16 de octubre de 2012

SENTENCIA MASACRE DE TRELEW.

PERPETUAS POR TRELEW
Por Ailín Bullentini
Fueron condenados a cadena perpetua los tres marinos acusados por el “Fusilamiento de Trelew”, cuando fueron asesinados 16 presos políticos. Dos represores resultaron absueltos y se reclamó a EE.UU. la extradición de otro. El caso está considerado el ensayo general del terrorismo de Estado.



EL TOF DE COMODORO RIVADAVIA CONDENO A PERPETUA A SOSA, DEL REAL Y MARANDINO Y ABSOLVIO A PACCAGNINI Y BAUTISTA EN EL JUICIO POR TRELEW
La masacre tuvo su día de justicia 40 años después
La sentencia generó emoción y aplausos entre los familiares de las víctimas, en Rawson. Anticiparon que apelarán las absoluciones. El fallo marca un precedente porque retrasa el inicio del terrorismo de Estado en el país.
Por Ailín Bullentini
Desde Rawson
Jorge Bautista, Rubén Paccagnini, Luis Sosa y Emilio Del Real escuchan el fallo que absolvió a los dos primeros y condenó a perpetua a los dos últimos.
Imagen: Télam
Desde el extremo del escenario reservado para ellos, se las ingeniaron los cinco acusados en el juicio por la Masacre de Trelew para ubicarse de espaldas al público. Alguno, incluso, procuró taparse la cara. Tardó la gente, el mediodía de ayer, en colmar el cine teatro José Hernández de Rawson, en donde se desarrolló el debate desde su inicio, en mayo de este año, para escuchar en vivo y en directo la decisión del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia. La multitud respetó el silencio pedido por el presidente del TOF, Enrique Guanziroli, al iniciar la lectura del veredicto, silbó en protesta de las absoluciones de Rubén Paccagnini y Jorge Bautista y festejó con aplausos, llantos y de pie al grito de “asesinos” las condenas a prisión perpetua e inhabilitación absoluta de Luis Sosa, Emilio Del Real y Carlos Marandino.

Las absoluciones

La tensión invadía las primeras filas del teatro, en donde los familiares de quienes fueron asesinados en la Base Almirante Zar de Trelew hace cuarenta años aferraban manos, se mordían los labios y apretaban los ojos como queriendo, con ese gesto, obligar al tiempo a avanzar más rápido. Más arriba, integrantes de Hijos, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Esa ansiedad esperanzada con la que todos sostenían las imágenes de sus fusilados fue la primera en recibir la lectura inicial de Guanziroli como un aguijonazo: la absolución de Jorge Bautista “por no haberse probado el delito de encubrimiento”.

El gesto en las caras de los familiares pasó de expectativa a preocupación. La siguiente decisión despertó silbidos y los murmullos comenzaron a calentar el ambiente: la absolución de Rubén Paccagnini del cargo de “autor mediato de 16 homicidios reiterados con alevosía y concurso premeditado de dos o más personas y tres tentativas del mismo delito”. En esta decisión, la jueza Nora Cabrera de Monella se manifestó en disidencia y recibió aplausos por ello. Dos a cero de los cinco puntos que se jugaban en esta final que, para muchos, marca un precedente en la historia argentina porque atrasa el punto de inicio del terrorismo de Estado tal y como se lo conoce propio de la última, fatal y feroz dictadura cívico-militar argentina.


Las perpetuas

A Raquel Camps, hija del sobreviviente de la masacre Alberto Camps, se le vino el mundo abajo. “No podía creer lo que estaba escuchando y no quería seguir haciéndolo. Tenía miedo de que el resto de las condenas fuera igual. Quise salir corriendo”, recordó cuando ya todo estaba dicho, con mucha más calma, pero con las heridas aún abiertas.

Lo que siguió despertó las fuerzas. Los militares retirados Sosa, Del Real y Marandino fueron condenados a “prisión e inhabilitación absoluta y perpetua por considerarlos coautores responsables del homicidio con alevosía y de tres casos de ese delito en calidad de tentativa” de Rubén Bonet, Jorge Ulla, Humberto Suárez, José Mena, Humberto Toschi, Miguel Angel Polti, Mario Delfino, Alberto Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Astudillo, Alfredo Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart, y de los sobrevivientes Alberto Camps, María Antonia Berger y Ricardo Haidar, todos ellos presos políticos militantes de Montoneros, FAR y ERP-PRT, cometidos el 22 de agosto de 1972.


Los aplausos no permitieron al presidente del TOF finalizar de corrido la sentencia. Tampoco los gritos de “bravo” o los “hijos de puta” y “asesinos” que muchos hombres y mujeres del público, de pie, les dedicaron a los acusados, que permanecieron de espaldas. La declaración de los delitos como crímenes de lesa humanidad sirvió de válvula de descarga para quienes arribaron esa mañana a Trelew en busca de esa frase que, suponían, englobaba a “toda la Justicia”. Cuando la escucharon olvidaron por cuestión de segundos, nomás, las absoluciones del inicio, por las que deberán seguir luchando. Y lloraron. Y se abrazaron. Y buscaron con la mirada hacia arriba el encuentro con aquellos cuyos derechos humanos fueron violados cuarenta años atrás. “Para este tribunal, el juicio ha terminado”, clausuró Guanziroli, luego de mencionar que los condenados sólo acabarían en una cárcel federal cuando la condena estuviera firme. Esto es, por lo menos, tras las apelaciones de defensas y querellas, quienes ya aseguraron que las habrá. Mientras tanto, Sosa, Del Real y Marandino permanecerían excarcelados.


