18 de septiembre de 2013

CÓRDOBA-MEGACAUSA LA PERLA: De cómo César Soria, muerto por la tortura, fue baleado para simular un enfrentamiento - TESTIMONIOS día 78.

17.09.2013
La Perla: También hubo testimonios de militantes comunistas
De cómo César Soria, muerto por la tortura, fue baleado para simular un enfrentamiento

César y Elsa, alegres antes de la catástrofe 
Córdoba.-Cuatro testigos declararon hoy en la audiencia número 78 del juicio oral y público que se lleva dabo en el Tribunal Oral Federal número 1 (TOF1) de Córdoba, en el marco de la megacausa La Perla, por crímenes de Lesa Humanidad cometidos en ese centro clandestino de detención y torturas. Se abordaron los secuestros de dos militantes del Partido Comunista, y también el de uno de la Organización Comunista Poder Obrero, al que torturaron mucho y luego asesinaron fingiendo un enfrentamiento.

La primera en prestar declaració fue Dora Rud, en relación al secuestro y desaparición de su marido, Rubén Goldman, ocurrido el 20 de setiembre de 1975 -antes del golpe de 1976-, de la fábrica
familiar en la que trabajaba desde los 17 años por un grupo de personas que vestían camperas de cuero y frente a toda su familia.

Recordó que después de la desaparición de su marido, sufrió allanamientos en su lugar de trabajo y en su domicilio, en el barrio de San Vicente en la ciudad de Córdoba de donde pudo escapar y permaneció escondida en la casa de parientes.

Rud señaló que en los operativos "la patota" interrogaba a los vecinos con una foto de la pareja en mano, diciendo que buscaban a una "guerillera peligrosa". Le ocuparon la casa durante más de diez días y al tiempo incluso trajeron un camión de mudanza para robarle todas sus pertenencias.

Indicó que el estar ante el tribunal declarando "es una sensación "muy fuerte de justicia. El castigo que uno pide es por los crímenes, que fueron muchos, crímen sobre crímen. Pido castigo por todos los que mataron".

También dijo que pedía castigo "porque peor que la muerte debe haber sido la humillacion, la cosificacion, la vejacion -moral y de la carne-, la supresion de la condicion humana. Pido castigo
por el antisemitismo que debieron sufrir los que eran judios como Rubén".

Posteriormente declaró Eduardo Gabriel Fernández, dirigente de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios que en los años 70 militaba en la Federación Juvenil Comunista.

Recordó Fernández que el 20 de septiembre de 1976 "una patota de civil" llegó a su domicilio, cuando no se encontraba ya que había decidido ir a dormir a otro lugar porque ese mismo día habían secuestrado a su compañero Ruben Goldman. "Se llevaron a mi hermano esa noche".

Relató que su hermano, Juan José, estuvo secuestrado junto a otros miembros del Partido Comunista (PC), y para conocer su paradero su familia recurrió a diversas vías, como la de un familiar lejano que era contador en el arzobispado quien tenía vínculo con (el cardenal Raúl Francisco) Primatesta, y a través de
él, con (el general) Luciano Benjamin Menéndez (jede del Tercer Cuerpo de Ejérito y principal imputado en la causa).

Indicó que la otra alternativa a la que recurrió su familia fue por el lado de una antigua militante de la Unión Cívica Radical (UCR), que conocia a (Eduardo) Angeloz y le transmitió los datos su hermano.

Seguidamente declaró su hermano, Juan Jose Fernández, quien fue secuestrado el 21 de septiembre de 1976 a la madrugada, cuando "estaba durmiendo en casa con mis padres y mi hermano más chico, Omar. Escuché golpes y al grito de '¡policía!' entró un grupo de personas que me dieron la orden de que me vista".

Recordó que cuando empezó a buscar sus pertenencias en la mesa de luz, fue interrumpido por uno de los secuestradores que le dijo: "esto no te hace falta porque vos tenes las horas contadas", mientras se guardaba el reloj de pulsera además de algo de dinero.

Tras su secuestro fue llevado a La Perla donde lo recibió un "hombre alto y flaco, a quien decían "Palito" (Héctor Romero, uno de los imputados).

De La Perla lo llevaron al centro Clandestino Campo de La Ribera donde a veces lo dejaban en el patio "para que tomara sol". Tenía la orden de no hablar con nadie.

