La agresión contra Siria en el contexto de los dilemas doctrinarios de la política exterior de Barack Obama
Por Leyde E. Rodríguez Hernández
En el momento en que publico estas notas, el Sistema Internacional vuelve a contraerse por la brutal situación de guerra provocada por los militaristas estadounidenses, con el anuncio de una nueva escalada agresiva contra Siria.
La situación es muy tensa. Barack Obama está bajo la feroz presión de los círculos militaristas más guerreristas del Imperio y de la ultraderecha asociada al Complejo Militar-Industrial. Una acción militar contra Siria no cuenta con el respaldo de un número considerable de los aliados europeos de los Estados Unidos, ni de la mayoría del pueblo estadounidense, ya cansado de un largo periodo guerrerista, bajo diferentes pretextos mentirosos, sin resultados beneficiosos para su nación.
Con un posicionamiento unilateralista, los Estados Unidos pretenden pasar por encima del Consejo de Seguridad de la ONU, y no le interesa la conclusión de los expertos en armas químicas del organismo internacional. Las consecuencias de esta nueva aventura militar podrían ser catastróficas no solo para Siria, sino para toda la región, incluyendo los intereses de los Estados Unidos, pues deberán soportar la respuesta de los agredidos. Esta guerra podría internacionalizarse. Pudieran ser varios los frentes, pues Irán ya advirtió que “si atacan a Siria, el fuego también llegará a los sionistas de Israel”. Por lo visto, esta nueva guerra del siglo XXI contra Siria, aunque no se declare, es también contra Irán y Rusia. Así, los Estados Unidos revelan que la guerra, como un instrumento de su política exterior, es una vía para frenar la emergencia de una estructura multipolar del Sistema Internacional y, asimismo, desafiar la tendencia inevitable hacia la decadencia del Imperio norteamericano.
La guerra de los Estados Unidos contra Siria no podría analizarse alejada del amplio contexto de las doctrinas, teorías y dilemas de la política exterior de los Estados Unidos, lo cual se expone en los párrafos siguientes:
Doctrinas, teorías y dilemas de la política exterior de los Estados Unidos
Con posterioridad al ascenso del demócrata Barack Obama al poder estadounidense, en enero del 2009, fue conocida la llamada “Doctrina Obama”: un documento de 72 páginas denominado Revisión de la Postura Nuclear (NPR), con el supuesto objetivo de reducir el número y el papel de las armas nucleares en la política de “defensa” de los Estados Unidos.
Se consideró que esa revisión ha sido la más exhaustiva después del fin de la confrontación bipolar. Por esta vía, los Estados Unidos se “comprometieron” a no utilizar el arma nuclear contra otros Estados no poseedores de armas nucleares, a condición de que ellos respeten las disposiciones del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) del año 1968. Quedó claro que, para los países que no cumplieran esta regla dictada por Washington, todas las opciones de una represión militar continuaron vigentes, tal y como explicaron las doctrinas de política exterior enunciadas por las administraciones precedentes.
De este modo, la “Doctrina Obama” ratificó que los Estados Unidos no renunciaban al uso del arma nuclear, cualesquiera que sean las circunstancias, manteniéndose así la estrategia de la disuasión nuclear en resguardo de los intereses del bloque de países occidentales liderados por los Estados Unidos. Esta proyección doctrinaria de la administración Obama colocó la prevención del riesgo terrorista como una prioridad, pues también estimó que la probabilidad de una guerra nuclear mundial se había alejado, pero el riesgo de un ataque nuclear de carácter terrorista contra los Estados Unidos o sus aliados siguió latente y con tendencia a aumentar en el futuro.
Esta doctrina reconoció que los Estados Unidos y China son cada vez más interdependientes, pero expresó inquietudes por los esfuerzos de China para actualizar sus armas nucleares en el contexto de amplias intenciones estratégicas en el siglo XXI, a pesar de que los arsenales nucleares de China seguirán siendo, en las próximas décadas, mucho más reducidos que los depósitos nucleares de los Estados Unidos y Rusia.
En la época de Obama la carrera armamentista mantuvo su espiral ascendente. La industria Boeing produjo nuevos proyectiles de alcance global hipersónicos. Este productor confirmó haber puesto a prueba, con éxito, el proyecto misilistico X-51. Este misil permitiría atacar a cualquier Estado, en cualquier parte del mundo, en menos de una hora. El Pentágono dedicó a este proyecto armamentista 500 millones de dólares, para la verificación de sus posibilidades reales, antes de emprender la producción a gran escala del misil.
Obama presentó a sus aliados en Europa el proyecto de despliegue de componentes del sistema antimisil en territorio polaco, surtido de misiles Patriot, vehículos blindados militares y unos 100 soldados estadounidenses, que se unieron al entrenamiento de las tropas nacionales. El gobierno polaco, en correspondencia, suscribió, en el año 2010, otro anexo al pacto con los Estados Unidos relativo al emplazamiento de misiles receptores SM-3 (Standard Misil-3) en un plazo de tres años, lo cual se inscribió en el renovado plan del sistema antimisil, propuesto por Obama en el mes de septiembre del 2009. La postura estadounidense siempre insistió en que la base de misiles balísticos de los Estados Unidos en Polonia, no estuvo dirigida contra Rusia, pues su finalidad es proteger a Polonia de la supuesta amenaza nuclear y de los mísiles de Irán.
A principios del 2009 fue aprobada la “Doctrina de Guerra Irregular” por Obama, priorizando esa forma de beligerancia sobre la convencional. Según sus preceptos, en la guerra irregular, el campo de batalla no tiene límites, las tácticas y estrategias difieren de las tradicionales. La contrainsurgencia y la subversión, además del uso de las fuerzas especiales, para ejecutar operaciones clandestinas de guerra, son las principales técnicas empleadas en la desestabilización, “desde adentro”, del adversario. La administración Obama compartió la visión imperial de que el mundo es un campo de batalla.
En correspondencia, fachadas y agencias como la Organización de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el National Endowment for Democracy y Freedom House, entre otras, fueron utilizadas para canalizar dinero a los actores que promueven la agenda de Washington, y en la penetración de la “sociedad civil” en países estratégicamente importantes para los intereses imperiales.
Simultáneamente a las operaciones militares en Iraq y Afganistán, el Pentágono libró una guerra de “diplomacia pública”, más bien secreta, contra Irán, Georgia, Ucrania, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Venezuela, Colombia, México, Perú, Yemen, Paquistán, Filipinas, Somalia y Siria, organizada bajo el Mando de Operaciones Especiales (SOCOM),1 que llegó a tener presencia en 60 naciones al concluir la era de George W. Bush, y dispuso de unos 57 000 especialistas de las fuerzas armadas estadounidenses desplegados en 75 países ubicados en el Medio Oriente, Asia Central y África Oriental.
El SOCOM es un microcosmos del Departamento de Defensa integrado por componentes de tierra, mar y aire. Tiene presencia global con facultades y responsabilidades militares. La estructura esencial del SOCOM es el Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, siglas en inglés), que informa y responde directamente al presidente estadounidense, y tiene la misión fundamental de perseguir y asesinar a sospechosos de terrorismo en cualquier “oscuro” lugar del planeta, en correspondencia con la doctrina de W. Bush. Esta estructura de acciones militares encubiertas tiene su propia división de inteligencia, aviones no tripulados y de reconocimiento, satélites y “ciberguerreros”. El velo de clandestinidad que envolvía a esas fuerzas especiales empezó a rasgarse bajo la administración Obama, después del operativo que terminó con la vida de Osama bin Laden, el 2 de mayo de 2010, en Paquistán, demostrando que los soldados de los Estados Unidos tienen “licencia” para matar en cualquier parte del mundo donde se encuentren desplegados.
Según las informaciones del Pentágono, los Estados Unidos están enfrentados a la gran amenaza futura de las tecnologías cibernéticas, lo que requerirá de la coordinación civil y militar para proteger las redes contra imaginarios ataques. Se estimó que más de 100 organizaciones de inteligencia extranjeras intentaron irrumpir en las redes estadounidenses. Los mayores proveedores del Pentágono –incluyendo Lockheed Martin, Boeing y Northrop Grumman- invirtieron en el creciente terreno de la cibertecnología y el ejército reconoció haber logrado considerables avances en la protección de sus propios sitios en un trabajo conjunto con sus afiliados en el sector privado.
El gobierno de Obama dictó instrucciones precisas para militarizar el espacio cibernético. Su estrategia abarcó el establecimiento de una exhaustiva colaboración con otras naciones a fin de convertir a Internet en un foro “más seguro” y permitir la aplicación de leyes que intensificarán la vigilancia cibernética. El ciberespacio fue definido como un terreno que puede propiciar conflictos bélicos, pues los Estados Unidos responderán a actos hostiles en el ciberespacio provenientes de otros países, por lo que tomó medidas para aprobar una mayor cooperación entre la Agencia de Seguridad Nacional y el Departamento de Seguridad Nacional. En estas instituciones recayó la responsabilidad de proteger la información sensible, las redes e interceptar las comunicaciones extranjeras. Como en el aspecto nuclear, la estrategia manifestó que los Estados Unidos se reservan el derecho de usar todos los medios necesarios: diplomáticos, militares, económicos e informáticos, en forma apropiada, para salvaguardar sus intereses y la de sus aliados.
Con Obama se mantuvieron los planes de ataques preventivos o de represalias militares contra supuestas amenazas a la “seguridad nacional”. Dichas operaciones especiales, que no requirieron la aprobación del Congreso, formaron parte del diseño de una estrategia de ataques militares contra Irán, en caso de la agudización de la confrontación por el programa nuclear de Teherán, cuyas autoridades afirmaron que poseía un carácter netamente civil y pacífico.
Esta estrategia había dado continuidad a la doctrina “Conmoción y Pavor”, una teoría de ataque militar elaborada por Harlam K. Ullman, expiloto y profesor del Colegio Nacional de Guerra de los Estados Unidos, recogida en un libro de ese mismo nombre, que fue acogida con entusiasmo por el Pentágono y aplicada en Iraq. Esta concepción desplazó a la llamada “Doctrina Powell”, que sirvió de base a la guerra que emprendió George Bush (padre) para expulsar a las tropas iraquíes que invadieron Kuwait. La “Doctrina Powell” consideró que los Estados Unidos solo debían arrojarse a un conflicto militar después de desplegar en el teatro de operaciones una fuerza insuperable y teniendo muy claro el objetivo y la estrategia de salida.
En los tiempos de Obama, Ullman, por su parte, concibió las acciones bélicas utilizando una fuerza más pequeña, pero con gran superioridad tecnológica y apoyada en una intensa guerra psicológica que impresionara y convenciera al enemigo de la inutilidad de cualquier resistencia al poderío estadounidense.
La gran estrategia exacerbó la aspiración de los Estados Unidos de seguir siendo el único Estado en ejercer una dominación militar de espectro completo en la tierra, el aire, los mares y en el espacio, con el mantenimiento y la extensión de bases militares, tropas, portaaviones y bombarderos estratégicos sobre y en casi cada latitud y longitud del planeta.
El arsenal utilizado para neutralizar y destruir las defensas aéreas y estratégicas, de prácticamente todas las fuerzas militares importantes de otras naciones, consistió en misiles balísticos intercontinentales, misiles balísticos adaptados para el lanzamiento en submarinos, misiles cruceros, bombarderos hipersónicos y bombarderos estratégicos “super stealth” capaces de evitar la detección por radar y evitar las defensas basadas en tierra y aire. Unido a este poderío, los Estados Unidos perfeccionó e intensificó los programas de guerra espacial para paralizar los sistemas de vigilancia y mando militar, control, comunicaciones, informáticos y de inteligencia de otras naciones, llevándolas a la indefensión en todos los ámbitos.
Estos elementos sustentaron el concepto de Ataque Global Inmediato que, concentrado en una embestida centralizada de varios misiles de armas convencionales muy precisas, en apenas 2 ó 4 horas, destruiría las infraestructuras críticas del país blanco, y así lo obligaría a capitular. El concepto de Ataque Global Inmediato tuvo el propósito de asegurar el monopolio de los Estados Unidos en el campo militar y ampliar la brecha entre ese país y el resto del mundo. En combinación con el despliegue del sistema de “defensa” antimisil, que supuestamente deberá mantener a los Estados Unidos inmune contra ataques de represalias de Rusia y China, la iniciativa de Ataque Global Inmediato convirtió a los Estados Unidos en un dictador global de la era moderna.
Esencialmente, la doctrina nuclear de los Estados Unidos en la nueva estrategia de “seguridad nacional” formó parte de una diplomacia que se condujo con impunidad total. La estrategia facilitó la planificación de un gasto militar para el año 2011 de 750 000 millones de dólares, 31 000 millones más que en el 2010, y casi 100 000 millones más que en el 2009, según el Instituto de Estudios de la Paz de Estocolmo (SIPRI)2. La parte más sustancial de ese exorbitante gasto militar estuvo dirigido al sostenimiento de sofisticados sistemas de armamentos para sus fuerzas navales y aéreas, lo que hizo pensar en un despilfarro de recursos financieros y que debieron ponerse en práctica medidas de contención para los gastos militares.
Casi un tercio del descomunal presupuesto, exactamente 250 000 millones de dólares anuales, se dedicaron a mantener las 865 bases e instalaciones militares que los Estados Unidos tiene en más de 40 países; y no fueron desdeñables los 155 000 millones de dólares que paga el Departamento de Defensa a 766 000 contratistas privados. En su conjunto, el costo total para el tesoro estadounidense de las guerras en Iraq, Afganistán y Paquistán estuvo en alrededor de los 3,7 millones de millones de dólares, y podría llegar a 4,4 millones de millones de dólares, según el proyecto de investigaciones de costos de la guerra del Instituto Watson de estudios internacionales de la Universidad Brown.
En los diez años transcurridos, desde el envío de las tropas estadounidenses a Afganistán, tras el 11 de septiembre del 2011, los gastos en los conflictos militares sumaron entre 2,3 y 2,7 millones de millones de dólares. Estas cifras continuarían aumentando si lógicamente fueran tenidas en cuenta las obligaciones, a largo plazo, con los veteranos heridos y los gastos en conflictos previstos entre los años 2012 y 2020.
La estrategia estadounidense es de guerra permanente y concedió riendas sueltas a la OTAN, como gendarme global en alianza con Israel, para la continuación de los juegos de guerra en una situación “real” contra Siria e Irán, lo cual probaría la eficacia en la práctica de la iniciativa de Ataque Global Inmediato.
En medio de una intensa campaña mediática y las amenazas de guerra contra Irán, en torno al tema nuclear, Israel y los Estados Unidos realizaron, en el mes de mayo del 2012, las maniobras conjuntas más importantes y de mayor trascendencia en la historia de su alianza. La planificación de este ejercicio militar conjunto, con el nombre de “Desafío Austero”, se produjo cuando Tel Aviv avivó las exigencias de atacar las instalaciones nucleares iraníes, tras la publicación de un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), donde se acusó arbitrariamente a Irán de haber trabajado en la creación de un arma nuclear, que puso al mundo al borde de la guerra con empleo de armas nucleares; un escenario que los Estados Unidos, en alianza con Gran Bretaña e Israel, tiene preparado minuciosamente contra Irán. 3
El informe de la OIEA estuvo en correspondencia con la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el 9 de junio de 2010, basada en la noción de que Irán es una futura potencia nuclear y una amenaza para la paz global. Asimismo, le proporcionó luz verde a la alianza militar de los Estados Unidos, la OTAN e Israel, para que amenazara a Irán con un ataque nuclear preventivo y punitivo, invocando el visto bueno del Consejo de Seguridad de la ONU. La posición de los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad quedó fundamentada en supuestos documentos de inteligencia que ofrecieron aparentes indicios de un programa de armas nucleares de Irán.
Los estadounidenses reconocieron, desde el principio, que los documentos no probaron que Irán poseyera una bomba atómica. Lo presentaron como la prueba más contundente, hasta ese momento, de que, a pesar de la insistencia iraní en que su programa nuclear tiene fines pacíficos, ese país trató de desarrollar una ojiva compacta con posibilidades de colocarse en un misil Shahab, cuyo alcance podría llegar hasta Israel y otros países del Oriente Medio.4 Con el informe de la OIEA, una vez más, los Estados Unidos utilizaron información de inteligencia falsa para crear una justificación que les permitiera el objetivo de librar otra guerra. La autenticidad del contenido de dichos documentos fue cuestionada en varias ocasiones, ya que los dibujos no se correspondieron con el misil Shahab, sino con un sistema de misiles norcoreano obsoleto que había sido desactivado por Irán a mediados del decenio de 1990.
Por otro lado, las maniobras “Desafío Austero”, con la participación de más de 5000 efectivos de ambas fuerzas armadas, reflejaron esos impulsos bélicos en la simulación de la “defensa” antimisil de Israel. Los norteamericanos insistieron en que la tecnología israelí resultó esencial para mejorar la “seguridad nacional” y proteger las tropas de los Estados Unidos, especialmente la diseñada para los efectivos militares en Afganistán e Iraq, lo que demostró ser un éxito. El “Desafío Austero” fue otro ejemplo del compromiso histórico de los Estados Unidos con la seguridad de Israel, la que ahora es más amplia, más profunda e intensa que en cualquier otro período en la historia de las relaciones internacionales.
Al mismo tiempo, Obama hizo gala, en el marco de una reunión con la Unión Europea, el 3 de abril de 2009, en Praga, de un doble discurso en el que expuso la esperanza de su gobierno en un mundo totalmente libre de armas nucleares. En su retórica, los Estados Unidos avanzarían en un plan de desnuclearización, porque constituía una responsabilidad moral el progreso en ese sentido, manteniendo un arsenal nuclear “seguro y eficaz”, mientras el avance en la construcción de una “defensa” antimisil dependería del cese de lo que llamó la “amenaza iraní”.
Los idealistas pronunciamientos de Obama tuvieron el antecedente de un texto publicado por el periódico The Wall Street Journal, el 15 de enero de 2008, en el que los antiguos Secretarios de Estado, Henry Kissinger y George Shultz, el expresidente de la Comisión de Defensa del Senado, Sam Nunn, y el antiguo Secretario de Defensa, William Perry, llamaron a la construcción de un mundo sin armas nucleares. Obama, igualmente, prometió actuar a favor de la ratificación, por el Senado, del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, y anunció la preparación de un tratado internacional capaz de poner fin de manera verificable a la producción de materiales fisionables con fines militares.
En realidad, Obama pretendió engañar a la opinión pública cuando se refirió a una humanidad libre de armas nucleares, las que serían sustituidas por otras más idóneas, que permitan aterrorizar a los gobiernos opuestos a su nueva estrategia hegemónica de impunidad total. Obama procuró desnaturalizar la esencia militarista del Imperio al fingir que abandonaba el despliegue de los elementos del sistema de “defensa” antimisil en Polonia y República Checa, proponiéndose priorizar la concepción de una Europa protegida por la OTAN, más que por el sistema antimisil prometido por la administración de George W. Bush.
Sin embargo, la administración Obama retomó los preceptos del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC), en el que se encuentra toda la proyección ideológica de la cruzada militarista de los Estados Unidos. No es ocioso recordar que enfatizó: “actualmente Estados Unidos no tiene ningún rival mundial. El objetivo de la gran estrategia de los Estados Unidos debe ser preservar y extender esta posición ventajosa el mayor tiempo posible (…) Preservar esta situación estratégica deseable en la que se encuentra los Estados Unidos, en este momento, exige unas capacidades, militares predominantes a nivel mundial”. “El mayor tiempo posible”.5
Por lo tanto, también aquí queda implícita la tesis, ya abordada, sobre la ridícula posibilidad de que los Estados Unidos sean eternamente el amo del mundo. A largo plazo, la política internacional está condenada a hacerse cada vez menos propicia a la concentración de un poder hegemónico en las manos de un solo Estado. Visto así, los Estados Unidos no solo ha sido la primera superpotencia global, sino que muy probablemente será la última.
La razón profunda se encuentra en la evolución de su economía. El poder económico también corre el peligro de dispersarse. En los próximos años ningún país será susceptible de alcanzar aproximadamente el 30 por ciento del Producto Interno Bruto Mundial (PIB), cifra mantenida por los Estados Unidos durante la mayor parte del siglo XX, que llegó a ser del 50 por ciento en el año 1945. Según ciertos cálculos, los Estados Unidos todavía podrían detentar el 20 por ciento del PIB mundial en los próximos años, para caer a un 10 ó 15 por ciento en el 2020; mientras que las cifras de otras potencias: Unión Europa, China, Rusia, India y Japón, aumentarían para igualar de forma aproximada el nivel de los Estados Unidos. Una vez que se haya iniciado el declive del liderazgo estadounidense, ningún Estado aislado podrá obtener la supremacía que gozó los Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XX.
En la actualidad el declive del poderío estadounidense ya se ha iniciado y el Sistema Internacional tiende inexorablemente hacia la multipolaridad. Estas realidades, y el fracaso de la estrategia guerrerista de George W. Bush, hicieron que el pensamiento estratégico estadounidense debatiera dos opciones posibles con la intención de salvar al Imperio en el siglo XXI.
Para unos, la opción militarista es viable y se aviene a la política impuesta por los sectores neoconservadores de la era de George W. Bush, y el proyecto PNAC. Es una estrategia, como hemos visto, que se sustenta en la agresión y la intimidación. Su objetivo es multiplicar las guerras de agresión e incrementar al máximo los gastos militares, colocando en pleno funcionamiento el Complejo Militar-Industrial, para conseguir crecimiento económico, afianzar el dominio de las multinacionales y, con toda esta fuerza incalculable, amedrentar a aliados y rivales.
En este contexto, la administración Obama hizo un uso creciente de los aviones no tripulados (“drones”), que pueden llevar el siniestro nombre de Predator (“Depredador”) o de Reaper (“Segador o Parca”, la muerte). Los aviones no tripulados persiguieron evitar bajas del ejército en cualquier teatro bélico por medio de la alta tecnología, y se convirtieron en la principal arma de los Estados Unidos en sus esfuerzos para derrotar a Al-Qaeda y espiar los gobiernos que no son del agrado de la Casa Blanca. Por ejemplo, en Paquistán la CIA incrementó drásticamente los ataques con aviones no tripulados (a casi 200) contra objetivos de “alto valor” de Al-Qaeda y del movimiento islamista Talibán.
En Etiopía, desde un aeropuerto civil, la Fuerza Aérea estadounidense operó aviones no tripulados contra presuntos destacamentos terroristas en el Cuerno de África, y la Península Arábiga. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos invirtió millones de dólares en la creación de las condiciones técnicas del campo aéreo en Arba Minch, donde construyó instalaciones para acoger una flotilla de aviones no tripulados equipados de misiles Hellfire y bombas guiadas por satélites. Los “drones Reaper” también ejecutaron misiones en la vecina Somalia, donde los Estados Unidos y sus aliados tuvieron como objetivo la eliminación de los opositores armados al gobierno. Lo cierto es que los Estados Unidos construyó una constelación de bases militares secretas en la Península Arábiga y el Cuerno de África, como parte de sus motivaciones de penetración en el África Subsahariana y por el control militar del Golfo Arábigo-Pérsico.
Aunque Obama deseaba evitar las reacciones críticas a las políticas bélicas, también estuvo obligado a implementar la agenda del gobierno permanente instituido en el Complejo Militar-Industrial. Pero, de todas formas, es conocido que los bombardeos contribuyeron al resentimiento contra la política de los Estados Unidos en las poblaciones de distintos países de Asia, Medio Oriente y África.
Para los favorables al ejercicio de un poder blando (Soft Power) o “imperialismo inteligente”, teoría defendida por Brzezinski6, se trató, en la práctica, de lograr los mismos fines de los Estados Unidos en el escenario internacional, pero por medio de formas de violencia menos directas y visibles, contando menos con las intervenciones militares directas de las fuerzas armadas estadounidenses, que resultaron muy costosas, y más con los servicios secretos, las maniobras de desestabilización, las guerras por medio de países interpuestos y también con acciones de desestabilización interna incitada por métodos encubiertos y la corrupción.
