7 de octubre de 2013

EE.UU.

El anticapitalista Martin Luther King que censuran los medios
Viernes, 20 de Septiembre de 2013

por Cubainformación
En el cincuenta aniversario de la Marcha de Washington, donde dio su famoso discurso “Yo tengo un sueño” (I Have a Dream), mucho se ha dicho sobre el Reverendo Martin Luther King y su lucha contra la discriminación racial. Pero poco o casi nada ha llegado a los medios sobre el Martin Luther King real: el que veía esa discriminación racial como resultado de una explotación no solo de raza, sino también de clase social.

Cubainformación TV - Basado en un texto de Vicenç Navarro – “Pensamiento crítico” / Blog “La pupila insomne” (Cuba).- En el cincuenta aniversario de la Marcha de Washington, donde dio su famoso discurso “Yo tengo un sueño” (I Have a Dream), mucho se ha dicho sobre el Reverendo Martin Luther King y su lucha contra la discriminación racial.

Pero poco o casi nada ha llegado a los medios sobre el Martin Luther King real: el que veía esa discriminación racial como resultado de una explotación no solo de raza, sino también de clase social. Se silencia que Luther King fue un socialista que –sin lugar a dudas- habría condenado las sucesivas políticas de los Gobiernos de EEUU, incluido el de Barack Obama.

Martin Luther King señaló los tres diablos que –a su entender- “caracterizan al sistema de poder estadounidense: el racismo, la explotación económica y el militarismo”. “Las mismas fuerzas que consiguen enormes beneficios a través de las guerras –decía- son las responsables de la enorme pobreza en nuestro país”.

Definió al gobierno de EEUU como “el máximo agente de violencia hoy en el mundo… gastándose más en los instrumentos de muerte y destrucción que en programas sociales vitales para las clases populares del país”.

Luther King era profundamente anticapitalista: nos decía que “deberíamos denunciar a aquellos que se resisten a perder sus privilegios que vienen (...) de extraer su riqueza a través de la explotación”.

En su último discurso, en apoyo a la huelga de trabajadores de los servicios de saneamiento, concluyó con una frase que define al Martin Luther King que los medios y el establishment político han tratado de ocultar: “la lucha central en EEUU es la lucha de clases”. Dos semanas más tarde fue asesinado.

Texto original
El Martin Luther King prohibido
Vicenç Navarro – “Pensamiento crítico” / Blog “La pupila insomne” (Cuba).- A raíz del cincuenta aniversario de la Marcha de Washington, donde el Reverendo Martin Luther King dio su famoso discurso “Yo tengo un sueño” (I Have a Dream), se han escrito muchos reportajes, tanto en EEUU como en España, sobre aquella marcha y sobre Martin Luther King, refiriéndose a este último como una figura inspiracional que, actuando como la conciencia de la nación estadounidense, exigió a aquella sociedad el fin de la discriminación contra la población negra, de origen africano. Es difícil ver u oír aquel discurso sin conectar con su causa.

Ahora bien, esta imagen inspiracional de Martin Luther King se ha construido a costa de olvidar y hacer olvidar a otro Martin Luther King, el Martin Luther King real, que veía esta discriminación como resultado de unas relaciones de poder basadas en una explotación, no solo de raza, sino también de clase social. Se ha silenciado que Martin Luther King (a partir de ahora MLK) fue un socialista que, sin lugar a dudas, hubiera sido muy crítico con las sucesivas políticas, tanto domésticas como internacionales, llevadas a cabo durante todos estos años por los gobiernos federales, incluyendo la Administración Obama.

MLK estuvo en contra de la guerra del Vietnam, como hubiera estado en contra de las guerras de Irak y Afganistán, y no solo por su pacifismo, sino también por su antimilitarismo y antiimperialismo. Definió al gobierno de EEUU como “el máximo agente de violencia hoy en el mundo… gastándose más en los instrumentos de muerte y destrucción que en programas sociales vitales para las clases populares del país”. Era profundamente anticapitalista, como consta en su discurso de que “deberíamos denunciar a aquellos que se resisten a perder sus privilegios y placeres que vienen junto a los beneficios adquiridos de sus inversiones, extrayendo su riqueza a través de la explotación”.

Y en 1967 condenó con toda contundencia los tres diablos que –a su parecer- “caracterizaban al sistema de poder estadounidense, a saber, el racismo, la explotación económica y el militarismo”, acentuando que “las mismas fuerzas que consiguen enormes beneficios a través de las guerras son las responsables de la enorme pobreza en nuestro país” (todas estas notas proceden del excelente artículo de Michael Parenti “I Have a Dream, a Blurred Vision”, 29.08.13).

Y su último discurso, en apoyo de las reivindicaciones de los trabajadores de los servicios de saneamiento que estaban en huelga, concluyó con la famosa frase de que “la lucha central en EEUU es la lucha de clases”. Dos semanas más tarde fue asesinado, sin que nunca se haya aclarado tal hecho. Una persona fugitiva de la cárcel de Missouri, James Earl Ray, fue acusado de asesinarle. Fue detenido en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, con gran cantidad de dinero en su posesión. Nunca se aclaró quién dio ese dinero.

MLK fue un socialista radical en sus análisis y en sus propuestas
Una cosa es que MLK fuera la conciencia de EEUU, exigiendo que no se discriminara a los negros, petición con un fuerte contenido moral al cual era difícil oponerse. Pero otra cosa muy distinta y amenazante para la estructura de poder era subrayar que el origen de la pobreza y discriminación (que incluye también a amplios sectores de la clase trabajadora blanca, además de la negra, pues la mayoría de pobres en EEUU son blancos) requiera un cambio revolucionario (por muy no violento que sea) de las estructuras capitalistas de aquel país. Y la elección del Presidente Obama prueba, precisamente, la certeza del diagnóstico de MLK. Hoy el Presidente de EEUU es un afroamericano, lo cual, no hay ninguna duda, es un gran adelanto. Pero la pobreza entre negros (y entre blancos) en EEUU no ha cambiado desde entonces.

De ahí la enorme hostilidad del establishment estadounidense, del cual la Policía Federal, FBI, fue un elemento clave, dirigida por una de las figuras más nefastas de la historia de EEUU, J. Edgar Hoover (definido por el famoso periodista Russell Baker, del New York Times, como un “tirano patético”) que había intentado convencer al Fiscal General del Estado Federal, Robert Kennedy, “de que el cerebro de los negros era un veinticinco por ciento más pequeño que el de los blancos”. Era cercano políticamente al senador segregacionista de Carolina del Sur, Strom Thurmond, e intentó por todos los medios desacreditar al movimiento antisegregacionista y a sus dirigentes, gran número de los cuales eran socialistas y comunistas. 

