En el Parlamento británico
Por Marcelo Justo
Desde Londres
Una reunión como la de ayer tendrá lugar en la Argentina en julio próximo.Imagen: DyN
El canciller Héctor Timerman no se sentó a dialogar con su contraparte, William Hague, pero lo hizo con un nutrido grupo de parlamentarios en la Cámara de los Comunes. Entre los diputados británicos cayó muy bien que el canciller comenzara su discurso reconociendo con admiración la figura de Winston Churchill y su lucha contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial. Página/12 dialogó con tres de los parlamentarios presentes en el encuentro que mostraron su beneplácito con la posibilidad de dialogar con el canciller, con el senador Daniel Filmus, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, y el diputado Guillermo Carmona, que ejerce la misma función en la Cámara baja. También viajar en julio próximo para continuar el diálogo, pero marcaron los límites –por el momento infranqueables– del mismo.Los británicos escucharon la exposición sobre Malvinas que realizó el canciller –quien acudió a la cita acompañado también por la embajadora Alicia Castro– y valoraron que ambas partes pudiesen exponer sus puntos de vista. “Es muy importante que hayamos podido escuchar el punto de vista de Argentina y que estemos dialogando”, manifestó a este diario el diputado conservador Robin Walker, que preside el grupo británico-argentino en el Parlamento. En ese mismo sentido se manifestó el conservador galés Glyn Davies, quien destacó además el vínculo de ambos países a través de la nutrida comunidad galesa en la Patagonia. “Nosotros tenemos un interés especial en que la relación bilateral ande lo mejor posible por todos los vínculos que nos unen con Argentina a través de la comunidad galesa”, indicó a Página/12.
El laborista Derek Twigg fue el más duro. “No estoy en el gobierno. Estoy en la oposición. Pero la postura del Reino Unido no ha cambiado al respecto. Para el gobierno anterior, como para el actual, es fundamental la autodeterminación de los isleños”, subrayó a este diario. La intransigencia no tiene que ver con su afiliación partidaria, sino con su lugar en la Cámara de los Comunes. Twigg preside el grupo parlamentario de las Malvinas, con fuertes vínculos con los isleños. El diputado laborista le preguntó al canciller Timerman cómo podía convocar a una negociación cuando los puntos de partida son tan diferentes. “No sé qué quiere decir con negociar. No hay nada que negociar porque para nosotros la autodeterminación de los isleños es innegociable”, señaló a Página/12.
En esto los parlamentarios británicos suelen tener una opinión prácticamente monolítica: solo cuando abandonan la Cámara de los Comunes se atreven a cambiar de opinión. Un ex diputado conservador que se opuso al diálogo con Argentina antes de la guerra, Mathew Parris, hoy columnista del The Times, comentó a este diario muchos años más tarde que había cometido un error, pero que para los diputados es más fácil el statu quo que el cambio. En otras palabras, el costo político de hacer la plancha es bajo; el de emprender un cambio es alto. La guerra agrandó aún más esta brecha entre costo y beneficio. En este sentido, la diferencia que se encuentra entre los diputados es de énfasis más que de sustancia.
En el caso de Tweed predominaron las diferencias “insalvables” sobre la soberanía. En el caso de los otros dos diputados se destacó la importancia del diálogo y la necesidad de avanzar en el mismo. “Fue un encuentro muy útil para el acercamiento entre el canciller, parlamentarios argentinos y británicos. Discutimos varios temas, incluyendo el comercio y otros asuntos bilaterales, pero inevitablemente está el tema de las islas. Ambas partes dimos nuestro punto de vista a este respecto. Es importante que podamos hablar sobre el tema y escucharnos, aunque no se progrese mucho”, señaló Walker, quien lamentó que los dos cancilleres no se hubieran reunido.