“Sabemos que se hizo justicia, pero no acordamos con las absoluciones”, definió Jorge Ulla, hermano del militante del ERP-PRT, la sensación que se instaló en el cuerpo de la mayoría de los familiares, a medida que iban, poco a poco, abandonando las butacas del lugar en donde un camino cuarenta años de lucha encontró el fin de su primera gran etapa: las condenas. Alicia Bonet, compañera de otro integrante de esa fuerza, también fusilado, fue más positiva al considerar la definición de los delitos como de lesa humanidad como “un enorme triunfo. Jueces argentinos determinaron que Trelew fue el primer acto de terrorismo de Estado”.


Los otros puntos

El pedido de extradición del militar retirado Roberto Bravo a Estados Unidos es otro de los puntos importantes del fallo, junto con la orden para que se le realice al almirante Horacio Mayorga –quien quedó afuera de este juicio por problemas de salud– análisis periódicos para controlar su estado. Bravo fue señalado durante el debate por varios testigos –entre ellos por las voces de los sobrevivientes– como uno de los disparadores en los fusilamientos. En 2008 se realizó un pedido de extradición al país norteamericano, que fue rechazado por la Justicia del estado de Florida. En ese sentido, “la declaración de los hechos como delitos de lesa humanidad es un nuevo argumento para reiterar el pedido”, analizó el fiscal de Comodoro Rivadavia, Horacio Arranz, uno de los tres miembros del Ministerio Público fiscal que integraron esa parte acusatoria durante el debate.

El análisis

En cuanto al punto de Bravo, las querellas se mostraron conformes, aunque la abogada del Centro de Estudios Legales y Sociales, que representa a la querella de los familiares, Carolina Varsky, remarcó que el alegato de esa parte solicitó la deportación del militar retirado: “Con este fallo queda claro que él mintió en su ingreso a los Estados Unidos. La masacre es un crimen de lesa humanidad y él es sindicado constantemente con Sosa como uno de los autores de los disparos y responsables”. El TOF, en tanto, denegó el pedido de esa querella de incluir la figura de tormentos en el caso. “El tribunal no entendió el planteo de esta querella de que las torturas que los fusilados padecieron desde el 15 al 22 de agosto de 1972 formaron parte del mismo hecho”, explicó Varsky.

Del fallo del TOF de Comodoro Rivadavia, las partes acusatorias destacaron la definición de los delitos como crímenes de lesa humanidad y todas, también, criticaron fuertemente la absolución de Paccagnini, quien fue el jefe de la base en donde sucedieron los fusilamientos. “La causa de la masacre nos permitía adentrarnos en la estructura militar cuando se trata de terrorismo de Estado, explicar el encubrimiento posterior de Bautista de los hechos y cómo se trasmiten las decisiones a nivel jerárquico dentro de la fuerza. Yo no conozco casos de absolución de jefes de dependencias en las que se hayan cometido delitos de lesa humanidad. Desde el Estado, habla de un desconocimiento de cómo opera esa estructura militar. Leeremos los fundamentos”, expresó Germán Kexel, de la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Su colega Martín Rico aseguró que recurrirán a Casación por el asunto.


“Nosotros estuvimos en la investigación del caso y siempre relacionamos al ex presidente de facto (Agustín Lanusse) con diferentes jefes de mando. En ese trabajo se dejó bien claro cuál era la prueba que lo unía con Paccagnini, dentro de un plan sistemático generalizado de persecución a gran parte de la población, cosa que el tribunal sí dio por probado. No entendemos los argumentos con los que se lo liberó a Paccagnini de culpa y cargo”, rezongó el fiscal de Rawson Fernando Gélvez.


ACTO EN LA BASE ZAR

Cartel en memoria
Abrigada hasta la nariz, apoyada en el antebrazo de una compañera que no la deja ni a sol ni a sombra, Encarnación Díaz se paró frente al enorme cartel y leyó en voz bien baja. Se lo contaba a sí misma, pero también a su tierra, a Trelew, para que ninguna de las dos olvide ese momento histórico. Despacio, recorría las palabras: “En esta unidad de la Armada Argentina se cometieron crímenes de lesa humanidad. El 22 de agosto de 1972 se perpetró la Masacre de Trelew. Memoria. Verdad. Justicia”.

A poco menos de un kilómetro de la entrada del edificio en donde estuvieron detenidos los 19 presos políticos una semana de agosto de 1972 antes de ser fusilados el 22 de aquel mes, más precisamente en el kilómetro 1453 de la ruta 3, en donde comienza el territorio de la Base Aeronaval Almirante Zar, existe desde ayer un enorme cartel que indica de manera oficial lo que Encarnación sabe desde hace 40 años, lo que dijo a gritos desde entonces. “40 años esperamos mi tierra y yo este acto de justicia, para que las atrocidades que sucedieron aquí no vuelvan a pasar”, comentó a Página/12, que la oyó leer el mensaje del cartel en voz baja.