Los estrategas militares estadounidenses distinguieron tres tipos de guerras a desencadenar:
a) Las guerras de alta intensidad: se trata de enfrentamientos entre grandes potencias del tipo de las dos guerras mundiales. Muchas veces se omite toda referencia al inminente riesgo de una guerra nuclear entre dos potencias mundiales o regionales, pero la amenaza existe y podría hacer desaparecer a la especie humana.
b) Las guerras de intensidad media: comportan también un compromiso militar estadounidense directo, pero contra potencias o países mucho más débiles. Por ejemplo: Yugoslavia, Iraq y Afganistán.
c) Las guerras de baja intensidad o indirectas: no comportan un compromiso militar directo de los Estados Unidos, logrando que otros combatan por ellos. Provoca conflictos entre países vecinos y son utilizados movimientos paramilitares, mercenarios y/o terroristas.
El término “baja intensidad” es engañoso, puede dar la impresión de que los daños son menores, pero en realidad, solo son mínimos para los Estados Unidos. Por ejemplo, la guerra llamada de “baja intensidad” desencadenada por los Estados Unidos contra el Congo (antiguo Zaire, a través de los ejércitos de los vecinos Ruanda y Uganda, y de diversas milicias) dejó cinco millones de muertos y paralizó el desarrollo de ese país. Lo mismo sucedió con los conflictos de baja intensidad promovidos en Centroamérica durante los años 80` del siglo pasado, y la guerra de la OTAN contra Libia, apoyada por mercenarios y las monarquías del Golfo Pérsigo aliadas a la estrategia estadounidense.
A diferencia de la etapa de George W. Bush, la estrategia Brzezinski, en la administración Obama, privilegió el tipo de guerras de baja intensidad o indirectas, no con una intención moral, sino simplemente para lograr fines político-militares por vías más “inteligentes”, que van desde las campañas mediáticas de demonización, embargos y bloqueos comerciales, golpes de Estado, y bombardeos, hasta ocupaciones terrestres, entre otras acciones.
El método de guerras de baja intensidad o indirectas persiguió dos ventajas: devolverle a los Estados Unidos una imagen internacional de autoridad moral y facilitar una menor inversión en el Complejo Militar-Industrial, lo que permitiría una cierta mejoría a la economía estadounidense en un momento de crisis económica global, en la que no debía descuidarse la competencia e interdependencia con otras potencias mundiales.
Parecía que después de las experiencias en Iraq y Afganistán, el Imperio haría, en el futuro, menos guerras directas, de modo que el movimiento progresista internacional contra la guerra, que atraviesa una indudable debilidad, respondería aún menos ante unas estrategias más discretas de los Estados Unidos, lo cual pudo verse en Europa durante la guerra injusta contra Libia, cuando la opinión pública quedó anestesiada por la gran prensa, y hasta los partidos políticos tenidos por progresistas, en el más amplio espectro de la llamada izquierda, apoyaron la zona de exclusión aérea y la agresión militar aprobada por la ONU, para proteger a los civiles víctimas de una supuesta represión por el presidente libio Muammar Al-Gaddafi. El caso de Libia demostró que la política estadounidense alterna sus métodos, y que los Estados imperialistas no podrán enmascarar su accionar brutal y agresivo en el escenario internacional.
El discurso que Obama pronunció al recibir el Premio Nobel de la Paz, aportó una viciada interpretación de la doctrina de la “Guerra Justa”. Esta es una doctrina que se caracterizó, desde siempre, por su enorme elasticidad para ajustarse a las necesidades de las clases dominantes en sus diversas empresas de conquista. Buscando apoyo en esta tradición teórica, Obama sentenció que una guerra es justa “si se libra como último recurso o en defensa propia; si la fuerza utilizada es proporcional; y cuando sea posible, los civiles son mantenidos al margen de la violencia”. De este modo, la versión original de la doctrina experimentó una nueva redefinición para una mejor adecuación a las necesidades del Imperio y culminó entrelazada con la teoría de la “Guerra Infinita” desarrollada por los teóricos reaccionarios del Nuevo Siglo Americano”, que acompañaron a George W. Bush en la justificación de sus agresiones militares a lo ancho y a lo largo del planeta.7
La doctrina de la “Guerra Justa” no resultó suficientemente flexible para que el Imperio otorgara una justificación ética a sus guerras de rapiña. Había que ir más lejos y la teoría de la “Guerra Infinita” fue la respuesta a esa necesidad de expansión de los Estados Unidos. Pero no hubo ni hay causa justa para desencadenar masacres e invadir otros pueblos, algo crucial para la ética y la teoría política tradicional.
La administración Obama asimiló como propia la política de mentiras que argumentó la existencia de armas de destrucción masiva en Iraq; que Osama bin Laden y Saddam Hussein compartían un proyecto político contra occidente; o que la población afgana dio la tarea a bin Laden de concertar los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001; o que el Muammar Al-Gaddafi reprimió deliberadamente a su pueblo; y que esas razones eran suficientes para los salvajes bombardeados contra esos países. En la peculiar visión de los círculos dominantes del Imperio, la concepción de “Guerra Justa” se convirtió en la “Guerra Infinita”.
Todo esto ubicó ante nuestros ojos que los Estados Unidos recurren a la guerra en cualquiera de sus variantes, porque sabe que un Sistema Internacional multipolar es ya una tendencia irreversible. Su gran estrategia consiste en detener, a toda costa, el empuje sostenido de un conjunto de países emergentes como China, Rusia, Brasil, India e incluso Irán, un fuerte competidor regional para Israel.
Un tratamiento especial merece la guerra que Obama desencadenó con la OTAN en Libia, otra “guerra preventiva”, con el pretexto de la “protección de civiles”. Supuestamente para evitar una masacre, los Estados Unidos y la OTAN, atacaron militarmente a un Estado soberano, sin que mediara amenaza alguna a la paz y la seguridad internacionales, y desataron una operación de “cambio de régimen”.
En esta guerra, además del empleo de las tecnologías militares más avanzadas y letales, los medios de comunicación fueron utilizados en calidad de armas de combate por los emporios financieros mediáticos que lucran con los conflictos y la reconstrucción de los países bombardeados.
La intervención militar en Libia y la creciente amenaza militar a Siria e Irán fueron parte de las respuestas oportunistas de los Estados Unidos y Europa al colapso de su sistema de dominación y saqueo en África Norte y Medio Oriente, con el surgimiento de movimientos genuinamente populares en Túnez, Egipto y otros países, lo cual estuvo también interrelacionado con la estrategia para apoderarse de grandes reservas de petróleo, agua y confiscar activos financieros en tiempos de grave crisis económica y social del sistema capitalista.
La guerra contra Libia representó para los estrategas estadounidenses un nuevo modelo de acciones militares pretendidamente más eficaces y menos costosas, pues la estrategia de George W. Bush comprendió la ocupación de los países, mientras que la de Obama supuso una aparente operación de liberación nacional en apoyo a supuestas revoluciones locales. Estas concepciones pretendieron rectificar los errores y las pérdidas económicas de las guerras en Iraq y Afganistán, con la puesta en práctica de un tipo de agresión militar sin bajas, sin tropas terrestres, cuyos costos recaerían fundamentalmente en los aliados europeos. Los estrategas estadounidenses estimaron que el esquema de intervención militar en Libia, también podría aplicarse contra otros países contestatarios a la política del bloque de países miembros de la OTAN.
A la desestabilización de un país, mediante la subversión, las operaciones encubiertas y las sanciones económicas, se le llamó “desarrollo de un movimiento nacional”, porque estuvo enmarcada en la política de “cambio de régimen”, y dio continuidad al uso de la fuerza militar bruta desarrollada por George W. Bush. Lo que demostró que las actuales doctrinas militares de los Estados Unidos, y de la OTAN, son aun más agresivas que las precedentes, y que la llamada “periferia euroatlántica” abarca al resto del planeta.
Nadie podría tener dudas de que América Latina y el Caribe fueron incluidas en esta concepción. El redespliegue de la IV Flota, el desarrollo de bases, fuerzas y medios militares norteamericanos para intervenir en cualquier punto de la región; el golpe de estado contra Venezuela en el año 2002 y luego el golpe petrolero; la sedición en Santa Cruz en Bolivia, el golpe militar en Honduras y el intento de golpe en Ecuador encajan perfectamente en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos divulgada el 27 de mayo del 2010. 8
Este documento manifestó que América Latina y el Caribe siguieron constituyendo una prioridad en la Estrategia de Seguridad Nacional y en la gran estrategia del establishment estadounidense, para poder mantener el acceso y control sobre los recursos naturales y económicos, el dominio de los mercados, el acceso a las fuentes primarias de energía, la preservación del sistema de colonización ideológico, cultural y la contención de aquellas fuerzas políticas, movimientos o procesos revolucionarios que pretendan desafiar las bases fundamentales de su dominación global.
Y toda esa hostilidad imperial se debió a que, desde América Latina y el Caribe, surgieron poderosas y dinámicas alianzas regionales, que buscaron configurar un espacio político de independencia respecto a los Estados Unidos y la Unión Europea, respetuoso de las particularidades y las diversidades de cada nación. La Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) avanzó en un proyecto de vanguardia de gobiernos progresistas y antiimperialistas, buscando fórmulas de rupturas con el orden internacional imperante y fortaleciendo la capacidad de los pueblos de hacer frente, colectivamente, a los poderes fácticos.
A ello se añadió que sus miembros dieron un impulso decidido a la consolidación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), bloque político que federó a los 12 Estados soberanos de Suramérica, con el fin de agruparlos en lo que El Libertador Simón Bolívar llamó “una Nación de Repúblicas”. Y más allá, los 33 países de América Latina y el Caribe trabajaron unidos para el paso histórico que fundó en una entidad regional, los días 2 y 3 de diciembre del 2011, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), para la integración real de la región y la consolidación de la independencia y la soberanía de “Nuestra América”, sin la presencia de los Estados Unidos y Canadá.
Un informe del Consejo de Relaciones Exteriores, presidido por la antigua representante de Comercio de los Estados Unidos, Charlene Barshefsky, y el general James T. Hill, excomandante del Comando Sur de los Estados Unidos, e integrado por legisladores, políticos, asesores, reconocidos especialistas y guiado con la asesoría de Julia Sweig, directora de Estudios de América Latina de dicho Consejo, reconoció la tendencia señalada en el párrafo anterior, cuando calificó de “obsoletos los principios de la Doctrina Monroe”; que “la política estadounidense ya no puede estar basada sobre la suposición de que los Estados Unidos es el actor exterior más importante en América Latina” y que “el destino de América Latina está, en gran medida, en las manos de América Latina”.9
Independientemente de que la situación geopolítica haya sido compleja para la administración Obama, en el antiguo traspatio de los Estados Unidos, en lo inmediato, existe una gravísima amenaza para la paz mundial tras el desencadenamiento de un nuevo ciclo de guerras coloniales, con el siniestro objetivo de darle un segundo aire al sistema-mundo capitalista en crisis estructural, pero sin ponerle ninguna clase de límites a su voracidad consumista y destructiva. La guerra colonial de la OTAN contra Libia tuvo como motivo real apoderarse de sus riquezas. Todo lo demás se subordinó a este objetivo.10 Los despliegues de sistemas antimisiles en diversas regiones del mundo estuvieron dirigidos a proteger las tropas e instalaciones de los Estados Unidos y la OTAN, para el éxito de esta nueva cruzada imperialista de dominación global.
En este período la visión mesiánica de los Estados Unidos prevaleció y sus aliados fueron más o menos tenidos en cuenta en las aventuras militares del Imperio. La Unión Europea dependió más que nunca de los conceptos estadounidenses sobre la guerra y las supuestas amenazas a la seguridad internacional. La administración Obama, a pesar de su retórica, no descartó la opción nuclear y privilegió el sobredimensionamiento militar y el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
Prevaleció el desplazamiento estratégico de la disuasión a la prevención. Esta fue la lógica para el lanzamiento de nuevas guerras que siguen teniendo sus orígenes en el excepcionalismo estadounidense, el cual postula que la seguridad de los Estados Unidos no debe depender de una persona y que ella podría justificar por sí misma un ataque preventivo. Los sucesos acaecidos en el escenario internacional, desde el 11 de septiembre del 2001 hasta la actualidad, dejaron comprender, de forma descarnada, esa premisa histórica del Imperio.
En esas condiciones geoestratégicas, la política exterior de los Estados Unidos trasladó la “guerra” contra el terrorismo de la periferia al centro de la estrategia de “seguridad nacional”, sin abandonar los planes de la militarización del espacio y de la supremacía militar por medio de la construcción de un Sistema Nacional de Defensa Antimisil (SNDA): el núcleo central de una acción de repercusión mundial, para el afianzamiento del poder militar estadounidense en un nuevo siglo vaticinado por la preeminencia de la alta tecnología y la conquista del espacio cósmico.
No pocos coincidieron en que Obama intentaría darle al liderazgo de los Estados Unidos más atractivo, pero sin que los Estados Unidos estuvieran dispuestos a compartir el poder con otros Estados o aceptar sin condiciones las reglas del multilateralismo. Y que por tanto, a lo largo de su mandato, Obama enfrentaría el juego de la política internacional con posturas diversas:
a) El unilateralismo en las situaciones de interés geopolítico para los Estados Unidos. Entendido como el poder de decidir quién, en cada momento, es el enemigo, pues el unilateralismo es igualmente el poder de actuar en soledad en el orden político y militar.
b) El bilateralismo selectivo, con las principales potencias en el Sistema Internacional.
c) Un multilateralismo residual, cuando las dos primeras opciones se revelan insuficientes o inadaptadas en determinadas situaciones.
En el caso de la guerra contra Siria, cuando los Estados Unidos actúa sin dejar margen alguno a los intentos en curso para alcanzar una solución política al conflicto, con total desprecio hacia las opiniones de numerosos países, incluidos algunos de sus principales aliados, y minimiza a las Naciones Unidas, el Presidente de los Estados Unidos asume un unilateralismo que le permitiría operar militarmente en soledad, cometiendo actos violatorios del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas que provocarán más muerte y destrucción y llevarán, ineludiblemente, a la intensificación del conflicto por el que atraviesa esa nación árabe.
Leyde E. Rodríguez Hernández es autor de los libros: “Insurrección de la Palabra: Crónicas de Política Internacional" y "De Truman a Obama: Poder, Militarismo y Estrategia Antimisil de los EEUU". Editorial Letra Viva, La Florida, Estados Unidos, 2013. http://editorialetraviva.homestead.com/Catalogo.html.
MARTES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2013
Estados Unidos y su guerra sin fronteras
Por Homar Garcés
Tal como lo expone el sociólogo Miguel Ángel Contreras Natera, “con el 11 de septiembre, la administración de George W. Bush ha intensificado una guerra permanente, sin fronteras territoriales, ni plazos temporales, que viola las cuestionadas normas del Derecho internacional y pone en jaque la autoridad menguada de las Naciones Unidas.
En el caso particular de las decisiones posteriores al 11 de septiembre, la ONU demostró su ineficacia para restringir poder cuando están en juego asuntos que el gobierno de los Estados Unidos no está dispuesto a someter a la decisión de otros Estados. En sus primeras formulaciones, la guerra contra el terrorismo del gobierno de George W. Bush logró imponer un consenso alrededor de la idea de que todos los terrorismos son iguales y con una visión maniqueísta promovió la exacerbación de los enfrentamientos identitarios de carácter nacional, cultural o religioso, tanto locales como globales. La célebre frase o se está con nosotros o se está con ellos se convirtió en la semiótica de la guerra”.
Bajo tal concepción unilateralista e innegablemente imperialista, el actual inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama, ha desarrollado su política exterior, de modo que su país ejerza en consecuencia un rol incuestionable de máximo rector del planeta, imponiendo sus intereses políticos, económicos y militares a diestra y siniestra, invocando para ello razones de seguridad nacional. Todo esto contando con la complicidad abierta y silente de los gobiernos de Europa y de los demás continentes que prefieren secundar la política guerrerista yanqui antes que perder la oportunidad de obtener alguna migaja del botín; sin importar que se viole el viejo principio de la no injerencia en los asuntos internos de cualquier país soberano, aparentando que se hace por razones humanitarias. Esta situación de alto riesgo para una paz duradera en el mundo entero, al margen de los regímenes que los gobiernan, ha logrado que una diversificada mayoría de grupos sociales estén reaccionando en contra de las pretensiones estadounidenses y ante la ineficacia (más bien, complicidad) de la ONU para frenarlas. Así, mucha gente ha descubierto tardíamente que Obama no es el imaginado paladín de la paz que premiara el Comité del Premio Nobel sino que, independientemente del color de su piel (al igual que la ex Secretaria de Estado Condolezza Rice), éste es parte de ese conglomerado político-empresarial-militar neoconservador que controla el poder en Estados Unidos desde los días de la administración de Ronald Reagan (el mismo que armara y catalogara de combatientes por la libertad a los grupos contrarrevolucionarios que enfrentaron al primer gobierno sandinista de Nicaragua).
Contrario a lo que pudieran alegar, quienes justifican las acciones belicistas del imperio global yanqui -en una guerra que no distingue frontera ni tiempo algunos, debieran molestarse en entender que ahora no se trata de una confrontación en el plano ideológico, como se quiso hacer ver a propósito de la pugna de Estados Unidos con la desaparecida Unión Soviética en lo que se conoce históricamente como la Guerra Fría. En la actualidad se hallan en grave riesgo algo más que intereses geopolíticos. Se trata de preservar, incluso, más que la paz, la cultura y la soberanía de todos nuestros pueblos, puesto que se amenazaría -sin ánimo sensacionalista- todo trazo de vida en la Tierra de permitírsele a Estados Unidos continuar con sus planes expansionistas.
MARTES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2013
Obama confía en que el Congreso aprobará agresión contra Siria
PL
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó hoy su confianza en que el Congreso aprobará su plan de acción militar contra Siria y reiteró que la operación bélica será limitada.
Durante un encuentro con líderes legislativos en la Casa Blanca, el mandatario prometió que no repetirá las prolongadas guerras en Irak y Afganistán, tras admitir que tiene una estrategia más amplia para ayudar a las bandas armadas que intentan derrocar por la fuerza al Gobierno del presidente Bashar Al Assad.
Obama expresó su voluntad de responder a todas las preocupaciones de los legisladores sobre el pedido de autorización al uso de la fuerza que envió al Congreso, donde enfrenta serias dificultades, en particular en la Cámara de Representantes.
El jefe de la Casa Blanca señaló que Siria constituye "una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos", y reiteró su llamado a realizar una operación militar contra el país árabe.
Washington responsabiliza al Gobierno de Damasco por un ataque con gases letales contra civiles el pasado 21 de agosto, pero las autoridades de la nación levantina argumentan que las acusaciones son una provocación de Occidente para justificar una agresión militar.
MARTES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2013
Dignidad: Soldados griegos se niegan a participar en la guerra de Siria
AGENCIA WALSH
En tres cartas hechas públicas, los soldados griegos se oponen a la participación en la guerra de Siria. Los soldados en servicio militar en el campo “Vertsonis” en Lemnos, señalan que “hemos decidido enviar esta carta para expresar nuestra oposición a los preparativos de guerra de los Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN contra el pueblo sirio. Los jóvenes soldados de Grecia no tienen ningún interés en las guerras del imperialismo. No tenemos nada en común con los “aliados” del país que crean la pobreza y la migración. El pueblo griego no tiene nada que ganar con la participación del país en la guerra. Los ganadores serán sólo los intereses de las grandes empresas que realizan inversiones en la región”.
Por otra parte Los soldados del escuadrón 193.a Multiple Rocket Launcher en Eleutheroupoli estado Kevala, en su carta exponen: “Vemos con horror la preparación de un nuevo crimen contra el pueblo sirio. Con el pretexto de la utilización de armas químicas (de acuerdo a lo que es conocido por todos, el uso de sustancias químicas peligrosas que se ha hecho por las llamadas fuerzas disidentes), los Estados Unidos y la Unión Europea están preparando un nuevo ataque con el fin de poner las manos en la riqueza de las rutas del petróleo y el transporte. Saben bien que nunca se han preocupado por los derechos humanos y la paz“[...]“Es exactamente la misma excusa que usaron hace unos años con el derramamiento de sangre del pueblo iraquí. Los soldados griegos tienen el deber de defender las fronteras de nuestro país. Cualquier participación directa o indirecta de Grecia en la guerra pone en peligro los derechos de soberanía de nuestro país y la defensa de las personas.
Como hijos de las personas que se unen a nuestra voz, a la de los movimientos y la demanda popular:
- No a la participación de Grecia en la intervención imperialista en Siria
- El cierre inmediato de la base de Souda
- No le dé ninguna estructura a los Estados Unidos, la OTAN, la UE y sus aliados en cualquier operación militar contra Siria “.
Los soldados en servicio activo en Kavala en el HQ escuadrón de la 20 ª División Blindada declaran:
“Somos soldados, hijos de griegos gente que sirve en el HQ 20 ª División Blindada del escuadrón de Kavala. Declaramos nuestra oposición inequívoca a la inminente agresión militar contra Siria, así como la participación de todos los países en el mismo. Nuestra gente no quiere ahogarse con la sangre de los demás pueblos. Nadie está obligado a creer la propaganda sobre la supuesta “humanidad” o “restauración de la democracia”, que requiere una intervención militar. En todas las guerras, libradas por los imperialistas utilizan diversos pretextos para ocultar la verdad. Para Irak se invocaba a las armas nucleares de Saddam, ahora en Siria, el uso de sustancias químicas por el régimen de Assad. Lo cierto es que detrás del ataque se esconden intereses económicos. El asalto militar planeado en Siria, una guerra por el control de los recursos productivos, el transporte y las cuotas de mercado de la energía. Nos unimos con el movimiento popular que se opone a la guerra imperialista y unimos nuestra voz a la misma:
- El cierre inmediato de la base de Souda
- No a las concesiones a los Estados Unidos, la UE, la OTAN y sus aliados en cualquier operación militar contra Siria
- No apoyar con infraestructura de nuestro país, ni con las fuerzas militares griegas
Los soldados griegos no se convertirán en carne de cañón de los monopolios que desencadenan sus guerras para aumentar sus ganancias. Ni tierra, ni agua a los asesinos de los pueblos”.
MARTES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2013
Suspenden trasmisiones de cuatro televisoras en Egipto
PL
Un tribunal administrativo de Egipto suspendió hoy la difusión del canal Al Jazeera Mubasher Misr, así como de otras tres televisoras, Al Yarmuk, Al Quds y Ahrar 25, informaron fuentes judiciales.
Ahrar 25 pertenece a la Hermandad Musulmana (HM), en retroceso después del derrocamiento el 3 de julio del expresidente Mohamed Morsi y del reciente encarcelamiento de los dirigentes de esa organización.
Según los cargos que condujeron a tal decisión judicial, las cuatro cadenas "carecían de los permisos necesarios" y difundieron informaciones incorrectas que perjudican al país y a los egipcios.
No obstante, la sala indicó que el fallo puede ser recurrido.
Para una gran parte de la audiencia, Al Jazzeera se comporta como un medio favorable a loa HM y es observada de cerca por las autoridades por su cobertura informativa de la situación egipcia, tras el derrocamiento de Morsi.
El pasado domingo, el canal catarí señaló que cuatro de sus periodistas habían sido puestos en libertad tras permanecer arrestados durante cinco días sin cargos, mientras que otros tres miembros de su equipo en El Cairo siguen detenidos, recuerdan hoy medios de la prensa europea.
Al Jazeera demandó la liberación incondicional de sus periodistas y la entrega de la técnica incautada.
MARTES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2013
Militar ruso denuncia el carácter fascista de la agresión contra Siria
Por Jorge Petinaud (PL)
El ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, coronel general (retirado) Leonid Ivashov, aseguró hoy que la agresión contra Siria encabezada por Estados Unidos y sus aliados confirma la imposición del fascismo en Occidente.
Nos encontramos en el borde de un desastre mayor que debemos frenar. Ni siquiera los aliados de Washington pueden negar que el fascismo ha regresado a la civilización occidental, afirmó el también vicepresidente de la Academia rusa de Problemas Geopolíticos.
Durante una rueda de prensa a la que asistió Prensa Latina, el experto presentó pruebas documentales acerca del conflicto en Siria, de cuyos orígenes fue testigo de excepción.
