09.01.2013
Pese a los buitres de afuera y a los cuervos de adentro.
Llegó la Fragata convertida en un símbolo. Por eso, la celebración. Porque este regreso a la Argentina marcó un triunfo sobre los fondos buitre, no con la fuerza de las armas –pese que se trata de un buque de guerra–, sino con la fuerza de las convicciones políticas: no rendirse ante estos poderosos especuladores internacionales, defender las decisiones soberanas del Estado argentino, mantenerse firme pese a las voces locales que reclamaban la rendición y el pago a los buitres.
Se mantuvo una decisión con firmeza y se ganó con la acción diplomática y en los tribunales de justicia internacional. Y la fragata volvió, y fue “una lección histórica”, como dijo Cristina Fernández de Kirchner frente a la nave.
Se le ganó a los buitres, aunque la guerra continuará y no será fácil. Pero también hubo un triunfo sobre los cuervos –“caranchos”, los llamó la Presidenta–, que vuelan fronteras adentro. Aquellos que criticaron duramente cuando Ghana retuvo a la Fragata, y volvieron a criticar este miércoles cuando regresó.
Esos dirigentes opositores que propusieron –hasta con proyectos en el Congreso–, crear “fondos patrióticos” para pagarle a los fondos buitre y que liberen al buque, aunque eso significara darles la razón y provocar nuevos pedidos de revisión por parte de otros bonistas contra la Argentina. Federico Pinedo (PRO), Alberto Asseff (PJ disidente) y José María García Arecha (UCR), fueron algunos de los que –¿inocentemente?–, propusieron el pago.
Los cuervos también revolotearon por los medios. En el canal de cable del Grupo Clarín se podían observar notas periodísticas que tenían más de deseo perverso que de información confiable. Insistieron con evitar la palabra “acto” para repetir que se trataba de un “show” de Cristina. Hablaban de la “desesperación” de los tripulantes por tener que esperar a que se concretara el acto para ver a sus familiares en tierra. Se repetía el peligro que significaba el viento o los bancos de arena, poniendo en duda que la fragata ingresara al puerto marplatense. Y otras bellezas por el estilo.
Se intentó promover un ruidoso cacerolazo contra la Presidenta, pero apenas un grupito de personas intentó llegar hasta el acto con su protesta, hasta que chocó con militantes y luego de insultar un poco volvieron a sus hoteles.
La oposición política, que tanto reclamó por la fragata, se negó a participar del acto. Todo un símbolo.
Finalmente el buque escuela ya está en la Argentina.
Perdieron los buitres y los cuervos.
Pero la lucha continúa.
Fuente:Veintitres
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