En un acto del que participaron pobladores de Trelew, familiares de las víctimas, miembros del Archivo Nacional de la Memoria y de la Secretaría de Derechos Humanos, quedó inaugurada la señalización de la base. “Es necesario recordar a los compañeros que se llevaron aquellos traidores, cobardes, que no son siquiera capaces de mirar a las familias de quienes ellos mataron y reconocer lo que hicieron”, enfatizó el titular de esa secretaría, Martín Fresneda, bajo el cartel a la vera de la ruta nacional. Desde ese mismo lugar y momentos antes de ingresar al sector donde estuvieron los calabozos que albergaron los últimos días de las víctimas de la Masacre de Trelew, entre ellas su hermano Alejandro, Jorge Ulla resumió la jornada en nombre de los familiares. “Después de 40 años pedimos justicia no motorizados por rencor y venganza sino por la vida. Recordar la muerte sería el triunfo de la matanza.


Ellos creían que al perforar esos cuerpos iban a desaparecer los reclamos de democracia, los pedidos de libertad. Pero no lo lograron. No mataron los cuerpos sino que los inmortalizaron a través nuestro. Esto va más allá de una sentencia, es la reivindicación de toda una generación”, apuntó.




ENRIQUE GUANZIROLI, PRESIDENTE DEL TRIBUNAL
“Un reclamo demorado”
El titular del tribunal explicó a Página/12 las razones de las absoluciones que tanto enojo causaron. Y pondera la perseverancia del pueblo de Trelew porque se haga justicia.
Por Ailín Bullentini
Desde Rawson
El presidente del Tribunal Oral de Comodoro Rivadavia, Enrique Guanziroli.Imagen: Télam
Tras leer las sentencias para cerrar el juicio por los fusilamientos de 16 presos políticos y el intento de asesinato de tres más, en agosto de 1972 en la Base Almirante Zar de Trelew, el presidente del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, Enrique Guanziroli, explicó a Página/12 los fundamentos de las decisiones que más bronca generaron entre los familiares de las víctimas.

–Fueron sorpresivas las absoluciones de Jorge Bautista y Rubén Paccagnini. ¿Cuáles fueron las razones?

–Al primero lo absolvimos del delito de encubridor. Cuando este hombre empieza la investigación, hace 40 años, todavía había una doctrina jurídica muy fuerte que decía que no hay delito hasta que un juez lo dice, por ende hasta que no haya delito tampoco va a haber delincuente. Además de eso, el tribunal ponderó un montón de actuaciones en las que este señor intervino y lo dijo. Puede ser negligente, puede ser que no haya hecho todo lo que debía, pero de ahí a decir que tuvo la intención de encubrir algo que todavía no se sabía muy bien qué era en ese momento hay un largo trecho. En cuanto a Paccagnini, el tribunal pondera que hay un plan, por eso dicta la lesa humanidad, pero no necesariamente que ese plan haya recorrido la cadena de mandos que Paccagnini representa. En ese momento, en base a toda la prueba incorporada, los cautivos estaban en custodia de la Infantería de Marina y había otros jefes navales importantes en la zona. No se logró probar la acusación sobre Paccagnini de que, por esa cadena de mando, bajó la orden o este plan fue implementado por él.

–El fallo considera que existió un plan de exterminio...

–Más que de exterminio, un plan sistemático y generalizado de agresión, contra un sector vasto de la población civil que incluye el delito que para nosotros es homicidio alevoso.

–¿Por qué no se envió a los condenados a la cárcel?

–Se ponderó su edad, también el hecho de que están excarcelados desde hace mucho y todavía así cumplen con el proceso. Varios de ellos han vivido en el exterior y aun así lo hicieron. El tribunal les da la oportunidad de permanecer en libertad en el país, porque no los autoriza a salir, hasta que deban afrontar la cárcel federal común, que sucederá cuando la condena quede firme, después de las apelaciones.

–¿Qué importancia tuvieron en la calificación de delitos de lesa humanidad los archivos encontrados en la Armada?

–De los varios capítulos que conforman la sentencia, que es larga, hay dos dedicados a ponderar la documentación aportada durante el debate. Hubo, en este proceso, que reconstruir el otro proceso judicial perdido. Hubo mucho aporte documental que se realizó durante este debate, de cosas nuevas que han ido aportando nuevos testigos. El aporte documental fue muy importante. Por ejemplo, el que consiguió el Tribunal cuando pidió todos los recursos de hábeas corpus y de amparo que se habían tramitado en Rawson en aquella época.

–¿Qué otros elementos evaluó la sentencia?

–Una de las cosas es el tiempo transcurrido. No es común que haya un fallo 40 años después de un hecho y, en este sentido, destaca la memoria activa del pueblo de Trelew. Además, la manera de reclamar justicia de los familiares. En cuanto a los testigos, sus testimonios fueron divididos en tres: quienes hablaron de lo relativo al aeropuerto y lo precedente al 22 de agosto; quienes hablaron, por oídas, de lo que ocurrió el mismo 22, y los testigos del después, los que dan un panorama del plan de lesa humanidad que el Tribunal ponderó y por el que dicta la condena.

–¿Considera que el pedido de extradición de Bravo podrá concretarse a raíz de esta sentencia?

–El pedido de extradición se tiene que concretar. Ahora, como pondera el juez de Estados Unidos la extradición está en su análisis, pero hay elementos de juicio más importantes ahora a raíz de esta sentencia.

–¿Qué consideró en los pedidos de investigación a los médicos militares Lisandro Llois y Jorge Barreto?

–Como hay varias medidas que solicitaron los fiscales, pusimos el expediente a disposición para que actúen y hagan los pedidos que consideren necesarios al juez original. El dueño de la acción es el fiscal.

