7 de octubre de 2013

OPINIÓN.

AAC su PORTAFOLIO/Política.análisis.doctos./2013.X.1º el fin del ciclo K analizado en la PACO URONDO.Blaustein
Eduardo Blaustein
El poskirchnerismo, desde el kirchnerismo
18 de septiembre de 2013 - Hay algunos datos, partículas en la historia, en las sucintas biografías políticas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández (sucintas por faltantes o zonas grises) que a mi gusto no se charlan demasiado. Hay asuntos sobre las que a uno le gustaría saber más. Ejemplo 1: cómo formulaban exactamente la crítica que hacían ambos, de jóvenes, a la fulera radicalización montonera, más o menos para el año 74 o 75. Ejemplo 2: sus vidas en dictadura y su relación con el tema de los derechos humanos antes y durante sus gobiernos en Río Gallegos y Santa Cruz (alguna vez circuló un video en el que Néstor, a la salida de la dictadura, amaga con pedir juicio y castigo). Ejemplo 3: me interesó, de la entrevista que le hizo Hernán Brienza a Cristina, la alusión que hizo sobre su voto a la fórmula Perón-Perón desde la boleta del FIP.
Del pasado político más reciente del tándem Néstor-Cristina hay una referencia particular que hizo la Presidenta varias veces y que tiene que ver con la decisión sostenida por ambos de no romper con el PJ en los 90, como sí lo hicieron los diputados del Grupo de los 8. Cristina repitió que la idea fue resistir desde dentro del peronismo entonces oficial, incluso aunque la expulsaron del bloque parlamentario menemista. Otro elemento en potencia revelador del discurso de Cristina tiene que ver con el uso crítico de la expresión “pejotismo” versus la palabra “peronismo”. Ella subraya el énfasis sin necesariamente terminar de afinar el sentido; hay más de sobreentendidos que de explicitaciones. Volvió a hacerlo en la entrevista con Brienza (¿soy gorila si digo que me hubiera gustado escuchar también preguntas/respuestas sobre clásicos del presente: inflación, seguridad, transporte público, déficit energético, relación con diversos actores políticos y sindicales?).
Arranco con este galope de superficie sobre definiciones políticas del pasado de la Presidenta para preguntarme por la idea de un eventual poskirchnerismo… vista desde el kirchnerismo. Es decir, no sobre la idea instalada por derecha, aunque relativamente verosímil, del “fin de ciclo”, sino la pregunta acerca de qué será de la vida del kirchnerismo que hoy conocemos, Que será desde ahora mismo, que será en unas semanas tras el resultado de las próximas legislativas, que será tras las presidenciales del 2015. El “ahora mismo” refiere a algunos de los sacudones fuleros que ya estamos atravesando: de la primera declaración de Martín Insaurralde sobre la baja de la imputabilidad a la designación de Alejandro Granados como secretario de Seguridad; de las primeras o segundas fugas hacia el massismo a los dichos de Hugo Curto y la acción de gendarmes encapuchados en el conurbano. Como la toma de decisiones en el kirchnerismo no se caracterizan por ser diáfana, puede suponerse –sólo suponerse– que o bien la Presidenta “dejó hacer” a Scioli e Insaurralde otorgándoles autonomía en canje por su lealtad política; o que ambos ya se ganaron esa autonomía por pérdida de poder de la Presidenta. O, según la lectura de la derecha, que Cristina decidió abrirse de esa toma de decisiones, y acaso de la campaña, para que los costos los paguen ellos (la interpretación no parece válida: los costos de una derrota agravada en octubre los pagará el kirchnerismo en su conjunto).