Comenzó hace dos años en territorio de Turquía, cuando llegó hasta allá el subsecretario de estado norteamericano y en una base de la CIA comenzaron a reunir al exvicepresidente y algunos ministros fugitivos sirios para convertirlos en estructura de mando, explicó.
A continuación, con la contratación de mercenarios fueron formadas las fuerzas opositoras violentas, cuya primera acción fue la destrucción de los puestos fronterizos sirios y la imposición del pánico entre la población civil, añadió.
Ivashov observó, sin embargo, que el pueblo sirio y las autoridades emprendieron pasos que parecían neutralizar el plan de Estados Unidos y sus aliados, y eso provocó una intromisión más directa.
Las autoridades propusieron a la oposición más de lo que exigían, como una nueva Constitución en vez de derogar solo su octavo artículo, y leyes sobre partidos políticos y medios de comunicación, con un mayor involucramiento de la sociedad, recordó.
Como resultado, evocó el experto, se produjo una división en los sectores contestatarios y el pueblo sirio se mostró dispuesto a apoyar al joven presidente.
Ivashov expuso su vivencia personal sobre la injerencia directa de Estados Unidos y sus aliados en los asuntos internos de la nación siria.
Estaba conversando con el mandatario Bashar Al Assad en Damasco, recordó, cuando le informaron que el embajador estadounidense y el de Francia junto con sus agregados militares, rompieron las reglas protocolares y se lanzaron a la ciudad de Hamas para encabezar manifestaciones.
Desde la tribuna, llamaban a los opositores a rechazar las reformas y les reiteraban que lo único admisible era el derrocamiento por la fuerza del presidente de un país soberano. Esto demuestra la hipocresía de la democracia promovida por Washington, subraya el ex alto jefe castrense.
Ivashov considera que como la Casa Blanca no logró su objetivo hasta el presente, ahora el presidente Barack Obama trata de cambiar la correlación de fuerzas con una agresión directa en pos de la hegemonía global de Washington.
Goebbels vuelve a trabajar, y hoy incendia un gran arco ardiente que va desde Túnez hasta China y pudiera quemar también a Rusia. Estados Unidos necesita eliminar a Siria e Irán, dos obstáculos que no permiten que el fuego imperial se una, concluyó el académico.
MARTES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2013
El Pentágono niega relación entre ensayo antimisiles israelí y posible ataque a Siria
RIA NOVOSTI
El ensayo del sistema antimisiles israelí, realizado conjuntamente por Israel y Estados Unidos en el Mediterráneo, no tiene nada que ver con posible acción militar contra Siria, declaró hoy el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, George Little.
"El ensayo nada tiene que ver con posible acción militar de Estados Unidos contra Siria en represalia por ataque con armas químicas", manifestó.
Dijo que el ensayo estuvo programado desde hace tiempo para comprobar si el sistema antimisiles israelí Arrow es capaz de detectar objetivos que puedan representar peligro para Israel.
Según agregó, Estados Unidos e Israel cooperan en varios proyectos a largo plazo en materia de defensa antimisiles para superar los retos existentes en la región.
El sistema ruso de radares de alerta temprana detectó hoy el lanzamiento en el Mediterráneo de dos 'objetivos balísticos' a las 10.16 hora Moscú (06.16 GMT).
Más tarde se informó que los 'objetivos balísticos' cayeron en el mar.
Fuente:Argenpress
Corresponsal de AP: En Siria, las armas químicas fueron usadas por los rebeldes y suministradas por los sauditas
Por: ABC.es / Aporrea.org | Domingo, 01/09/2013
El Principe Bandar bin Sultan al-Saud de Arabia Saudita suministró las armas químicas a los rebeldes sirios
Credito: Archivo
01 de Septiembre.- La acción punitiva inminente de Estados Unidos y Francia contra Siria, en represalia por el ataque con armas químicas del pasado 21 de agosto en Damasco, parece que apunta al objetivo equivocado.Por: ABC.es / Aporrea.org | Domingo, 01/09/2013
El Principe Bandar bin Sultan al-Saud de Arabia Saudita suministró las armas químicas a los rebeldes sirios
Credito: Archivo
Según Dale Gavlak, corresponsal de la agencia norteamericana Associated Press, de sus múltiples entrevistas de estos días pasados con residentes y rebeldes en el barrio de Ghouta y en otras zonas de Damasco, se desprende una conclusión sorprendente y escandalosa: las armas químicas que explotaron hace diez días, matando a centenares de personas -entre ellos muchos niños- estaban en manos de los rebeldes y procedían de Arabia Saudí. Las fuentes utilizadas por Gavlak afirman que se produjo un accidente cuando fueron erróneamente manipuladas.
Como informáramos el pasado 26 de agosto, el príncipe Bandar bin Sultan al-Saud, quien fue nombrado por su tío, el rey saudí, el año pasado, director de la Agencia General de Inteligencia saudí, hay informes de que durante meses se ha centrado exclusivamente en obtener apoyo internacional, armas y entrenamiento, para las facciones rebeldes sirias en busca del eventual derrocamiento del presidente Bashar al-Assad (http://www.aporrea.org/tiburon/n235115.html)
Abu Abdel-Moneim, residente en Ghouta y padre de un rebelde, dijo que su hijo murió junto a otros 12 combatientes en el interior de un túnel, utilizado como almacén de armas recibidas de manos de un yihadista saudí, Abu Ayesha, comandante de un batallón insurgente. El padre describió las armas que custodiaba su hijo: tenían una estructura de tubo, y otras eran como una enorme bombona de gas.
El túnel estalló el día que se produjo el ataque con armas químicas, que la Inteligencia norteamericana le atribuye al ejército de Al Assad.
Un error fatal
No nos dijeron qué tipo de armas eran, ni cómo usarlas, se quejó una combatiente a la corresponsal de AP, que la denomina como K. No sabíamos ni nos podíamos imaginar que eran armas químicas. Cuando el príncipe Bandar entrega esas armas debería hacerlo a quienes saben cómo usarlas.
Un conocido líder rebelde del barrio de Ghoutta, al que se denomina J, declaró a Dale Gavlak que desgraciadamente algunos de nuestros combatientes manipularon erróneamente esas armas, y dieron lugar a las explosiones.
Hasta que se produjo el dramático incidente del 21 de agosto, tanto las fuerzas de Al Assad como los rebeldes habían sido acusados en el pasado de utilizar armas químicas, pero de modo muy ocasional y de manera muy limitada.
Arabia Saudí es conocida como la principal fuente de financiación y de entrega de armas a los rebeldes sirios, a través de sus servicios de Inteligencia. Riad tiene un interés particular en la caída del régimen de Assad, por el apoyo que recibe de Irán, el archienemigo de Arabia Saudí.
Por Atilio A. Boron
No hay pruebas; “Si las tienen, que las muestren”, dijo Vladimir Putin. No las mostraron ni lo harán, sencillamente porque no existen. Igual que en 2003, cuando difundieron la escandalosa mentira de las “armas de destrucción masiva” en Irak para justificar la destrucción de un país que, todavía hoy, sigue sumido en un interminable calvario de dolor y muerte. Ahora repiten el libreto, a favor de una población domesticada, propensa a aceptar los argumentos más absurdos –el “consenso prefabricado” del que habla Chomsky–, tales como aquel que reza que Siria constituye una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. Mienten y lo hacen descaradamente; mienten a su propio pueblo y a la comunidad internacional. Ocultan el hecho decisivo de que fue Al Assad quien convocó a los inspectores de la ONU y no Washington; que fue la Casa Blanca la que, por el contrario, demandó que esos inspectores se retiraran del teatro de operaciones porque el castigo no podía demorarse ni un día más.
Ocultan también que bajo la sola hipótesis de la total estupidez de Damasco podría el gobierno sirio haber detonado una bomba bacteriológica para matar a casi mil quinientos inocentes en las mismas barbas de los inspectores venidos por su encargo. Y si de algo ha dado muestras Al Assad en estos días es de que no es ningún estúpido. Lo que ocurrió es un clásico sabotaje en el cual los agentes de la CIA son expertos. Como cuando inventaron el incidente del golfo de Tonkin, en 1964, para que la opinión pública estadounidense aceptara entrar en guerra con Vietnam. Ya en 1898 los bandidos habían hecho lo mismo: hundir el acorazado Maine, en un sórdido autosabotaje, en la entrada de la bahía de La Habana, lo que les permitió declararle la guerra a España y apoderarse de la isla. Con sus mentiras, Obama y Kerry esconden también la pérfida doble moral del gobierno estadounidense, que permaneció inmutable cuando su por entonces amigo Saddam Hussein gaseaba con armas químicas “Made in America” a las minorías turcas; o cuando sus socios israelíes utilizaron fósforo en el brutal ataque a la Franja de Gaza.
Enterado de las atrocidades de Anastasio Somoza en Nicaragua, Franklin D. Roosevelt se encogía de hombros y decía: “Sí, pero es nuestro hijo de puta”. Lo mismo decían de los crímenes perpetrados por Saddam y Netanyahu, pero resulta que Al Assad no es su hijo de puta y entonces merece un feroz escarmiento. Escarmiento que no sufrirá él sino su pueblo, la gente que aparecerá en los escuetos informes del Pentágono como “daños colaterales”. Un imperio mentiroso hasta la médula, que ha convertido a Estados Unidos, su centro indiscutido, en un Estado canalla: ninguna ley internacional lo obliga, ninguna resolución de la Asamblea General de la ONU merece ser obedecida, ninguna norma moral puede oponerse al apetito del “complejo militar-industrial”, cuyas ganancias varían en proporción directa a las guerras.
Hay que lanzar misiles, fletar portaaviones, movilizar helicópteros y aviones y utilizar cuanto armamento sea necesario. De lo contrario, no hay ganancias y sin ellas no se pueden financiar las carreras de políticos como el inverosímil Premio Nobel de la Paz y cínico admirador de Martin Luther King. Es una gran oportunidad: Siria no sobresale por sus reservas petroleras (se ubica en el lugar 31 a nivel mundial, debajo de la Argentina, según la OPEP), pero está en el corazón del caldero de Medio Oriente.
Y está la oportunidad, largamente acariciada por Washington, para avanzar en aproximaciones sucesivas ante el objetivo supremo: Irán. Demasiadas tentaciones para una burguesía imperial que arrojó por la borda cualquier norma ética, y para un gobernante cuyas convicciones quedaron colgadas en la reja de la Casa Blanca el día que asumió la presidencia imperial.- Página 12Punto y seguido
Los dirigentes de los mismos países que han matado a cientos de miles de inocentes con sus bombas de napalm, fósforo blanco, proyectiles de uranio empobrecido (Hijos del uranio), sustancias químicas desconocidas que causaron el Síndrome del Golfo, ahora derraman lágrimas de cocodrilo por la muerte de 350 sirios, víctimas al parecer de armas químicas, como si la muerte de 100.000 personas por armas convencionales y la huida de cinco millones de almas de sus hogares no fueran motivos para conmoverse.
¿Guerra de bandera falsa? ¿Es posible que los rebeldes hayan utilizado esas sustancias contra su propia gente y echar la culpa a Damasco? El régimen de Barack Obama, antes de una investigación seria, señaló al gobierno de Bachar Al Asad, a pesar de que los propios insurgentes han reconocido su crimen a la periodista de Associated Press, Dale Gavlak: habían recibido esas sustancias de Arabia Saudí y fue un “accidente” por su mal manejo, dicen. El Gobierno iraní ha revelado que hace nueve meses avisó a Washington de que los insurgentes se habían hecho con dichas armas.
Por otra parte, Carla del Ponte, miembro de la Comisión de Investigación de la ONU sobre el uso de armas químicas en Siria, informó el 6 de mayo de que estos delincuentes habían usado gas sarín en el conflicto. En diciembre, opositores sirios habían sido detenidos en Turquía por la tenencia de dos kilos de gas sarín. ¿Cómo lo habían conseguido? Aun así, la ONU no hizo nada y EEUU y sus aliados, en vez de desmarcarse de estos criminales, aumentaron las ayudas económicas y militares que les prestan desde 2011 (La OTAN, a las puertas de Siria).
Obama había dictado el veredicto antes de recoger las pruebas; la decisión, ya tomada, sólo requería una gran excusa.
La prueba de la ‘casus belli’
Un vídeo borroso difundido por los opositores, sin comprobar siquiera la “cadena de custodia” de la cinta. Sorprende ver los cuerpos de niños en el suelo sin sus madres, y la no celebración de funerales públicos –tan importantes en la cultura musulmana–, la escasez de imágenes de lo que sería una carnicería, a pesar de la abundancia de móviles con cámara, comparando con la cantidad de fotos y grabaciones existentes de la matanza de los kurdos en Halabche hace 30 años y bajo la dictadura de Sadam Husein.
Han pasado 10 años desde que Colin Powell, armado con fotos y gráficos, apareció en la sede de la ONU y mientras sujetaba ¡sin guantes! un frasco con un polvo blanco juraba que era ántrax enviado por el rais iraquí. Escribió Nicholas Kristof del The New York Times que “el FBI sabe desde hace tres meses que el autor de los ataques de ántrax es un norteamericano”. Él y Bush acusaron en falso al presidente iraquí de estar implicado en los atentados del 11-S, de colaborar con Al Qaeda, de comprar uranio a Níger, de matar a bebés kuwaitíes en sus incubadoras… Hoy, sus herederos, John Kerry y Obama, presentan evidencias “innegables” de que las armas de destrucción masiva fueron disparadas por Asad. ¿Por qué no un alto el fuego y una investigación exhaustiva?
Recuerda Jean Daniel, editor de la revista Le Nouvel Observateur, que el 31 de agosto de 1995 el primer ministro francés Edouard Balladur le confesó que el atentado perpetrado en el Markale de Sarajevo, que dejó un centenar de víctimas, fue obra de los musulmanes bosnios y no de los serbios. Querían forzar así la intervención de la OTAN, justo cuando Milosevic había aceptado casi todas las exigencias de Occidente, poniendo en un aprieto a Bill Clinton, que planeaba destruir el último estado socialista en Europa (Yugoslavia: ensayo de la “guerra humanitaria”). No es tiempo de elecciones y un derrotado Obama echa mano a la guerra “preventiva”, ilegal, contraria a la Carta de la ONU, para que dejen de criticarle por “débil y aislacionista”.
Cui bono?
Asad no parece tan suicida ni estúpido como para cruzar “la línea roja”, matando a unos cientos de personas y provocando una guerra con EEUU, justo cuando gozaba de una cómoda ventaja sobre los rebeldes. El ataque de EEUU radicalizará a los sectores moderados de su Gobierno, que hasta hoy ni siquiera han respondido a cuatro bombardeos de Israel (en los últimos seis meses) a su territorio; ni tampoco disuadirá los futuros usos de estas armas por ambos bandos. Es más. Ahora que el jefe de la Casa Blanca afirma no tener la intención de derrocar a Asad, los insurgentes pueden volver a emplear dichas armas, para mostrar la necesidad de acabar con el presidente mediante una guerra devastadora.
Mantener a Asad en el poder es la misma estrategia del “caos controlado” de los Bush con Sadam Husein: le convirtieron en el coco, desde 1991 hasta 2003: militarizaron el Golfo Pérsico mientras convertían todo un Estado vertebrado en “fallido” y siguieron ocupando el espacio post-soviético con la falsa bandera de “lucha contra el terrorismo”.
Decenas de miles de mercenarios (lumpens y veteranos gangsters) reclutados por el jeque Bandar, el príncipe saudí, esperan dentro y fuera del país a que Obama apriete el gatillo, para convertirlo en un baño de sangre. Sólo desde Jordania 25.000 individuos han sido organizados por el jeque en la organización Seguidores del Islam.
Aún no se sabe cómo un ataque militar reduce el peligro del uso de esas armas. ¿Son los misiles cruceros y las bombas de todo tipo menos horrendos que las armas químicas? Al menos para éstas existen máscaras y refugios, pero no para artefactos como las bombas bunker-buster –usadas en Afganistán– que penetran hasta el corazón de la tierra.
Los 12 propósitos reales del ataque
La operación castigo a Asad tiene detrás otros objetivos:
1. Dominar Eurasia. Con más o menos fortuna, EEUU ha intentado hacerse con el control de Oriente Próximo, Asia central, Europa central y norte de África, mediante las guerras contra Irak, Afganistán, Yugoslavia y Libia. Ahora, siguiendo los consejos del estratega británico Sir Mackinder sobre la importancia de esta región –a la que llamó Heartland, o Corazón del Mundo– intenta contener el avance de China y de Rusia. Siria es el país que une a ambos continentes.
2. Controlar la totalidad del levante mediterráneo –también uno de los motivos para derrocar a Gadafi.
3. Impedir la construcción del mega-gaseoducto Irán-Irak-Siria (llamado “la tubería chiíta”), que cuenta con inversión ruso-iraní e iba a exportar el gas a Europa, ahora que ha fracasado el proyecto del otro gaseoducto (Naubucco: Europa esclava). Perjudicaba a Turquía, que dejaría de ser la ruta del tránsito de hidrocarburo y a Arabia Saudí, que ha invertido en el Arab Gas Pipeline, tubería que recorrería Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Israel. Es tan primordial para Riad apoderarse de Siria que según el diario libanés As-Safir el jeque Bandar en su reciente encuentro con Putin le había insinuado que si retiraba su apoyo a Asad le garantizaría la seguridad de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi (Rusia) del 2014, calmando a los chechenos. ¡En árabe y en ruso, esto suena a chantaje! Además, a los jeques les preocupa mucho el acercamiento de los “gigantes petroleros” Rusia y Venezuela. Una es la mayor productora y exportadora de petróleo del planeta y la otra, la primera reserva probada de crudo mundial. Está en peligro el poder de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que llena el mercado de petróleo, además barato. No menosprecien a Arabia. Las principales instituciones financieras dependen de sus petrodólares.
4. Humillar a Rusia en su zona de influencia y mostrar al mundo su incapacidad de influir sobre los acontecimientos internacionales, en este que es el primer choque entre ambas potencias tras la Guerra Fría. Sergei Lavrov ya ha dicho que su país no va a pelear en Siria con EEUU, a pesar de que las empresas rusas han invertido unos 20.000 millones en este país y cerca de 100.000 rusos viven allí. Una cosa es acoger a Snowden y otra meterse en una guerra. Moscú intentará recuperar la influencia, tras perder a Siria, en otro lugar como Irán.
5. Destruir el ejército sirio, por sus vínculos con Rusia. EEUU hizo lo mismo con las fuerzas armadas de Irak y Libia. Así, reduce la influencia militar de los eslavos en el planeta.
6. Triunfar en el terreno bélico y controlar militarmente al mundo para recompensar el fracaso en lo económico. A grandes crisis económicas, grandes guerras. El capitalismo venderá más armas, tendrá nuevos mercados y creará oportunidades para las empresas constructoras hábiles en levantar lo derruido. Es otro asalto a las conquistas de los trabajadores de medio mundo, que pagarán con su vida o sus impuestos la aventura de cuatro cowboys. El aumento del pecio del petróleo, que afectará a todos los productos, dañará también la economía china.
7. Anular aún más a la ONU y echar abajo lo que queda de los sistemas legales que hacían de freno en las pretensiones belicistas.
8. Acorralar a Irán. La Agencia Atómica de la ONU acaba de informar de la instalación de 1.000 nuevas centrifugadoras en las plantas nucleares de éste país. China y Rusia creen que el objetivo del asalto a Siria es Irán. Teherán, muy prudente, sopesa los acontecimientos y desliga su suerte de la de su aliado. Le ayudará a través de Hizbolá y Yihad islámica. Su línea roja es la ocupación de Siria. Para la alegría de Tel Aviv y Riad, este ataque complica sus encuentros iniciados con EEUU.
9. Dar la imagen de seguir siendo la potencia hegemónica mundial, a través del “esquema Ponzi”, nombre de un estafador italiano que recaudaba grandes cantidades de dinero y, sin hacer nada, pagaba intereses a los inversores con el dinero de ellos mismos o de nuevas víctimas. Si su montaje duró varios años fue porque el número de ilusionados estafados no paraba de crecer. Decía Madeleine Albright que la existencia misma de la mayor maquinaria militar de la historia humana exige que se haga uso de ella. Misión convertida en el objetivo cuando, en realidad, EEUU no tiene ningún interés sustancial en este conflicto. Pero que nadie subestime el papel de la estupidez en la historia.
10. Inclinar la balanza en el conflicto sirio en favor de los rebeldes y conseguir ventajas en la mesa de negociaciones. De paso, y como una guerra dentro de una guerra que es, los wahabitas saudíes apartan a la Hermandad Musulmana (apoyada por Turquía y Qatar) y también a los al qaedistas del Jabhat al-Nusra. Lo cual desune aún más a la oposición y agrieta la alianza entre EEUU y Qatar, una de las sedes del Pentágono.
11. Francia, tras la exitosa experiencia de reconquistar Libia, sueña con restaurar su dominio sobre otra de sus excolonias.
12. Israel debilita al aliado de Irán, de Hamás y de Hezbolá, mientras se queda con los recursos hídricos sirios de los Altos del Golán e intenta hacerse con la parte correspondiente a Siria en el campo de gas descubierto en el Mediterráneo. (El “factor gas” en la crisis siria y “Is the US Playing With Gas in Syria?”) En su primer desafío de su segundo mandato, Obama aterroriza el mundo ¡por los intereses de Arabia Saudí e Israel!
Ninguno de esos objetivos tiene que ver con los derechos humanos de los sirios.
Las 8 consecuencias
La agresión militar de EEUU y sus socios…
1. Provocará la represalia de Siria contra Israel, Jordania, Turquía y las tropas de la OTAN en Irak y en el Líbano. Este no es el diminuto Kosovo. Aquí además existen armas químicas, terroristas caníbales, el germen de un sangriento conflicto sectario y… un Putin que no hará de Yeltsin.
2. Debilitará a los propios aliados de Washington, como Jordania y Turquía.
3. Cambiará el balance de las fuerzas en Siria sin resolver el conflicto; agudizará la tensión étnica- religiosa del país, incluso después de Asad.
4. Fortalecerá al salafismo y al wahabismo en todo el mundo, en perjuicio de las fuerzas progresistas.
5. Dañará las relaciones de Occidente con Rusia y China y cambiará el clima político internacional.
6. Rusia podrá aumentar los costes de esta agresión interrumpiendo los suministros de la OTAN a sus tropas en Afganistán, desde la Red de Distribución del Norte (Rusia-Kazajistán-Afganistán), lo mismo que hace Pakistán desde la ruta del Sur. O saltarse las sanciones impuestas contra Irán y estrechar sus lazos con éste país. Hassan Rowhani se reunirá con Putin y el presidente de China, Xi Jinping, en Kirguistán el mes que viene.
7. Empujará a los países de la región a una desenfrenada carrera armamentística.
8. Sentará otro precedente de cómo burlar la soberanía nacional de los países pequeños siendo potencias armadas hasta los dientes.
En el marco neo-imperial actual, las pretensiones de EEUU son sueños de un loco llevados a cabo por un borracho.
“Somos Estados Unidos”: fascista Obama escoge la guerra
Publicado el 8/31/13 • en Contrainjerencia
El presidente estadounidense, Barack Obama, ha hecho público este sábado su decisión de atacar a Siria, so pretexto de llevar a cabo un acto de represalia ante el supuesto ataque químico acaecido el pasado 21 de agosto en los suburbios de Damasco, capital siria.
“El Ejército asegura que estamos listos para atacar en cuanto lo decida. Yo ya he tomado la decisión”, ha afirmado Obama, en el Rose Garden, donde le acompañaba el vicepresidente, Joe Biden, a la hora que ha condicionado este ataque a la autorización del Congreso.”No espero que muchas naciones estén de acuerdo con nuestra decisión”, así de tajantes han sido las declaraciones del presidente de EE.UU., Barack Obama, quien considera que Washington “debe intervenir militarmente” en Siria.
Dirigiéndose al pueblo estadounidense, Obama ha admitido la prolongación de las guerras de Irak y Afganistán y el cansancio del pueblo empero ha garantizado que la Casa Blanca no tiene la intención de desplegar sus soldados en ese territorio.