En realidad, fueron los sindicatos, y muy particularmente, el sindicato del automóvil, el UAW (United Automobile Workers) los que financiaron en gran parte tal marcha. Y a la izquierda de MLK en la marcha estaba Walter Reuther, su secretario general, socialista y blanco. Una tercera parte del cuarto de millón en la marcha de Washington eran blancos, gran número de ellos sindicalistas y miembros de partidos de izquierda. 

El eslogan de la marcha era “libertad, justicia y trabajo”. Y el organizador de la marcha, Asa Philip Randolph, era el sindicalista afroamericano más conocido en EEUU, dirigente del sindicato ferroviario (Paul Le Blanc, “Revolutionary Road, Partial Victory. The March on Washington for Jobs and Freedom”, Monthly Review, Sept 2013).

Y cuando el Presidente Kennedy, a instancias de Hoover, jefe del FBI, puso como condición para que él apoyara la marcha, que despidiera del liderazgo a aquellos radicales que estaban en puestos de dirección, MLK se negó. La presión de la calle era tal que el Presidente Kennedy decidió a última hora apoyar la marcha, recibiendo a MLK en la Casa Blanca. Y el obispo católico de Washington, Patrick O’Boyle, amenazó con no participar en la marcha a no ser que los discursos (que se habían distribuido con antelación) se moderaran.

Últimas observaciones. En 1986, el día del nacimiento de MLK fue declarado fiesta nacional cada año. Pero en esta captura de la imagen popular de MLK se ha transformado deliberadamente su mensaje y figura para reciclarlo como una figura inspiracional, conciencia del país, a favor de los derechos civiles de la población afroamericana (con especial hincapié en su poder de votar), olvidándose deliberadamente del MLK real, que pidió un cambio profundo, no solo en las relaciones de raza, sino también de clase social. De esto último ni se habla.

La historia se repite: las campañas de Jesse Jackson
Yo tuve la oportunidad de experimentar una situación parecida durante mi participación en la campaña electoral del Reverendo Jesse Jackson (que estaba con MLK cuando fue asesinado), en las primarias a las elecciones del candidato presidencial del Partido Demócrata. En respuesta a su invitación, fue senior advisor (asesor especial) en su campaña del 1984, y más tarde en la del 1988. En 1984, y en contra de mis consejos, se presentó como la voz de la minoría negra, exigiendo su incorporación a la sociedad americana. 

En aquella campaña, el establishment liberal estadounidense (cuyo mayor portavoz era y es The New York Times) escribió un editorial enormemente positivo acerca de su candidatura. La razón de que yo desaconsejara esta estrategia, sin embargo, era fácil de entender. Un representante de los intereses de una minoría difícilmente podría alcanzar el apoyo mayoritario de la población votante. Presentarse como el candidato de una minoría defendiendo primordialmente los intereses de tal minoría, no era la mejor manera de ganar el apoyo de la mayoría, para ser Presidente de los EEUU.

En 1988, sin embargo, no se presentó como la conciencia de EEUU o la voz de los negros, sino la voz de la clase trabajadora de EEUU. Y cuando los medios le preguntaron cómo él –negro- obtendría el voto del trabajador blanco, contestó: “haciéndole ver que tiene más en común con un obrero negro, por ser obrero, que con su patrón (boss) porque sea blanco”. Cuando se suman todos los colores (negro, blanco, amarillo, gris, etc.) la clase trabajadora de EEUU es la mayoría de la población. En un discurso de clase, movilizó las bases del Partido Demócrata (que están más a la izquierda que su dirección), y consiguió el 40% de todos los delegados en el congreso del Partido Demócrata. Nunca antes, ni después, las izquierdas en EEUU tuvieron tanto poder desde los años 50. Y The New York Timesescribió un editorial muy negativo diciendo que Jesse Jackson, en caso de ser elegido, destruiría EEUU, es decir, su EEUU.

La lección de esta situación es clara. La estructura de poder deriva su enorme influencia de su poder de clase (así como género y raza). Y no permite que se toque ese poder, derivando las legítimas demandas de fin de discriminación de género y raza, reciclándolas (incluyendo elementos de tales grupos discriminados dentro de la estructura de poder) para poder adaptarlos a la estructura social dominante. Existe hoy un Presidente afroamericano y una clase media negra que no existían antes, lo cual es motivo de celebración. Pero el estándar de vida de la mayoría de negros y blancos (pertenecientes a la clase trabajadora) no ha mejorado durante todo este periodo. Así de claro. (Tomado de Pensamiento crítico)
Enlace: http://www.cubainformacion.tv/index.php/objetivo-falsimedia/52064-El-anticapitalista-Martin-Luther-King-que-censuran-los-medios





Entrevista a Glenn Greenwald del diario The Guardian: “El gobierno de EE.UU. trata de asustarnos” por Eduardo Febbro
Domingo, 29 de Septiembre de 2013

Greenwald, el periodista
a quien Edward Snowden confió
los secretos sobre el espionaje
masivo de la agencia NSA.
Su trayectoria profesional va mucho más allá del caso de las revelaciones del ex agente de la CIA y de la NSA Edward Snowden. Es un actor central en la trama mundial de espionaje.

Los drones, la lucha contra el terrorismo, la nefasta herencia de la administración del ex presidente norteamericano George Bush, las zonas oscuras de la administración de Barack Obama y el espionaje globalizado montado por Estados Unidos a partir del dispositivo Prisma. Glenn Greenwald conoce esos temas con el rigor y la pasión que le confieren su compromiso y una trayectoria profesional que va mucho más allá del caso de las revelaciones del ex agente de la CIA y de la NSA Edward Snowden. Glenn Greenwald es el segundo actor central de esta trama de espionaje: es este periodista quien, mes tras mes, destila en The Guardian el contenido del enorme dossier que Edward Snowden le entregó en Hong Kong antes de refugiarse en Rusia. Snowden no lo eligió por azar. Greenwald es un reputado autor de investigaciones que sacudieron el sistema político norteamericano y lo convirtieron en uno de los 50 comentaristas más influyentes de Estados Unidos.

Quienes conocen su nombre a través de Snowden y el tentacular espionaje de Prisma ignoran la sólida trayectoria que lo respalda. Abogado de profesión, en 2005 Greenwald dejó su carrera de representante de bancos y de grandes empresas y se lanzó en la defensa de los derechos cívicos, las libertades públicas y las investigaciones de alto vuelo. Ese mismo año, un caso de espionaje por parte de la NSA revelado por The New York Times lo propulsó a través de su blog, How Would a Patriot Act, que luego se volvería un libro, How Would a Patriot Act? Defending American Values from a President. Al año siguiente, este activista riguroso publicó un libro feroz sobre la espantosa herencia de la administración Bush, A Tragic Legacy: How a Good vs. Evil Mentality Destroyed the Bush Presidency. En 2008 le siguió otro libro acerca de los mitos e hipocresías de los republicanos, Great American Hypocrites: Toppling the Big Myths of Republican Politic, y en 2012 otra obra cumbre sobre la forma en que la ley es utilizada para destruir la igualdad y proteger al poder: With Liberty and Justice for Some: How the Law Is Used to Destroy Equality and Protect the Powerful.

