AAC su
PORTAFOLIO/Política.análisis.doctos./2013.X.1º el fin del ciclo K analizado en la PACO URONDO.Blaustein
Eduardo Blaustein
El poskirchnerismo, desde el
kirchnerismo
18
de septiembre de 2013 - Hay algunos datos, partículas en la
historia, en las sucintas biografías políticas de Néstor Kirchner y Cristina
Fernández (sucintas por faltantes o zonas grises) que a mi gusto no se charlan
demasiado. Hay asuntos sobre las que a uno le gustaría saber más. Ejemplo 1:
cómo formulaban exactamente la crítica que hacían ambos, de jóvenes, a la
fulera radicalización montonera, más o menos para el año 74 o 75. Ejemplo 2:
sus vidas en dictadura y su relación con el tema de los derechos humanos antes
y durante sus gobiernos en Río Gallegos y Santa Cruz (alguna vez circuló un
video en el que Néstor, a la salida de la dictadura, amaga con pedir juicio y
castigo). Ejemplo 3: me interesó, de la entrevista que le hizo Hernán Brienza a
Cristina, la alusión que hizo sobre su voto a la fórmula Perón-Perón desde la
boleta del FIP.
Del
pasado político más reciente del tándem Néstor-Cristina hay una referencia
particular que hizo la
Presidenta varias veces y que tiene que ver con la decisión
sostenida por ambos de no romper con el PJ en los 90, como sí lo hicieron los
diputados del Grupo de los 8. Cristina repitió que la idea fue resistir desde
dentro del peronismo entonces oficial, incluso aunque la expulsaron del bloque
parlamentario menemista. Otro elemento en potencia revelador del discurso de
Cristina tiene que ver con el uso crítico de la expresión “pejotismo” versus la
palabra “peronismo”. Ella subraya el énfasis sin necesariamente terminar de
afinar el sentido; hay más de sobreentendidos que de explicitaciones. Volvió a
hacerlo en la entrevista con Brienza (¿soy gorila si digo que me hubiera
gustado escuchar también preguntas/respuestas sobre clásicos del presente:
inflación, seguridad, transporte público, déficit energético, relación con
diversos actores políticos y sindicales?).
Arranco
con este galope de superficie sobre definiciones políticas del pasado de la Presidenta para
preguntarme por la idea de un eventual poskirchnerismo… vista desde el
kirchnerismo. Es decir, no sobre la idea instalada por derecha, aunque
relativamente verosímil, del “fin de ciclo”, sino la pregunta acerca de qué
será de la vida del kirchnerismo que hoy conocemos, Que será desde ahora mismo,
que será en unas semanas tras el resultado de las próximas legislativas, que
será tras las presidenciales del 2015. El “ahora mismo” refiere a algunos de
los sacudones fuleros que ya estamos atravesando: de la primera declaración de
Martín Insaurralde sobre la baja de la imputabilidad a la designación de
Alejandro Granados como secretario de Seguridad; de las primeras o segundas
fugas hacia el massismo a los dichos de Hugo Curto y la acción de gendarmes
encapuchados en el conurbano. Como la toma de decisiones en el kirchnerismo no
se caracterizan por ser diáfana, puede suponerse –sólo suponerse– que o bien la Presidenta “dejó hacer”
a Scioli e Insaurralde otorgándoles autonomía en canje por su lealtad política;
o que ambos ya se ganaron esa autonomía por pérdida de poder de la Presidenta. O , según
la lectura de la derecha, que Cristina decidió abrirse de esa toma de
decisiones, y acaso de la campaña, para que los costos los paguen ellos (la
interpretación no parece válida: los costos de una derrota agravada en octubre
los pagará el kirchnerismo en su conjunto).