En viaje hacia Buenos Aires
El titular de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Daniel Filmus, anunció que un grupo de parlamentarios británicos visitará la Argentina en julio. Filmus, que acompaña al canciller Héctor Timerman en Londres, aseguró que los legisladores ingleses manifestaron un “fuerte interés en realizar una visita formal para avanzar en el diálogo” bilateral. “La demanda de nuestro país por la soberanía no es de un solo partido sino de todo el pueblo argentino”, manifestó Filmus junto con el diputado Guillermo Carmona. Ambos participaron, con Timerman y la embajadora Alicia Castro, de una reunión del grupo de parlamentarios miembros de la Unión Interparlamentaria Mundial encabezados por su presidente, Robert Walter, y por la baronesa Gloria Hooper. Los legisladores argentinos distribuyeron allí la Declaración de Ushuaia, aprobada hace un año por ambas Cámaras del Congreso. Los parlamentarios de ambos países acordaron colocar en agenda temas ligados a la participación de las naciones en el G-20 y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Walter manifestó su voluntad de acompañar a la comunidad galesa en la Argentina en los preparativos del 150º aniversario de la colonización.
EL CANCILLER ESTIMO QUE LAS MALVINAS SE RECUPERARAN EN MENOS DE DOS DECADAS
“No creo que tome otros 20 años”
Héctor Timerman concedió en Londres una entrevista conjunta a los diarios The Independent y The Guardian. Reiteró los reclamos de soberanía de la Argentina sobre las islas y acusó a Gran Bretaña de militarizar la zona para apropiarse del petróleo y los recursos naturales.
Por Cahal Milmo *
El canciller Héctor Timerman habló durante su visita a Londres.Imagen: AFP
El ministro de Relaciones Exteriores argentino dijo a The Independent que Argentina espera recuperar a las islas del control británico antes de los próximos veinte años. Héctor Timerman, quien se encuentra visitando Londres, afirmó que la opinión internacional está en contra de Gran Bretaña y descartó enfáticamente la necesidad de persuadir a los tres mil ciudadanos británicos de las islas en torno del reclamo de su país sobre las Malvinas. Acusó a Gran Bretaña de militarizar el Atlántico Sur con el fin de apropiarse del petróleo y los recursos naturales.En un lenguaje sin concesiones, que continúa con los recientes intentos de Argentina por elevar el tema de la soberanía de las islas Malvinas en la agenda internacional, el ministro de Relaciones Exteriores argentino exigió conversaciones cara a cara entre Londres y Buenos Aires, agregando que el referéndum sobre el status británico de las islas a celebrarse el mes próximo “no significa nada”.
Timerman rechazó la semana pasada el ofrecimiento de llevar a cabo conversaciones con William Hague, luego de que el canciller británico insistiera en que representantes del gobierno de Malvinas también estuviesen presentes. Ahora no se espera que se reúna con ningún ministro del gobierno durante su visita. En una entrevista celebrada en la embajada argentina en el centro de Londres, Timerman rehusó discutir si la propuesta diplomática que quiere ofrecer a Hague incluiría una propuesta de soberanía compartida y dijo que creía que Gran Bretaña pronto se vería forzada a llegar a un acuerdo satisfaciendo los reclamos argentinos sobre las islas.
El canciller argentino dijo: “No creo que tome otros 20 años. Creo que el mundo está pasando cada vez más por un proceso de entendimiento de que ésta es una cuestión colonial, una cuestión de colonialismo... No apoyamos la ocupación de territorios extranjeros y el caso de las islas Malvinas es un caso de ocupación de una tierra extranjera”.
Timerman dijo que la Argentina “respetaría los derechos” de los isleños, pero insistió en que su país no tenía que persuadir a los isleños sobre la rectitud de los reclamos sobre su propio territorio. Dijo: “No tengo que persuadirlos. Las Naciones Unidas dicen que hay un conflicto entre Argentina y el Reino Unido. No tengo que persuadir a nadie. Tenemos que aplicar Derecho Internacional y aceptar las resoluciones; de lo contrario, las Naciones Unidas se transforman en un cuerpo que es solamente útil cuando apoya a los poderosos”.
El ministro de Relaciones Exteriores desestimó toda importancia al referéndum programado para el mes próximo por el gobierno isleño para consultar a los isleños si desean continuar siendo británicos, agregando que Argentina pretende tener en cuenta los “intereses pero no los deseos” de la población.