–¿Qué lectura considera que tiene para la sociedad este fallo?

–El tribunal entiende que éste es un reclamo de Justicia demorado no sólo de los familiares de las víctimas sino de toda la sociedad. Y que el único modo de llevar la paz a las sociedades es haciendo justicia.



OPINION
Trelew cuarenta años después
Por Rodolfo Mattarollo *
Dos reflexiones. Los derechos humanos son hoy una causa común a vastos sectores del Estado y de la sociedad argentina en un grado decididamente mayor que en otras partes del mundo, para el que mire de buena fue el panorama internacional. Lo demuestra una vez más la rotunda condena a varios ejecutores de la Masacre de Trelew, que acaba de pronunciarse, cuarenta años después de los hechos.

El costo en términos humanos ha sido irreparable. Cada minuto de libertad que vivimos es deudor de inmensos sacrificios. Las luchas populares han sido la condición necesaria del respeto a la dignidad humana que hemos conquistado. Esas luchas crearon la situación en la que las políticas públicas de memoria, verdad, justicia y reparación cambiaron la Argentina. Vencer la impunidad ya no es un sueño ni el crimen de lesa humanidad queda remitido al juicio final.


Las movilizaciones en sitios de memoria, las múltiples investigaciones judiciales y extrajudiciales, la recuperación de la persona de los desaparecidos como seres humanos que nos interpelan desde una escala de valores solidarios, distantes de la banalidad que vacía de sentido a la maravillosa aventura de la vida, todo ese vasto proceso muestra que, contra lo que querrían quienes anunciaban el fin de la historia, la historia mundial continúa siendo el tribunal mundial.


Cuántas veces sostuvimos con Eduardo Luis Duhalde, y otros abogados defensores de los combatientes de Trelew, que la masacre había sido el ensayo general del terrorismo de Estado, que ese terrorismo de Estado sustituía la enseñanza universal y gratuita por una pedagogía del terror y que el objetivo mayor era una reorganización de la sociedad para consolidar el privilegio y la exclusión, que es su correlato inevitable.


Y esto puede llevarnos a una segunda reflexión, que muchas veces he expresado diciendo que “es difícil ser contemporáneos de nuestro propio presente”. Hemos luchado para ver este día de justicia. Defendamos lo esencial de este proceso, hagamos lo necesario para su consolidación y profundización y para ubicar este gran acto de justicia en esa perspectiva de la totalidad sin la cual es imposible comprender los valores en juego y los peligros que acechan a la democracia auténtica.


No restituiremos a la vida a los combatientes de Trelew. Pero habremos experimentado un momento excepcional en la búsqueda de construir entre muchos la pacificación de la existencia.

* Embajador de Unasur en Haití.
Fuente:Pagina12


16.10.2012 
Histórico fallo judicial a 40 años de los fusilamientos de presos políticos en la Base Almirante Zar 
Condenan a prisión perpetua a tres marinos por la Masacre de Trelew 
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia aplicó la pena máxima a Luis Emilio Sosa, Emilio Del Real y Carlos Marandino, pero absolvió a otros dos imputados. Los cuestionamientos. 
Por: Gerardo Aranguren 
A pesar de las advertencias del presidente del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia, familiares de las víctimas de la Masacre de Trelew y el público estallaron en gritos y aplausos al escuchar la condena a perpetua a los autores materiales de los fusilamientos, un acto de justicia por el que debieron esperar más de 40 años.

En el fallo, los jueces declararon que la matanza de presos políticos del 22 de agosto de 1972 en la Base Almirante Zar fue un crimen de lesa humanidad, definición que arrancó nuevos aplausos y gritos cuando fue leída por el presidente del TOF, Enrique Jorge Guanziroli. La máxima pena fue impuesta para los capitanes retirados de la Armada Emilio Del Real y Luis Emilio Sosa, y para el ex cabo Carlos Marandino, quienes fueron encontrados culpables como coautores responsables del homicidio con alevosía de los 16 presos políticos que se encontraban detenidos en las celdas de la Base y de los tres casos de tentativa de homicidio, en relación a los sobrevivientes de la masacre.


La noticia fue opacada segundos después por la decisión del tribunal de que ninguno de los condenados vaya a prisión hasta que la sentencia condenatoria sea confirmada por la alzada y quede firme. "Manteniendo el estado actual de sujeción de los condenados, quienes no se ausentarán del país, a cuyo efecto se librarán oficios a las autoridades de control fronterizo, hasta que la sentencia quede firme, que pasarán a cumplir en una causa federal", señalaron los magistrados.


De esa manera, permanecerán en libertad como lo hicieron durante todo el proceso. Además de las condenas, el TOF decidió absolver a los otros dos imputados del juicio oral. Así fue para el caso del entonces jefe de la Base Almirante Zar, Rubén Norberto Paccagnini, para quien la fiscalía y las querellas habían reclamado prisión perpetua al considerar su rol como autor mediato de los mismos delitos, ya que poseía poder de mando sobre los tres marinos condenados.


También decidieron absolver a Jorge Enrique Bautista, quien investigó el caso como juez instructor militar. El capitán retirado estaba acusado por encubrimiento y pesaba sobre él un pedido de pena de dos años de prisión. El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, estuvo presente en la lectura del fallo junto al diputado Horacio Pietragalla y organismos de Derechos Humanos.


