalan desde Cancillería, esas iniciativas están impulsadas por Estados Unidos. Por eso, en el equipo económico consideran posible que la UE quite al país del Sistema General de Preferencias (SGP) el beneficio que reciben un conjunto de empresas exportadoras de commodities agrícolas y químicos y presente la medida como una represalia al país aunque, de hecho, se trate de una posibilidad que baraja la Comisión Europea desde 2010 por considerar que Argentina es hoy un país de ingreso medio y “no requiere” ese tipo de beneficios en materia de aranceles para sus exportaciones.

A fines de abril, De Gucht aseguró que haría todo lo posible para respaldar al gobierno de Mariano Rajoy en su búsqueda por una “compensación total” para la petrolera. Ayer, frente a funcionarios brasileños, el comisario de Comercio de la UE expresó su preocupación frente a “los riesgos que representa la creciente tendencia hacia el proteccionismo en América latina”. El político belga recordó que “por muchos años ha existido un debate sobre la apertura de los mercados en la región y en las últimas semanas hemos visto cómo se recalentó ese debate con la movida de Argentina contra las acciones de una empresa española”.

Haciendo uso del manual neoliberal, el europeo advirtió que la medida traerá consecuencias a Argentina en materia de atracción de inversión extranjera directa, lamento que hizo extensivo a Bolivia por la reciente nacionalización de una transportadora eléctrica en manos de una firma española. Según recordó De Gucht, la decisión del gobierno argentino no solo afectará al país, sino que también “es un problema para la Unión Europea, porque nuestras empresas están directamente afectadas”. “Es por eso que en el corto plazo estaremos dando una respuesta a las acciones argentinas en el caso Repsol”, aseguró.

Finalmente, el ex canciller de Bélgica buscó el apoyo de los brasileños presentes en el encuentro bilateral al apelar a las tensiones comerciales entre Argentina y Brasil. En ese sentido, De Gucht consideró que la expropiación de las acciones de Repsol en YPF constituyen un problema para Brasil, ya que “el país tiene mucho que perder ante la creciente tendencia hacia el proteccionismo en la región. Vale la pena recordar que el 20 por ciento de las exportaciones brasileñas son hacia otros países de América latina”.
La herramienta formal que tiene Repsol para reclamar es recurrir a la Justicia argentina y luego al Ciadi, tribunal arbitral del Banco Mundial. Así lo dispone el Tratado Bilateral de Inversión firmado con España en 1992 (ver página 7), rémora del andamiaje neoliberal que permaneció inalterado a lo largo de la última década. Sin embargo, la UE carece de un mecanismo directo para reclamar por la expropiación en términos formales.

Además, la UE también está restringida por la Organización Mundial del Comercio para tomar medidas comerciales contra un determinado país. Por eso en el equipo económico consideran plausible que la Unión Europea avance en el desplazamiento de Argentina del Sistema General de Preferencias (SGP). Se trata de la misma decisión que ya tomó Estados Unidos, aunque por razones diferentes.


REPSOL DEMANDARA A PETROLERAS ESTADOUNIDENSES SI COLABORAN CON YPF
Una empresa cada vez más sola
Repsol despliega su ataque en el Ciadi y contra las petroleras estadounidenses que han entrado en contacto con la intervención de YPF. La empresa española se va quedando con el solitario apoyo del jefe de gobierno español, Mariano Rajoy.
Antonio Brufau, presidente de Repsol.

Al mismo tiempo que los equipos jurídicos de Repsol preparaban la ofensiva legal contra Argentina en la Ciadi (Corte de controversias dependiente del Banco Mundial), un medio financiero de Nueva York se hizo eco de las advertencias que habría lanzado su titular, Antonio Brufau, a sus pares de empresas petroleras estadounidenses, amenazando con demandarlos si se asociaran con la nueva YPF.