Entre libro y libro, Greenwald llevó a cabo investigaciones explosivas sobre WikiLeaks, Julian Assange, y el soldado Bradley Manning, el militar que le entregó a Assange los cables secretos. Premiado varias veces por su trabajo, Glenn Greenwald define al periodismo de una manera militante: “Para mí, el periodismo es dos cosas: investigar hechos sobre las actividades de la gente que está en el poder, y plantearle límites”.

Este es el hombre a quien, en mayo de este año y luego de que The Washington Post haya rehusado publicarlos, Edward Snowden le entregó los documentos del abismal espionaje estructurado por la NSA a través del dispositivo Prisma con la colaboración de las empresas privadas como Google, Facebook, Yahoo!, Microsoft y tantas cosas. Glenn Greenwald vive en Brasil dese hace varios años. El doble caso Snowden y Prisma cambió muchas cosas de su vida. Su compañero, David Miranda, fue detenido e interrogado en Londres durante muchas horas en virtud de una ley antiterrorista. Ambos saben que sus conversaciones y sus gestos están celosamente vigilados. Se adaptaron a esa vida sin renunciar por ello a continuar el trabajo de denuncia.

En esta entrevista exclusiva realizada en Río de Janeiro por Página/12, Glenn Greenwald revela aspectos inéditos sobre Edward Snowden, cuenta las dificultades de su vida y corre un poco más el telón sobre la nueva industria norteamericana: espiar a cada ciudadano del mundo.

–Estados Unidos argumenta que el espionaje planetario apunta a luchar contra el terrorismo. Sin embargo, la lectura de los documentos que Snowden le entregó a usted no aporta esa prueba.
–Si miramos los últimos 30 años, y sobre todo desde los atentados del 11 de septiembre, hay una idea que los norteamericanos quieren aplicar: utilizar el terrorismo mundial para que la gente tenga miedo y actuar con las manos libres. Es una excusa para torturar, secuestrar y arrestar. Ahora están utilizando la misma excusa para espiar. Los documentos sobre la manera en que Estados Unidos espía y sus objetivos poco tienen que ver con el terrorismo. Muchos tienen que ver con la economía, las empresas y los gobiernos, y están destinados a entender cómo funcionan esos gobiernos y esas empresas. La idea central del espionaje es ésa: controlar la información para acrecentar el poder de Estados Unidos alrededor del mundo. En los archivos de la NSA hay documentos sobre el terrorismo, pero no son la mayoría. El gasto de millones de dólares para coleccionar toda esta información contra el terrorismo es una broma. Espiar a Petrobras, a Al Jazeera o a la OEA; esos objetivos nada tienen que ver con el terrorismo. El gobierno está tratando de convencer a la gente de que debe renunciar a su libertad a cambio de estar más segura, trata de asustar y hacer creer que sacrificar la libertad es algo necesario para estar a salvo y protegido de las amenazas que vienen de afuera.

–El paso que dio Edward Snowden al haberle suministrado los documentos sobre la manera en que Washington espiaba al planeta entero es sorprendente. ¿Cómo se explica que alguien tan joven, que formaba parte del aparato de inteligencia, optara por ese camino?
–Hay ejemplos en la historia en que la gente sacrifica sus propios intereses para poner término a muchas injusticias. Las razones por las cuales actúan así son complicadas, complejas. En este caso, hay dos cosas importantes: una es que Snowden valora al ser humano y los derechos. Snowden tenía las cosas claras: o continuar con este sistema, perpetuar este mundo destruyendo la privacidad de cientos de millones de personas en el planeta, o, mejor, romper el silencio y actuar contra estos abusos. Creo que Snowden comprobó que si hubiese seguido permitiendo la existencia de este sistema no hubiese podido seguir viviendo con la conciencia tranquila el resto de su vida. El dolor, la vergüenza, el remordimiento y el arrepentimiento como sentimientos para el resto de sus días le daban miedo. Era demasiado grave para guardarlo en su conciencia. Vio que no había muchas opciones y que debía tomar partido. Lo otro importante es que Snowden tiene 30 años, su generación creció con Internet como una parte central de sus vidas. La gente un poco más mayor no se da cuenta de la importancia de Internet para la existencia de las personas. Snowden me dijo que Internet le ofreció a su generación todo tipo de ideas, campos de exploración, contactos con otras personas en el mundo y una capacidad de entendimiento inéditos. Entonces decidió protegerlo. No quería vivir en un mundo en el que todo esto desapareciera, en donde la gente no pudiese utilizar Internet nunca más.

–Pero Snowden fue sin embargo un hombre del sistema.
–Sí, pero era muy joven cuando empezó. Tenía 21 años. Con el correr del tiempo fue cambiando sus puntos de vista sobre el gobierno de Estados Unidos, la NSA, la CIA. Snowden cambió de forma gradual, progresiva. Empezó a darse cuenta de que esas instituciones que pretendían hacer el bien no estaban haciendo el bien sino el mal. Snowden me dijo que, a partir de 2008 y 2009, ya pensó en convertirse en un filtrador de documentos. Como muchas otras personas en el mundo, Snowden también pensó que la elección de Barack Obama iba a conducir a que los abusos se atenuasen. Confiaba en eso. Pensó que Obama revertiría el proceso, que sería diferente y mejor, pero se dio cuenta de que no era así. Esa fue una de las razones. Tomó conciencia de que Obama no arreglaba nada, más bien Obama siguió perpetuando el imperio norteamericano.

–El poder de Estados Unidos es prácticamente sin límites a partir del control de las tecnologías de la información. Muchos piensan que, de alguna manera, Obama es peor que Bush.
–Es difícil decir que Obama es peor que Bush. No hace falta que Obama diga: “Espiemos más”. Desde luego, Obama tiene una parte de responsabilidad en el crecimiento de este sistema de espionaje. Obama continuó con las mismas políticas de antes, pero cambió el simbolismo y la imagen. Creo que el escándalo que provocó la filtración de estos documentos cambió la visión que la gente tenía de Barack Obama. Snowden y yo pasamos mucho tiempo en Hong Kong hablando sobre lo que iba a pasar con las revelaciones. No podíamos calcular las consecuencias. Teníamos conciencia de la importancia, pero pensábamos que podía haber una reacción apática. Pero desde que se publicó la primera historia el interés sigue creciendo. Esto se está convirtiendo en una traba para que los gobiernos sigan abusando de su poder, para continuar actuando en secreto. Pero hay individuos como Snowden, como el soldado Bradley Manning, o entes como WikiLeaks, que sacan a la luz la información. Julian Assange es un héroe por el trabajo que hizo con WikiLeaks. En muchos sentidos, fue él quien hizo que esto fuera posible, fue Assange quien planteó la idea según la cual, en la era digital, para los gobiernos era muy difícil proteger sus secretos sin destruir otra privacidad. Esa es la razón por la cual el gobierno de EE.UU. está en guerra contra las personas que hacen eso: quieren asustar a otros individuos que estén pensando en hacer lo mismo en el futuro. Yo me apoyé en el coraje de Snowden para publicar estos documentos. Edward Snowden es hoy una de las personas más buscadas del mundo, es probable también que pase los próximos 30 años en la cárcel. Lo que llevó a cabo Snowden es una de las cosas más admirables que he visto hacer a alguien en nombre de la justicia.

