Comunicado por la Censura al Mural de Cecilio Kamenetzky en la Escuela de Comercio
Desde la Agrupación H.I.J.O.S., ante los recientes acontecimientos desarrollados en la Escuela de Comercio Antenor Ferreyra de la ciudad de Santiago del Estero, queremos hacer público el relato de los hechos acontecidos en la misma. A la par de esto pretendemos repudiar un acto de censura que atenta con los marcos de legalidad en los cuales se desarrolla la construcción de memoria en nuestra Argentina en general y en el marco educativo en particular.
En el contexto de un programa de investigación respecto al pasado reciente, denominado “Jóvenes y Memoria, Recordamos Para el Futuro”, en el cual los jóvenes de escuelas secundarias de diferentes provincias del país, entre ellas Santiago del Estero, realizan una investigación respecto a hechos del pasado reciente. Los estudiantes de cuarto año de la escuela mencionada, llevaron a cabo durante el ciclo lectivo 2012 una investigación respecto a la vida y muerte del joven Cecilio Kamenetzky, quien fuere estudiante de dicha institución. Esta investigación debía concluir con un soporte elegido por dichos estudiantes. En este caso los jóvenes eligieron la realización de un mural. En el transcurso de esta investigación, la rectora del establecimiento, la Profesora Mercedes Barraza de Galván, estuvo al tanto de dicho proceso e incluso fue ella quien habilitó la pared en la cual se realizaría el producto final de la investigación.
Una vez la investigación estuvo concluida, los jóvenes plasmaron su reconstrucción de la memoria en un mural que mostraba la cara del joven y tenia a la par su nombre y una leyenda que decía: “asesinado en 1976 por la dictadura militar” y por otro lado, “cuando la gente calla hablan las murallas”. Lo relevante de este planteo hecho por los jóvenes es que se enmarca en una construcción local y particular de la memoria, la cual es política y de ahí la validez de la reconstrucción que los mismos realizaron ya que a un hecho histórico jurídicamente comprobado (el asesinato del joven militante en 1976) le sumaron una actitud moral y social que a su criterio debe ser tomada al respecto (el no callar como se hizo en aquel momento).
Sin embargo, una vez que el producto estuvo finalizado, empezaron a circular por los pasillos de dicha institución discursos que argumentaban la “inmoralidad del mural”, entre los argumentos mencionados para tal fin se esgrimieron, la necesidad de “respetar a los hijos de militares que podrían estar en dicha institución” o “que si se permitía eso, después se iba a querer colgar la foto de santucho” entre otros. Esto demostraba que se estaba produciendo un conflicto de memorias, ambiente ideal para el debate institucional de las significaciones del pasado reciente en nuestras comunidades. Sin embargo, aquellos que no concordaban con la mirada libre, política y metódicamente fundamentada de los jóvenes, impusieron sus cargos institucionales, valiéndose de herramientas que el estado les proporciona para censurar y sumir en el silencio una mirada con la cual no concordaban. La conclusión de esta imposición fue la mutilación del mural al cual se le borraron las leyendas desconfigurando no solo su sentido sino también su carácter artístico. Lo más grave de este acto es que se obligó a los estudiantes a que fueran ellos mismos los que borraran y dañaran su creación, ampliando el margen de indefensión y violencia en el cual se los puso.
Ahora bien, quienes perpetraron esta condenable actitud, rectora y profesores que no estuvieron de acuerdo con el discurso de los alumnos, desconocen con dicho acto, el marco legal en el cual los estudiantes realizaron dicha producción. La ley de Educación Nacional “establece que es tarea de la escuela en todos sus niveles, el ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instalando el terrorismo de estado, con el objeto de generar en los/las alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos” (Amezola Gonzalo, “El Pasado Reciente en las Escuelas” 2008). Así también desconocen la Declaración de Interés Educativo Provincial del programa en el cual los chicos desarrollaron su investigación y producción final (Resolución Ministerial Nº 847).
Por otro lado, es política de esta agrupación el propiciar los espacios de discusión y habilitación de las memorias, discursos y narrativas antagónicas. Sin embargo quienes censuraron a los jóvenes no solo no tuvieron esta actitud, sino que desconocieron su rol como funcionarios del Estado en el sentido que sostuvieron un discurso totalmente opuesto al que fue declarado como discurso oficial y del Estado, desconociendo que hubo un Terrorismo de Estado y borrando una verdad jurídica por resultarles “violenta”.
Ante esto, repudiamos una actitud antidemocrática, violenta, ilegal y falta de ética. Demandamos y velaremos porque los derechos de los estudiantes sean respetados y resarcidos. En este contexto exigimos la reparación inmediata del mural dañado y las disculpas públicas de quienes cometieron este acto de censura."Por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio"
H.I.J.O.S
Santiago del Estero
Envío:Agnddhh
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