"Una noche me llaman y me dicen que conmigo habían hecho una equivocación. Olvidate todo lo que viviste, vos te fuiste de vacaciones, no digas nada porque te vamos a estar controlando", dijo Fernández.

Tirado en el piso de un camion lo llevaron y lo arrojaron en una plaza de barrio San Vicente.

Otro de los testimonios fue el brindado por Elsa Elghoyen de Soria, quien junto a su marido, César Roberto Soria, de 22 años, militante de Poder Obrero, fue secuestrada el 11 de noviembre de 1976.

Recordó que esa tarde habían ido al cine y después fueron a tomar algo en un bar de la ciudad de Córdoba, cuando en un momento determinado vieron llegar dos autos de los cuales bajaron aproximadamente siete personas vestidas de civil "con cabellos largos y camperas de cuero", quienes al grito de "dónde está la plata" los introdujeron en los automóviles.

Desde dese lugar fueron llevados a La Perla, donde pudo escuchar a su marido "dar alaridos desesperados mientras estaba siendo sometido a torturas".

Recordó que en una oportunidad, Ana Mohaded, que había estado prisionera junto a su marido, le contó que lo había visto "muy lastimado, muy hinchado producto de las torturas, y que no podía orinar". Aunque después "intentaron establecer la hipótesis de un supuesto enfrentamiento como motivo de su muerte", pero la autopsia presentada como prueba por Elsa describe lesiones que son producto de las torturas recibidas.
Fuente:Telam

Día 78: 17-09

16:28 Terminó el testimonio y habrá cuarto intermedio hasta el miércoles a las 10:00. El jueves no habrá audiencia

Hacia el final de la audiencia, se incorporó como prueba documental el testimonio del padre de Soria quien declaró en el juicio a las Juntas y ya falleció. 

 

16:00 Un homenaje

El abogado querellante Dr. Orosz comenta que en la sala está presente Pablo Tissera, y que justo en este día cumpliría los años su padre, por lo que le pide a Elsa que recuerde las circunstancias de su muerte, cuando balearon su propio domicilio, en el que se encontraba Tissera.
- Fueron ellos, los secuestradores, los que dispararon y balearon la casa sin motivo aparente. Después anunciaron contentos que habían matado a  un hombre. Se trataba de Tissera.
 

16:55 La Cárcel y la libertad vigilada. 

De la cárcel, recuerda con cariño el grupo de detenidas con quienes atravesó las situaciones de maltrato enfrentándolas con dignidad y valentía. "La orden era destruirnos, fisica y mentalmente, pero a eso no lo lograron, porque nosotras unidas nos mantuvimos como un bloque, con la solidaridad, el compartir. Eso nos ha salvado, nos permitió salir adelante".
En el mes de junio de 1982 firmaron la libertad vigilada. Después de un mes de incertidumbre, Elsa pudo enconrtarse con su familia. "Nuestros familiares de Jujuy nos esperaban afuera por miedo a que me volvieran a desaparecer".

 

15:50 Las hijas

Elsa tiene dos hijas, la mayor se llama Cecilia, y al momento del secuestro tenía un año y medio. "Nosotros nunca salíamos a ningún lado. En esa oportunidad dejamos a Cecilia con una pareja de conocidos de Cesar". Mientras estaban esperando que les llevaran a la niña al bar, Cesar y Elsa fueron secuestrados. Lo que no sabían, es que la mujer que traía a la niña pudo ver el secuestro y escapar a tiempo. Cuidó de Cecilia durante una semana hasta que pudo ubicarla con un familiar. "Esa mujer se reencontró con Cecilia por casualidad en 2008, en el local de la asociación H.I.J.O.S. Se trata de Mirta Iriondo".
Su hija menor nació durante su cautiverio. Cuando la secuestraron, Elsa estaba embarazada de un mes, y aunque no dijo nada, cree que su marido sí alertó a los represores sobre su estado, porque le dieron una pastilla. Tuvo a su hija en la Maternidad Provincial y la llamó Daniela. Sobre el momento del parto, su recuerdo es similar al de otras detenidas embarazadas: "En la Maternidad estuve atada y esposada hasta el último momento pero al ingresar en la sala de parto el personal medico se comportó de manera ejemplar. Se negaron totalmente a que la guardia ingresara: los medicos y los practicantes de medicina aprovecharon para preguntarnos cómo estabamos las presas en la cárcel ya que estabamos completamente incomunicadas. Además me pusieron la beba en el pecho un ratito"
Elsa se reencontró con sus hijas después de cinco años de cautiverio. Las dos están presentes entre el públic para acompañar a su madre en este momento histórico de su lucha.
 

