La sorprendente metamorfosis del policía mendocino refugiado en España
En 2006, después de denunciar a colegas suyos en casos de corrupción y recibir amenazas, el efectivo Oscar Luis Carral huyó a Barcelona. Hoy es activista de los derechos de inmigrantes. Acá cuenta por qué cambió de vida.
En 2006, después de denunciar a colegas suyos en casos de corrupción y recibir amenazas, el efectivo Oscar Luis Carral huyó a Barcelona. Hoy es activista de los derechos de inmigrantes. Acá cuenta por qué cambió de vida.
domingo, 17 de octubre de 2010
Textos: Rolando López - rlopez@losandes.com.ar
Hace poco más de cuatro años, el oficial Oscar Carral (38) abandonaba la Policía de Mendoza y se iba a Barcelona intempestivamente. En realidad, su huida no fue tan intempestiva: a principios de 2006 había denunciado a sus superiores con nombre y apellido por el tema que la prensa bautizó como "La mafia de los GNC".
Carral indicó en sede judicial lo que para él era un caso de corrupción: cómo trabajaban policías y ladrones en el robo de tubo de GNC en autos. La denuncia se tomó pero nunca prosperó. Lo que sí prosperaron fueron los ataques anónimos contra Carral y su esposa (también policía).
El efectivo fue trasladado en varias ocasiones y más tarde sancionado por supuestas faltas de disciplina. "Me comenzaron a hacer la vida imposible hasta que en un momento me fui de la Fuerza", recuerda hoy el ex policía desde Sabadell (a 20 kilómetros de Barcelona), donde vive con su esposa e hijos.
-¿Por qué se fue de Argentina?
-Luego del atentado a mi domicilio (entraron a su departamento y le abrieron las dos garrafas que allí tenía), las cosas se complicaron, y mucho. Puedo asegurar que las mafias policiales son reales y concretas, sólo que con lo mediático que se tornaron las denuncias no les quedó campo de acción como para preparar un falso hecho fortuito que me dejara fuera de juego. Entonces decidí irme del país.
-¿Qué pasó cuando llegó a Barcelona?
-Las dos primeras noches las pasé en la calle con la misma ropa, durmiendo en la emblemática plaza Urquinahona en el centro de Barcelona. Pese a que ya había presentado ante la Cruz Roja mi intención de solicitar asilo, no pasaba nada y me insinuaban con firmeza que mi intención era económica y no que era un perseguido o carente de seguridad en Argentina.
Por eso me consiguieron una cama sólo para pernoctar en un albergue para indigentes, donde se alojaba a personas de la calle durante la noche, entre ellos adictos crónicos y el resto en su gran mayoría con patologías graves, lo que me arrastró a la misma situación, no patológica pero sí a invisibilizarme por completo. Todas las noches habían peleas y heridos de armas blancas. Era como una cárcel, sin exagerar. Allí pasé los tres primeros meses
-¿Y después?
-Con el auxilio de una entidad dedicada a la ayuda al refugiado -CEAR-, pude presentar la petición e ingresar a un piso de acogida en Sabadell, donde ya he pasado los cuatro años, pero mi situación no ha cambiado: me dieron permiso para trabajar luego de seis meses, por lo que lo hacía sin ningún problema en ocupaciones como seguridad, portería hasta llegar al contrato fijo en carpintería.
-Luego viene toda su familia.
-Sí, en 2008 decidí traer a mi familia (esposa y dos hijos)y comenzaron nuevamente los problemas con el gobierno de España. No les gustó que me adelantara a su resolución y los trajera "por cojones", como dicen acá. Así fue como los encerraron en el aeropuerto para ser devueltos en el primer vuelo sin permitirme verlos, hasta que la noticia saltó en Argentina y de inmediato admitieron el pedido de asilo de ellos y los documentaron para ingresar.
A los seis meses, las autoridades resolvieron denegar la petición de asilo para todos y con ello perdí el trabajo, los papeles y hasta ahora sigo en un limbo del que me cuesta salir. Sólo puedo trabajar esporádicamente y, claro, en negro; en forma irregular, porque ninguno tenemos papeles, vivimos en un buen piso que alquilé mientras trabajaba pero ahora me cuesta pagar el alquiler.
-¿Entonces se convirtió en activista?
-A partir de que me quitan los papeles y ya sin trabajo, comienzo a relacionarme con entidades, creo el Casal Argentino de Sabadell y trabajo para la creación de la Federación de Inmigrantes del Vallés, que agrupa a 22 asociaciones de diferentes países. Allí me desempeño en la junta directiva y también estoy a cargo de Comunicación y Prensa. Así comienzo la militancia en defensa de los derechos de las personas inmigradas.