Contra cierto feo aroma 1975 que emana de las figuras, prácticas y discursos de Granados o Curto, fue saludable que varios referentes kirchneristas dijeran públicamente que la idea de bajar la edad de imputabilidad no está en la agenda. O acaso mejor: no está en lo más bonito de la cultura política kirchnerista. Me pregunto si estos crujidos pueden tomarse como anticipo hipotético de lo que pudiera ser algún poskirchnerismo del kirchnerismo; la idea de un hipotético kirchnerismo futuro menos “extenso” y complejo, más breve pero transitoriamente recostado de manera más compacta en los valores y contenidos más audaces del peronismo y algunos otros venidos de otros pagos, incluyendo al (maldito) progresismo o los paquetes temáticos de los derechos humanos de tercera generación.
Fin de ciclo/ repliegue ordenado. La idea de “fin de ciclo” instalada por el conservadurismo es la de un fin total, definitivo. Lo que Carta Abierta llamaría el triunfo de la restauración conservadora y adiós para siempre a las alegrías que vivimos en estos diez años. Antes de la victoria electoral del 2011, en épocas todavía difíciles, en el propio kirchnerismo se discutían escenarios acerca de cómo podía darse/ordenarse, en caso de derrota, un “repliegue ordenado”. La opción Scioli ya se manejaba entonces como un escenario de resignación contenido o suavizado en un punto de optimismo: acaso Scioli Presidente pero con un Congreso más o menos hegemonizado por diputados, llamémosle así, cristinistas, más la fuerza de la calle o la construcción política. Hoy incluso ese escenario parece complicado. Y como el kirchnerismo no tiene “una orgánica” de discusión sino que es más bien un complejo sistema de fragmentos dificultosamente conducido por una (sucinta) cúpula de poder, las cosas del futuro más bien se murmuran en diálogos informales, algo temerosos. Ningún militante, ni siquiera dirigentes de primera y segunda línea, me parece a mí, tienen dónde discutir el eventual escenario de salida 2015 en caso de derrota electoral. Hay autocríticas, hay buenas y opinables respuestas oficiales tras las PASO, hay rezongos, hay primeras quejas por “no escucha” o por “los problemas de la comunicación”, asoman dolores, pero lo que llama la atención (como consecuencia previsible de la ausencia de una “orgánica”) es que no se discute, no hay dónde, lo esencial: el qué se debe hacer para preservar el complejo espacio político-cultural que contenga y sostenga lo mejor del kirchnerismo en el futuro mediato. ¿Qué será del kirchnerismo el día eventual en que no se cuente con el Estado como sistema de inclusión, contención y disciplinamiento de dirigentes, técnicos, profesionales, militantes? ¿Qué será de esos otros espacios de contención, los del “periodismo kirchnerista” sin gobierno kirchnerista?
Incluso antes de que estallaran los grandes espacios de representación partidaria (cosa que en mi opinión comenzó a suceder bastante antes del 2001), sobran experiencias de lo que fue la dispersión del activo de las fuerzas políticas tras distintos episodios electorales: sucedió con las izquierdas, las centroizquierdas, el Frepaso, el radicalismo y los infinitos peronismos, incluyendo la renovación de los 80. No encuentro por ahora que de manera pública el extenso activo kirchnerista se prepare (o esté en condiciones de) para debatir ese mismo riesgo. Riesgo que, es cierto, puede ser menor que el conocido en experiencias anteriores (aunque puedan sobrar pálpitos sobre fugas de intendentes, gobernadores o legisladores), porque el kirchnerismo, entre otras cosas, por un tiempo interesante podrá sostener una importante fuerza parlamentaria propia.
Que será de Cris. Una cuestión vital y semidesconocida para afinar estas indagaciones consiste en saber qué pasará por la cabeza de la propia Presidenta acerca de este asunto. Es pura intuición sin datos, pero a veces da la sensación de que acaso ella entienda o sienta que ya demasiado dio de sí y que quizá no tenga la voluntad de seguir siendo la líder natural… de un kirchnerismo en la oposición. Suponiendo que fuera así, ¿qué sería del kirchnerismo sin ella o con menos de ella? ¿Podría darse un fenómeno virtuoso de mejor emergencia de otras figuras menos potentes pero valiosas compartiendo el liderazgo y el repliegue ordenado, en el eventual escenario de derrota en 2015? ¿El fin de la crisdependencia de estos años se trocaría en otra conformación del kirchnerismo,  en diásporas, en divisiones, en un colectivo más homogéneo? Siendo que están tan naturalizadas en el kirchnerismo la centralidad de Cristina y hasta las expresiones opinables del tipo “la Jefa”, ¿cuál es el papel del “abajo kirchnerista?
