14 de octubre de 2013

CON EL ARSENAL ENTERO CONTRA EL PERONISMO.

Con el arsenal entero contra el peronismo
Año 6. Edición número 282. Domingo 13 de Octubre de 2013
La violencia oligárquica antiperonista 1951-1964, de Roberto Baschetti. En su nuevo libro, el sociólogo documenta los actos que durante el gobierno de Juan Domingo Perón y luego de su desalojo, durante dictaduras y democracias mutiladas, revelan que las armas marcaron la política argentina desde la derecha.
El motivo del presente trabajo debe quedar claro desde la primera página de este libro. La imposibilidad de vencer en las urnas al peronismo gobernante (1946-1955) llevó a sectores minoritarios y elitistas a recurrir a la fuerza de las armas para burlar la decisión soberana del pueblo. (…)

Los comandos civiles pasan al ataque. Roban armas y matan policías. Agresiones a tiros. Varios casos iguales hablan de un plan premeditado en tal sentido. 30 de julio de 1955. 2,25 hs. de la madrugada. Mientras los agentes del Cuerpo de la Policía Montada Juan Lino Barrionuevo (22 años) y Raúl Enrique Ferrín (20 años) se hallaban de servicio frente a la Iglesia Santiago Apóstol ubicada en avenida Teniente General Ricchieri y Udaondo, advierten que por la primera de las citadas arterias avanzaba a marcha lenta un automóvil con las luces apagadas. Los agentes mencionados se acercaron al vehículo para interrogar a sus ocupantes. Pero no advierten la presencia de otros 3 desconocidos armados de pistolas 45 que se movían pegados a la pared del templo, entre las sombras, en clara connivencia con los otros. Barrionuevo es ultimado de un disparo en el pecho. “Por último, después de llevarse las armas reglamentarias y la pistola ametralladora de que estaban provistos los citados agentes, los autores del atentado, en número de cinco, volvieron a ocupar el automóvil de referencia, desde el cual antes de emprender la huida hicieron una descarga cerrada con armas de fuego contra el agente Ferrín. Afortunadamente y por haberse arrojado al suelo el nombrado representante de la autoridad resultó ileso de esta otra agresión”. Cabe acotar que Barrionuevo, el policía asesinado, había contraído enlace solamente 6 meses atrás.

5 de agosto de 1955. Es viernes y se conocen dos ataques a efectivos policiales. Cerca de las 4 de la madrugada un grupo de sujetos armados irrumpe en el destacamento policial ubicado en San Andrés de Giles, provincia de Buenos Aires. Atacan a balazos, al oficial inspector Rodolfo Frías y al agente Rodolfo Casey sin alcanzar a herirlos. Repelida la agresión de igual forma, se suben a los vehículos que los esperaban y se dan a la fuga.

El otro caso, también es por la madrugada de ese mismo día, cuando hay otra agresión contra dos agentes de policía, en la calle 25 de Mayo frente al Nº 7 en Ciudadela (provincia de Buenos Aires). Ellos son Felipe Quintana y Carlos Fenocchio a quienes se les acercan una camioneta Dodge sin luces y los tirotean para luego darse a la fuga. Ambos servidores del orden resultan ilesos.

Descubren plan para matar a Perón. El 15 de agosto de 1955 se descubre un plan para atentar contra la vida del primer magistrado y cometer toda clase de desmanes para alterar el orden público. Se comprueba la existencia de numerosos grupos de civiles armados que actúan por el sistema de células y una planificación terrorista para atacar el sistema de luz, agua corriente, comunicaciones, emisoras radiales, comisarías, la CGT y guarniciones militares. Se encuentran implicados según las autoridades, el dirigente católico Mario Amadeo, el dirigente de extracción radical David Michel Torino y dirigentes del Partido Demócrata Nacional, donde en su local central se habrían entregado órdenes para la adquisición de armas cuya tenencia está prohibida por ley a particulares. Debe recordarse que Mario Amadeo fue luego Ministro de Relaciones Exteriores durante el corto paso del General Lonardi como presidente de facto y después embajador ante Naciones Unidas en el gobierno de Arturo Frondizi.

Encuentran así mismo armas en el colegio religioso Máximo de San Miguel, en la provincia de Buenos Aires. El rector del colegio expresó a la comisión policial que hizo el allanamiento que desconocía el origen de las mismas y que “son los civiles y los militares los que deben proveerse de armas, ya que los sacerdotes sólo pueden ayudarlos con sus oraciones”.

