18 de abril de 2013

MÉXICO.

MIÉRCOLES, 17 DE ABRIL DE 2013
Jerga narco distorsiona habla mexicana
Por Marcos Romero (ANSA) 
La jerga de la delincuencia empezó a contaminar el lenguaje cotidiano de los mexicanos, un fenómeno que para algunos expertos se debe a la incorporación de términos del crimen cuando la prensa local reporta las noticias de actualidad. 

Como un Rey Midas al revés, el narco todo lo que toca lo vuelve basura, lo "mediatiza, lo trivializa y lo deshumaniza": y eso es lo que está sucediendo con el lenguaje, alertan los expertos. 

Marcela Turati y Daniela Rea, reporteras que han cubierto numerosos casos sobre violencia del narcotráfico, afirman que "los periódicos se convirtieron en contadores de muertos y nosotros, los periodistas, en corresponsales de guerra en nuestra tierra". "En las redacciones se hablaba de 'narcos' y 'capos', y el lenguaje estilizado del asesinato llegó para quedarse", afirman.

Entre los nuevos término empleados por la prensa en la cobertura noticiosa de la violencia figuran "levantones" (secuestros), "encajuelados" (cadáveres abandonados en el baúl de un auto) o "encobijados (cuerpos envueltos en frazadas).

"El crimen ha terminado por imponer su lenguaje, al lograr que se vuelvan de uso común palabras" como estas, afirmó el viceministro de Prevención y Participación Ciudadana Roberto Campa. 

La espiral violenta ha dejado una estela de horror que se refleja en 83.000 muertos, 27.000 desaparecidos y unos 250.000 desplazados pero su impacto en la cultura y la lengua cotidiana todavía no ha sido evaluado. 

Algunos expertos acusan de este fenómeno a los periodistas, que trabajan bajo una gran presión, en forma apresurada y bajo las exigencias de las nuevas tecnologías. O a los usuarios de Twitter o Facebook, donde no importa cómo se estructuren los mensajes, sino que se conviertan en "virales". 

Otros creen que son los dueños de los medios o los directivos, quienes planifican los periódicos y los órganos informativos, los verdaderos responsables, por estar más guiados por la necesidad de vender que por la búsqueda de la verdad. 

"Los periódicos han hecho una cobertura epidérmica de muertos y casquillos (balas percutidas) en lugar de contar historias de personas, del narcotráfico, de víctimas y de victimarios", afirma el periodista Javier Valdez, coordinador del semanario Riodoce y autor de los libros "Miss narco" y "Los morros del narco". La especialista Sara García Silberman, coautora del libro "Violencia y Medios. Seguridad pública, noticias y construcción del miedo", estima que los medios por sí solos no alientan este problema pero sí "juegan un rol instrumental clave en la reproducción de los valores que propician la injusticia social y la inseguridad".

"En ese contexto, los medios podrían favorecer una cultura de seguridad y confianza que sustituya a la del miedo", dijo. 

El general colombiano Oscar Naranjo, asesor externo en materia de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto, sugirió a los voceros del gobierno mexicano que eviten términos del narcotráfico al informar sobre el combate al crimen.

"La idea es evitar una percepción en la ciudadanía de que los criminales son poderosos e incluso héroes imbatibles y al mismo tiempo generar más confianza en las instituciones de seguridad y procuración de justicia", afirmó Campa. 

Periodistas involucrados en el tema consideran sin embargo que también es importante que los reporteros y directivos de los medios colaboren en este cambio. 

"El reto para hacer un nuevo periodismo es humanizarlo y regresarlo a la calle. Solo así podremos concientizar a la gente de que este fenómeno del narcotráfico es una forma de vida que está presente en todos los ámbitos", afirma Valdez. "Es necesario salirnos de las oficinas, del confort de las conferencias de prensa", concluyó. 

MIÉRCOLES, 17 DE ABRIL DE 2013
Comicios locales y apuestas innecesarias
Por Eduardo Ibarra Aguirre (FORUMENLINEA) 
Sólo el afán de quedar bien con el primer priísta del país, ahora con toda la cobertura estatutaria dada por la XXV Asamblea Nacional, salvo disposición en contrario del llamado arbitro electoral, puede explicar que dirigentes del partido tricolor apuesten a que los logros alcanzados como gobernante por Enrique Peña Nieto “serán factor que influirá mucho en los resultados de las elecciones del 7 de julio”. 

Como lo evidencian varias muestras demoscópicas, la mitad de los ciudadanos respalda la gestión de Peña Nieto. Y con este apoyo difícilmente “influirá mucho” en los resultados de los 14 procesos electorales en puerta y respecto de los que Paloma Villaseñor jura que el PRI continuará “su racha ganadora de 2012”, y reconquistará la gubernatura de Baja California, perdida hace 24 años ante Acción Nacional. Derrota de la que aún se recuerda la respuesta de Luis Donaldo Colosio a un amigo que le preguntó: “¿Cómo estás Donaldo”, enseguida de hacer el anuncio formal en Insurgentes y Violeta: “Aquí, terminando de comer sapos”, fue la respuesta. 

Menos recomendable todavía es apostar a que los comicios mostrarán la ratificación o no del “apoyo que dan a los gobiernos en turno”, pues si la cosecha de sufragios del Revolucionario no es la mejor, colocarán en situación comprometedora al mexiquense de Atlacomulco, grupo incluido. 

El bajo respaldo ciudadano a Peña para tratarse de un gobierno que apenas comienza, resulta explicable si observamos que no existen resultados, ni buenos ni malos, en los temas que más preocupan y por supuesto ocupan a las mayorías: seguridad pública, empleo, poder adquisitivo del salario… 

Cierto es también que en el círculo rojo, el de la opinión pública y publicada, le va mucho mejor al esposo de Angélica Rivera. Allí logra que 70 por ciento de sus integrantes lo apoyen por generar un clima político de mayor colaboración multipartidaria, así sea en detrimento del legalmente insustituible papel legislativo de la dos cámaras, y de coadyuvar a la mayor fractura de las dirigencias de Acción Nacional y de la Revolución Democrática. 

Cuenta por supuesto, la reforma educativa en términos constitucionales y lo que en materia de telecomunicaciones trabaja el Senado. Son grandes definiciones, conceptos, órganos y lineamientos demasiado importantes, publicitados exageradamente y sin respaldo en hechos concretos que tardarán buena parte del sexenio para ser observados por el ciudadano común. 

Y mientras lo anterior sucede, aparece la inmediatez. Los reclamos partidistas por el añejo contubernio entre el gobierno y su partido, el otrora PRI-gobierno –denominado así por los que durante una docena de años erigieron el PAN-gobierno y fracasaron–, en las contiendas electorales. 

Jesús Zambrano da por hecho la realización de una mesa paralela a la del Pacto por México entre las directivas de los partidos y el gobierno federal. Con enternecedora candidez anuncia que “con piso disparejo no aceptaremos que durante el proceso electoral nos quieran ver la cara”. Que el Ejecutivo federal “debe ser garante de generar las condiciones para una cancha equilibrada”. Ahora se entiende mejor por qué lo elogian tanto prominentes hombres y mujeres del Institucional. 

Del mismo partido, Alejandro Encinas exigió: Es momento de que los municipios no sean tratados como patitos feos, y denunció que la Cruzada Nacional contra el Hambre “es por los votos, dado que la mayoría de los 400 municipios que están en el programa se hallan en zonas urbanas donde perdió el PRI las elecciones pasadas”. De ese tamaño, mientras su compañero de partido pero no de sector, pide peras al olmo.
Fuente:Argenpress

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