Por Elena Corvalan
El fiscal federal Domingo José Batule pidió la detención de los militares Joaquín Cornejo Alemán y Ricardo Benjamín Isidro de la Vega, por considerarlos partícipes primarios de los homicidios de 11 presos políticos conocida como Masacre de Palomitas.
El fiscal basó su petición en una presentación realizada en mayo de este año por el abogado David Leiva, querellante en esta causa, la tercera en la que se investiga la matanza cometida el 6 de julio de 1976 en las cercanías del paraje Palomitas, unos 50 kilómetros al sur de la ciudad de Salta.
Batule promovió acción penal contra Cornejo Alemán, que por aquella época era segundo jefe del Destacamento de Exploración de Caballería Blindada 141, y De la Vega, que por entonces era su asistente y, Jefe de Personal, y como tal, integraba la plana mayor. “Vengo por este acto a presentar la denuncia que formulara el doctor David Arnaldo Leiva, ante la Fiscalía Federal N° 2 de Salta, y en consecuencia a promover averiguación y enjuiciamiento, conforme el artículo 118 del Código de Procedimiento en Materia Penal, en relación a Joaquín Cornejo Alemán y Ricardo Benjamín Isidro de la Vega por su participación en los hechos que se investigan en la presente causa”, informó el fiscal en el requerimiento de investigación que realizó ante el juez Julio Leonardo Bavio, a cargo de este proceso. Batule pidió también que los militares sean indagados por el fusilamiento de los detenidos.
A su vez, la presentación de Leiva se alimentó de pruebas surgidas en el megajuicio que se lleva a cabo en estos momentos ante el Tribunal Oral en lo Federal de Salta, en el que Cornejo Alemán y De la Vega están siendo juzgados por la desaparición del conscripto Víctor Brizzi, el 8 de marzo de 1976, desde las mismas dependencias del Regimiento de Caballería.
Leiva, y el fiscal, sostuvieron que las personas asesinadas en Palomitas “fueron víctimas de un plan elaborado por el Ejército Argentino” y que se ejecutó siguiendo la cadena de mandos: el comandante del Ejército, Jorge Rafael Videla; el jefe del III Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez; el jefe de la Subzona 32, ejercida por la V Brigada de Infantería, a cargo de Domingo Antonio Bussi; el jefe del Área 322, bajo la órbita del Destacamento de Exploración de Caballería Blindada 141, cuyo jefe era Carlos Alberto Mulhall, “quien como autor mediato de este crimen dispuso a través de sus oficiales jerárquicamente inferiores la eliminación por ejecución sumaria, secreta e ilegal de las víctimas de Palomitas”, un hecho planificado. Entre esos oficiales estaban Cornejo Alemán y De la Vega. Además, el plan represivo “se llevó a cabo de acuerdo a reglamentos y directivas que estructuraron como debía ejecutarse dicho plan”.
En cuanto a la responsabilidad de Cornejo Alemán, Leiva y el fiscal sostienen que quienes cometieron los homicidios“contaron con un notable apoyo logístico, de infraestructura, y personal, del cual el Destacamento de Exploración de Caballería Blindada 141 no fue ajeno, y por lo tanto tampoco lo fue Cornejo Alemán, quien era su Segundo Jefe y Jefe de la Plana Mayor”. Y De la Vega, “como oficial S1 y miembro de la Plana Mayor, fue parte o al menos conoció las decisiones del Jefe del Destacamento de Exploración de Caballería Blindada 141, así como también participó de la planificación y ejecución a través de sus subordinados, de lo que se conoce como la Masacre de Palomitas”.
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