El funcionario valoró la trascendencia histórica del juicio y destacó: "Comenzamos a desandar la patria fusilada" con esa sentencia, en relación al libro de Francisco "Paco" Urondo en el que entrevistó a los sobrevivientes. La audiencia de ayer comenzó cerca de las 13 con la sala del Centro Cultural José Hernández de Rawson repleta cuando el presidente del TOF dio inicio a la lectura de la parte resolutiva de la sentencia.


Afuera, cientos de personas siguieron el final del histórico juicio oral. Además de las condenas, los jueces tomaron medidas sobre los otros dos imputados en que no llegaron al juicio oral. Se trata del almirante retirado Horacio Mayorga, apartado por problemas de salud, para quien ordenaron análisis médicos mensuales "para determinar su estado de salud". Al mismo tiempo decidieron remitir una copia de la sentencia al juez de instrucción de Rawson para solicitar la extradición de Roberto Guillermo Bravo, a quien el gobierno de los Estados Unidos se negó a extraditar a pesar de las pruebas que pesan sobre su participación en los fusilamientos.


Tanto la Fiscalía como las querellas del CELS y de la Secretaría de Derechos Humanos destacaron que el fallo declaró de lesa humanidad la masacre y condenó a sus autores materiales, pero anunciaron que recurrirán las absoluciones y la decisión de dejar en libertad a los culpables.


"Vamos a apelar las absoluciones y a pedir la inmediata detención. Tendremos que leer los fundamentos de la sentencia pero la absolución de un jefe de la dependencia donde se fusila a personas (en relación a Paccagnini) bajo ninguna teoría puede ser entendible", señaló Germán Kexel, quien llevó la querella de la Secretaría de Derechos Humanos. Además, resaltó la responsabilidad del entonces jefe de la Base: "Paccagnini fue quien retransmitió la orden de (Alejandro) Lanusse de enviar a los detenidos a la Base Almirante Zar. Luego de los fusilamientos, a tres detenidos se los dejó morir allí, sin atención médica."


También cuestionó las libertades de los tres marinos que fueron encontrados culpables: "Una condena histórica como esta queda en lo declamativo si los condenados se mueren en libertad. El Tribunal ha asumido ese riesgo y sobre sus espaldas cae esa responsabilidad", analizó. El abogado aclaró que, pese a estas discusiones, "no se empañó el juicio porque lo que se logró es muy grande, a nivel provincia, local y nacional.


Es una gran victoria política, simbólica y de lucha contra la impunidad al haber probado que se trató de delitos de lesa humanidad, cometidos en un contexto de ataque sistemático a la población civil", explicó . Y concluyó: "Fueron 40 años de una lucha por una causa que no entraba en los cánones tradicionales de las violaciones de Derechos Humanos en la Argentina.


Era un hecho que estaba destinado a quedar impune pero no fue así para este gobierno ni para esta secretaría de Derechos Humanos, primero con Eduardo Luis Duhalde y ahora con Martín Fresneda."


Señalizaron la base almirante zar 

La base Aeronaval Almirante Zar, donde en la madrugada del 22 de agosto de 1972 fueron fusilados 19 presos políticos, fue señalada ayer como sitio de memoria en un acto organizado por la Red Federal de Sitios de la Memoria. Familiares de los detenidos y fusilados pudieron recorrer ayer el lugar donde se produjo lo que pasó a la historia como la Masacre de Trelew, catalogada por Rodolfo Mattarollo como "un ensayo general del terrorismo de Estado".
Fuente:TiempoArgentino

15 de Octubre 

La Justicia condenó a prisión perpetua a tres acusados de la denominada Masacre de Trelew
Enviado especial 
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como "coautores responsables del homicidio con alevosía" de 16 presos políticos y tres tentativas, en el juicio por la Masacre de Trelew. Relacionadas Fresneda: “Comenzamos a desandar la patria fusilada”
Los jueces Enrique Guanziroli, Juan Velázquez y Nora Cabrera de Monella declararon en la sentencia condenatoria, con voto unánime, que fue un "crimen de lesa humanidad" el fusilamiento de 19 presos políticos perpetrado en la base Almirante Zar de Trelew el 22 de agosto de 1972, durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse.

Con la disidencia de la jueza Monella, el Tribunal absolvió a Rubén Paccagnini, el jefe de la base Zar en el momento de los hechos, para quien la Fiscalía y las querellas habían pedido también prisión perpetua como autor mediato de los mismos delitos.


Igual decisión con la misma disidencia favoreció a Jorge Bautista, el juez militar ad hoc que hizo el sumario desde el día de la masacre y para quien los acusadores habían solicitado dos años de cárcel efectiva, como encubridor.


La Fiscalía y las querellas de familiares de las víctimas y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación celebraron el fallo pero anticiparon que apelarán las absoluciones y la decisión de que los tres condenados sigan en libertad hasta que el mismo quede firme, a la que opuso su voto una vez más la magistrada.


En el mismo sentido se manifestaron funcionarios gubernamentales, familiares de los fusilados y todo el público que colmó la sala del centro cultural "José Hernández" de Rawson, incluida la gente que siguió desde la calle la lectura de las condenas. "Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar", coreó el público dentro y fuera de la sala donde se desarrolló el juicio desde mayo de este año, tras conocer las condenas.


Con acuerdo de las partes, el Tribunal sólo leyó en esta última audiencia el tramo dispositivo de la sentencia, aunque no las 270 páginas de fundamentos.