Contra
cierto feo aroma 1975 que emana de las figuras, prácticas y discursos de
Granados o Curto, fue saludable que varios referentes kirchneristas dijeran
públicamente que la idea de bajar la edad de imputabilidad no está en la
agenda. O acaso mejor: no está en lo más bonito de la cultura política
kirchnerista. Me pregunto si estos crujidos pueden tomarse como anticipo
hipotético de lo que pudiera ser algún poskirchnerismo del kirchnerismo; la
idea de un hipotético kirchnerismo futuro menos “extenso” y complejo, más breve
pero transitoriamente recostado de manera más compacta en los valores y
contenidos más audaces del peronismo y algunos otros venidos de otros pagos,
incluyendo al (maldito) progresismo o los paquetes temáticos de los derechos
humanos de tercera generación.
Fin
de ciclo/ repliegue ordenado. La idea de “fin de ciclo” instalada por el
conservadurismo es la de un fin total, definitivo. Lo que Carta Abierta
llamaría el triunfo de la restauración conservadora y adiós para siempre a las
alegrías que vivimos en estos diez años. Antes de la victoria electoral del
2011, en épocas todavía difíciles, en el propio kirchnerismo se discutían
escenarios acerca de cómo podía darse/ordenarse, en caso de derrota, un
“repliegue ordenado”. La opción Scioli ya se manejaba entonces como un
escenario de resignación contenido o suavizado en un punto de optimismo: acaso
Scioli Presidente pero con un Congreso más o menos hegemonizado por diputados,
llamémosle así, cristinistas, más la fuerza de la calle o la construcción política.
Hoy incluso ese escenario parece complicado. Y como el kirchnerismo no tiene
“una orgánica” de discusión sino que es más bien un complejo sistema de
fragmentos dificultosamente conducido por una (sucinta) cúpula de poder, las
cosas del futuro más bien se murmuran en diálogos informales, algo temerosos.
Ningún militante, ni siquiera dirigentes de primera y segunda línea, me parece
a mí, tienen dónde discutir el eventual escenario de salida 2015 en caso de
derrota electoral. Hay autocríticas, hay buenas y opinables respuestas
oficiales tras las PASO, hay rezongos, hay primeras quejas por “no escucha” o
por “los problemas de la comunicación”, asoman dolores, pero lo que llama la
atención (como consecuencia previsible de la ausencia de una “orgánica”) es que
no se discute, no hay dónde, lo esencial: el qué se debe hacer para preservar
el complejo espacio político-cultural que contenga y sostenga lo mejor del
kirchnerismo en el futuro mediato. ¿Qué será del kirchnerismo el día eventual
en que no se cuente con el Estado como sistema de inclusión, contención y
disciplinamiento de dirigentes, técnicos, profesionales, militantes? ¿Qué será
de esos otros espacios de contención, los del “periodismo kirchnerista” sin
gobierno kirchnerista?
Incluso
antes de que estallaran los grandes espacios de representación partidaria (cosa
que en mi opinión comenzó a suceder bastante antes del 2001), sobran
experiencias de lo que fue la dispersión del activo de las fuerzas políticas
tras distintos episodios electorales: sucedió con las izquierdas, las
centroizquierdas, el Frepaso, el radicalismo y los infinitos peronismos,
incluyendo la renovación de los 80. No encuentro por ahora que de manera
pública el extenso activo kirchnerista se prepare (o esté en condiciones de)
para debatir ese mismo riesgo. Riesgo que, es cierto, puede ser menor que el
conocido en experiencias anteriores (aunque puedan sobrar pálpitos sobre fugas
de intendentes, gobernadores o legisladores), porque el kirchnerismo, entre
otras cosas, por un tiempo interesante podrá sostener una importante fuerza
parlamentaria propia.
Que
será de Cris. Una cuestión vital y semidesconocida para afinar estas
indagaciones consiste en saber qué pasará por la cabeza de la propia Presidenta
acerca de este asunto. Es pura intuición sin datos, pero a veces da la
sensación de que acaso ella entienda o sienta que ya demasiado dio de sí y que
quizá no tenga la voluntad de seguir siendo la líder natural… de un
kirchnerismo en la oposición. Suponiendo que fuera así, ¿qué sería del kirchnerismo
sin ella o con menos de ella? ¿Podría darse un fenómeno virtuoso de mejor
emergencia de otras figuras menos potentes pero valiosas compartiendo el
liderazgo y el repliegue ordenado, en el eventual escenario de derrota en 2015?