–Los gobiernos de la Argentina, el Brasil, al igual que otros Estados en el mundo, están empujando para romper el cerco del espionaje y el control casi absoluto que Estados Unidos tiene sobre Internet. ¿Cuál es para usted la solución?
–Yo creo que la solución sería crear un lobby entre los países, que los países se unan para ver cómo construir nuevas pasarelas para Internet que no permitan que un país domine completamente las comunicaciones. El problema radica también en que cada país empieza a tener más control sobre Internet, y eso puede hacerlos caer en la tentación de hacer lo mismo que los Estados Unidos: intentar monitorear e utilizar Internet como una forma de control. Hay una conciencia real de que la Argentina y el Brasil están construyendo una Internet propia, lo mismo que la Unión Europea, algo que hasta ahora sólo había hecho China. Pero el riesgo está en que estos gobiernos imiten a Estados Unidos: crear sus propios sistemas no ya para permitir la privacidad de sus ciudadanos, sino para comprometerla. Eso es un peligro. Es importante tener la garantía de que el control que ostenta Estados Unidos sobre las comunicaciones no termine en una transferencia a otros poderes. Leí un documento en el diario The New York Times en el que se mostraba el inmenso poder e influencia que EE.UU. tiene gracias a detentar el control de los servicios de Internet. De hecho, Estados Unidos inventó Internet. Muchos países se dieron cuenta de que no serán capaces de garantizar su confidencialidad si siguen usando sistemas que se apoyen en servidores norteamericanos.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-230105-2013-09-29.html


Perseguidos de EEUU: Assange y Snowden; Vigilados: Brasil, México, Europa, China  por Pedro Echeverría V.
Domingo, 29 de Septiembre de 2013

¿Cuántos agentes de EEUU hay en México coordinados por la embajada, por la CIA, el FBI, la DEA? Cálculos conservadores hablan de cinco mil yanquis y otros 15 mil mexicanos entrenados en los EEUU.
1. Escuchaba una interesante entrevista a John Perkins: un “gánster” yanqui que -según confiesa- fue entrenado para “persuadir y corromper gobiernos en el mundo para que hagan contratos de compra venta, de producción o salvamento y, si en un momento no pueden pagar sus deudas a los EEUU, entonces se les propone que pueden vender barato su petróleo, votar a favor de EEUU en las Naciones Unidas o permitir el establecimiento de bases militares en su territorio; y si a pesar de todo fallan en su misión, entonces entran los “chacales” para asesinar presidentes, tal como sucedió con Omar Torrijos de Panamá  y Jaime Roldós de Ecuador, diciendo que fueron por accidente de aviación.

2. A partir de 2001, con el autoataque a los Torres Gemelas de Nueva York, los EEUU impusieron al mundo un gran viraje: con el pretexto de la lucha contra el terrorismo impusieron sus políticas persecutorias en todos los países y, al mismo tiempo establecieron en cada país a miles de espías yanquis y otras decenas de miles de agentes de cada país entrenados en los EEUU; al mismo tiempo bloquearon medios de comunicación interviniendo directamente en la vida privada de los habitantes. Así muchos gobiernos, particularmente lo designados por los yanquis como “ejes del mal”,  fueron considerados importantes y peligrosos, ordenaron ser intervenidos en todos los campos.

3. El gobierno cubano ha denunciado en todos los foros, particularmente en el seno de las Naciones Unidas, a los EEUU por tener regado a todos sus agentes en el mundo, de manera particular en Cuba donde en 1961 lanzaron una intervención armada asesina. Desde aquellos años EEUU ya contaba con una tecnología sofisticada para fotografiar los edificios, calles y movimientos de los ciudadanos cubanos. No puede olvidarse la llamada “crisis de los cohetes” de octubre de 1962 cuando Cuba fue fotografiada por los yanquis hasta en los calzones. Ese caso puso al mundo al borde de la guerra entre la URSS y los EEUU porque Fidel Castro se negó a que la URSS retirara los misiles de su territorio.

4. En los últimos años, lo más importante para denunciar el carácter guerrerista de los EEUU, fue el surgimiento del Wikileaks dirigido por Julian Assange que durante varios años se ha dedicado a denunciar –en la prensa mundial- las intervenciones expiatorias de los EEUU en muchos países. Fue tan grande la persecución de EEUU en su contra, que logró que su perro guardián, el gobierno de la Gran Bretaña, tenga encerrado a Assange en la embajada de Ecuador en Londres. Así surge Snowden –exagente de la CIA- lanzando enormes secretos de expionaje de los EEUU en el mundo, de manera particular en Brasil y en México. La presidente de Brasil Dilma Rousseff se comportó con suma dignidad y México, de manera vergonzosa, como lacayo.

5. ¿Cuántos agentes de EEUU hay en México coordinados por la embajada, por la CIA, el FBI, la DEA? Cálculos conservadores hablan de cinco mil yanquis y otros 15 mil mexicanos entrenados en los EEUU. En cada aeropuerto, embajada, consulado y puntos clave de cada ciudad: grandes hoteles, bancos, casa de bolsa, han sido colocados agentes yanquis y sus colaboradores mexicanos. Además dentro de los empleados de teléfonos, petróleos, electricidad, IMSS, gobiernos, están ubicados entre los altos administrativos y de vigilancia. Se ha informado que muchas amantes de los dueños de consorcios son de las más finas agentes de la CIA. No se sabe hasta qué grado el modelo de intervención yanqui en México se repita en otros países.

6. Con los autoatentados de las Torres Gemelas en 2001, como dicen los “científicos”, cambió el paradigma en el mundo. ¿Fueron tan importantes los Hussein y Bin Laden como personajes de la guerra para cambiarlo? Se piensa ahora que no; que fueron los mismos yanquis los que realizaron ese atentado para luego armar la guerra de Afganistán e Irak y tratar de controlar todo el medio oriente tal como años antes querían. ¿Triunfaron los yanquis? Sí en lo concreto e inmediato; pero no en perspectiva porque se ha venido desnudando ante el mundo. Y, sin duda, Julian Assange, Snowden, el soldado Manning, son héroes en la batalla mundial contra el imperialismo y la explotación. La vergüenza es que México –que tiene el prestigio mundial de macho- sea un pobre esclavo.