15:40 El "Yani"

Así le decía cariñosamente Elsa a su marido. Se llamaba Cesar Roberto, pero sus compañeros del Poder Obrero lo conocían como "René".
"Era una muy buena persona, excelente, de muy buenos principios. En la escuela nos incentivaban a ser partícipes y el era muy sensible y activo para todo"
Permanecieron juntos en La Perla durante un día, aunque sin tomar contacto. Ella reconoció sus quejidos en la tortura y en la cuadra. Al dia siguiente el le mandó un mensaje en clave mediante un guardia. "No te olvides de sacar al perro", le mandó a decir, y Elsa supuso que significaba que ella saldría de aquel lugar.
La siguiente noticia la supo por una compañera que había estado prisionera junto a César: Ana Mohaded le contó que lo había visto muy lastimado, muy hinchado producto de las torturas, y que no podía orinar. "No recibía atención médica ni les daban calmantes. Finalmente lo llevaron al Hospital Militar, y aunque Ana no me lo dijo, después supe que murió por el estado generalizado que tenía"
Aunque después intentaron establecer la hipótesis de un supuesto enfrentamiento como motivo de su muerte, la autopsia presentada como prueba por su esposa describe lesiones qaue son producto de las torturas recibidas.
La familia nunca recuperó el cuerpo: "Siempre tuve la esperanza de que apareciera con vida".

 

15:30 La Perla

La testigo fue llevada a La Perla, donde al llegar pudo escuchar a su marido. "Lo escuché dar alaridos desesperados, estaba siendo sometido a torturas". A Elsa le preguntaron nombre y apellido y la acostaron vendada en una colchoneta en La Cuadra. Con un cuchicheo, una compañera le preguntó como estaba y cómo se llamaba, luego se presentó como Norma Berti, quien sería su compañera de cautiverio durante muchos años. Luego llegó otra chica, y en este caso le tocó a Elsa tranquilizarla y preguntarle su nombre. "Se llamaba Graciela. No se el apellido".
Al día sigiente la llevaron a Campo de La Ribera, donde permaneció unos días. Luego quedó a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.
 

15:25 El secuestro

La pareja fue secuestrada el 11 de noviembre de 1976. Esa tarde habían ido al cine y después fueron a tomar algo en un bar de la ciudad de Córdoba. En ese momento vieron llegar dos autos de los cuales bajaron aproximadamente siete personas vestidas de civil "con cabellos largos y camperas de cuero". Se abalanzaron sobre la pareja y al grito de "dónde está la plata!" los metieron en los autos.
Camino al campo la Perla frenaron en su casa y comenzaron un tiroteo contra el frente del edificio. "Después los escuché decir contentos que habían matado a un hombre. Era Pedro Tissera, quien estaba parando en casa desde hacía un día, era estudiante de abogacía". 

 

15:10 Testigo 141: Declara Elsa Elghoyen de Soria

Va a declarar por el hecho del que resultó víctima su marido y padre de sus hijas, César Roberto Soria, en el expediente Manzanelli.

 

14:00 Finalizo el testimonio de Juan Jose Fernandez.

Cuarto intermedio de una hora, 

 

13:55 Simulacros de fusilamiento en La Perla

"Los asesinos venían y colocaban una tarjetita en el pie de algunos prisioneros, más tarde se los llevaban y se oían los ruidos de armas de fuego. Después los traían de nuevo, psicológicamente destruídos".
Fragmento del relato de Juan José Fernandez. 

 

13:25 Campo de la Ribera

De La Perla lo llevaron al centro Clandestino Campo de La Ribera. A veces lo dejaban en el patio "para que tomara sol". Tenía la orden de no hablar con nadie.
"Una noche me llaman y me dicen que conmigo habían hecho una equivocación. Olvidate todo lo que viviste, vos te fuiste de vacaciones, no digas nada porque te vamos a estar controlando". Tirado en el piso de un camion lo llevaron y lo arrojaron en una plaza de barrio San Vicente.
"Con el estado que estaba le pedí a un taxista, le dije que tenía el derecho de creerme o no creerme, y él accedió gentilmente a llevarme. Así regresé a mi hogar", con dificultad por la emoción, el testigo revivió los momentos que determinaron su sobrevivencia en el medio de tanta muerte. 