Hace hoy exactamente una semana postée en Facebook un resumen de todo esto, como tirando una botella al mar. Acompañé el post con una imagen medieval de un Arca de Noé: “Modesta proposición. Es necesario ir imaginando de qué modo lo mejorcito de la gente que se enchamigó (y aquellos a los que no se llegó o se expulsó) en estos años políticos siga cerca. En redes, en nuevos o viejos espacios, en asados, en institutos de reflexión y producción de conocimiento, resistencia y propuestas. Hablo de los mejores funcionarios y legisladores, intelectuales, blogueros, activistas sociales, periodistas, profesionales, laburantes de todos lados. No digo que venga el diluvio (el dibujo es sólo un chiste). Digo que hay que recrearse, sostenerse, no correr el triste riesgo de la dispersión”. Recibí unos cuantos like y unos pocos comentarios.
Va de nuevo: ¿no conviene ir pensando en estas cosas, o no convendría pensarlas incluso aunque cambiara a favor el escenario de los próximos dos años, en otra de esas remontadas heroicas del kirchnerismo?
Apenas veo esta discusión en público y sí un potente puñado de enigmas: ¿qué se discutirá sobre estas cosas en la reducida mesa chica del gobierno? ¿Qué rol les cabrá a unos cuántos y buenos referentes “mayores”: Tomada, Taiana, Garré, Rossi o los que quieran ustedes sumar? ¿Qué será de la vida, la perdurabilidad y el accionar de los espacios de los movimientos sociales, del Evita, la Tupac, La Cámpora, infinidad de agrupaciones kirchneristas hoy atomizadas en todo el país? ¿Qué otro “Unidos y Organizados” debería haber que supere el actual estado de cosas? ¿Qué será de la falta de trabajo político en los territorios sindicales? ¿Qué será de las decenas de blogs, de Carta Abierta, de los militantes de las villas, de los docentes y buenos pensadores que simpatizan con el kirchnerismo en las viejas y nuevas universidades? ¿El kirchnerismo 2015, en caso de derrota, será “la nueva resistencia” de la restauración conservadora? ¿La siembra cultural del ciclo kirchnerista dejará de hecho ese acumulado de resistentes futuros como para hacerle la vida difícil a la restauración conservadora? ¿Será acaso que se resistirá desde dentro el PJ, como insinúa Cristina que hizo en el pasado?
Decía al comenzar que hay algunos datos en la biografía y los dichos políticos de Cristina, partículas de historia y de definiciones, sobre los que me gustaría saber/discutir más. Cierro con esa misma secuencia, con otra apelación que solía reiterar Cristina muy pocos años atrás acerca de la necesidad de “institucionalizar” al kirchnerismo. Nunca me quedó claro si hablaba de institucionalizar las transformaciones acumuladas, el “proyecto”, el “modelo”, aspectos jurídicos del modelo, o si hablaba de institucionalizar al propio kirchnerismo como espacio de representación política. Haya mayor o menor optimismo respecto de lo que nos espere de aquí al 2015, la idea de institucionalizar al kirchnerismo, y de hacerlo no sólo desde arriba sino desde abajo, merece ser discutida. Si antes era una discusión apenas larvada, “una deuda pendiente”, ahora parecería que hay que apurar la charla.




Debates
"Me preocupa que se pierdan espacios interesantes que generó el kirchnerismo"
Martes 01 de Octubre de 2013 19:12  Entrevista con el periodista Eduardo Blaustein. "Desde los medios y los partidos opositores intentan instalar la idea de un fin de ciclo K".