Alerta: Comando Sur USA controla las aguas territoriales centroamericanas
Publicado el 10/03/13 en Contrainjerencia
RICARDO MARTINEZ MARTINEZ / REBELION
De forma progresiva el Comando Sur de los Estados Unidos ha estado controlando las rutas marinas en los márgenes de las costas centroamericanas, tanto en el Océano Pacífico como en el Atlántico.
Bajo la estándar y maleable “lucha contra el narcotráfico”, Washington se ha apoderado de las aguas territoriales de los países centroamericanos y Panamá con sistemáticos patrullajes, control de rutas pesqueras y navíos comerciales, monitoreo de puertos de embarque y desembarque, aguas profundas y control de informaciones de inteligencia sobre el estado de la región entre el norte y el sur de América.

La “Operación Martillo” es el compás de la seguridad regional basada en la Doctrina de Seguridad Hemisférica de fronteras seguras, antiterrorismo y lucha antinarcóticos que lidera Estados Unidos y que incluye a países centroamericanos, europeos, Chile y Colombia.


Comenzó a ejecutarse en enero de 2012 con cabeza de playa en Florida, sede del Comando Sur, y dirigida por el General Douglas Fraser, quien identificó un año antes, en 2011, a los países Guatemala, Honduras y 

El Salvador como la zona más letal del mundo, fuera de los conflictos bélicos abiertos.

Las acciones militares cuentan con tres niveles que se articulan escalonadamente. La inteligencia-cerebro de operaciones, destacada en la base de Key West donde se mantiene la fuerza de Tarea Interagencial Conjunta Sur (JIATF-S, por sus siglas en inglés) bajo la jerarquía del Almirante Charles Michel, quien sostiene que el 90 por ciento de cocaína que llega a los Estados Unidos pasa por el corredor México-Centroamérica.


El segundo nivel es la ejecución del plan que incluye patrullajes en las supuestas rutas de los narcotraficantes, con el uso de fragatas, cruceros móviles de la IV Flota y aviones de guerra, localización y ataque.


Y tercero, la acción de martilleo que consiste en golpear al crimen organizado en su pasos estratégicos, como en un juego de ajedrez que con enfoque regional permite la movilización por mar, tierra y aire de las fuerzas militares estadunidenses, sin ningún control legal.


Con todo y la parafernalia militar del Comando Sur y la millonaria inversión estadunidense que asciende hasta 2.1 mil millones de dólares, el narcotráfico en la zona centroamericana sigue su curso ilegal, violento y corrosivo.


Según cifras de la Agencia Antidrogas de las Naciones Unidas el número de muertes violentas, relacionadas con este problema de la producción, comercialización y consumo de drogas, sigue presente y en aumento con mayor énfasis en el llamado triángulo del norte, Guatemala, Honduras, El Salvador.

Sin embargo, los militares estadunidenses abrieron ya un teatro de operaciones conjuntas con ejércitos de la región, animando una zona bélica de “bajo perfil”, pero con resultados en pérdidas humanas, violación de soberanía y control de informaciones.

Por ejemplo, en Guatemala, las fuerzas militares estadunidenses han participado en maniobras de interdicción de tráfico de ilícitos por la vía marítima, aérea y terrestre durante dos meses con el apoyo de las fuerzas de seguridad civil y el ejército local, los cuales se subordinaron al mando extranjero.


Fueron 171 infantes de marina (marines) cuatro helicópteros Bell UH-1Y con base de operaciones en el Comando Aéreo del Sur, Retalhuleu y en la Brigada de Paracaidistas, “General Felipe Cruz”, Puerto de San José, Escuintla. Los resultados fueron la intercepción de droga mercante, la cual no representó un golpe estratégico al negocio ilegal de estupefacientes que acapara grandes dividendos millonarios.


Honduras fue el primer centro de operaciones de Martillo. En las localidades de Guanaja, Puerto Castilla y Caratasta, Estados Unidos suministra capacitación y entrenamiento militar de fuerzas especiales, proporciona equipo y logística para operaciones y canaliza recursos vía “cooperación” USAID para infraestructura en la construcción de puentes y muelles que permitan la movilidad ágil, de mar a tierra.


Según el Comando Sur se ha decomisado más de 20 toneladas de cocaína, pero hasta el momento no se han detenido ningún capo que represente significativamente a los cárteles de la droga. Los recursos logísticos, humanos y financieros no se corresponden con los alcances hasta ahora mostrados.


Las autoridades militares aseguran que además en Honduras montarán también un radar desplegable de última generación que permita la localización en mar y aire de “naves sospechosas”.


Esta presencia de los Estados Unidos en este país centroamericano se suma a los más de 600 efectivos navales asentados en la base de Palmerola, que se mueven en operaciones encubiertas antinarcóticos y seguridad, abrazadas de asistencialismo y “misiones humanitarias”.


El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Panamá son otros objetivos inmediatos para las operaciones del Comando Sur.


Mientras tanto, la Operación Martillo se anuda a otra similar que opera en las costas de México y Texas. El almirante William Lee, subdirector de Operaciones de la Guardia Costera estadunidense, informó que la operación “Serpiente de Mar” seguirá su actividad de manera indefinida y que se anuda a otras de su mismo tipo que ya operar sistemáticamente.


De tal manera que las fuerzas militares Made in USA abrazan a todo el subcontinente centroamericano, dictando maniobras y acciones a los ejércitos de Repúblicas independientes y soberanas, al menos en lo formal.


Lo que es verificable es que en la región centroamericana la militarización estadunidense es progresiva, se corresponde ahora a la región de Norteamérica, donde el Pentágono ya define la seguridad regional subordinando a Canadá y México.



La tramoya

Juan Torres López
El capitalismo no da para más
02 oct 2013
El llamado “cierre” del gobierno de Estados Unidos se puede interpretar y valorar de muchas formas pero creo que por encima de todo refleja que el capitalismo no da para más.

No estamos hablando de que un país arruinado de Africa disponga de una administración pública ínfima. No nos referimos ni siquiera a que una gran economía no esté en condiciones de financiar servicios básicos pero caros de salud o educación para toda su población: según la Oficina del Censo de Estados Unidos allí hay más de 46 millones de pobres y más o menos el mismo número de personas que no tiene asegurada la atención médica en caso de enfermedad, una de cada seis personas que pasan hambre, según Feeding America, y casi 700.000 personas sin ningún tipo de vivienda.


Es peor. Se trata de que la primera potencia mundial no puede pagar el día a día de las actividades elementales de su gobierno.


Es cierto que no es la primera vez que sucede, sino que  ha ocurrido ya 18 veces desde 1976 (la última en 1996), y que en realidad se trata de un vil chantaje político de los republicanos más extremistas porque han sido precisamente los republicanos quienes más deuda han generado en los últimos 35 años. Un estudio del  Center on Budget and Policy Priorities ha demostrado que el 55,8 % de la deuda actual la generaron los recortes fiscales, el coste de las guerras de Irak y Afganistan y los gastos de estímulo de G. Bush y el gasto militar y los recortes fiscales de Reagan, mientras que las políticas de Clinton y Obama solo han contribuido a generarla en un 28%.