Luego llega la reforma de la Ley de Extranjería y comenzamos a tener contactos con diputados de distintos partidos para expresar nuestra disconformidad. Organizamos la marcha a pie desde Barcelona a Madrid, donde fuimos recibidos en el Congreso de Diputados y presentamos un manifiesto que logró por lo menos el reconocimiento de los inmigrantes como ciudadanos.
Allí, durante la marcha y luego de recorrer más de 700 kilómetros y realizar actos en más de 25 pueblos y ciudades, donde se logró movilizar a la población inmigrante, fue que me reencontré a mí mismo. Y comenzaron a tener sentido mis actos, disidencias y denuncias, o sea todo lo que sucedió en Mendoza en mi paso por la Policía.
-¿También ha incursionado en el periodismo?
-Bueno, se trata de un portal de información acerca de noticias de la ciudad donde vivo. Escribo y saco fotos, ¡¡¡hago de todo!!! Se puede entrar en él con la dirección www.redasocia.com.
-¿Cuál es hoy su realidad?
-Me encuentro en contacto con argentinos, uruguayos, chilenos, bolivianos, ecuatorianos y demás. Y cuando la situación lo requiere, marchamos para protestar, reivindicar o exigir que se respete a las personas y no sean discriminadas por su origen y se los considere como ciudadanos. Son personas que han decidido vivir aquí, por cuanto pueden opinar sobre las políticas del país y sobre cómo queremos que sea el lugar donde vivimos.
Por otro lado, soy parte y lucho por la independencia catalana. Discuto y comparto opiniones e ideas con compañeros tupamaros, montoneros, comunistas, antisistema, okupas y cuantos desean pensar en un mundo mejor para todas y todos, y de esta forma también aprendo cada día especialmente sobre nuestra historia argentina.
Aprendo cada día sobre la política, formo parte de un partido, ICV, donde integro el ámbito de Inmigración de Sabadell y desde la militancia trato de cambiar las cosas, principalmente donde he decidido vivir junto con mi familia. A la lucha no hay que abandonarla, eso jamás.
Carral indicó en sede judicial lo que para él era un caso de corrupción: cómo trabajaban policías y ladrones en el robo de tubo de GNC en autos. La denuncia se tomó pero nunca prosperó. Lo que sí prosperaron fueron los ataques anónimos contra Carral y su esposa (también policía).
El efectivo fue trasladado en varias ocasiones y más tarde sancionado por supuestas faltas de disciplina. "Me comenzaron a hacer la vida imposible hasta que en un momento me fui de la Fuerza", recuerda hoy el ex policía desde Sabadell (a 20 kilómetros de Barcelona), donde vive con su esposa e hijos.
-¿Por qué se fue de Argentina?
-Luego del atentado a mi domicilio (entraron a su departamento y le abrieron las dos garrafas que allí tenía), las cosas se complicaron, y mucho. Puedo asegurar que las mafias policiales son reales y concretas, sólo que con lo mediático que se tornaron las denuncias no les quedó campo de acción como para preparar un falso hecho fortuito que me dejara fuera de juego. Entonces decidí irme del país.
-¿Qué pasó cuando llegó a Barcelona?
-Las dos primeras noches las pasé en la calle con la misma ropa, durmiendo en la emblemática plaza Urquinahona en el centro de Barcelona. Pese a que ya había presentado ante la Cruz Roja mi intención de solicitar asilo, no pasaba nada y me insinuaban con firmeza que mi intención era económica y no que era un perseguido o carente de seguridad en Argentina.
Por eso me consiguieron una cama sólo para pernoctar en un albergue para indigentes, donde se alojaba a personas de la calle durante la noche, entre ellos adictos crónicos y el resto en su gran mayoría con patologías graves, lo que me arrastró a la misma situación, no patológica pero sí a invisibilizarme por completo. Todas las noches habían peleas y heridos de armas blancas. Era como una cárcel, sin exagerar. Allí pasé los tres primeros meses
-¿Y después?
-Con el auxilio de una entidad dedicada a la ayuda al refugiado -CEAR-, pude presentar la petición e ingresar a un piso de acogida en Sabadell, donde ya he pasado los cuatro años, pero mi situación no ha cambiado: me dieron permiso para trabajar luego de seis meses, por lo que lo hacía sin ningún problema en ocupaciones como seguridad, portería hasta llegar al contrato fijo en carpintería.
-Luego viene toda su familia.
-Sí, en 2008 decidí traer a mi familia (esposa y dos hijos)y comenzaron nuevamente los problemas con el gobierno de España. No les gustó que me adelantara a su resolución y los trajera "por cojones", como dicen acá. Así fue como los encerraron en el aeropuerto para ser devueltos en el primer vuelo sin permitirme verlos, hasta que la noticia saltó en Argentina y de inmediato admitieron el pedido de asilo de ellos y los documentaron para ingresar.