Los jueces resolvieron además que se insista en el pedido de extradición del represor del represor Roberto Bravo, negada en el 2008 por la justicia de Estados Unidos, país donde reside, y la realización de exámenes médicos al almirante (RE) Horacio Mayorga, ambos implicados en la causa judicial por la Masacre de Trelew.


El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, que presenció la lectura de la parte dispositiva del fallo, valoró su importancia y celebró "que se haya realizado este juicio y que haya concluido de esta forma".


"Estamos absolutamente convencidos de que este es el camino en el cual todos los argentinos nos vamos a sentir incluidos y protegidos", dijo Fresneda a Télam y subrayó el papel de la política de derechos humanos impulsada por los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.


También confió en que "estas sentencias sean herramientas pedagógicas del futuro para formar a nuestras fuerzas armadas y decirle a los argentinos que hoy, esta patria, esta Presidenta, este estado de derecho, va a seguir adelante, juzgando y llevando adelante todo este proceso de memoria, verdad y justicia".


Germán Kexel, querellante en este juicio por la Secretaría de Derechos Humanos, celebró las condenas y anticipó la apelación de las absoluciones y "la forma de ejecución de la pena", con los tres condenados en libertad hasta que el fallo esté firme.


"Vamos a leer los fundamentos (del fallo) pero es jurídicamente difícil de explicar la absolución del jefe de la base (Paccagnini) y también el encubrimiento de Bautista", subrayó en particular y añadió que los condenados deberían cumplir la prisión perpetua sin demora "en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal".


En la misma línea, Eduardo Hualpa, de la querella de familiares, expresó que "las absoluciones dejan un sabor amargo" pero destacó "el reconocimiento (en el fallo) de que estos hechos son crímenes de lesa humanidad" y el juzgamiento a los represores "con todas las garantías que ellos no les dieron a los que fusilaron".


En términos similares se expresaron los fiscales Fernando Arranz y Fernando Gelvez, quienes valoraron el reconocimiento de la lesa humanidad y las tres condenas a prisión perpetua pero anticiparon que apelarán las absoluciones, en especial la de Paccagnini.

Fuente:Telam

EL TRIBUNAL ORAL DE COMODORO RIVADAVIA LOS HALLO “COAUTORES RESPONSABLES DEL HOMICIDIO CON ALEVOSIA” DE 16 PRESOS POLITICOS Y TRES TENTATIVAS. LOS OTROS DOS MARINOS FUERON ABSUELTOS 

Perpetua para tres acusados por la Masacre de Trelew 
El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua e inhabilitación absoluta a Emilio Del Real, Carlos Marandino y Luis Emilio Sosa por considerarlos autores de los 16 fusilamientos de presos políticos y el intento de asesinato de otros tres en 1972, en la base Almirante Zar de Trelew, y absolvió a Rubén Norberto Paccagnini y Jorge Enrique Bautista. 
Martes 16 de Octubre de 2012

Luis Sosa y Emilio Del Real fueron dos de los tres marinos condenados a prisión perpetua. 

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó ayer en Rawson a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como “coautores responsables del homicidio con alevosía” de 16 presos políticos y tres tentativas, en el juicio por la Masacre de Trelew.

Los jueces Enrique Guanziroli, Juan Velázquez y Nora Cabrera de Monella declararon en la sentencia condenatoria, con voto unánime, que fue un “crimen de lesa humanidad” el fusilamiento de 19 presos políticos perpetrado en la base Almirante Zar de Trelew el 22 de agosto de 1972, durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse.


Con la disidencia de la juez Monella, el Tribunal absolvió a Rubén Paccagnini, el jefe de la base Zar en el momento de los hechos, para quien la Fiscalía y las querellas habían pedido también prisión perpetua como autor mediato de los mismos delitos. Igual decisión con la misma disidencia favoreció a Jorge Bautista, el juez militar ad hoc que hizo el sumario desde el día de la masacre y para quien los acusadores habían solicitado dos años de cárcel efectiva, como encubridor.


La Fiscalía y las querellas de familiares de las víctimas y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación celebraron el fallo pero anticiparon que apelarán las absoluciones y la decisión de que los tres condenados sigan en libertad hasta que el mismo quede firme, a la que opuso su voto una vez más la magistrada.


En el mismo sentido se manifestaron funcionarios gubernamentales, familiares de los fusilados y todo el público que colmó la sala del centro cultural “José Hernández” de Rawson, incluida la gente que siguió desde la calle la lectura de las condenas. “Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”, coreó el público dentro y fuera de la sala donde se desarrolló el juicio desde mayo de este año, tras conocer las condenas.


LA EXTRADICION DE BRAVO

Con acuerdo de las partes, el Tribunal sólo leyó en esta última audiencia el tramo dispositivo de la sentencia, aunque no las 270 páginas de fundamentos.

Los jueces resolvieron además que se insista en el pedido de extradición del represor Roberto Bravo, negada en 2008 por la justicia de Estados Unidos, país donde reside, y la realización de exámenes médicos al almirante (RE) Horacio Mayorga, ambos implicados en la causa judicial por la Masacre de Trelew. El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, que presenció la lectura de la parte dispositiva del fallo, valoró su importancia y celebró “que se haya realizado este juicio y que haya concluido de esta forma”.