En una entrevista conjunta con The Independent y The Guardian, dijo: “Hay una diferencia entre intereses y deseos. Los intereses de la gente que vive en las Malvinas serán tomados en consideración, pero no sus deseos. Esto es lo que las Naciones Unidas han dicho, muchas veces”.
Las relaciones anglo-argentinas están en su punto más bajo en mucho años, desde que el año pasado se cumpliera el 30º aniversario de la guerra de Malvinas de 1982 que causó la muerte de 258 soldados británicos y 649 argentinos luego de que una fuerza naval del Reino Unido fuese enviada a 8000 millas a través del Atlántico para expulsar una invasión argentina.
El descubrimiento de petróleo y un anuncio, el mes pasado, de que el hallazgo de gas líquido en las islas es también comercialmente viable ha exacerbado las tensiones entres los dos países.
En una carta abierta al primer ministro, David Cameron, el mes pasado, publicada en coincidencia con el 180º aniversario de la llegada de la Armada Real a las Malvinas, la presidenta de argentina, Cristina Fernández de Kirchner, convocó a Gran Bretaña a “negociar una solución” a la disputa de soberanía como lo que exige una resolución de Naciones Unidas de 1965.
Acusando a Gran Bretaña de un creciente “aislacionismo”, Timerman dijo que Argentina ha renunciado a cualquier intento de recuperar las islas por la fuerza y cuestionó los motivos del Reino Unido al continuar teniendo estacionada una base militar en las islas, establecida allí para frenar cualquier ataque argentino.
Rechazando comentarios atribuidos la semana pasada a una fuente del gobierno británico insinuando que Argentina se ha vuelto “un poco fanática” en su seguimiento de la cuestión de las Malvinas, dijo: “Hemos estado intentando encontrar una solución pacífica por 180 años. Creo que los fanáticos no están en Buenos Aires, (pero) están tal vez en el Reino Unido, que se encuentra a 14.000 kilómetros de distancia de las islas”.
“Creo que están usando a la gente que vive en las islas por razones políticas y para tener acceso al petróleo y a los recursos naturales que pertenecen al pueblo argentino.”
La Cancillería británica reiteró su posición de que era “correcto y apropiado” que los isleños estén involucrados en cualquier discusión sobre las islas entre Londres y Buenos Aires. Gran Bretaña ha insistido por mucho tiempo en que no habrá un cambio en la soberanía de las Malvinas salvo que “los isleños así lo deseen”.
* De The Independent. Especial para Página/12.
La respuesta de los isleños
Un grupo de pobladores de Malvinas ironizó que la Argentina “tiene más chances de tener su bandera en la Luna en 20 años que en Stanley”, como denominan a Puerto Argentino, capital del archipiélago. Desde la cuenta de Twitter @falklands_utd, isleños que se presentan como defensores de la “autodeterminación” rechazaron así la estimación del canciller Héctor Timerman de que Argentina recuperará las islas en menos de dos décadas. “No creo que lleve otros 20 años. Creo que el mundo está yendo hacia un entendimiento cada vez mayor de que éste es un asunto colonial, un asunto de colonialismo, y que la gente viviendo allí fue implantada”, había dicho Timerman a los diarios The Guardian y The Independent. El canciller, en tanto, se negó a recibir, al salir del Parlamento británico, una carta que pretendía entregarle Dick Sawle, uno de los representantes de la denominada Asamblea Legislativa de Malvinas. “Aunque valoramos nuestros vínculos con el Reino Unido, somos nuestra propia comunidad, libre de decidir nuestro futuro político. Creemos que el referéndum del mes que viene dejará muy claro que no queremos ser gobernados por Argentina”, decía –según divulgó más tarde su portador– la carta, que proponía discutir las diferencias “de una manera razonable y constructiva”.
Olor a petróleo
“Donde sea que se huela petróleo, las grandes potencias comienzan a buscar y encuentran una razón para quedarse”, declaró tambiénHéctor Timerman en alusión a los británicos y analizó que “probablemente será el petróleo lo que complique la solución pacífica que piden las Naciones Unidas”. “A lo largo de la historia, Gran Bretaña ha tenido una tendencia a permanecer en lugares donde existen recursos naturales que pertenecen a otros pueblos”, agregó.
Fuente:Pagina12
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