¿El fin de la crisdependencia de estos años se trocaría en otra conformación
del kirchnerismo, en diásporas, en
divisiones, en un colectivo más homogéneo? Siendo que están tan naturalizadas
en el kirchnerismo la centralidad de Cristina y hasta las expresiones opinables
del tipo “la Jefa ”,
¿cuál es el papel del “abajo kirchnerista?
Hace
hoy exactamente una semana postée en Facebook un resumen de todo esto, como
tirando una botella al mar. Acompañé el post con una imagen medieval de un Arca
de Noé: “Modesta proposición. Es necesario ir imaginando de qué modo lo
mejorcito de la gente que se enchamigó (y aquellos a los que no se llegó o se
expulsó) en estos años políticos siga cerca. En redes, en nuevos o viejos
espacios, en asados, en institutos de reflexión y producción de conocimiento,
resistencia y propuestas. Hablo de los mejores funcionarios y legisladores,
intelectuales, blogueros, activistas sociales, periodistas, profesionales,
laburantes de todos lados. No digo que venga el diluvio (el dibujo es sólo un
chiste). Digo que hay que recrearse, sostenerse, no correr el triste riesgo de
la dispersión”. Recibí unos cuantos like y unos pocos comentarios.
Va
de nuevo: ¿no conviene ir pensando en estas cosas, o no convendría pensarlas
incluso aunque cambiara a favor el escenario de los próximos dos años, en otra
de esas remontadas heroicas del kirchnerismo?
Apenas
veo esta discusión en público y sí un potente puñado de enigmas: ¿qué se
discutirá sobre estas cosas en la reducida mesa chica del gobierno? ¿Qué rol
les cabrá a unos cuántos y buenos referentes “mayores”: Tomada, Taiana, Garré,
Rossi o los que quieran ustedes sumar? ¿Qué será de la vida, la perdurabilidad
y el accionar de los espacios de los movimientos sociales, del Evita, la Tupac , La Cámpora , infinidad de
agrupaciones kirchneristas hoy atomizadas en todo el país? ¿Qué otro “Unidos y
Organizados” debería haber que supere el actual estado de cosas? ¿Qué será de
la falta de trabajo político en los territorios sindicales? ¿Qué será de las
decenas de blogs, de Carta Abierta, de los militantes de las villas, de los
docentes y buenos pensadores que simpatizan con el kirchnerismo en las viejas y
nuevas universidades? ¿El kirchnerismo 2015, en caso de derrota, será “la nueva
resistencia” de la restauración conservadora? ¿La siembra cultural del ciclo
kirchnerista dejará de hecho ese acumulado de resistentes futuros como para
hacerle la vida difícil a la restauración conservadora? ¿Será acaso que se
resistirá desde dentro el PJ, como insinúa Cristina que hizo en el pasado?
Decía
al comenzar que hay algunos datos en la biografía y los dichos políticos de
Cristina, partículas de historia y de definiciones, sobre los que me gustaría
saber/discutir más. Cierro con esa misma secuencia, con otra apelación que
solía reiterar Cristina muy pocos años atrás acerca de la necesidad de
“institucionalizar” al kirchnerismo. Nunca me quedó claro si hablaba de
institucionalizar las transformaciones acumuladas, el “proyecto”, el “modelo”,
aspectos jurídicos del modelo, o si hablaba de institucionalizar al propio
kirchnerismo como espacio de representación política. Haya mayor o menor
optimismo respecto de lo que nos espere de aquí al 2015, la idea de
institucionalizar al kirchnerismo, y de hacerlo no sólo desde arriba sino desde
abajo, merece ser discutida. Si antes era una discusión apenas larvada, “una
deuda pendiente”, ahora parecería que hay que apurar la charla.
Debates
"Me
preocupa que se pierdan espacios interesantes que generó el kirchnerismo"
Martes 01 de
Octubre de 2013 19:12 Entrevista con el
periodista Eduardo Blaustein. "Desde los medios y los partidos opositores
intentan instalar la idea de un fin de ciclo K".