Por Enrique de la Calle y Nicolás Bondarovsky
AGENCIA PACO URONDO: La idea es hablar de la nota que publicó en el blog “Arte política” y en la que propone discutir el "pos-kirchnerismo desde el kirchnerismo" ¿Puede resumir su planteo?
Eduardo Blaustein: Prefiero someterme a preguntas porque si no la digresión puede ser infinita. Haciendo una pequeña síntesis: a mí, desde cierta cercanía al kirchnerismo, me preocupa mucho, no tanto el escenario inmediato de las próximas legislativas que son más previsibles, sino la necesidad de ver cómo se preservan los espacios más interesantes que generó el kirchnerismo. Estos espacios que tienen que ver con algún viejo setentismo interesante que obviamente no tiene que ver con las cosas más sectarias y más violentas de los 70.
Pienso en la voluntad transformadora, la enorme fertilidad en la creación de agrupaciones, la participación juvenil, la participación de legisladores y dirigentes que me parece muy interesante. Me preocupa que ante un eventual debilitamiento del kirchnerismo (que no creo que sea seguro que suceda) empiece a haber fuga y que se produzca lo que he conocido en millones de experiencias políticas, es decir, las particiones y divisiones que hubo en todos los frentes de izquierda y centro-izquierda. Si en 2015 el kirchnerismo pierde las elecciones ése riesgo existe porque no hay una orgánica en el kirchnerismo (como no la hay en ninguna otra fuerza).
APU: En el texto gira sobre la idea de "fin de ciclo".
EB: La idea de fin de ciclo la uso un poco irónicamente. Aludo a esa idea instalada desde el establishment conservador. Desde los medios y los partidos opositores intentan instalar esa idea, priorizarla y darla por hecha como lo hicieron en el 2009. Más allá de eso, creo que el kirchnerismo debería pensar ése escenario. Quisiera evitar una especie de diáspora peligrosa, con la cual, se perdería la emergencia más interesante que ha dado la política argentina desde 1973.
APU: A riesgo de hacer futurología. Ante la posibilidad que en el 2015 sea el peronismo quien continúe gobernando, en cualquiera de sus versiones (massismo, sciolismo u otra): ¿Vislumbra un kirchnerismo como corriente interna de ese peronismo? ¿Le interesa esa opción? Otra posibilidad pasa por la experiencia del FREPASO y su decisión de romper con el peronismo gobernante en los 90.
EB: No la tengo clara, no me gusta tirar certezas que no tengo. Me parece que el riesgo de que venga algún otro tipo de peronismo más conservador está claro y que parte de los actores del kirchnerismo podrían jugar en ese mismo sistema peronista de representación. Acá también late la idea de que el peronismo es más un sistema, una complejísima red de poder que una ideología. Y acá, me parece que es muy importante lo que tenga en la cabeza la propia presidenta. Por eso en el artículo cité lo que dijo Cristina: que en los 90 ellos decidieron resistir desde adentro, no irse.
APU: En el artículo hace referencia a los medios kirchnerista. ¿Qué va a pasar con ellos?
EB: Empezando por lo que son los medios periodísticos en los espacios estatales, van a desaparecer de la noche a la mañana. Es bastante complicado hablar de todo esto, faltan dos años, siempre decimos que dos años es mucho pero también son poquísimos, entonces, no sabemos si es Massa, si es Scioli, o puede ser otro. A Scioli lo conocemos más. En el caso de que sea Massa, da la sensación de que juega callado y juega recostado en las corporaciones, no sé si es una cosa tan conservadora como el kirchnerismo oficial presume.
