21 de octubre de 2012

LA PRESIDENTA DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO HACE UN BALANCE DE LA LUCHA POR LA RECUPERACIÓN DE LOS NIETOS - FALLECIÓ SARA DEROTIER DE COBACHO.

LA PRESIDENTA DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO HACE UN BALANCE DE LA LUCHA POR LA RECUPERACIÓN DE LOS NIETOS 
"En estos 35 años hemos abierto caminos" 
Estela de Carlotto tiene esperanzas de encontrar a los otros 400 jóvenes que todavía no fueron hallados. Está tranquila porque, asegura, la organización ya tiene recambio generacional. "Las Abuelas son un ejemplo de ética y moral", asegura Carlos Altamirano, autor del libro Relatos. Educar en la Memoria. 
Por: Rodolfo González Arzac 
Mi anhelo es encontrar a mi nieto vivo. Tiene 34 años. No sé dónde está ni cómo. ¿Nació? Sí, sé que nació, tengo testigos que estuvieron con Laura antes y después del nacimiento de mi nieto. Tengo la fecha. Pero no lo tengo a él. Tengo esperanzas, tengo fe, tengo confianza. Mi deseo es que un día toque el timbre, como tantos nietos. O que alguien me dé información para buscarlo." La que habla es Estela Barnes de Carlotto. Y, en esta ocasión, lo hace porque mañana, 22 de octubre, se cumplen 35 años del nacimiento de las Abuelas de Plaza de Mayo. Junto a ella está Claudio Altamirano, docente y coordinador del programa Educación y Memoria del ministerio de Educación porteño, quien compiló los relatos que brindaron las Abuelas en las escuelas de la ciudad a lo largo de los últimos años. 

–Son 35 años. ¿Cómo encuentra este tiempo a la organización? 
–Son 35 años de lucha, de una lucha muy dura, pero muy agradable también. Porque, justamente, hemos, en estos 35 años, abierto caminos que nos han permitido lo que los depredadores descartaban, que era que encontremos a los nietos. Ellos los secuestraron casi con la convicción de que nunca íbamos a saber nada de ellos. Ni ellos de nosotros, por supuesto: cambiándoles el nombre, el domicilio, la historia, la crianza, la ideología. Todo lo de una persona hija de nuestros hijos. Esos caminos nos han llevado al encuentro de 107 nietos. Para nosotros eso es como un alimento para el alma. Porque cada encuentro nos gratifica, nos ratifica que estamos en el camino correcto, que estamos haciendo las cosas bien. Los vemos crecer en libertad, siendo auténticamente ellos y no otras personas. Eso contribuye a que tengamos ánimo para seguir, a pesar de los años, las enfermedades, las ausencias. No somos muchas las abuelas. Somos pocas. En razón del tiempo y de que inexorablemente es así la vida, estamos incorporando en los últimos tiempos a dos personas que no son mujeres, sino hombres: uno es Abel Madariaga, papá de un nieto encontrado (y además secretario de nuestra institución) y Manuel Gonçalves para que integre la comisión. 

-Un recambio generacional. 
–Sí. Además, para que los nietos entiendan cuál es la historia institucional, para que ellos también la vivan, la cuenten, la reproduzcan y la compartan. O sea que así nos encuentran los 35 años: con ganas de seguir. 

–Porque falta mucho por hacer. 
–Faltan 400 nietos, eso es mucho. Seguramente no lo vamos a ver nosotros, pero vamos a dejar el relevo seguro y las condiciones posibles. Estamos viviendo estos años, desde el 2003 en adelante, como tiempos increíbles. Porque si bien teníamos democracia desde el '83, no estaban las puertas abiertas totalmente. Bueno, hubo leyes de impunidad. O no nos recibían, o no nos escuchaban, o no nos atendían nuestros reclamos. Tal es así que la idea que teníamos cuando vino la democracia, de pasar a ser colaboradoras, porque el Estado se iba a hacer cargo totalmente del tema, vimos que no, hubo que seguir. Seguimos siendo las que llevamos adelante esto. No pasó así con Néstor Kirchner, nos llamó, nos convocó y demostró claramente su deseo de que se recompongan los Derechos Humanos. Y sigue Cristina, por supuesto. Entonces estamos un poco apuradas, si bien hicimos mucho a través de estas dos gestiones. Por eso, estamos apuradas para dejar bien fuerte esta institución y para que, venga quien venga en el futuro, no pueda traernos ningún tipo de retroceso. Retroceder jamás, por supuesto. 