Por
Enrique de la Calle
y Nicolás Bondarovsky
AGENCIA
PACO URONDO: La idea es hablar de la nota que publicó en el blog
“Arte política” y en la que propone discutir el "pos-kirchnerismo desde el
kirchnerismo" ¿Puede resumir su planteo?
Eduardo
Blaustein: Prefiero someterme a preguntas porque si no la
digresión puede ser infinita. Haciendo una pequeña síntesis: a mí, desde cierta
cercanía al kirchnerismo, me preocupa mucho, no tanto el escenario inmediato de
las próximas legislativas que son más previsibles, sino la necesidad de ver
cómo se preservan los espacios más interesantes que generó el kirchnerismo.
Estos espacios que tienen que ver con algún viejo setentismo interesante que
obviamente no tiene que ver con las cosas más sectarias y más violentas de los
70.
Pienso
en la voluntad transformadora, la enorme fertilidad en la creación de
agrupaciones, la participación juvenil, la participación de legisladores y
dirigentes que me parece muy interesante. Me preocupa que ante un eventual
debilitamiento del kirchnerismo (que no creo que sea seguro que suceda) empiece
a haber fuga y que se produzca lo que he conocido en millones de experiencias
políticas, es decir, las particiones y divisiones que hubo en todos los frentes
de izquierda y centro-izquierda. Si en 2015 el kirchnerismo pierde las
elecciones ése riesgo existe porque no hay una orgánica en el kirchnerismo
(como no la hay en ninguna otra fuerza).
APU:
En el texto gira sobre la idea de "fin de ciclo".
EB:
La idea de fin de ciclo la uso un poco irónicamente. Aludo a esa idea instalada
desde el establishment conservador. Desde los medios y los partidos opositores
intentan instalar esa idea, priorizarla y darla por hecha como lo hicieron en
el 2009. Más allá de eso, creo que el kirchnerismo debería pensar ése
escenario. Quisiera evitar una especie de diáspora peligrosa, con la cual, se
perdería la emergencia más interesante que ha dado la política argentina desde
1973.
APU:
A riesgo de hacer futurología. Ante la posibilidad que en el 2015 sea el
peronismo quien continúe gobernando, en cualquiera de sus versiones (massismo,
sciolismo u otra): ¿Vislumbra un kirchnerismo como corriente interna de ese
peronismo? ¿Le interesa esa opción? Otra posibilidad pasa por la experiencia
del FREPASO y su decisión de romper con el peronismo gobernante en los 90.
EB:
No la tengo clara, no me gusta tirar certezas que no tengo. Me parece que el
riesgo de que venga algún otro tipo de peronismo más conservador está claro y
que parte de los actores del kirchnerismo podrían jugar en ese mismo sistema
peronista de representación. Acá también late la idea de que el peronismo es
más un sistema, una complejísima red de poder que una ideología. Y acá, me
parece que es muy importante lo que tenga en la cabeza la propia presidenta.
Por eso en el artículo cité lo que dijo Cristina: que en los 90 ellos
decidieron resistir desde adentro, no irse.
APU:
En el artículo hace referencia a los medios kirchnerista. ¿Qué va a pasar con
ellos?
EB:
Empezando por lo que son los medios periodísticos en los espacios estatales,
van a desaparecer de la noche a la mañana. Es bastante complicado hablar de
todo esto, faltan dos años, siempre decimos que dos años es mucho pero también
son poquísimos, entonces, no sabemos si es Massa, si es Scioli, o puede ser
otro. A Scioli lo conocemos más. En el caso de que sea Massa, da la sensación
de que juega callado y juega recostado en las corporaciones, no sé si es una
cosa tan conservadora como el kirchnerismo oficial presume.