“Estamos absolutamente convencidos de que este es el camino en el cual todos los argentinos nos vamos a sentir incluidos y protegidos”, dijo Fresneda a Télam y subrayó el papel de la política de derechos humanos impulsada por los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. También confió en que “estas sentencias sean herramientas pedagógicas del futuro para formar a nuestras fuerzas armadas y decirle a los argentinos que hoy, esta patria, esta Presidenta, este estado de derecho, va a seguir adelante, juzgando y llevando adelante todo este proceso de memoria, verdad y justicia”.


Germán Kexel, querellante en este juicio por la Secretaría de Derechos Humanos, celebró las condenas y anticipó la apelación de las absoluciones y “la forma de ejecución de la pena”, con los tres condenados en libertad hasta que el fallo esté firme. “Vamos a leer los fundamentos (del fallo) pero es jurídicamente difícil de explicar la absolución del jefe de la base (Paccagnini) y también el encubrimiento de Bautista”, subrayó en particular y añadió que los condenados deberían cumplir la prisión perpetua sin demora “en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal”.


En la misma línea, Eduardo Hualpa, de la querella de familiares, expresó que “las absoluciones dejan un sabor amargo” pero destacó “el reconocimiento (en el fallo) de que estos hechos son crímenes de lesa humanidad” y el juzgamiento a los represores “con todas las garantías que ellos no les dieron a los que fusilaron”.


En términos similares se expresaron los fiscales Fernando Arranz y Fernando Gelvez, quienes valoraron el reconocimiento de la lesa humanidad y las tres condenas a prisión perpetua pero anticiparon que apelarán las absoluciones, en especial la de Paccagnini.

Fuente:Patagonico

16-10-2012

LA MASACRE DE TRELEW 
Prisión perpetua para tres fusiladores 
Después de 40 años, la Justicia Federal de Comodoro Rivadavia condenó a dos oficiales y un suboficial por la matanza de 16 guerrilleros dentro de la base naval Almirante Zar de Trelew. 
Emilio del real, Luis Sosa y Carlos Marandino escucharon ayer la sentencia que los condenó a preisión perpetua.
Los familiares de las víctimas celebraron el fallo judicial contra los fusiladores.
En tanto que el jefe de la base y el juez de la causa fueron absueltos. Los hechos ocurrieron el 22 de agosto de 1972, durante la dictadura de Alejandro Lanusse.
Rawson, Chubut (Télam) - El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó ayer a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como “coautores responsables del homicidio con alevosía” de 16 presos políticos y tres tentativas, en el juicio por la Masacre de Trelew.

Los jueces Enrique Guanziroli, Juan Velázquez y Nora Cabrera de Monella declararon en la sentencia condenatoria, con voto unánime, que fue un “crimen de lesa humanidad” el fusilamiento de 19 presos políticos perpetrado en la base Almirante Zar de Trelew el 22 de agosto de 1972, durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse.


Absueltos 

Con la disidencia de la jueza Monella, el Tribunal absolvió a Rubén Paccagnini, el jefe de la base Zar en el momento de los hechos, para quien la Fiscalía y las querellas habían pedido también prisión perpetua como autor mediato de los mismos delitos. Igual decisión con la misma disidencia favoreció a Jorge Bautista, el juez militar ad hoc que hizo el sumario desde el día de la masacre y para quien los acusadores habían solicitado dos años de cárcel efectiva, como encubridor.

La Fiscalía y las querellas de familiares de las víctimas y de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación celebraron el fallo pero anticiparon que apelarán las absoluciones y la decisión de que los tres condenados sigan en libertad hasta que el mismo quede firme, a la que opuso su voto una vez más la magistrada.


En el mismo sentido se manifestaron funcionarios gubernamentales, familiares de los fusilados y todo el público que colmó la sala del centro cultural “José Hernández” de Rawson, incluida la gente que siguió desde la calle la lectura de las condenas.


Festejo desatado 

“Como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”, coreó el público dentro y fuera de la sala donde se desarrolló el juicio desde mayo de este año, tras conocer las condenas.

Con acuerdo de las partes, el Tribunal sólo leyó en esta última audiencia el tramo dispositivo de la sentencia, aunque no las 270 páginas de fundamentos. Los jueces resolvieron además que se insista en el pedido de extradición del represor del represor Roberto Bravo, negada en el 2008 por la justicia de Estados Unidos, país donde reside, y la realización de exámenes médicos al almirante (RE) Horacio Mayorga, ambos implicados en la causa judicial por la Masacre de Trelew.


Sentirse protegidos 

El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, que presenció la lectura del fallo, valoró su importancia y celebró “que se haya realizado este juicio y que haya concluido de esta forma”.

“Estamos absolutamente convencidos de que este es el camino en el cual todos los argentinos nos vamos a sentir incluidos y protegidos”, dijo Fresneda, quien subrayó el papel de la política de derechos humanos impulsada por los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. 


Apelaciones 

Germán Kexel, querellante en este juicio por la Secretaría de Derechos Humanos, celebró las condenas y anticipó la apelación de las absoluciones y “la forma de ejecución de la pena”, con los tres condenados en libertad hasta que el fallo esté firme. “Vamos a leer los fundamentos (del fallo) pero es jurídicamente difícil de explicar la absolución del jefe de la base (Paccagnini) y también el encubrimiento de Bautista”, subrayó en particular y añadió que los condenados deberían cumplir la prisión perpetua sin demora “en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal”.

