TESTIMONIOS
Día 92. Inspección ocular en la Iglesia de la Santa Cruz
Hoy se realizó la inspección donde fueron secuestradas las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, entre otros familiares, quienes fueron engañados y capturados por Alfredo Astiz.
“El Grupo de la Santa Cruz”
Durante la última dictadura cívico-militar un grupo de familiares de detenidos-desaparecidos empezó a reunirse en la Iglesia de la Santa Cruz. Alfredo Astiz se infiltró entre ellos, a través del engaño: dijo tener un hermano desaparecido. El grupo de familiares se solidarizó con él, creyendo que realmente buscaba a un ser amado. Finalmente, resultó ser él quien los señaló y llevó a la ESMA para desaparecerlos.
El grupo estaba integrado por las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo María Esther Ballestrino de Careaga, Azucena Villaflor de Vincenti y María Eugenia Ponce de Bianco; los familiares Ángela Auad, Patricia Cristina Oviedo, Raquel Bulit, José Julio Fondovila, Eduardo Gabriel Horane, Remo Carlos Berardo, Horacio Aníbal Elbert; y las monjas francesas Alice Domon y Leonnie Duquet. Los casos de estas víctimas son parte de los 789 incluidos en el juicio.
Los secuestros del Grupo de la Santa Cruz
Hubo dos fechas. La primera fue el 8 de diciembre de 1977, después de una reunión del Grupo, cuando los familiares empezaron a salir de la Iglesia por la puerta de rejas, ubicada en la calle Estados Unidos al 3150 de la Ciudad de Buenos Aires. Eran aproximadamente entre las 20:00 y las 20:30 horas, cuando aparecieron Antonio Pernías, Jorge Radice, Héctor Febres, Raúl Scheller, Néstor Savio, Julio Coronel y Alberto González, vestidos de civil y armados, haciéndose pasar por personal policial, cuando en realidad eran miembros del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA, al que pertenecía Astiz.
En la calle, una persona de civil con un transmisor en su mano, identificó a Domon y Auad, señalándolas y ordenando la detención de ambas, quienes fueron subidas a la fuerza a un vehículo, al igual que Horane, Ponce de Bianco, Ballestrino de Careaga, Oviedo y Bulit. En el operativo intervino Alfredo Astiz, quien por orden de Jorge Acosta, se había infiltrado en el Grupo de la Santa Cruz aproximadamente desde junio de 1977. Para esto, usó un nombre falso: “Gustavo Niño”.
El mismo día, el 8 de diciembre, Savio y Coronel secuestraron a Berardo en su casa. Además, el Grupo de Tareas secuestró a Elbert y Fondovila en la confirtería “Comet”.
La segunda fecha fue el 10 de diciembre, dos días después, alrededor de las 8:30 horas, cuando Villaflor de Vincenti salía de su casa, en la Provincia de Buenos Aires. A poca distancia de su vivienda, fue capturada por varias personas armadas, quienes bajaron de dos vehículos. Horas más tarde, alrededor de las 11:00 y las 12:30 horas, integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2 llegaron a la parroquia San Pablo en un automóvil Ford Falcon sin patente: ahí secuestraron a Leonnie Duquet.
Todas las víctimas fueron llevadas a la ESMA, donde permanecieron en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida. Fueron encapuchadas, engrilladas, interrogadas y torturadas.
El Grupo de la Santa Cruz y los vuelos de la muerte
Las víctimas estuvieron entre 10 y 15 días en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio. Luego, Acosta, Pernías, Astiz, Febres, González, Scheller y Rolón, decidieron e implementaron los “traslados”: les inyectaron “pentotal” para que personal de la Maina los llevara a los aviones desde los cuales fueron arrojados al mar, desnudos y con vida. Algunos de los cuerpos fueron recuperados, porque las corrientes marítimas los devolvieron a las costas. Los demás siguen desaparecido.
Las dos Iglesias
La contraparte de la Iglesia que participó en delitos de lesa humanidad fue otra parte de esa institución que tomó la opción por los pobres y decidió ser parte de las luchas populares. La Iglesia de la Santa Cruz siempre acompañó a los familiares de los detenidos-desaparecidos y sigue siendo un lugar abierto para la memoria.
La inspección ocular a la Iglesia de la Santa Cruz
En el maco del juicio oral y público por la megacausa ESMA, el Tribunal Oral y Federal Nº5, a cargo del debate, realizó nuevamente una inspección ocular a la Iglesia, para confirmar información de las declaraciones testimoniales, especificar datos de la causa y reconstruir los hechos cometidos en ese lugar. Además de los jueces, participaron sobrevivientes y testigos, y los abogados de las querellas y las defensas.
Entre otros recuerdos, hubo testigos que recordaron que en los bancos de la Iglesia los familiares se juntaban desesperados para buscar a sus seres amados, tratando de organizarse y resistir a la dictadura. Ese lugar vio nacer a las Madres de Plaza de Mayo y también las vio irse secuestradas a la ESMA. Esta semana volvió a ver que el Poder Judicial está terminando con la impunidad para los culpables.