–Hace poco se dio a conocer la historia del nieto 107. Un caso muy particular. 
–Nosotros tenemos una gama de situaciones emblemáticas en nuestras restituciones. Cada caso tiene cosas en común: la similitud del robo, la apropiación, la muerte de la mamá en la mayoría de los casos, la crianza en el ocultamiento, en la clandestinidad. Y luego hay diferencias. Hemos encontrado a nuestros nietos en diferentes situaciones. Mucha prensa creía que era el primer caso en que una mamá encuentra a su hija. Pero no, es el cuarto caso que es así. En algún caso estaban el papá y la mamá, y restituimos dos hijos. Rearmamos la familia. Eso fue una cosa buenísima. Este último caso fue particular por la victimización de la madre, que cuando después de muchos años, recobra la libertad, sale a buscarla y la amenazan. De manera que se confundió, tomó caminos equivocados, hasta llegar a la Conadi y Abuelas de Plaza de Mayo, y rápidamente se resolvió. No sé si ya se conocieron madre e hija. Nosotras somos buscadoras. Y después que encontramos nos corremos a un costado. Estamos a disposición pero no nos inmiscuimos en un proceso que tiene dos caminos: el familiar y el jurídico. En este caso, el familiar corre por cuenta de la mamá y sus hijas. Si necesitan consejo lo van a tener, si no, no. Y la justicia es la que tiene que informarle. Aunque es un juez que no nos convence porque en su momento dijo que no era un crimen de lesa humanidad. Cuando esa niña nació en cautiverio. Y ahora, con ese criterio absurdo, va a tener que informarle de su estado civil y decirle si quiere ver a su familia. El miedo de que la vaya a aconsejar mal, porque ya tuvo esta actitud antes. De manera que desconocemos todavía si madre e hija ya se pudieron ver cara a cara. 

–El otro elemento que coincide con el aniversario es el libro Relatos. Educar en la memoria. 
–Sí, esta es una producción de Claudio Altamirano, que no es el primer producto que hace. La coincidencia del aniversario es coincidencia. No fue algo buscado. Fue un trabajo muy difícil de hacer, sin plata, sin mucho apoyo, pero buscando los recursos para hacerlo. Creemos que es de una utilidad fabulosa para las escuelas. Porque está contando las entrevistas que hizo Claudio con personas de las organizaciones de Derechos Humanos en las escuelas, con los alumnos. Y está muy lindo esto de cómo podemos entendernos generacionalmente con chicos de la primaria o de los comienzos de la secundaria. Porque las Abuelas tenemos que contar una historia dura, saberla decir para no crear más que voluntad de saber. Nosotros somos muy respetuosos. Algunas somos maestras, otras no. Pero tenemos conciencia de cómo hay que dirigirse. Claudio es maestro, y tiene el mérito ese de tener la conciencia educativa, la calidad del libro y la propuesta de su distribución gratuita para que llegue a la mayor cantidad de lugares. Ojalá sea necesario hacer una nueva producción. Para llevarlo a todas partes. 

–Y para usted, Claudio Altamirano, ¿qué representa este libro que hizo para Abuelas?
–El libro está hecho por las Abuelas, por las Madres, por los nietos y las nietas restituidos porque son sus historias. Y creo que recuperar esas voces fue un hecho importante y es un hecho educativo para que ellos, con sus maestras, puedan apropiarse de esas historias, conocerlas. Y es importante lo que pasó en nuestro pasado reciente. Y es importante cuando las abuelas van y los chicos les preguntan sobre sus hijos, qué les gustaba, qué música escuchaban: se vuelve a ese ser querido. Como docente, la idea es generar un material que sirva para la formación docente con el tema referido a la memoria. Y que los chicos puedan conocer a Estela, su historia, su militancia, saber de su lucha y su compromiso social y educativo. Porque ellas, las Abuelas, tienen el tino de contar su historia según la necesidad y el interés de los chicos. Es una contribución militante. Para nosotros, como maestros, las Abuelas fueron ejemplo de ética y moral. 

–¿Los festejos del lunes, por el aniversario, en qué van a consistir? 
Estela de Carlotto: 
–Para nosotros es un poco sorpresa. Puedo contar lo que me quisieron contar y lo que olfateé. Es en el ND Ateneo a las siete de la tarde. Y la convocatoria, a todos los amigos. El encuentro con quienes nos han apoyado. Nosotras vamos a ser las sorprendidas. Supongo que, como siempre, va a estar la presencia de algún amigo artista. Sé que va a ser un día muy lindo, muy completo, y saludar a tanta gente que estamos invitando. Va a ser un encuentro de amistad y renovación. Como una renovación de votos. Como en un matrimonio. Nos hace bien vernos y escuchar esas cosas que nos dicen, exageradamente a veces, como si fuéramos especiales: cuando somos mujeres que tenemos que hacer lo que hacemos porque en la vida nos tocó. La suerte es hacerlo con alegría, con buenos sentimientos, sin odio. Nos hace bien. Y también para convencer a los que no nos quieren. Algún día, quizás tardíamente, se van a dar cuenta de que ellos hubieran hecho lo mismo que nosotros. 