Y la realidad es que detrás de esa medida no hay una razón fundada que obligue a recortar los gastos públicos.


Estados Unidos podría seguir financiando los servicios públicos a los que renuncia estos días no solo sin necesidad de recortar un solo dólar en gasto sino incluso aumentándolo para cubrir las necesidades de la población de menor renta.


Afirmar que hay que recortarlos para poder limitar los déficits y la deuda es una falacia que oculta la verdad de las cosas: son los gastos militares (que representan algo más del déficit total previsto para 2013) y, sobre todo, los recortes fiscales que se vienen realizando en los últimos treinta años para favorecer a los ricos y grandes empresas lo que realmente disparan su deuda pública.


Según un estudio de Ciudadanos por la Justicia Fiscal los recortes de financiación al sistema educativo de Estados Unidos fueron de 12.700 millones de dólares en 2012, más o menos la misma cantidad que han evadido anualmente en impuestos estatales de 2008 a 2010 las 265 mayores empresas del país (6 Facts About Hunger That Demonstrate the Shameful Excesses of American Capitalism). Y según esa misma organización 26 grandes empresas no pagaron impuestos entre 2008 y 2011 a pesar de haber registrado 205.000 millones de dólares de beneficios.


Según un informe de la Oficina de Presupuestos del Congreso de los Estados Unidos (The Distribution of Major Tax Expenditures in the Individual Income Tax System) los recortes fiscales que viene realizando el gobierno tienen un coste de 900.000 millones de dólares este año y por su causa se dejarán de ingresar 12 billones de dólares en los próximos diez años. Y si a esos recortes se añaden las ayudas fiscales a los ricos y lo que se pierde por la evasión de beneficios a los paraísos fiscales la merma anual de ingresos es de unos 2 billones de dólares.


Otro estudio de Deloitte Center for Financial Services calcula que la riqueza neta de las familias que disponen de más de 1 millón de dólares fue de 38,6 billones de dólares en 2011. Eso significa que con un mínimo impuesto del 2% sería más que suficiente para financiar el déficit previsto para 2013 y que solo con eso se recaudaría algo más de la mitad de lo que pagan cada años todos los norteamericanos en impuestos individuales.


La realidad no es que en Estados Unidos se realicen gastos públicos excesivos sino que se recortan impuestos a los ricos para privilegiarlos. Mientras que los impuestos sobre los beneficios empresariales representaban el 6% del PIB de Estados Unidos en los años cincuenta, ahora ni siquieran llegan al 2%. 


Entonces, por cada dólar que pagaba en impuesto un trabajador estadounidense, las empresas pagaban tres, pero ahora ahora solo 22 centavos (Five Tax Fallacies Invented by the 1%). Y mientras que en los últimos 20 años los beneficios empresariales se han multiplicado por cuatro, sus impuestos se han reducido a la mitad (In 20 Years Corporate Profits Are Up 4X and Their Taxes Have Fallen by 50%).


Lo que hay detrás de “cierre” del gobierno estadounidense es que el capitalismo ha llegado al paroxismo. 


No es que los ricos no quieran gobierno sino que lo quieren solo para él. Mantienen el ejército y mantienen las ayudas fiscales que van a ellos y los apoyos multimillonarias a los bancos y a las grandes empresas. Ese intervencionismo público no les disgusta ni quieren renunciar a financiarlo, aunque hacen todo lo que está en su mano para que los financien los demás, eso sí: en los últimos 20 años la proporción de impuestos pagados por los trabajadores se ha doblado.


Lo ricos, más o menos entre el 1 y el 10% de la población total, lo quiere todo, como demuestra que los beneficios de las empresas hayan crecido desde 2008 veinte veces más que los salarios (Corporate Profits Have Risen Almost 20 Times Faster Than Workers’ Incomes Since 2008) o que de 2009 a 2011 el 88% del crecimiento del ingreso en Estados Unidos fuese a beneficios empresariales y solo el 1% a salario de los trabajadores.


El capitalismo de nuestros días no da para más.


Todo lo que no sea aumentar el beneficio de los de arriba da completamente igual. El “cierre” del gobierno de Estados Unidos, por ejemplo, supone que el 96% del personal de la Agencia de Protección Medioambiental, el 69% del Departamento de Energía y el 97% de la NASA no acuda al trabajo y que, por tanto, se paralicen sus programas; que incluso el personal que repara carreteras y puentes tras inundaciones y desastres pueda dejar de trabajar y que prácticamente se hayan dejado las labores de supervisión pública de extracción de petróleo, gas o mineral (What the Shutdown Means For Energy and Environmental Programs).


No importa que se destroce a la sociedad, que se destruya el medio ambiente o que se debiliten fatalmente las instituciones. Solo interesa y preocupa concentrar hasta el extremo la riqueza y el poder político, mediático y militar en manos de unos pocos, como ha sido siempre pero ahora de manera mucho más exagerada porque lo cierto es que el capitalismo de nuestros días ha sido capaz de vencer cualquier resistencia al convertirse a su vez en una maquinaria gigantesca de generación de consenso y sumisión, y también de destrucción y aniquilamiento. No es casual que los mismos que defienden el cierre de colegios, hospitales museos públicos o parques nacionales sean los que financian sin límite las guerras genocidas, los ataques brutales a los derechos humanos, la tortura, el espionaje generalizado y el desmantelamiento de las democracias.




Exjefe de espionaje de EEUU defiende asesinatos selectivos en otros países
Publicado el 10/03/13 • en Contrainjerencia
PL – El exdirector de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos Michael Hayden defendió hoy el programa de asesinatos selectivos del gobierno en otros países con la ayuda de esa entidad de espionaje. “Es verdad que se hacen esas ejecuciones y ciertamente espero que para realizarlas se utilicen las capacidades de vigilancia de la NSA”, admitió Hayden durante un panel de discusión sobre ciberseguridad en el diario The Washington Post.

El exfuncionario respondió de esa forma a una pregunta sobre la investigación de los periodistas Glenn Greenwald y Jeremy Scahill quienes afirman que esa agencia de inteligencia suministra información que facilita la eliminación física de personas supuestamente involucradas en actividades terroristas.


Hayden añadió que los asesinatos están prohibidos por una orden ejecutiva, pero el país está en guerra y puede aniquilar a determinados individuos que son considerados como combatientes enemigos.


La NSA ha estado en el centro de un escándalo en los últimos meses, después que el excontratista de esa agencia federal Edward Snowden, refugiado actualmente en Rusia, reveló a la prensa la existencia de amplios programas de vigilancia contra ciudadanos estadounidenses y de otros 35 países.



