El TOF escuchó ayer a dos ex jueces federales
Otros testigos ampliaron su testimonio sobre las condiciones de detención en la unidad penal del barrio Gorriti.
Brindaron su testimonio seis testigos, de los cuales cinco declararon sobre el requerimiento fiscal sobre la ampliación de imputación al ex interventor del Servicio Penitenciario en la dictadura por tormentos, además de otro testigo convocado por la Fiscalía.
Se conocieron más detalles sobre las condiciones de detención en la unidad del barrio Gorriti, y lo destacable fue la comparecencia de dos ex jueces federales, Néstor Meyer y Carlos Magnus Topp.
Hoy se realizará la última audiencia de la etapa de pruebas con dos testigos, luego el TOF evaluará las pruebas incorporadas a las causas, y en poco tiempo se conocerán los alegatos de las partes. Se estima que en marzo se podría conocer la sentencia de este primer juicio.
Ayer la audiencia se retomó una hora más tarde de lo previsto, por problemas de conexión por videoconferencia con la unidad penal de Ezeiza, donde se encuentra alojado el imputado Antonio Vargas.
Los interrogatorios a los dos ex magistrados federales fueron acotados, ya que el presidente del TOF, Vicente Casas, reiteró a las partes que las preguntas debían ser en el marco de la ampliación de imputación a Vargas. Meyer, quien fue juez federal desde mediados de octubre de 1974 hasta marzo de 1976, ya que renuncio, dijo que jamás tuvo contacto con detenidos del PEN, y también que desconoce "sí la Policía estaba subordinada al Ejército".
Ante la consulta del fiscal Pablo Pelazzo sobre varios detenidos, dijo "no conocer". Interrogado sobre expedientes de detenidos por la Ley 20840, respondió que intervino con el fiscal actuante en los recursos de habeas corpus presentados.
En cuanto a órdenes de liberación de detenidos de Libertador, como el ex intendente Aredez, o de mina El Aguilar, dijo no recordar haber intervenido.
Luego contestó que no emitió oficio al penal de Gorriti. Pelazzo interrogó sobre unas fojas de un expediente, donde el testigo reconoció su firma y señaló "la firma de Bulacios; era común que la autoridad militar disponga sobre el detenido.
Los militares hacían a su antojo lo que querían. Así era todo", contestó. Mientras que Topp relató que se desempeñó como juez federal por Decreto de diciembre de 1976, asumiendo a principios de 1977 hasta octubre de 1984.
Pelazzo consultó si conocía a Felipe Noguera y dijo que sí. Relató que lo vio en un penal de La Plata o Caseros, donde le avisaron que había detenidos del PEN. "Lo recibí y le traje saludos a la madre que con frecuencia se presentaba en el Juzgado Federal", apuntó.
En cuanto al jefe militar Juan Carlos Jones Tamayo, dijo: "creo haberlo visto en un evento social o patrio como el 25 de mayo o 9 de julio, con el grado de mayor".
Luego relató que la madre de Noguera le pidió audiencia y le manifestó que su hijo había sido citado por el Ejército a la madrugada. Se comunico con el ejército, le respondió Jones Tamayo y le dijo que la citación era inadecuada, y no lo volvieron a citar, según expresó.
En cuanto a los habeas corpus presentados por Olga Aredez, dijo que existían registros en el Juzgado y que se presentaron varios recursos por el ex intendente. "Los habeas corpus que se tramitaron no tuvieron éxito, los pedidos realizados por detenidos y personas desaparecidas no precisaban dónde estaban o no se encontraba a las personas.
En todos los procedimientos del Juzgado Federal no intervenía ninguna autoridad militar", resaltó. En cuanto a la consulta sobre si visito el penal de Gorriti, dijo que si, que fue al poco tiempo de hacerse cargo del Juzgado, y se encontró con detenidos del PEN y que se encontraban con un régimen severo. olicitó que se aplique el régimen carcelario, ya que se excedía a un servicio penitenciario, pero no se dio.
Dijo que existe un expediente y que un detenido denunció esta situación.
Sufrimiento por justicia
Los testigos citados nuevamente como Juan Bosco Mecchia, Soledad López y Julio Moisés fueron interrogados sobre las condiciones de detención en barrio Gorriti. Aportaron más detalles sobre el régimen estricto y el maltrato psicológico en el penal. La declaración de López fue muy descriptiva.
Relató que en el traslado del Hogar “Buen Pastor” a Gorriti las alojaron en el pabellón 4, en celdas individuales. "Tenía un colchón sucio, asqueroso, tenía bosta de gallina, chinches, sábanas sucias.
No podíamos dormir, nos picaban los bichos". Las requisas eran a cualquier hora con golpes de cerrojos, y resaltó que esos ruidos la traumaron, y revivir su historia le hace mal, y que su sufrimiento “tiene sentido si se hace justicia", según le dijo al TOF. También destacó que las revisaban las celadoras y que no podían tener libros, ni tejidos como en el “Buen Pastor”.
Fuente: El Tribuno
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