–La llevo a la coyuntura. ¿Usted considera que el caso Noble está cerrado? 
–No, no, no. La causa Noble no es un caso archivado, ni cerrado, todavía. Una cosa es que el día de mañana la archiven. Se podrá archivar en razón de que hay una parálisis de expectativa a futuro. Pero cerrar, no. Todavía falta comparar la sangre de las dos personas que fueron correctamente analizadas, en el lugar correcto, y con todas las de la ley, cosa que por diez años negaron los abogados de esta señora. Victimizando a estas dos personas, mostrándolas, exhibiéndolas, haciéndolas hablar en televisión, cosa que jamás hubiéramos hecho las Abuelas. Si me preguntás a mí si yo lo vi alguna vez: no. Y si hubiera podido verlos, no hubiera querido tampoco. Porque no nos corresponde a las Abuelas ir a ver la cara de quienes pensamos que pueden ser nuestros nietos. Para eso está la justicia y, luego, si son, la familia, como dije antes. Así que, con todo el respeto con el que hemos estado dirigiendo el caso, como cualquier otro caso, en este no dio. Pero no está descartado que en el futuro pueda aparecer alguien que reclame la abuelidad de estos chicos. Ha pasado en otros casos. El chico vino se analizó y nadie lo buscaba. Y de repente la familia se entera y lo busca y ya lo tiene. Puede pasar, en el caso de ellos. No obstante, insisto, todavía falta terminar de completar algunas familias para que se puedan entrecruzar con los chicos. Son familias que por razones de muerte de los familiares no han podido ser analizadas por el nuevo sistema de ADN. Pero, aparte de eso, yo no soy abogada, y no sé si esta causa prescribió, a esta señora le cabe una investigación por las dos adopciones fraudulentas. Acá hay un delito grave, donde se ha mentido, se ha tergiversado, se han presentado testigos falsos, historias mentirosas y una jueza cómplice que ha entregado chicos nuestros como entregó estos chicos. Entonces ese delito lo tiene que ver la justicia. La justicia dirá si prescribió o si encuadra también dentro de un delito de lesa humanidad. Porque lo hicieron en plena dictadura y hay testigos que dicen que ella buscaba adoptar chicos que no tuvieran nadie que los encontrara, porque quería tener dos herederos. Incluso la hija biológica de Noble lo reclama, como que la herencia le fue birlada. Y además está el delito de anotarlos con el apellido Noble, el apellido de un muerto. Hay tantas irregularidades. Por eso me indigna que algún periodista diga si nosotros le vamos a pedir perdón a esos chicos. Yo creo que quien le tiene que pedir perdón es esa señora. Esa señora que los crió encapsulados, que les llevó abogados que los mostraron, los victimizaron, que les sacaron sangre en un lugar incorrecto, diez años vapuleando a estas dos personas, cosa que jamás hubiéramos hecho las Abuelas. Ella les tiene que pedir perdón. Magnetto les tiene que pedir perdón. Porque con él hablamos y le dijimos que si ellos sabían que tenían una madre biológica que los abandonó, con mostrarla se descartaba que pudieran ser nuestros nietos. Pero él, en cambio, nos chantajeó. Nos dijo que nos daba el dato siempre que le dijéramos quiénes denunciaban a la señora. ¿Qué pensaban hacerle, lo que les hicieron a otras personas como con Papel Prensa? ¿Intimidarlas, amenazarlas, eliminarlas? Yo creo que acá hay mucho oscuro en esta cuestión. Y que hay que dejar tranquilas a estas personas, ellos fueron muy manoseados, no por las Abuelas de Plaza de Mayo sino por quienes pretenden cambiar la historia. 