En la misma línea, Eduardo Hualpa, de la querella de familiares, expresó que “las absoluciones dejan un sabor amargo” pero destacó “el reconocimiento (en el fallo) de que estos hechos son crímenes de lesa humanidad” y el juzgamiento a los represores “con todas las garantías que ellos no les dieron a los que fusilaron”. En términos similares se expresaron los fiscales Fernando Arranz y Fernando Gelvez, quienes valoraron el reconocimiento de la lesa humanidad y las tres condenas a prisión perpetua pero anticiparon que apelarán las absoluciones, en especial la de Paccagnini.


El fusilamiento 

Rawson (NA) - Los hechos juzgados están vinculados con la fuga de la cárcel de Rawson de un grupo de dirigentes de organizaciones guerrilleras como FAR, ERP y Montoneros, en un hecho que muchos señalan como el antecedente más directo del terrorismo de estado antes de la última dictadura militar. Seis de los evadidos se fugaron hacia Chile en un avión que fue tomado en el viejo aeropuerto de Trelew y el resto quedó cercado en las instalaciones de la terminal aérea por tropas militares. Tras una entrega pactada, fueron trasladados a la base “Almirante Zar” y no a la unidad penitenciaria, como habían acordado en un principio.

Intento de fuga 

En la madrugada del 22 de agosto de 1972, durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse, el grupo de 19 detenidos fue fusilado en los calabozos a los cuales habían llegado una semana antes, en un episodio que la Armada rápidamente difundió bajo la versión de “un nuevo intento de fuga”. Los disparos alcanzaron a todos los detenidos y como consecuencia de las heridas murieron Rubén Pedro Bonet, Jorge Alejandro Ulla, Humberto Segundo Suárez, José Ricardo Mena, Humberto Adrián Toschi, Miguel Ángel Polti, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Rosa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Heriberto Astudillo, Alfredo Elías Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart. Solo tres detenidos -Alberto Camps, María Antonia Berger y Ricardo Haidar- sobrevivieron al fusilamiento y relataron lo ocurrido a detenidos de otras cárceles del país y también al periodista Paco Urondo. Durante la última dictadura militar los tres sobrevivientes fueron desaparecidos.
Fuente:LaMañanaNeuquen



Boletín Informativo Nº 6 | Lunes 15 de Octubre de 2012



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OPINIÓN
ORGULLO 
En agosto de 1972, tenía dieciséis años, recién empezaba a entender lo que era la política, que significaba militancia, aunque no la practicaba, a leer la historia con ojos de autores que no eran los que nos obligaban a estudiar en el secundario, que había una historia reciente, que existía algo que se llamaba peronismo, que la palabra marxismo no era una mala palabra, que los hechos históricos no se acababan con un presidente de principios de siglo, y que hechos importantes para nuestro pueblo empezaron en los años 40 del siglo veinte, pese a que el programa de Historia Argentina, nunca llegaba a 1945. Estaba en una etapa de leer cada libro, cada diario, que hablara de hechos y personas, que me permitiera entender el porqué esa sociedad estaba efervescencia política, de comprender porque había ocurrido un hecho como el Rosariazo, en mi propia ciudad, y que no fue el único. Y por sobretodo, comprender como jóvenes, no mucho más grandes que yo, habían abrazado la lucha armada, como el camino de cambiar una sociedad, que pasaba de gobiernos seudos democráticos a dictaduras propiamente dichas, desde el ´55 en adelante. 

En ese agosto nos enteramos que en una cárcel del sur patagónico, un grupo militantes de distintas organizaciones armadas, se habían fugado de su cautiverio y copando un avión aterrizaron en el Chile socialista de Salvador Allende. Para muchos, aun sin entender con profundidad la ideología de cada uno de los grupos armados, sentimos una alegría que era una mezcla de admiración y envidia, por esos compañeros que se fugaron en una forma cinematográfica.

Vimos como los que no pudieron partir, pero que llegaron al aeropuerto, se entregaron ante las cámaras de televisión y delante de un juez, que se comprometió a resguardar sus vidas. 

Y de pronto, la alegría y admiración, se transformo en tristeza y bronca, los habían fusilados, dando como explicación un supuesto intento de fuga, que todos comprendimos que se trataba simplemente de una venganza, por la fuga realizada. Para esa Dictadura esa ofensa era imperdonable, y ese era el escarmiento. 

Si bien esa Dictadura, ya había producido numerosas muertes entre militantes populares, esta acción desembozada y asesina, parecía un manotazo de ahogado ante un desbarranque político que ya se avecinaba. Lejos estábamos de pensar, que la masacre de Trelew, nos anticipaba lo que la próxima Dictadura, pocos años después, multiplicaría por miles de muertes y desapariciones, implantando el Terrorismo de Estado, a niveles inimaginables en ese momento. 

Por eso, hoy cuando a 40 años, de ese fusilamiento, escuché que algunos de los responsables se les daba una condena a prisión perpetua, no pude dejar de emocionarme, por varias cosas: por que aunque tarde la justicia llegó, para esos compañeros y para sus familiares, por pertenecer a una sociedad que es capaz de generar un acto de justicia y reparación histórica pocas veces visto, pero por sobre todas las cosas por ese joven de dieciséis años que tardó cuarenta años, en ver que en su país la memoria, la justicia y la historia se unen, mejorando la sociedad en su conjunto y a cada uno de nosotros en particular.

Pocas veces, he estado tan orgulloso de ser argentino, como hoy. 

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, COMPAÑEROS 
Luis Megías - 15/10/2012 
Colectivo de Ex Presos Polìticos y Sobrevivientes Rosario

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