Próxima audiencia
El juicio continuará el lunes 30 de septiembre con las declaraciones de más testigos.
Fuente:EspacioMemoriayDDHHexEsma
Durante la última dictadura cívico-militar un grupo de familiares de detenidos-desaparecidos empezó a reunirse en la Iglesia de la Santa Cruz. Alfredo Astiz se infiltró entre ellos, a través del engaño: dijo tener un hermano desaparecido. El grupo de familiares se solidarizó con él, creyendo que realmente buscaba a un ser amado. Finalmente, resultó ser él quien los señaló y llevó a la ESMA para desaparecerlos.
El grupo estaba integrado por las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo María Esther Ballestrino de Careaga, Azucena Villaflor de Vincenti y María Eugenia Ponce de Bianco; los familiares Ángela Auad, Patricia Cristina Oviedo, Raquel Bulit, José Julio Fondovila, Eduardo Gabriel Horane, Remo Carlos Berardo, Horacio Aníbal Elbert; y las monjas francesas Alice Domon y Leonnie Duquet. Los casos de estas víctimas son parte de los 789 incluidos en el juicio.
Los secuestros del Grupo de la Santa Cruz
Hubo dos fechas. La primera fue el 8 de diciembre de 1977, después de una reunión del Grupo, cuando los familiares empezaron a salir de la Iglesia por la puerta de rejas, ubicada en la calle Estados Unidos al 3150 de la Ciudad de Buenos Aires. Eran aproximadamente entre las 20:00 y las 20:30 horas, cuando aparecieron Antonio Pernías, Jorge Radice, Héctor Febres, Raúl Scheller, Néstor Savio, Julio Coronel y Alberto González, vestidos de civil y armados, haciéndose pasar por personal policial, cuando en realidad eran miembros del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA, al que pertenecía Astiz.
En la calle, una persona de civil con un transmisor en su mano, identificó a Domon y Auad, señalándolas y ordenando la detención de ambas, quienes fueron subidas a la fuerza a un vehículo, al igual que Horane, Ponce de Bianco, Ballestrino de Careaga, Oviedo y Bulit. En el operativo intervino Alfredo Astiz, quien por orden de Jorge Acosta, se había infiltrado en el Grupo de la Santa Cruz aproximadamente desde junio de 1977. Para esto, usó un nombre falso: “Gustavo Niño”.
El mismo día, el 8 de diciembre, Savio y Coronel secuestraron a Berardo en su casa. Además, el Grupo de Tareas secuestró a Elbert y Fondovila en la confirtería “Comet”.
La segunda fecha fue el 10 de diciembre, dos días después, alrededor de las 8:30 horas, cuando Villaflor de Vincenti salía de su casa, en la Provincia de Buenos Aires. A poca distancia de su vivienda, fue capturada por varias personas armadas, quienes bajaron de dos vehículos. Horas más tarde, alrededor de las 11:00 y las 12:30 horas, integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2 llegaron a la parroquia San Pablo en un automóvil Ford Falcon sin patente: ahí secuestraron a Leonnie Duquet.
Todas las víctimas fueron llevadas a la ESMA, donde permanecieron en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida. Fueron encapuchadas, engrilladas, interrogadas y torturadas.
El Grupo de la Santa Cruz y los vuelos de la muerte
Las víctimas estuvieron entre 10 y 15 días en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio. Luego, Acosta, Pernías, Astiz, Febres, González, Scheller y Rolón, decidieron e implementaron los “traslados”: les inyectaron “pentotal” para que personal de la Maina los llevara a los aviones desde los cuales fueron arrojados al mar, desnudos y con vida. Algunos de los cuerpos fueron recuperados, porque las corrientes marítimas los devolvieron a las costas. Los demás siguen desaparecido.
Las dos Iglesias
La contraparte de la Iglesia que participó en delitos de lesa humanidad fue otra parte de esa institución que tomó la opción por los pobres y decidió ser parte de las luchas populares. La Iglesia de la Santa Cruz siempre acompañó a los familiares de los detenidos-desaparecidos y sigue siendo un lugar abierto para la memoria.
La inspección ocular a la Iglesia de la Santa Cruz
En el maco del juicio oral y público por la megacausa ESMA, el Tribunal Oral y Federal Nº5, a cargo del debate, realizó nuevamente una inspección ocular a la Iglesia, para confirmar información de las declaraciones testimoniales, especificar datos de la causa y reconstruir los hechos cometidos en ese lugar. Además de los jueces, participaron sobrevivientes y testigos, y los abogados de las querellas y las defensas.
Entre otros recuerdos, hubo testigos que recordaron que en los bancos de la Iglesia los familiares se juntaban desesperados para buscar a sus seres amados, tratando de organizarse y resistir a la dictadura. Ese lugar vio nacer a las Madres de Plaza de Mayo y también las vio irse secuestradas a la ESMA. Esta semana volvió a ver que el Poder Judicial está terminando con la impunidad para los culpables.
Próxima audiencia
El juicio continuará el lunes 30 de septiembre con las declaraciones de más testigos.
Fuente:EspacioMemoriayDDHHexEsma
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