La llamada "guerra contra el terrorismo" del imperio no es más que la impunidad para cualquier clase de crímenes y asesinatos, aún en su propio país
La mujer abatida por la Policía tras la persecución no iba armadaHirió a un agente embistiéndole con su coche durante la huida. Tampoco había armas en el vehículo, en el que han encontrado ilesa a su niña de un año. Padecía una enfermedad mental, y su identificación ha sido difícil por sus heridas.
PÚBLICO / AGENCIAS Washington -04/10/2013
Una persecución policial desde la Casa Blanca al Capitolio en Washington terminó este jueves cuando la mujer perseguida estrelló su coche y fue abatida a tiros por los agentes. Identificada como Miriam Carey, de 34 años de edad y residente en Connecticut, padecía un trastorno mental y recientemente había sufrido una depresión posparto.

Aparentemente la policía es responsable de todos los disparos. Fuentes de seguridad dijeron que la sospechosa no disparó ningún arma y destacaron que no había indicios de que tuviera alguna en el vehículo.


La jefa de la policía del Capitolio, Kim Dine, ha declarado que "hasta donde sabemos, ningún oficial fue impactado por disparos", mientras que la jefa del Departamento de Policía de Washington, Cathy Lanier también ha confirmado en rueda de prensa que la sospechosa aparentemente no estaba armada, y que falleció al ser trasladada a un hospital local tras el tiroteo.  De hecho, incluso la identificación de Carey, nacida en Nueva York, fue difícil por "la extensión de las heridas que presentaba", según informaron fuentes policiales al diario The New York Times.


Según las informaciones preliminares, el incidente comenzó en la avenida Pensilvania, frente a la Casa Blanca. Al parecer, la mujer intentó traspasar con su vehículo una barrera de seguridad de la residencia oficial del presidente, y a raíz de ello comenzó una persecución por parte del Servicio Secreto, el cuerpo encargado de la seguridad del jefe del Gobierno, que terminó en las inmediaciones del Capitolio. El suceso ha sido calificado por las autoridades como un "incidente aislado", quedando descartada cualquier vinculación con un acto terrorista (una de las hipótesis barajadas en primera instancia).


Terrance Gainer, un sargento de la Policía del Capitolio de 23 años de edad resultó herido en un choque como consecuencia de la persecución y fue evacuado del lugar en un helicóptero Medevac. "Parece estar consciente y respirando, pero estamos siguiendo la situación", dijo la jefa de la policía del Capitolio, Kim Dine, "Hasta donde sabemos, ningún oficial fue impactado por disparos".


En el interior del vehículo fue hallada la hija de Carey, una niña de aproximadamente un año de edad,  que resultó ilesa por la persecución y permanece bajo protección de las autoridades.


"Fue una situación muy peligrosa"

La persecución y el tiroteo tuvieron lugar ante el asombro de los turistas que transitaban por una de las zonas más visitadas de Washington: "Estaba comiendo y escuché como cinco disparos y luego llegó un enjambre de patrullas policiales haciendo sonar sus sirenas", dijo Whit Dabney, de 13 años, quien escuchó los disparos a unas pocas manzanas del lugar.

Por su parte, Travis Gilbert dijo que varios coches de la policía persiguieron a un vehículo negro a alta velocidad cercadel Capitolio. "Fue una situación muy peligrosa", sostuvo Gilbert.


La Cámara de Representantes y el Senado estaban en activo cuando se produjeron los disparos.  La congresista Grace Meng dijo que a los legisladores les pidieron que se tiraran al suelo de la Cámara de Representantes para protegerse.


El Gobierno de Estados Unidos  está parcialmente paralizado esta semana debido a que los legisladores no han alcanzado un acuerdo para aprobar los nuevos presupuestos. El Capitolio fue cerrado brevemente, pero volvió a ser abierto poco antes de las 19.00 horas(GMT). A los turistas se les permitió entrar en los terrenos del edificio.


La policía del Capitolio, declarado como personal "esencial", estaba de servicio pese a la paralización, aunque los agentes no están cobrando su salario . Las medidas de seguridad cerca del Capitolio son férreas, pero ya se han producido otros tiroteos en la zona.


En 1998, un hombre armado atacó un punto de control deledificio legislativo y mató a dos oficiales de policía en un tiroteo que obligó a turistas y peatones a buscar refugio. El sospechoso, Russell Eugene Weston Jr., no fue acusado penalmente por su aparente inestabilidad mental.

miércoles, 2 de octubre de 2013
La quiebra que golpeó los cimientos de la economía mundial
El 15/9 se cumplieron 5 años de la quiebra de Lehman, que tuvo efectos en cadena sobre el sistema financiero norteamericano. Ya en 2007 habían comenzado las turbulencias financieras, y aún desde antes venía el desinfle de los precios inmobiliarios. Pero la quiebra de Lehman actuó como catalizador para la crisis mundial más devastadora desde 1929.

Una economía crédito-dependiente

Lehman era emblema de las apuestas que había hecho toda la banca norteamericana: emisión formidable de créditos hipotecarios, recurso al apalancamiento (más dinero prestado que propio), y especulación con los instrumentos financieros “derivados”, que se suponía reducían riesgos pero en realidad lo multiplicaban. Meses antes de Lehman la crisis habían golpeado a Bearn Stearns, que fue rescatado, y a las hipotecarias semipúblicas Fannie Mae y Freddie Mac. En los meses que siguieron, la economía de EE.UU. entró en caída libre, y con ella la economía global. Durante el año que siguió a Lehman, la producción industrial mundial acumulaba una caída del 13% y el comercio global se derrumbó un 20%.

Auge y ocaso del momento (neo)keynesiano

La amenaza de colapso financiero global y el fantasma de depresión económica, dispararon respuestas estatales en una escala nunca vista. Los EE.UU., la Unión Europea, y otros países sumaron billones de dólares de estímulos fiscales para reactivar la demanda con gasto público, planes de empleo, salvatajes a empresas. Pero sobre todo, después de las consecuencias devastadoras de Lehman, se inyectaron billones de dólares para salvar a los bancos, una masiva socialización de quebrantos privados.

Ante este giro copernicano muchos se ilusionaron con un “momento keynesiano”. Pero hasta el momento hubo un “neo” keynesianismo sobre las bases de las políticas neoliberales. En primer lugar, el estatismo se desarrolló en función de preservar a los principales beneficiarios del boom especulativo. Como reconocía Martin Wolf en el Financial Times: “buena parte del ingreso generado en la recuperación correspondió al estrato de mayores ingresos” (FT, 17/9/2013). Es decir que las políticas pos crisis siguen actuando en beneficio de los ricos (el “1%”) y descargando los costos sobre los trabajadores. En segundo lugar, aunque el activismo estatal permitió estabilizar la economía mundial, permitiendo incluso que la economía norteamericana llegara a un crecimiento de 3% en 2010 y creando las condiciones de los dos ritmos de la economía global (con los BRICS y otros creciendo a tasas elevadas), no hay un relanzamiento sostenido. La inyección de dinero sigue siendo determinante para sostener la actividad. Hay otros datos elocuentes: mientras las ganancias están en un nivel récord de más del 12% del PBI, la inversión apenas alcanza el 4% (FT, “Inversión corporativa: una divergencia misteriosa”, 24/7). Es que la expectativa es que el crecimiento siga siendo anémico.