“No quiero enviarles en medio de otro conflicto (…) Pero somos EE.UU. y no podemos ignorar lo que ocurrió en Damasco”, ha alegado.
Obama ha alegado que el ataque de EE.UU. a Siria es su “responsabilidad”, la cual no puede ser ignorada, ya que el supuesto ataque químico sucedido en Siria es “el peor del siglo XXI” y “pone en peligro nuestra seguridad y la de nuestros aliados”.
El próximo 9 de septiembre es la fecha del inicio del debate del Congreso de EE.UU. sobre Siria, mientras que existe la posibilidad de que los líderes de ambos partidos convoquen una votación antes de esa fecha.
El pasado viernes, el presidente estadounidense apuntó que su ataque a Siria será “una acción limitada, puntual”.
Las declaraciones de Obama se producen en medio del rechazo mundial a un ataque militar contra Siria, pues la mayoría de países y organizaciones internacionales insisten en el diálogo como la única solución adecuada para la crisis siria.
Dirigiéndose al pueblo estadounidense, Obama ha admitido la prolongación de las guerras de Irak y Afganistán y el cansancio del pueblo empero ha garantizado que la Casa Blanca no tiene la intención de desplegar sus soldados en ese territorio.
“No quiero enviarles en medio de otro conflicto (…) Pero somos EE.UU. y no podemos ignorar lo que ocurrió en Damasco”, ha alegado.
Obama ha alegado que el ataque de EE.UU. a Siria es su “responsabilidad”, la cual no puede ser ignorada, ya que el supuesto ataque químico sucedido en Siria es “el peor del siglo XXI” y “pone en peligro nuestra seguridad y la de nuestros aliados”.
El próximo 9 de septiembre es la fecha del inicio del debate del Congreso de EE.UU. sobre Siria, mientras que existe la posibilidad de que los líderes de ambos partidos convoquen una votación antes de esa fecha.
El pasado viernes, el presidente estadounidense apuntó que su ataque a Siria será “una acción limitada, puntual”.
Las declaraciones de Obama se producen en medio del rechazo mundial a un ataque militar contra Siria, pues la mayoría de países y organizaciones internacionales insisten en el diálogo como la única solución adecuada para la crisis siria.
HISPAN TV
SIRIA, LA IMPUNIDAD MATA
por Luis Varese (Alai)
"… no se confundan con Obama, va a ser el tercer ciclo de la administración Bush". Noam Chomsky
En 1535, luego de un Juicio manipulado y perverso era decapitado Tomás Moro, brillante autor de Utopía. Un juicio fraudulento, pero juicio al fin. En plena monarquía, en el Siglo XVI, el Buen Enrique VIII tenía la preocupación de que se respetara por lo menos la forma del juicio.
Cuatrocientos setenta y ocho años después nos presentan como normal las noticias de que un avión no tripulado (drone) mata a un supuesto terrorista y a su comunidad. Bin Laden es muerto frente a su familia y lanzado al mar desde un portaviones con bandera estadounidense. El Presidente y su Cancillera miran el acto en directo por vía satélite. La Señora Clinton, en otra ocasión se regocija del asesinato de Muhammar el Kaddaffi. Impunemente, sin juicios ni falsos ni verdaderos, sin debido proceso ni nada que se le parezca, asesinan a quien les place.
No importa nada la opinión de los expertos de la ONU o su Asamblea General. Se decide invadir Siria y aparecen las caras circunspectas y falsamente preocupadas de Hollande, Cameron (su Parlamento le ha puesto un freno por ahora), el Canciller Alemán, el abogado graduado en Harvard Barak Obama, anuncian esa probable invasión, en un “acto legal” dice el canciller Británico, por el supuesto uso de armas químicas.
Nos dicen que van a bombardear Damasco y destruir a un pueblo, a un Estado y miles de años de historia. Volverán a utilizar uranio empobrecido en las cabezas de sus misiles Tomahawk o de sus proyectiles antitanques, como en los Balcanes, Irak, Libia, Afganistán. Nacerán en los próximos y muy cercanos años, niños con terribles deformaciones cancerosas (les ruego mirar la Página Web que se llama Imágenes Uranio Empobrecido, no requieren explicación). Lo que se anuncia literalmente es un asalto a mano armada para robar el petróleo, el agua y el territorio, al igual que los gángsters de los años 30 entrando al banco, este grupo delincuencial decide ocupar otro país de la región, con fines de robo. La firme posición rusa, china y ayer de UNASUR, los hacen vacilar, ello no les quita la perversidad imperial.
Los que dirigen estos actos son criminales de guerra y deben ser juzgados como tales, comenzando por los Bush, Cheney, Wolfowitz, Rumsfeld, Netanyahu, ahora Obama (que se presentó como bueno y le dieron un Premio Nobel) con sus socios alemanes, franceses, ingleses. Los especialistas muy pronto nos informarán sobre las cuentas de estos bandidos enriquecidos en la impunidad de la muerte.
Romper la impunidad
Hoy urge un tribunal para criminales de Guerra, como lo fue Nuremberg al final de la Segunda Guerra Mundial o el Tribunal Russell en sus diversas ediciones. Una propuesta que surja de los países, del ALBA y de UNASUR y que incluya intelectuales, teólogos, filósofos, jueces probos, abogados, defensores de los Derechos Humanos, dirigentes de los pueblos indígenas y negros; de los movimientos sociales, que denuncien esta barbarie y a los criminales que tienen nombre y apellido. Que denuncien estos crímenes que tienen imágenes, lugares, fechas y víctimas, demasiadas víctimas. Un tribunal que desnude día a día lo que hacen estos monstruos que usan máscaras creadas por sus medios de comunicación. Una gran y masiva campaña contra las guerras imperiales no será solamente un acto de denuncia y concientización de los pueblos, sino también un acto de prevención y preparación para lo que querrán hacer contra nuestros países. Porque aquí la independencia vuelve a clarinar y el Imperio querrá destruirla. Hoy el estado de derechos se construye en el Sur y desde este Sur debemos denunciar, con los honestos y honestas del mundo y derrotar a estas bandas de asaltantes y romper frente a los ojos de los pueblos, la impunidad que los cobija.
Tenemos la autoridad moral para hacerlo, porque nosotros no asaltamos para robar ni, como dijo Rafael Correa, tenemos drones que asesinan ni Guantánamos como centros de tortura.
LUNES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2013 - COMCOSUR
La incertidumbre en el Congreso de EE UU deja en el aire el ataque a SiriaKerry afirma que muestras de sangre y cabello confirman el uso de gas sarín en las afueras de DamascoAntonio Caño El País es Washington 1 SEP 2013
Tratando de robustecer su caso contra el régimen de Bachar el Asad, el secretario de Estado, John Kerry, aportó este domingo una nueva prueba sobre el uso de armas químicas en el ataque contra los rebeldes ocurrido el pasado 21 de agosto. Se trata, dijo, de unas muestras de sangre y cabellos tomadas a quienes participaron en las primeras operaciones de auxilio de las víctimas que, tras su análisis en laboratorio, han revelado la existencia de restos de gas sarín.
Con esas últimas evidencias, que se suman a una larga lista de fotos, grabaciones y filmaciones presentada la pasada semana por el propio secretario de Estado, la Administración cree inapelable la responsabilidad del Gobierno de Damasco en la matanza de más de un millar de personas, y confía en que esto servirá para vencer la resistencia del Congreso. “La credibilidad de Estados Unidos está en juego y el Congreso hará lo correcto”, declaró, confiado, Kerry.
Algunas declaraciones escuchadas desde la intervención del presidente el sábado contradicen, sin embargo, el optimismo del secretario de Estado, en parte porque las dudas de los congresistas no tienen tanto que ver con el uso de armas químicas por el régimen sirio como con la verdadera necesidad de responder o la estrategia de Obama para hacerlo.
Dos de los senadores republicanos más influyentes en política exterior, John McCain y Lindsay Graham, han manifestado en un comunicado sus reservas a votar a favor del plan de ataque de Obama, que consideran excesivamente limitado y, probablemente, inútil. McCain declaró esta mañana que la intervención en Siria tiene que tener el propósito claro de derrocar a El Asad, recurriendo a todos los medios militares necesarios para conseguirlo. La Casa Blanca ha advertido explícitamente que su objetivo no es ese, sino anular la capacidad del régimen de utilizar armas químicas.
Los principales líderes en el Capitolio parecen inclinados al voto afirmativo. Harry Reid y Nancy Pelosi, los líderes demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente, se han pronunciado claramente a favor. Mitch McConnell y John Boehner, sus equivalentes en el Partido Republicano, han dado la bienvenida a la decisión de Obama, aunque aún no han dicho cuál será su voto. Boehner ha hablado personalmente con Obama un par de veces en las últimas 48 horas.
El problema es que, como se ha demostrado en varias votaciones importantes en el pasado, los líderes no tienen el control pleno de sus respectivos grupos. Reid y Pelosi se van a encontrar con un puñado de congresistas de la izquierda del partido –quizá no muy grande, pero sí lo suficiente como para ser decisivo en una votación que se anticipa muy ajustada– que se niegan a apoyar otra guerra. Pero, sobre todo, en el Partido Republicano es segura la indisciplina de numerosos congresistas, especialmente aquellos vinculados al Tea Party, que actúan únicamente de acuerdo a su propia conciencia y sus propios intereses electorales.
Figuras como el senador Ted Cruz, que milita en la extrema derecha de todas las causas, ha manifestado ya que “EE UU no es el policía del mundo”, que los intereses norteamericanos no están amenazados en Siria y no hay necesidad, por tanto, de ninguna actuación militar. Rand Paul, del sector ultraliberal, igualmente se opone. Otros más próximos al establishment, como Marco Rubio, se cuenta entre los votos a favor.
La votación, que podría producirse en el Senado la semana que empieza el día 9 y en la Cámara algo más tarde, se verá afectada también por el calendario electoral norteamericano. El próximo año hay elecciones legislativas. La Cámara en pleno y un tercio del Senado serán renovados. Muchos congresistas afrontan serias amenazas a la reelección y, en algunos casos, su suerte podría depender de su voto sobre Siria. Es el caso de John Cornyn, número dos republicano en el Senado, quien tiene por delante una batalla por su escaño en Texas y que ha denunciado “la absoluta falta de estrategia de la Administración en Siria y en Oriente Próximo”.
Para contrarrestar esas críticas, el Gobierno presenta esta votación como un mensaje sobre el liderazgo de EE UU y su relevancia internacional. “Tenemos que enviar el mensaje de que este país está unido, actúa unido en defensa de sus intereses y de nuestros aliados, como Israel, Turquía o Jordania”, declaró Kerry, estableciendo el debate en los términos de que quien vote contra la actuación en Siria está dejando a los aliados inermes ante Irán. Eso puede tener su impacto entre figuras muy influyentes, como Eric Cantor, número dos republicano en la Cámara y uno de los principales defensores de Israel en el Capitolio.
Arabia Saudí llama a atacar al régimen mientras Egipto se oponeLa Coalición Nacional Siria insta a los países miembros a respaldar una operación militar contra DamascoRicard González El País es El Cairo 2 SEP 2013
El presidente Obama tampoco encontró el respaldo que deseaba de la Liga Árabe a su decisión de lanzar una operación militar contra el régimen sirio. En una reunión de urgencia celebrada en El Cairo, los ministros de Exteriores árabes aprobaron una resolución anodina, que se limita a solicitar a Naciones Unidas y a la comunidad internacional “la toma de las medidas disuasorias y necesarias” contra los culpables del ataque con armas químicas contra la población civil del pasado 21 de agosto, y que provocó la muerte de más de 1.400 personas, según los rebeldes y EEUU.
El comunicado, muy parecido a uno aprobado por la propia organización la semana pasada, atribuye la responsabilidad del uso de armas químicas directamente al régimen de Bachar al Asad, y afirma que las personas que lo llevaron a cabo deben ser juzgadas como “criminales de guerra. El presidente Obama confirmó el sábado su intención de llevar a cabo una operación de castigo contra el régimen sirio, si bien anunció que someterá su decisión al Congreso.
La vacuidad de la resolución es producto de la profunda división que suscita en el seno de la organización una intervención armada extranjera en Siria. Dos de los pesos pesados del mundo árabe, Egipto y Arabia Saudí, discreparon abiertamente sobre la necesidad de lanzar una ofensiva militar contra Siria al inicio de la reunión, prevista para el martes próximo, pero adelantada ante un posible ataque inminente por parte de Washington.
Mientras Egipto se opone a la intervención militar, Arabia Saudí la abandera. El jefe de la diplomacia saudí, Saud al Faisal, advirtió de que “toda oposición a una acción internacional es un apoyo al régimen de Damasco para que continúe cometiendo sus crímenes”. En su plática ante sus homólogos, al Faisal acusó al régimen de Bachar el Asad de “haber perdido toda noción ética, y de haber cruzado todas las líneas”, incluida la de utilizar armas de destrucción masiva contra su propio pueblo.
“Apoyamos la voluntad del pueblo sirio. Ellos conocen mejor cuáles son sus intereses. Por lo tanto, lo que ellos acepten, nosotros lo aceptaremos también”, había afirmado el ministro de Exteriores saudí poco antes del inicio del encuentro, sugiriendo que apoyaría el ataque.
“Rechazamos y rechazaremos una intervención internacional en Siria. No apoyamos al régimen sirio, pero debemos respetar la ley internacional”, declaró por su parte el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Nabil Fahmi, haciendo referencia al hecho que la operación militar no cuenta con la luz verde del Consejo de Seguridad. Otros países árabes importantes, como Irak, Algeria y Líbano se oponen también a la acción.
En la ronda de intervenciones iniciales también participó Ahmed Jarba, líder de la Coalición Nacional Siria, quien instó a los asistentes a “respaldar una operación internacional contra la máquina de guerra y destrucción del régimen sirio”. Jarba aseguró que Siria se encuentra “ocupada” por la presencia de tropas iraníes en su territorio luchando al lado del ejército de El Asad.
La Liga Árabe suspendió la participación de Siria en 2011, después de que el Gobierno de Bachar el Asad se negara a aplicar un plan de paz patrocinado por la organización con la finalidad de poner fin al conflicto.
En su lugar participa como representante del pueblo sirio la Coalición Nacional Siria, principal organización opositora.
Antes de la reunión, la organización panárabe no había adoptado una posición firme respecto a una intervención militar extranjera en Siria. Tras confirmar Estados Unidos el uso de armas químicas en un barrio de Damasco, a principios de esta semana la Liga Árabe calificó el ataque de “crimen horrible” y atribuyó toda la responsabilidad al Gobierno de El Asad. Además, instó al Consejo de Seguridad de la ONU a superar sus diferencias y adoptar “medidas disuasorias y necesarias” contra el régimen sirio.
Los gráficos de Gabriel "Saracho" Carbajales
Rusos mostraron fotos satelitales en Consejo de Seguridad
As-Safir (Diario libanés vinculado al 8 de Marzo)
Mohammad Ballout, París (23 de agosto de 2013)
La delegación rusa presentó a las misiones occidentales, durante la reunión extraordinaria [del Consejo de Seguridad] de la ONU, una versión del ataque químico ocurrido el 21 de agosto en la periferia este de Damasco.
Esa versión, que no se ha hecho pública, fue respaldada con documentos e imágenes captadas por satélites de los lugares del incidente y de la región de la Ghouta.
Según fuentes informadas, los estadounidenses no presentaron ningún documento que contradijera la tesis rusa porque las imágenes captadas por los satélites estadounidenses arrojan un solo resultado: quien perpetró el ataque químico fue la oposición.
Fue una brigada de la oposición siria bautizada como «Liwaa al-Islam» y dirigida por Zahran Allouche la que disparó desde la región de Douma, el 21 de agosto a la 01:35 horas, 2 cohetes de fabricación artesanal que contenían productos químicos. Esa brigada es una de las más importantes bandas armadas [que operan] en la Ghouta, donde unos 25 000 combatientes están desplegados en las localidades de Arbin, Zamalka, Saqba, Kafarnabt, Ein Tarme y Maazamiyeh. Uno de los proyectiles cayó en la región de Jobar mientras que el segundo cayó en una zona situada entre Arbin y Zamalka. El lanzamiento de ambos cohetes fue una respuesta a la operación de gran envergadura bautizada «Escudo de la capital», iniciada por el Ejército Árabe Sirio en los accesos de Damasco.
El miércoles, la artillería de las fuerzas gubernamentales había comenzado a cañonear los bastiones de los grupos armados a la 1 de la mañana y los tanques y las fuerzas de infantería habían avanzado a las 6 de la mañana hacia Jobar para atacar las posiciones de los grupos rebeldes. Trece brigadas de extremistas se pusieron a la disposición del Frente al-Nusra para combatir al ejército en esa zona.
Según fuentes concordantes, los hombres del «Frente de Conquista de la Capital» se retiraron de Jobar a las 01 horas, unos minutos antes del lanzamiento del misil que cayó en el lugar. Ello explica el hallazgo de sólo unos cuantos cadáveres de combatientes entre las víctimas en comparación con la gran cantidad de civiles muertos.
Tempestuosa reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita, Bandar ben Sultan, en julio pasado,
As-Safir ,22 de agosto de 2013
Un informe diplomático sobre los resultados de la tempestuosa reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita, Bandar ben Sultan, en julio pasado, concluye que la región que se extiende desde el norte de África hasta Chechenia e Irán ya está afectada por los efectos del enfrentamiento abierto entre Rusia y Estados Unidos.
Según el mismo informe, no se excluye que las cosas tomen un cariz dramático en Líbano, tanto en el plano político como en materia de seguridad, dada la gran decisión saudita de responder a la implicación del Hezbollah en la crisis siria. Bandar ben Sultan, en coordinación con los estadounidenses y con varios socios europeos, propuso al parecer al rey saudita Abdallah Ben Abdel Aziz la realización de una visita a Moscú para recurrir a la política del bastón y la zanahoria, proponiendo a la dirección rusa una serie de ventajas políticas y económicas a cambio de concesiones relativas a varios temas vinculados a la región, esencialmente sobre Siria e Irán.
El visitante saudita parece haber dicho al presidente ruso que todo arreglo obtenido en el marco de aquella reunión sería equivalente a un entendimiento ruso-estadounidense y no estaría limitado únicamente a las partes rusa y saudita, subrayando que antes de viajar a Rusia había hablado con los estadounidenses y que estos se habían comprometido a hacer suyos los acuerdos a que pudiesen llegar Rusia y Arabia Saudita, sobre todo ante la posibilidad de un entendimiento sobre el tema sirio.
El responsable saudita [Bandar ben Sultan] parece haber sugerido a Putin que Rusia suspendiera su apoyo político, en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como su respaldo económico y militar, prometiéndole a cambio una cooperación petrolera y en materia de inversiones así como la preservación de los intereses de Rusia en Siria y en la costa del Mediterráneo.
El presidente Vladimir Putin respondió que la posición de Rusia sobre el régimen de Siria no cambiará.
Bandar ben Sultan replicó que ante la divergencia de puntos de vista sobre el tema sirio la única opción que queda es la opción militar ya que no se ven posibilidades de compromiso político. También habría dicho que la realización de la conferencia Ginebra 2 será extremadamente difícil en este clima de tanta tensión.
ARABIA SAUDI QUIERE HACER ESTALLAR LA REGION
Al-Akhbar , (Diario libanés vinculado a la Resistencia), 23 de agosto de 2013
Firas al-Choufi
Fuentes cercanas al Hezbollah están convencidas de que el desarrollo de los acontecimientos en Siria, Irak y Líbano prueba una sola cosa: la existencia de una decisión saudita, inspirada por Estados Unidos, para hacer estallar la región desde Bagdad hasta Beirut.
¿Por qué habría tomado Arabia Saudita esta nueva decisión?
Las mismas fuentes explican que a lo largo de los últimos 28 meses se ha recurrido a todos los medios regionales e internacionales para tratar –inútilmente– de derrocar el régimen sirio. Los grupos rebeldes, que componen grandes cantidades de mercenarios procedentes ya de una treintena de países, han recibido incluso grandes cantidades de armas antitanques y antiaéreas eficaces y modernas. Decir lo contrario sería mentira. Arabia [Saudita] sabe que la supervivencia del régimen [sirio] y de los aliados de este se traducirá, en los próximos años, en derrotas que pueden desestabilizar el reino. Así que no queda más remedio que hacer algo.
El nuevo paisaje político de Egipto no constituye una victoria concreta para Arabia Saudita sino un éxito moral que en cualquier momento puede convertirse en derrota si cambian las realidades egipcias. Así que, para compensar la resistencia del régimen sirio, la única opción que queda es la de incendiar la escena interna libanesa.
Eso quiere decir que Arabia [Saudita], y tras ella Estados Unidos, ya no están interesados en la estabilidad del Líbano, según creen saber las fuentes anteriormente citadas. Al principio, el país fue mantenido al abrigo de las consecuencias serias de la crisis sirias y los acontecimientos en materia de seguridad respondían a una serie de líneas rojas. Pero estas últimas se han terminado para Riad.
Incendiar el Líbano se ha convertido en una necesidad para el eje Riad-Washington como medio de dispersar las capacidades del Hezbollah, que participa en los combates de Siria, y para sembrar la confusión en la base popular del partido haciéndole pagar un importante tributo. Eso, según esperan Riad y Washington, obligará el Hezbollah a limitar su implicación en los frentes [sirios] de Homs y la provincia de Damasco y desviará su atención hacia la escena interna libanesa.
La escalada iniciada por el jefe de los servicios secretos sauditas, el príncipe Bandar ben Sultan, no se limita a la seguridad, afirman las mismas fuentes. Los círculos de decisión del reino han ejercido enormes presiones sobre el presidente [libanés] Michel Sleiman y el primer ministro designado Tammam Salam para que se forme en Líbano un gobierno de facto. O para liquidar al menos el actual gobierno dimitente mediante la formación de un gabinete que no obtendría el voto de confianza del Parlamento pero que se convertirá de hecho en un gobierno encargado de ocuparse de las cuestiones diarios, aislando así al Hezbollah.
Pero los señores Sleiman y Salam saben que es difícil formar un gobierno de ese tipo sin el respaldo del diputado Walid Joumblatt, así que las presiones disminuyeron después del atentado de Roueiss y de las declaraciones de sayyed Hassan Nasrallah expresando su enérgica negativa a aceptar un gobierno de facto.
HEZBOLAH ACUARTELA A SUS MILICIANOS
Aumenta tensión en Beirut por posible ataque a Siria
En la capital de Líbano aumenta la tensión por el posible ataque a Siria por parte de Estados Unidos y sus aliados. El grupo de resistencia islámica Hezbollah, ha dicho de manera extraoficial que se encuentra totalmente acuartelada desde hace 48 horas en espera de cualquier situación que se presente en Siria.
La tensión en Líbano, en torno a un posible ataque militar por parte de EE.UU., sigue aumentando este sábado. EE.UU., dice poseer "pruebas" que inculpan al Gobierno sirio de usar armas químicas contra el pueblo de ese país. Sin embargo el Gobierno de Bashar al Assad ha negado el uso de éstas.
La tensión en Beirut, capital de Líbano, sigue aumentando por la amenaza armamentista de Estados Unidos (EE.UU.) de atacar a Siria, bajo el argumento de poseer “pruebas” secretas que culpan al gobierno de Bashar al Assad de usar armas químicas en un ataque terrorista ocurrido hace unas semanas en las cercanías de Damasco (capital).
El enviado especial de teleSUR a Líbano, William Parra, informó que extraoficialmente el grupo Hezbolá se encuentra totalmente encuartelado, “desde hace 48 horas todas sus unidades se encuentran encuarteladas a la espera que se pueda presentar cualquier situación en Siria”.
Según Parra, el Comandante del grupo islamita ha dicho que de ser necesario “estaba dispuesto a combatir en tierra siria, para defender a este país de cualquier intervención extranjera”. Sin embargo Hezbolá informó que no dará declaraciones oficiales dentro de las próximas 72 horas, a la espera de lo que pueda suceder en Líbano.
El periodista agregó que EE.UU., en compañía de Arabia Saudita, pretendía introducir a Siria más de 50 mil hombres armados para tomar Damasco (capital), acción que fue rechazada por el gobierno de Bashar al Assad.