–¿Cuánto le costó a usted, personalmente, este caso? 
–Lo que nos costó es que la empresa monopólica nos borre del mapa. Yo iba a Canal 13 por la puerta grande. Y hoy no me llaman jamás. Ni quiero ir. Yo con gente así no quiero hablar tampoco. Cuesta eso, no visibilizar la acción de Abuelas. Esas son las reglas del juego en esta sociedad que estamos aprendiendo a ser democráticos. Entonces, estamos esperando que la Ley de Medios entre en vigencia plenamente, estamos apoyando todo lo que se hace desde el Estado en ese sentido. Y entonces ya las cosas serán, en ese sentido, por lo menos, más parejas. Antes de todo esto, Clarín y los medios de Clarín no eran ajenos a nuestro trabajo, y yo concurría muchísimo a los programas. Ahora no me llaman y tampoco iría. 

–La quería consultar por el tema del Nobel de la Paz. Otra vez se frustró. ¿Algún día será? ¿O ya no? 
–Podría ser. No nos desvela. No estamos trabajando para un premio. Trabajamos para el premio máximo que es encontrar un nieto. Los premios nos hacen bien. Pero el Premio Nobel de la Paz se está bastardeando últimamente. En el sentido de que más que los méritos, los postulados, se está viendo la oportunidad política. Entonces, se lo dan a un Obama, que él mismo dijo que no lo merecía pero no lo rechazó. Y luego siguió invadiendo países y matando gente. Y lo mismo ahora con la Unión Europea. Yo tengo que ser cuidadosa al hablar porque se van a creer que estoy despechada. Pero creo que la historia de la Unión Europea encierra algunas cosas que no son de paz, precisamente. Pero quiero aclarar que las Abuelas tenemos buena relación con la UE. Y hemos sido beneficiadas con el apoyo a algunos proyectos importantes, económicos. Y tenemos muy buena relación con quien representa a la UE en la Argentina. El comité del Nobel tiene un proyecto que no coincide con el nuestro. 

–Con estos antecedentes, si las premiaran, ¿lo rechazarían? 
–No puedo predecir el futuro. No sé. Pero yo no quisiera que nos presentaran más. 

Falleció Sara Derotier de Cobacho 
La ex secretaria de Derechos Humanos bonaerense, Sara Derotier de Cobacho, falleció en la madrugada de ayer a los 81 años tras padecer graves problemas de salud. 

Cobacho, quien se definía como "peronista visceral", fue militante durante la resistencia peronista y doblemente víctima de la violencia institucional del Estado ya que dos de sus hijos, Oscar y Enrique, permanecen desaparecidos. Fue diputada, convencional constituyente y senadora, desde donde impulsó la creación de la Secretaría de Derechos Humanos a nivel provincial. 

Cobacho ocupó esa cartera desde que Daniel Scioli llegó a la gobernación en 2007, pero abandonó su función en mayo de este año aquejada por sus inconvenientes de salud. 

"No queremos que abandone la lucha pero debe priorizar su salud", señaló el gobernador Daniel Scioli el pasado 10 de mayo al anunciar el remplazo de la funcionaria, que había sido, en principio, ratificada en diciembre de 2011. 

En su lugar, asumió Guido Carlotto, hijo de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien ayer expresó su "profundo dolor por el fallecimiento" de Cobacho, a quien recordó como "una defensora incansable de los Derechos Humanos y ex secretaria de este organismo". 

"Sara abandonó este mundo a los 81 años pero nos deja un ejemplo en la lucha y la promoción de los Derechos Humanos", dijo Carlotto, quien recordó que la mujer "fue una peronista convencida e inclaudicable". 

De regalo, con tiempo argentino 
A partir de mañana, el diario Tiempo Argentino vendrá con un cupón canjeable, de manera gratuita en librerías, por el libro Relatos. Educar en la Memoria. 

Se trata del registro de la visitas a las escuelas de las Abuelas, Madres y Nietos (y en el capítulo final, también, las conversaciones de Adolfo Pérez Esquivel con alumnos), a partir de un trabajo elaborado por Claudio Altamirano, profesor, que trabajó como maestro de grado en una escuela pública del Bajo Flores durante 15 años y que desde 2008 se desempeña como coordinador del Programa Educación y Memoria del Ministerio de Educación porteño.

"Un relato, una escena de nuestras vidas contada a niños y jóvenes es un acto a favor del recuerdo. Su escritura, a la vez, constituye una apuesta esperanzada de fijarlos como memoria", dice Estela Barnes de Carlotto en el prólogo.

"Son palabras –aclara, a su turno, Altamirano– contadas a partir de las preguntas que los estudiantes realizaron." La edición del libro corresponde a la Biblioteca del Congreso de la Nación y la ilustración de tapa es obra de los alumnos dela escuela N˚ 2 Distrito Escolar 21 Maestro Eduardo Vicente de Villa Lugano. 
FuentedeOrigen:TiempoArgentino
Fuente:Agnddhh

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