Exxon, Chevron y Connoco Phillips habrían sido las firmas sobre las que Repsol arrojó sus dardos. Se trata de las firmas cuyos representantes en Latinoamérica han mantenido contacto, en las últimas dos semanas, con la intervención en YPF dispuesta por el Poder Ejecutivo el mismo día en que anunció el anteproyecto de expropiación de la mayoría accionaria de la compañía, el 16 de abril. Brufau les habría enviado una nota a las autoridades de cada una de estas firmas, según cuenta Financial Times, advirtiendo que Repsol llevará a cabo “las acciones o procedimientos legales necesarios” para proteger su inversión y “para evitar cualquier interferencia indebida o la competencia desleal por terceros que, aprovechándose de las circunstancias actuales, puedan adquirir directa o indirectamente participaciones en activos de YPF”.

La misiva también amenaza con demandar a toda aquella firma que “lucre a costa de Repsol” o “perjudique la capacidad de Repsol para defender y recuperar plenamente sus derechos”. En tono más conciliador, pero después de formulada la amenaza, la nota concluye afirmando que “estamos seguros de que vamos a contar con su comprensión y apoyo”.

En las oficinas de Repsol en Madrid, en tanto, se daban los últimos retoques a la demanda que se presentaría horas después ante la Ciadi (Corte Internacional de Arreglo de Diferencias por Inversiones, organismos del Banco Mundial para controversias), denunciando el supuesto incumplimiento del Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones firmado en 1991 entre Argentina y España. La compañía no sólo reclamará “un precio justo” por las acciones expropiadas, sino que pedirá también “indemnizaciones correspondientes a los daños causados”. Según fuentes españolas, Repsol reclamaría un resarcimiento de 8000 millones de euros (aproximadamente 10.500 millones de dólares) en compensación de su participación accionaria.

Que Repsol está en problemas no sólo es una apreciación que surge de la firmeza de la posición argentina y el fuerte apoyo que el proyecto de expropiación obtuvo en el Congreso. El segundo accionista principal de la petrolera española, el grupo constructor Sacyr Vallehermoso, ratificó su intención de vender su paquete accionario, para la cual anunció que “sólo está esperando el momento”, en función de su valorización de mercado.

Sin embargo, el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, insistió en una entrevista periodística en descalificar la posición argentina, al señalar que “a veces, alguno intenta ocultar sus propias debilidades haciendo supuestos actos de autoridad, pero eso les hace mucho daño (a la Argentina), porque la pérdida de confianza en ellos es tremenda, como es natural”. Rajoy intentó así desacreditar la idea prevaleciente en España repecto de que la postura del gobierno peninsular en “el caso YPF” es una muestra más de su debilidad.


OPINION
Percepción argentina sobre el retorno del Estado
Por Germán Lodola *
El ciclo histórico del protagonismo estatal argentino en la gestión de políticas públicas, como se sabe, fue interrumpido por la emergencia neoliberal en los años 90. Superada esta experiencia, los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández adoptaron un conjunto de medidas, (algunas más, otras menos novedosas) orientadas a reconfigurar el papel del Estado en la conducción de la política económica. Facilitado en parte por la crisis económica internacional desatada en 2008, el Estado ha retornado bajo nuevos odres, como un “Estado capitalista” que gestiona la economía (especialmente en sectores estratégicos) sobre bases comerciales.
China es tal vez el ejemplo más obvio de capitalismo de Estado. Pero en buena medida también lo son naciones democráticas como Sudáfrica, India, Brasil y Noruega en el área petrolera, y Japón en los años 50. Este tipo de capitalismo requiere que el Estado sea el propietario de empresas dedicadas a la explotación de recursos vitales para la promoción sostenida del desarrollo.

Con relación al manejo de las empresas privatizadas, el kirchnerismo inicialmente optó por nacionalizar unas pocas compañías donde surgieron conflictos en torno al nivel de precios y las condiciones de mercado. Estos fueron los casos de Correo Argentino, Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas y, en menor medida, Edenor, que pasó a manos privadas locales. Una acción más decidida fue la estatización del sistema de jubilaciones y pensiones.