Liga Árabe definirá su postura
La Liga Árabe (LA) anunció este sábado que los jefes de la diplomacia árabes se reunirán este domingo, para definir su postura ante un posible ataque militar extranjero contra Siria, dos días antes de lo previsto debido al rápido desarrollo de los acontecimientos en ese país.
Según una fuente de la Liga Árabe, citada por la agencia internacional EFE, la organización todavía no ha adoptado una posición firme sobre una posible intervención militar, en especial después de la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU de consensuar una resolución al respecto.
Dicha fuente también negó que el secretario general de la organización, Nabil al Arabi, haya dado luz verde a EE.UU. para lanzar un ataque, como aseguró este viernes el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
La Liga Árabe ha defendido en numerosas ocasiones que una intervención militar en Siria debe contar con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, pero en el mismo, China y Rusia han sido vetado las agresiones contra el país árabe aseverando que incrementar el derramamiento de sangre sería un "error trágico".
teleSUR-EFE / ad- LP
La oposición siria espera sacar provecho del eventual ataque de Occidente contra Asad
“Esperamos sacar provecho en el momento cuando algunas zonas estén debilitadas por el ataque.
Ordenamos a los grupos armados en cada provincia a estar listos. Les enviamos un plan de ataque de los objetivos previamente golpeados por las fuerzas extranjeras”, declaró Saadeddine, citado por Reuters.
Entre los posibles objetivos Saadeddine señaló el cuartel general del Ejército, los aeropuertos militares, ciertos arsenales de armas o las lanzaderas de misiles Scud. Indicó que el plan se elaboró sin ayuda exterior ni tampoco se entregó a las potencias occidentales.
Mientras tanto, una fuente en los servicios de seguridad sirios indicó que las tropas gubernamentales están listas para repeler la intervención.
El presidente de EEUU, Barack Obama, señaló este viernes que el Consejo de Seguridad es “incapaz” de tomar medidas contra Siria y afirmó que es necesaria una operación limitada pese a que el Reino Unido se negó a participar en la acción.
El comunicado, muy parecido a uno aprobado por la propia organización la semana pasada, atribuye la responsabilidad del uso de armas químicas directamente al régimen de Bachar al Asad, y afirma que las personas que lo llevaron a cabo deben ser juzgadas como “criminales de guerra. El presidente Obama confirmó el sábado su intención de llevar a cabo una operación de castigo contra el régimen sirio, si bien anunció que someterá su decisión al Congreso.
La vacuidad de la resolución es producto de la profunda división que suscita en el seno de la organización una intervención armada extranjera en Siria. Dos de los pesos pesados del mundo árabe, Egipto y Arabia Saudí, discreparon abiertamente sobre la necesidad de lanzar una ofensiva militar contra Siria al inicio de la reunión, prevista para el martes próximo, pero adelantada ante un posible ataque inminente por parte de Washington.
Mientras Egipto se opone a la intervención militar, Arabia Saudí la abandera. El jefe de la diplomacia saudí, Saud al Faisal, advirtió de que “toda oposición a una acción internacional es un apoyo al régimen de Damasco para que continúe cometiendo sus crímenes”. En su plática ante sus homólogos, al Faisal acusó al régimen de Bachar el Asad de “haber perdido toda noción ética, y de haber cruzado todas las líneas”, incluida la de utilizar armas de destrucción masiva contra su propio pueblo.
“Apoyamos la voluntad del pueblo sirio. Ellos conocen mejor cuáles son sus intereses. Por lo tanto, lo que ellos acepten, nosotros lo aceptaremos también”, había afirmado el ministro de Exteriores saudí poco antes del inicio del encuentro, sugiriendo que apoyaría el ataque.
“Rechazamos y rechazaremos una intervención internacional en Siria. No apoyamos al régimen sirio, pero debemos respetar la ley internacional”, declaró por su parte el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Nabil Fahmi, haciendo referencia al hecho que la operación militar no cuenta con la luz verde del Consejo de Seguridad. Otros países árabes importantes, como Irak, Algeria y Líbano se oponen también a la acción.
En la ronda de intervenciones iniciales también participó Ahmed Jarba, líder de la Coalición Nacional Siria, quien instó a los asistentes a “respaldar una operación internacional contra la máquina de guerra y destrucción del régimen sirio”. Jarba aseguró que Siria se encuentra “ocupada” por la presencia de tropas iraníes en su territorio luchando al lado del ejército de El Asad.
La Liga Árabe suspendió la participación de Siria en 2011, después de que el Gobierno de Bachar el Asad se negara a aplicar un plan de paz patrocinado por la organización con la finalidad de poner fin al conflicto.
En su lugar participa como representante del pueblo sirio la Coalición Nacional Siria, principal organización opositora.
Antes de la reunión, la organización panárabe no había adoptado una posición firme respecto a una intervención militar extranjera en Siria. Tras confirmar Estados Unidos el uso de armas químicas en un barrio de Damasco, a principios de esta semana la Liga Árabe calificó el ataque de “crimen horrible” y atribuyó toda la responsabilidad al Gobierno de El Asad. Además, instó al Consejo de Seguridad de la ONU a superar sus diferencias y adoptar “medidas disuasorias y necesarias” contra el régimen sirio.
Los gráficos de Gabriel "Saracho" Carbajales

Rusos mostraron fotos satelitales en Consejo de Seguridad
As-Safir (Diario libanés vinculado al 8 de Marzo)
Mohammad Ballout, París (23 de agosto de 2013)
La delegación rusa presentó a las misiones occidentales, durante la reunión extraordinaria [del Consejo de Seguridad] de la ONU, una versión del ataque químico ocurrido el 21 de agosto en la periferia este de Damasco.
Esa versión, que no se ha hecho pública, fue respaldada con documentos e imágenes captadas por satélites de los lugares del incidente y de la región de la Ghouta.
Según fuentes informadas, los estadounidenses no presentaron ningún documento que contradijera la tesis rusa porque las imágenes captadas por los satélites estadounidenses arrojan un solo resultado: quien perpetró el ataque químico fue la oposición.
Fue una brigada de la oposición siria bautizada como «Liwaa al-Islam» y dirigida por Zahran Allouche la que disparó desde la región de Douma, el 21 de agosto a la 01:35 horas, 2 cohetes de fabricación artesanal que contenían productos químicos. Esa brigada es una de las más importantes bandas armadas [que operan] en la Ghouta, donde unos 25 000 combatientes están desplegados en las localidades de Arbin, Zamalka, Saqba, Kafarnabt, Ein Tarme y Maazamiyeh. Uno de los proyectiles cayó en la región de Jobar mientras que el segundo cayó en una zona situada entre Arbin y Zamalka. El lanzamiento de ambos cohetes fue una respuesta a la operación de gran envergadura bautizada «Escudo de la capital», iniciada por el Ejército Árabe Sirio en los accesos de Damasco.
El miércoles, la artillería de las fuerzas gubernamentales había comenzado a cañonear los bastiones de los grupos armados a la 1 de la mañana y los tanques y las fuerzas de infantería habían avanzado a las 6 de la mañana hacia Jobar para atacar las posiciones de los grupos rebeldes. Trece brigadas de extremistas se pusieron a la disposición del Frente al-Nusra para combatir al ejército en esa zona.
Según fuentes concordantes, los hombres del «Frente de Conquista de la Capital» se retiraron de Jobar a las 01 horas, unos minutos antes del lanzamiento del misil que cayó en el lugar. Ello explica el hallazgo de sólo unos cuantos cadáveres de combatientes entre las víctimas en comparación con la gran cantidad de civiles muertos.
Tempestuosa reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita, Bandar ben Sultan, en julio pasado,
As-Safir ,22 de agosto de 2013
Un informe diplomático sobre los resultados de la tempestuosa reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el jefe de los servicios de inteligencia de Arabia Saudita, Bandar ben Sultan, en julio pasado, concluye que la región que se extiende desde el norte de África hasta Chechenia e Irán ya está afectada por los efectos del enfrentamiento abierto entre Rusia y Estados Unidos.
Según el mismo informe, no se excluye que las cosas tomen un cariz dramático en Líbano, tanto en el plano político como en materia de seguridad, dada la gran decisión saudita de responder a la implicación del Hezbollah en la crisis siria. Bandar ben Sultan, en coordinación con los estadounidenses y con varios socios europeos, propuso al parecer al rey saudita Abdallah Ben Abdel Aziz la realización de una visita a Moscú para recurrir a la política del bastón y la zanahoria, proponiendo a la dirección rusa una serie de ventajas políticas y económicas a cambio de concesiones relativas a varios temas vinculados a la región, esencialmente sobre Siria e Irán.
El visitante saudita parece haber dicho al presidente ruso que todo arreglo obtenido en el marco de aquella reunión sería equivalente a un entendimiento ruso-estadounidense y no estaría limitado únicamente a las partes rusa y saudita, subrayando que antes de viajar a Rusia había hablado con los estadounidenses y que estos se habían comprometido a hacer suyos los acuerdos a que pudiesen llegar Rusia y Arabia Saudita, sobre todo ante la posibilidad de un entendimiento sobre el tema sirio.
El responsable saudita [Bandar ben Sultan] parece haber sugerido a Putin que Rusia suspendiera su apoyo político, en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como su respaldo económico y militar, prometiéndole a cambio una cooperación petrolera y en materia de inversiones así como la preservación de los intereses de Rusia en Siria y en la costa del Mediterráneo.
El presidente Vladimir Putin respondió que la posición de Rusia sobre el régimen de Siria no cambiará.
Bandar ben Sultan replicó que ante la divergencia de puntos de vista sobre el tema sirio la única opción que queda es la opción militar ya que no se ven posibilidades de compromiso político. También habría dicho que la realización de la conferencia Ginebra 2 será extremadamente difícil en este clima de tanta tensión.
ARABIA SAUDI QUIERE HACER ESTALLAR LA REGION
Al-Akhbar , (Diario libanés vinculado a la Resistencia), 23 de agosto de 2013
Firas al-Choufi
Fuentes cercanas al Hezbollah están convencidas de que el desarrollo de los acontecimientos en Siria, Irak y Líbano prueba una sola cosa: la existencia de una decisión saudita, inspirada por Estados Unidos, para hacer estallar la región desde Bagdad hasta Beirut.
¿Por qué habría tomado Arabia Saudita esta nueva decisión?
Las mismas fuentes explican que a lo largo de los últimos 28 meses se ha recurrido a todos los medios regionales e internacionales para tratar –inútilmente– de derrocar el régimen sirio. Los grupos rebeldes, que componen grandes cantidades de mercenarios procedentes ya de una treintena de países, han recibido incluso grandes cantidades de armas antitanques y antiaéreas eficaces y modernas. Decir lo contrario sería mentira. Arabia [Saudita] sabe que la supervivencia del régimen [sirio] y de los aliados de este se traducirá, en los próximos años, en derrotas que pueden desestabilizar el reino. Así que no queda más remedio que hacer algo.
El nuevo paisaje político de Egipto no constituye una victoria concreta para Arabia Saudita sino un éxito moral que en cualquier momento puede convertirse en derrota si cambian las realidades egipcias. Así que, para compensar la resistencia del régimen sirio, la única opción que queda es la de incendiar la escena interna libanesa.
Eso quiere decir que Arabia [Saudita], y tras ella Estados Unidos, ya no están interesados en la estabilidad del Líbano, según creen saber las fuentes anteriormente citadas. Al principio, el país fue mantenido al abrigo de las consecuencias serias de la crisis sirias y los acontecimientos en materia de seguridad respondían a una serie de líneas rojas. Pero estas últimas se han terminado para Riad.
Incendiar el Líbano se ha convertido en una necesidad para el eje Riad-Washington como medio de dispersar las capacidades del Hezbollah, que participa en los combates de Siria, y para sembrar la confusión en la base popular del partido haciéndole pagar un importante tributo. Eso, según esperan Riad y Washington, obligará el Hezbollah a limitar su implicación en los frentes [sirios] de Homs y la provincia de Damasco y desviará su atención hacia la escena interna libanesa.
La escalada iniciada por el jefe de los servicios secretos sauditas, el príncipe Bandar ben Sultan, no se limita a la seguridad, afirman las mismas fuentes. Los círculos de decisión del reino han ejercido enormes presiones sobre el presidente [libanés] Michel Sleiman y el primer ministro designado Tammam Salam para que se forme en Líbano un gobierno de facto. O para liquidar al menos el actual gobierno dimitente mediante la formación de un gabinete que no obtendría el voto de confianza del Parlamento pero que se convertirá de hecho en un gobierno encargado de ocuparse de las cuestiones diarios, aislando así al Hezbollah.
Pero los señores Sleiman y Salam saben que es difícil formar un gobierno de ese tipo sin el respaldo del diputado Walid Joumblatt, así que las presiones disminuyeron después del atentado de Roueiss y de las declaraciones de sayyed Hassan Nasrallah expresando su enérgica negativa a aceptar un gobierno de facto.
HEZBOLAH ACUARTELA A SUS MILICIANOS
Aumenta tensión en Beirut por posible ataque a Siria
En la capital de Líbano aumenta la tensión por el posible ataque a Siria por parte de Estados Unidos y sus aliados. El grupo de resistencia islámica Hezbollah, ha dicho de manera extraoficial que se encuentra totalmente acuartelada desde hace 48 horas en espera de cualquier situación que se presente en Siria.
La tensión en Líbano, en torno a un posible ataque militar por parte de EE.UU., sigue aumentando este sábado. EE.UU., dice poseer "pruebas" que inculpan al Gobierno sirio de usar armas químicas contra el pueblo de ese país. Sin embargo el Gobierno de Bashar al Assad ha negado el uso de éstas.
La tensión en Beirut, capital de Líbano, sigue aumentando por la amenaza armamentista de Estados Unidos (EE.UU.) de atacar a Siria, bajo el argumento de poseer “pruebas” secretas que culpan al gobierno de Bashar al Assad de usar armas químicas en un ataque terrorista ocurrido hace unas semanas en las cercanías de Damasco (capital).
El enviado especial de teleSUR a Líbano, William Parra, informó que extraoficialmente el grupo Hezbolá se encuentra totalmente encuartelado, “desde hace 48 horas todas sus unidades se encuentran encuarteladas a la espera que se pueda presentar cualquier situación en Siria”.
Según Parra, el Comandante del grupo islamita ha dicho que de ser necesario “estaba dispuesto a combatir en tierra siria, para defender a este país de cualquier intervención extranjera”. Sin embargo Hezbolá informó que no dará declaraciones oficiales dentro de las próximas 72 horas, a la espera de lo que pueda suceder en Líbano.
El periodista agregó que EE.UU., en compañía de Arabia Saudita, pretendía introducir a Siria más de 50 mil hombres armados para tomar Damasco (capital), acción que fue rechazada por el gobierno de Bashar al Assad.
Liga Árabe definirá su postura
La Liga Árabe (LA) anunció este sábado que los jefes de la diplomacia árabes se reunirán este domingo, para definir su postura ante un posible ataque militar extranjero contra Siria, dos días antes de lo previsto debido al rápido desarrollo de los acontecimientos en ese país.
Según una fuente de la Liga Árabe, citada por la agencia internacional EFE, la organización todavía no ha adoptado una posición firme sobre una posible intervención militar, en especial después de la incapacidad del Consejo de Seguridad de la ONU de consensuar una resolución al respecto.
Dicha fuente también negó que el secretario general de la organización, Nabil al Arabi, haya dado luz verde a EE.UU. para lanzar un ataque, como aseguró este viernes el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
La Liga Árabe ha defendido en numerosas ocasiones que una intervención militar en Siria debe contar con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, pero en el mismo, China y Rusia han sido vetado las agresiones contra el país árabe aseverando que incrementar el derramamiento de sangre sería un "error trágico".
teleSUR-EFE / ad- LP
La oposición siria espera sacar provecho del eventual ataque de Occidente contra Asad
La oposición siria espera sacar provecho del eventual ataque de Occidente contra Asad
31/08/2013
Moscú, 31 de agosto, RIA Novosti.
Los insurgentes sirios esperan aprovechar la eventual operación de Occidente para atacar al régimen de Bashar Asad, informó el portavoz del opositor Consejo Militar Supremo, Qassim Saadeddine.“Esperamos sacar provecho en el momento cuando algunas zonas estén debilitadas por el ataque.
Ordenamos a los grupos armados en cada provincia a estar listos. Les enviamos un plan de ataque de los objetivos previamente golpeados por las fuerzas extranjeras”, declaró Saadeddine, citado por Reuters.
Entre los posibles objetivos Saadeddine señaló el cuartel general del Ejército, los aeropuertos militares, ciertos arsenales de armas o las lanzaderas de misiles Scud. Indicó que el plan se elaboró sin ayuda exterior ni tampoco se entregó a las potencias occidentales.
Mientras tanto, una fuente en los servicios de seguridad sirios indicó que las tropas gubernamentales están listas para repeler la intervención.
El presidente de EEUU, Barack Obama, señaló este viernes que el Consejo de Seguridad es “incapaz” de tomar medidas contra Siria y afirmó que es necesaria una operación limitada pese a que el Reino Unido se negó a participar en la acción.
ENTREVISTA | WILLIAM PARRA
"Me impresionó ver una bandera de Al Qaeda en la base militar de los rebeldes en Siria"El periodista colombiano William Parra, que pasó dos meses en el frente de guerra sirio como enviado especial de Telesur, narra su experiencia y su sorpresa de descubrir que los combatientes a los que apoya Occidente son implacables islamistas fanáticos
PASCUAL SERRANO Caracas 31/08/2013
El reportero colombiano William Parra.
Julio y agosto de 2012 fueron uno de los periodos de mayor enfrentamiento entre el Ejército de Bashar al Asad y los rebeldes. Aunque en aquellas fechas la capital, Damasco, estaba tranquila, los combates se desarrollaban en Alepo, donde tropas de los dos bandos se disputaban a tiros cada calle y cada edificio.
Fueron fechas -y lo siguen siendo- donde la información que llegaba a occidente de esa guerra era peor que confusa. Ni el gobierno ni los rebeldes facilitaban el trabajo a los periodistas por lo que las mentiras y las manipulaciones estaban a la orden del día. Para unos, Siria se encontraba bajo la bota de un cruel dictador y un pueblo se había levantado en armas; para otros, mercenarios financiados por potencias extranjeras junto a terroristas islámicos querían derrocar a un presidente que se había mostrado firme frente a Estados Unidos y leal a las luchas palestinas y antiimperialistas.
Durante esas fechas, el periodista colombiano William Parra estuvo en Siria al frente de un equipo de televisión de Telesur, el canal público multinacional con sede en Caracas. Durante sus informaciones diarias los periodistas no deben hablar de cómo deben hacer su trabajo o las dificultades que encuentran, deben limitarse a contar y explicar la guerra. Tampoco tienen por costumbre detallar el funcionamiento del resto de medios de comunicación, y mucho menos criticarlos. Pero cuando han abandonado el lugar de los hechos y el debate en torno a lo que es verdad y mentira en la guerra de Siria y el comportamiento de los medios es tan agitado, el testimonio de un periodista honesto que vivió directamente los acontecimientos resulta tan valioso como necesario.
¿Cómo entráis en Siria y cuál es vuestra primera experiencia?
Entramos con un visado de diez días emitido por la embajada siria en Caracas. Después lo renovaría dentro de Siria. Nuestra cobertura comienza con tres días en Damasco. Un equipo integrado por un cámara venezolano, un traductor sirio y yo visitamos un campo de refugiados palestinos, bajo control del Frente Popular de Liberación de Palestina, donde cayeron numerosos morteros procedentes de los rebeldes. El ambiente es hostil, los palestinos han comprobado que poco después de recibir la visita de los periodistas vienen los bombardeos. Es evidente que había muchos espías infiltrados como periodistas. Observamos una estación policial bombardeada pero también muchos civiles, un hombre le cuenta que le mataron dos hijos y necesitó que pasaran cinco días para encontrar el momento tranquilo para enterrarlos.
¿Qué periodistas viste en Siria? ¿Percibiste suficiente presencia de medios en el conflicto?
Sinceramente, en Damasco solo vi, ya cuando me iba, un equipo de Televisión Española y a unos japoneses. Y en el lugar donde de verdad se desarrollaban los combates, en Alepo, al británico Robert Fisk. Casi todos estaban y escribían desde Turquía. El asunto funcionaba así. Los rebeldes se entrenaban y refugiaban en Turquía, donde tenían sus bases. Allí tenían a los periodistas, los llevaban de excursión algún rato a Alepo, recogían algún testimonio de algún civil y se volvían a Turquía. Imagina el rigor y libertad del testimonio de ese civil que lo está entrevistando un periodista rodeado de milicianos rebeldes.
¿Simplemente se refugiaban en Turquía o consideras que ese país les estaba ayudando?
Los propios rebeldes nos reconocían que Turquía les daba ayuda y refugio. Incluso les proporcionaba medicamentos y algunos armamentos.
También se decía que algunos periodistas no lo eran o estaban con otra intención que no era la de informar
Te cuento un ejemplo muy elocuente. Estando yo en Siria murió en un tiroteo una periodista japonesa que viajaba en un coche con los rebeldes. Primero se dijo que mataron a cuatro periodistas, luego que se trataba de un muerto y tres desaparecidos. No es fácil comprender cómo en un tiroteo muere uno y tres desaparecen. Al final allí se supo que los "desaparecidos" que iban con la periodista japonesa eran tres generales japoneses. El Ejército sirio reconoció que disparó al vehículo donde viajaban porque formaba parte de un convoy rebelde, al final Japón no montó mayor escándalo y no se habló más del asunto. Si de verdad hubieran muerto cuatro periodistas, como dijeron, se hubiera organizado más lío, de modo que todos prefirieron no remover el tema.
En otras ocasiones comprobabas cómo mentían. Recuerdo estar viendo la televisión Al Jazira decir que el Ejército sirio estaba bombardeando la zona en la que precisamente nosotros estábamos en ese momento tan tranquilos, allí no pasaba nada. Salía en pantalla un periodista que decía que estaba en Alepo y, a continuación, aparecían unas imágenes muy precarias y movidas, como grabadas con un móvil. Era una cosa absurda: si tenían una cámara adecuada para grabar al periodista hablando, deberían tenerla para captar también las imágenes del bombardeo. En otra ocasión emitieron unas imágenes que decían eran de la llegada de los rebeldes a un barrio donde los civiles les recibían con vítores y aplausos; fuimos allí y no había nada.
¿Te podías mover con facilidad por la zona de conflicto? ¿Cómo se comportaba cada una de las partes?
El Ejército nos dejaba pasar porque nuestro medio era de Venezuela, Telesur. El problema era con los rebeldes. No podíamos mostrar ni permisos ni pasaportes venezolanos, ellos consideraban que el Gobierno de Venezuela apoyaba al presidente sirio. Sólo yo podía ser aceptado porque mi pasaporte es colombiano, y yo les decía que el Gobierno colombiano les apoyaba.
"Vi un retén de rebeldes que eran todos libios y degollaron a varios periodistas sirios"
El principal problema es que no podíamos enviar las notas desde Alepo, no nos dejaba el Gobierno sirio. Debíamos volar a Damasco y lo más peligroso era ir al aeropuerto. En Alepo, en la zona controlada por el Gobierno, nos dejaban mover con total libertad para ir donde quisiéramos. Cuando tropezabas con los rebeldes era más peligroso, mataban a cualquier periodista que no fuera desde Turquía. Como ya te dije, nosotros nos libramos porque nos presentábamos como colombianos. Al final, mi cámara venezolano y mi traductor sirio apenas se podían mover y debía ser yo el que más se movía. En una ocasión vi un retén de rebeldes que eran todos libios, degollaron a varios periodistas sirios y a las mujeres les obligaban a ponerse el pañuelo islámico.
Lo más peligroso eran los francotiradores rebeldes. En una ocasión estábamos grabando y comenzaron a dispararnos, pasaban las familias con mujeres y niños y les disparaban. Pude comprobar cómo disparan de forma indiscriminada, vi cómo abatían a una mujer y nadie podía acercarse a socorrerla.
¿Cuéntame más de cómo eran los rebeldes?
