8 de febrero de 2013

OPINIÓN.


Pisar el palito
La insistente prédica de los medios oligopólicos de prensa acerca de la inflación desnuda, más que una preocupación en beneficio de los intereses populares, una intención aviesa para embretar al gobierno en una lucha con alto costo político. 
Por Silvia Torres (para www.mediosdelmercosur.com)
Hacerle “pisar el palito” pareciera ser la intención más clara y acabada que buscan los medios hegemónicos y los economistas ortodoxos al machacar cotidianamente en torno de la inflación, un problema que el Gobierno nacional no encara aisladamente, sino como parte de la política económica centrada en el desarrollo, es decir, crecimiento económico con inclusión social.
La prédica de comunicadores y políticos opositores fundada en medidas de ajuste fiscal y monetario que ya fracasaron por sus nefastos efectos sobre empresas, el trabajo y el consumo, derribaría los pilares esenciales del proyecto que sustenta el kirchnerismo y que cosechó la adhesión mayoritaria del pueblo argentino.
El Banco Central emitió recientemente el documento Programación 2013- Banco Central de la República Argentina. Objetivos y planes para el desarrollo de la política monetaria, crediticia y cambiaria, en donde se analiza la inflación o, mejor dicho, la evolución de precios al consumidor, centrado en las causas que provocan el aumento de los mismos, un aspecto que la oposición se niega siquiera a mencionar. Allí se destaca que en la Argentina se da una formación oligopólica de los precios, además de otros factores como la estructura productiva, “cuellos de botella” en algunos sectores, la puja distributiva y los shoks exógenos de los precios internacionales.
Precisamente, en el factor que se destaca más arriba radica la mayor influencia en la formación de precios, porque la concentración del capital de las empresas en algunos rubros de producción de alimentos básicos impone abusos de posición dominante en la fijación de los mismos y el argentino es uno de los mercados en donde esa concentración tiene un efecto hiper negativo. “Lo pueden hacer por su poder económico, su lugar central que ocupan en la dinámica de la generación de riqueza y en el destacado lobbying que ejercen sobre las autoridades”, explicó el periodista Alfredo Zaiat.
Un sector muy sensible es el rubro alimentos y bebidas, en el que conviven oligopolios y empresas de baja concentración, pero son los primeros los que imponen los precios para el consumo masivo y provocan el efecto arrastre sobre todos los otros.
De un análisis de los precios en los años 2001/2010 se deduce que, en los artículos provistos por empresas concentradas, los aumentos de precios se dispararon por sobre todos los demás, por ejemplo, azúcar, 391 %; aceite, 390,8 %, chocolate y golosinas, 333,1 %, alcohol y bebidas destiladas, 287 %, lácteos, 284,4 %. Estos precios, además, siguieron aumentando en los años siguientes y en ellos sobresale el aceite que entre noviembre del 2011 y el mismo mes del año pasado aumentó 35,4%, sin que exista una razón que no sea la voracidad.
Hay que destacar que en todos estos rubros el manejo de los precios obedece no solo a la posición dominante de las productoras, sino también a su condición de exportadoras privilegiadas de sus productos.
                     
En todas las ramas industriales con oferta altamente concentrada los precios crecieron a un ritmo mayor que la media y la política oficial de pactar acuerdos con ellas no ha dado sus frutos, ya que los acuerdos son violados sistemáticamente por prácticas distractivas en la presentación de los productos (achicamiento de envases, cambio de marca, menor oferta del producto con precio pactado, etc.), lo cual exige una revisión de la política implementada.
Es preciso, entonces, desconfiar de la insistente prédica de la oposición fundada en sospechosos diagnósticos y recomendación de terapias cuyos efectos ya fueron experimentados por el pueblo argentino y el gobierno deberá imponer estrategias antiinflacionarias que se adecuen a las bases de su proyecto de crecimiento con inclusión.
Lo contrario sería “pisar el palito” y caer en la trampa que propone la oposición, es decir, provocar los efectos que el pueblo argentino ha repudiado en todas las elecciones del 2003 hasta acá.
Envío:AexPPCdba.

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