Después está lo que la derecha llama los medios paraestatales, que son una gama que incluye distintas cosas. El grupo de Cristóbal López seguramente se va a reacomodar, grupos como Vila-Manzano que jugaron con algún cuidado en los últimos años, incluso, haciendo lobby con el Gobierno para mantener algunas ventajas. Ellos pueden pasarse en cualquier momento, ahora se da un equilibrio inestable, hay contenidos que son opositores y contenidos que son "calladitos", creo que Cristóbal López haría una cosa por el estilo. El grupo Szpolsky tiene viejas relaciones con el nosiglismo, el radicalismo, las tiene con Scioli, con Massa, va a timonear la cosa con tal de recostarse en los nuevos emergentes políticos.
APU: ¿Considera que cualquier opción peronista que continúe en 2015 va a ser más conservadora que el kirchnerismo?
EB: Temo que sí. A Scioli no sólo lo criticamos y lo critica parte del kirchnerismo por sus políticas de seguridad, sino también por sus políticas impositivas. No se conoce demasiado de su gobernación. Ha hecho cosas importantes en materia de crecimiento de infraestructura como cloacas y cosas por el estilo, pero para ello ha sido apoyado con recursos del gobierno nacional.
De Sergio Massa se sabe que proviene de las filas juveniles de la UCeDé. Su gestión en Tigre es jodida también, mucha vinculación con empresarios, desarrollismo inmobiliario, mucha desigualdad. Las transformaciones urbanísticas interesantes que han existido en Tigre son los resultados de gestiones vecinalistas anteriores.
A la vez, me llama la atención su equipo de economistas: un rejunte que no es tan conservador, hay varios nombres propios que vienen del kirchnerismo, aunque no del mejor kirchnerismo necesariamente. Está Redrado que también estuvo en el kirchnerismo, está Peirano, está Delgado, que en general es un tipo prudente, no me parece conservador.
APU: Esto de que el kirchnerismo no pudo o no quiso lograr una orgánica, que es algo que aparece permanentemente en el debate. ¿Por qué no lo logró o no lo quiso hacer?
EB: En principio, son varias combinaciones, es un efecto histórico del estallido de los espacios de representación en Argentina. Casi siempre se suele ubicar el estallido de las representaciones políticas en el 2001 y creo que el 2001 fue el año más dramático pero que viene de mucho antes.
El peronismo también se vació con la experiencia menemista, el PJ siempre fue un sello o una maquinaria utilizada en tiempos electorales y nada más. Así, el kirchnerismo hereda la cosa verticalista y no orgánica pejotista, el estallido de las representaciones y un estilo de conducción de Néstor y Cristina que venía de Santa Cruz, que es bastante particular. Ellos se apoyaron en gente que desde los orígenes ya estaba con ellos en Santa Cruz y del que le cuesta abrirse. Creo que no la vieron demasiado clara o que la empezaron a ver con más claridad entre el 2008 y 2009 cuando Kirchner empezó a hacer una construcción política más importante. Cristina lo intentó con La Cámpora y con Unidos y Organizados.
Hay una fuerza de movilización interesante, hay una cantidad de agrupaciones muy interesantes, hay mucha fertilidad pero no es que sea fácil, yo hago ésa crítica pero admito que es absolutamente complejo hacer la construcción de ese gran armado. Vuelvo a repetir, no hay grandes orgánicas en otros partidos y no hay grandes orgánicas en el mundo en general, la social-democracia se vació de contenido; en EE.UU. los grandes partidos son máquinas electorales mucho antes que espacios orgánicos de discusión interna.
APU: Una pregunta en términos personales: ¿Por qué decidió escribir el artículo?.
EB: Esto va a sonar medio horrible, porque parece que me estuviera vendiendo como un Alfredo Alcón desgarrado. Son angustias que a uno le vienen a la cabeza a medida que evolucionan los tiempos. Porque soy periodista y reivindico tener un margen de autonomía crítica, de reflexión más franco que el que veo en todas partes, inclusive, dentro del kirchnerismo, porque me parece que es muy necesario discutir eso y no veo que se discuta.

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