Eran muy jóvenes, en torno a 18 años, e incluso menores, de 16 años. Nunca vi mujeres. No vi un solo rebelde que no fuese un fundamentalista islámico.
Disculpa que te interrumpa, ¿entonces no hay ningún grupo opositor en Siria que no sea islamista?
Sin duda hay opositores de izquierda, pero esos no tienen presencia en el bando armado. Cuando tomaban un barrio, sacaban a los niños de los colegios y allí montaban sus bases. En una ocasión visitamos una de sus bases, conocí al que tenía rango de comandante y nos enseñó su armamento, que incluía ametralladoras. Me impresionó ver una bandera de Al Qaeda en una de las salas. Para ellos Al Asad es un infiel. En su discurso no dejaban de pedir el apoyo de Estados Unidos y de Europa. No quería darnos la entrevista, pero le dije que yo era colombiano y que Colombia era amiga de Israel y le pareció bien.
"Nos sacaron a un soldado prisionero que llevaba varios días sin comer y había sido golpeado y torturado"También me dijeron que tenían preso a "un perro de Al Asad", es decir, a un soldado enemigo. Nos llevaron a visitarlo. Nos conducían atravesando viviendas en las que habían perforado las paredes que las dividían. Llegamos a un lugar donde tenían a cuatro detenidos y sacaron a uno de ellos que era evidente que llevaba varios días sin comer y había sido golpeado y torturado. El soldado le golpeaba y nos decía que le preguntáramos. ¿Pero qué le íbamos a preguntar a ese desgraciado en esas condiciones? ¿Qué nos podía contar que fuera fiable?
Nos invitó a quedarnos esa noche en la base, nos enseñó una habitación donde, dijo, se quedaba un equipo de la agencia AFP que les acompañaban a todo. En ese momento no estaban los periodistas y se los esperaba de un momento a otro. Pensé que, en cuanto volvieran, les dirían que Telesur era un medio venezolano y nos matarían, por lo que optamos por despedirnos amablemente.
Entrevistamos a algunos civiles que estuvieron en zonas controladas por los rebeldes. Nos decían que lo primero que les hacían era cortarles la luz y luego les cerraban la panadería del barrio, su principal alimento, si no colaboraban. El discurso de los rebeldes siempre era islámico y predominaban los extranjeros, principalmente libios, tunecinos y qataríes. Se trata de grupos muy fraccionados, ellos aspiran a que la OTAN bombardee algo y entonces ellos puedan entrar y repartirse el poder en esa zona. Su modo de actuar en Alepo ha provocado que los partidarios de Al Asad hayan pasado del 60 al 80 %, porque veían que bajo el Gobierno sirio al menos las diferentes comunidades convivían.
Entonces, ¿me estás contando que unos grupos armados que actúan bajo bandera de Al Qaeda consiguen refugio de un Gobierno que pertenece a la OTAN y que tiene como periodistas empotrados a un equipo de una agencia de noticias francesa?
Sí
Y los soldados gubernamentales, ¿cómo eran?
Llamaba la atención que iban mal uniformados, sin embargo todos tenían su fusil y disponían de artillería. Sin duda, los rebeldes estaban mejor uniformados. No recurrían a bombardeos desde el aire, su recurso eran los tanques.
En uno de los retenes militares oficiales en Alepo nos dijeron que no podíamos continuar porque teníamos un permiso pero era para Damasco, no para Alepo. Insistí con el oficial al mando y éste, un teniente, me dijo que me dejaría pasar si lo entrevistaba para que hablase sobre Chávez, en inglés. Así es como pudimos continuar.
Los soldados gubernamentales me parecieron totalmente convencidos de su lucha y con una moral impresionante. A uno de ellos le vi una chapa del Che, les puse una canción sobre el Che que tenía en el celular y todos se pusieron a cantar. Al final el soldado le regaló la chapa al camarógrafo.
¿Qué era lo que más te impresionaba de ese conflicto?
Era estremecedor escuchar a los soldados sirios y a la población gritar "Alá, Siria, Asad y nada más". Por su parte los rebeldes cuando abatían a alguien gritaban "Alá es grande". Era espeluznante escuchar los tiroteos alternados con gritos de Alá es grande, indicando otro muerto más.
Es necesario evitar la agresión imperialista contra Siria
Publicado el 1 septiembre, 2013 por soawlatina
Durante más de dos años, los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia , el régimen sionista de Israel , las monarquías reaccionarias del Medio Oriente y Turquía ha apoyado con armas y dinero a mercenarios. Son terroristas que bajo el apodo de “rebeldes” han convertido las calles y ciudades de Siria en un escenario de destrucción y muerte. Hospitales , escuelas , barrios residenciales , iglesias , mezquitas e infraestructuras del Estado están siendo atacados de forma sistemática , creando el caos y el terror entre la gente.
La supervivencia del gobierno de Bashar Al Assad, ha sido sin duda apoyada por la mayoría del pueblo sirio , que se ha unido en contra de esta coalición tan poderosa y nefasta . Esto ha llevado a Barack Obama a iniciar el camino de la provocación, amenazando abiertamente y siguiendo una vez más los pasos de su predecesor, el terrorista de Estado, George W. Bush. Todo el mundo recuerda que , en 2003 , Bush invadió Irak , destruyó el país , mató a cientos de miles de iraquíes (incluyendo al ex presidente Saddam Hussein ) , bajo el falso pretexto de la posesión de armas de destrucción masiva y el uso de armas químicas por parte de Irak.
Después de haber terminado el reparto de trofeos , con los agresores controlando la mayor parte del petróleo iraquí , las autoridades de la ocupación dijeron cínicamente que no habían encontrado las mencionadas armas . A pesar de esto, el rediseño del Oriente Medio ha continuado siendo ejecutado, ahora, por el demócrata Barack Obama , que en el comienzo de la crisis había declarado que el uso de armas químicas en Siria sería una “línea roja” .
Como un ensayo , se utilizó el mismo discurso . La ex Secretaria de Estado de Obama, Hillary Clinton , afirmó muchas veces que el objetivo de los Estados Unidos en la crisis que involucra al país árabe es la caída del presidente Bashar Al Assad.
Como Presidente del Consejo Mundial de la Paz , visité Siria varias veces. Evidentemente , cada pueblo tiene sus propias características específicas. Sin embargo, el pueblo sirio , que alberga una gran diversidad de religiones y etnias , mostró una fuerte identidad nacional. Para los chiítas , sunitas , alauitas , drusos y cristianos, su identidad siria está por encima de sus identidades específicas. La convivencia entre las religiones es pacífica y respetuosa. El centro de Damasco tiene , en distancias cortas, iglesias y mezquitas .
La hospitalidad para recibir a los visitantes , de forma similar a la del pueblo brasileño, me causó admiración y simpatía. La solidaridad del pueblo sirio con los palestinos y otros pueblos de la región , así como la posición anti- imperialista del país, hacen que Siria sea respetada por los pueblos de todo el mundo . Esta riqueza humanística está amenazada por peligro inminente de destrucción.
Como solía decir el indomable presidente Hugo Chávez, es en los Estados Unidos que no podemos confiar ni siquiera un poquito. Incluso antes de que los inspectores de la ONU den su opinión sobre el uso de armas químicas , el Secretario de Estado, John Kerry , dijo que no hay duda de que el gobierno sirio las utiliza . Sin embargo, no presentó ninguna prueba, en una demostración clara de que los hechos no son importantes. Esta potencia imperialista ha acumulado una inmensa experiencia en romper el Derecho Internacional , rasgando la Carta de las Naciones Unidas y haciendo uso de las armas y de los grandes medios privados de comunicación para imponer al mundo sus intereses .
Los Estados Unidos tratan de “redibujar el Oriente Medio “, para lo cual utilizan los conflictos étnicos y religiosos, la construcción de redes de espionaje y de terroristas mercenarios para crear el caos y debilitar a los estados y los gobiernos nacionales . Con el apoyo de los medios de comunicación , crean una red de intriga y desinformación . Los imperialistas “crean hechos” para justificar la acción de los misiles , aviones teledirigidos , flotas de guerra “humanitarias” y todos los aparatos necesarios para el dominio militar y el saqueo de las riquezas de otros países controlando las rutas marítimas . Este es el gran interés nacional de los Estados Unidos: dominar naciones y saquear países y pueblos .
El pueblo sirio ha demostrado una gran valentía y coraje en la defensa de su autodeterminación , siendo un ejemplo de esperanza para los pueblos en lucha .
Debemos intensificar nuestros esfuerzos en apoyo de la paz en oposición a la guerra , expresando incondicionalmente nuestra solidaridad con el pueblo sirio. Estas acciones deben ser expresadas a través de denuncias de los agresores en todas partes: escuelas , universidades, lugares de trabajo, calles y plazas, la organización de eventos para condenar e impedir este crimen contra los pueblos .
Corresponde a todos los gobiernos comprometidos con la soberanía de las naciones y la paz condenar a las fuerzas que se están preparando para la agresión contra Siria. Debemos exigir el respeto a la Carta de las Naciones Unidas y el cese de las amenazas de guerra contra la República Árabe Siria.
Es hora de que los trabajadores , los sindicatos, las mujeres, los jóvenes , los barrios y los movimientos populares ocupen las calles y plazas contra esta agresión imperialista , asumiendo la defensa de la paz y la soberanía de Siria.
por Socorro Gomes , Presidente del Consejo Mundial de la Paz ( WPC ) y Cebrapaz (Brasil)
Traducción al castellano: Mopassol
Suiza y Austria se suman a países que rechazan ataque a Siria
Por: TeleSur | Domingo, 01/09/2013
Centenares de manifestantes en Londres rechazaron la actitud belicista contra la nación siria
Credito: TeleSur
Por: TeleSur | Domingo, 01/09/2013
Centenares de manifestantes en Londres rechazaron la actitud belicista contra la nación siria
Credito: TeleSur
1 de septiembre de 2013.- El presidente y el ministro de Defensa de Suiza, Ueli Maurer, manifestó que su país se opone a una eventual intervención militar en Siria, así como el presidente de Austria, Heinz Fischer que exigió esperar hasta que se aclare la autoría de uso de armas químicas en ese país árabe.
El líder suizo advirtió que la situación en Siria y en todo el Oriente Medio “es muy explosiva, como un polvorín. Cada cerilla encendida podría tener consecuencias fatales”, por lo que destacó la necesidad de resolver el conflicto por vía diplomática y no militar.
El mandatario austríaco, por su parte, consideró lógico esperar el informe de los expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), encargados de investigar el supuesto ataque químico, pues a su juicio, hay una enorme y decisiva diferencia entre si fue el Gobierno sirio o los terroristas quienes usaron armas químicas.
Casi la mitad de los países miembros de de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se negaron a participar en la agresión militar contra Siria.
De hecho, Reino Unido, uno de los aliados principales de Estados Unidos se vio obligado a no acompañar a Washington en su eventual ataque por la negativa de su Parlamento.
El expresidente de Francia, Giscard d'Estaing (1974-1981), también mostró su oposición a una ofensiva militar contra la nación siria sin permiso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El líder francés afirmó que toda intervención militar extranjera contra el país árabe debe hacerse desde el marco de la ONU y que se debe respetar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
Los expertos en armas químicas de Naciones Unidas abandonaron el sábado por la mañana Siria, después de concluir sus investigaciones sobre el supuesto uso de gas venenoso en este país árabe.
Según la ONU, aún no se sabe cuándo se podrá publicar el informe con las conclusiones de las investigaciones y el análisis de las muestras tomadas en el terreno se podría necesitar dos semanas.
ADRIAN SALBUCHI / Una vez más, EEUU con los pantalones caídos
El líder suizo advirtió que la situación en Siria y en todo el Oriente Medio “es muy explosiva, como un polvorín. Cada cerilla encendida podría tener consecuencias fatales”, por lo que destacó la necesidad de resolver el conflicto por vía diplomática y no militar.
El mandatario austríaco, por su parte, consideró lógico esperar el informe de los expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), encargados de investigar el supuesto ataque químico, pues a su juicio, hay una enorme y decisiva diferencia entre si fue el Gobierno sirio o los terroristas quienes usaron armas químicas.
Casi la mitad de los países miembros de de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se negaron a participar en la agresión militar contra Siria.
De hecho, Reino Unido, uno de los aliados principales de Estados Unidos se vio obligado a no acompañar a Washington en su eventual ataque por la negativa de su Parlamento.
El expresidente de Francia, Giscard d'Estaing (1974-1981), también mostró su oposición a una ofensiva militar contra la nación siria sin permiso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El líder francés afirmó que toda intervención militar extranjera contra el país árabe debe hacerse desde el marco de la ONU y que se debe respetar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
Los expertos en armas químicas de Naciones Unidas abandonaron el sábado por la mañana Siria, después de concluir sus investigaciones sobre el supuesto uso de gas venenoso en este país árabe.
Según la ONU, aún no se sabe cuándo se podrá publicar el informe con las conclusiones de las investigaciones y el análisis de las muestras tomadas en el terreno se podría necesitar dos semanas.
ADRIAN SALBUCHI / Una vez más, EEUU con los pantalones caídos
Publicado el 9/01/13 • en Contrainjerencia
ADRIAN SALBUCHI – El mundo contiene el aliento preguntándose cuándo EEUU y sus nerviosos aliados atacarán a Siria, cómo lo harán, cuánto tiempo durará ese “ataque preventivo”, cómo reaccionará el mundo… cómo reaccionará Rusia…
Y, sin embargo, tanto los gobiernos occidentales como sus bien disciplinados multimedios de prensa pareciera que ignoran a uno de los jugadores más poderosos e influyentes en este drama, que viene manteniendo un extraño silencio: Israel
El deteriorado poder estadounidense
Actualmente, la fuerza estadounidense se apoya fundamentalmente sobre su aterrador poderío militar, su Complejo Industrial-Financiero, y las fuerza de sus multimedios globales. Ese poder, sin embargo, se viene erosionando rápidamente, pues en la era de Internet el verdadero Poder tiene cada vez más que ver con el Prestigio, la Credibilidad y la Confianza, áreas en las que EE.UU. parece estar desarmándose en mil pedazos.
El intervencionismo norteamericano se ha puesto demasiado de manifiesto en los últimos veinte años. La Guerra de los Balcanes a finales de los noventa, cuando se llegó a bombardear Belgrado, disparó señales de alarma, especialmente entre país no aliados, a lo que debemos agregar la primera Guerra del Golfo de 1991.
Así fue quedando claro que la superpotencia hegemónica global norteamericana apostaba a quedarse con todo el mundo, especialmente tras la desaparición de la Unión Soviética.
Pero lo que hizo sonar con redoblada fuerza las alarmas fue el caso de Irak en 2003. Las acusaciones falsas de George W. Bush sobre las supuestas “armas de destrucción masiva” como excusa para destruir ese país a fin de sacar a un molesto exasociado Saddam Hussein, resultó una obscenidad que mostró al mundo que la superpotencia hegemónica global en realidad estaba quedando fuera de control.
En aquellos años, EE.UU. aun contaba con la excusa de los horrendos ataques del 11 de septiembre sobre Nueva York y Washington que le permitieron justificar su estrategia de potencia buscapleitos.
Pero la credibilidad estadounidense sufrió un brusco traspié cuando George W. terminó por admitir que (a) no existía conexión alguna entre el malo de Saddam y el malo de Osama, supuesto mentor y ejecutor del 11 de septiembre (en verdad jamás sabremos cuán responsable fue, pues luego Obama arrojaría el cadáver de Osama al mar…), y (b) definitivamente, con toda seguridad y sin duda alguna, JAMÁS hubo armas de destrucción masivas en Irak… Agreguemos a esto el peso de las crecientes pruebas de que el 11 de septiembre probablemente fue un ataque de falsa bandera…
De manera que urgía a EE.UU. diseñar un nuevo sistema de guerra o, mejor dicho, un nuevo sistema que le permitiera desatar guerras contra aquellos “países transgresores” a los que transforma en blancos militares. Ya no basta con aparecer por la cadena de TV nacional y mundial para acusar a tal o cual país de ser “un peligro para la paz mundial”, o acusarlo de “no tener el tipo de democracia que nosotros queremos ver”, según las palabras de Hillary Clinton cuando visitaba Egipto hace poco más de un año…
No. Había que inventar algo realmente nuevo: ‘Primavera Árabe’ lo llamaron, que es una frase codificada para describir la instigación, generación e ingenierización de grandes convulsiones sociales dentro de países que son blancos de EE.UU. y sus aliados. Esas convulsiones luego pueden intensificarse, tornándolas en verdaderas guerras sociales. Y si sus líderes no entienden el mensaje e insisten en mantenerse en el poder, entonces las agencias de seguridad e inteligencia (y otras inconfesables) de EE.UU., Reino Unido, Israel y otros aliados podrán intensificar aún más el caos ingenierizado, arrastrando al país víctima a una guerra civil fratricida y genocida: Libia, Siria, Egipto, Afganistán, Irak…
Para ingenierizar este tipo de guerras en todo el Oriente Medio se requieren tres cosas:
(a) identificar quienes serán los ‘luchadores por la libertad’ –mayormente hampones, terroristas, guerrilleros, soldados de fortuna y una amplia gama de violentos mercenarios;
(b) luego, armarlos con muy letal armamento de alta (pero no máxima) tecnología, financiándolos para asegurar que puedan hacer lo que les plazca dentro del país víctima; para luego
(c) lanzarlos contra las ciudades de Egipto, Libia, Siria y otros países, tal como vienen haciendo desde hace ya más de una década en Irak.
Si aun así sus líderes no se entregan, entonces siempre queda la opción de ordenar a un par de escuadrones de cazas y bombarderos de la OTAN que arrasen y aplasten todo, devolviendo al país víctima a la edad de piedra, o brindar apoyo satelital a los ‘luchadores de la libertad’ para que puedan llevar a cabo operaciones hollywoodenses como el asesinato televisado en vivo de Muhammar Ghaddafi y su familia al acompañamiento de las groseras carcajadas de Hillary Clinton por la cadena CBS TV.
Pero el caso de Siria es diferente.
El mundo se está cansando rápidamente de las mentiras e hipocresías norteamericanas. Crecientes sectores de la comunidad internacional van comprendiendo que esas pandillas de asesinos, violadores y criminales violentos – también conocidos como ‘luchadores por la libertad siria’ – son armados, entrenados, financiados y reciben enorme apoyo mediático, precisamente de los EE.UU. y aliados.
Las trampas sucias colocadas por EE.UU. hoy operan ‘a full’ tratando de culpar por los recientes ataques con armas químicas ocurridos en Siria, al gobierno de Bashar al-Assad, pero la credibilidad de estas acusaciones es notablemente baja.
Pues el sentido común indica que sería un suicidio para al-Assad asesinar a su propia población civil –niños incluidos– de un barrio de Damasco cuando sus verdaderos enemigos son los terroristas y delincuentes dirigidos por Occidente que están tratando de quedarse con toda Siria.
¿Por qué le daría Assad a sus enemigos la ‘excusa perfecta’ para llevar a cabo su tan anhelado ‘ataque preventivo’ contra Siria?
El sentido común nos dicta que Assad dice la verdad cuando acusa a esos mismos terroristas de ser responsables de esos ‘ataques de falsa bandera’, pues conforman una manera de hacer que vengan las escuadrillas de la OTAN a sacarles las papas calientes como hicieron en 2011 en Libia con sus aviones de combate, sus bombas racimo y su napalm.
Cada vez que nos enteramos de espantosos ataques de esta tipo, debemos procurar desentrañar dos factores fundamentales: (1) quiénes se benefician con tales ataques, y (2) seguir el camino del dinero…
Hoy la credibilidad, confianza y prestigio de los EE.UU. ha caído tan bajo que hasta el parlamento británico finalmente desautorizó cualquier intervención armada británica en Siria, al menos hasta tanto la ONU o alguna entidad independiente y confiable produzca pruebas convincentes respecto de quiénes realmente perpetraron esas atrocidades con armas químicas la semana pasada.
De forma que, por ahora, el primer ministro David Cameron no va a poder entrar en ‘modo-perrito-faldero’ detrás de Obama, como hizo su antecesor Tony Blair detrás de George W. hace una década en Irak.
Observemos tres factores clave que están faltando en los análisis actuales sobre las crisis en Irak:
1) Israel
Desde los tiempos de las dos guerras del golfo, EE.UU. viene peleando las guerras que convienen a Israel. En el caso de la invasión y destrucción de Irak en 2003 esto es fácil de comprobar ya que los mismos neo-conservadores que en 1996/7 planificaron la destrucción de Irak desde el think-tank Proyecto por un Nuevo Siglo Estadounidense (Project for a New American Century – PNAC) –Paul Wolfowitz, Richard Perle, Dick Cheney, Condoleezza Rice, Bush, Douglas Feith, David Wormser y otros– luego en 2003 ejecutarían esa guerra desde sus elevados cargos en el gobierno de George W Bush. La razón real entonces era que Saddam Hussein representaba la mayor amenaza para Israel.
En verdad, varios de aquellos neoconservadores – Douglas Feith, David Wormser, Richard Perle y otros Bushistas– ya en 1996 habían preparado un informe estratégico para el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu titulado “Un corte Limpio con el pasado: una nueva estrategia para asegurar el Reino” que, una vez más, apuntaba a Irak como principal enemigo de Israel en aquél entonces.
De manera que la Guerra contra Irak fue, en gran medida, una guerra cuyo único beneficiario fue Israel y que le ha traído grandes y traumáticos dolores de cabeza a EEUU, decenas de miles de cuyos hijos dejaron sus vidas en Irak. Como alguna vez lo señalara el exprimer ministro de Malasia, Mahathir Bin Mohammed, “los judíos gobiernan el mundo a través de operadores. Logran que otros peleen y mueran por ellos.”
2) Israel
El rol excesivo y determinante que el sionismo ejerce sobre la política estadounidense, las finanzas estadounidenses, las universidades estadounidenses, los multimedios estadounidenses, incluyendo a ‘la industria del entretenimiento’ de Hollywood, y sobre la política exterior estadounidense ha quedado sólidamente demostrada. Este tema hoy tan vital se debate con creciente profundidad entre la Intelligenzia norteamericana aunque, por supuesto, esto ha quedado previsiblemente silenciando por los multimedios.
Uno de sus hitos tuvo a dos prestigiosos profesores del Establishment como principales voceros: Stephen Walt, exrector de la Facultad de Ciencias de Gobierno John F Kennedy de la Universidad de Harvard, y su colega John Mearsheimer, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago. Ambos publicaron en 2007 una obra fundamental: ‘El lobby Israelí y la política exterior de los EE.UU.’.
En el mismo describen de manera sólida y bien documentada cómo opera el brazo largo y poderoso puño del lobby ‘Israel Primero’, que ejerce gigantesco poder sobre los medios, bancos, el Departamento de Estado y el Pentágono en los EE.UU., logrando que todos operen al unísono en favor de Israel, sea cual sea el costo; tenga o no tenga razón.
Y ese costo ha sido el desvío destructivo de la defensa del Interés Nacional de los EEUU. Aquí yace una de las raíces de por qué el mundo le va perdiendo el respeto y la confianza a EE.UU., que en amplios sectores de la opinión publica global se ha transformado en odio y rechazo.
3) Israel
Hoy, el problema del presidente Barack Obama es que el Establishment militar norteamericano es muy consciente de los riesgos que un ‘ataque preventivo’ contra Siria conlleva y –mucho más importante– un eventual ataque de este tipo contra el verdadero blanco en toda esta crisis: Irán.
Un ataque militar unilateral contra uno o ambos países conducirá innegablemente a una guerra masiva y generalizada en todo Oriente Medio.
Si observamos el mapa de la región veremos que Siria e Irán se encuentran claramente dentro de la esfera geopolítica vital de Rusia, que ya se encuentra demasiado rodeada por fuerzas de Occidente. Leamos entre líneas lo que nos dice la política exterior rusa: “¡No avanzarán ni un paso más en Siria!”.
EE.UU. haría muy bien en sopesar esto muy cuidadosamente antes de lanzarse a cualquier locura…
Pero esto es precisamente lo que ayuda a entender la inflexibilidad norteamericana. Desde que Israel fuera derrotada en el sur del Líbano a mediados de 2006 por las fuerzas bien armadas y entrenadas de Hezbolá comandadas por Nasrallah, Israel viene lamiéndose sus heridas. Hoy un oscuro y vengativo furor bulle en el corazón del sionismo..