 

13:14 El negro Trigo

En el baño tuvo un fugaz encuentro con Raúl Trigo, a quien reconoció porque era amigo de su hermano mayor. "Mirá para adelante, no me mirés, no digas nada, no hablés con nadie. No tenés nada que hacer acá", así le dijo Trigo para preservarlo. Fue el único dialogo que pudieron mantener. También recordó haber visto secuestrados a Ruben Goldman, a la familia Colman y al matrimonio Guilén Protti: "Quiero dejar asentado que la señora Protti estaba embarazada". 

 

13:09 Interrogatorio

En La Perla lo recibió un hombre alto y flaco, a quien decían "Palito". Después de preguntarle sobre las cuentas bancarias de la Federación Juvenil Comunista y al no obtener respuestas, comenzaron con el castigo físico. "Tengo 20 años, no se nada de cuentas bancarias!" respondía Juan José.
El recuerdo de la violencia lo remueve por dentro. Un leve temblor de la voz, un silencio, un sorbo de agua. La sala entera respeta ese momento de dolor producto de volver sobre los tormentos que recibió durante su cautiverio.
 

13:05 "Tenés las horas contadas"


"Fui privado de mi libertad el 21 de septiembre de 1976 a la madrugada". Así comienza su testimonio Juan José, nervioso pero con firme determinación, decidido a buscar justicia. "Estaba durmiendo en casa con mis padres y mi hermano más chico Omar. Escuché golpes y al grito de 'Policía' entró un grupo de personas que me dieron la orden de que me vista"
Cuando juan José empezó a buscar sus pertenencias en la mesa de luz, fue interrumpido por uno de los secuestradores que le dijo: "esto no te hace falta porque vos tenes las horas contadas", mientras se guardaba el reloj de pulsera además de algo de dinero.

 

 

13:00 Testigo 141 - Declara Juan Jose Fernandez

Es el hermano del testigo anterior. Fue secuestrado por la patota del III Cuerpo y fue testigo de los hechos que se juzgan en el expediente Quijano.
 

 

12:15 Finalizó el testimonio de Eduardo Fernandez

Al igual que la testigo anterior, Eduardo pone en palabras los efectos del Estado Terrorista en su vida. Tener que abandonar la propia vida tal como era a los 24 años para huir, perder todos los recuerdos de la juventud porque fueron sustraídas por la patota, perder a aquellos entrañables compañeros y amigos de la juventud.
"Eramos defensores de la paz. Lo único que pretendíamos y seguimos pretendiendo es la construcción de una sociedad más justa y con más igualdad. Eso fue lo que le costó la vida a nuestros compañeros y quiero que sea tenido en cuenta para juzgar sus muertes".

Se hará un cuarto intermedio de 15 minutos.
 

11:45 El secuestro de su hermano.


El 20 de septiembre de 1976 una patota de civil llegó a su domicilio. Eduardo Gabriel no se encontraba, había decidido ir a dormir a otro lugar porque ese mismo día habían secuestrado a su compañero Ruben Goldman. "Se llevaron a mi hermano esa noche".
Su hermano, Juan José, estuvo secuestrado junto a otros compañeros del PC. Para conocer su paradero la familia recurrió a diversas vías: un familiar lejano que era contador en el arzobispado quien tenía vinculo con Primatesta, y a través de él, con Luciano Benjamin Menendez. Por otro lado una antigua militante Radical que conocia a Angeloz y le transmitió los datos su hermano.
De la liberación de su hermano, Eduardo recuerda el olor penetrante y fuerte que traía impregnada en su ropa, el olor del miedo. 

 

11:40 Testigo 140 - Declara Eduardo Gabriel Fernandez

Es un conocido dirigente de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios y durante los años 70 militaba en la Federación Juvenil Comunista. Declara en este juicio por la desaparición de "El Negro" Trigo, un compañero muy cercano a su familia.

