Tatiana Sfiligoy, la primera nieta restituida por Abuelas de Plaza de Mayo, presentará el jueves en Paraná “En el nombre de sus sueños. 12 historias de vida de hijos de desaparecidos”. Antes dialogó con UNO.

Tatiana Sfiligoy es hija de Mirta Britos y Oscar Ruarte, desaparecidos durante la dictadura. Fue separada de su familia biológica en 1977 y localizada en 1980 por Abuelas de Plaza de Mayo, aunque decidió seguir utilizando el apellido de quienes la adoptaron de buena fe. Es, dicen los registros, la primera nieta de restituida. Este jueves, a las 10.30, estará en la Feria del Libro de Paraná –en una de las carpas instaladas en la plaza 1° de Mayo– para presentar En el nombre de sus sueños. 12 historias de vida de hijos de desaparecidos, que escribió junto a Danilo Albín.
En una entrevista telefónica con UNO, Tatiana, quien es psicóloga y trabaja en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, contó que escribió ese libro como parte de una necesidad personal: cumplir con el peso simbólico que significa el número uno. Se propuso contar historias de aquellos con quienes está “hermanada”; a la vez que hacer algo para seguir saliendo “del lugar de víctima”.
“El libro surge de una necesidad personal de poder plasmar historias que tienen que ver con los hijos de desaparecidos, con los nietos, y que en realidad, eran historias no narradas, que no fueron nunca contadas, y que son historias de vida tan importantes como las de los nietos que sí son conocidos o las más mediáticas”, comentó. “Había todo un espectro de hijos y de nietos que veía la necesidad de que quedaran también en lo público”.
“Empecé a pensar en hacer el libro, pero siempre parecía como muy lejano. Y se dio la posibilidad de cruzarme con Danilo Albín, que es un periodista uruguayo que vive en España y tenía la misma idea. Nos encontramos y al término de la entrevista que me hizo él, decidimos que teníamos que hacer el libro juntos”, dijo sobre la semilla inicial del trabajo. A partir de allí fue conformándose “como proyecto y como deseo” y al cabo cuatro años de entrevistas, escritura, correcciones y gestiones editoriales, este año salió a la luz. Las historias que aparecen son las de Hugo Ginzberg, Horacio Pietragalla, Nicolás Castiglioni, Julia Dalila, Leopoldo Polo Tiseira, Gustavo Godoy, Mariana Tello, Victoria Grigera, De Cristófaro, Macarena Gelman, Guillermo Martín Amarilla y la propia Sfiligoy.
Lo singular
“En el nombre de sus sueños...” Tatiana pudo poner en jugo su doble rol de psicóloga y nieta que desde Abuelas de Plaza de Mayo participó de restituciones posteriores a la suya, que a la fecha suman 109. “Al ser psicóloga yo trataba de poner cierta distancia en las entrevistas, pero al mismo tiempo sabía de qué se trataba. Intentaba hacer preguntas que tuvieran que ver con algo nuevo, no las mismas de siempre, en donde uno recae en respuestas también cliché; sino que pudiera profundizar en las historias y ver lo singular de cada una de ellas”.
“Por otro lado, me parece que el hecho de ser yo parte de ese grupo, porque también está la historia mía incluida en el libro, hizo que cada uno depositara mucha confianza, casi ciegamente en algunos casos, porque no hubo casi correcciones de los propios protagonistas. Algunos lo leyeron, otros no. Hubo mucha confianza por esa hermandad que tenemos y eso hizo que me sintiera mucho más responsable”, añadió.
De carne y hueso
Sfiligoy sentía la necesidad de plasmar estas historias, en parte, por el peso de la responsabilidad de haber sido la primera nieta recuperada por las Abuelas y conocerlas desde adentro. “Por un lado es un orgullo enorme por lo que representa socialmente; pero por otro lado, personalmente, se juega la necesidad de hacer algo con eso, en este caso el libro. Podemos decir que hay un antes y un después del libro: la posibilidad de salir cada vez más del lugar de víctima”.
Además del lugar de víctima del que Tatiana se propone seguir saliendo, hay otro lugar con el que no se siente cómoda: esa suerte de idealización que a veces se crea sobre los hijos de desaparecidos, con la cual no está de acuerdo. “Todos somos personas de carne y hueso, todos somos seres humanos, todos tenemos errores y aciertos. Me parece que querer idealizar a los nietos es un error, lamentablemente”.
“Nosotros tuvimos la posibilidad de tener un lugar gracias a las Abuelas, porque hicieron un trabajo enorme desde hace muchos años. Ese reconocimiento nos vuelve a nosotros como nietos gracias a ellas. Entonces, tenemos la responsabilidad de continuar esto, pero no como beneficio personal de cada uno de nosotros”, comentó. “No creo que tengamos que ser privilegiados para nada. Obviamente tenemos una historia que es diferente al resto y quizás por eso sí tenemos una responsabilidad, por lo menos yo lo pienso así, de seguir siendo militante de derechos humanos, de transmitir esta historia a las nuevas generaciones”.
“En el nombre de sus sueños...”, que lleva un título que demoró en aparecer y que resume la transmisión de los padres que no están y el deseo de publicar, es una obra que también tiene una misión: “El libro ya no es más mío y de Danilo, es del resto la sociedad. Empieza a circular y eso también hace lazo, reconstruye y reconforta. Eso también es reparador”.
Fuente:DiarioUnoER
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