La expropiación del 51 por ciento de Repsol-YPF es, sin dudas, la decisión más audaz al respecto tanto por el volumen de dinero que comporta la jugada como por tratarse de un recurso natural estratégico. Es menester subrayar que ningún país de porte mediano a grande en el mundo cedió, tal como lo hizo el nuestro, la explotación del petróleo casi por entero a capitales privados extranjeros.

Frente a esta nueva realidad vale la pena preguntarse, ¿cuáles son las percepciones de los argentinos sobre el retorno del Estado?, ¿cuántos ciudadanos comparten, y con qué grado de intensidad, posiciones estatistas en materia económica? Una encuesta realizada a 1500 personas por el Programa de Opinión Pública de América Latina (Lapop) radicado en la Universidad de Vanderbilt y la Universidad Torcuato Di Tella indica que los argentinos aprueban fuertemente la participación activa del Estado en la economía. Para evaluar la opinión de los argentinos sobre el rol del Estado, la encuesta incluyó seis preguntas que se listan a continuación. Los encuestados debían ponderar su nivel de apoyo a cada una de las afirmaciones en una escala de 0 a 100 puntos.

El Estado debería: 1) ser el dueño de las empresas e industrias más importantes del país, 2) ser el principal responsable de asegurar el bienestar de la gente, 3) ser el principal responsable de crear empleos, 4) implementar políticas firmes para reducir la desigualdad de ingresos entre ricos y pobres, 5) ser el principal responsable de proveer las pensiones de jubilación, 6) ser el principal responsable de proveer los servicios de salud.

Los promedios para cada una de las seis preguntas indican que los argentinos tienden a ser fuertemente estatistas en todas las dimensiones. El nivel de acuerdo con la idea de que el Estado debe ser el propietario de las empresas e industrias clave de la economía nacional es de 68,5 puntos en promedio. En los otro cinco planteos, el grado de apoyo es aún mayor, ubicándose siempre por encima de los 80 puntos. Las políticas estatales orientadas a crear empleos, garantizar el bienestar y reducir la desigualdad recibieron, en promedio, 81,6, 82,7 y 87,3 puntos respectivamente. Mientras que el apoyo promedio a la gestión estatal de los servicios de seguridad social (jubilaciones y pensiones) y salud fue de 86,2 y 87,9 puntos en la escala. El nivel de acuerdo con ideas estatistas, además, ha crecido en los últimos dos años cerca de 4 puntos en promedio. En todos los casos, el apoyo a políticas estatistas es significativamente mayor entre los entrevistados que se autoposicionan más a la izquierda del espectro ideológico, evalúan positivamente la gestión del Gobierno y de la Presidenta, perciben que la economía del país y su propia situación económica están mejor que en el pasado, residen en grandes ciudades y tienen mayor edad.

Ahora bien, ¿cuál es la relación entre la opinión pública y las políticas públicas? ¿Qué viene primero, la opinión o las políticas? Para algunos, las demandas de políticas públicas determina la oferta de políticas. Para otros, el hecho de que los diseñadores de políticas midan y estén atentos a la opinión pública fortalece el argumento de que la agenda de políticas esté definida por el juego mutuo entre las percepciones de los ciudadanos y el poder público. Entiendo que existen indicios suficientes para sostener que el kirchnerismo ha tenido mayormente en cuenta el estado del humor social doméstico (antes que el humor internacional) y la distribución de apoyos políticos locales (antes que internacionales) a la hora de adoptar decisiones de peso. En lo concerniente al retorno del papel del Estado, además, el Gobierno ha sido capaz de ir moldeando con sus decisiones una opinión pública naturalmente dispuesta a escuchar esa música, dado el estrepitoso fracaso de las políticas neoliberales (crisis del 2001 incluida) que se supo abrigar con entusiasmo una década atrás. En este sentido, la expropiación de Repsol-YPF no es un eslabón más en una cadena de hechos aislados, sino un componente adicional de una estrategia integral orientada a revitalizar la función regulatoria y (ahora) productora del Estado argentino.
* Politólogo, Universidad Torcuato Di Tella
Fuente:Pagina12

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