A los seis meses, las autoridades resolvieron denegar la petición de asilo para todos y con ello perdí el trabajo, los papeles y hasta ahora sigo en un limbo del que me cuesta salir. Sólo puedo trabajar esporádicamente y, claro, en negro; en forma irregular, porque ninguno tenemos papeles, vivimos en un buen piso que alquilé mientras trabajaba pero ahora me cuesta pagar el alquiler.
-¿Entonces se convirtió en activista?
-A partir de que me quitan los papeles y ya sin trabajo, comienzo a relacionarme con entidades, creo el Casal Argentino de Sabadell y trabajo para la creación de la Federación de Inmigrantes del Vallés, que agrupa a 22 asociaciones de diferentes países. Allí me desempeño en la junta directiva y también estoy a cargo de Comunicación y Prensa. Así comienzo la militancia en defensa de los derechos de las personas inmigradas.
Luego llega la reforma de la Ley de Extranjería y comenzamos a tener contactos con diputados de distintos partidos para expresar nuestra disconformidad. Organizamos la marcha a pie desde Barcelona a Madrid, donde fuimos recibidos en el Congreso de Diputados y presentamos un manifiesto que logró por lo menos el reconocimiento de los inmigrantes como ciudadanos.
Allí, durante la marcha y luego de recorrer más de 700 kilómetros y realizar actos en más de 25 pueblos y ciudades, donde se logró movilizar a la población inmigrante, fue que me reencontré a mí mismo. Y comenzaron a tener sentido mis actos, disidencias y denuncias, o sea todo lo que sucedió en Mendoza en mi paso por la Policía.
-¿También ha incursionado en el periodismo?
-Bueno, se trata de un portal de información acerca de noticias de la ciudad donde vivo. Escribo y saco fotos, ¡¡¡hago de todo!!! Se puede entrar en él con la dirección www.redasocia.com.
-¿Cuál es hoy su realidad?
-Me encuentro en contacto con argentinos, uruguayos, chilenos, bolivianos, ecuatorianos y demás. Y cuando la situación lo requiere, marchamos para protestar, reivindicar o exigir que se respete a las personas y no sean discriminadas por su origen y se los considere como ciudadanos. Son personas que han decidido vivir aquí, por cuanto pueden opinar sobre las políticas del país y sobre cómo queremos que sea el lugar donde vivimos.
Por otro lado, soy parte y lucho por la independencia catalana. Discuto y comparto opiniones e ideas con compañeros tupamaros, montoneros, comunistas, antisistema, okupas y cuantos desean pensar en un mundo mejor para todas y todos, y de esta forma también aprendo cada día especialmente sobre nuestra historia argentina.
Aprendo cada día sobre la política, formo parte de un partido, ICV, donde integro el ámbito de Inmigración de Sabadell y desde la militancia trato de cambiar las cosas, principalmente donde he decidido vivir junto con mi familia. A la lucha no hay que abandonarla, eso jamás.
Asociacion Ex Presos Politicos Cordoba
sitio web: https://sites.google.com/site/expresospoliticoscordoba/home
Carlotto: "Primera vez que me saco una foto con un policía"
domingo, 17 de octubre de 2010
Conectado. El mendocino con la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
"Hace tres meses estuve con la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y nos sacaron una foto juntos. Me dijo que era la primera vez en su vida que se tomaba una foto con un policía y juntos convinimos que la historia está cambiando: ya no hay dictadura y la policía ya no es represión, pero sí está contaminada de corrupción", indica Oscar Carral al enviarnos la imagen.
"Lo mismo pasó en una entrevista en la emisora SOM Radio, catalanista, donde Diego Arcos, presidente del Casal Argentino de Barcelona, me presentó al aire como activista de derechos humanos, que es como se me cataloga. Hoy no me considero un refugiado sino un activista lejos de mi tierra. Arcos manifestó que fuera de mis denuncias o el exilio obligado por la inseguridad de mi provincia, el destino ha hecho que hoy se encuentre compartiendo la misma lucha, la misma defensa de las personas con un ex policía; él, un trotskista, jamás lo había pensado".
"Lo mismo pasó en una entrevista en la emisora SOM Radio, catalanista, donde Diego Arcos, presidente del Casal Argentino de Barcelona, me presentó al aire como activista de derechos humanos, que es como se me cataloga. Hoy no me considero un refugiado sino un activista lejos de mi tierra. Arcos manifestó que fuera de mis denuncias o el exilio obligado por la inseguridad de mi provincia, el destino ha hecho que hoy se encuentre compartiendo la misma lucha, la misma defensa de las personas con un ex policía; él, un trotskista, jamás lo había pensado".
Fuente:LosAndes
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