Fue cometido en plena dictadura por un "grupo de tarea" militar-policial
El primer secuestro del banquero Osvaldo Sivak fue un crimen de lesa humanidad, dictaminó la Cámara.
El "cura" Taddei. A Dios rogando y con el mazo dando
El primer secuestro sufrido por el asesinado empresario Osvaldo Sivak en 1979 fue declarado delito de "lesa humanidad" por la Cámara Federal porteña, que condenó a diez años de prisión a uno de los ex policías detenidos por el hecho perpetrado por un "grupo de tareas" que reunía dinero para la llamada "lucha antisubversiva" o para provecho propio al amparo de las autoridades dictatoriales. La decisión recayó en el ex oficial principal de la Policía Federal Ricardo Taddei en cuya casa estuvo secuestrado Sivak entre el 7 y 9 de agosto de 1979, hasta que fue liberado, según el fallo al que accedió Télam.
Taddei había sido condenado a ocho años de cárcel, pero los camaristas elevaron la pena a diez años, rechazaron la prescripción del caso por considerarlo de lesa humanidad y advirtieron que ese secuestro "se produjo durante el ataque sistemático contra la población civil instaurado en el aparato de poder erigido por la dictadura como política de Estado". La resolución lleva las firmas de los jueces Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero.
Sivak sobrevivió a ese secuestro en el que se pedía una rescate de dos millones de dólares efectuado por un grupo de tareas del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército integrado mayoritariamente por policías federales. El rescate no fue pagado porque en el preciso momento de efectuarse apareció otro grupo de policías que detuvo a los cobradores y obtuvo de ellos que ordenaran la liberación de Sivak, retenido en una casa de Remedios de Escalada de propiedad de Taddei.
A mediados de 1985, ya durante el gobierno de Raúl Alfonsín, Sivak fue víctima de un segundo secuestro, esta vez a manos de policías liderados por quien había detenido a sus secuestradores de 1979, el inspector Roberto Buletti. A quien Sivak, en agradecimiento, lo había nombrado jefe de seguridad de su exitosa empresa Buenos Aires Building. Por razones obvias, porque Sivak sabía perfectamente quien era su jefe, los secuestradores lo asesinaron después de que su familia pagará más de un millón de dólares de rescate.
El primer secuestro fue cometido además de Taddei, entre otros por el capitán Rafael López Fader, y los subcomisarios José Ahmed y Alfredo Vidal, que formaban parte de un grupo de tareas de policías y militares que recaudaba fondos para la represión ilegal, consideraron los camaristas.
La banda "estuvo destinada a ejecutar secuestros extorsivos de empresarios y financistas de la época orientados a obtener dinero para aplicar a la llamada lucha contra la subversión y/o en beneficio de sus integrantes", consideraron los camaristas.
El primer secuestro "se produjo durante el ataque sistemático contra la población civil instaurado desde el aparato de poder dirigido por la dictadura como política de Estado" y en el marco de la cual "había tolerancia de superiores" que daba "impunidad" e "imposibilidad de auxilio" a Sivak porque "unos investigaban y otros cometían el delito" dentro de la misma fuerza de seguridad.
"La situación de indefensión de Sivak es idéntica a la de toda víctima del aparato represivo estatal implementado por la dictadura", por lo cual es un crimen de lesa humanidad imprescriptible, concluyó el fallo.
Una sólida hipótesis: con su rescate el "violismo" quería publicar un diario
Sivak, secuestrado en 1979 por la futura "Banda de los Comisarios"
Por Juan Salinas
Osvaldo Sivak con sus hijas. Lo habrían secuestrado para publicar un diario.
El primer secuestro de Osvaldo Sivak fue cometido por un "grupo de tareas" compuesto mayoritariamente por policías federales al servicio del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército. Entre ellos se encontraban los subcomisarios José Ahmmed y Alfredo "Poroto Vidal y el oficial principal Ricardo Taddei, apodado "El Cura" a causa de sus delirios místicos, que lo hacían participar de los "interrogatorios" en centros clandestinos de detención como "El Olimpo" agitando un rosario blanco a la manera de un exorcista. El mismo cuya pena acaba de ser ratificada por la Cámara Federal.