Varios comandos civiles son detenidos por estar seriamente implicados en la acción subversiva. Su jefe es el estudiante de Derecho Ricardo Mario Rafael Coppa Oliver (a 4 materias de recibirse y al momento de su detención cumpliendo con el servicio militar obligatorio en la Dirección de Comunicaciones), secundado por Andrés Alfredo Cornejo, hombre proveniente del nacionalismo católico; recibiendo instrucciones en el manejo de armas los también civiles Eduardo Adolfo Canclini, Raúl Horacio Narváez, Aníbal Ruiz Moreno (h), Jorge Osvaldo Francisco Orús y Enzo Jorge Ramírez. También cae Sarah Angélica Mackintoch que tenía a su cargo la distribución de panfletos. Ella era una docente de 48 años, soltera, que había sido dejada cesante hace algún tiempo en razón precisamente de sus actividades de propaganda contra las autoridades constituidas. Vinculada a organizaciones religiosas, en su casa recibía a otras mujeres que la secundaban en la preparación de unos globos con características muy particulares. En cada globo se colocaban pendientes de la parte inferior del armazón 500 panfletos unidos por un hilo, a la vez conectado con una mecha, al hisopo que sirve para proporcionar aire caliente al globo. Cuando el mismo había llegado a determinada altura, al quemarse el piolín, se producía la caída de los papeles impresos (panfletos) llamando a la violencia contra el gobierno constitucional.

En la madrugada de éste mismo día (15 de agosto), en la esquina de avenida Presidente Quintana y Junín –sector aristocrático de la Recoleta– son apresados 6 menores que ocupaban el jeep chapa 355.064 de provincia de Buenos Aires, propiedad de Mariano Castex, quienes tenían en su poder varias armas, especialmente pistolas calibre 45.

“Los estudiantes mantuvieron permanentes contactos con los partidos políticos y con miembros activos de las Fuerzas Armadas, pero conservaban su autonomía funcional. Se organizaron en la clandestinidad y respondían a sus propios jefes de grupo (…). Los comandos civiles que intervinieron contra Perón estaban integrados por miembros de todas las tendencias políticas opositoras al gobierno y fueron producto del movimiento estudiantil. Estos sectores se enrolaron en los planes militares y participaron activamente en el derrocamiento del régimen (…). Para algunos estudiantes, que tenían una militancia paralela partidaria, no significó ningún conflicto integrarse en los comandos civiles. Así ocurrió, por ejemplo, con un grupo de estudiantes de Derecho que pertenecía a la Juventud Universitaria Socialista (…). Los núcleos civiles de origen universitario, integrados mayoritariamente por alumnos de Derecho e Ingeniería, actuaron con una organización celular. Tenían compromisos directos con la Marina y se les encomendó ‘objetivos militares’. Un grupo tenía la misión de ocupar la Central Cuyo, el edificio más importante de comunicaciones de la Unión Telefónica, y el otro estaba encargado de la defensa del Ministerio de Marina”; esto último refiriéndose a los sucesos acaecidos el 16 de junio del ’55. En este mismo libro se menciona como activos comandos civiles a los universitarios Dimas Hualde, Felipe Kuncher y el antes citado terrorista Roque Carranza. Y también a “Jorge Velazco Suárez, humanista y miembro del Centro de Estudiantes de Medicina que comenzó esta militancia clandestina. Se formaron células de entres siete u ocho universitarios, y se trató de que mantuvieran, en general, una estructura por facultades. Suárez coordinaba sus acciones manteniendo contactos telefónicos con un teniente y un capitán de la Marina. Recuerda una reunión en Quilmes, en la que ya habían reunido bombas y armas para el 16 de junio”.

16 de agosto de 1955. Bajo la dirección personal del jefe de la Policía Federal, inspector general don Miguel Gamboa y con intervención del juez doctor Rivas Argüello se sigue trabajando en forma activa en la investigación relacionada con el plan terrorista preparado por elementos clericales y determinados políticos opositores. Hay procedimientos en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, procediéndose al arresto de sospechosos y el secuestro de gran cantidad de panfletos incitando al boicot y a la desobediencia civil. La editorial del diario matutino Crítica es explicativa de los sentimientos que animan a los subversivos; y la libre comparación que uno puede hacerse con lo que sucede en las huestes antikirchneristas en estos años, es inevitable. Leamos: “¿Qué número ordinal lleva esta nueva manifestación de odio impotente de la oligarquía? (…) Son en un ciento por ciento, antipopulares. ¿Qué intenta realizar el maquis de la oligarquía? 

Resentimiento en unos –y no solamente contra Perón, por todo lo que ha dado al pueblo–, sino también y sobre todo, contra la chusma contra los cabecitas negras, contra el hombre de la calle, con quien se niegan a compartir el usufructo del país; cálculo interesado en otros, sobre la base de reconquistar posiciones y prebendas en el régimen que sucediera al actual; desvarío en otros, y podemos decir en muchos, mal aconsejados y peor dirigidos por los verdaderos conspiradores, los que difícilmente salgan a la luz; los que aprovecharían, en primera y última instancia, el inimaginable resultado de la revolución de la gente bien. Si algo puede apenar a la vista del elenco que dimos a conocer ayer, son estos últimos. Esos muchachos –chiquilines, más precisamente– que aún parecen no haber digerido del todo la lectura de Pimpinela Escarlata. Y bien, sean quienes fueren, no hace falta decir lo que quieren y como aspiran a conseguirlo. El objetivo, nada novedoso, era matar a Perón, reprimir al pueblo, desarmar la sólida y firma estructura social justicialista de que gozamos actualmente; retrotraernos al 3 de junio de 1943, fecha por la que tienen gran debilidad y particular amor, mucho más que por el día de la Asunción de la Virgen María”.
Fuente:MiradasalSur

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