En tercer lugar, en Europa si como respuesta a la crisis los Estados se endeudaron para evitar colapso financiero, en 2010 estos “mercados” financieros estabilizados gracias a las medidas estatales empezaron a presionar sobre los Estados. Sucede que varios países de la Eurozona (los PIIGS: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia, Estado Español) alcanzaron niveles de deuda que los dejaron expuestos a ataques especulativos. Esto elevó la tasa de interés a la cual podían emitir deuda. Alemania se negó a cargar con los costos de los salvatajes e impuso duros ajustes. Se movió en una contradicción: por un lado la empuja la necesidad de forzar una reestructuración de la Eurozona siguiendo la línea más clásica de los ajustes estructurales del FMI, lo que representa un ataque en toda la línea a lo que queda de los Estados benefactores, es decir golpear el nivel de vida de las masas trabajadoras, replicando lo que los gobiernos de todo tinte hicieron en la propia Alemania durante los últimos 20 años. Por otro lado estaban los riesgos que esto creaba para la estabilidad global. Entre estas tensiones, finalmente aceptó medidas de inyección monetaria que frenaron las presiones especulativas, pero sigue exigiendo la austeridad en toda Europa.

Continúan “ondas expansivas” de la crisis

A cinco años de Lehman, la economía mundial muestra un crecimiento global débil, y hondas desigualdades entre los países. El panorama para los próximos años es continuar con una situación de “crisis rastrera”. La economía de EE.UU. estaba a mediados de 2013 un 14% por debajo del nivel previo a la crisis, la de Gran Bretaña un 18% por debajo.

El cataclismo de 2008 abrió una “falla estructural”: las relaciones entre las principales economías del planeta antes de la crisis se encuentran cuestionadas: los EE.UU. no pueden volver a ser el gran comprador “en última instancia”. Aunque muestra una recuperación relativa, no puede ocupar el lugar que tenía. La UE se ve atenazada entre la presión disciplinaria de Alemania y las amenazas de disgregación. China viene desde hace años anunciando un giro hacia apoyarse de forma creciente en su mercado interno, pero mostrando avances muy magros, mientras se suman amenazas (problemas crediticios en municipios y provincias, exceso de inversiones) que podrían empujar a un crecimiento más bajo que el actual, exacerbando las tensiones sociales. Los impactos no dejan afuera ningún lugar del planeta. Lo mostró la primavera árabe: el corrosivo que carcomió definitivamente los cimientos de las dictaduras de Medio Oriente fueron los desbarajustes de la crisis, que se tradujo allí en inflación y crisis fiscales. Lo muestran hoy los síntomas de agotamiento en varias de las economías que más crecieron en los últimos años, que se vieron además trastornadas por la amenaza de recorte de los estímulos monetarios en los EE.UU., que iniciaron una salida de capitales de las mal llamadas “economías en desarrollo” (con India, Indonesia, Turquía, entre los más golpeados).

Aunque la situación se muestra hoy contenida, las “fallas estructurales” amenazan con acrecentar las tensiones entre las potencias (y los aspirantes a serlo), ya que exigen una reestructuración de las relaciones globales para restablecer condiciones de crecimiento. Difícilmente puedan ganar todos. EE.UU., el único potencialmente capaz de imponer una coordinación, arbitrando costos y beneficios, ha perdido capacidad como árbitro. Esto lo puso en evidencia, por estos días, su fracaso en impulsar un ataque a Siria, y la forzada aceptación del plan de Rusia para evitar un ataque. Resulta optimista opinar que la crisis actual podrá metabolizarse sin un salto en los conflictos, entre las clases y entre los Estados.

A seis años del comienzo de la crisis, las clases dominantes aprovechan el hecho de que los trabajadores y sectores populares aún no desafían la dictadura del capital, para continuar apostando a las alquimias monetarias y lanzando zarpazos contra el nivel de vida de las masas. Sólo si la clase trabajadora da su respuesta, expropiando a los expropiadores capitalistas, podrá torcerse este destino y establecerse una producción al servicio de las necesidades sociales y no de la ganancia y la especulación
.

Esteban Mercatante
Publicado por en REFUNDACION COMUNISTA DE URUGUAY





Acusan a Coca-Cola y PepsiCo de "robar" tierras a los pobres
Publicado: 2 oct 2013-GMT - RT
Corbis / RT
Las empresas transnacionales se han apropiado de un área similar al territorio de Italia para cultivar sus cosechas. El problema consiste en que la tierra pertenecía a los indígenas que no pudieron defenderla por ser pobres.

Coca-Cola y PepsiCo son mencionadas por la organización Oxfam, que lucha contra la hambruna, entre las empresas transnacionales que más han incidido en esta situación. Según el último informe de Oxfam, desde el año 2000 las empresas se han apropiado de 31 millones de hectáreas, firmando cerca de 800 transacciones con inversionistas extranjeros que trabajan contra los intereses de los indígenas. A menudo las empresas reciben las tierras sin pagar compensación a los nativos y en muchos casos recurren a la violencia para levantar sus plantaciones, afirman los autores del informe. 

La investigación afirma que las comunidades pobres de muchos países, de Brasil a Camboya, están perdiendo sus hogares para dar paso a los cultivos de azúcar. "Aunque nuestra 'sed de azúcar' ha desatado la señal alarma entre los expertos de la salud, Oxfam señala que el hecho de que el comercio de azúcar contribuya a alimentar el problema del acaparamiento de tierras y los conflictos sobre la tierra, estos pasan inadvertidos", dice el informe.

"Tenemos que estar seguros de que lo que comemos y bebemos no afecta a la gente más pobre y vulnerable en todo el mundo, convirtiéndoles en personas sin hogares o sin tierras", dice Sally Copley, director de campañas de Oxfam.

Entre las evidencias de casos de acaparamiento de tierras se menciona el caso de la comunidad pesquera del estado de Pernambuco (Brasil) que lucha por acceder a las tierras de cultivo y zonas de pesca de las que fue desalojada de forma violenta en 1998 para dar paso a una central azucarera que suministra azúcar a Coca-Cola y PepsiCo. El otro caso es el de Mato Grosso do Sul (Brasil), donde las plantaciones de Bunge han destruido los bosques de los que las comunidades indígenas dependían para conseguir alimentos.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/107347-coca-cola-pepsi-robar-tierras-pobres
Envío:Amarelle        

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