Desde que Bibi Netanyahu volvió al poder en 2011, Israel ha pasado a estar en ‘Modo Guerra Preventiva’, aprovechándose del inexistente programa nuclear militar de Irán como pretexto.
En los últimos cuatro o cinco años, día por medio Israel viene amenazando a Irán con un ataque militar ‘preventivo’ y unilateral, lo que también es un chantaje contra Washington, Londres y Paris.
Ciertos sectores militares estadounidenses, sin embargo, van comprendiendo que el primer ministro Mahatir tenía algo de razón, y no quieren volver a verse arrastrados a pelear otra guerra para Israel, esta vez en Irán.
Es así que los militares vienen operando como una suerte de freno, lo cual se refleja en la mayor cautela mostrada por Obama en torno a lanzar una guerra contra Irán, llegando a enviar a oficiales de máximo rango a Israel para calmar a Bibi Netanyahu para que Israel no lance un temido ataque unilateral ‘preventivo’ contra Irán que, por supuesto, arrastraría a EE.UU. a un conflicto masivo en Oriente Medio cuyos resultados no están para nada claros.
En verdad, una locura de esa naturaleza bien podría conducir a una derrota de EE.UU., lo que marcaría el principio del fin de su status como superpotencia global. Por eso Rusia (y China) observan Oriente Medio con mirada muy fija. No están pestañando…
Los militares parecen recomendarle a la Casa Blanca que si debiera enfrentarse finalmente con Irán, el camino para hacerlo antes pasa necesariamente por la destrucción de Siria. Al menos esa parece ser la suerte de promesa que le habrían hecho a Netanyahu, para que mantenga atados a sus perros de la guerra.
Mas las semanas se transformaron en meses, los meses en años, y los sionistas de Israel, EE.UU., Reino Unido, Francia y otros países se impacientan cada vez más.
¡Quieren tener su ‘Día-D’ ya mismo! Y si el camino a Teherán pasa por Damasco, entonces que EE.UU. ataque a Siria ya!
En verdad, hace tres años que EE.UU. viene ingenierizando una guerra civil ‘a la primavera árabe’ en Siria pero, sin embargo, Bashar al Assad sigue sólidamente en el poder. ¡Rusia le cuida las espaldas!
Un voto unánime del Consejo de Seguridad de la ONU condenando a Siria ya no es una opción. El parlamento británico le dijo “no” a David Cameron, y aunque el presidente francés Hollande salió a apoyar a EE.UU., Francia carece de fuerza creíble pues, tristemente, hace décadas que Francia no decide el resultado de ningún conflicto en ninguna parte.
Para colmo de males se escuchan muchos murmullos de insatisfacción en el Congreso norteamericano…
De manera que: Sr. Gerente General de los Estados Unidos de Norte América, Barack Obama, ¡ahora le toca a usted hacer la próxima movida!
Puede atacar a Siria ahora –hoy mismo si desea– y recibirá el aplauso unánime de los sionistas en Israel, en el Congreso de EE.UU., en los megabancos globales y en la prensa mundial adicta, o podrá dar un paso atrás. Mas entonces su prestigio, Sr Presidente, quedará muy maltrecho: sus hipocresías y doble discursos van quedando desenmascarados.
Y un presidente norteamericano desenmascarado no es un presidente en absoluto. Vladimir Putin conoce su predicamento muy bien. Por eso mantiene su poderosa flota recorriendo el Mediterráneo frente a las costas de Siria.
Una vez más, EE.UU. se ve sorprendida con los pantalones caídos. ¡Otro lindo lío en el que el Caballo de Troya Sionista los ha metido…!
Actualidad RT
Envio:Amarelle
En un acontecimiento positivo para sus planes, el presidente consiguió el respaldo potencialmente clave de dos de los congresistas más importantes de la oposición republicana, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, quien llamó a sus pares a votar a favor de un ataque. “Quiero enfatizar al pueblo de Estados Unidos que lo que estamos diseñando es algo limitado, algo proporcional, que degradará las capacidades de Al Assad y no involucrará militares en territorio sirio”, afirmó Obama al recibir a legisladores y senadores republicanos y demócratas. Asimismo, el presidente logró el apoyo del líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor.
“Voy a apoyar el llamado del presidente a la acción y creo que mis colegas deberían apoyar esta llamada”, aseguró Boehner, agradeciendo a su vez a Obama el hecho de que haya consultado previamente a tomar una resolución. Boehner señaló además que el uso de armas químicas por parte del gobierno de Siria tiene que ser castigado. “Sólo Estados Unidos tiene la capacidad de detener a Al Assad y alertar a otros en el mundo de que este tipo de conducta no será tolerada”, agregó.
Por su parte, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, respaldó una intervención militar contra Siria porque, a su juicio, la falta de acción frente al uso de armas químicas sería aún más grave. “Voté en contra de la guerra en Irak y apoyo firmemente la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Pero hoy apoyo la decisión del presidente sobre el uso de la fuerza debido a este horrendo crimen contra la humanidad”, dijo. “Por supuesto que hay riesgos en una acción, pero las consecuencias de la inacción son mayores y más graves: un mayor desastre humanitario en Siria, inestabilidad regional, la pérdida de la credibilidad estadounidense en el mundo, un Irán y Corea del Norte envalentonados y la desintegración del derecho internacional”, advirtió Menéndez.
Luego de que Obama anunciara el pasado sábado que pedirá autorización al Congreso para un ataque a Siria, los legisladores deberán ahora debatir y convocar a una votación. Sin embargo, esto no sucederá hasta la próxima semana, cuando se reanuden las actividades oficiales luego del receso por las vacaciones de verano. No obstante, con la intención de no dilatar las discusiones respecto de lo que varios funcionarios calificaron como un tema de seguridad nacional, Kerry y su par de Defensa, Chuck Hagel, comenzaron a testificar en audiencia pública ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, el mundo se pregunta si Estados Unidos consentirá con su silencio el ataque del 21 de agosto, con armas químicas, en la periferia de Damasco, atribuido por Washington al régimen de Al Assad. “Cuando alguien mata a cientos de niños con un arma prohibida, todos somos responsables”, añadió Kerry. “Estamos aquí porque un dictador y su familia, en su deseo de aferrarse al poder, han usado armas químicas”, declaró. De acuerdo con Kerry, hay pruebas más allá de cualquier duda razonable de que el régimen sirio preparó el ataque, en el que según las cifras de Estados Unidos murieron más de 1400 personas, entre ellas más de 400 niños. “El mundo está esperando no sólo lo que decidimos, sino también cómo tomamos nuestra decisión”, afirmó.
Hagel señaló que un ataque militar contra Siria no busca resolver los problemas subyacentes al conflicto civil en ese país, sino responder al uso de armas químicas y su eventual proliferación. “Las armas químicas no distinguen entre combatientes y civiles inocentes”, señaló, al advertir que grupos terroristas en Medio Oriente como Hezbolá podrían adquirir y utilizar armas químicas, facilitando la proliferación de esos armamentos de destrucción masiva.
Según un sondeo realizado por la cadena CNN, del total de los legisladores de la Cámara de Representantes, por el momento 24 votarían a favor de atacar Siria, 57 en contra, 248 no decidieron aún y sobre 104 se desconoce cuál será su voto. En la Cámara alta, 23 apoyarían la acción militar y 10 no lo harían, mientras que 58 no han decidido su voto y 9 no han manifestado su decisión.
Obama ya obtuvo el lunes un espaldarazo de dos de los senadores republicanos más reconocidos en temas de defensa, John McCain y Lindsey Graham, quienes advirtieron sobre la catástrofe que podría desencadenar la negativa del Capitolio a apoyar la iniciativa presidencial.
Una mayoría en EE.UU. se opone
Por Robert Fisk *
Basta con haber visto a Obama el sábado pasado para darnos cuenta de por qué. Parloteó de la manera más racista sobre antiguas diferencias sectarias en Medio Oriente. ¿Desde cuándo un presidente de Estados Unidos es experto en esas supuestas diferencias sectarias? Constantemente nos muestran mapas del mundo árabe con zonas chiítas, sunnitas y cristianas pintadas de colores diferentes para enseñarnos las naciones de la región a las que nosotros generosamente impusimos una demarcación. ¿Pero cuándo un periódico estadounidense publicará un mapa de colores de Washington o Chicago con las zonas de población blanca y negra por calle?
Pero lo más descarado fue que nuestros líderes pensaran que nuevamente podían manipular a sus órganos legislativos con mentiras, tambores de guerra y aseveraciones absurdas.
Esto no significa que Siria no haya usado gas contra su propio pueblo, frase que solíamos aplicarle a Saddam cuando queríamos ir a la guerra contra Irak, pero sí demuestra que los líderes están ahora pagando el precio de la deshonestidad de Bush y Blair.
Obama, quien cada vez se asemeja más a un predicador, quiere ser el Castigador en Jefe del Mundo Occidental; el Vengador en Jefe. Hay algo en él que recuerda al imperio romano, y los romanos eran buenos para dos cosas: creían en la ley y en la crucifixión. La Constitución estadounidense, los valores estadounidenses y los misiles crucero tienen, más o menos, ese mismo enfoque. Las razas inferiores deben ser civilizadas y castigadas, aun cuando sus diminutos lanzamientos de misiles parecen más actos perniciosos que una verdadera guerra.
Todo aquel que estuviera fuera del imperio romano era llamado bárbaro; todo aquel que está fuera del imperio de Obama es llamado terrorista. Y como siempre, la visión global tiene la costumbre de borrar pequeños detalles de los que deberíamos estar al tanto.
Tomemos Afganistán, por ejemplo. Recibí una interesante llamada telefónica desde Kabul hace tres días; y parece que los norteamericanos le impiden al presidente Karzai adquirir nuevos helicópteros rusos Mi, porque Rusia vende esas mismas naves a Siria. ¿Qué les parece? Por lo visto, Estados Unidos ahora trata de dañar las relaciones comerciales entre Rusia y Afganistán. El porqué los afganos quieren hacer negocios con una nación que los esclavizó durante ocho años es otra cuestión, pero Estados Unidos relaciona el asunto con Damasco.
Ahora, otra pequeña noticia. Hace poco más de una semana dos enormes coches bomba estallaron afuera de dos mezquitas salafistas en la ciudad de Trípoli, al norte de Líbano. Murieron 47 personas y quedaron heridas otras 500. Ahora se descubre que cinco personas fueron acusadas por los servicios de seguridad libaneses de los atentados y se dice que una de ellas es el capitán del servicio de inteligencia del gobierno sirio.
A este oficial se le achacaron los cargos en ausencia, y quisiéramos pensar que hombres y mujeres son inocentes hasta que se compruebe su culpabilidad, pero dos jeques también fueron acusados y uno de ellos, aparentemente, es el jefe de una organización islamita pro Damasco. Se dice que el otro jeque también es cercano a la inteligencia siria. Obama está tan empeñado en bombardear Siria y tan indignado por los ataques con gas que pasó por alto esta información, que ha enfurecido a millones de libaneses.
Supongo que esto es lo que pasa cuando se pierde de vista la pelota.
Todo esto me recuerda un libro publicado en 2005 por la editorial de la Universidad de Yale, titulado El Nuevo León de Damasco, escrito por el profesor de la Universidad de Trinity, Texas, David Lesch. En esos tiempos, aún se consideraba que Bashar al Assad sería un líder reformista para Siria. Lesch concluyó que Bashar, en efecto, es la esperanza y la promesa de un futuro mejor.
El año pasado, cuando Occidente finalmente dejó de lado sus sueños sobre Bashar, el buen profesor publicó otro libro, también en Yale, y esta vez lo tituló La caída de la dinastía Assad, y en él la conclusión de Lesch es que Bashar resultó ser un miope y se engañó a sí mismo. Fracasó miserablemente.
Como bien dice el señor que me vende libros en Beirut, tenemos que esperar el próximo libro de Lesch, que probablemente se titulará: Assad ha vuelto, y bien podría durar más que Obama.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Fuente:Pagina12
ADRIAN SALBUCHI – El mundo contiene el aliento preguntándose cuándo EEUU y sus nerviosos aliados atacarán a Siria, cómo lo harán, cuánto tiempo durará ese “ataque preventivo”, cómo reaccionará el mundo… cómo reaccionará Rusia…
Y, sin embargo, tanto los gobiernos occidentales como sus bien disciplinados multimedios de prensa pareciera que ignoran a uno de los jugadores más poderosos e influyentes en este drama, que viene manteniendo un extraño silencio: Israel
El deteriorado poder estadounidense
Actualmente, la fuerza estadounidense se apoya fundamentalmente sobre su aterrador poderío militar, su Complejo Industrial-Financiero, y las fuerza de sus multimedios globales. Ese poder, sin embargo, se viene erosionando rápidamente, pues en la era de Internet el verdadero Poder tiene cada vez más que ver con el Prestigio, la Credibilidad y la Confianza, áreas en las que EE.UU. parece estar desarmándose en mil pedazos.
El intervencionismo norteamericano se ha puesto demasiado de manifiesto en los últimos veinte años. La Guerra de los Balcanes a finales de los noventa, cuando se llegó a bombardear Belgrado, disparó señales de alarma, especialmente entre país no aliados, a lo que debemos agregar la primera Guerra del Golfo de 1991.
Así fue quedando claro que la superpotencia hegemónica global norteamericana apostaba a quedarse con todo el mundo, especialmente tras la desaparición de la Unión Soviética.
Pero lo que hizo sonar con redoblada fuerza las alarmas fue el caso de Irak en 2003. Las acusaciones falsas de George W. Bush sobre las supuestas “armas de destrucción masiva” como excusa para destruir ese país a fin de sacar a un molesto exasociado Saddam Hussein, resultó una obscenidad que mostró al mundo que la superpotencia hegemónica global en realidad estaba quedando fuera de control.
En aquellos años, EE.UU. aun contaba con la excusa de los horrendos ataques del 11 de septiembre sobre Nueva York y Washington que le permitieron justificar su estrategia de potencia buscapleitos.
Pero la credibilidad estadounidense sufrió un brusco traspié cuando George W. terminó por admitir que (a) no existía conexión alguna entre el malo de Saddam y el malo de Osama, supuesto mentor y ejecutor del 11 de septiembre (en verdad jamás sabremos cuán responsable fue, pues luego Obama arrojaría el cadáver de Osama al mar…), y (b) definitivamente, con toda seguridad y sin duda alguna, JAMÁS hubo armas de destrucción masivas en Irak… Agreguemos a esto el peso de las crecientes pruebas de que el 11 de septiembre probablemente fue un ataque de falsa bandera…
De manera que urgía a EE.UU. diseñar un nuevo sistema de guerra o, mejor dicho, un nuevo sistema que le permitiera desatar guerras contra aquellos “países transgresores” a los que transforma en blancos militares. Ya no basta con aparecer por la cadena de TV nacional y mundial para acusar a tal o cual país de ser “un peligro para la paz mundial”, o acusarlo de “no tener el tipo de democracia que nosotros queremos ver”, según las palabras de Hillary Clinton cuando visitaba Egipto hace poco más de un año…
No. Había que inventar algo realmente nuevo: ‘Primavera Árabe’ lo llamaron, que es una frase codificada para describir la instigación, generación e ingenierización de grandes convulsiones sociales dentro de países que son blancos de EE.UU. y sus aliados. Esas convulsiones luego pueden intensificarse, tornándolas en verdaderas guerras sociales. Y si sus líderes no entienden el mensaje e insisten en mantenerse en el poder, entonces las agencias de seguridad e inteligencia (y otras inconfesables) de EE.UU., Reino Unido, Israel y otros aliados podrán intensificar aún más el caos ingenierizado, arrastrando al país víctima a una guerra civil fratricida y genocida: Libia, Siria, Egipto, Afganistán, Irak…
Para ingenierizar este tipo de guerras en todo el Oriente Medio se requieren tres cosas:
(a) identificar quienes serán los ‘luchadores por la libertad’ –mayormente hampones, terroristas, guerrilleros, soldados de fortuna y una amplia gama de violentos mercenarios;
(b) luego, armarlos con muy letal armamento de alta (pero no máxima) tecnología, financiándolos para asegurar que puedan hacer lo que les plazca dentro del país víctima; para luego
(c) lanzarlos contra las ciudades de Egipto, Libia, Siria y otros países, tal como vienen haciendo desde hace ya más de una década en Irak.
Si aun así sus líderes no se entregan, entonces siempre queda la opción de ordenar a un par de escuadrones de cazas y bombarderos de la OTAN que arrasen y aplasten todo, devolviendo al país víctima a la edad de piedra, o brindar apoyo satelital a los ‘luchadores de la libertad’ para que puedan llevar a cabo operaciones hollywoodenses como el asesinato televisado en vivo de Muhammar Ghaddafi y su familia al acompañamiento de las groseras carcajadas de Hillary Clinton por la cadena CBS TV.
Pero el caso de Siria es diferente.
El mundo se está cansando rápidamente de las mentiras e hipocresías norteamericanas. Crecientes sectores de la comunidad internacional van comprendiendo que esas pandillas de asesinos, violadores y criminales violentos – también conocidos como ‘luchadores por la libertad siria’ – son armados, entrenados, financiados y reciben enorme apoyo mediático, precisamente de los EE.UU. y aliados.
Las trampas sucias colocadas por EE.UU. hoy operan ‘a full’ tratando de culpar por los recientes ataques con armas químicas ocurridos en Siria, al gobierno de Bashar al-Assad, pero la credibilidad de estas acusaciones es notablemente baja.
Pues el sentido común indica que sería un suicidio para al-Assad asesinar a su propia población civil –niños incluidos– de un barrio de Damasco cuando sus verdaderos enemigos son los terroristas y delincuentes dirigidos por Occidente que están tratando de quedarse con toda Siria.
¿Por qué le daría Assad a sus enemigos la ‘excusa perfecta’ para llevar a cabo su tan anhelado ‘ataque preventivo’ contra Siria?
El sentido común nos dicta que Assad dice la verdad cuando acusa a esos mismos terroristas de ser responsables de esos ‘ataques de falsa bandera’, pues conforman una manera de hacer que vengan las escuadrillas de la OTAN a sacarles las papas calientes como hicieron en 2011 en Libia con sus aviones de combate, sus bombas racimo y su napalm.
Cada vez que nos enteramos de espantosos ataques de esta tipo, debemos procurar desentrañar dos factores fundamentales: (1) quiénes se benefician con tales ataques, y (2) seguir el camino del dinero…
Hoy la credibilidad, confianza y prestigio de los EE.UU. ha caído tan bajo que hasta el parlamento británico finalmente desautorizó cualquier intervención armada británica en Siria, al menos hasta tanto la ONU o alguna entidad independiente y confiable produzca pruebas convincentes respecto de quiénes realmente perpetraron esas atrocidades con armas químicas la semana pasada.
De forma que, por ahora, el primer ministro David Cameron no va a poder entrar en ‘modo-perrito-faldero’ detrás de Obama, como hizo su antecesor Tony Blair detrás de George W. hace una década en Irak.
Observemos tres factores clave que están faltando en los análisis actuales sobre las crisis en Irak:
1) Israel
Desde los tiempos de las dos guerras del golfo, EE.UU. viene peleando las guerras que convienen a Israel. En el caso de la invasión y destrucción de Irak en 2003 esto es fácil de comprobar ya que los mismos neo-conservadores que en 1996/7 planificaron la destrucción de Irak desde el think-tank Proyecto por un Nuevo Siglo Estadounidense (Project for a New American Century – PNAC) –Paul Wolfowitz, Richard Perle, Dick Cheney, Condoleezza Rice, Bush, Douglas Feith, David Wormser y otros– luego en 2003 ejecutarían esa guerra desde sus elevados cargos en el gobierno de George W Bush. La razón real entonces era que Saddam Hussein representaba la mayor amenaza para Israel.
En verdad, varios de aquellos neoconservadores – Douglas Feith, David Wormser, Richard Perle y otros Bushistas– ya en 1996 habían preparado un informe estratégico para el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu titulado “Un corte Limpio con el pasado: una nueva estrategia para asegurar el Reino” que, una vez más, apuntaba a Irak como principal enemigo de Israel en aquél entonces.
De manera que la Guerra contra Irak fue, en gran medida, una guerra cuyo único beneficiario fue Israel y que le ha traído grandes y traumáticos dolores de cabeza a EEUU, decenas de miles de cuyos hijos dejaron sus vidas en Irak. Como alguna vez lo señalara el exprimer ministro de Malasia, Mahathir Bin Mohammed, “los judíos gobiernan el mundo a través de operadores. Logran que otros peleen y mueran por ellos.”
2) Israel
El rol excesivo y determinante que el sionismo ejerce sobre la política estadounidense, las finanzas estadounidenses, las universidades estadounidenses, los multimedios estadounidenses, incluyendo a ‘la industria del entretenimiento’ de Hollywood, y sobre la política exterior estadounidense ha quedado sólidamente demostrada. Este tema hoy tan vital se debate con creciente profundidad entre la Intelligenzia norteamericana aunque, por supuesto, esto ha quedado previsiblemente silenciando por los multimedios.
Uno de sus hitos tuvo a dos prestigiosos profesores del Establishment como principales voceros: Stephen Walt, exrector de la Facultad de Ciencias de Gobierno John F Kennedy de la Universidad de Harvard, y su colega John Mearsheimer, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago. Ambos publicaron en 2007 una obra fundamental: ‘El lobby Israelí y la política exterior de los EE.UU.’.
En el mismo describen de manera sólida y bien documentada cómo opera el brazo largo y poderoso puño del lobby ‘Israel Primero’, que ejerce gigantesco poder sobre los medios, bancos, el Departamento de Estado y el Pentágono en los EE.UU., logrando que todos operen al unísono en favor de Israel, sea cual sea el costo; tenga o no tenga razón.
Y ese costo ha sido el desvío destructivo de la defensa del Interés Nacional de los EEUU. Aquí yace una de las raíces de por qué el mundo le va perdiendo el respeto y la confianza a EE.UU., que en amplios sectores de la opinión publica global se ha transformado en odio y rechazo.
3) Israel
Hoy, el problema del presidente Barack Obama es que el Establishment militar norteamericano es muy consciente de los riesgos que un ‘ataque preventivo’ contra Siria conlleva y –mucho más importante– un eventual ataque de este tipo contra el verdadero blanco en toda esta crisis: Irán.
Un ataque militar unilateral contra uno o ambos países conducirá innegablemente a una guerra masiva y generalizada en todo Oriente Medio.
Si observamos el mapa de la región veremos que Siria e Irán se encuentran claramente dentro de la esfera geopolítica vital de Rusia, que ya se encuentra demasiado rodeada por fuerzas de Occidente. Leamos entre líneas lo que nos dice la política exterior rusa: “¡No avanzarán ni un paso más en Siria!”.
EE.UU. haría muy bien en sopesar esto muy cuidadosamente antes de lanzarse a cualquier locura…
Pero esto es precisamente lo que ayuda a entender la inflexibilidad norteamericana. Desde que Israel fuera derrotada en el sur del Líbano a mediados de 2006 por las fuerzas bien armadas y entrenadas de Hezbolá comandadas por Nasrallah, Israel viene lamiéndose sus heridas. Hoy un oscuro y vengativo furor bulle en el corazón del sionismo..
Desde que Bibi Netanyahu volvió al poder en 2011, Israel ha pasado a estar en ‘Modo Guerra Preventiva’, aprovechándose del inexistente programa nuclear militar de Irán como pretexto.
En los últimos cuatro o cinco años, día por medio Israel viene amenazando a Irán con un ataque militar ‘preventivo’ y unilateral, lo que también es un chantaje contra Washington, Londres y Paris.
Ciertos sectores militares estadounidenses, sin embargo, van comprendiendo que el primer ministro Mahatir tenía algo de razón, y no quieren volver a verse arrastrados a pelear otra guerra para Israel, esta vez en Irán.