También Ahmed y Vidal -un veterano secuestrador que se había iniciado como cuentrapropista en 1975, cuando ambos habrían integrado la Triple A- utilizaban rosarios blancos de cuentas grandes. Los tres formaban parte de lo que 12 años después de secuestrar a Sivak, cuando secuestraran a Mauricio Macri, la prensa bautizaría como "Banda de los comisarios". La misma banda, vertebrada en torno a los hermanos Ahmed, que había iniciado su andadura el año anterior, 1978, al secuestrar a la adolescente Karina Werthein, de apenas 16 años, hija del accionista mayoritario del Banco Mercantil, a la que habían mantenido en cautiverio durante medio año.
Los secuestros que esta probado que la banda perpetró entre el de Karina Werthein y el de Mauricio Macri (a fines de 1991) que produjo su desarticulación parcial, fueron los del joyero Roberto Apstein (julio de 1979) liberado luego de cuatro meses de cautiverio a cambio de un rescate de aproximadamente medio millón de dólares; el empresarario hotelero Julio Ducdoc (noviembre de 1980) que nunca apareció a pesar de que nueve meses después su familia pagó un millón y medio de dólares; el industrial textil Sergio Meller (noviembre de 1984) , liberado después de cuatro meses y el pago de 4 millones de dólares; el banquero (Banco Francés) y empresario (delGrupo Alpargatas) Rodolfo Clutterbuck (en octubre de 1988) al parecer asesinaron enseguida, lo que hace sospechar que pudo tratarse de un asesinato por encargo disfrazado de secuestro extorsivo y, por último, el de Macri.
No obstante, ya en el momento de la liberación de Macri fuentes de la pesquisa suponían que los secuestros extorsivos de la banda habían sido aproximadamente el doble de los denunciados y, por cierto, el de Clutterbuch recién se le adjudicó a la "Banda de los comisarios" trece años después de cometido.
El hermano del asesinado Osvaldo Sivak, Jorge, removió cielo y tierra en su propósito de esclarecer las circunstancias de su secuestro y asesinato antes de suicidarse, a fines de 1990. El caso también fue investigado por los periodistas Rogelio García Lupo y Carlos Juvenal. De diálogos mantenidos con los tres surge diáfama la fundada hipótesis de que el primer secuestro de Osvaldo fue ordenado desde las más altas jefaturas de la dictadura militar, y no sólo porque el padre de ambos hubiera sido un destacado miembro del aparato financiero del Partido Comunista Argentino y para más inri los Sivak fuesen judíos, aunque estas circunstancias le hubieran servido a los secuestradores de autojustificativo.
Todo indica que el mayoritario sector del Ejército que respondía a quien era entonces su jefe, el general Roberto Eduardo Viola, quería sacar a la calle un diario para respaldar sus pretensiones de reemplazar al general Jorge Rafael Videla. Ya tenía las instalaciones que se le habían confiscado al diario "La Opinión", de Jacobo Timerman, incluyendo modernas rotativas y redacción, sobre la calle Vélez Sarsfield, en el barrio de Barracas. Pero necesitaban capital, y para eso le habían encomendado al Batallón 601 el secuestro de Osvaldo Sivak, con el objetivo de obtener un millón de dólares.
Pero hete aqui que los secuestradores, enviciados por el de Karina Werthein y otros secuestros anteriores, en vez de pedir un millón de rescate, habían pedido dos, con el ánimo de quedarse con el excedente.
Cuando la esposa de Osvaldo Sivak, Marta Oyhanarte y otros familiares denunciaron en la comisaría que les estaban pidiendo dos millones de de dólares por él, los jefes militares se enteraron automáticamente. Indignados, le ordenaron a la Divisiòn Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal que detuviera a los secuestradores in fraganti.
Así fue como Ahmed fue atrapado con las manos en la masa, y él, Taddei, Vidal y otros policías federales fueron exonerados... aunque siguieron trabajando para el Batallón 601. Fue después del secuestro de Macri que Vidal y Taddei se refugiaron en España. Poroto volvió acá para seguir haciendo de las suyas y fue atrapado en oscuras circunstancias. El Cura Taddei se quedó en Madrid trabajando de zapatero remendón hasta que le echaron el guante, a comienzos del 2006.
FuentedeOrigen:Telam
Fuente:Agndh
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