Después
está lo que la derecha llama los medios paraestatales, que son una gama que
incluye distintas cosas. El grupo de Cristóbal López seguramente se va a
reacomodar, grupos como Vila-Manzano que jugaron con algún cuidado en los
últimos años, incluso, haciendo lobby con el Gobierno para mantener algunas
ventajas. Ellos pueden pasarse en cualquier momento, ahora se da un equilibrio
inestable, hay contenidos que son opositores y contenidos que son
"calladitos", creo que Cristóbal López haría una cosa por el estilo.
El grupo Szpolsky tiene viejas relaciones con el nosiglismo, el radicalismo,
las tiene con Scioli, con Massa, va a timonear la cosa con tal de recostarse en
los nuevos emergentes políticos.
APU:
¿Considera que cualquier opción peronista que continúe en 2015 va a ser más
conservadora que el kirchnerismo?
EB:
Temo que sí. A Scioli no sólo lo criticamos y lo critica parte del kirchnerismo
por sus políticas de seguridad, sino también por sus políticas impositivas. No
se conoce demasiado de su gobernación. Ha hecho cosas importantes en materia de
crecimiento de infraestructura como cloacas y cosas por el estilo, pero para
ello ha sido apoyado con recursos del gobierno nacional.
De
Sergio Massa se sabe que proviene de las filas juveniles de la UCeDé. Su gestión en
Tigre es jodida también, mucha vinculación con empresarios, desarrollismo
inmobiliario, mucha desigualdad. Las transformaciones urbanísticas interesantes
que han existido en Tigre son los resultados de gestiones vecinalistas
anteriores.
A
la vez, me llama la atención su equipo de economistas: un rejunte que no es tan
conservador, hay varios nombres propios que vienen del kirchnerismo, aunque no
del mejor kirchnerismo necesariamente. Está Redrado que también estuvo en el
kirchnerismo, está Peirano, está Delgado, que en general es un tipo prudente,
no me parece conservador.
APU:
Esto de que el kirchnerismo no pudo o no quiso lograr una orgánica, que es algo
que aparece permanentemente en el debate. ¿Por qué no lo logró o no lo quiso
hacer?
EB:
En principio, son varias combinaciones, es un efecto histórico del estallido de
los espacios de representación en Argentina. Casi siempre se suele ubicar el
estallido de las representaciones políticas en el 2001 y creo que el 2001 fue
el año más dramático pero que viene de mucho antes.
El
peronismo también se vació con la experiencia menemista, el PJ siempre fue un
sello o una maquinaria utilizada en tiempos electorales y nada más. Así, el
kirchnerismo hereda la cosa verticalista y no orgánica pejotista, el estallido
de las representaciones y un estilo de conducción de Néstor y Cristina que
venía de Santa Cruz, que es bastante particular. Ellos se apoyaron en gente que
desde los orígenes ya estaba con ellos en Santa Cruz y del que le cuesta
abrirse. Creo que no la vieron demasiado clara o que la empezaron a ver con más
claridad entre el 2008 y 2009 cuando Kirchner empezó a hacer una construcción
política más importante. Cristina lo intentó con La Cámpora y con Unidos y
Organizados.
Hay
una fuerza de movilización interesante, hay una cantidad de agrupaciones muy
interesantes, hay mucha fertilidad pero no es que sea fácil, yo hago ésa
crítica pero admito que es absolutamente complejo hacer la construcción de ese
gran armado. Vuelvo a repetir, no hay grandes orgánicas en otros partidos y no
hay grandes orgánicas en el mundo en general, la social-democracia se vació de
contenido; en EE.UU. los grandes partidos son máquinas electorales mucho antes
que espacios orgánicos de discusión interna.
APU:
Una pregunta en términos personales: ¿Por qué decidió escribir el artículo?.
EB:
Esto va a sonar medio horrible, porque parece que me estuviera vendiendo como
un Alfredo Alcón desgarrado. Son angustias que a uno le vienen a la cabeza a
medida que evolucionan los tiempos. Porque soy periodista y reivindico tener un
margen de autonomía crítica, de reflexión más franco que el que veo en todas
partes, inclusive, dentro del kirchnerismo, porque me parece que es muy
necesario discutir eso y no veo que se discuta.
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