Es así que los militares vienen operando como una suerte de freno, lo cual se refleja en la mayor cautela mostrada por Obama en torno a lanzar una guerra contra Irán, llegando a enviar a oficiales de máximo rango a Israel para calmar a Bibi Netanyahu para que Israel no lance un temido ataque unilateral ‘preventivo’ contra Irán que, por supuesto, arrastraría a EE.UU. a un conflicto masivo en Oriente Medio cuyos resultados no están para nada claros.
En verdad, una locura de esa naturaleza bien podría conducir a una derrota de EE.UU., lo que marcaría el principio del fin de su status como superpotencia global. Por eso Rusia (y China) observan Oriente Medio con mirada muy fija. No están pestañando…
Los militares parecen recomendarle a la Casa Blanca que si debiera enfrentarse finalmente con Irán, el camino para hacerlo antes pasa necesariamente por la destrucción de Siria. Al menos esa parece ser la suerte de promesa que le habrían hecho a Netanyahu, para que mantenga atados a sus perros de la guerra.
Mas las semanas se transformaron en meses, los meses en años, y los sionistas de Israel, EE.UU., Reino Unido, Francia y otros países se impacientan cada vez más.
¡Quieren tener su ‘Día-D’ ya mismo! Y si el camino a Teherán pasa por Damasco, entonces que EE.UU. ataque a Siria ya!
En verdad, hace tres años que EE.UU. viene ingenierizando una guerra civil ‘a la primavera árabe’ en Siria pero, sin embargo, Bashar al Assad sigue sólidamente en el poder. ¡Rusia le cuida las espaldas!
Un voto unánime del Consejo de Seguridad de la ONU condenando a Siria ya no es una opción. El parlamento británico le dijo “no” a David Cameron, y aunque el presidente francés Hollande salió a apoyar a EE.UU., Francia carece de fuerza creíble pues, tristemente, hace décadas que Francia no decide el resultado de ningún conflicto en ninguna parte.
Para colmo de males se escuchan muchos murmullos de insatisfacción en el Congreso norteamericano…
De manera que: Sr. Gerente General de los Estados Unidos de Norte América, Barack Obama, ¡ahora le toca a usted hacer la próxima movida!
Puede atacar a Siria ahora –hoy mismo si desea– y recibirá el aplauso unánime de los sionistas en Israel, en el Congreso de EE.UU., en los megabancos globales y en la prensa mundial adicta, o podrá dar un paso atrás. Mas entonces su prestigio, Sr Presidente, quedará muy maltrecho: sus hipocresías y doble discursos van quedando desenmascarados.
Y un presidente norteamericano desenmascarado no es un presidente en absoluto. Vladimir Putin conoce su predicamento muy bien. Por eso mantiene su poderosa flota recorriendo el Mediterráneo frente a las costas de Siria.
Una vez más, EE.UU. se ve sorprendida con los pantalones caídos. ¡Otro lindo lío en el que el Caballo de Troya Sionista los ha metido…!
Actualidad RT
Envio:Amarelle
EL PRESIDENTE SUMO EL RESPALDO, EN LA CAMARA DE REPRESENTANTES, DE LOS REPUBLICANOS JOHN BOEHNER Y ERIC CANTOR
Obama recibe guiños de líderes opositores
El Congreso inició una serie de audiencias para evaluar el plan propuesto por la Casa Blanca para llevar adelante una intervención militar en Siria. El canciller Kerry y el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, explicaron los motivos del plan.
El secretario de Estado, John Kerry, dijo que “todos somos responsables” si alguien mata a cientos de niños con armas químicas
El Congreso estadounidense inició ayer una serie de audiencias a fin de evaluar el plan propuesto por la Casa Blanca para llevar adelante una intervención militar en Siria. Horas antes del inicio de las audiencias, el presidente Barack Obama instó al Capitolio a celebrar una rápida votación para impulsar una acción militar contra el gobierno de Bashar al Assad por la supuesta utilización de armas químicas y se mostró confiado en conseguir el apoyo necesario para la intervención. “Esto no es Irak, esto no es Afganistán. Esta es una respuesta, un mensaje claro de que hay consecuencias, no sólo al régimen de Al Assad, sino también a otros países que puedan estar interesados en poner a prueba algunas de estas normas internacionales”, sostuvo el presidente. Por su parte, el secretario de Estado, John Kerry, dijo que Irán, Corea del Norte y Hezbolá estaban esperando el silencio de Estados Unidos para actuar con impunidad.
En un acontecimiento positivo para sus planes, el presidente consiguió el respaldo potencialmente clave de dos de los congresistas más importantes de la oposición republicana, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, quien llamó a sus pares a votar a favor de un ataque. “Quiero enfatizar al pueblo de Estados Unidos que lo que estamos diseñando es algo limitado, algo proporcional, que degradará las capacidades de Al Assad y no involucrará militares en territorio sirio”, afirmó Obama al recibir a legisladores y senadores republicanos y demócratas. Asimismo, el presidente logró el apoyo del líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor.
“Voy a apoyar el llamado del presidente a la acción y creo que mis colegas deberían apoyar esta llamada”, aseguró Boehner, agradeciendo a su vez a Obama el hecho de que haya consultado previamente a tomar una resolución. Boehner señaló además que el uso de armas químicas por parte del gobierno de Siria tiene que ser castigado. “Sólo Estados Unidos tiene la capacidad de detener a Al Assad y alertar a otros en el mundo de que este tipo de conducta no será tolerada”, agregó.
Por su parte, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, respaldó una intervención militar contra Siria porque, a su juicio, la falta de acción frente al uso de armas químicas sería aún más grave. “Voté en contra de la guerra en Irak y apoyo firmemente la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Pero hoy apoyo la decisión del presidente sobre el uso de la fuerza debido a este horrendo crimen contra la humanidad”, dijo. “Por supuesto que hay riesgos en una acción, pero las consecuencias de la inacción son mayores y más graves: un mayor desastre humanitario en Siria, inestabilidad regional, la pérdida de la credibilidad estadounidense en el mundo, un Irán y Corea del Norte envalentonados y la desintegración del derecho internacional”, advirtió Menéndez.
Luego de que Obama anunciara el pasado sábado que pedirá autorización al Congreso para un ataque a Siria, los legisladores deberán ahora debatir y convocar a una votación. Sin embargo, esto no sucederá hasta la próxima semana, cuando se reanuden las actividades oficiales luego del receso por las vacaciones de verano. No obstante, con la intención de no dilatar las discusiones respecto de lo que varios funcionarios calificaron como un tema de seguridad nacional, Kerry y su par de Defensa, Chuck Hagel, comenzaron a testificar en audiencia pública ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, el mundo se pregunta si Estados Unidos consentirá con su silencio el ataque del 21 de agosto, con armas químicas, en la periferia de Damasco, atribuido por Washington al régimen de Al Assad. “Cuando alguien mata a cientos de niños con un arma prohibida, todos somos responsables”, añadió Kerry. “Estamos aquí porque un dictador y su familia, en su deseo de aferrarse al poder, han usado armas químicas”, declaró. De acuerdo con Kerry, hay pruebas más allá de cualquier duda razonable de que el régimen sirio preparó el ataque, en el que según las cifras de Estados Unidos murieron más de 1400 personas, entre ellas más de 400 niños. “El mundo está esperando no sólo lo que decidimos, sino también cómo tomamos nuestra decisión”, afirmó.
Hagel señaló que un ataque militar contra Siria no busca resolver los problemas subyacentes al conflicto civil en ese país, sino responder al uso de armas químicas y su eventual proliferación. “Las armas químicas no distinguen entre combatientes y civiles inocentes”, señaló, al advertir que grupos terroristas en Medio Oriente como Hezbolá podrían adquirir y utilizar armas químicas, facilitando la proliferación de esos armamentos de destrucción masiva.
Según un sondeo realizado por la cadena CNN, del total de los legisladores de la Cámara de Representantes, por el momento 24 votarían a favor de atacar Siria, 57 en contra, 248 no decidieron aún y sobre 104 se desconoce cuál será su voto. En la Cámara alta, 23 apoyarían la acción militar y 10 no lo harían, mientras que 58 no han decidido su voto y 9 no han manifestado su decisión.
Obama ya obtuvo el lunes un espaldarazo de dos de los senadores republicanos más reconocidos en temas de defensa, John McCain y Lindsey Graham, quienes advirtieron sobre la catástrofe que podría desencadenar la negativa del Capitolio a apoyar la iniciativa presidencial.
Una mayoría en EE.UU. se opone
Los estadounidenses se oponen mayoritariamente a lanzar ataques con misiles contra el gobierno sirio por su supuesto uso de armas químicas, según una nueva encuesta de Washington Post-ABC News, que encuentra poco entusiasmo por la acción militar en todo el país a pesar del creciente sonido de los tambores de guerra. Casi seis de cada diez se oponen a ataques con misiles a la luz de la determinación del gobierno de Estados Unidos de castigar a Siria por haber usado armas tóxicas contra su propio pueblo. Los demócratas y republicanos por igual se oponen a ataques por márgenes de dos dígitos, mientras que los independientes están entre los que más claramente se oponen con el 66 por ciento en contra de una intervención. La amplia oposición en la nueva encuesta contrasta con el sondeo del Post-ABC de diciembre que concluyó en que la mayoría de los estadounidenses decía que ellos apoyarían la acción de Estados Unidos si Siria usaba armas químicas.
OPINION
Un Vengador en JefePor Robert Fisk *
Lo más sorprendente fue la transparente audacia con la que nuestros líderes pensaron que podían nuevamente confundir a sus legisladores. Bienvenido sea el fin de la relación especial. Qué momento incómodo; no se lo puede describir de otra forma. Alguna vez Líbano, Siria y Egipto temblaban cuando Washington hablaba. Ahora se ríen. No sólo tiene que ver con lo que pasó con los estadistas del pasado.
Nadie se creyó que Cameron fuera Churchill ni que ese hombre tonto en la Casa Blanca fuera Roosevelt, si bien Putin es un Stalin aceptable. Se trata más de una cuestión de credibilidad; nadie en Medio Oriente toma ya en serio a Estados Unidos.
Basta con haber visto a Obama el sábado pasado para darnos cuenta de por qué. Parloteó de la manera más racista sobre antiguas diferencias sectarias en Medio Oriente. ¿Desde cuándo un presidente de Estados Unidos es experto en esas supuestas diferencias sectarias? Constantemente nos muestran mapas del mundo árabe con zonas chiítas, sunnitas y cristianas pintadas de colores diferentes para enseñarnos las naciones de la región a las que nosotros generosamente impusimos una demarcación. ¿Pero cuándo un periódico estadounidense publicará un mapa de colores de Washington o Chicago con las zonas de población blanca y negra por calle?
Pero lo más descarado fue que nuestros líderes pensaran que nuevamente podían manipular a sus órganos legislativos con mentiras, tambores de guerra y aseveraciones absurdas.
Esto no significa que Siria no haya usado gas contra su propio pueblo, frase que solíamos aplicarle a Saddam cuando queríamos ir a la guerra contra Irak, pero sí demuestra que los líderes están ahora pagando el precio de la deshonestidad de Bush y Blair.
Obama, quien cada vez se asemeja más a un predicador, quiere ser el Castigador en Jefe del Mundo Occidental; el Vengador en Jefe. Hay algo en él que recuerda al imperio romano, y los romanos eran buenos para dos cosas: creían en la ley y en la crucifixión. La Constitución estadounidense, los valores estadounidenses y los misiles crucero tienen, más o menos, ese mismo enfoque. Las razas inferiores deben ser civilizadas y castigadas, aun cuando sus diminutos lanzamientos de misiles parecen más actos perniciosos que una verdadera guerra.
Todo aquel que estuviera fuera del imperio romano era llamado bárbaro; todo aquel que está fuera del imperio de Obama es llamado terrorista. Y como siempre, la visión global tiene la costumbre de borrar pequeños detalles de los que deberíamos estar al tanto.
Tomemos Afganistán, por ejemplo. Recibí una interesante llamada telefónica desde Kabul hace tres días; y parece que los norteamericanos le impiden al presidente Karzai adquirir nuevos helicópteros rusos Mi, porque Rusia vende esas mismas naves a Siria. ¿Qué les parece? Por lo visto, Estados Unidos ahora trata de dañar las relaciones comerciales entre Rusia y Afganistán. El porqué los afganos quieren hacer negocios con una nación que los esclavizó durante ocho años es otra cuestión, pero Estados Unidos relaciona el asunto con Damasco.
Ahora, otra pequeña noticia. Hace poco más de una semana dos enormes coches bomba estallaron afuera de dos mezquitas salafistas en la ciudad de Trípoli, al norte de Líbano. Murieron 47 personas y quedaron heridas otras 500. Ahora se descubre que cinco personas fueron acusadas por los servicios de seguridad libaneses de los atentados y se dice que una de ellas es el capitán del servicio de inteligencia del gobierno sirio.
A este oficial se le achacaron los cargos en ausencia, y quisiéramos pensar que hombres y mujeres son inocentes hasta que se compruebe su culpabilidad, pero dos jeques también fueron acusados y uno de ellos, aparentemente, es el jefe de una organización islamita pro Damasco. Se dice que el otro jeque también es cercano a la inteligencia siria. Obama está tan empeñado en bombardear Siria y tan indignado por los ataques con gas que pasó por alto esta información, que ha enfurecido a millones de libaneses.
Supongo que esto es lo que pasa cuando se pierde de vista la pelota.
Todo esto me recuerda un libro publicado en 2005 por la editorial de la Universidad de Yale, titulado El Nuevo León de Damasco, escrito por el profesor de la Universidad de Trinity, Texas, David Lesch. En esos tiempos, aún se consideraba que Bashar al Assad sería un líder reformista para Siria. Lesch concluyó que Bashar, en efecto, es la esperanza y la promesa de un futuro mejor.
El año pasado, cuando Occidente finalmente dejó de lado sus sueños sobre Bashar, el buen profesor publicó otro libro, también en Yale, y esta vez lo tituló La caída de la dinastía Assad, y en él la conclusión de Lesch es que Bashar resultó ser un miope y se engañó a sí mismo. Fracasó miserablemente.
Como bien dice el señor que me vende libros en Beirut, tenemos que esperar el próximo libro de Lesch, que probablemente se titulará: Assad ha vuelto, y bien podría durar más que Obama.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Fuente:Pagina12
04.09.2013
el presidente golpista dijo que "no habrá marcha atrás"
Duras condenas a los seguidores del derrocado Mursi en Egipto
Un tribunal militar en Suez condenó a once seguidores del presidente egipcio derrocado Mohamed Mursi a 25 años de prisión por atacar al Ejército y quemar iglesias. Otros 45 acusados fueron condenados a cinco años de cárcel por su papel en los enfrentamientos de mediados de agosto que siguieron al desalojo violento de las protestas islamistas pro Mursi en El Cairo por parte de las fuerzas de seguridad.
Durante la jornada, ocho militantes islámicos murieron en un operativo del Ejército egipcio en el norte de la Península de Sinaí contra miembros jihadistas. La televisión estatal egipcia sostuvo que los muertos fueron al menos 15 y que igual número de personas fueron arrestadas.
El presidente interino de Egipto, Adli Mansur, insistió ayer en que no habrá marcha atrás en el cumplimiento de la hoja de ruta del período transitorio y que aquellos implicados en actos de violencia deben ser presentados ante la justicia, en alusión a los islamistas. En los extractos adelantados de la primera entrevista concedida a la televisión, Mansur destacó que "la reconciliación (nacional) no se contrapone con pedir que rindan cuentas quienes estén implicados en actos de violencia".
Desde el golpe militar que depuso a Mursi el pasado 3 de julio, cientos de miembros de la Hermandad, entre ellos sus máximos dirigentes, han sido detenidos acusados de instigar a la violencia y al asesinato de manifestantes, entre otros.
Las imágenes de las manifestaciones a favor de Mursi fueron difundidas por el canal Al-Jazeera, que ayer siguió emitiendo desde Qatar, pese a que un fallo de la justicia egipcia ordenó clausurar su señal. Las imágenes irritaron aún más al gobierno egipcio, que a través de Mansour expresó su malestar con el gobierno de ese emirato del Golfo. "Nuestra paciencia respecto de ciertas actitudes regionales están llegando a su fin", dijo el militar. "No aceptamos injerencias de ningún tipo en la política interna", aseveró el mandatario.
Fuente:TiempoArgentino
03.09.2013
reunión en la Casa Blanca
Obama sumó el respaldo de líderes del Congreso para atacar a Siria
reunión en la Casa Blanca
Obama sumó el respaldo de líderes del Congreso para atacar a Siria
El Congreso estadounidense recortó el receso de verano e inició una serie de audiencias a fin de informarse sobre el plan propuesto por la Casa Blanca para llevar adelante una intervención militar en Siria que sea “limitada y proporcional”.

En un acontecimiento positivo para sus planes, el presidente consiguió el respaldo crucial de dos de los congresistas más importantes de la oposición republicana, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, quien llamó a sus pares a votar a favor de un ataque.
"Lo que estamos diseñando es algo limitado, algo proporcional que degradará las capacidades (del gobierno del presidente Bashar) Al Assad" y que "no involucrará militares en territorio" sirio, dijo Obama al recibir en la Casa Blanca a congresistas y senadores republicanos y demócratas.
"Esto no es Irak, esto no es Afganistán. Esta es una respuesta (...) que mandará un mensaje claro de que hay consecuencias, no sólo al régimen de Assad sino también a otros países que puedan estar interesados en poner a prueba algunas de estas normas internacionales", insistió el presidente.
Luego de que Obama anunciara el pasado sábado que pediría autorización al Congreso para un ataque a Siria, los legisladores deberán ahora debatir y convocar a una votación.
Sin embargo, esto no sucederá hasta la próxima semana cuando reanuden las actividades oficiales luego del receso por las vacaciones de verano.
"Lo que estamos diseñando es algo limitado, algo proporcional que degradará las capacidades de Al Assad"A fin de no dilatar discusiones sobre lo que varios funcionarios calificaron como un tema de "seguridad nacional", el secretario de Estado, John Kerry, su par de Defensa, Chuck Hagel, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, testificaron hoy en audiencia pública ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
Barack Obama
“El presidente Obama no está pidiendo que Estados Unidos vaya a la guerra”, sino que está “pidiendo autorización para degradar la capacidad de Bashar Al Assad de usar armas químicas”, explicó Kerry frente a los miembros de la comisión.
Si bien el secretario de Estado aclaró al iniciar la sesión que “no habrá militares estadounidenses en suelo” sirio, luego, al ser consultado, sembró dudas sobre la posibilidad de enviar tropas a Siria ante un cambio de escenario, lo que generó cuestionamientos por parte de la oposición que calificó su respuesta de “inapropiada” y pidió una aclaración.
“Vamos a cerrar esa puerta ahora mismo, lo más fuerte posible (...). No habrá militares norteamericanos en suelo sirio en lo que a la guerra civil se refiere”, aseguró Kerry corrigiéndose y mencionando que la versión final de la resolución será una combinación de lo que el Congreso considere incluir.
El titular de Defensa, por su parte, resaltó los “grandes riesgos” que significa la utilización de armas químicas por parte de Al Assad y reiteró que el objetivo de lanzar un ataque militar “limitada en tiempo y alcance” sería el de hacer responsable al gobierno sirio por ello.
La comisión de Relaciones Exteriores tenía previsto llevar adelante otra audiencia clasificada -a puertas cerradas- luego de la comparecencia de Kerry y Hagel, mientras que otras comisiones harán lo mismo durante esta semana.
En su esfuerzo por lograr el visto bueno de un Congreso que presenta dudas sobre la efectividad y alcance de una acción militar en Siria, Obama logró hoy el crucial apoyo de Boehner y del líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor.
"Voy a apoyar el llamado del presidente a la acción y creo que mis colegas deberían apoyar esta llamada", aseguró Boehner, agradeciendo a su vez a Obama el hecho de que haya consultado previamente a tomar una resolución.

Boehner señaló además que el uso de armas químicas por parte del gobierno de Siria "tiene que ser respondido, y sólo Estados Unidos tiene la capacidad de detener a Al Assad y alertar a otros en el mundo de que este tipo de conducta no será tolerada".
Según un sondeo diario realizado por la cadena CNN, del total de los legisladores de la Cámara de Representantes, por el momento 24 votarían a favor de atacar Siria, 57 en contra, 248 no decidieron aún y sobre 104 se desconoce cuál será su voto.
En la Cámara Alta, 23 apoyarían la acción militar y 10 no lo harían, mientras que 58 no han decidido su voto y 9 no han manifestado su decisión.
A nivel nacional, una reciente encuesta reveló que a pesar de los justificativos del gobierno central para atacar Siria, una amplia porción de los estadounidenses se opone a una posible intervención de Estados Unidos en Siria.
Así, mientras que en diciembre el 63% hubiera aprobado la acción de su país en caso de que Siria usara armas químicas, actualmente casi 6 de cada 10 norteamericanos está en contra de un ataque misilístico contra el gobierno del presidente Bashar Al Assad, reveló el sondeo realizado por The Washington Post-ABC News.
03.09.2013
otro revés para EEUU
Brasil también rechazó una intervención militar en Siria y pidió una solución política
otro revés para EEUU
Brasil también rechazó una intervención militar en Siria y pidió una solución política
El canciller Figueiredo dijo que "no existe solución militar" y propuso una reunión entre las partes en conflicto. Cuestionó además una acción unilateral al margen de la ONU.
Brasil reiteró hoy su enfático rechazo a una intervención militar anunciada por Estados Unidos en Siria y abogó por un acuerdo político que ponga fin a dos años y medio de crisis en esa nación árabe.
"En el caso sirio, no existe una solución militar. Debe haber una solución política. Apoyamos una segunda reunión en Ginebra para buscar un diálogo. La solución tiene que ser política", insistió.
En este sentido, el canciller de Japón apoyó la necesidad de lograr un diálogo entre las partes involucradas en esa crisis para avanzar hacia un acuerdo que acabe con la violencia y el peligro de una guerra en ciernes.
"Entendemos que debemos buscar una solución negociada, una solución pacífica para el asunto del uso de armas químicas en Siria" aseveró el funcionario, según reportó Prensa Latina.
Al igual que Figueiredo, quien asumió la semana pasada esta cartera, señaló que una intervención militar deberá contar al menos con la autorización expresa del Consejo de Seguridad de la ONU y no sólo con representantes políticos de cada gobierno.
El canciller brasileño condenó asimismo el uso de armas químicas en Siria como ocurrió el pasado día 21, acción que dejó cerca de mil muertos en los alrededores de Damasco, la capital de esa nación árabe.
Siria, así como los países que lo respaldan, siempre ha negado el uso de armas químicas.
Tras criticar la postura del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el canciller Luiz Alberto Figueiredo sostuvo que este organismo se encuentra paralizado en el análisis de este asunto, aun cuando se trata de la posibilidad del estallido de una guerra entre dos países.
"Apoyamos una segunda reunión en Ginebra para buscar un diálogo. La solución tiene que ser política"Acompañado de su homologo japonés, Fumio Kishida, quien realizó una breve visita a Brasilia, el jefe de la diplomacia brasileña destacó que el conflicto en Siria tiene solución, pero sólo por medio de negociaciones.
Luiz Alberto Figueiredo
"En el caso sirio, no existe una solución militar. Debe haber una solución política. Apoyamos una segunda reunión en Ginebra para buscar un diálogo. La solución tiene que ser política", insistió.
En este sentido, el canciller de Japón apoyó la necesidad de lograr un diálogo entre las partes involucradas en esa crisis para avanzar hacia un acuerdo que acabe con la violencia y el peligro de una guerra en ciernes.
"Entendemos que debemos buscar una solución negociada, una solución pacífica para el asunto del uso de armas químicas en Siria" aseveró el funcionario, según reportó Prensa Latina.
Al igual que Figueiredo, quien asumió la semana pasada esta cartera, señaló que una intervención militar deberá contar al menos con la autorización expresa del Consejo de Seguridad de la ONU y no sólo con representantes políticos de cada gobierno.
El canciller brasileño condenó asimismo el uso de armas químicas en Siria como ocurrió el pasado día 21, acción que dejó cerca de mil muertos en los alrededores de Damasco, la capital de esa nación árabe.
Siria, así como los países que lo respaldan, siempre ha negado el uso de armas químicas.
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