 

11:30 Finalizó el testimonio de Dora Rud de Goldman

"Esto es algo que espero desde hace 37 años. Es un punto de inflexión y emocionalmente es muy fuerte la sensación de haber estado tantos años callando, o tratando de ser escuchada y que ustedes me estén escuchando. Es la sensación de justicia, es muy fuerte.
El castigo que uno pide es por los crímenes, que fueron muchos, crímen sobre crimen. Pido castigo por todos los que mataron. Pido Castigo porque peor que la muerte debe haber sido la humillacion, la cosificacion, la vejacion -moral y de la carne- la supresion de la condicion humana. Pido castigo por el antisemitismo que debieron subfrir los que eran judios como Rubén. Pido Castigo por condenarnos a tantos a dejar nuestra Córdoba querida, dejar nuestro trabajo, nuestro domicilio, nuestros vecinos, por robarnos todos los recuerdos de nuestras casas. Pido castigo no solo para los ejecutores sino también para los ideólogos. Quiero un pais donde sean posibles las diferencias. Aqui estoy representando a los hermanos de Ruben y a todos los que no pudieron esperar este momento: sus padres, sus abuelos, sus tíos.
Siento que es un privilegio poder estar viva y testimoniando hoy. Lo que lamento es el pacto de silencio que mantienen los responsables, y que hace que el crimen no haya terminado, siga sucediendo. Es perpetuar en el tiempo la desaparicion de nuestros seres queridos".

 

11:20 Vivir sin vivir

La querella pregunta a Dora qué cambió en su vida después de aquel 20 de septiembre de 1975. Dora responde sobre el exilio, el suyo y el de toda la familia. Las complicaciones para llevar adelante la fábrica, la devastación de una familia muy unida: "Cuando secuestraron a Ruben los abuelos estaban muy angustiados, poco después Don Valentín tuvo un ataque cardíaco. Era desolador el contexto".
También dice que a ella la hicieron perder su identidad: "Yo tuve que dejar mi lugar de trabajo, mi lugar de estudio, irme sin documentos, o sea perder la identidad. Es una manera de vivir sin vivir no ser, no tener nombre ni apellido. A ruben lo habían desaparecido y a todos nosotros nos mataron de alguna forma"
 

11:02 Fallecer con el terror dentro

"Elita" era compañera de Ruben y Dora, y permaneció secuestrada junto a otros compañeros del Partido Comunista: Enrique Guillén y Mónica Protti, la Familia Colman, Raúl Trigo, entre otros.
Cuando salió, Elita contó lo que había vivido en el Centro Clandestino La Perla. Algunos de esos relatos quedaron plasmados en el libro "Los Sapos de la Memoria". La testigo cuenta que Elita vivió y murió con ese terror en su alma, porque después de sobrevivir a La Perla fue obligada a presentarse periódicamente en la casa de uno de sus torturadores, Manzanelli, quien prolongó la perversión aún fuera del campo. 

 

10:54 "Una Guerrillera Peligrosa". 

Después de la desaparición de su marido, Dora sufrió allanamientos en su lugar de trabajo y en su domicilio, en San Vicente.  Dora pudo escapar y permaneció escondida en la casa de parientes hasta que debió irse después de que en un operativo "Rastrillo" por parte de un grupo de militares uniformados, se salvó de que la interceptaran porque la confundieron con la empleada doméstica. huyó sin documentos a Buenos Aires.
La patota preguntaba a los vecinos con una foto de la pareja en mano, diciendo que buscabana una "guerillera peligrosa". Le ocuparon la casa durante mas de diez días y al tiempo incluso trajeron un camión de mudanza para robarle todas sus pertenencias.
 

 10:45 Testigo 138: Declara Dora Rud. 

Dora viene a Declarar sobre el secuestro y desaparición  de su marido, Ruben Goldman.


Se habían conocido en el club Asic y se casaron dos años después, en 1975. Fue secuestrado el 20 de septiembre de 1975 de la fábrica familiar en la que trabajaba desde los 17 años por un grupo de personas vestidas con camperas de cuero, frente a toda su familia. Una de estas personas, ante las preguntas desesperadas de Daniel Goldman, hermano de Rubén, le dijo que averiguara en en III Cuerpo. 

 

10:30 Cuatro testigos para la jornada de hoy.

Se espera el testimonio de tres testigos que declararàn sobre la causa Quijano, y una sobre la causa Manzanelli.
Se trata de Dora Beatriz Rud de Goldman, Eduardo Gabriel y Juan José Fernandez, y Esa Elghoyen de Soria. 

Fuente:DiariodelJuicio

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